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Introducción a la Teología

Nombre: Wilfredo Chávez Chávez 1° de Teología

La Teología, como ciencia y como sabiduría.

1- Planteamiento del problema.

Al inicio de la Suma Teológica, santo Tomás de Aquino se plantea la pregunta “la doctrina
sagrada, ¿es una ciencia?”. Actualmente es evidente que la Teología es una ciencia ya que
cuenta con su objeto, método, unidad y sistematización; no así en la Edad Media, tiempo en
el cual la Teología era vista como un punto intermedio entre la ciencia y la fe. El problema
es que en la Edad Media se manejaba mucho el concepto aristotélico de ciencia:
“conocimiento cierto por sus causas”, este concepto hace referencia al conocimiento
obtenido de la experiencia, es decir lo evidente, pero los misterios cristianos no son objeto
de experiencia, sino de fe. Entonces la Teología, o se sometía al concepto aristotélico de
ciencia (dejando a un lado la fe), o renunciaba a ese concepto dejándola solo como un acto
de fe.

2- La Teología y la noción moderna de la ciencia.

¿Qué pasa actualmente? Ahora se designa con el término ciencia a toda disciplina que tiene
un objeto y un método propio, en este sentido la Teología si corresponde con el concepto de
ciencia, ya que cuenta con objeto, método, unidad y sistematización.

En la ciencia la experiencia y la razón son inseparables, pero según predomine una sobre la
otra se puede hacer una clasificación de las ciencias: 1) las “ciencias positivas” donde
predomina la experiencia, y 2) las “ciencias racionales” en las que predomina la razón.
Ahora surge la pregunta ¿a qué tipo de ciencia pertenece la Teología? En este tema los
teólogos no logran un acuerdo, ya que hay unos que fieles al concepto aristotélico de
ciencia dicen que la Teología es una ciencia racional, y otros que observando que la
Teología es la ciencia de la Revelación dicen que es positiva. Lo que hay que decir es que,
dentro del concepto moderno de ciencia, parece correcto dejar a la Teología dentro de las
ciencias positivas, ya que es la ciencia del Dato Revelado, pero sin dejar a un lado la
función reflexiva de la Teología.

3- La Teología como sabiduría.

La Teología es el conocimiento de todas las realidades divinas y humanas por su causa, es


decir, Dios mismo, en este sentido la Teología procede de Dios y de su auto-manifestación
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Nombre: Wilfredo Chávez Chávez 1° de Teología

al hombre. En el mundo, la Teología quiere ser el intérprete de Dios a partir de la


Revelación y se ve inmersa en el conocimiento de los seres y de los acontecimientos,
iluminado su comprensión. En este sentido, al introducirse en el conocimiento de los seres
y de los acontecimientos, se le puede llamar sabiduría, incluso cumple una función de
unificación hasta en las ciencias humanas, y en un sentido más profundo la Teología
“recapitulará todas las cosas en Cristo”. Algo importante de recordar es que la Teología
también respeta la autonomía de la investigación humana. La Teología es sabiduría por que
reflexiona sobre sus propios principios, en ella existe una función reflexiva cuya tarea es
estudiar el fundamento del conocimiento y de la certeza de fe.

Teología, Fe y Magisterio.

La Teología está íntimamente relacionada con la fe y el Magisterio, a tal punto de que no


hay Teología sin fe y sin Magisterio y viceversa.

1- Teología y fe.

Teología y fe, aunque están íntimamente unidas, son dos realidades distintas. La Teología
presupone la fe, que es la respuesta del hombre a Dios que se revela. La fe tiene por objeto
todo lo que ha sido revelado por Dios, en cambio, la Teología aparte de estudiar el Dato
Revelado, tiene por objeto las conclusiones y deducciones que de él se obtienen.

La fe es una respuesta y resulta de un compromiso del hombre, la Teología como ciencia,


es el entendimiento de esa fe, en este sentido la Teología está al servicio de la fe, tratando
de profundizar en el conocimiento que de la fe se obtiene.

Ambas (Teología y fe) alcanzan a Dios, la fe lo hace por medio de la unión y comunión, y
la Teología lo hace por medio de la inteligencia y la reflexión, por eso la Teología, aunque
imperfecta, oscura y lenta, no es menos fructífera que la fe.

2- Teología y Magisterio.

La Teología y el Magisterio se parecen, de hecho, tienen una raíz común que es la


Revelación, a pesar de eso, tienen funciones y dones diferentes.

El Magisterio, en función del mandato de Cristo, tiene la función de conservar el “depósito


de la fe” y juzgar con autoridad las interpretaciones que propone la Teología sobre la
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Nombre: Wilfredo Chávez Chávez 1° de Teología

Revelación. La Teología tiene la función de profundizar en la Revelación bajo la guía del


Espíritu Santo, y además tiene la tarea de colaborar con el Magisterio en la defensa y
enseñanza de la fe.

Para ver mejor las relaciones entre Teología y Magisterio, es necesario tener en cuenta: 1)
que el don del Espíritu otorgado al teólogo no le dispensa su sumisión al Magisterio y 2) la
fidelidad al Magisterio no significa pasividad o falta de iniciativa por parte del teólogo.

La Teología ejerce una función de mediación entre el Magisterio y la comunidad cristiana,


es ésta quien sensible a los problemas del pueblo, se esfuerza por responder a ellos
mediante la Revelación, y la vez presenta sus soluciones al Magisterio.

También la Teología colabora con el Magisterio en trabajar por la formación de la fe y de la


vida moral de la comunidad cristiana, conforme a su misión de vivificar constantemente la
fe, iluminarla y profundizarla.

3- Fidelidad y libertad del teólogo.

Recordamos que la Teología esta de la Iglesia, por lo cual tiene que estar en comunión con
el Magisterio. El teólogo es ante todo un servidor responsable de la Palabra de Dios con
una doble fidelidad: a Cristo y a la Iglesia.

Ahora bien, si el teólogo se encarga de profundizar, vivificar y renovar buscando siempre


soluciones para el Magisterio a los problemas del pueblo, es necesario que cuente con
libertad para realizar esta tarea. De ahí que nosotros veamos una diversidad de opiniones y
esta diversidad trae ventajas para la Iglesia y es fuente de progreso para la Teología. Pero
también el teólogo está expuesto a caer en el error y ante el acontecer se ve en la necesidad
de corregirse o cambiar de postura.

El teólogo como hijo de la Iglesia tiene que estar sumiso al juicio del Magisterio, pero entre
el Magisterio y el teólogo tiene que haber un intermediario constituidos por el conjunto de
teólogos y ante todo es bueno recordar que la armonía y el amor son el clima más favorable
para un trabajo verdaderamente fecundo.

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