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El clérigo ignorante Le dijo bravamente: “Don obispo lozano

contra mí, ¿por qué has estado tan fuerte y tan


Gonzalo de Berceo villano?/
40Yo nunca te quité ni el valor de un grano
y tú me has quitado a mí un capellán lozano.
Era un simple clérigo pobre en sabiduría,
su misa a Santa María decía cada día, El que cantaba mi misa sin perder ningún día,
no sabía decir otra, siempre la repetía, tú dijiste que erraba, de hereje lo ponías:
más la sabía por uso que por sabiduría. lo juzgaste por bestia, de mollera vacía,
45le quitaste la orden de la capellanía.
5Fue el misacantano al obispo acusado
de que era idiota y mal clérigo probado: Si tú no le mandares decir la misa mía
“Salve Sancta Parens” sólo había usado, como solía decirla, muy gran querella habría:
no sabía otra misa este torpe embargado. y tú serás finado el trigésimo día.
¡Entonces verás qué vale la saña de María!
Fue duramente movido el obispo a saña.
10dijo: “Nunca de clérigo alguno oí tal hazaña”. 50Quedó con amenazas el obispo espantado,
Mandó: “Decid al hijo de tan mala putaña mandó buscar deprisa a aquel clérigo vedado,
que venga ante mí y no lo evite con mañas”. le rogó perdonase lo que había pasado,
porque en su asunto fue cruelmente engañado.
Vino ante el obispo el clérigo pecador,
tenía por el gran miedo perdida la color. Le mandó que cantase como solía cantar,
15No podía de vergüenza mirar a su señor, 55fuese de la Gloriosa el siervo de su altar
nunca estuvo el mezquino en condición peor. y si algo le faltase para vestir o calzar
que a él se lo pidiese que lo habría de dar.
La dijo el obispo: “Clérigo, dime la verdad,
si es, como me dicen, tanta tu necedad.” Tornó el hombre bueno en su capellanía
Le dijo el buen hombre: “Señor, por caridad, sirvió a la Gloriosa, madre Santa María;
20si dijese que no, diría falsedad”. 60murió en su oficio, un fin que yo querría
y fue el alma a la gloria a la dulce cofradía.
Le dijo el obispo: “Como no tienes ciencia
para cantar otra misa, ni tienes sentido ni No podríamos nos tantos escribir ni rezar,
inteligencia, / aunque pudiésemos por muchos años durar;
te prohíbo que oficies, lo pongo por sentencia: tantos son los milagros que podríamos contar
vive, como mereces, con otras ocurrencias”. 65los que por la Gloriosa se quiso Dios mostrar.

25Hizo el clérigo su camino triste y desamparado,


no sabía qué hacer de tan avergonzado,
recurrió a la Gloriosa lloroso y desolado,
que le diera un consejo porque estaba
aterrado.

30La Madre Piadosa, la que nunca faltó


a quien a de corazón a sus pies se postró,
el ruego de su clérigo enseguida escuchó,
y sin ponerle plazo pronto lo socorrió.

La Madre Gloriosa, madre sin condición,


35Se le apareció al obispo luego en visión.
Le dijo fuertes dichos, un pequeño sermón,
Le descubrió con ello todo su corazón.

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