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PREPROYECTO DE TESIS

TITULO: EL RADICALISMO EN LA TRANSICION


DEMOCRATICA DE FORMOSA 1982-1989

MAESTRANDO: GABRIELA YOLANDA ALUCIN

DIRECTORA: DRA. SILVIA SIMONASSI

MAESTRIA EN HISTORIA SOCIAL ARGENTINA Y


LATINOAMERICANA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y ARTES

UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO

FECHA DE ENTREGA: 19-09-2019


El Radicalismo en la Transición Democrática de Formosa

MAESTRANDO: Gabriela Yolanda Alucin


DIRECTORA: Dra. Silvia Simonassi

Fundamentación:

La transición democrática argentina entendida comúnmente como cierre y apertura de nuevas


etapas institucionales, considerando la última dictadura militar hasta la salida electoral de los 80,
es de interés analizar desde ámbitos más reducidos como Formosa, identificando aquí el impacto
de las políticas nacionales, tomando el espacio temporal 1982-1989 y observando en este trayecto
además de las particularidades transicionales locales, el desempeño de la Unión Cívica Radical
(UCR), la construcción del alfonsinismo formoseño y la visión de los referentes, los militantes,
los afiliados y extrapartidarios sobre los sucesos del periodo.
Guillermo O’Donnell citado por Mazzei dice “entendemos por transición el intervalo que se
extiende entre un régimen político y otro”. 1 La definición de O´Donnell sitúa la finalización de la
transición en el establecimiento de un gobierno democrático. Utiliza la categoría consolidación,
que se extiende entre la asunción del gobierno democrático y el momento en que desaparece al
menos como algo inminente, el peligro de un retorno al pasado autoritario. Al separar la transición
de la consolidación limita la primera al proceso electoral, incluyendo en la segunda el momento
más complejo y riesgoso del afianzamiento de las instituciones democráticas. Finalizar la
transición en la transferencia del poder a un gobierno elegido por la voluntad popular no garantiza
el éxito del proceso transicional 2.
Según Marina Franco en una visión más actualizada de este proceso y que discute el
encorsetamiento 1983-1989, la transición argentina se distingue de los países de la región por ser
una transición “por colapso" debido al derrumbe del régimen militar y la no negociación de
condiciones de impunidad y permanencia en enclaves de poder para las Fuerzas Armadas y
excede a estos limites temporales.

1
MAZZEI, Daniel. Historia reciente. Reflexiones sobre la transición democrática argentina en Polhis. Boletín
Bibliográfico Electrónico del Programa Buenos Aires de Historia Política. Año 4 Numero 7. Primer semestre 2011.
pagina 9
2
MAZZEI, Daniel. Historia reciente. Reflexiones sobre la transición democrática argentina en Polhis. Boletín
Bibliográfico Electrónico del Programa Buenos Aires de Historia Política. Año 4 Numero 7. Primer semestre 2011.
pagina 9
En el caso argentino según esta autora, no hubo pacto entre las Fuerzas Armadas y las fuerzas
partidarias, sino un verdadero derrumbe del gobierno castrense y se discute la continuidad o
discontinuidad del régimen autoritario saliente y la nueva democracia, así como el esfuerzo por
situar temporalmente el inicio y cierre del proceso de “transición” y de “consolidación” del
régimen democrático. Muchos de estos abordajes fueron criticados por su tendencia a definir tipos
ideales y modelos predictivos; por su mirada lineal y normativa sobre la democracia como punto
de llegada, dado que no se atendió a la persistencia de conductas, imaginarios y culturas políticas
previas que no se modificaron por la mera fijación de reglas.3
Continuando con Marina Franco la preocupación por la transición a la democracia, fue
abordada desde objetos tales como la dictadura (es decir, hasta diciembre de 1983) o el primer
gobierno constitucional (desde diciembre de 1983) y la atención sobre el periodo se concentró en
los derechos humanos, donde se otorgó prioridad a los actores, los eventos y el cambio cultural
unido a la emergencia de estos derechos y a los procesos de investigación y enjuiciamiento de los
crímenes cometidos por las Fuerzas Armadas.
Esta centralidad temática no es evidente en Formosa en los años en estudio, y mas bien aquí
se aplica lo de la persistencia o continuidades de conductas, imaginarios y culturas políticas
previas, dado que funcionarios del gobierno de facto continuaron en sus cargos con el retorno a la
democracia y ex gobernadores del Proceso militar se impusieron como candidatos para los
primeros puestos, sin mayores sanciones públicas o condenas por su colaboracionismo, aceptados
con naturalidad. También es posible aplicar aquí la distinción que hacen Daniel Lvovich y
Jaquelina Bisquert sobre historia y memoria en el sentido que mientras la historia aborda el
pasado de acuerdo a las exigencias disciplinares, aplicando procedimientos críticos para intentar
explicar, comprender, interpretar, la memoria se vincula con las necesidades de legitimar, honrar,
condenar. Conocer el pasado continúan estos autores, es el resultado de operaciones de estudio, de
crítica documental, de una práctica que tiende a construir un relato intersubjetivamente
comunicable y pasible de ser refutado. Rememorarlo tiene que ver con la relación de los
individuos con su pasado y con la elaboración que cada individuo realiza de sus propias
experiencias, ya que nadie puede recordar aquello que no ha vivido.4
En Formosa y en relación con lo precedente, la memoria sobre la última dictadura militar es
exigua y según refieren los diarios y algunos actores consultados para este trabajo, la transición no

3
FRANCO, Marina. Revista ayer. La “transición” argentina como objeto historiográfico y como problema
histórico. 2017. pagina 127.
4
LVOVICH, Daniel y BISQUERT, Jaquelina. La cambiante memoria de la dictadura. Discursos públicos,
movimientos sociales y legitimidad democrática. Universidad Nacional de General Sarmiento. Biblioteca Nacional.
Buenos Aires. 2008. pagina 7.
tuvo las mismas características que en la Capital Federal u otras ciudades importantes. Es decir,
había conocimiento por la prensa escrita, televisión y radio de los últimos acontecimientos, el fin
del gobierno de facto y la recuperación democrática, pero la distinción entre una forma de
gobierno y otra con la magnitud de su diferencia aparentemente no era percibida por la mayoría
de la población; y la preocupación por los derechos humanos no era una prioridad. Si bien los
sucesos políticos nacionales impactaban en el ámbito local, la transición democrática se vivió
diferente, en un clima mas laxo, con interés principalmente en la apertura electoral. El tema del
terrorismo de Estado, los desaparecidos o las violaciones a los derechos humanos sin la obvia
aprobación ni apoyos públicos, tampoco tuvo la centralidad que en otros lugares. No formaba
parte del vocabulario o interés cotidiano de la población en general, salvo en algunos sectores
ligados a los organismos de derechos humanos o con familiares desaparecidos, siendo más bien
frecuentes las menciones a las agendas electorales, las candidaturas, los votos, las reuniones, los
actos políticos, los armados partidarios para los futuros comicios.
La tendencia observable era el entusiasmo por la salida electoral, la recuperación de la
democracia, la apertura de los locales partidarios, más que la condena al terrorismo de Estado o a
los militares específicamente. Estaba latente en la memoria de importantes sectores de la
población, los acontecimientos del 5 de octubre de 1975 con el ataque al Regimiento de Infantería
de Monte 29, por parte de los Montoneros en la conocida Operación Primicia que dejó un saldo de
varios soldados conscriptos, un oficial y algunos civiles muertos, por lo que la sanción propendía
más hacia estos sectores que a los militares.
La violación a los derechos humanos o el “descubrimiento” de los derechos humanos como
dice Daniel Lvovich 5, no era un tema en cuestión ni reclamado por la ciudadanía masivamente,
aunque sí mencionado, siendo Alfonsín cofundador de la Asamblea Permanente por los Derechos
Humanos en 1975, y teniendo como uno de los tópicos reiterados en sus discursos de campaña.
En la época según los testimonios el conocimiento e información profusa sobre estos sucesos no
tuvieron la centralidad que adquirieron después. La memoria sobre la dictadura es selectiva y hay
más registros sobre la recuperación democrática y el impacto generado por el candidato a
presidente radical o las trayectorias de los candidatos locales que lo vinculado al proceso militar.
Los propios referentes radicales mencionan que entre sus temas de preocupación estaba la
propiedad de la tierra, por lo cual se ocuparon de investigar y obtener información sobre estas
cuestiones y otros relevamientos de orden laboral, educativo, sanitario y específicamente se

5
LVOVICH, Daniel y BISQUERT, Jaquelina. La cambiante memoria de la dictadura. Discursos públicos,
movimientos sociales y legitimidad democrática. Universidad Nacional de General Sarmiento. Biblioteca Nacional.
Buenos Aires. 2008. pagina 7.
preocuparon en instalar la presencia radical en los barrios capitalinos y en las principales
localidades del interior a través de afiliados y simpatizantes radicales que conocían a posibles
votantes de cada lugar, contendiendo en esta compulsa con el peronismo que también había
iniciado su campaña.
A fines de 1982 según datos reportados por algunos dirigentes, ex funcionarios y militantes
radicales, hubo encuentros y reuniones realizadas en casas particulares donde se debatía respecto
de las actividades pro-electorales y las posibles candidaturas para los distintos cargos, las
estrategias de llegada a los afiliados de los barrios o del interior para instarlos a participar y
adherir a más personas que de a poco despertaban del letargo civil y se anoticiaban de las
prácticas democráticas, sin que existieran los medios de comunicación de la actualidad, ni la
autorización para ocupar los comités, por lo que las visitas debían ser frecuentes y constantes,
salvando la situación después en 1983, cuando se reabrieron oficialmente estos espacios,
animándose también las mujeres a actuar en favor de los candidatos partidarios a través de un
grupo conocido como “Damas radicales”, llegando incluso a ocupar algunas cargos electivos sin
tener amplia representación, por la preeminencia masculina.
Por otra parte en clave con la transición, en el espacio local lo conceptuado como las rupturas y
continuidades en el sentido del cierre de una etapa y el inicio de otra, no fue evidente dado que
actores del régimen anterior que se desempeñaron como ministros, secretarios o alguna jefatura
administrativa continuaron en puestos de relevancia o en sus actividades cotidianas sin
cuestionamientos a sus instancias oficiales anteriores, por lo que la consolidación democrática es
discutible, considerando que los actores políticos fueron protagonistas algunos antes del golpe de
1976, otros durante el proceso militar y otros después en democracia sin que
melle en su haber sus conductas públicas de actuar en ambas administraciones.
En cuanto al Alfonsinismo en Formosa o la figura específicamente de Raúl Alfonsín, se
refuerza cuando es autorizada la campaña electoral a nivel nacional, a partir de febrero de 1983 y
se convierte en el principal actor que concitaba la atención no solo como candidato presidencial,
sino como político de fuste, del cual se tenía las mejores expectativas y era necesario convencer a
la población local sobre los beneficios de su elección y el apoyo a la UCR, siendo una provincia
más bien identificada con el peronismo y en un tiempo en que los otros partidos también salían a
la arena política, hacían sus campañas y promovían a sus candidatos.
En el armado pre-electoral es de conocimiento que en 1983 hubo elecciones internas para
distintos cargos partidarios en todas las provincias argentinas donde se impuso a nivel nacional,
Renovación y Cambio línea interna alfonsinista sobre la Línea Nacional balbinista; y el propio
Fernando de la Rúa, el otro precandidato presidencial, se abstuvo de participar por el gran apoyo
que había adquirido Alfonsín, principalmente luego del acuerdo con Línea Córdoba del cual surge
Víctor Martínez como candidato a vicepresidente.
En la provincia las corrientes internas del radicalismo se identificaron con el color azul para
Renovación y Cambio y el color blanco para Línea Nacional, armándose una lista consensuada
para octubre de 1983 con la formula para gobernador Antonio Pereira (blanco) y José María
Parajón (azul). Con Alfonsín como candidato a presidente y definidos los candidatos provinciales,
restaba transitar todo el espectro provincial para obtener los votos, alentando a la población sobre
la participación, la vuelta a la democracia y conociendo las posibilidades electorales del líder
radical y sobretodo teniendo en cuenta que en las dos últimas elecciones realizadas en 1973 se
impuso el Partido Justicialista.
Haciendo un recuento histórico Alfonsín era conocido en el medio principalmente por
militantes y dirigentes radicales desde la década del 60 por su actividad política como diputado
provincial en 1958, bajo la presidencia de Arturo Frondizi luego como diputado nacional en 1963
y presidente del Comité Provincial de Buenos Aires en 1965 con la presidencia de Arturo Illia y
dado que había visitado Formosa por invitación del referente radical formoseño Alberto Maglietti,
quien también fue diputado provincial y luego diputado nacional en los mismos periodos,
coincidiendo en el Congreso de la Nación con Alfonsín. Sus venidas fueron mas reiteradas en la
década del 70 con vistas al logro de apoyo a la corriente interna que anhelaba organizar
Renovación y Cambio, obteniendo numerosos adherentes, con intenciones de disputar la
conducción del partido a la Línea Nacional de Ricardo Balbín, quien gana las elecciones internas
de 1972 y conduce el radicalismo hasta 1981, año de su muerte. De ambas corrientes como ya se
dijo, había representantes en la provincia y los referentes nacionales no perdían contacto con los
allegados locales, siendo Alfonsín el más insistente en este sentido, logrando su preeminencia en
la conducción partidaria luego de la muerte de Balbín y habiendo ganado en las elecciones
internas la conducción del Comité Nacional en 1983.
Estas noticias son seguidas con fruición en Formosa especialmente en el ala radical y se
podría decir que el alfonsinismo tenía sus adeptos tanto en el ámbito de los conocidos del líder,
como en el de los radicales históricos, como en el de los nuevos adherentes entusiasmados con su
candidatura, aunque no fue masivo. El conocimiento de su persona tuvo que difundirse mas allá
del espacio radical para instar a los no radicales a apoyar esta formula presidencial y siendo
Alfonsín una figura de arrastre que generaba muchas esperanzas y confianza sobre el porvenir,
obtuvo la presidencia en 1983 y eso le permitió a la UCR local alcanzar varias diputaciones
provinciales, como intendencias y comisiones de fomento en el interior, aunque no haya ganado la
gobernación, pero con un buen posicionamiento tras el PJ y siendo la primera vez que en
elecciones libres ganaba el radicalismo al peronismo a nivel nacional.
La UCR local en 1983 obtuvo el segundo lugar con el 27,58% con la fórmula Antonio
Pereira y José Maria Parajón, al igual que en 1987 con la dupla Alberto Maglietti y nuevamente
José Maria Parajón con el 46,38%,6 situación muy comentada en la época por el poco margen de
diferencia con el PJ lo que demostraba el marcado bipartidismo y la inclinación peronista para los
cargos ejecutivos.
La transición formoseña no fue reñida en cuanto a la pesquisa sobre el apoyo o no al proceso
militar de algunos representantes, pero sí fueron intensas las campañas electorales que dieron
como resultado un gobierno local de un partido y un gobierno nacional de otro, situación que
permitía la democracia y se celebraba su recuperación con Raúl Alfonsín – Víctor Martínez
(UCR) en la presidencia y Floro Eleuterio Bogado- Lisbel Rivira (PJ) en la gobernación.
Planteado lo precedente sobre la transición democrática y la agencia radical, considerando
que la historiografía formoseña no ha focalizado en la transición democrática, ni en la UCR, se
eligió el tema para indagar su papel en la evolución democrática post dictadura, su aporte a la
transición, las características de sus elecciones internas, sus programas de gobierno, la relación de
los dirigentes con los afiliados y militantes, la participación de las mujeres, la relación del
radicalismo local con los referentes nacionales y específicamente el periodo 1982-1989 en
Formosa.
En relación con lo anterior se puede decir que Formosa como provincia joven con poca
actividad política y experiencia electoral previa a 1983, tuvo una transición peculiar como
también lo fueron las conductas y preferencias electorales de la población.
Formosa se convirtió en hizo provincia en 1955 – durante la segunda presidencia de Juan
Domingo Perón - y tras el golpe de este año se sucedieron tres intervenciones federales hasta la
sanción de la Constitución Provincial en 1957, donde la ciudadanía no pudo participar de
elecciones hasta 1958 cuando gana la Unión Cívica Radical Intransigente, pasando nuevamente a
una intervención federal en 1962, luego a elecciones en 1963 con el triunfo de la Unión Cívica
Radical del Pueblo, para una nueva intervención en 1966 que duró hasta 1973.
Con la reanudación de la actividad electoral en 1973 gana el peronismo por primera vez por
medio del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), con la formula integrada por Antenor
Gauna y Ausberto Ortiz, hombres venidos del sindicalismo, quedando en segundo lugar los
radicales Alberto Maglietti y Alfonso Vitti. Pero nuevamente hay intervenciones federales entre

6
Datos extraídos de la página del Ministerio del Interior. Elecciones Nacionales.Formosa.1983-1987-1991-1995.
1973 y 1975 hasta que se produce el golpe de 1976 y toda vía electoral se suprime hasta octubre
de 1983 fecha a partir de la cual se hacen elecciones regularmente.
Es de notar que la experiencia electoral de los formoseños fue nimia. Predominaron más las
intervenciones federales que gobiernos elegidos por el pueblo, situación parcialmente modificada
en 1973 cuando se dieron las primeras elecciones libres con importante participación ciudadana,
truncada por conflictos internos del gobierno nacional que envió nuevamente una intervención
federal quedando las prácticas participativas estancadas y luego desarticuladas por el golpe de
1976, hasta que en 1983 se reinician las experiencias electivas y reaparecen algunos actores de la
resistencia peronista y conocidos como nuevos radicales para la competencia electoral.
En cuanto a los referentes políticos de la UCR algunos debutaron políticamente en 1983, otros
continuaron en sus cargos siendo designados en el gobierno de facto y otros tuvieron experiencia
anterior por ser elegidos en los marcos constitucionales de los 60 y los 70, sin que haya
menoscabo en algunos de ellos respecto de su historial colaboracionista con la dictadura, por lo
que se reafirma lo ya dicho del concepto de continuidades respecto del manejo del poder y de las
memorias laxas en función de lo próximo, en este caso las elecciones, para lo cual lo anterior no
era de atención y se concentraron en trabajar activamente con vistas al gobierno, no solo los
radicales sino todos los partidos políticos.
Es relatado por militantes y adherentes consultados el recorrido por los barrios de la capital
durante la semana y el interior provincial todos los fines de semana para hacer reuniones en las
casas de los referentes cuando todavía no se había levantado la veda política, aprovechando los
cumpleaños o bautismos para contactar a los posibles votantes y convertirlos en actos políticos y a
los propios candidatos en padrinos de los hijos de los militantes, como también visitar a las amas
de casa, a las madres de familia simpatizantes radicales de distintos puntos de la ciudad, para
tener contactos y posibles lugares de reunión en los domicilios y dar a conocer las propuestas
radicales, hasta que se permite la actividad política dando paso a reuniones en los Comités, con
importante asistencia de vecinos.
Ya se dijo que en las elecciones de 1983 el radicalismo no alcanzó a motivar la intención de
voto de los formoseños, amén del empuje de Raúl Alfonsín y se impuso la fórmula del Partido
Justicialista y esta propensión hacia el peronismo se mantuvo en las elecciones posteriores y se
profundizo cuando el radicalismo entrega el poder anticipadamente en 1989.
Según algunos testimonios puede ser que haya influido en estas decisiones de mayor apoyo al
PJ, el hecho de que los radicales tuvieron más contacto con el gobierno de facto que los
peronistas, a los que se los veía como sobrevivientes de la dictadura, que tuvo una juventud más
comprometida con la lucha popular en los 70 y que ahora volvían a las lides políticas con más
representatividad. que Sin dejar de tener un respaldo empírico, también es evidente la distinción
profunda entre los votantes radicales y peronistas, los cuales al margen de las cuestiones
mencionadas, no dejarían de votar a sus referentes por tradición y por experiencias personales
marcadas, por ejemplo de los años 50 en que fueron obligados a usar luto ante la muerte de Eva
Perón, despedidos del trabajo, cesanteados, denunciados por intenciones conspirativas u obligados
a entregar mercaderías los que eran comerciantes para colaborar forzadamente con la Fundación
Evita, entre otros relatos, lo que generó un antiperonismo que primó antes que otras razones por lo
menos entre los radicales en la definición de sus opciones electorales sin llegar a ser mayoría.
Por otra parte, si bien Alfonsín despertaba entusiasmos para la presidencia de la nación, no era
la misma inquietud hacia los candidatos radicales locales, aunque lo demuestran las estadísticas
tuvieron muchos seguidores y apoyos principalmente en la capital, y los que se propusieron para
el ejecutivo no tuvieron un historial colaboracionista, no bastó para modificar las intenciones
mayoritarias de voto. En estos tiempos de vuelta a la democracia aparentemente despertaban
mayor interés los candidatos del peronismo, que también hicieron un fuerte proselitismo y
Formosa contó con la visita de los candidatos nacionales Italo Luder y Deolindo Bittel en sendos
actos hechos en importantes clubes de la ciudad con gran asistencia.
Otra dificultad observada en el radicalismo fue su frecuente internismo que sin llegar a ser
totalmente determinante en este primer mandato radical, tuvo sus consecuencias negativas en la
imagen del gobierno y del presidente, restándole votos y la llegada de candidatos más
convocantes. Por otra parte, se ligaba a los candidatos radicales con personas de fortuna,
hacendados, comerciantes, distantes del pueblo aparentemente no sensibles a las demandas de la
población común, creencia no constatada sino más bien parte del imaginario que hacía que
hubiera mayor comodidad con el peronismo. No se trata aquí de un autismo político, pero en
relación con su principal oponente el PJ, los acuerdos intrapartidarios y la relación con los
votantes se resuelven de manera diferente y más eficaces a los fines políticos.
Sobre estas cualidades Marcela Ferrari, que estudió el radicalismo bonaerense desde 1983 y
aunque atiende otro ámbito, sirve de parámetro para explicar lo local cuando dice: “Esta cuestión
debilitó la imagen de conjunto del partido ante una mayoría de ciudadanos que, en la instancia
electoral de 1987, afectada seriamente por los embistes de una inflación creciente, atravesada por
la resolución de la crisis militar de Semana Santa y seducida por la propuesta renovadora del
justicialismo, le negó sus votos al partido de gobierno”… “el internismo protagonizado durante la
reconstrucción democrática signó estructuralmente al radicalismo e incidió en su imposibilidad de
afianzarse en una posición predominante”. 7
El radicalismo post dictadura tuvo que construir una imagen diferenciada del peronismo y
convincente en sus gestiones considerando los embates nacionales que no dejaban de impactar en
lo local como los de 1987 (levantamientos militares, paros generales), siendo el apoyo al gobierno
radical cada vez más acotado, sumado a la predica no radical que alertaba sobre los desaciertos
del gobierno y lo negativo de la política económica, como la hiperinflación que afectaba
profundamente a la población.
Los representantes y funcionarios radicales en este contexto, tenían dificultades para
contactarse con los militantes y allegados ante la precariedad económica y los diferentes apremios
que tuvo que sortear el primer gobierno radical, estrechándose aún más el vínculo con los no
partidarios, donde no cabían las explicaciones de paciencia o calma ante la crisis económica
devenida en política y social, que terminó con la entrega anticipada del gobierno al presidente
electo del PJ Carlos Saúl Menem en 1989. La imagen de Raúl Alfonsín se fue deteriorando y
culminó en una visión de inoperancia e incapacidad para resolver conflictos y fundamentó cada
vez más el desapego del radicalismo.
La incipiente democracia tuvo muchos contratiempos y lo acontecido a nivel nacional
repercutía a nivel local que de por sí venía atrasada en cuanto a la evolución institucional. Y ante
estos embates y con diferencias de gestión de un partido en lo federal y de otro en lo provincial lo
ejercitado en cuanto a derechos todavía era escaso.
Volviendo a la idea instalada sobre la transición como lo indica Roberto Sidicaro: “…en 1983
se cerró medio siglo de predominio militar sobre la vida política, período en el que el tipo de
actores y prácticas de la democracia tuvieron efímera vigencia. Por razones diversas, las fuerzas
electorales que sucedieron a la dictadura procesista, no hicieron mayores balances de la larga
experiencia que se clausuraba, y optaron por creer y tratar de hacer creer, que se recuperaba una
tradición que, en realidad, no había existido”….8
Argumentos que se refieren al traspaso de la caída de la dictadura militar principalmente tras la
derrota de Malvinas a la actividad electoral, que indica la falta de maduración democrática, por el
escaso tiempo transcurrido desde 1982 a las elecciones de 1983 imposible de gestarse en el corto
plazo con concepciones arraigadas sobre la correspondencia del poder, y que fueron evidentes en
el primer gobierno post dictadura, donde militares, sindicalistas, la Iglesia y también ciudadanos
7
FERRARI, Marcela “Radicalismo en tránsito. La reconstrucción democrática argentina en perspectiva subnacional
y partidaria (1982-1987)”, Prohistoria, año XVII, núm. 22, dic. 2014, página 157.
8
SIDICARO, Roberto. 1983-2012: las etapas de la transición a la democracia argentina (en claves
sociológicas).Revista Temas y Debates. año 17, número 25, enero-junio 2013, pagina 14.
comunes expresaron sus criterios de apoyo o no a las distintas políticas que se fueron planteando
pretendiendo ocuparlo los que no creían todavía en su vigencia.
En el caso formoseño a los 53 años de coexistencia de gobiernos militares alternados con
gobiernos civiles entre 1930 y 1983, se suma el retraso institucional explicado en el golpe de 1955
que demoró el proceso de provincialización, como las continuas intervenciones federales en la
décadas del 60 y 70 con los frecuentes golpes de estado que desembocan en un traspaso al
gobierno democrático en 1983 con más esperanzas que experiencia civil.
Al respecto agregando a lo dicho, Juan José Linz citado por Mazzei (xxx), dice sobre la
consolidación democrática que estaría vigente cuando “Ninguno de los principales actores
políticos, partidos o intereses, fuerzas o instituciones organizadas considera que haya alguna
alternativa a los procesos democráticos para obtener el poder, y que ninguna institución o grupo
político tiene derecho a vetar la acción de los que gobiernan elegidos democráticamente. Esto no
significa que no hay minorías prestas a desafiar y cuestionar la legitimidad de los procesos
democráticos por medios no democráticos... la democracia debe ser considerada como el “único
casino en la ciudad” 9, es decir la única forma de acceso al poder en alusión a no volver a las
expresiones cívico-militares. Si bien no deja de ser una gran obviedad el acuerdo efusivo con
estos conceptos, también es cierto que la consolidación democrática, mencionada con mas ánimo
que realidad, fue y es una gran expresión de deseo, en el sentido de una recarga discursiva no
siempre lograda, porque en los distintos actores las motivaciones son divergentes y las memorias
sobre los sucesos también, por lo cual sus decisiones no son lineales y el apego a las normas
constitucionales tuvieron su costo de afianzamiento.
Con todo lo expuesto y viendo el derrotero radical impulsa preguntarse:
¿Cómo se plantea el radicalismo su participación en la transición formoseña?
¿De qué manera definen las candidaturas en estas primeras elecciones?
¿Cómo construyó el radicalismo local su agenda de campaña para 1983?
¿La principal propuesta del radicalismo formoseño fue la figura de Raúl Alfonsín o hubo un
programa de gobierno?.
¿Por qué el radicalismo local no gana la gobernación en 1983 y 1987?
¿Qué papel ocuparon las mujeres dentro del radicalismo local?
¿Que política de derechos humanos gesto el radicalismo local?

9
MAZZEI, Daniel. Historia reciente. Reflexiones sobre la transición democrática argentina en Polhis. Boletín
Bibliográfico Electrónico del Programa Buenos Aires de Historia Política. Año 4 Numero 7. Primer semestre 2011.
pagina 12
Son solo preguntas orientativas que se irán puliendo en su redacción y respuestas a lo largo de
la investigación, y en el haber radical hubo candidaturas de ex funcionarios del proceso en sus
listas, como dirigentes que ocuparon cargos durante el gobierno de facto, pero se cree que existen
otras razones que no se agotan en esta escueta enumeración, para no ganar las elecciones locales,
dado que los otros partidos intervinientes en la puja electoral salvo algunas excepciones portaban
las mismas características y tuvieron mayor apoyo electoral.
En cuanto a las perspectivas historiográficas para este estudio se ha decidido seguir las
concepciones de la historia política y la historia social, entendiendo que los argumentos de ambas
son convenientes para este caso, considerando las características de los partidos, los procesos
electorales, la representación política en relación no solo con las voces de los dirigentes o
referentes radicales, sino desde la óptica de los militantes, de los afiliados, de los votantes
comunes, de las mujeres y de los extrapartidarios que permiten tener un conocimiento más
descentralizado de la UCR local, despejada de la representación de las cúpulas.
Sobre la vigilancia epistemológica aplicable para estos temas, es oportuno considerar la
distancia temporal necesaria por los riesgos de transferencia involucrados, a lo cual se suma la
contemporaneidad del investigador con los actores del pasado, puesto que coinciden en la misma
persona el investigador y el actor, por lo que hallar el equilibrio entre estas dimensiones es una
tarea para el autor.
No habiendo mayores bibliografías precedentes sobre el radicalismo formoseño, habrá que
construir o indagar sobre otras fuentes además de las estrictamente documentales, para entender
sucesos ocurridos en la provincia que tienen su identificación con lo nacional, pero que a la vez
responden a una cultura política particular, cimentada en estos años y no siempre ligada a lo
democrático, con el auspicio de los dos partidos mayoritarios.
Metodológicamente luego del armado del marco teórico a través de la bibliografía existente
sobre la transición democrática, los sistemas políticos en general y el radicalismo en particular, se
recurrirá a las fuentes escritas existentes como los diarios locales, leyes electorales nacionales y
provinciales, registros electorales del Tribunal Electoral Permanente y del Ministerio del Interior,
actas partidarias, proyectos legislativos presentados en la Legislatura y el Concejo Deliberante.
Las fuentes a las que se pudo tener acceso hasta el momento y otras que se planea continuar
indagando están ubicadas en el Archivo Histórico Provincial, el Tribunal Electoral permanente,
los archivos de diarios locales, la legislatura local, el Comité Capital de la UCR, el Comité
Provincial de la UCR, el Concejo Deliberante de Formosa capital, casas particulares de ex
funcionarios, de referentes partidarios, de ex legisladores, de afiliados radicales y algunos
historiadores locales.
Por otra parte, se proyecta continuar con entrevistas a protagonistas directos del radicalismo
(ex intendentes, concejales, diputados nacionales, diputados provinciales, senadores, militantes,
afiliados mayores) y a otros participantes políticos no partidarios y a actores civiles como
empleados legislativos, municipales que puedan aportar datos materiales y sus testimonios sobre
los itinerarios radicales y apreciaciones al respecto.

Objetivos generales
 Analizar el rol del radicalismo formoseño en la transición democrática y durante el
gobierno de Alfonsín

Objetivos específicos
 Analizar los rasgos del voto radical en las elecciones de 1983 en Formosa
 Explorar las trayectorias de los principales referentes del radicalismo formoseño
 Indagar las particularidades del radicalismo provincial en relación al nacional.
 Estudiar las posturas asumidas frente a los principales acontecimientos de la política
nacional del gobierno de Alfonsín.

En cuanto al aporte que se prevé realizar con este trabajo, el mismo estaría dado de
concretarse lo proyectado, en una contribución a la historiografía local que es incipiente y poco
abocada a los temas enmarcados en la historia reciente por lo que estudiar la transición
democrática y al radicalismo local implicaría acercar reflexiones sobre sucesos próximos
ocurridos en el interior del país, con las implicancias y consecuencias de las políticas nacionales,
que a la vez tuvieron ribetes particulares, por lo cual el registro y relato se intentaría con una
mirada no porteñocéntrica.
En Formosa los principales temas estudiados hasta el momento han sido los referidos a la
etapa territoriana, al peronismo formoseño y a la provincialización por lo que estudiar el tema
antes señalado indicaría hallar nuevas fuentes además de las estrictamente oficiales para construir
una base documental y sobre todo un cúmulo de posibles explicaciones de lo que ocurrió en la
provincia entre 1982 y 1989.
Por otra parte este estudio implica un desafío personal siendo contemporánea y testigo de los
acontecimientos a investigar, en una comunidad chica donde muchos de los actores involucrados
en los recorridos radicales son parte del cotidiano local y en sus disponibilidades testimoniales
puedan sentirse afectados, pero se entiende que los objetivos de esta investigación aluden a un
registro y conocimiento del accionar de este partido sin pretensiones denunciativas, ni
reivindicatorias si de interpretaciones por lo menos aproximadas.
Hacer historia desde el lugar alude a un ejercicio relevante en términos de exponer y hablar
sobre asuntos no visibilizados o postergados por incómodos, para favorecer precisamente a la
reflexión con nuevos sentidos y significaciones sobre la política y los actores políticos locales,
con el fin de despejar los relatos instalados, tendiente a hacer otras interpretaciones de las
agencias de los formoseños y sus diversos campos de acción como en este caso la recuperación
democrática, donde intervinieron muchos ciudadanos preocupados por la institucionalización más
allá de la dirigencia y donde el radicalismo tuvo su participación.
Las decisiones políticas tomadas después de los primeros años de la transición democrática, las
que ganaron las voluntades e instalaron comportamientos mas ligados a conveniencias
particulares que a convicciones democráticas, invitan a su estudio y rescate contribuyendo desde
la historia del interior a observar estas realidades, vistas no solo de las élites sino de los actores
comunes, precisamente para entender aquello que pasa en estados subnacionales como Formosa,
no ajenos a las políticas centrales que afectan a todos los argentinos y que también hacen a la
historia nacional.
Bibliografía: Sugiero fijarte en las Normas APA 2019 para la citación bibliográfica

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DIARIOS CONSULTADOS

La Mañana colección de enero a diciembre de 1982,1983,1984.


Nuevo Diario colección del mes de octubre de 1983
Nuevo Diario colección del mes de octubre de 1987

ENTREVISTAS REALIZADAS
 Periodista del Diario La Mañana de Formosa Lionel Quiroga
 Escribano Carlos Silva, ex diputado provincial 1973-1976,1989-1993, y diputado nacional
por la UCR 1995-1999.
 Señor Juan Carlos Amarilla Concejal de la UCR capitalina en cumplimiento de
mandato.2015-2019. Ex militante de Franja Morada.
 Señor Luis Carrizo ex miembro de la comisión directiva Comité Provincial 1983-1987
 Señor Héctor Sosa ex miembro de la comisión directiva del Comité Capital 1983-1990.
Secretario General de la OTR Formosa.
 Señora Lucia Aguayo ex miembro del grupo “Damas Radicales” 1983-1984
 Señor Carlos Mendonca ex convencional de la UCR 1983-1990
 Señorita Celeste Ruiz Díaz Concejal de la UCR capitalina en cumplimiento de mandato
2015-2019. Ex militante de Franja Morada.
 Señora Elsa Casadei docente jubilada afiliada radical de Misión Laishi.

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