Está en la página 1de 8

Tomado con fines instruccionales y académicos de: Boletines Extensión, cuarta

edicción de la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, URBE


http://www11.urbe.edu/boletines/extension/?p=28 , consulta en línea el 23/05/2019

REFLEXIONES SOBRE LIDERAZGO: “REDEFINICIÓN


DEL LIDERAZGO DEL SIGLO XXI”

M.Sc. Francis Ávila Pardo


Asesora de Contenido del Diplomado Gerencia Estratégica y
Liderazgo
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, URBE

El entorno mundial ha dado giros sin precedentes en los últimos años y es seguro
que este milenio estará lleno de incertidumbre y cambios. En el siglo XXI, se
percibe al hombre desde una perspectiva mucho más amplia que abarca
diversos campos, enmarcados en un contexto de continuos avances y donde se
pone de manifiesto una nueva noción de Liderazgo. Por demás interesante, en
este mundo globalizado y competitivo, cada día es más necesario potenciar una
nueva y palpitante generación de líderes, orientados hacia la innovación.

Así mismo, el campo del liderazgo ha captado la atención de académicos,


investigadores y organizaciones durante la última década. Es un tema de
discusión muy prolongada y gracias a la gran cantidad de investigaciones, ha
sido conceptualizado de diferentes maneras, surgiendo un consenso general
donde se considera a los líderes como individuos capaces, que tienen ciertos
rasgos en su personalidad y en su conducta, que constituyen sus
habilidades para liderar.
Citando a Maxwell, 2010, “El liderazgo se desarrolla, no se manifiesta. El
verdadero “líder nato” siempre surgirá, pero para permanecer en la cúspide debe
desarrollar las características propias de liderazgo”.
Por consiguiente, el líder alcanza metas mediante sus habilidades intra e
interpersonales y la forma en que motiva a su equipo de trabajo. Hay liderazgo
cada vez que alguien guía e influye en la conducta de un grupo o individuo,
cualquiera que sea la razón. Acertadamente, Drucker afirmó que “El liderazgo
consiste en elevar la visión de una persona hacia panoramas más altos, mejorar
el desempeño de una persona a niveles más elevados, desarrollar la
personalidad de un individuo más allá de sus limitaciones normales”. (David,
2003, pág. 131) Madrigal Torres, 2009, pág. 24).
Es por eso que el líder actual debe ser un generador de ideas, con capacidad
para innovarse, transformarse y retroalimentarse. Para ello se requiere que los
líderes reevalúen sus enfoques y apunten a las nuevas y complejas realidades.

En tal sentido, hoy se habla de la Visión Sistemática del Líder. La sistémica se


define como un campo emergente de la ciencia que estudia los sistemas
holísticos e intenta desarrollar marcos lógico matemáticos, de ingeniería, y
filosofía; en los cuales los sistemas físicos, mentales, cognitivos y sociales
puedan ser estudiados, donde el proceso de liderazgo NO es lineal, observando
el panorama general en vez de dividirlo en partes aisladas, y teniendo en cuenta
a las personas y sus motivos como centro y ruta hacia un mejor desempeño.
Siguiendo este orden de ideas, en diciembre pasado, el Papa Francisco
pronunció un discurso sobre las “15 Enfermedades del hombre” y Gary Hamel,
considerado en los últimos tiempos como uno de los expertos en negocios más
influyente, adaptó el mensaje al mundo corporativo y ofreció, desde la revista
Harvard Business Review, un artículo sobre los 15 males que pueden afectar a
cualquier líder, titulándolo “Las 15 enfermedades del Liderazgo”.
Entre otras consideraciones, en el mismo se hace referencia a los líderes que
están obsesionados con los números y con los objetivos, quienes necesitan
ampliar significativamente sus pensamientos y abrir la puerta a una dimensión
sensitiva y humanista, poniendo énfasis en los asuntos de las personas, sus
estados de ánimo, cualidades, destrezas y capacidades, entre otras. La nueva
tendencia es que los líderes asuman un enfoque holístico en su liderazgo,
dejando los prejuicios y honrando las diferencias.

Por esta razón, urge replantearse el papel del liderazgo en la actualidad y mucho
ayudaría un “Examen de Conciencia” con preguntas como:
√ ¿Me siento superior a los que trabajan para mí?
√ ¿Demuestro un desbalance entre el trabajo y otras áreas de mi vida?
√ ¿Confío demasiado en los planes y no lo suficiente en la intuición?
√ ¿Siento mucha satisfacción en mis gratificaciones y privilegios?
√ ¿Pongo mi propio éxito por encima del éxito de otros?
√ ¿Fallo al cultivar un ambiente de trabajo alegre y divertido?
√ ¿Soy egoísta cuando toca compartir premios y halagos?
√ ¿Me comporto de forma egocéntrica con los que están a mí alrededor?
Al mismo tiempo, en el marco de la 11ª serie de liderazgo “Conduciendo a la
Grandeza”, se concluyó que los principios más importantes del liderazgo
moderno para poder estar a la altura de los enormes desafíos a los que se tiene
que enfrentar un líder, son los siguientes:
1. Tener creencias firmes
2. Optimismo
3. Valor
4. Práctica constante
5. Trabajo en equipo
6. Comunicación
Adicionalmente, se resaltó la importancia de amar a las personas e interesarse
por ellas e invitan a reflexionar sobre esta interrogante:
√ “¿Para qué quieres dirigirlas si no las quieres?

√ También se refieren a la necesidad de tener sentido del humor y disfrutar la


compañía de tus colaboradores.

Con todo lo expuesto, queda clara la tendencia actual del liderazgo: lideres
humanos, con alta inteligencia emocional, cabe decir: interesados por las
emociones y los pensamientos de su equipo: qué desean, qué los motiva, cómo
actúan, cómo relacionarse y cómo cooperar; cuáles son sus preferencias,
ambiciones y expectativas.
Interesante campo que todo individuo con aspiraciones y grandes deseos de
superación debe profundizar y de ese modo convertirse en verdaderos agentes
de cambio y transformación, como líderes de impacto en las organizaciones y
con una gran capacidad para entender su entorno e impactar en un mundo tan
necesitado de calidad, emprendimiento y excelencia.
Tomado con fines instruccionales y académicos de: Boletines Extensión, cuarta
edicción de la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, URBE
http://www11.urbe.edu/boletines/extension/?p=28 , consulta en línea el 23/05/2019

Cómo es el líder del siglo XXI


Cada día que pasa, se hace más necesario una nueva generación de líderes que
embarquen a sus organizaciones hacia la implementación de ciertas
competencias a todos sus colaboradores. Intentaremos dar unas pinceladas de
cuáles tiene que ser las competencias del líder del siglo XXI.

Orientarse hacia la innovación

¿Por qué no modernizarse? Es la eterna pregunta que muchos usuarios o


consumidores detectamos en muchas empresas. Los mercados, cada vez más,
exigen una mayor capacidad de reacción ante las tendencias y necesidades del
mercado. La principal arma para reaccionar ante estas demandas es el impulso
de la innovación. Adaptarse al mercado, ahora tan cambiante, es clave para la
viabilidad de un negocio.

Conectividad y Comunicación

El líder debe potenciar la comunicación interna y externa, entre todos los


actores y posibilitadores de negocios. Creará esa conectividad que hasta hoy no
existe. La organización del siglo XXI utilizará su capacidad social para conectar
los nodos de conocimiento, creando espacios de conversación y co-creación de
forma natural. Sumando los espacios de conexión e interacción generará el
conocimiento e información que se precisa para generar valor.

Dejar fluir la Inteligencia Colectiva

¿Por qué ponerle barreras al talento? Es la postura más corriente de casi todas
las grandes organizaciones, y no tan grandes. Dar libertad a las ideas e
iniciativas del personal que está jerárquicamente por debajo es habitual. Así que
a día de hoy, lo más recomendable es no dejar en manos de un solo individuo el
proceso de toma de decisiones. Muchísimas variables, cambiantes, y
concentradas en un breve espacio de tiempo hacen que sea inviable estas
posturas. Desarrollar e impulsar la inteligencia colectiva será una competencia
determinante para el ejercicio del Liderazgo 2.0 en la empresa del S.XXI. Cuyo
éxito radica, y es palanca, sobre el resto de componentes y colaboradores de
toda la organización, tanto interna como externa. Y dejar marcar el camino no
deja de ser un Líder, sino ponerse al frente para mandar sobre ellos es clave.
Capacidad de transformación

Se hace necesario tener un agente del cambio, líderes que actúen por convicción
y que movilicen la acción. Y así debe reflejarlo sobre la cultura corporativa.
Su formación con un Máster MBA será la que defina si es el adecuado.

Influencia Social

Ser un Líder dentro de la organización es vital, pero ser reconocido, tener una
reputación, y ser referencia en el mundo social online, es clave. Esa imagen, esa
marca personal que genera, convertirá su liderazgo en una visión 360º, sobre el
que orbitaran todos sus colaboradores y personal.

Tomado con fines instruccionales y académicos de: El Blog de Andrés Ortega


Sobre persona & Organizaciones http://andres-ortega.com/las-5-competencias-clave-
del-lider-de-la-organizacion-del-s-xxi/, consulta en línea el 23/05/2019

Las 5 Competencias claves del líder de la Organización del S. XXI


Por Andrés Ortega Martínez

Nuestro entorno empresarial vive un proceso de cambio sin precedentes. Las


empresas requieren el ejercicio de un estilo de liderazgo adaptado a la nueva
realidad que se está forjando. Los perfiles de competencias aplicados a la figura
del líder o mando aún vigentes en la mayoría de organizaciones y empresas
deberían estar en consonancia con esta nueva realidad organizativa. Es lógico
pensar que ante semejante tsunami de cambios, las competencias necesarias
para liderar una Organización en el S.XXI también serán diferentes. Aunque
existen perfiles competenciales tremendamente complejos que contienen
infinidad de habilidades y capacidades, estas son en mi opinión las 5
competencias/habilidades clave para el ejercicio del Liderazgo en las empresas
del futuro…presente.

Orientación a la innovación

La innovación se ha convertido, modas al margen, en el principal argumento para


reaccionar al mercado, incluso para sobrevivir a él. La incertidumbre de los
mercados exige una cada vez mayor capacidad de reacción ante un entorno
inestable e impredecible. La principal arma para reaccionar ante esta
incertidumbre es el impulso de la innovación.
La capacidad innovadora siempre ha sido una habilidad presente en la mayoría
de modelos competenciales; habilidad que solía demandarse en su nivel máximo
en los perfiles de competencias de cualquier posición de liderazgo o mando.
Nuestra realidad socio-empresarial hoy, exige a la orientación a la innovación
una relevancia aún mayor como habilidad imprescindible para el ejercicio del
liderazgo.

La orientación a resultados, una de las principales competencias de cualquier


líder en las décadas pasadas seguirá vigente pero supeditada a una
competencia que emerge por las circunstancias que dicta el guión: la orientación
a la innovación. No habrá orientación al logro sin orientación a la innovación.

La supervivencia de muchas empresas en la coyuntura empresarial actual pasa


inevitablemente por el ejercicio de un liderazgo que lejos de temer los riesgos de
la innovación, entiende que el principal riesgo consiste en no innovar.

Conectividad.

La capacidad de expansión social junto a la habilidad para la comunicación


interpersonal, ambas incluso en su nivel máximo se antojan en la era de la
hiperconectividad como competencias limitadas y a todas luces insuficientes.
Nuestras empresas y organizaciones precisan líderes, mandos, responsables,
con una capacidad relacional ulterior y sobresaliente. La habilidad para
establecer conexiones expresada en forma de Socialnetworking es una
competencia imprescindible para el ejercicio del liderazgo en las empresas del
S.XXI.

En el nuevo paradigma empresarial, el liderazgo va íntimamente relacionado al


Socialnetworking; una forma de entender la actividad profesional con su propio
ADN. No será posible el ejercicio de liderazgo sin una capacidad excepcional
para desarrollar conexiones orientada a la generación de valor para la empresa.

El líder de la organización del futuro utiliza su capacidad relacional para conectar


nodos de conocimiento, creando espacios de conversación de forma natural. Un
líder será un potenciador de espacios de conexión e interacción en los que se
conectará el conocimiento que se precisa para generar valor.
Desarrollador de la Inteligencia Colectiva

Tal y como indica James Surowiecki en su obra The wisdom of crowds: “Cuanto
más poder le des a un solo individuo frente a la complejidad y la incertidumbre,
más probable será que tome malas decisiones.”

Siguiendo esta línea conceptual, la figura del líder que enarbolaba el rol de
visionario en la mayoría de organizaciones (papel que sigue excesivamente
vigente) da paso a un líder cuya competencia determinante es estimular y
dinamizar la inteligencia colectiva. Potenciar la inteligencia colectiva implica
liberar las perspectivas diversas y divergentes de los miembros de la
organización, equipo o comunidad para su posterior integración. Es tal la
complejidad de nuestro entorno económico-social-tecnológico que parece poco
recomendable dejar en manos de un solo individuo el proceso de toma de
decisiones. Sencillamente, demasiadas variables, cambiantes, y concentradas
en un breve espacio de tiempo. Desarrollar e impulsar la inteligencia colectiva
será una competencia determinante para el ejercicio del liderazgo en la empresa
del S.XXI… un liderazgo cuyo éxito será directamente proporcional a su
capacidad para impulsar la inteligencia colectiva.

Capacidad de transformación: El líder troyano

La capacidad de análisis, planificación y control ha dejado de ser una


competencia determinante en el ejercicio del liderazgo en las empresas del
S.XXI… sencillamente por la imposibilidad de planificar y controlar un entorno
cada vez más convulso, impredecible y complejo. El sentido común indica que
en un entorno empresarial en el que el cambio será, paradójicamente, la única
variable permanente, la transformación organizativa será también la principal
constante.

La organización de nuestro tiempo requiere lideres-agente de cambio, líderes


que actúen por convicción y que movilicen la acción… la figura del líder-troyano
se antoja esencial. El líder del S.XXI debe ser sin paliativos el principal agente
de cambio de la organización. Cómo apuntaba en De profesión Troyano: el
troyano es el agente de cambio por excelencia, un catalizador y movilizador de
inquietudes, que transforma y evoluciona la cultura organizativa.
La capacidad de transformación desde una perspectiva troyana será sin duda
una de las principales competencias para el ejercicio del liderazgo en las
organizaciones que demanda nuestro entorno. Sencillamente el espíritu troyano
será un requisito sine qua non para el ejercicio del liderazgo.

Influencia Social-Redial

La tradicional competencia de Impacto e Influencia, encuadrada en el marco de


las competencias sociales o “social skills” definida como la habilidad para
persuadir, convencer e influir en otros para el logro de los objetivos marcados,
se muestra ahora como una competencia incompleta. El líder de la empresa del
S.XXI debe influir a nivel social y redial. En un entorno empresarial
hiperconectado… y acelerado, el impacto del líder debe abarcar los diversos
entornos en los que opera la organización y su influencia debe ser redárquica y
no lineal. Ya no es suficiente con Influir, es preciso influir socialmente en red.

Nos encontramos presumiblemente ante una de las competencias que más


tendrán que desarrollar los profesionales de hoy que quieran ser líderes en un
mañana cada vez más inminente. La construcción de una reputación profesional
no solamente offline sino online rentabilizando la tecnología que supone la web
social será un imperativo para alcanzar una capacidad de influencia socio-
redárquica que se traduzca en valor para la empresa.

El líder de la organización del S.XXI perderá su rol de visionario en el seno de la


organización, emponderando el conjunto a través de la inteligencia colectiva pero
ganará peso como “social influencer” en la red, impactando e influenciando a los
entornos, comunidades y lobbies de interés para su organización.

También podría gustarte