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la conducta desobediente
de nuestro hijo
Esther Egea Sánchez
F. Xavier Méndez Carrillo
EDICIONES PIRÁMIDE
COLECCIÓN «GUÍAS PARA PADRES Y MADRES»
Director:
Francisco Xavier Méndez
Catedrático de Tratamiento Psicológico Infantil
de la Universidad de Murcia
Agradecimientos....................................................................................... 13
Prólogo....................................................................................................... 15
Introducción.............................................................................................. 19
© Ediciones Pirámide 11
Índice
12 © Ediciones Pirámide
Agradecimientos
© Ediciones Pirámide 13
Prólogo
16 © Ediciones Pirámide
Prólogo
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Introducción
© Ediciones Pirámide 19
Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
20 © Ediciones Pirámide
Paso 1
Observar la conducta de nuestro hijo
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OBSERVAR LA CONDUCTA ANTES DE CAMBIARLA
La mayor parte de las conductas infantiles son aprendidas,
mantenidas y reguladas por el efecto que producen en su ambiente
natural. El aprendizaje ocurre en un contexto social en el que hay
premios, castigos y donde casi toda conducta va acompañada de
múltiples consecuencias. Mientras unas determinadas circunstan-
cias favorecen un correcto desarrollo del comportamiento infantil,
otras en cambio contribuyen a un aprendizaje incorrecto y desa-
daptado.
Sin ser conscientes, los padres fortalecemos el comportamiento
incorrecto de nuestros hijos. Los padres no pretendemos que nuestro
hijo haga pataletas, salte en el sofá, grite en una tienda; pero el hijo
no ha heredado estos comportamientos, sino que son aprendidos y
fortalecidos por el ambiente familiar, escolar o social. Generalmente
los padres reaccionamos ante las pataletas de los hijos con gran aten-
ción, pero atención negativa, haciéndole entrar en razón, riñéndolo
o avisándole, y esta atención resulta un poderoso reforzador de su
conducta incorrecta. Por el contrario, cuando el hijo desarrolla con-
ductas positivas es posible que pasen totalmente desapercibidas, sin
ser valoradas, atendidas ni reforzadas, de ahí que no se consoliden
y se establezcan otras conductas desadaptadas.
Como muchos comportamientos son adquiridos, también pue-
den ser modificados. El niño es influido por las personas que for-
man su ambiente más directo y estas influencias pueden aprove-
charse para un adecuado encauzamiento de su conducta. La
modificación de conducta no pretende solo cambiar el comporta-
miento inadaptado del niño, también el de las personas que le ro-
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 1. Observar la conducta de nuestro hijo
Hay sucesos que los padres hacen antes y después de la conducta del
niño que generan y mantienen de forma inadvertida la conducta-problema.
IMPORTANTE
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 1. Observar la conducta de nuestro hijo
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
Son muchas las conductas de nuestro hijo que pueden estar in-
terfiriendo en el desarrollo de su autonomía o en la rutina de la
familia. Los problemas conductuales pueden ser por exceso con-
ductual o por defecto conductual. Para saber las conductas que
realmente están interfiriendo en la dinámica familiar es recomen-
dable hacer un listado de conductas. El primer paso es observar a
nuestro hijo durante una semana y escribir las conductas o com-
portamientos que no nos gustan y que queremos cambiar. Es im-
portante describir la conducta y no utilizar etiquetas. Por ejemplo:
NO → desobediente
SÍ → no recoge los juguetes
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Paso 1. Observar la conducta de nuestro hijo
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 1. Observar la conducta de nuestro hijo
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 1. Observar la conducta de nuestro hijo
1. No acude a comer.
2. Come con las manos.
3. Se levanta continuamente.
4. Hay que darle de comer.
5. Llora porque no le gusta ninguna comida.
6. Tira comida al suelo.
7. Molesta a su hermano, etc.
1. Le reímos la gracia.
2. Le regañamos continuamente.
3. Le amenazamos con castigos.
4. Le prometemos premios.
5. Cada día come en una sala diferente.
6. Ocurre en casa de la abuela.
7. Le damos otra comida cuando protesta, etc.
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
Resumen
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Paso 1. Observar la conducta de nuestro hijo
ACTIVIDADES PASO 1
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 1. Observar la conducta de nuestro hijo
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 2
Prestar atención a nuestro hijo
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TEMPERAMENTO Y AMBIENTE
Desde el nacimiento de nuestro hijo podemos escuchar, ¿cómo ha
salido tu hijo?, ¿cómo se comporta? Estas dos preguntas tienen sus
respuestas en diferentes teorías que van a permitir entender y mane-
jar mejor la conducta de nuestro hijo. Nuestro hijo, ¿nace o se hace?
El niño nace y se hace. Nace con una base genética y se hace en
función de su temperamento y del entorno en el que vive. Afirmar
solo que nuestro hijo no nace, sino que se hace, sería una realidad
muy simplista ya que no se puede obviar ni renunciar a la biología,
que además nos hace únicos e irrepetibles.
Desde el punto de vista de la genética, cuando nuestro hijo nace
lleva de manera innata una herencia biológica que le da forma.
Tiene unas características físicas casi inmodificables tales como co-
lor del pelo, piel, estatura, color y forma de ojos, etc. También nace
con un temperamento que se puede definir como la energía here-
dada con la que se va a relacionar con el medio externo y va a
conformar su carácter. Thomas, Chess y Birch (1968) definen el
temperamento como un patrón de conducta con el que nuestro hijo
nace y que tiene una base biológica que se modifica en las distintas
interacciones con el ambiente. Según Rutter (1981; 1989) el tempe-
ramento es un estilo de conducta que está regido más por la estruc-
tura heredada de nuestro hijo que por el contexto, pero ambos in-
teraccionan y producen cambios en el estilo de respuesta de nuestro
hijo en función de la respuesta que encuentre en el medio sobre su
primera tendencia a una determinada forma de reacción.
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
IMPORTANTE
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
EL APRENDIZAJE DE CONDUCTAS
El ser humano no es un organismo predestinado desde su naci-
miento, no tiene una personalidad innata, sino que a lo largo de su
experiencia vital va aprendiendo una forma de ser, de actuar, de
pensar, y todo ello va a ser consecuencia, entre otras cosas, de los
refuerzos positivos y negativos que recibe, de los castigos, de lo
que observa en los demás y muy importante, de sus propias deci-
siones.
Gran parte de las conductas son aprendidas y en numerosas
ocasiones se aprenden por condicionamiento, es decir, por las con-
secuencias positivas o negativas que tiene. Por ejemplo, si nuestro
hijo llora porque quiere ver la televisión y lo consigue, el resultado
será el de llorar la próxima vez que quiera ver la televisión. Nues-
tro hijo ha asociado llorar con disfrutar de la tele y nosotros hemos
aprendido a dejar de escuchar sus llantos cuando le dejamos ver la
tele. Esto quiere decir que nuestro hijo no solo influye sobre sí mis-
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
El experimento de Thorn
dike fue observar en cajas
de problemas el aprendiza-
je de los animales. El reto
era que los animales salie-
ran de la caja y observó que
cuando por azar un animal
realizaba una conducta
(como apretar una palanca)
que venía acompañada por
una situación grata para él
(como salir de una caja), la
conducta se repetía cuando
el animal se encontraba en una situación idéntica. Esta observación
le permitió enunciar la «ley del efecto»: si una conducta va acom-
pañada o seguida por satisfacción, el animal tenderá a repetirla.
Cuando la situación surja de nuevo, y vaya acompañada o seguida
por insatisfacción, el animal tenderá a no repetirla.
La conducta de nuestro hijo está controlada por sus efectos o
consecuencias. Si su conducta va seguida de satisfacción tenderá a
repetirla cuando la situación surja de nuevo, y si va seguida de
insatisfacción tenderá a no reproducirla. Por ejemplo, si nuestro
hijo llega a la tienda, nos pide algo y no se lo compramos puede ser
que llore. Entonces, se lo compramos para que se calle y nuestro
hijo acaba de aprender que llorando puede conseguir lo que quiere
y nosotros hemos aprendido que cediendo nuestro hijo se calla. Si
nuestro hijo, al contrario, no obtuviera lo que quiere porque no
cedemos ante el llanto y lo mantenemos en repetidas ocasiones,
nuestro hijo dejará de hacerlo.
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
1.ª ley
Atención
Refuerzo
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
2.ª ley
Ignorar
Extinción
La tercera ley dice que las conductas las aprendemos por obser-
vación o por imitación. La técnica utilizada para aprender conduc-
tas es el MODELADO.
Nuestros hijos aprenden observando e imitando nuestros com-
portamientos. Por ejemplo, si no comemos verduras, aprenderán a
no comer verduras, o si guardamos las cosas en su sitio, aprende-
rán a ser ordenados. Los hijos no tienen la capacidad para discernir
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
lo que está bien o mal, hacen lo que ven y nosotros somos su máxi-
ma referencia, por lo que tenemos que reflexionar sobre nuestra
forma de reaccionar ante sus conductas, la forma de educar o la
forma de vivir. Nuestros hijos nacen sin tener conocimiento de la
cultura ni de las normas sociales, y nosotros les vamos enseñando
todo, convirtiéndonos en modelos en los cuales se fijan para apren-
der, enseñándoles a ser responsables, a ser autónomos, a controlar
las emociones, a ser solidarios y, lo contrario; a ser desobedientes,
maleducados, caprichosos, agresivos, celosos, etc. Los hijos nos
imitan en los intercambios cotidianos, por lo que nos convertimos
en modelos ante muchas situaciones: respeto a las personas, cómo
se resuelven problemas, lectura, orden o hábitos de autonomía.
3.ª ley
Observación/imitación
Modelado
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
La cuarta ley dice que las conductas que van seguidas de con-
secuencias negativas tienden a desaparecer.
4.ª ley
Consecuencias
negativas
Castigo
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
TIPOS DE ATENCIONES
El tipo de atención que ofrecemos a las conductas positivas o
negativas de nuestro hijo conlleva resultados diferentes en su com-
portamiento. Cuando el hijo hace algo, los padres siempre respon-
demos con atención. La atención puede ser positiva o negativa ante
conductas adecuadas o inadecuadas.
En el cuadro siguiente viene reflejado el tipo de atención (posi-
tiva y negativa) y el efecto que causa en la conducta del hijo (ade-
cuada/inadecuada).
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
N N
o o
– a
–
a
t NO HACER NADA t IGNORAR
e e (decrece la conducta negativa)
n (decrece la conducta positiva) n
c c
i i
ó ó
n n
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
CONDUCTA CONDUCTA
POSITIVA NEGATIVA
ATIENDO
A MI HIJO
NO ATIENDO
A MI HIJO
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
Ratito exclusivo
con mi PAPÁ
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
Refuerzo positivo
Refuerzo negativo
Extinción/ignorar
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
Atención diferencial
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
h 1. NO ME GUSTA: ______________________________________
A 1. ME GUSTA: ___________________________________________
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
Nombre:
Me gusta No me gusta
A ______________
_________________
Ah Ah Ah
h ______________
_________________
Ah Ah Ah
_________________
Ah Ah Ah
Resumen
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
conductas de los niños son las que mejor pueden explicar cómo se
mantienen o desaparecen comportamientos.
En este paso se trabaja con las técnicas de refuerzo positivo,
extinción/ignorar y con la atención diferencial para asegurar el
cambio positivo de conductas inadecuadas y la aparición de logros
y mayor autonomía en nuestros hijos.
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
ACTIVIDADES PASO 2
Actividades para aumentar conductas positivas y para disminuir
conductas negativas
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
ATIENDO
A MI HIJO
NO ATIENDO
A MI HIJO
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
Ratito exclusivo
con mi PAPÁ
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
h 1. NO ME GUSTA: ______________________________________
A 1. ME GUSTA: ___________________________________________
h 2. NO ME GUSTA: ______________________________________
A 2. ME GUSTA: ___________________________________________
Nombre:
Me gusta No me gusta
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Paso 2. Prestar atención a nuestro hijo
A ______________ ________________
Ah Ah Ah
h ______________
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Ah Ah Ah
________________
Ah Ah Ah
A ______________ ________________
Ah Ah Ah
h ______________
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Ah Ah Ah
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Ah Ah Ah
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Paso 3
No etiquetar a nuestro hijo
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LA IDENTIDAD PERSONAL
El autoconcepto es la imagen que tenemos de nosotros mismos
y la percepción de nuestras capacidades y de nuestra propia singu-
laridad. Está formada e influenciada por la relación que mantene-
mos con personas importantes en nuestra vida y se compone de la
identidad personal, que incluye los rasgos de personalidad y otras
características que nos hacen a cada persona única, y de la identidad
social, que incluye los grupos a los que pertenecemos dentro de la
comunidad, como es la religión, la universidad o la propia familia.
La IDENTIDAD PERSONAL es la conciencia que tenemos de
ser nosotros mismos y distintos de los demás. En la medida que
nuestro hijo se va diferenciando del mundo exterior va constru-
yendo su propia identidad y va a decidir la forma en la que va a
evaluar, analizar e interpretar la realidad. Esta construcción de la
identidad y de la imagen positiva, denominada por Wallon «per
sonalismo», surge a la edad de 3 a 6 años y tiene un papel funda-
mental la relación de calidad y el clima de seguridad que le demos
a nuestro hijo para una valoración y confianza ajustada de sus ca-
pacidades y sus progresos.
Pero esta relación no siempre es fácil, ya que mientras nuestro
hijo va creando su identidad y va reafirmando su personalidad apa-
recen conflictos con la norma. Hay que entender que el proceso evo-
lutivo de nuestros hijos es dinámico, no son robots y que para
aprender no tienen que obedecer sin más. Van adquiriendo día tras
día habilidades y recursos que le capacitan para responder a su en-
torno y el problema no es que ellos maduren y evolucionen sino
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
EL AUTOCONCEPTO
El autoconcepto tiene varias dimensiones, y en cada una de
ellas existen percepciones diferentes. Existen el autoconcepto aca-
démico, social, emocional, familiar y físico.
Autoconcepto académico
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Paso 3. No etiquetar a nuestro hijo
Autoconcepto social
Autoconcepto emocional
Autoconcepto familiar
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
Autoconcepto físico
EL DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA
La autoestima es el aprecio que nos tenemos a nosotros mismos
y depende de la idea que cada uno tenga de sí mismo. Es nuestro
espejo real que nos enseña cómo somos y qué habilidades tenemos.
La autoestima es el termómetro que mide la valía personal de nues-
tro hijo y depende de su autoconcepto con las ideas que empieza a
tener de sí mismo. Si las ideas son buenas, se sentirá competente,
seguro y valioso, y va a influir en la construcción de su felicidad.
Al contrario, si nuestro hijo tiene una baja autoestima, no confiará
en sus propias posibilidades ni en las de los demás, se sentirá infe-
rior a estos y, por lo tanto, se comportará de una forma más tímida
y más crítica, con conductas oposicionistas. Si nuestro hijo se hun-
de con facilidad, pide las cosas llorando, le cuesta tomar decisio-
nes, duda constantemente o no tiene responsabilidades, querrá que
hagamos las cosas por él, haciendo un flaco favor a su autoestima
porque menos confianza tendrá, menos seguro estará y más inge-
nuo será. Aunque a corto plazo el hacer cosas por nuestro hijo será
más rápido y más cómodo, también es verdad que se le privará, en
el día a día, de la oportunidad de valorarse y desarrollar su estima
personal y verse en el espejo donde se va a reflejar a lo largo de su
vida en cada cosa que haga.
La autoestima tiene diferentes grados. Si nuestro hijo desarrolla
una autoestima alta y estable, no se va a dejar influir por los acon-
tecimientos externos y va a ser capaz de defender su punto de vis-
ta sin desestabilizarse. Si su autoestima es alta pero inestable, se va
a sentir amenazado por el fracaso y va a responder con una actitud
crítica y agresiva. Si su autoestima se desarrolla baja puede mos-
trarse indeciso y tener un gran temor a equivocarse, con dificultad
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Paso 3. No etiquetar a nuestro hijo
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 3. No etiquetar a nuestro hijo
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Describe las cosas que hace bien o mal:
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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ACTIVIDAD 3.3. IMAGEN PERSONAL
La idea que tu hijo tiene sobre sí mismo se basa en las cosas que hace
y en las cosas que tú le dices. Observa los comportamientos de tu hijo
y ponlos en la flecha que se dirige al grupo. Observa la etiqueta que
utilizas para nombrar el comportamiento de tu hijo y ponla en la flecha
que se dirige a tu hijo.
Las etiquetas que has elegido ponlas en el bocadillo y así comproba-
rás la imagen que va adquiriendo tu hijo de sí mismo.
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 3. No etiquetar a nuestro hijo
Etiqueta 1: ___________________________________________________
Comportamiento: _____________________________________________
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
ACEPTACIÓN INCONDICIONAL
Lo que debemos hacer los padres para no dañar la imagen de
nuestro hijo es aceptarlo incondicionalmente. Y eso significa de-
mostrarle cariño y afecto independientemente de que no nos guste
su comportamiento; significa aceptar sus opiniones sin dirigirlas,
criticarlas ni desvalorarlas; significa escuchar y comprender su pro-
pia visión de las cosas; respetar su tiempo y espacio; no etiquetarle;
mostrarle interés por su bienestar y no solo por sus logros y resul-
tados; valorar sus aspectos positivos; permitirle que realice sus
conductas aunque al principio no lo haga bien, confiando en sus
posibilidades; permitirle que se equivoque y cometa fallos; y favo-
recer su autonomía personal con responsabilidades apropiadas a
su edad.
En el proceso de aprendizaje nuestro hijo se va a equivocar, co-
meter errores y es ahí donde hay que ayudarle y animarle. Si cuan-
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Paso 3. No etiquetar a nuestro hijo
Resumen
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Paso 3. No etiquetar a nuestro hijo
ACTIVIDADES PASO 3
Actividades para desarrollar la autoestima en los niños
3.1. El termómetro.
3.2. Ataca la obra y no al obrero.
3.3. Imagen personal.
3.4. Especificando etiquetas.
3.5. Quitando etiquetas.
3.6. La historia de Alfredo.
3.7. Romper etiquetas.
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
____________________MÓMETRO
(Pon el nombre de tu hijo)
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Paso 3. No etiquetar a nuestro hijo
Nombre de tu hijo:
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 3. No etiquetar a nuestro hijo
Etiqueta: desobediente.
Comportamiento: cuando llega la hora de dormir das muchas vueltas
y te acuestas casi 1 hora después.
Descripción del comportamiento: cuando te pida ir a la cama me gus-
taría que no lo retrasaras tanto y te acostaras enseguida.
Etiqueta 1: ___________________________________________________
Comportamiento: _____________________________________________
Etiqueta 2: ___________________________________________________
Comportamiento: _____________________________________________
Etiqueta 3: ___________________________________________________
Comportamiento: _____________________________________________
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Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
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Paso 3. No etiquetar a nuestro hijo
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Paso 4
Tener autoridad con nuestros hijos
© Ediciones Pirámide 95
LA AUTORIDAD DE LOS PADRES
La respuesta más común de los padres sobre lo que desean para
sus hijos sería: «queremos que sea feliz». Los padres podemos ha-
cer felices a los hijos si les mostramos afecto, pero solo con amor
un hijo no se desarrolla bien, necesita límites, normas y reglas de
funcionamiento para sentirse seguro y con confianza. El equilibrio
entre afecto y normas va a generar un desarrollo más sano.
Como padres nos asusta poner normas porque no queremos ser
considerados autoritarios y decidimos hacer una dejación de nues-
tras funciones paternas porque no sabemos cómo hacerlo, porque
es más fácil delegar en otros, porque está de moda sobreproteger y
dar mucho cariño o porque nuestros padres fueron muy duros con
nosotros de pequeños y no queremos repetir el mismo patrón. Sea
cual sea la razón, poner normas con afecto es un ejercicio de auto-
ridad, y no realizar la función paterna de límites sanos puede dejar
a nuestro hijo cojo en su desarrollo personal.
Los padres somos autoridad solo por el hecho de ser padres.
Cuando nuestro hijo nace obtenemos un carné virtual con capaci-
dad educativa basada en decisiones justas, correctas y útiles, pero
sin recibir un entrenamiento formal para ser padres, criar y educar
a nuestro hijo. Y educamos por intuición, por emoción, por ilusión
o por frustración, pero siempre con aciertos y errores, como cual-
quier aprendizaje. Cada padre va a tener un estilo educativo a la
© Ediciones Pirámide 97
Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
hora de educar y ese estilo puede estar basado en cómo nos educa-
ron, en todo lo contrario o en la moda del momento.
A veces se confunde autoridad, que es nuestra capacidad edu-
cativa, con autoritarismo, que es un exceso de control. La palabra
autoridad proviene del latín «augere» que significa «ayudar a cre-
cer», por lo que nuestra misión como padres es ayudar a crecer a
nuestros hijos. Esta definición entendida como la capacidad de
ayudar al hijo a desarrollarse y a crecer como persona, con equili-
brio entre el afecto y el control, nos orienta más hacia la autonomía
de nuestros hijos y queda lejos de la connotación negativa de «or-
deno y mando» del autoritarismo que intentamos evitar a la hora
de educar o que pretendemos ejercer para controlar a nuestros hi-
jos con exceso de dirección.
Los padres además de ser autoridad tenemos que tener autori-
dad, y tener autoridad se refiere al prestigio que tenemos en el
ejercicio de la paternidad en función de las decisiones tomadas, la
forma de comunicarnos y de relacionarnos con nuestro hijo. Sabe-
mos que tenemos autoridad con base en las rutinas interiorizadas
por nuestro hijo, cuando hace sus tareas sin tener que decirle con-
tinuamente lo que tiene que hacer, cuando obedece las normas y
respeta los límites establecidos. Si no ejercemos autoridad, dejamos
a nuestro hijo que tome decisiones desde lo que le gusta o no le
gusta, lo que prefiere o le apetece, pero siempre desde la inmadu-
rez y con conflictos en el hogar, en la escuela y con retraso en su
autonomía; y además le mostramos nuestra falta de destreza pater-
na que intentamos superar con el ejercicio de mando para que haga
a la cuarta vez lo que no hemos conseguido a la primera. «Pablo,
como no te acuestes ya, mañana te quedarás…», escenario común
en muchas rutinas diarias. Ser autoridad también implica mandar
y los padres mandamos, bien o mal, pero mandamos y cuando no
lo conseguimos por las buenas lo conseguiremos por las malas, uti-
lizando la capacidad negativa que conlleva abusos de poder. Como
Pablo se tiene que acostar, al final lo hará rodeado de gritos, ame-
nazas y enfados.
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Paso 4. Tener autoridad con nuestros hijos
EDUCAR EN LA RESPONSABILIDAD
Durante el aprendizaje los padres utilizamos la recriminación y
el reproche para corregir el mal comportamiento de nuestro hijo y
lo hacemos fijándonos en su conducta inadecuada para decirle «lo
malo que es», desgastando la energía para que siga siendo irres-
ponsable y mantenga los mismos hábitos inadecuados. Esta actitud
ataca el valor de nuestro hijo como persona olvidándonos de inter-
venir directa y positivamente en su comportamiento.
Educar en la responsabilidad significa que nuestro hijo sepa res-
ponder en la vida. Y este proceso es difícil, una carrera de fondo
donde es necesaria nuestra disponibilidad, presencia y paciencia
para enseñar, y respetar el aprendizaje lleno de ensayos y errores.
Los padres tenemos que instaurar poco a poco las rutinas y hábitos
de nuestro hijo, y saber separarnos de manera sana para que pueda
ocurrir el traspaso de responsabilidades y su autonomía.
Nuestra responsabilidad es ayudar al hijo a responder en la
vida, por lo que el compromiso a veces es ayudar y otras veces no
© Ediciones Pirámide 99
Seis pasos para cambiar la conducta desobediente de nuestro hijo
IMPORTANTE
DORMIR VESTIRSE
❑ D1. Si no quiere dormir mi ❑ V1. Prefiero vestirlo yo por-
hijo, yo me acuesto con él. que voy más rápido.
❑ D2. Si no quiere dormir, lo ❑ V2. Tengo que vestirle por-
dejo en el sofá un rato más. que él no sabe hacerlo bien.
❑ D3. A la hora de dormir, mi ❑ V3. Si no quiere ponerse el
hijo se acuesta en su cama a abrigo, se lo pongo yo.
la hora acordada. ❑ V4. Le ayudo solo en las
❑ D4. Si protesta para dormir, prendas más difíciles.
no le presto atención y se va
a la cama.
Resumen
ACTIVIDADES PASO 4
Actividades para la autoridad con nuestros hijos
PADRE
PADRE-HIJO
HIJO
DORMIR VESTIRSE
❑ D1. Si no quiere dormir mi ❑ V1. Prefiero vestirlo yo por-
hijo, yo me acuesto con él. que voy más rápido.
❑ D2. Si no quiere dormir, lo ❑ V2. Tengo que vestirle por-
dejo en el sofá un rato más. que él no sabe hacerlo bien.
❑ D3. A la hora de dormir, mi ❑ V3. Si no quiere ponerse el
hijo se acuesta en su cama a abrigo, se lo pongo yo.
la hora acordada. ❑ V4. Le ayudo solo en las
❑ D4. Si protesta para dormir, prendas más difíciles.
no le presto atención y se va
a la cama.
Soluciones: D1(A) D2(A) D3(N) D4(N) V1(A) V2(A) V3(A) V4(N) C1(A)
C2(A) C3(N) C4 (N) R1(A) R2(A) R3(N) R4(N) H1(A) H2(A) H3(N) H4(N).
Situación 2: ducharse
❑ Lo ducho yo porque voy más rápido.
❑ Es su problema si no quiere ducharse.
❑ Le grito porque está jugando con el agua.
❑ Le guiño el ojo por lo bien que lo hace.
lista y entiende que hay otras maneras de pedir las cosas diferentes
al negativismo como método.
El segundo momento de rebeldía en nuestro hijo es sobre los 10
años y se debe principalmente por su nuevo foco de interés al gru-
po y por su espíritu crítico. La tercera etapa es la adolescencia,
denominada la «gran rebeldía» que dura de los 12 hasta los 16 años
y se caracteriza por un desarrollo cognitivo similar al adulto, pero
sin las respuestas adecuadas logradas con la experiencia. Esta eta-
pa genera luchas de poder entre padres e hijos, donde ambos que-
remos controlar la situación y el que lo consigue pronto se verá
enfrentado con el que lo quiere recuperar.
Volviendo a la primera etapa de rebeldía, de terquedad y nega-
tivismo, donde el conflicto está asegurado por la necesidad de
nuestro hijo de hacer su voluntad y la nuestra de poner límites a su
independencia, la clave está en poder dominar la situación, conser-
vando la calma, pero no cediendo al ataque, ya que si nuestro hijo
consigue sus caprichos por esta vía, volverá a recurrir a ella en
cuanto vuelva a tener la necesidad.
Si bien estos conflictos son normales, a veces se hacen más fre-
cuentes y se convierten en un patrón familiar. Nuestro hijo se ins-
tala en la desobediencia y surgen problemas de conducta para co-
mer, para dormir, para recoger los juguetes o para hacer los deberes.
Si nuestro hijo empieza a aumentar su negativismo y su terquedad,
los padres aumentamos los castigos y reprimendas que incremen-
tan aún más su conducta negativa. Es lo que Patterson (1980) llama
«ciclo coercitivo», proceso recíproco entre padre e hijo que inicia y
mantiene la desobediencia. Nuestro hijo
aprende a desafiarnos con su conducta y
nos dificulta la capacidad para mantener
los límites. Entonces se produce una esca-
lada negativa a la desobediencia, donde
nuestro hijo ha aprendido a montar en
cólera o simplemente insistir lo suficiente
para desesperarnos y conseguir lo que
quiera. La mayoría de las veces se inicia
un límite sano entre padres e hijo, pero si
no conseguimos calmar la demanda, ce-
demos porque ambos hemos aprendido a
calmarnos, así como estrategia familiar.
que tiene que obtener todo lo que quiera e insiste para que se sa-
tisfagan sus deseos a toda costa, pensando que cualquier dificul-
tad, demora o fracaso es demasiado horrible para soportarlo.
Nuestra actitud ante su frustración
genera una diferencia entre un hijo con
baja o con alta tolerancia a la frustración.
Si cuando se sienta molesto porque no
consigue algo nosotros cedemos o le da-
mos otra cosa como alternativa, estare-
mos generando baja tolerancia. Por tanto,
el ceder no resuelve la situación, sino que
la hace más estresante la próxima vez.
Es posible que nuestro hijo ante una
tarea que no quiere realizar se frustre y
encuentre en la desobediencia la respues-
ta para disminuir esa frustración. Por
ejemplo, recoger juguetes, lavarse los
dientes o irse a la cama puede suponer
un límite incómodo a nuestro hijo, que
prefiere que nosotros recojamos los ju-
guetes, no cepillarse los dientes o quedarse un ratito más viendo la
tele por la noche. Ante la sordera, negativa o queja de nuestro hijo,
es necesario que manejemos la situación con coherencia y firmeza
para que acepte con más facilidad la incomodidad o el fracaso, y
así convertir los problemas en nuevas oportunidades y no en lu-
chas de poder.
Cuando nuestro hijo desobedece los padres tenemos que deci-
dir cómo resolver la situación y es necesario calmarnos, pararnos a
pensar y buscar alternativas. Comparado con un semáforo, es acon-
sejable no actuar cuando estamos enfadados (semáforo rojo) sino
pararnos, pensar las alternativas (semáforo naranja) y cuando este-
mos más calmados poner en práctica las estrategias encontradas
(semáforo verde). La resolución de problemas es una habilidad
muy útil para el manejo de situaciones conflictivas ya que enseña
a la familia a controlar emociones y a disponer de un abanico de
soluciones que amplía la posibilidad de encontrar la mejor solu-
ción.
DECÁLOGO DE LA OBEDIENCIA
Como ejemplo, los padres encontraremos frases y hay que unir con
una flecha la orden clara o poco clara en el cartel correspondiente. En
el anexo, al final de la actividad, están el resto de las órdenes y las so-
luciones.
1. Paula apaga la tele, lávate
las manos y ven a cenar. ÓRDENES CLARAS
2. Salva, ponte las zapatillas.
3. Carolina ¿Quieres ponerte el
abrigo?
4. Sofía, no juegues más con ÓRDENES POCO CLARAS
eso.
Tiempo Orden
Obediencia Recompensa
fuera original
Resumen
ACTIVIDADES PASO 5
Actividades para el autocontrol emocional
5.1. El semáforo.
5.2. Nuevas oportunidades.
5.3. Órdenes claras.
5.4. Cada cosa en su sitio.
h
_____________________________
_____________________________
_____________________________
_____________________________
o
PIENSA (elige estrategias)
1. ___________________________
2. ___________________________
3. ___________________________
A
_____________________________
_____________________________
_____________________________
_____________________________
_____________________________
Problema: _________________________________________________
__________________________________________________________
Soluciones:
VALORO LAS
SOLUCIONES
SOLUCIONES:+/–
Para que nuestro hijo obedezca, es necesario que los padres pi-
damos las órdenes de manera clara. Recorta esta ficha y ponla en
un lugar visible.
1. Consigue la atención de tu
hijo:
— Ponte cerca del niño.
— Llámalo por su nombre.
— Establece contacto ocular.
2. Da la orden claramente:
— Da solo una orden, con
voz firme.
— Da la orden en positivo.
— Usa un lenguaje sencillo y
gestos apropiados.
— Da razones antes de la or-
den.
A continuación, une con una flecha cada orden clara o poco clara en
el cartel correspondiente.
Al final de la actividad están las soluciones de órdenes claras (C ) y
poco claras (PC).
«Si usted quiere que sus hijos tengan los pies sobre la tierra,
colóqueles alguna responsabilidad sobre los hombros.»
Abigail Van Buren
DECÁLOGO DE LA AUTONOMÍA
EDUCAR EN LA RESPONSABILIDAD
Los padres queremos que nuestro hijo sea una persona con re-
cursos personales para hacer frente a las situaciones de la vida y
IMPORTANTE
Las normas deben estar descritas con detalle y ser claras para
que nuestro hijo sepa cómo realizar la tarea y los padres cómo debe
estar realizada. No es lo mismo el ordenar la habitación que enten-
demos los padres «la ropa en los cajones, la mesa limpia, los jugue-
tes en la estantería» que el ordenar que entiende nuestro hijo «es-
conder debajo de la cama los juguetes, tirar al armario la ropa o
llevar a una esquina de la mesa los libros».
Una norma sirve si es razonable y adaptada a la edad de nues-
tro hijo, por lo que no hay que pedirle tareas para las que no esté
preparado y no dejar de pedirle para lo que ya está capacitado. Por
ejemplo, a un niño de 5 años puedes pedirle que coma solo, que se
vista solo con prendas sencillas, aunque está claro que si lo hace el
padre lo hará mejor y más rápido, pero no podemos pedirle que
doble y guarde su ropa o barra su habitación. Igual ocurre con un
preadolescente, podemos pedirle que ordene y limpie su habita-
ción, pero no pedirle que haga la comida familiar.
Una norma sirve si podemos comprobarla. Por ejemplo, si que-
remos que nuestro hijo no juegue con las máquinas después de
comer, o bien la guardamos o no dormimos la siesta para vigilarlo.
O el caso del padre que quiere que su hijo haga los deberes en casa
de la abuela, pero la abuela no puede encargarse.
La norma tiene que estar establecida en un límite de tiempo. Si
nuestro hijo no sabe cuándo tiene que realizar la norma, esto va a
generar un caos en la familia ya que podemos estar repitiendo la
norma continuamente y el hijo decirnos «ya voy» y hacerla o no
hacerla. Por lo que para que se cumpla la norma, padres e hijo tene-
mos que saber cuándo debe estar hecha la tarea, ya sea antes de
comer, después de ver el programa de televisión o antes de la ducha.
Las normas tienen que tener consecuencias para que sean efica-
ces. Una vez que se establecen las reglas hay que explicarle a nues-
tro hijo las consecuencias de intentar incumplir las reglas, «estas
son las reglas, si tú sigues la regla esto es lo que sucede, y si tú
rompes la regla, esto es lo que sucede». El tener consecuencias ló-
gicas por el mal comportamiento ayuda a que aprenda a ser res-
ponsable de sus acciones sin afectar su autoestima. Si nuestro hijo
rompe la regla acerca de dónde puede ir con su bicicleta, retiramos
la bicicleta por unos días. Cuando no hace sus tareas en el rato
acordado, no podrá hacer algo especial como ver dibujos de la te-
levisión porque tendrá que hacer las tareas pendientes. Si nuestro
DESCRIPCIÓN Y TIEMPO DE LA
CONSECUENCIAS NORMA
NORMA
1. Los juguetes hay que guar- Si los recoges a la primera, po-
darlos dentro de la caja antes drás bajarte un juguete al par-
de bajar al parque. que o subirte al tobogán. Si
los papás te lo tenemos que
recordar, los recoges y no te
puedes bajar juguetes al par-
que o subirte al tobogán.
Las normas se tienen que cumplir una vez puestas. El tener con-
secuencias no significa que nuestro hijo no tenga que cumplir la
regla puesta, si no lo hace a la primera o de la manera descrita, o
se lo tenemos que recordar, o no lo ha hecho, tendrá la consecuen-
cia planeada, pero también tendrá que hacer la regla ordenada por
los padres. Al final se encuentra con una consecuencia y con la ta-
rea realizada porque en caso contrario puede interesarle más no
cumplir la norma que la consecuencia, es decir, le puede dar igual
recoger o no recoger porque el perder el programa de televisión es
menos importante que intentar controlar a los padres y a la casa.
Ejemplos de normas
NORMA __________________________________________________
REFUERZO POSITIVO ____________________________________
CONSECUENCIA NEGATIVA________________________________
Una vez que hemos trabajado por escrito las tres normas que va-
mos a poner en casa, las escribimos en carteles y las recortamos, con
el objetivo de hacerlo más visible en la familia.
1. NORMA _______________________________________________
_____________________________________________________________
Yo _______________________________________ me comprometo a:
1. ________________________________________________________
Resumen
ACTIVIDADES PASO 6
Actividades para poner límites a los hijos
DESCRIPCIÓN Y TIEMPO DE LA
CONSECUENCIAS NORMA
NORMA
1. Los juguetes hay que guar- • Si te acuestas sin protestar
darlos dentro de la caja antes cuando los papás te lo piden,
de bajar al parque. podremos leer 2 cuentos. Si
protestas, te acuestas, pero no
habrá cuento adicional.
2. Hay que cepillarse los dien- • Si los recoges a la primera,
tes después de comer. podrás bajarte un juguete al
parque o subirte al tobogán.
Si los papás te lo tenemos que
recordar, los recoges y no te
puedes bajar juguetes al
parque/o subirte al tobogán.
3. A las 21 h o después de cepi- • Si te los cepillas a la primera,
llarse los dientes hay que podrás ver un ratito la televi-
acostarse en la cama. sión. Si los papás te lo tene-
mos que recordar, te los cepi-
llas y te acuestas en la cama.
Anota y añade en la hoja las cosas que más le gustan a tu hijo para
luego aplicar el refuerzo positivo y/o el costo de respuesta (retirada
de privilegio) como consecuencia de una norma:
❑ Juguetes. ❑ Pegatinas.
❑ Cromos. ❑ Caramelos.
❑ Tebeos. ❑ Golosinas.
❑ Revistas. ❑ Cuadernos para pintar.
❑ Plastilina. ❑ Libros de lectura.
❑ Recortables. ❑ Puzles.
❑ Pinturas. ❑ Rompecabezas.
❑ Globos. ❑ Construcciones.
❑ Pelotas. ❑ Otros:
1. NORMA __________________________________________________
_____________________________________________________________
REFUERZO POSITIVO _______________________________________
_____________________________________________________________
CONSECUENCIA NEGATIVA _________________________________
_____________________________________________________________
2. NORMA __________________________________________________
_____________________________________________________________
REFUERZO POSITIVO _______________________________________
_____________________________________________________________
CONSECUENCIA NEGATIVA _________________________________
_____________________________________________________________
3. NORMA __________________________________________________
_____________________________________________________________
REFUERZO POSITIVO _______________________________________
_____________________________________________________________
CONSECUENCIA NEGATIVA _________________________________
_____________________________________________________________
Una vez que se han trabajado por escrito las 3 normas que se van
a poner en casa en la actividad «poniendo normas», se escriben en
los carteles y se recortan, con el objetivo de hacerlo más atractivo y
visible en la familia.
1. NORMA _________________________________________________
_____________________________________________________________
2. NORMA _________________________________________________
_____________________________________________________________
3. NORMA _________________________________________________
_____________________________________________________________
Yo _______________________________________ me comprometo a:
1. ________________________________________________________
__________________________________________________________
GANO
PIERDO
2. ________________________________________________________
__________________________________________________________
GANO
PIERDO
3. ________________________________________________________
__________________________________________________________
GANO
PIERDO
HIJO PADRES