Reflexiones patrísticas a la Liturgia de la Palabra

Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo

Primera lectura
2 Sam 5, 1-3

La palabra carne se utiliza con diferentes significados. Juan Casiano:

Encontramos que la palabra carne se utiliza en la Escritura santa con muchos
significados diferentes: a veces representa a toda la persona, es decir, tanto el
cuerpo como el alma, por ejemplo cuando dice: “Y la Palabra se hizo carne ”?
y “Toda carne verá la salvación de nuestro Dios.” A veces es sinónimo de gente
pecadora y carnal, como en este caso: “Mi espíritu no permanecerá en esos
hombres, porque son carne “.a veces se usa para designar los pecados propios,
como en este caso:‘pero usted no están en la carne, sino en el espíritu,’ y ,“la
carne y la sangre no heredarán el reino de Dios” por último existe otra manera
[como con David] cuando representa la unidad y la relación, como en este caso:
“He aquí que nosotros somos tu hueso y tu carne.” Debemos pues investigar en
cual de los 4 significados esta hablando aquí la Escritura ( conferencia 4, 10)

Integridad de David. Ambrosio: ¿Qué más puedo decir? No abrió la boca para
aquellos que planean el engaño como si no hubera escuchado tales cosas, no
pensó ninguna palabra para defenderse, ni tampoco respondió a sus reproches.
Cuando se hablaba con malicia, rezó. Cuando le maldecían, bendijo. Se dirigió
con sencillez de corazón y huyó del orgullo. Todas las tribus de Israel se
acercaron a él, diciendo: “He aquí, nosotros somos tu hueso y tu carne. También
ayer y el día antes, cuando Saúl vivía y reinaba, tú eras el que salvó a Israel. Y
el Señor le dijo a usted, usted deberá alimentar a mi pueblo “y por qué debería
decir más sobre él de los cuales la palabra del Señor ha salido a decir: ‘He
encontrado en David, conforme a mi corazón.” ¿Quién más caminaba siempre
en la santidad de corazón y en la justicia como lo hizo, a fin de cumplir la
voluntad de Dios; por cuya causa se le concedió el perdón a sus hijos cuando
pecaron, y sus derechos se conservaron a sus herederos? (Funciones del Clero
07, 02, 35)

Segunda lectura
Col 1, 12-20

La herencia es un regalo. Crisóstomo: Pero, ¿por qué lo llama una herencia (o

lote)? Para demostrar que por sus propios logros nadie obtiene el reino, pero
como mucho es más bien el resultado de la buena suerte, por lo que en verdad
es el mismo principio aquí. Para nadie lleva una vida tan buena como para ser
tenidos por dignos del reino, sino que es un regalo. (Homilías sobre Colosenses
2)

Sólo a través de Cristo. Teodoreto de Ciro: No fue la ley sino que es Cristo el
Señor, que dio la ley, que nos ha dado la redención a través del baño del
bautismo. Cuando Pablo dijo esto, él también hizo una declaración acerca de
Dios y le enseñó a ser el creador de todas las cosas. (Interpretación de la Carta
a los Colosenses)

Por Cristo todo lo podemos. Ambrosiaster: Liberado así de la condición de la

oscuridad, es decir, arrancado del lugar infernal, en el cual estábamos detenidos
por el diablo tanto por nuestra propia y debido a la transgresión de Adán, el cual
es padre de los pecadores, que fueron trasladados por la fe en el reino celestial
del Hijo de Dios. Esto era para que él nos podría mostrar por qué amor Dios nos
ha amado, cuando, elevándonos desde lo más profundo del infierno, nos llevó
al cielo con su verdadero Hijo. (Comentario sobre Colosenses)

Para la unificación de la humanidad con Dios. Agustín: Por la resurrección

los cristianos sabemos que ya ha llegado a pasar en nuestra cabeza y en los
miembros que aún ha de ser. La cabeza de la iglesia es Cristo, los miembros de
Cristo son la iglesia. Por donde ha pasado la cabeza seguirá también el cuerpo.
Esta es nuestra esperanza; por esto creemos, para este perseveramos y
perseveramos en medio de tan grande perversidad de este mundo,
confortándonos en la esperanza, antes de que la esperanza se convierte en
realidad. (Comentario a los Salmos 66,1)

Evangelio
Lc 23, 35-43

La inscripción muestra la majestad de un rey. Ambrosio: La inscripción está

escrita y se coloca por encima, no por debajo de la cruz, porque el gobierno está
sobre sus hombros. ¿Cuál es este gobierno si no, su eterno poder y deidad?
Leamos esta inscripción. “Jesús de Nazaret”, que dice: “El Rey de los Judios.”
La inscripción es apropiadamente por encima de la cruz, porque el reino de
Cristo no pertenece a su cuerpo humano. Pero, para su autoridad divina. La
inscripción es apropiadamente por encima de la cruz, porque aunque el Señor
Jesús estaba en la cruz, que brilla por encima de la cruz con la majestad de un
rey. (Exposición del Evangelio de Lucas 10,112 a 13)

El ladrón La burla se presenta ante la debilidad de la Cruz. Efrén el Sirio:

Un ladrón dijo: “¿No eres tú el Mesías? Salvate y nosotros contigo” El Señor,
sin embargo no lo baja de la cruz, con el fin de exaltar el otro ladrón a la derecha
de la cruz y que fue creyendo en el Salvador crucificado. Hubiera sido fácil para
él usar un milagro para conquistarlo como discípulo. Se produjo un milagro más
potente cuando el pecador de la derecha llega a adorarlo. Por eso, el apóstol
dijo: “Lo que es la debilidad de Dios es más fuerte que los seres humanos.” Se
sometió a todos los pueblos a la debilidad de la cruz.

Extiende los brazos hacia la cruz, para que el Señor crucificado puede estirar
sus brazos hacia ustedes. El que no se estira su mano hacia la cruz no puede
acercarse a su mesa tampoco. Se privará de su mesa de los invitados que debería
haber llegado a él hambre pero en vez vinieron completa. No llene a ti mismo
antes de ir a la mesa del Hijo. Se podría entonces hacer que salga de la mesa,
mientras que usted todavía tiene hambre. (Comentario sobre Diatesarón 20.23
de Taciano)

El ladrón reconoce sus heridas en el cuerpo de Cristo. Máximo de Turín: A

pesar de que ve a sus heridas abiertas y observa su sangre derramada, él cree
que él es a Dios a quien no reconoce como culpable. Él reconoce que él es justo
y no un pecador. Dice que al otro ladrón se queja, “Ciertamente estamos
recibiendo lo que es debido a nuestros actos, pero éste no ha hecho nada malo.”
Él entiende que Cristo recibió estos golpes a causa de los pecados de otros.
Sufrió estas heridas a causa de los crímenes de otros. El ladrón sabía que las
heridas en el cuerpo de Cristo no eran las heridas de Cristo, sino las suyas; Por
lo tanto, después de haber reconocido sus propias heridas en el cuerpo de Cristo,
comenzó a amarlo aún más. (Sermón 74,3)