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Octubre-Noviembre 2009

El caso de H.M. Una vida sin recuerdos 43

José Carlos Dávila


Catedrático de Biología Celular. Universidad de Málaga. davila@uma.es
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Un martes del mes de diciembre del 2008, a las 5 biológicos de funciones complejas como la memoria
de la tarde, Henry Gustav Molaison —más conocido o el aprendizaje. No se podían explicar, por tanto, por 45
por sus iniciales H.M.— moría de insuficiencia respi- qué el niño sufría graves convulsiones tras del acci-
ratoria en un asilo de ancianos en Windsor Locks, dente, o incluso si el golpe en la cabeza tenía algo
Connecticut. Su muerte fue confirmada por Suzanne que ver.
Corkin, neurocientífica del Instituto Tecnológico de Dieciocho años después del accidente, Henry
Massachusetts, que había trabajado estrechamente Molaison llegó a la consulta del Dr. William Beecher
con él durante décadas. Henry Molaison tenía 82 Scoville, un neurocirujano del hospital de Hartford. El
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años. Había desaparecido uno de los pacientes más señor Molaison perdía el conocimiento a menudo y
famosos de toda la historia de la neurociencia. tenía convulsiones devastadoras, por lo que ya no
Durante más de 55 años, desde que fue sometido podía seguir trabajando (era mecánico de motores)
a una intervención quirúrgica cerebral como «trata- para ganarse la vida.
miento» para aliviar sus convulsiones, Henry Molai- 47
El Dr. Scoville, después de agotar otros tratamien-
son vivió una vida sin memoria. Tras la operación tos, decidió extirpar quirúrgicamente dos apéndices
entró en un estado de amnesia profunda que le duró en forma de dedo del tejido cerebral del señor Molai-
hasta su muerte. La película «Memento», del director son. Las convulsiones disminuyeron, pero el proce-
Christopher Nolan, recrea un caso de amnesia ante- dimiento —en especial, la extirpación del hipocam-
rógrada, similar a la padecida por H.M. El protagonis- po— dejó al paciente totalmente cambiado. Tras la 48
ta de la película, Leonard, recibe un golpe en la cabe- operación, H.M. era incapaz de recordar nada de lo
za que daña irreversiblemente su memoria. A partir que le sucedía.
de ese momento, sufre de amnesia profunda lo que
Alarmado por estos hechos, el Dr. Scoville consul-
le impide almacenar nuevas memorias, más allá de
tó con un famoso cirujano de Montreal, el Dr. Wilder
algunos minutos (en ese estado, tratará de resolver y
Penfield de la Universidad McGill, el cual, junto con la 49
vengar el asesinato de su esposa).
psicóloga Brenda Milner, ya había estudiado trastor-
Con motivo de su muerte, se publicó reciente- nos de memoria en otros dos pacientes. Rápidamen-
mente un artículo en la revista The New York Times, te, la doctora Milner comenzó a viajar desde Canadá
escrito por Benedit Carey, donde se revelaban algu- hasta Hartford para visitar al señor Molaison, a quien
nos detalles de la vida de H.M., así como testimonios realizó numerosos test de memoria. Fue ésta una
de personas que tuvieron alguna relación con él. Lo colaboración que modificaría para siempre la com- 50
que sigue a continuación está tomado de dicho artí- prensión que los científicos tenían sobre el aprendi-
culo. zaje y la memoria.
En 1953, Henry Molaison fue sometido, en un La doctora Milner, profesora de neurociencia
hospital de Hartford, a una operación experimental cognitiva en el Instituto Neurológico de Montreal y
de cerebro para corregir un trastorno convulsivo, sólo en la Universidad de McGill, comentaba que H.M. era 51
que de ella surgió fundamental e irreparablemente un hombre muy amable, muy paciente y siempre
alterado. Tras la operación, padeció un síndrome que dispuesto a realizar las tareas que le encargaba. En
los neurólogos llaman amnesia profunda. Había per- una entrevista reciente, la doctora Milner decía: «ca-
dido la capacidad para formar nuevas memorias. da vez que yo entraba en la habitación era como si
Durante los restantes 55 años de vida, cada vez nunca nos hubiésemos conocido». 52
que se reunía con un amigo, cada vez que comía, o En aquel momento, la mayoría de los científicos
cada vez que caminaba por el bosque, era como si creía que la memoria estaba distribuida ampliamente
fuera por primera vez. Y durante esas cinco décadas, por todo el cerebro y que no dependía de un órgano
fue reconocido como el paciente más importante en o región neural específica. Las lesiones cerebrales,
la historia de la neurociencia. Como participante en producidas por intervenciones quirúrgicas o por ac-
cientos de estudios, ayudó a los científicos a enten- cidentes, alteraban la memoria de una manera que
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der la biología del aprendizaje, la memoria y la habi- no era fácilmente previsible. Incluso cuando la docto-
lidad motora, así como también a comprender la ra Milner publicó sus resultados, muchos investiga-
fragilidad de la identidad humana. dores atribuyeron el déficit de H.M. a otros factores,
En este momento en el que la neurociencia se como a un trauma general debido a las convulsiones
encuentra en un claro crecimiento exponencial —se o alguna clase de daño no reconocido. «Fue difícil 54
invierten grandes sumas de dinero en investigación, para la gente creer que todo se debía a las escisiones
hay numerosos investigadores en los laboratorios de quirúrgicas» dijo Brenda Milner.
todo el mundo y se realizan estudios del cerebro a Esto empezó a cambiar en 1962, cuando la docto-
gran escala con la potente tecnología de creación de ra Milner presentó un estudio en el que ella y H.M.
imágenes—, es fácil olvidar cómo de rudimentaria demostraron que una parte de su memoria estaba 55
era la neurociencia a mediados del siglo XX. intacta. En una serie de ensayos, la doctora Milner
Cuando H. Molaison, con 9 años de edad, se gol- había entrenado a Henry Molaison a trazar una línea
peó fuertemente la cabeza al ser atropellado por un entre dos contornos concéntricos con forma de estre-
ciclista en su barrio cerca de Hartford, los científicos lla de cinco puntas, mirando a través de un espejo -
no tenían ninguna forma de ver el interior de su ce- algo difícil de realizar correctamente para cualquier
rebro. Tampoco se conocían apenas los mecanismos persona, las primeras veces.
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Cada vez que H.M. realizaba la tarea, le parecía por su vida, H.M. sentía que estaba contribuyendo a
una experiencia totalmente nueva. No tenía memoria una gran empresa, aunque desconocía los detalles»,
de haberlo hecho antes. Sin embargo, con la práctica comentaba la Dra. Corkin, quien se reunió con H.M.
se volvió hábil. «Un día, después de muchos de estos mientras estudiaba en el laboratorio de la doctora
44 ensayos, me dijo: ¡eh, esto era más fácil de lo que Milner, y con el que siguió trabajando hasta su muerte.
pensaba!» comentó la doctora Milner. Henry Molaison podía contar escenas de la infan-
Las implicaciones de este estudio fueron enormes. cia: senderismo por la ruta del Mohawk, un viaje por
A partir de entonces, los científicos reconocieron que carretera con sus padres, tiro al blanco en un bosque
había, al menos, dos sistemas en el cerebro para crear cerca de su casa. «Memorias esenciales, les llamamos»
45 nuevos recuerdos. Uno, conocido como memoria decía la Dra. Corkin. «Tenía las memorias, pero no po-
declarativa, registra nombres, rostros y nuevas expe- día ubicarlas en el tiempo con exactitud; no podía
riencias y los almacena hasta que se recuperan cons- construir una narración».
cientemente. Este sistema depende de la función de Henry Molaison era, sin embargo, consciente de su
áreas mediales del lóbulo temporal, en especial una presencia, estaba abierto a cualquier broma y era per-
46 región conocida como «hipocampo», ahora converti- ceptivo como cualquier otra persona. Un día, un inves-
da en una de las partes más estudiadas de todo el tigador que visitaba a la doctora Milner y a H.M. se
cerebro. El otro sistema, conocido por todos como dirigió a ella comentándole lo interesante que era el
memoria motora, es inconsciente y depende de otras caso de este paciente. «H.M. se encontraba justo allí»,
áreas del cerebro. Esto explica por qué las personas dijo la doctora Milner, «y se ruborizó, y se fue murmu-
pueden volver a montar en bicicleta después de mu- rando que no pensaba que él fuera tan interesante».
47 chos años sin usarla, o coger una guitarra que no han Durante los últimos años de su vida, el señor Mo-
usado en años y aún recordar cómo se toca. laison estuvo, como siempre, dispuesto a recibir las
De pronto, «todos querían un amnésico que estu- visitas de los investigadores. La Dra. Corkin vigilaba su
diar», decía la doctora Milner, y los investigadores estado de salud todas las semanas. Fue ella también la
comenzaron a esbozar otros aspectos de la memoria. que organizó un último programa de investigación.
48 Observaron que la memoria a corto plazo de H.M. El martes 2 de diciembre, horas después de su
funcionaba muy bien; él podía mantener los pensa- muerte, los científicos estuvieron toda la noche to-
mientos en su cabeza durante unos 20 segundos. En mando exhaustivos escáneres del cerebro de H. Molai-
aquel momento se pensaba que esto no era posible son. Con estos datos, los científicos podrán analizar
sin el hipocampo. con más precisión qué áreas de sus lóbulos tempora-
«El estudio de H.M. por Brenda Milner constituye les estaban aún intactas y cuáles estaban dañadas, y
49 uno de los grandes hitos en la historia de la neuro- cómo se puede relacionar el patrón observado con los
ciencia moderna» dijo el Dr. Eric Kandel, neurocientífi- trastornos de su memoria.
co en la Universidad de Columbia y premio Nobel en La Dra. Corkin dispuso también que el cerebro de
medicina y fisiología en el 2000. «Se abrió el camino H.M. fuera preservado para un estudio futuro, como se
para el estudio de los dos sistemas de memoria en el hizo con el de Einstein, al tratarse de un «artefacto»
50 cerebro, explícito e implícito y sirvió de base para insustituible en la historia científica.
todo lo que llegaría más tarde, el estudio de la memo-
«Era como un miembro de la familia», decía la Dra.
ria humana y sus trastornos».
Corkin, que está escribiendo un libro sobre H.M., titu-
En la década de los 70, mientras vivía con sus pa- lado Una vida sin memoria. «Se podría pensar que es
dres o con un familiar, H.M. llevaba una vida aparen- imposible mantener una relación con alguien que no
51 temente normal: ayudaba en la compra, cortaba el te reconoce, pero yo lo hice». A su manera, el señor
césped, barría o se sentaba a ver la televisión. Podía Molaison conocía a su visitante frecuente, añadió ella:
pasar el día atendiendo a detalles cotidianos, como «Él creía que me conocía de la escuela secundaria».
preparar la mesa para el almuerzo o hacer la cama;
Henry Gustav Molaison, nacido el 26 de febrero de
repitiendo aquello que él podía recordar de sus pri-
1926, no dejó descendientes, pero dejó un legado en
meros 27 años.
52 ciencia que no se puede borrar.
«De alguna manera, por todas aquellas personas,
científicos, estudiantes e investigadores que pasaban

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Lecturas recomendadas para saber más:
Clark RE, Broadbent NJ, Squire LR. 2005. Hippocampus and remote spa-
tial memory in rats. Hippocampus, 15:260-272.
54 Frankland PW, Bontempi B. 2005. The organization of recent and re-
mote memories. Nat Rev Neurosci, 6:119-130.
Squire LR, Bayley PJ. 2007. The neuroscience of remote memory. Curr
Opin Neurobiol, 17: 185-196.
Zola-Morgan SM, Squire LR. 1993. Neuroanatomy of memory. Annu.
55
Rev. Neurosci. 16: 547-563.

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