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Las Arqueas: Un mundo microbiológico por descubrir

Se trata de un grupo de microorganismos unicelulares de morfología procariota (sin núcleo), que forman
parte de uno de los tres grandes dominios de los seres vivos: arqueas, bacterias y
eucariotas.Las arqueas son organismos microscópicos, (tamaño entre 0,1 µm a más de 15 µm), que
pueden tener flagelos, con sus células envueltas con una cubierta (pared celular) con lípidos de
membrana muy distintos a las otras formas de vida, como las bacterias o los eucariotas, hecho que les
confiere alta resistencia a las condiciones extremas. Su alimentación también es muy distinta a la de las
bacterias, puesto que aprovechan compuestos inorgánicos como el hidrógeno, dióxido de carbono,
alcoholes, azufre, hierro, entre otros.

En el pasado las arqueas fueron clasificadas como bacterias, como procariotas, enmarcadas en el


antiguo reino Monera y recibían el nombre de arqueobacterias, pero esta clasificación dejó de utilizarse.
En realidad, las arqueas tienen una historia evolutiva independiente y muestran muchas diferencias en su
bioquímica con las otras formas de vida, por lo que fueron clasificadas en un dominio separado.

La relación entre los tres dominios es de gran importancia para comprender el origen de la vida. La
mayoría de las vías metabólicas, que implican la mayoría de los genes de un organismo, son comunes
entre arqueas y bacterias, y la mayoría de los genes implicados en la expresión del genoma son comunes
entre arqueas y eucariotas. En los procariotas, la estructura de la membrana de las arqueas es muy
similar a las bacterias Gram-positivas, principalmente porque ambas tienen una bicapa lipídica. En los
árboles filogenéticos basados en las secuencias de diferentes genes/proteínas de homólogos
procarióticos, los homólogos de arqueas están más cerca de los de las bacterias Gram-positivas.

S. Gupta propone que las arqueas evolucionaron a partir de bacterias Gram-positivas en respuesta a una
presión selectiva ejercida por los antibióticos liberados por otras bacterias. Esta idea está apoyada por
que las arqueas son resistentes a una amplia variedad de antibióticos producidos principalmente por las
Gram-positivas, y estos antibióticos actúan principalmente sobre genes que distinguen las arqueas. Su
propuesta es que la presión selectiva hacia la resistencia a antibióticos generada por los antibióticos de
las Gram-positivas fue finalmente suficiente para causar grandes cambios en muchos de los genes que
eran el objetivo del antibiótico, y que estas cepas de microorganismos representaban el ancestro común
de las arqueas actuales.

La evolución de las arqueas en respuesta a la selección por antibióticos, o cualquier otra presión selectiva
competitiva, también podría explicar su adaptación a ambientes extremos (tales como alta temperatura o
acidez) como resultado de una búsqueda de nichos ecológicos desocupados para escapar de los
organismos productores de antibióticos. La propuesta de Gupta está apoyada también por otras
investigaciones sobre la relación entre las proteínas estructurales y por los estudios que sugieren que las
bacterias Gram-positivas pueden constituir uno de los linajes que primero ramificaron en los procariotas.

En el dominio arqueas se admite la existencia de cinco grupos evolutivos (en función del análisis del
ARN ribosómico). De estos grupos, los Crenarchaeota (incluye hipertermófilos, acidófilos, reductores y/u
oxidantes del azufre y quimiolitoheterótrofos) y los Euryarchaeota (incluye microorganismos
metanógenos, termoacidófilos e hiperhalófilos), se están estudiando con mayor intensidad. La
clasificación de las arqueas todavía es difícil, porque la gran mayoría nunca fueron estudiadas en el
laboratorio y solo fueron detectadas por análisis de sus ácidos nucleicos en muestras tomadas del
ambiente.

Las arqueas y bacterias son bastante similares en tamaño y forma, aunque las arqueas tienen
formas muy inusuales, redondas, aplanadas, alargadas o filamentosas de hasta 200 µm, o incluso
pueden formar colonias filamentosas macroscópicas. A pesar de esta semejanza visual con las
bacterias, las arqueobacterias poseen genes y varias rutas metabólicas que son más cercanas a las de
los eucariotas, en especial en las enzimas implicadas en la transcripción y la traducción. Otros aspectos
de la bioquímica de las arqueobacterias son únicos, como los éteres lipídicos de sus membranas
celulares, que les confiere una resistencia muy superior, por ejemplo, a la temperaturas elevadas. Las
arqueas explotan una variedad de recursos mucho mayores que los eucariotas, desde compuestos
orgánicos comunes como los azúcares, hasta el uso de amoníaco, azufre, iones de metales o incluso
hidrógeno como nutrientes. Las arqueas tolerantes a la sal (las halobacterias) utilizan la luz solar como
fuente de energía, y otras especies de arqueas fijan carbono. Sin embargo, a diferencia de las plantas y
las cianobacterias, no se conoce ninguna especie de arquea que sea capaz de ambas cosas. Las
arqueas se reproducen asexualmente y se dividen por fisión binaria, fragmentación o gemación; a
diferencia de las bacterias y los eucariotas, no se conoce ninguna especie de arquea que forme esporas.

Las arqueas pueden vivir en muchos hábitats y se ha estimado que podrían formar hasta el 20 % de la
biomasa de la Tierra. Inicialmente, las arqueas era consideradas todas extremófilas que vivían en
ambientes hostiles tales como aguas termales y lagos salados, ambientes ácidos, alcalinos,… pero la
realidad es que se encuentran arqueas en los más diversos hábitats, tales como el suelo, océanos,
pantanos y en el colon humano (arqueas mesófilas). Las arqueas son especialmente numerosas en los
océanos, y las del plancton podrían ser uno de los grupos de organismos más abundantes del planeta.
Actualmente se consideran una parte importante de la vida en la Tierra y podrían jugar un papel
importante tanto en el ciclo del carbono como en el ciclo del nitrógeno.

No se conocen ejemplos claros de arqueas patógenas o parásitas, pero suelen ser mutualistas o
comensales. Son ejemplos las arqueas metanógenas que viven en el intestino de los humanos
(Methanobrevibacter smithii) en el que podrían actuar como mutualistas interactuando con otros
microorganismos para contribuir a la digestión de los alimentos, al igual que en los rumiantes, donde
están presentes en grandes cantidades y contribuyen a digerir el alimento. De igual forma se han
encontrado en termitas, corales, … Como microorganismos patógenos para los seres vivos, sólo se las ha
intentado relacionar con su implicación en infecciones bucales.

¿Para qué se pueden utilizar las arqueas?

Las arqueas tienen su importancia en la tecnología. Las extremas condiciones en las que estos
microorganismos pueden desarrollarse, han sido estudiadas en profundidad, y se ha visto que esto es
posible gracias a que estos microorganismos disponen de determinados enzimas que permiten que esto
sea posible. Gracias a esto, algunas de estas enzimas se están utilizando hoy en día para realizar
reacciones en condiciones extremas. Existen arqueas  metanógenas que son utilizadas para el
tratamiento en depuradoras de aguas residuales, al realizar la digestión anaeróbica de los residuos,
produciendo biogás, y las enzimas de arqueas extremófilas son capaces de resistir temperaturas
elevadas, pudiendo realizar su función a más de 100ºC, con lo que pueden procesarse alimentos a
elevadas temperaturas (leche baja en lactosa o suero de leche). Las enzimas de las arqueas termófilas
también tienden a ser muy estables en solventes orgánicos, por lo que pueden utilizarse en una amplia
gama de procesos respetuosos con el medio ambiente para la síntesis de compuestos orgánicos.

Gracias a la biotecnología, constantemente se están buscando nuevos microorganismos productores de


enzimas capaces de resistir las condiciones drásticas de los procesos industriales. Menos del 1% de los
microorganismos que existen han sido estudiados, por lo que se estima que existen millones de ellos por
descubrir, encontrándose la mayor parte de ellos en ambientes en los que las condiciones de crecimiento
son extremas e imposibles para otro tipo de organismos (microorganismos extremófilos, psicrófilos,
hipertermófilos, osmófilos, alcalófilos…). Estos microorganismos, constituyen sin lugar a dudas una fuente
potencial de enzimas nuevas. Por ejemplo, los psicrófilos sintetizan enzimas con modificaciones
bioquímicas que les permiten funcionar a bajas temperaturas, así como moléculas que reducen el punto
de congelación del agua dentro de la célula. Una nueva clase de antibióticos potencialmente útiles se
derivan de este grupo de organismos. Ocho de esas sustancias ya han sido caracterizadas, pero podría
haber muchas más, especialmente en Halobacterias. Estos compuestos son importantes porque tienen
una estructura diferente a la de los antibióticos bacterianos, de manera que pueden tener un modo de
acción diferente. Además, podrían permitir la creación de nuevos marcadores seleccionables para
utilizarlos en la biología molecular arqueobacteriana. El descubrimiento de nuevas sustancias depende de
la recuperación de estos organismos del medio ambiente y de su cultivo.

La gran biodiversidad existente entre los microorganismos extremófilos y su capacidad para sintetizar
proteínas y enzimas, activas en estas condiciones extremas, ha abierto un prometedor panorama en la
biotecnología, ya que gran parte de los procesos industriales ocurren bajo condiciones extremas de
temperatura, presión, fuerza iónica, pH y solventes orgánicos. Además, estas enzimas pueden ser usadas
como un modelo para diseñar y construir proteínas con nuevas propiedades de interés para determinadas
aplicaciones industriales, a través de la manipulación genética de microorganismos.

Las principales industrias que se han visto beneficiadas con el uso de estas extremoenzimas son las
productoras de detergente, la alimentaria, la textil, la peletera, la papelera y la farmacéutica. Los
termófilos y los hipertermófilos son los grupos de extremófilos más estudiados; las enzimas que han sido
aisladas de ellos han sido objeto de diversas investigaciones y aplicaciones industriales y biotecnológicas,
ya que son extremadamente termoestables y generalmente resistentes a la acción de desnaturalizantes,
detergentes, solventes orgánicos, y a la exposición a valores extremos de pH.

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