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IGLESIA DE SAN ANDRES DE QUIRINAL

Análisis formal

La planta tiene forma elíptica con el eje mayor paralelo a la fachada, esquema que ya había
empleado en la capilla del Collegio di Propaganda Fide (1634) -luego sustituida por la
estructura de Borromini- y que por entonces aplicaba en la columnata de San Pietro.
Controlando los efectos de dilatación, obliga a la mirada del espectador a seguir un recorrido
orbital, según la dirección de las pilastras y los entablamentos, que termina en la capilla mayor,
donde los ritmos son interrumpidos por el edículo con dos columnas de mármol verde a cada
lado, sobremontadas por un frontón curvo partido, con el espectacular San Andrés en vuelo, lo
que genera una significativa ruptura entre la zona del altar mayor y la del espacio oval. La
policromía de los mármoles, el oro y blanco de los estucos, la luz tamizada de las ventanas y la
más brillante y uniforme de la linterna concentran la máxima intensidad lumínica en la capilla
mayor que, frente a la oscuridad de las capillas laterales, es explotada con suma habilidad a fin
de concentrar la atención en la teatralidad del acontecimiento milagroso: la ascensión del
Santo. Con igual maestría, disfrutando de una idea de Pietro da Cartona, materializada dos
años antes en Santa Maria della Pace, resuelve en el exterior la interrelación funcional y
comunicativa entre el edificio y el ámbito urbano. El viandante es invitado a entrar en la iglesia
por una dilatada exedra de alas muy sobresalientes que, a partir de unas gradas, conduce a la
dinámica y airosa pronaos convexa que se abalanza para acogerlo. Siempre conductor de
secretos teatrales y psicopompo de sentimientos, Bernini presenta en el pórtico un motivo que
repetirá en el templete que abre la capilla mayor, pero invirtiendo sus vectores dinámicos al
trocar convexidad exterior por concavidad interior.

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