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Al inicio de la Suma Teológica, santo Tomás de Aquino se plantea la pregunta “la doctrina
sagrada, ¿es una ciencia?”. Actualmente es evidente que la Teología es una ciencia ya que
cuenta con su objeto, método, unidad y sistematización; no así en la Edad Media, tiempo en
el cual la Teología era vista como un punto intermedio entre la ciencia y la fe. El problema
es que en la Edad Media se manejaba mucho el concepto aristotélico de ciencia:
“conocimiento cierto por sus causas”, este concepto hace referencia al conocimiento
obtenido de la experiencia, es decir lo evidente, pero los misterios cristianos no son objeto
de experiencia, sino de fe. Entonces la Teología, o se sometía al concepto aristotélico de
ciencia (dejando a un lado la fe), o renunciaba a ese concepto dejándola solo como un acto
de fe.
¿Qué pasa actualmente? Ahora se designa con el término ciencia a toda disciplina que tiene
un objeto y un método propio, en este sentido la Teología si corresponde con el concepto de
ciencia, ya que cuenta con objeto, método, unidad y sistematización.
En la ciencia la experiencia y la razón son inseparables, pero según predomine una sobre la
otra se puede hacer una clasificación de las ciencias: 1) las “ciencias positivas” donde
predomina la experiencia, y 2) las “ciencias racionales” en las que predomina la razón.
Ahora surge la pregunta ¿a qué tipo de ciencia pertenece la Teología? En este tema los
teólogos no logran un acuerdo, ya que hay unos que fieles al concepto aristotélico de
ciencia dicen que la Teología es una ciencia racional, y otros que observando que la
Teología es la ciencia de la Revelación dicen que es positiva. Lo que hay que decir es que,
dentro del concepto moderno de ciencia, parece correcto dejar a la Teología dentro de las
ciencias positivas, ya que es la ciencia del Dato Revelado, pero sin dejar a un lado la
función reflexiva de la Teología.
Teología, Fe y Magisterio.
1- Teología y fe.
Teología y fe, aunque están íntimamente unidas, son dos realidades distintas. La Teología
presupone la fe, que es la respuesta del hombre a Dios que se revela. La fe tiene por objeto
todo lo que ha sido revelado por Dios, en cambio, la Teología aparte de estudiar el Dato
Revelado, tiene por objeto las conclusiones y deducciones que de él se obtienen.
Ambas (Teología y fe) alcanzan a Dios, la fe lo hace por medio de la unión y comunión, y
la Teología lo hace por medio de la inteligencia y la reflexión, por eso la Teología, aunque
imperfecta, oscura y lenta, no es menos fructífera que la fe.
2- Teología y Magisterio.
Para ver mejor las relaciones entre Teología y Magisterio, es necesario tener en cuenta: 1)
que el don del Espíritu otorgado al teólogo no le dispensa su sumisión al Magisterio y 2) la
fidelidad al Magisterio no significa pasividad o falta de iniciativa por parte del teólogo.
Recordamos que la Teología esta de la Iglesia, por lo cual tiene que estar en comunión con
el Magisterio. El teólogo es ante todo un servidor responsable de la Palabra de Dios con
una doble fidelidad: a Cristo y a la Iglesia.
El teólogo como hijo de la Iglesia tiene que estar sumiso al juicio del Magisterio, pero entre
el Magisterio y el teólogo tiene que haber un intermediario constituidos por el conjunto de
teólogos y ante todo es bueno recordar que la armonía y el amor son el clima más favorable
para un trabajo verdaderamente fecundo.