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ISAG

INSTITUTO DE EMPRENDEDORES

CURSO: SALUD DEL NIÑO

TEMA: LACTANCIA MATERNA 0 A 6 MESES


ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

DOCENTE: LIC. ENF

ESPECIALIDAD: ENFERMERIA II

ALUMNA: DIAZ ALDANA SAIRA TATIANA

FECHA: 17 DE SETIEMBRE

2019
TEMA: LACTANCIA MATERNA 0 A 6 MESES
DEFINICIÓN:

La lactancia materna es la forma ideal de aportar a


los niños pequeños los nutrientes que necesitan para
un crecimiento y desarrollo saludables.
Prácticamente todas las mujeres pueden amamantar,
siempre que dispongan de buena información y del
apoyo de su familia y del sistema de atención de
salud.

SEGÚN OMS:

La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante seis meses, la introducción


de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento
de la lactancia materna hasta los 2 años o más.

DE CERO A SEIS MESES:


Durante este periodo la leche materna debe ser el único alimento del bebé, excepto si
necesita algún tipo de suplemento vitamínico. No es necesario que el bebé tome
agua u otro tipo de líquidos: según la OMS la propia leche materna contiene un 88 por
ciento de agua, por lo que es suficiente para saciar al lactante. La leche materna
tendrá variaciones durante este periodo en cuanto a su composición y cantidad,
adaptándose a las necesidades del recién nacido.
Se llama calostro a la leche materna que se producen durante los dos o tres
primeros días tras el parto. Esta leche contiene una mayor cantidad de proteínas y
minerales. En adelante, la leche va reduciendo su porcentaje de proteínas y
aumenta el contenido en grasas y lactosa.
En este periodo no hay que establecer un horario para amamantar, sino que el bebé tiene
que ser alimentado cuando lo necesite. Generalmente se dan entre 10 y
12 tomas diarias que duran entre 10 y 20 minutos.
BEBÉS PREMATUROS:

El pediatra determinará si un bebé prematuro puede ser amamantado o no, dependiendo del


desarrollo que haya alcanzado. Mientras que algunos lo pueden hacer desde el momento de su
nacimiento, para otros habrá que extraer la leche materna de las mamas y suministrarla a
través de jeringuillas, sondas o biberones.
Las tomas de los bebés prematuros suelen ser más frecuentes de lo normal, y además no
suelen succionar toda la leche que necesitan, por lo que es frecuente administrar
posteriormente leche previamente extraída.
En algunas ocasiones, la madre puede dejar de producir la cantidad de leche necesaria para su
hijo. En estos casos se recurre al método canguro, que consiste en el contacto directo entre la
piel del neonato y la madre, lo que estimula la producción de leche.

COMPOSICIÓN
La leche materna incluye todos los nutrientes que un recién nacido requiere hasta los seis
meses de edad, por lo que será su único alimento. La Organización Mundial de la Salud
(OMS) recoge en su libro La alimentación del lactante y del niño pequeño los componentes
principales de la leche materna, que son:
 Grasas: En cada 100 mililitros de leche hay 3,5 gramos de grasa, aunque la cantidad
que recibe el lactante varía a lo largo de la toma. La grasa se concentra especialmente
al final de la toma, por lo que la leche presenta una textura más cremosa que al inicio.
Las grasas de la leche materna son importantes para el desarrollo neurológico del niño.
 
 Carbohidratos: El principal es la lactosa, cuya presencia es más alta que en otro tipo
de leches y sirve como fuente de energía. Otros hidratos de carbono presentes en la
leche materna son los oligosacáridos, importantes para combatir infecciones.
 
 Proteínas: La leche materna contiene una menor concentración de proteínas que la
leche normal, lo cual la hace más adecuada para los lactantes. Algunas de estas
proteínas son la caseína o la alfa-lactoalbúmina. La beta-lactoglobulina, una proteína
presente en la leche de vaca y que puede provocar intolerancia a la lactosa, no está
presente en la leche materna.
 
 Vitaminas y minerales: La leche materna ofrece la cantidad adecuada de la mayoría
de las vitaminas, a excepción de la vitamina D. Para corregir esa carencia, se debe
exponer al bebé a la luz del sol para que la genere de manera endógena, o si no,
mediante suplementos vitamínicos.
 
 Factores anti-infecciosos: Entre ellos se encuentran las inmunoglobulinas, los
glóbulos blancos, las proteínas del suero o los oligosacáridos.
 
 Factores bioactivos: Algunos de ellos son la lipasa, que ayuda a la digestión de la
grasa en el intestino delgado; o el factor epidérmico de crecimiento, que estimula la
maduración de las células de la mucosa del intestino para mejorar la absorción y
digestión de los nutrientes.
Conservación de la leche
La leche de la madre puede extraerse de las mamas y conservarse, de forma que el bebé
pueda alimentarse si la madre no puede estar presente en el momento en que lo pida. Además,
cuando se produce más leche de la que el bebé necesita, es recomendable extraerla para evitar
problemas como la ingurgitación o la mastitis.
Según el Comité de Lactancia de la AEPED, el calostro puede conservarse a temperatura
ambiente durante 12 horas. La leche madura se mantiene en buen estado más tiempo, y
dependiendo de la temperatura durará más o menos:
 Más de 30º: cuatro horas. 
 Entre 25 y 30º: de cuatro a seis horas. 
 Entre 19 y 22º: 10 horas.
 A 15º: un día.
 Refrigerada, entre 0 y 4º: ocho días. 
 Congelada: si es un congelador dentro de la nevera, dos semanas. Si es un
congelador de nevera pero separado, tres o cuatro meses. En congeladores comerciales,
se puede conservar hasta seis meses.

Se recomienda conservar la leche en recipientes de cristal bien limpios (no es necesario


esterilizarlos) y no de plástico, ya que el plástico puede trasmitir sustancias con efectos
adversos como los ftalatos o el bisfenol A.
En el caso de que se congele la leche, es recomendable llevar a cabo su descongelación
sumergiendo el recipiente en otro con agua caliente. Una vez descongelada, no se debe volver
a congelar.
La leche puede adquirir un olor rancio en algunas ocasiones, algo que se puede evitar
escaldando la leche y enfriándola rápidamente después. No obstante, la leche rancia no es
perjudicial para el bebé, aunque generalmente suelen rechazarla por su olor o sabor.
Beneficios de la lactancia para el bebé

La leche materna contiene todo lo que el niño necesita durante los seis primeros meses
de vida, favoreciendo su crecimiento, maduración y salud.

Muchos de los componentes de la misma se encargan de protegerle mientras su sistema


inmunitario completa su desarrollo, protegiéndole de enfermedades como catarros,
bronquiolitis, neumonía, diarreas, otitis, infecciones de orina, etcétera; además de
enfermedades futuras como asma, alergia, obesidad, o diabetes, y favoreciendo el
intelecto.
Beneficios de la lactancia para la madre

La lactancia materna acelera la recuperación, ya que la madre pierde el peso ganado


durante el embarazo más rápidamente y es más difícil que padezca anemia tras el parto.
También tienen menos riesgo de hipertensión y depresión posparto.

La osteoporosis y los cánceres de mama y de ovario son menos frecuentes en aquellas


mujeres que amamantaron a sus hijos.

Ventajas para la sociedad

La leche materna es una alimento ecológico, lo que significa que no necesita fabricarse,


envasarse ni transportarse. Esto supone un ahorro de energía al mismo tiempo que se
evita la contaminación del medio ambiente. Además, resulta un ahorro en alimentación
a la familia.

Puesto que hay una menor incidencia de enfermedades, disminuye a su vez el gasto
sanitario.

PROBLEMAS PARA AMAMANTAR


Problemas en las mamas:
Es posible que el bebé rechace la leche por problemas en las mamas. Estos son los más
comunes:
 Pezón plano o invertido: No impide al bebe succionar la leche, pero lo dificulta. Se
puede usar una pezonera o un sacaleches para conseguir la leche.
 
 Dolor o grietas en la mama: Surgen a causa de una mala postura al amamantar o
porque el bebé presente problemas para succionar, como un frenillo lingual corto. Para
aliviar el dolor, se recomienda aplicar la propia leche sobre la grieta, o tratar de
amamantar con el pecho no dolorido primero.
 
 Ingurgitación: Es el dolor que se produce en las mamas por acumulación de leche.
Para aliviar el dolor se debe extraer la leche, para lo que se puede recurrir a un
sacaleches si el bebé no quiere tomarla. Para facilitar este proceso se puede aplicar
calor sobre los senos, ya que se produce una vasodilatación que permite que la leche
fluya mejor.
 
 Mastitis: Cuando se retiene leche durante mucho tiempo, los lóbulos de la mama
pueden llegar a inflamarse, provocando lo que se conoce como una mastitis. Puede
presentar síntomas parecidos a los de una gripe: fiebre, escalofríos, malestar
general, cefaleas, etcétera. Es una infección que no puede trasmitirse al bebé, y la
forma de tratarla es extrayendo la leche (de forma similar a la ingurgitación) y reposar.
Se pueden tomar analgésicos como el ibuprofeno o el paracetamol para aliviar los
síntomas. Continuar amamantando también puede ayudar a revertir los síntomas.
 
Rechazo del bebé:
En ocasiones, el bebé se mostrará reacio a mamar de uno o de ambos senos. La mayoría
de las veces esto se puede solucionar encontrando la causa que provoca el rechazo:
 La postura de amamantamiento no es la correcta.
 El pezón es plano o demasiado grande.
 El bebé tiene una pequeña lesión (oído, clavícula, hematoma, etcétera).
 Mastitis.
 Una experiencia previa le produce rechazo al seno, como un sondaje.
 Cambios en la rutina: la madre comienza a trabajar, visitas, mudanzas, etcétera.
 La madre está embarazada o menstruando, lo que puede provocar cambios en la
leche.
 Cambios en el olor de la madre, por jabones o perfumes.
 Ruidos fuertes durante el amamantamiento.

Generalmente, cambiando la posición para amamantar o al reforzar el contacto con la piel, el


bebé volverá a succionar sin problemas; en cualquier caso, se puede consultar al pediatra para
conseguir que el bebé vuelva a amamantar y evitar una ingurgitación.
Crisis de los tres meses:
Es posible que el bebé se muestre más inquieto en ciertos días cuando transcurren cerca de
tres meses de su nacimiento. Esta inquietud se traduce en una mayor insistencia para mamar
con repentinos agarres al seno, lloros o problemas a la hora de dormir.
Esto se debe a que el bebé está creciendo y, por lo tanto, su apetito crece al necesitar más
alimento. En estos días, el número de tomas se verá aumentado, pero de forma natural las
mamas producirán la leche necesaria para que el niño quede satisfecho. En ningún caso se
debe recurrir a alimentar al bebé con leche artificial, ya que se puede producir una
ingurgitación debido al acumulamiento de leche.
Mordidas:
La curiosidad del bebé con sus dientes recién desarrollados puede hacer que en ocasiones se
produzcan pequeños mordiscos en el seno, que pueden causar dolor. Para evitarlo, se debe
hacer entender al bebé que no puede hacerlo.
Para ello, se puede retirar al bebé del pecho en el momento de la mordida mientras se le dice
“no” con semblante serio. Poco después, se puede seguir amamantando. Es posible que sea
necesario repetir el proceso varias veces para que el niño entienda el mensaje.
SEMANA MUNDIAL DE LA LACTANCIA MATERNA

Del 1 al 7 de agosto se celebra en más de 170 países la Semana Mundial de la Lactancia


Materna, destinados a fomentar la lactancia materna, o natural, y a mejorar la salud de
los bebés de todo el mundo.
TEMA: ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA
DEFINICIÓN SEGÚN LA OMS:

La alimentación complementaria es el proceso que comienza cuando la leche materna


por sí sola ya no es suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales del lactante, y
por tanto se necesitan otros alimentos y líquidos, además de la leche materna. La
transición de la lactancia exclusivamente materna a los alimentos familiares, lo que se
denomina alimentación complementaria, normalmente abarca el período que va de los 6
a los 24 meses de edad. Este es un periodo crítico de crecimiento en el que las carencias
de nutrientes y las enfermedades contribuyen a aumentar las tasas de desnutrición en los
menores de cinco años a nivel mundial.

Se han concebido diversas estrategias que han dado buenos resultados para mejorar las
prácticas de alimentación complementaria en los países de ingresos bajos y medianos,
donde las dificultades prácticas pueden limitar la observancia de las directrices sobre
alimentación complementaria.

OBJETIVO

Que empiece a comer a los 6 meses es empezar a complementar a la leche materna. No


sustituir, en realidad, sino complementar. Seguir dando el pecho a demanda, pero
empezar a darles comida con una cuchara para que empiecen a probar nuevos sabores, a
conocer nuevas texturas, a masticar y a ir comiendo, ya, los alimentos que comerá el
resto de su vida.

¿CUÁNTO DEBE COMER UN BEBÉ?

Como todo es cuestión de aprendizaje, no hay en realidad una cantidad predefinida de


alimento que deba tomar. De hecho, al principio, se sugiere que se le den una o dos
cucharadas del ingrediente que se le vaya a ofrecer y, cada día, si lo acepta, ir
aumentando. En este sentido se dice que, de igual modo que hasta los 6 meses el bebé
tomaba leche a demanda, a partir de los 6 meses tiene que seguir comiendo a demanda.
GUÍA PRÁCTICA DE INTRODUCCIÓN DE ALIMENTOS

6-7 meses

• Estadio inicial: al inicio tienen suficiente con una o dos cucharadas. Puede que al
principio al lactante le cueste coger el alimento o no sepa moverlo hasta el final de su
boca y se le caiga o lo escupa, esto es normal. Lo mejor es ofrecer purés de un solo
alimento, sin azúcar ni sal ni especias como: patata cocida o arroz o cereales sin gluten
diluidos con un poco de leche materna o con agua, una o dos veces al día y siempre
después del pecho.

• Segundo estadio: una vez que el niño aprende a comer con cuchara se introducen
nuevos sabores y mayor variedad de alimentos, en forma de purés aplastados y
semisólidos, que además le ayudarán a desarrollar su habilidad motora. El niño está listo
para esta etapa cuando es capaz de mantenerse sentado solo y de transferir objetos de
una mano a otra. Para mejorar su aceptación suele ser útil ofrecer el alimento nuevo
junto con uno conocido que al bebé le guste. Es preferible ofrecer inicialmente sabores
salados (sin sal añadida) y es importante no ofrecer alimentos excesivamente dulces.

8-11 meses

La mayoría de los lactantes a esta edad son capaces de comer alimentos blandos que
pueden coger por sí mismos, llevárselos a la boca (migas de pan, arroz inflado,
zanahoria cocida, trocitos de patata...) y masticarlos.

• Los vegetales deben cocerse para ablandarlos y las carnes trocearse y triturarse en puré
no muy fino. Se deben ofrecer alimentos para comer por sí solos (zanahoria cocida,
pera, pan) con cada comida y el pan puede untarse con mantequilla o margarina o
aceite. Los alimentos con azúcar añadido como las galletas, pasteles o bizcochos deben
desaconsejarse. Los derivados lácteos sin azúcar añadido pueden estar presentes en la
dieta desde los 9 meses (yogur, kéfir, queso). La lactancia materna debe continuar
ofreciéndose a demanda y si se ofrecen otros líquidos es preferible ofrecerlos en taza o
vaso. Los lactantes amamantados no precisan tomar derivados lácteos.
12-23 meses

La mayoría de los niños son capaces de comer casi los mismos tipos de comida que los
demás adultos de su casa, teniendo en cuenta que precisan alimentos con alta densidad
nutricional y que en esta etapa es tan necesario darle de comer como estimularle para
que se autoalimente. La leche materna sigue siendo una parte importante de la dieta y
debe ser preferiblemente el principal líquido aportado durante todo el segundo año o
más. Los alimentos pueden estar troceados o aplastados y la carne picada.

Es importante ofrecer alimentos que puedan llevarse a la boca con las manos como
trozos de pan, cereales, queso, frutas o verduras blandas. Se deben evitar alimentos que
supongan riesgo de atragantamiento por consistencia o forma: frutos secos, uvas,
zanahoria cruda, piel de salchicha o calamar, caramelos… Se debe evitar la oferta de
alimentos ricos en calorías vacías (excesivamente grasos). Tampoco se debe añadir sal a
las comidas.

RECOMENDACIONES DE LA OMS
Los lactantes deben recibir lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis
meses de vida para lograr un crecimiento, desarrollo y salud óptimos.
A partir de entonces, a fin de satisfacer la evolución de sus necesidades nutricionales,
deben recibir alimentos complementarios nutricionalmente adecuados e inocuos, al
tiempo que siguen tomando el pecho hasta los dos años o más.
Recuerda la cantidad, consistencia, frecuencia y tipo del alimento que se debe
proporcionar a la niña o niño es de acuerdo a su edad.
BIBLIOGRAFÍA:
Alimentación complementaria - María Teresa Hernández Aguilar - Pediatra, CS Fuente
de San Luis,Valencia

LINKOGRAFÍA:
https://cuidateplus.marca.com/familia/bebe/diccionario/lactancia-materna.html

https://www.who.int/elena/titles/complementary_feeding/es/

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