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Facultad de Psicología
UNIVERSIDAD DE MANIZALES
Carrera 9 No. 19-03
Conmutador (096) 887 9680
Fax: 8841443
e-mail: perspectivasenpsicologia@umanizales.edu.co
Manizales, Caldas, Colombia
Diagramación
Gonzalo Gallego González
Traducción al inglés
Departamento de Idiomas, Universidad de Manizales
Impresión
Centro de Publicaciones Universidad de Manizales
Se puede acceder a la totalidad de los números de la revista y de sus contenidos, con libre acceso,
ingresando al link: http://umanizales.edu.co/programs/psicologia/Perspectivas/index.html
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Perspectivas en Psicología
Edición No 12 - Enero - Junio de 2009
Universidad de Manizales
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
PERSPECTIVAS EN PSICOLOGÍA
ISSN 0120-3878
Enero - Diciembre del 2009 No. 12
Manizales, Caldas
RECTOR
Guillermo Orlando Sierra Sierra
VICERRECTORA ACADÉMICA
Ana Gloria Ríos Patiño
VICERRECTOR ADMINISTRATIVO
Jorge Iván Jurado Salgado
DECANO
Ricardo Celis Pacheco
Comité Editorial
Ligia López Moreno. Universidad de Manizales
Álvaro Díaz Gómez. Universidad de Manizales
Ariel César Núñez Rojas. Universidad de Manizales
Germán Guarín Jurado. Universidad de Manizales
Editor
Álvaro Díaz Gómez
Universidad de Manizales
Comité Científico
Luís Fernando González Rey - Universidad de Brasilia, Brasil
Heiddi Figueroa - Universidad de Puerto Rico
Eduardo Murueta - Universidad Autónoma de México
Alexander Dorna - Universidad de Cohen, Francia
José María Peiró - Universidad de Valencia, España
Albertina Mitjans - Universidad de Brasilia, Brasil
Arturo Heman - México
Nota: Las ideas expuestas en los ensayos que aparecen en Perspectivas en Psicología son de exclusiva
responsabilidad de cada autor. Sus contenidos se podrán reproducir siempre y cuando se indique de
manera expresa su procedencia.
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Perspectivas en Psicología
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Contenido
Editorial [9]
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Perspectivas en Psicología
Edición No 12 - Enero - Junio de 2009
Editorial
El presente número de la revista Perspectivas en Psicología, es un monográfico so-
bre psicología política que surgió como propuesta y compromiso desde la RED de
psicología social y crítica, auspiciada por la Asociación Colombiana de Facultades
de Psicología (ASCOFAPSI) idea propuesta en el encuentro nacional de la RED,
realizado en la ciudad del Bogotá, en el año 2007, donde nos designaron como edi-
tores del mismo a los profesores Alvaro Díaz Gómez, de la Facultad de Psicología
de la Universidad de Manizales y Vanessa Sánchez Mendoza, de la Universidad
Católica de Colombia.
Realizamos la convocatoria respectiva a los integrantes de la RED y la abrimos a
otros colegas que, sin ser parte de ella, trabajan desde la psicología política o en
temas afines. Aquí los límites temáticos e intradisciplinarios se van diluyendo. De
esta convocatoria surgen los ocho artículos que constituyen este nuevo número de la
revista Perspectivas en Psicología. Ellos dan cuenta de los conceptos y temas como
se asume esta área de la psicología.
El texto “Guatemala feliz...¿nunca más?” reflexiona sobre la violencia política que
se vivió en Guatemala en la década del 80 y que se expresó en la vulneración de
los derechos humanos por parte del Estado y también sobre la organización de la
sociedad civil y, en ella, la academia, para pensar los fenómenos psicosociales que
de tal hecho se derivan, siendo una de sus posibles aristas, la de la memoria histórica.
El artículo “La política como estrategia de sobrevivencia” muestra, a partir de un
proceso investigativo realizado en la ciudad de Córdoba (Argentina) cómo desde las
prácticas comunitarias realizadas con sectores en condiciones de pobreza puede el
investigador aproximarse, desde la perspectiva del sujeto, a líneas de sentido respecto
de sus prácticas políticas en su hacer diario, reconociendo los sentimientos presentes
y su relación con una subjetividad actual que se sitúa en el territorio comunitario
-espacio local, próximo y conocido- en donde se construyen las pertenencias, los
modos de “hacer con otros”, un “sentido -psicológico-del lugar”, sentimientos que
se hacen presente.
En el tercer texto, titulado “Política, cultura y contracultura en psicologia” el autor
plantea cómo no sabemos de política así seamos políticos en acto, ni de cultura así
seamos sujetos simbólicos en acto, y como no sabemos del sentido político, cultural
de la situación nacional, así la vivamos a diario. Dada esta situación nos propone
un reto: asumir y pensar que hay un pensamiento político, un pensamiento cultural,
que hay un pensamiento contracultural, de resistencia política.
Complementa, en otro horizonte el artículo “Psicología política y subjetividad, hacia
la construcción de una mirada estético política del ejercicio político” plantea cómo lo
político se actualiza en lo cotidiano y con lo humano, en formas diversas de concebir
el ejercicio político, siendo una de ellas la mirada estético-política, que conlleva a
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Resumen
En el Informe del Proyecto lnterdiocesano «Recuperación de la Memoria Histórica»
se analizan varios miles de testimonios sobre violaciones de los derechos humanos
ocurridas durante el conflicto armado interno. Este trabajo está sustentado en
la convicción de que, además de su impacto individual y colectivo, la violencia
quitó a los guatemaltecos su derecho a la palabra. Cada historia es un recorrido
de mucho sufrimiento, pero también de grandes deseos de vivir. Mucha gente se
acercó para contar su caso y decir «créame». Esta demanda implícita está ligada al
reconocimiento de la injusticia de los hechos y a la reivindicación de las víctimas
y sus familiares como personas, cuya dignidad trató de ser arrebatada. Aclarar y
explicar -dentro de lo posible- lo ocurrido, sin localizar el daño ni estigmatizar a las
víctimas, constituyen las bases para un proceso de reconstrucción social. Sólo así la
memoria cumple su papel como instrumento para rescatar la identidad colectiva.
Palabras clave: memoria histórica, subjetividad, psicología de la liberación
Abstract
In the report of the Interdiocesano Project—Recovery of the Historic Memory—
several thousands of testimonies abiout violations of human rights that happened in
the domestic war are analized. This report is supported in the certainty that, besides its
individual and collective impact, violence took the people from Guatemala the right
to express themselves. Each story is a journey of sufferings, but also a great desire to
live. A lot of people told their stories and said—believe me--. This implicit demand
is tied to the recognition of the injustice of facts and the reivindication of the victims
and their relatives as human beings, whose dignity tried to be snatched to clarify and
explain, as much as possible, what happened without locating the damage nor stigmatize
the victims form the basis for a process of social reconstruction. Only through this,
does memory accomplish its role as an instrument to obtain the collective identity.
Key words: historic memory subjectivity, psychology of liberation.
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Guatemala feliz... ¿nunca más?
Carlos Seijas pp 11-25
Con esta estrofa escrita por el poeta cubano, José Joaquín Palma, quien seguramente
las plasmó pensando en su tierra y el conflicto que vivía como ultima colonia es-
pañola, se abren los versos que constituyen la letra original del himno nacional de
Guatemala, hoy en día en vez de tan bravíos versos, escuchamos:
¡Guatemala feliz...! que tus aras
no profane jamás el verdugo;
ni haya esclavos que laman el yugo
ni tiranos que escupan tu faz.
Mi querida patria, es como muchas naciones latinoamericanas una nación fallida,
una democracia en eterna construcción, una utopía en la que los sueños se concretan,
digo, más bien se petrifican de tanto soñarse a sí mismos. El deseo de Joaquín era
una Guatemala feliz, en la cual sus altares no llevan sangre feroz vertida por el amo,
el gran Otro, ni cobardes, ni tiranos gozadores. Hay un verso que me divierte sobre
manera al prensarlo a en su factualidad, y que quedó intacto ante la pluma vil de José
María Bonilla cuando por orden del General, el Único, Don Jorge Ubico hiciera de
la forzuda letra de Palma algo un poco más castrado, aséptico:
“Tus hijos valientes y altivos”, claro, perdidos en los nuevos templos globales
erigidos al gozo capitalista del consumo llamados supermercados, en los Reality
Shows, en los juegos de video, en los Shoppings. “Valientes”, “altivos” e indiferentes
consumidores, cuya lucha se fundamente en establecer quien consume más. ¿Más
qué? Pues más de sí mismo, los llenos de nada. Pura carne de consumo, un ser sin
contenido, un homo sacer3.
3 El Homo Sacer hace referencia a una oscura figura del derecho romano arcaico, en que la vida
humana se incluye en el orden jurídico únicamente bajo la forma de su exclusión, nos ofrece la
clave gracias a la cual no sólo los textos sagrados de la soberanía, sino, más en general, los propios
códigos del poder político, pueden revelar sus arcanos. Homo Sacer significa literalmente “hombre
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carne”, al que cualquiera podía exterminar sin incurrir en un delito. Si desean explorar a detalle
dicha macabra figura legal les invito a leer el libro homónimo de Giorgio Agamben.
4 La CEH tenía las siguientes finalidades: “I) Esclarecer con toda objetividad, equidad e imparcialidad
las violaciones a los Derechos Humanos y los hechos de violencia que han causado sufrimientos a
la población guatemalteca, vinculados con el enfrentamiento armado. II) Elaborar un informe que
contenga los resultados de las investigaciones realizadas y ofrezca elementos objetivos de juicio
sobre lo acontecido durante este periodo, abarcando todos los factores, internos y externos. III)
Formular recomendaciones específicas encaminadas a favorecer la paz y la concordia nacional en
Guatemala. La Comisión recomendará, en particular, medidas para preservar la memoria de las
víctimas, para fomentar una cultura de respeto mutuo y observación de los Derechos Humanos y
para fortalecer el proceso democrático”.
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Carlos Seijas pp 11-25
nunca jamás debieron haberse repetido, tuvo lugar, entre 1981 y 1983, en las zonas
mayas, donde el ejército guatemalteco realizó operaciones contrainsurgentes salvajes.
La CEH registró en total 42 mil 275 víctimas, incluyendo hombres, mujeres y niños.
De ellas, 23 mil 671 corresponden a ejecuciones arbitrarias y seis mil 159 a víctimas
de desaparición forzada. De las víctimas plenamente identificadas, 83 por ciento
eran mayas y 17 por ciento mestizos. Combinando estos datos con otros estudios
realizados sobre la violencia política en Guatemala, la CEH estima que el saldo de
muertos y desaparecidos por el enfrentamiento llegó a más de 200 mil personas.
Las fuerzas del Estado y grupos paramilitares guatemaltecos fueron responsables de
93 por ciento de las violaciones a los derechos humanos durante el enfrentamiento
armado; la guerrilla fue responsable de 3 por ciento, mientras que en el restante 4
por ciento de los casos se incluyen otros autores o no fue posible reunir elementos
suficientes para establecer la responsabilidad de los hechos, según el documento
Guatemala.
El asesinato de niños y niñas indefensos, a quienes se dio muerte en muchas ocasiones
golpeándolos contra paredes o tirándolos vivos a fosas sobre las cuales si lanzaron
más tarde los cadáveres de los adultos; la amputación o extracción traumática de
miembros; los empalamientos; el asesinato de personas rociadas con gasolina y
quemadas vivas; la extracción de vísceras de víctimas todavía vivas en presencia de
otras; la reclusión de personas ya mortalmente torturadas, manteniéndolas durante
días en estado agónico; la abertura de los vientres de mujeres embarazadas y otras
acciones igualmente atroces constituyeron no sólo un acto de extrema crueldad so-
bre las víctimas, sino, además, un desquiciamiento que degradó moralmente a los
victimarios y a quienes inspiraron, ordenaron o toleraron estas acciones.
La estructura y la naturaleza de las relaciones económicas, culturales y sociales en
Guatemala han sido profundamente excluyentes, antagónicas y conflictivas, y son
un reflejo de su historia colonial. El carácter antidemocrático de la tradición polí-
tica guatemalteca tiene sus raíces en una estructura económica caracterizada por
la concentración en pocas manos de los bienes productivos, sentando con ello las
bases de un régimen de exclusiones múltiples, a las que se sumaron los elementos
de una cultura racista, que es a su vez la expresión más profunda de un sistema de
relaciones sociales violentas y deshumanizadoras.
En su balance histórico, la CEH señala: Después del derrocamiento del gobierno
del coronel Jacobo Arbenz en 1954 tuvo lugar un acelerado proceso de cierre de
espacios políticos, inspirado en un anticomunismo fundamentalista que anatematizó
un movimiento social amplio y diverso, consolidando mediante las leyes el carácter
restrictivo y excluyente del juego político. La Guerra Fría tuvo también influencia
especial. La CEH precisa que la asistencia militar de Estados Unidos a Guatemala se
destinó a “reforzar los aparatos de inteligencia nacionales y entrenar a la oficialidad
en la guerra contrainsurgente, factores clave que incidieron en las violaciones a los
derechos humanos durante el enfrentamiento armado”. Y agrega: El anticomunismo
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6 Si vis pacem, para bellum es una máxima latina que se traduce como: Si buscas la paz, prepárate para
la guerra. Aunque su origen es desconocido, se suele considerar que se basa en una cita del escritor
militar romano Publius Flavio Vegetius Renatus: Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum. El
dicho es uno de los muchos basados en su obra Epitoma rei militaris, posiblemente escrita alrededor
del año 390 a. C. Hay una sutil diferencia en la gramática de las dos frases. La primera es enfática,
o viva. Se trata de una frase condicional presentada como una oración adverbial con el verbo en
indicativo. Por lo general se esperaría que el verbo principal estuviera en indicativo, pero el autor
cambia al imperativo. El resultado es un imperativo: si realmente deseas la paz, prepárate para la
guerra. La frase de Vegetius es una hipótesis. Es una frase condicional menos vívida, construida
como supuesto, con una oración adjetivada y con ambos verbos en subjuntivo: quien deseara la
paz, por lo tanto, se debería preparar para la guerra
7 ¿El terrorismo no está ausente del campo que ello consideran que no es simplemente una búsqueda
de bienestar y de espejismo recíproco que lo gobierna?, de un modo bastante variado, algo se ejerce
allí que corta y excluye, hasta que se excluye del uno al otro, que esta reflexión, esta constatación
de la que es un efecto esencial y característico de ciertas funciones en nuestra época y, muy espe-
cialmente de aquellas que, bajo algún titulo, pueden autorizarse a partir de un pensamiento que me
hace proponer hacerles tomar parte, hoy, de algunas reflexiones que no se enganchan mal alrededor
del término de eso a lo que se refiere de lo que es necesario entender bajo el registro término usual
y que es blandido sin discernimiento, de la libertad de pensamiento. Jacques Lacan, Clase 17, 23
Abril de 1969 Seminario 16 De un Otro al otro.
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no podrá nunca ser dicho o acotado. La misma connotación pasea el hombre toda
su vida para el Psicoanálisis. Y vemos que siempre estamos hablando de lo mismo:
en el discurso todo da vueltas y se desliza para volver a pasar delante nuestro como
una moebius con las patas aflojadas por la circunstancia histórica.
El malestar en la cultura de nuestros días: nos degradamos a objetos en tanto valor
de intercambio. Bulimia, anorexia y fobias como paradigmas de la histeria en los
‘90 de la globalización planetoide. Actos irrefrenables y deseo mortífero; atracones
y vómito, restricción de la ingesta. En las pacientes de Freud, inervación somática;
en los ‘70 y ‘80, la depresión y la melancolía. Todo dependerá siempre de cómo
se resuelva la economía de mercado a escala mundial y sus investiduras políticas y
sociales. En definitiva, para hablar de un estado ideal de complacencia yoica en el
que el hombre se sienta sumido en la aprobación no crítica de su entorno, debiéramos
además dar un rápido vistazo a la realidad en la que la alienación creciente organiza
en cualquier aspecto la azarosa vida de los hombres. Vida, ya sea en sus lamentables
relaciones de producción como en sus singularidades psíquicas -dependientes en
todo caso de las primeras-, así como en su condición de desamparo y marginalidad.
El sentirse en paz del hombre contemporáneo se volverá una quimera en tanto y en
cuanto no represente el hecho de negar maníacamente la disposición de todos los ele-
mentos que componen la realidad de su mundo de significaciones. Realidad fatalmente
atravesada por la violencia y el desencanto. El Psicoanálisis escucha lo irremplaza-
ble de la historia de un sujeto y no se siente por eso mismo compelido a justificarlo
antropológicamente, sino que a partir del encontronazo del paciente con la queja del
síntoma, le posibilitará un espacio para intentar descifrar el enigma que el síntoma
porta en su extrañeza con el mundo del sujeto. En esa resolución de complejidad y
paciencia incomparables, la angustia dejará un lugar de privilegio a un relativo estado
de tranquilidad y equilibrio que podría asemejarse a la paz interior de los místicos.
Pero esto sería un hallazgo más en la discontinuidad que significa la vida de un ser
humano, mientras los embates y las exigencias del mundo volverán a proponerle
nuevas situaciones que pondrán a prueba sus defensas yoicas en un proceso inaca-
bable de búsqueda y fracaso en la ilusoria suspensión del dolor psíquico.
Otra mirada sobre el tema, que podría ser interpretada desde una consideración más o
menos sincrónica de una personalidad, es la de Erikson y su descripción sistemática
y aplicada de la última etapa vital: Integridad yoica vs. Desesperación. Entonces, el
primer término de la polaridad se traduciría en sentir una paternidad solidaria con
las nuevas generaciones y la aceptación serena de la muerte inminente, mientras
que el segundo término daría cuenta de cierta regresión a un estado narcisista que
hace síntesis en la sensación infantil de tenernos por hijos de nosotros mismos. Pero
Erikson clasifica actitudes en una tipificación generalizada que hace perder de vista
la dirección siempre única del deseo. Concluyendo, para el Psicoanálisis el estado
de paz, como forma de delectación ensimismada y conciliadora con el propio Yo
en beneficio de una actuación pacífica y productiva en el mundo de las relaciones
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tiempo sin remedio. Pasos por fuera del umbral de una puerta nunca bien cerrada a
paisajes errantes, novedosos. Sacudones de rabia espumosa cercando los andrajos
de palabra para atajar en el puño su sentido.
Locura neurótica que se da como firme testimonio de un enigma por descifrar, pero
jamás perderá de vista la línea segura de la costa. Su juego no sabe ser descarnado
ni vacío. Es un juego de cornisas bajo las redes tensadas que agregará un desaire a la
incertidumbre. La locura de apostarse; entrega y desafuero para hacer cuerpo con el
ideal y sus itinerarios. Locos caprichos de locas humanidades generosas, solidarias,
inmoladas en favor de un concepto: amor, igualdad, liberación. Misiones heroicas
engordando combates contra las abstracciones sutiles de la historia. Locas voces
dando diatribas guardadas en cintas magnetofónicas. Locas vecindades crispando
las etnias en el fragor inexorable de las guerras. La locura que besa las lindes de la
hoguera, barre olores burlando las señas sin desmayo. Locuras de intentos y desma-
nes, de vacilaciones laboriosas, descomedidas culpas y venganzas. Esta locura no
es la psicosis. La psicosis asoma como martirilogio de otra escena, en testimonio
desnudo a cielo abierto y descampado. La psicosis es casi zamarrear en cada visión
y en cada acto el venenoso esqueleto de las cosas. El psicótico no puede estar loco
porque no aprenderá a trastornar el corazón incierto de la lógica formal. Nunca ella
habrá comparecido en su vida más que por simulacros y artificios.
El psicótico no sabe jugar a nada que no le permitan sus reglamentos remendados con
hilos de agua robados de algún sitio. No cree en el acertijo ni en la duda que socava
la proeza. No reconoce del chiste otra cosa que la injuria. Persigue, en cambio, un
rastro que da por verdadero y propio muchísimo tiempo antes de poner su pie en el
camino. La certeza es su faro y todo el vasto desconcierto. Es ideólogo contractua-
lista, como Rousseau. Construye sistemas de pensamiento, como Wittgenstein. Sale
al ruedo del mundo y se las arregla como puede en mitad de una casta temerosa de
coherentes. Oye voces y ve sombras recostadas contra los bordes del silencio y todas
sus esperas. Se escucha a sí mismo decirse que se ve disponiendo de las sombras y
los huecos para adornar su casa en la medianía de aquellos que lo miran.
La topadora cultural lo llena de pastillas, lo chupa para adentro, le fabrica un hospi-
cio, lo viste de electrodos, lo enchaleca y ubica su locura en un mapa averiado del
cerebro. La topadora cultural recorre su existencia maldita por confines semejantes
a los restos humanos de Hiroshima. Humo de carne en la pared sin nombre. Su piel,
entonces, suele bajar hasta el registro manchado por todas las metáforas del mundo.
Este es el psicótico, el lúmpen, el que no se inscribirá a los cincuenta en las futuras
listas de cementerios privados. El loco desajustado, irritante, ofensivo, trajeado con
luces de vergüenza, metiendo siempre su pie desprovisto de pasos dirigidos para
pedir algo que desacelere su caída.
La psicosis no es la locura. No. Es la traba inoportuna que rompe el flujo y su
producto, es el cese sin doblez, es la máquina parada para siempre, es la muerte
estrepitosa del consumo, la mercancía fallada, el puro valor de uso, el inferno de
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Bibliografía
AA.VV. Conflicto Armado: memoria, trauma y subjetividad. Coloquio convocado por la Nueva Escuela
Lacaniana. Medellín. 29 y 29 de Marzo de 2008.
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Freud, Sigmund. El porvenir de una ilusión. Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu. 1976.
Gallo, Hector. El sujeto criminal: Una aproximación psicoanalítica al crimen como objeto social.
Medellin: Universidad de Antioquia. 2007.
Lacan, J. Seminario 13: El objeto del psicoanálisis. Inédito. 1965-66
Lacan, J. Seminario 16: De otro al Otro (1968-1969). Buenos Aires: Paidós. 2008.
Lacan, J. Seminario 22: RSI. Inédito. 1974-75
Lacan, Jacques. La ciencia y la verdad. En Escritos 2. México: Siglo Veintiuno. 1992.
Ramírez, Mario Elkin. Órdenes de Hierro. Medellín: La Carreta Editores E.U. 2007.
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Resumen
Este trabajo surge a partir del Proyecto de Investigación13 “Vulnerabilidad política,
prácticas políticas y sentimientos asociados”14 centrados en las preocupaciones
surgidas de las prácticas comunitarias en sectores en condiciones de pobreza15. Nos
interesa aproximarnos, desde la perspectiva del sujeto a líneas de sentido respecto
de sus prácticas políticas en su hacer diario, los sentimientos presentes y su relación
con una subjetividad actual. Esta se sitúa en el territorio comunitario, -espacio local,
próximo y conocido-, en donde se construyen las pertenencias, los modos de “hacer
con otros”, un “sentido -psicológico-del lugar”, sentimientos que se hacen presente16.
Palabras Clave: Política, vulnerabilidad, sentimientos, práctica comunitaria.
Abstract
This report started from a Research project13—Political vulnerability, political
practices, and associated feelings14—focused on the worries from the community
practices in sectors of poverty conditions15. We are interested in the current feelings
and their relationship with a present subjectivity, from a perspective of the subject
related to his political practices in his daily activity.This subjectivity is situated in
the community territory, known local space, where the ways of doing with others,
a psychological sense of the place and feelings that are present are built.
Key words; Policy,vulnerability, feelings, community practice.
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La política como estrategia de sobrevivencia
Ana Alderete, S. Plaza, O. Barrault, C. Berra, I. Díaz pp 27-35
Introducción
Esta ponencia se presenta en el marco de las estrategias de sobrevivencia de sectores
poblacionales aquella que identifica a la política como componente de la misma.
Articulada a los sentidos de la política y la acción política en la vida cotidiana, encon-
trados. Se organiza la presentación según tres ejes: 1) Signos de época; 2) Prácticas
políticas en la vida cotidiana; y 3). Reservamos un apartado final que refiere a la
afirmación de otras prácticas políticas.
17 Como gestión: entendida como administración de una situación social que se gestiona ante el Estado.
Se presenta como un medio, convencional, representacional, delegativa, a través de los partidos, utili-
zando el voto como medio, la acción territorial desarrollada a través de líderes, punteros y dirigentes,
y el Estado como actor central. Como invención: crea espacio y tiempo. El espacio desde la concep-
ción que cualquier lugar es posible de transformar el lugar político, y en este sentido, hay espacio que
se instituye. Es la perspectiva de la autonomía, del poder-hacer. El tiempo remite al tiempo que las
personas o grupos instituyen desde su propia construcción. De este modo la política como invención
se caracterizaría por: no convencional, directa, no delegativa, con importante participación de grupos
y movimientos, no anula el voto pero la participación no se agota en él, acción en el territorio con sus
iguales y en nombre propio, el grupo o el movimiento como actor central, de fuerte carácter creador y
activo con el fin de lograr algún tipo de incidencia en la toma de decisiones políticas. Lo político como
invención refería al orden de la creación, de la ruptura, de la autonomía, y de la igualdad.
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Perspectivas en Psicología
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personas vulneradas que dependen de la dádiva: personas a las que les dan (bolsones,
comida, planes) a cambio de una acción que se pretende que aporte a re-legitimar la
representación política. Las respuestas espontáneas equiparan política con partido, y
al connotar negativamente a las instituciones rechazan la política.
Vulnerabilidad política asociada a una subjetividad debilitada
Considerando lo anterior, se construyó un concepto de vulnerabilidad política, de-
finida como del orden de lo vulnerable y en relación a esto como la posibilidad de,
en un futuro, estar más del lado de la imposibilidad, de la incapacidad del sosteni-
miento de una condición de vida. Los elementos que definen dicha vulnerabilidad
tienen que ver con discursos, prácticas y sentimientos en relación a: el ejercicio, la
práctica, de la política como representación; la gestión como característica central
al bienestar solamente individual o de lo colectivo, pero no del orden de la igualdad;
la limitación en las condiciones de ejercicio de la organización colectiva sobre el eje
de la autonomía; la imposibilidad de pensar los imposibles, la presencia del miedo
ante lo indefinido y la incerteza de las utopías; el miedo como motor y limite de las
acciones políticas18.
El cambio debilitado. El futuro un problema
Se destaca el lugar de los cambios y del futuro19; en lo cotidiano. La percepción que
en general los entrevistados tienen de los cambios que ocurrieron se orienta en dos
sentidos: la detención, no mejoramiento, y por otro un empeoramiento. Consideran
que se retrocede en el tiempo en vez de avanzar, o se está siempre “en la misma”,
“en el mismo pozo”; “siempre peor”.
La participación apenas indica la creencia en que los cambios son posibles en lo que
se refiere a lo personal y/o con otros, donde el aprendizaje, la vivencia es una parte
importante de esto (al modo de dignidad aprendida)20.
Uno de los principales obstáculos para un cambio es la percepción de la inmodifi-
cacion de las condiciones de vida. Y desde lo subjetivo, la atribución de responsa-
bilidad y culpa individual que los otros realizan, así también la desmotivación, la
reducción del deseo como motivador para la acción y como mera tramitación de la
conservación de la vida. Hablamos así de un des-empoderamiento de los sujetos en
18 Este es el concepto que se utilizó para evaluar vulnerabilidad política en personas vulneradas a
través de una escala en la investigación que precede a ésta.
19 En estudios anteriores, dentro de los eventos estresantes aparecía el “futuro” como el mas importante
(2004), y en 1993, 1998 en cambio era el trabajo el mas importante.
20 En otro trabajo en el cual participamos junto a otros/as hablábamos de “aprendizaje de la indigni-
dad” como un “un mecanismo de disciplinamiento, que significa no sólo un impacto de la crisis en
la subjetividad, sino construcciones de subjetividad diferentes, una identidad corroída, sin sostén
colectivo para prácticas diferentes, para prácticas dignas” Observatorio Psicosocial – Encuentro
de Miradas y Voces -Córdoba – (2002)-.
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La política como estrategia de sobrevivencia
Ana Alderete, S. Plaza, O. Barrault, C. Berra, I. Díaz pp 27-35
21 Hay un tipo de necesidades no alienadas, que llama “radicales”, cuyo “despliegue” se observa
profundamente restringido.
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22 Estas últimas son aquellas que afectan por igual al conjunto de pobladores y que solo pueden ser
atendidas por las características objetivas que adquiere su satisfacción, de manera simultánea
para toda la población. La unidad espacial de expresión es el barrio; y el canal organizativo más
común es la Organización Vecinal. Al ser necesidades objetivas y así sean percibidas, supone una
reivindicación (asociada a la idea de “derecho violado”), la necesidad como derecho y el Estado
como responsable de su satisfacción.
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La política como estrategia de sobrevivencia
Ana Alderete, S. Plaza, O. Barrault, C. Berra, I. Díaz pp 27-35
23 En la misma línea se ubican las definiciones y uso del concepto de Valdez y Acuña (op.cit.); Mar-
gulis et al (op.cit.), Forni (s/d y 1988), Forni et. Al (1991)
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Perspectivas en Psicología
Edición No 12 - Enero - Junio de 2009
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La política como estrategia de sobrevivencia
Ana Alderete, S. Plaza, O. Barrault, C. Berra, I. Díaz pp 27-35
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Perspectivas en Psicología
Edición No 12 - Enero - Junio de 2009
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Universidad de Manizales
Facultad de Psicología
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Perspectivas en Psicología
Edición No 12 - Enero - Junio de 2009
Resumen
No sabemos de política así seamos políticos en acto, no sabemos de cultura así
seamos sujetos simbólicos en acto, sujetos ideales o no ideales, idealistas o no
idealistas, y no sabemos del sentido político, cultural de la situación nacional, así
la vivamos a diario. Propongámonos por tanto pensar políticamente, culturalmente,
asumir que hay un pensamiento político, que hay un pensamiento cultural, que hay
un pensamiento contracultural, de resistencia política, aun que no sabemos de eso,
aunque manejemos preconceptos, prejuicios, mucha información. Hagamos todo ello
dentro de una comprensión del presente, dentro de un análisis social del presente,
ubiquémonos en ello, en la distancia espiritual, en la periferia profesional, en el
límite de contacto que nos sea posible con lo real histórico, social y cultural.
Palabras clave. Política, cultura, contracultura, psicología
Abstract
We do not know about politics even though we are politicians in act, we do not
know about culture even though we are symbolic subjects in act, ideal or not
ideal subjects, idealistic or not idealistic, and we do not know about the political
and cultural sense of our country, even if we experience it daily. Therefore let´s
commit ourselves to thinking politically, and culturally in order to assume that
there is a political thought, a cultural thought of political resistance, even if
we do not know about this, although we handle other concepts, prejudices,and
much information. Let´s do all of this within a social analysis of the present,
let`s put ourselves in it, in the spiritual distance, in the professional periphery, in
the limit of contact that is possible with historic, social and cultural reality.
Key words: Politics, culture, psychology.
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Política, cultura y contracultura en psicología
Germán Guarín Jurado pp 37-41
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Perspectivas en Psicología
Edición No 12 - Enero - Junio de 2009
de la locura, del delirio, que de la violación de la ley. Los artistas son auténticos
contracultores.
Al parecer comprendemos que la cultura es ideal, en qué consiste esa idealidad, y
por lo tanto en qué consiste la contraidealidad de la contracultura.Y en qué sentido
la idealidad, la contraidealidad son un asunto político, moral. Estas son problemá-
ticas mayúsculas, sugerentes, atractivas. Sobre todo, además, si no las analizamos
en sentido abstracto, teórico solamente, sino que les damos contenido histórico,
realidad histórica, especificidad histórica en la situación nacional. Nos podemos
cuestionar, por ejemplo, por la corrupción, por el crimen organizado, por la violencia
generalizada, y auto-colocarnos en calidad de sujetos políticos con postura crítica,
con prácticas políticas renovadas. No obstante, no sabemos que es la política, lo
intuimos de pronto.
Hay quienes sostienen que a un actor social, que a un sujeto político, no hay porque
preguntarle por el significado y sentido de sus acciones, que las ciencias sociales,
humanas, políticas, son de algún modo parasitarias de las acciones de los sujetos so-
ciales y políticos, que los conceptos teóricos son deudores de los conceptos profanos
correlato de acciones espontáneas y reflexivas. Se piensa que hay un valor del acto
por el acto, que tiene más connotación el acto que el discurso, como si tuviéramos
que pensar, reflexionar, enseñar con el ejemplo. Cada que discursamos nos auto-
justificamos. Dónde queda la intención del acto, qué pensar de ella. No obstante,
a nosotros, nos interesa la intención del acto, la postura crítica generada con ella
, postura que depende, muchas veces, de paradigmas, ideologías, imaginarios, de
lógicas de razonamiento, que cabe pensar, interrogar.
No sabemos de política así seamos políticos en acto, no sabemos de cultura así seamos
sujetos simbólicos en acto, sujetos ideales o no ideales, idealistas o no idealistas, y
no sabemos del sentido político, cultural de la situación nacional, así la vivamos a
diario. Propongámonos por tanto pensar políticamente, culturalmente, asumir que hay
un pensamiento político, que hay un pensamiento cultural, que hay un pensamiento
contracultural, de resistencia política, aún que no sabemos de eso, aunque maneje-
mos preconceptos, prejuicios, mucha información. Hagamos todo ello dentro de una
comprensión del presente, dentro de un análisis social del presente, ubiquémonos
en ello, en la distancia espiritual, en la periferia profesional, en el límite de contacto
que nos sea posible con lo real histórico, social y cultural.
Hay una realidad escueta, una realidad en sentido estricto, claro está. Cómo abor-
darla en su construcción histórica, social, política, cultural y psicológica, lingüística.
Nuestras investigaciones han de convocar los testimonios subjetivo- críticos de esta
experiencia de mundo que desde la psicología hemos constituido como si apenas
estuviesen inaugurando el problema, construyéndolo en intentos siempre fallidos
, para que valga la pena indagar, ensayar sobre ellos. Es como volver a comenzar,
con cierta inteligente y sensible ingenuidad.
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Universidad de Manizales
Facultad de Psicología
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Perspectivas en Psicología
Edición No 12 - Enero - Junio de 2009
Resumen
Lo político se actualiza en lo cotidiano y con lo humano, en una forma diferente de
concebir el ejercicio político, de consolidar una mirada estético política para nombrarlo,
de hacer crítica a la sociedad a través de una propuesta artística y de aprehender un
saber que se construye en formas sociales alternativas de comunicación, como un
elemento vivo que tiene en sí mismo no solo discurso sino también emoción.
En el presente artículo se intenta argumentar, que hablar de una sociedad desde la
psicología política no es hablar solo de la política o de nombrar lo que hace parte de lo
político o no, o de ver la subjetividad desde la forma en la cual se consolidan modelos de
sujetos políticos tradicionales, sino de debelar en torno a ese ser vivo (sociedad y sujeto
y relación subjetiva) que las movilizaciones internas que hacen que sujetos, grupos,
movimiento sociales o culturas juveniles sean evidentemente políticos sin nombrarse
como tal, puedan sustentar la creación de una forma alternativa de ejercicio político.
Estamos ante una propuesta para rotar la visión y adecuar la mirada desde
una nueva lógica psicológica, crítica, social, estético política y de la
subjetividad, para comprehender la emocionalidad que se entrecruza en
oscilaciones de la cotidianidad con lo humano cargadas por lo político.
Palabras clave: Psicología política, estética, subjetividad política y emocionalidad.
Abstract
What is political is updated in our daily life and with being human, in a different
way to think the political exercise, to consolidate a political look to name
it, of making society critical through an artistic proposal and to apprehend
some knowledge that is formed in alternative social forms of communication,
as a live element that has itself not only discourse but also emotion.
In this article, we try to explain that to talk about society from political psychology is not only
to talk about politics or to name what does and does not politics, or to look at subjectivity
43
Psicología política y subjetividad.
Ana María Calderón Jaramillo pp 43-50
from the way traditional political subjects are consolidated, but to subdue around that
human living – society and subject and subjective relationship—that inner movements
that make subjects, groups, cultural or social movements be evidently political without
being named as such, can support the creation of an alternative way of political exercise.
This is a proposal to rotate the vision and adapt the look from a new psychological, critical,
social, and political logic of the subjectivity, to comprehend the emotions that cross
themselves in oscillations of day to day with what is human loaded with what is political.
A qualitative approach was used, using the method of a fundamental theory. An
intentional sample was selected of 32 poor urban people from a city of Còrdoba
department according to criteria of trust and of theoretical interest—gender,
age, participation, and work—. Professional interviews were conducted.
Key Words: Political Psychology, aesthetics, political subjectivity,and emotions.
La brújula que guía estas líneas marca un norte no muy seguro, es un camino lleno
de remolinos y corrientes que hacen que no sea fácil la llegada a puerto, un puerto
que para muchos es un ideal poco probable e impreciso pero que ha sido visualizado
por aquellos que hoy han apostado por una nueva ruta.
Este nuevo camino empezó a ser recorrido hace varias décadas cuando muchos afir-
maban no ser posible establecer un norte tan exacto, preciso y objetivo para conocer
y hablar de todo aquello que en la marcha se encontrara. Sin embargo estos que se
arriesgaron han observado y nos han ofrecido un nuevo lente para interpretar las
relaciones que se entretejen en este espacio, al que diremos mar, sus criaturas, sus
mundos posibles, el oleaje, el que rema y sus lentes.
Al camino que me refiero, es el camino que ha emprendido la psicología social crítica
y especialmente la psicología política, quien ha hablado y trasegado con la ayuda
de su brújula teórica para hacer frente a las nuevas exigencias de conocimiento que
hoy son valederas y necesarias para la comprensión del mundo, y en ese mar que
señalo, las sociedades, las subjetividades y los sujetos que allí se configuran, en
tanto criaturas y oleaje parte de un todo océano.
Comenzaré mis argumentaciones a partir de la vivencia de una experiencia inves-
tigativa desarrollada hace un tiempo y de la cual rescato la articulación de dos
afirmaciones que son expuestas a continuación y con las cuales propongo un juego
metafórico, enriquecido por conceptos y recuerdos.
La psicología política lleva en sí misma siglos de un pasado a cuestas que la han
proveído de una capacidad para leer lo que hoy se presenta, una gran variedad de
problemáticas sociales que involucran un análisis de las relaciones humanas con
lo político; incorporando nuevos conocimientos que responden a desafíos socio
políticos susceptibles de ser tratados para una mejor comprensión de la realidad,
contribuyendo a la consolidación de la psicología política como disciplina académica.
La importancia de sus construcciones radica en el conocimiento generado a partir del
análisis de los fenómenos políticos sin llegar a una psicologización de los procesos
44
Perspectivas en Psicología
Edición No 12 - Enero - Junio de 2009
presentes allí o de quienes intervienen en los mismos. Sino de una comprensión que
observa complejamente el ecosistema que allí se constituye.
De todos los diferentes enfoques desarrollados al interior de la psicología
política la que posibilita usarse como snorkel es aquella que asume una orien-
tación social del conocimiento humano y una concepción no institucionalizada
de la política:
“…la psicología política consiste en el estudio de las creencias, las representaciones
o sentido común que los ciudadanos tienen sobre la política y los comportamientos de
estos que, ya por acción u omisión, traten de incidir o contribuyan al mantenimiento
o cambio de un determinado orden socio-político” (Sabucedo, 1996, Pág. 22).
Es este el planteamiento teórico que sustenta la premisa de establecer la psicología
política como snorkel para la comprensión de la realidad. Puesto que guarda una
estrecha relación con la conceptualización de subjetividad política desde Gonzalez
(2002, 2007), en donde se pone de manifiesto que no solo aquello que se puede
estereotipar institucionalmente como político, es para los jóvenes de nuestros días,
los cuales han puesto en duda no solo la participación que hacen ellos mismos de
los espacios políticos sino que han reconfigurado lo político para hacer de el cen-
tro de cualquier espacio social. Es una suerte de movilización, tanto social como
individual, que ha posibilitado una relectura no solo de la misma categoría de lo
político sino de cómo empiezan ellos ha hacer política desde una no política, en
escenarios no políticos y con una no aceptación de todo aquello que tiene por sí
mimo un carácter político.
Por ello, es necesario cambiar los lentes con los cuales están viendo hoy a los jóvenes,
rotar la mirada y establecer una propuesta estético política para analizar las formas
que hoy se desarrollan en la cotidianidad y que indudablemente hacen parte activa
del ejercicio político, alejarnos de posturas clasificadoras, tradicionalistas y poco
inclusivas, para reconocer un cambio social, presente en los movimientos y culturas
juveniles actuales y que muy posiblemente en los años venideros, reconfigurarán
múltiples posibilidades para hacer política .
Es por ello que para continuar con nuestro viaje a las profundidades es necesario
saltar del barco, de esa coraza de objetividad que hace algunos años impedía preci-
samente que como investigadores tocáramos el agua, contamináramos el ambiente
que se debía observar y que pudiéramos en tanto sujetos en la superficie mirar lo
que ocurría debajo de nuestros pies. Plantear que la necesidad de sumergirnos en el
agua era práctica, es desconocer el conocimiento y las relaciones de horizontalidad
que pueden posibilitar el revelamiento de lo implícito si miramos desde dentro lo
que sucede, sin embargo es necesario respirar para contemplar, tener unos lentes
que permitan al investigador comprender mas allá de lo observable, lo que se entre-
teje en cada comunicación, cada señal de emoción, cada una de las manifestaciones
alternativas y poco tradicionales del comportamiento político.
45
Psicología política y subjetividad.
Ana María Calderón Jaramillo pp 43-50
La psicología política, más allá de ser un objeto que nos permita respirar, cual snorkel,
nos permite sumergirnos y ampliar el prospecto de la simplicidad de las formas que
se establecen en lo cotidiano con lo humano, nos ofrece el lente por medio del cual
se comprende desde dentro la multiplicidad de ejercicios alternativos que manifiestan
una renovación de lo político, nos permite evidenciar una ruptura categórica entre
los tradicional y lo alternativo, entre mundos dispares que si estuviéramos aún en la
superficie veríamos como elementos aislados y desprovistos de sentido.
La subjetividad se despliega en la cotidianidad y mediante la interacción humana,
que caracterizada desde la vivencia propia del sujeto comparte sus sentidos por medio
de sus narrativas, las cuales van cargadas por una emocionalidad que caracteriza esas
zonas de la experiencia de la cual habla y se entrelaza con entramados de sentidos
que renueva constantemente a partir de su relación cotidiana con lo humano. “La
subjetividad se expresa, por lo tanto, como narración biográfica de, sobre y desde
la vida cotidiana. He ahí su potencia es vida viva” (Díaz, 2007, Pág. 99).
La subjetividad entendida como una producción no solo simbólica sino también
emocional, posibilita una comprensión más inclusiva y constituyente de la realidad
que el sujeto configura subjetivamente y que refleja por medio de sus producciones,
narrativas, comportamientos y producciones artísticas, el sin número de sentidos
subjetivos28que lo desbordan en las diferentes zonas de su experiencia. Los sentidos
subjetivos no son privativos de la organización psíquica de las personas; ellos son
constituyentes de todas las esferas de actividad humana, por tanto, lo social tiene
una dimensión subjetiva (González, 2007). Y por ello las producciones que el sujeto
realiza no solo hacen parte de su vivencias sino que constituyen la puesta en escena
de otros sentidos subjetivos que proceden de otros espacios de su cotidianidad, lo
que nos permite obtener una mirada no solo compleja y holista de sus relaciones
subjetivas sino una mirada estética de todo el entramado que conlleva en sí mismo
una producción - en particular - una producción artística.
Mediante esta concepción de subjetividad y aunada a la comprensión de la subje-
tividad política, en donde se encuentra …la religión, las creencias, los mitos de un
determinado país, están una cantidad de cosas que en sentido estricto no forman
parte de la actividad de la organización política, … como síntesis de una subjeti-
vidad social con desdoblamientos infinitos (González. Citado por: Díaz, 2005), se
salvaguarda la idea de fundamentar la subjetividad para una visión estético política de
todo ejercicio político. Ya que la subjetividad como un concepto macro-teórico, crea
las condiciones para superar cualquier suerte de dicotomía entre sociedades, sujetos
y relaciones, posibilitando un vistazo de la condición humana y su cotidianidad en
28 El sentido subjetivo como la unidad psicológica en desarrollo que integra de forma inseparable
procesos simbólicos y emociones, de forma que la emergencia de uno evoca al otro, sin ser su
causa, y sin que exista ninguna linealidad en los subsiguientes desdoblamientos de estos procesos
en cuyo curso van apareciendo nuevas funciones psicológicas y nuevos sentidos subjetivos (Gon-
zalez, 2007).
46
Perspectivas en Psicología
Edición No 12 - Enero - Junio de 2009
relación con lo político, como una obra en la cual existe una armonía disoluta en el
caos que posiblemente sin este fundamento escaparía a nuestra vista.
La subjetividad en tanto propuesta fundamental para una de la visión estético polí-
tica del ejercicio político, puede ser utilizada para percibir en los jóvenes actuales y
sus movimientos o culturas, una representación alternativa para la construcción de
nuevas dimensiones de entendimiento y comprensión de lo cotidiano con lo huma-
no, en donde es posible la observación estética de comportamientos, argumentos,
manifestaciones, producciones artísticas que evidentemente son cargadas política-
mente desde las subjetividades puestas en escena, de sentidos subjetivos renovados
constantemente por las múltiples vivencias ocurridas en toda actividad humana.
Pensar políticamente a los movimientos sociales o a las culturas juveniles implica
adentrarnos en las diferentes formas de organización social y subjetiva, puesto que
especifican formas alternativas de organización -ahora bien- no solo social sino
especialmente política, y es este último aspecto el que da cuenta de un ejercicio
político alternativo practicado por los jóvenes de hoy.
En donde lo político, comprendido no como la concepción tradicional del sufragio o
cualquier otra forma institucionalizada por un estado sino como formas convenidas
–entre grupos humano especialmente juveniles- culturales, estéticas y alternativas
son actualizadas en lo cotidiano, en cada una de sus experiencias sociales, por lo
vivido en la casa, en la escuela, en la calle o el parche, en la universidad u otros
contextos en donde interactúan; y que con lo humano se nutren -experiencias sub-
jetivas-, consolidando producciones artísticas mediadas por los múltiples sentidos
producidos por los mismos sujetos que inevitablemente componen una nación y
que hacen parte activa de una sociedad.
Lo social actúa entonces como un elemento productor de sentido a través del lugar
que tiene el sujeto en sus sistemas de relaciones y de su historia, sin embargo
no representa una estructura interna pasiva y definitoria de sus comportamientos
actuales, sino una configuración generadora de sentidos que no puede aislarse de
los aquellos producidos en el curso de las experiencia vividas por el mismo sujeto
(González, 2007).
Los jóvenes y sus espacios sociales, se convierten en la puerta para la actualización
permanente y constante de la vida pública, de la concepción y ejercicio de lo políti-
co, las problemáticas ocurridas en sus barrios o comunidades de origen, configuran
nuevos y renovados sentidos subjetivos –políticos- utilizando una plataforma en
muchas ocasiones común a su grupo social, o sus propias experiencias, la de los
barrios, enunciando su emocionalidad como parte esencial para la producción misma
de sentidos subjetivos y que a su vez son parte inherente de la capacidad misma de
todo sujeto de generarse y reconstruirse constantemente.
Las producciones artísticas, pensadas desde los jóvenes actuales, en culturas juveniles
particulares, se encuentran motivadas principalmente por las vivencias cotidianas
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Perspectivas en Psicología
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Psicología política y subjetividad.
Ana María Calderón Jaramillo pp 43-50
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Perspectivas en Psicología
Edición No 12 - Enero - Junio de 2009
Resumen
El artículo propone una metáfora para ubicar a la psicología política en dos dimensiones:
dentro de un campo intelectual de poder y como un campo intelectual de poder. La primera
ha sido denominada como un alejamiento y la segunda como un acercamiento. Estos dos
movimientos corresponden con los debates inter e intra disciplinarios en la producción
contemporánea de las ciencias sociales. Se formulan algunos interrogantes e hipótesis
para su discusión respecto a la consolidación de la psicología política en Latinoamérica.
Palabras clave: Piscología, Psicología Política, Campo Intelectual de Poder.
Abstract
The article proposes a metaphor to locate to the political psychology in two dimensions:
inside an intellectual field of power and like an intellectual field of power. The first one
has been denominated as an estrangement and the second as an approach. These two
movements correspond with the debates inter and intra disciplinary in the contemporary
production of the social sciences. Some queries and hypothesis are formulated for their
discussion regarding the consolidation of the political psychology in Latin America.
Keywords: Psychology, Political Psychology, Intellectual Field of Power.
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Psicología política y campo intelectual de poder:...
Óscar G. Hernández pp 51-72
1. Introducción
Aunque difícil de observar, estamos asistiendo a un intenso debate intra e inter
disciplinar en la producción contemporánea de las ciencias sociales. Tal difi-
cultad radica en la capacidad de movimiento que un científico social ostente en
relación con su propio campo disciplinar y en relación con otros campos afines.
Podemos afirmar incluso, que una observación más amplia en ese sentido, se
encuentra sujeta a la flexibilidad teórica que un científico social ha incorporado
y desarrollado, durante su formación y en la práctica de su ejercicio investiga-
tivo. Simultáneamente, comienzan a consolidarse espacios que aunque no se
encuentran del todo fortalecidos, sí se muestran como posibilidades para pensar
a las ciencias sociales desde otras perspectivas. Algunos ejemplos destacados
pueden encontrarse en los estudios postcoloniales (Miranda, 2006; Mezzadra,
2008; Velásquez, 2008) y en los culturales (García Canclini, 1997; Hall, 1992;
Escobar, 2003). En todo caso, ese debate provoca una creciente heterogeneidad
al interior de una misma disciplina y entre aquellas afines. Se trata en últimas, de
la herencia del pensamiento moderno sobre la constitución del saber científico
y de sus transformaciones contemporáneas.
Pensamos que una forma adecuada para analizar dicha heterogeneidad es localizar
algún elemento común. Tal vez aún no estemos en condiciones para situarlo en tanto
una particularidad específica para cada uno de ellos, sino como una generalidad que
proponga incluso su génesis. En este ensayo, vamos a realizar una combinación
entre dos elementos. De un lado, la exposición que la teoría social contemporánea
nos ofrece para leer el contexto latinoamericano; y de otro, los rasgos particulares
del concepto del Campo Intelectual de la Educación –CIE- (Díaz, 1995). Con el
primero, buscamos enmarcar las prácticas y disposiciones generales que se deve-
lan recientemente y con el segundo, esperamos fundamentar un debate referente
a los discursos que circulan sobre la configuración de la psicología política como
subdisciplina científica. Será función de esta combinación, impulsar el desarrollo
de la capacidad denominamos como movimiento. Nuestro propósito será entonces,
conformar una pretensión de generalidad que englobe relativamente a las discusio-
nes que se observan en la reflexión teórico-metodológica respecto de la psicología
política en Latinoamérica y conjuntamente, avanzar en el desarrollo de algunos
elementos que conforman las agendas que se han propuesto últimamente (Montero,
1987; Díaz, 2007).
Este ensayo se ha organizado en tres secciones. Como si la psicología política
fuese un objeto material, primero vamos a alejarnos para tratar de observarla en
relación con otros objetos (red de saberes); en seguida vamos a acercarnos para ver
sus propiedades internas y finalmente; propondremos una breve estructura para su
articulación. Como toda metáfora, ésta por supuesto también presenta limitantes que
más adelante serán precisados.
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Psicología política y campo intelectual de poder:...
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latitudes. Otro ejemplo extenso sería la historia y realidades cubanas tan discutidas
desde diferentes perspectivas.
En síntesis, es completamente claro que la profunda fragmentación de las sociedades
latinoamericanas engendra igualmente una fragmentación en el uso de categorías
conceptuales provenientes de otras latitudes. No olvidemos que los autores de esos
avances estaban condicionados según las características de las sociedades en que
vivieron. Esto a la vez, exige la construcción de nuevas categorías y paradigmas que
enriquezcan en lo posible, la comprensión respecto de los sucesos de nuestra región.
Se trata de un propósito a largo alcance y los debates por supuesto, se encuentran
abiertos. De cualquier forma, una producción científica latinoamericana genuina,
no significa un auto-aislamiento respecto de sus influencias pasadas, sino más bien,
una re-contextualización respecto a sus propias y diversas particularidades.
2.3 La psicología política como sujeto de debate interdisciplinar
El panorama descrito corresponde a la producción reciente en la teoría social. Su
complejidad se encuentra directamente relacionada con el lugar que el saber científico
ocupa dentro de toda una visión del mundo. Sabemos bien que todos los periodos de
la historia poseen ciertas condiciones fundamentales de verdad que constituyen lo que
es y lo que no es aceptable, incluyendo al discurso científico (Foucault, 1991). En un
contexto general, la psicología política puede observarse en tanto sujeto de debate
interdisciplinar porque su emergencia responde a ciertos aspectos que lo constituyen.
Para ubicarla en tal panorama, vamos a centrarnos en la filosofía del derecho y es-
pecíficamente, en su núcleo sobre la configuración y transformaciones del Estado
moderno a partir de los siglos XIII y XVIII. Acudimos a este ámbito porque creemos
que este es un espacio conceptual que nos proporciona una forma de agrupación
sistemática de las transformaciones y variantes mencionadas arriba. Interpretado de
esa forma; podemos afirmar de modo muy esquemático; que las sociedades de con-
trol, la época postmoderna y los procesos de globalización, son aspectos que fueron
generados y generan transformaciones en el Estado y en sus instituciones; esto es, en
el marco social en el que los individuos se encuentran ubicados. Las modulaciones
en Latinoamérica también pueden sumarse.
Dicho en otras palabras, si la filosofía del derecho es aquella área especializada
de la filosofía que nos permite pensar las relaciones entre el Estado y el individuo
(ciudadano), y si la época moderna/posmoderna está signada por la transformación
histórica de los Estados-naciones; entonces, ésta se convierte en la vía de compren-
sión más adecuada para observar la constitución de otros conocimientos sociales
relacionados, entre ellos por supuesto, la psicología política. Recordemos además,
que el pensamiento moderno y los parámetros de la ciencia moderna, se sucedieron
al interior de una organización estato-nacional (Barber & Hirsch, 1996).
Este argumento puede convertirse en una serie de interrogantes básicos: Si los Es-
tados en su conformación más general sufren transformaciones y re-significaciones
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Desde nuestra perspectiva, la vía más adecuada para hacerlo es añadir con mayor
rigurosidad los planteamientos provenientes de la filosofía del derecho y de las
mutaciones históricas del Estado-nación porque ellas agrupan las lecturas sobre
las transformaciones societales contemporáneas y sobre sus modulaciones en La-
tinoamérica ¿Cómo desarrollar una psicología política densa sin la incorporación
de la teoría política sobre las características del Estado? La filosofía del derecho y
el devenir histórico del Estado-nación se conforman como un denominador común
de análisis para la mayoría de las ciencias sociales, pero cada uno lo incorpora de
distinto modo. Esta incorporación induce otras discusiones, pero alejarse para co-
nocer los despliegues que otras disciplinas del mismo campo realizan, es una forma
conveniente para hacerlo.
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Psicología política y campo intelectual de poder:...
Óscar G. Hernández pp 51-72
El campo hace referencia a una metáfora espacial que trata de explicar el conjunto de
relaciones que existe entre un grupo de personas que en común, realizan una misma
actividad. Pero además, se trata de un espacio con unas cualidades significativas. De
acuerdo con Bourdieu, “los campos se presentan a la aprehensión sincrónica como
espacios estructurados de posiciones cuyas propiedades dependen de su posición (la
de los agentes) en estos espacios, y que pueden ser analizadas independientemente
de las características de sus ocupantes (o agentes)” (2000: 112). Examinémoslo con
detenimiento. Entendemos que la aprehensión sincrónica hace referencia a las leyes
y relaciones internas que funcionan dentro de un campo en particular; y por ende, se
podría pensar que efectivamente, cada campo configura y es configurado por su propia
especificidad sincrónica. Esto significa que no todos los campos operan del mismo
modo y que es necesario aclarar el tipo de campo del que se habla para comprenderlo
mejor. En nuestro caso, hemos abordado a la psicología política como un campo de
tipo intelectual, esto es; en virtud a su propiedad para (re) producir conocimiento
e ideologías correspondientes. Más allá de la larga historia que implica la configu-
ración de los intelectuales, creemos que con éste término, estamos abarcando otros
términos posibles, por ejemplo el científico y el académico. El campo intelectual de la
psicología política, abarca al posible campo académico y científico correspondiente.
Además, para el mismo Bourdieu (1999) un campo intelectual en tanto sub-campo
al interior del campo de poder; agrupa un rango mayor que favorece una distinción
focalizada respecto a otros, por ejemplo, frente al campo artístico o al periodístico.
En segundo lugar, se indica que un campo es un espacio estructurado de posicio-
nes, en donde cada una de ellas, responde a las condiciones que ocupa en él. Es
útil recordar que a su vez, cada una de esas posiciones es ocupada por un agente,
según la terminología usada por Bourdieu, es decir; por una persona que como las
otras del mismo campo, se dedican a la misma actividad, según nuestros términos.
Cuando se hace referencia a esta clase de posiciones, al tiempo se está expresando
una relación entre ellas puesto que una posición siempre engendra una cualidad
de ese tipo con otras. En un campo intelectual, esas posiciones y sus relaciones se
configuran de un modo particular, debido a que como mencionamos, cada campo
configura y es configurado por sus propias reglas. En ese sentido, una pregunta
adecuada podría ser la siguiente: ¿Cuáles son las reglas implícitas y explicitas que
han configurado y configuran el campo intelectual de la psicología política en (un
rango geográfico-político determinado)? Sus respuestas escapan a los límites de
este ensayo, y además, éste tomaría la forma de todo un programa de investigación
especializada. En todo caso, enunciamos este interrogante como un posible eje de
discusión para trabajos futuros.
La definición del campo propuesta por Bourdieu, finaliza con lo que a nuestro juicio
resulta más interesante: las posiciones que definen su estructura pueden ser analizadas
con independencia de las características de los agentes que las ocupan. Ese interés
se apoya sobre la posibilidad para observar un campo intelectual de manera general,
pero al mismo tiempo, de hacerlo con cierta particularidad. Es similar a la posibilidad
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“Las posiciones, relaciones y prácticas que surgen entre categorías de agentes especia-
lizados en ‘principios de comunicación dominantes’ y en la producción del discurso
acerca de lo educativo y de sus prácticas. Desde esta perspectiva las relaciones entre
los intelectuales y el campo están reguladas por el sistema de relaciones sociales
que median en la producción y, más específicamente, por la posición del intelectual
(o intelectuales) en la estructura del campo intelectual de la educación. Esto hace
que la dinámica del campo se defina a partir de una red de interrelaciones entre una
pluralidad de fuerzas (textuales, contextuales, históricas).” (Díaz, 1995: 341)
Esta cita indica que el CIE, además de ser un doble escenario de luchas y de recrea-
ciones, se encuentra constituido por una estructura jerárquica que tiene incidencia
directa sobre las posiciones, las relaciones y las prácticas que existen entre las
personas que componen ese campo. Asimismo, se indica una pluralidad de fuerzas
que definen su dinámica. Para el caso de la psicología política esto resulta altamente
significativo. En los mismos términos, podríamos cuestionarnos sobre las posiciones,
las relaciones y las prácticas que existen entre aquellos sujetos que hacen parte del
campo de la psicología política y especialmente, sobre la pluralidad que incide en
su configuración histórica, incluyendo sus obstáculos. Esto equivale a formular los
siguientes interrogantes: ¿Quiénes son los profesionales y estudiantes de la psico-
logía que se adhieren al campo de la psicología política?, ¿por qué y por medio de
cuáles mecanismos llegan a él?, ¿cómo se posicionan en este campo?, y sobre todo,
¿cuáles son las prácticas aceptadas, esperadas, no aceptadas e inesperadas que tienen
lugar en el campo de la psicología política? Las respuestas y las modulaciones a este
conjunto básico de interrogantes, además de mostrar un cierto grado de estatus como
subdisciplina, ofrecen información sobre la dinámica interna, la estructura jerárquica
y sobre las interrelaciones que la psicología política como campo intelectual de poder,
mantiene en relación consigo misma y con otros campos intelectuales y/o culturales.
Obviamente, ese es un trabajo que escapa a una sola pretensión individual.
En último lugar, dentro de las posibilidades que ofrece la categoría sobre el CIE, se
subrayan algunas hipótesis en relación con las demandas políticas, económicas y
sociales que enmarcan su disposición. Así por ejemplo, se indica la manera en que
éstas pueden eventualmente, transformar las estructuras que signan las disciplinas
dentro del ámbito universitario. De este modo, “las reorganizaciones internas del
campo intelectual no pueden entenderse como meros reagrupamientos, desarrollos,
fortalecimientos disciplinarios o regionales consensuales concentrados en la inte-
racción comunicativa sino que son correlativos de las posiciones que puede ocupar
el campo de la estructura global de una formación social.” (Díaz, 1995: 358). Esta
distinción se torna imprescindible porque admite una interpretación diferente, o si
se quiere, más profunda, sobre aquellos hechos conocidos como fortalecimientos
y/o desarrollos disciplinarios; e igualmente, porque incluye una doble connotación
en la dimensión institucional universitaria: como espacio físico-simbólico de la
lucha por la hegemonía intelectual del campo, y como destinatario del lugar que el
conocimiento científico ocupa dentro de un contexto histórico, social y cultural de-
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Psicología política y campo intelectual de poder:...
Óscar G. Hernández pp 51-72
terminado. Según esta hipótesis, para acceder al estatus que ostenta una subdisciplina
como la psicología política en un rango determinado, es necesario comprender las
razones que han impulsado sus constantes acciones de fortalecimiento, y también,
incorporar las manifestaciones que en el espacio universitario han tenido lugar, tanto
en su connotación como escenario de disputas intelectuales, como en el lugar que
éste ocupa en relación con la sociedad de la que hace parte. El lugar que una sociedad
determinada (país, región, etc), le otorga a su espacio académico-universitario es un
aspecto influyente dado que condiciona la incorporación del conocimiento científico
que ese espacio produce. El poder de los intelectuales por tanto, se encuentra también
condicionado al lugar que el espacio universitario-académico ocupa en la sociedad de
la que hacen parte. Los fortalecimientos y desarrollos disciplinarios por su lado, no
se interpretan en sí mismos, sino como una faceta visible de las luchas internas por
la hegemonía intelectual dentro de una disciplina y por el control de sus posiciones
y de sus orientaciones discursivas. Si nos acercamos a la psicología política para
observarla como un campo intelectual de poder, estaremos obligados a detallar las
disputas respecto a sus posiciones de privilegio, sus relaciones, sus prácticas y la
manera en que ese poder tiene lugar en su interior.
Las proyecciones desde el CIE hacia la psicología política, hacen posible su con-
cepción como un campo intelectual de poder y le infunden un talante relativamente
más autónomo. También sustentan el análisis de su propia dinámica interna porque
favorece un acercamiento más fundamentado ante los debates que en ella se esceni-
fican. Discutir e investigar sobre su eventual estructura jerárquica en varios planos
de su constitución y sobre sus manifestaciones correspondientes, es una forma,
dentro de muchas, para sustentar su fortalecimiento y su desarrollo contextualizado.
3.3 La psicología política como objeto de debate intradisciplinar
Hemos planteado una perspectiva particular para abordar a la psicología política en
relación consigo misma. Su intención es fundamentar una discusión frente al conjunto
de discursos que fomentan su configuración como subdisciplina científica, y como
un campo intelectual de poder en cuyo interior existe una jerarquía de posiciones,
relaciones y prácticas, vinculadas con la circulación de su propio saber. En dicho
escenario, la psicología política se convierte en un objeto de debate intradisciplinar
porque en ella se reproducen aquellas cuestiones sobre la psicología general y porque
es un campo que se encuentra en proceso de auto-identificación.
Nuestra intención no es hacer una nueva propuesta para leer en retrospectiva el
devenir histórico-intelectual de la psicología política como espacio de conocimien-
to. Pretendemos en cambio, formular algunas hipótesis desde las consideraciones
señaladas, para hacer una interpretación singular de algunas lecturas anteriores. Con-
sideramos que ese tipo de ejercicio resulta muy favorable dado que ofrece un espejo
para efectuar una auto-observación distinta. Dichas hipótesis serán presentadas como
un rango escalonado y por tanto, cada una de ellas será una derivación de la anterior.
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prevalecerán sobre otras, pero ese es un asunto por edificar; mientras tanto, podemos
solamente interpretar el presente.
En ese sentido, nacen las dos siguientes hipótesis. Inicialmente indicaremos que la
lucha simbólica por la hegemonía conceptual en el campo de la psicología política,
está fomentando una reproducción teórica que a su vez, obstaculiza una producción
genuina. Es una hipótesis arriesgada, pero nos es útil para pensar algunos de sus
obstáculos más recurrentes. Se ha afirmado que la identidad de la psicología política
se encuentra precisamente entre la aceptación de su naturaleza múltiple o unificada de
métodos, (Hermann, 1986); que su propósito para el caso latinoamericano solamente
es el de la transformación social de acuerdo con sus condiciones específicas (Jiménez,
1990), y que sus acciones prácticas se encuentran condicionadas a las características
institucionales en donde se encuentran enmarcadas (Falcón, 2005). Si todas estas
afirmaciones son ciertas, además de representar obstáculos, pueden ser explicadas
como una consecuencia de la lucha simbólica por la hegemonía intelectual ya que,
simultáneamente, se sustentan en la reproducción teórica que implica la participación
en esa lucha. Para decirlo de otra manera, una mayor capacidad para participar en
la lucha simbólica por la hegemonía intelectual del campo, ha implicado una ma-
yor reproducción teórica en su práctica. Si no existe reproducción teórica tampoco
existirá la posibilidad de participación. Aunque indiscutiblemente estamos llevando
esta hipótesis a sus límites, nos parece interesante pensar en la paradoja interna que
tal vez, la misma psicología política ha construido: Un desarrollo condicionado a su
propia reproducción teórica. Pareciese incluso, que se continúan usando categorías
conceptuales homogéneas para comprender realidades sociales, políticas y psicoló-
gicas cada vez más heterogéneas.
Es probable que otros trabajos más focalizados puedan dar cuenta de tales implica-
ciones hipotéticas; pero en cualquier caso, consideramos también hipotéticamente,
que existe la posibilidad de promover una lucha simbólica al interior del campo
de la psicología política que fomente una producción teórica genuina, según
las transformaciones societales contemporáneas. Esta afirmación contiene una
definición implícita, es decir; significar la producción teórica genuina en virtud
a ese tipo de transformaciones. En este caso, la relación entre poder y saber es
menos asimétrica. A su vez, sería ingenuo comprender la condición genuina de la
teoría como una ruptura total con sus antecedentes; por el contrario, esa condición
implica su evolución desde y en tanto, las condiciones empíricas en donde ella
tenga lugar. No nos estamos refiriendo a la emergencia de una revolución científica
según los términos de T. Kuhn (1962), pues sería una interpretación apresurada.
Pensamos que una lucha simbólica por la hegemonía conceptual en el campo de la
psicología política puede ser causa de una producción genuina, solo si es enfocada
a programas de investigación y de reflexión intelectual rigurosa, respecto a los
ajustes y transformaciones societales contemporáneas y, sobre todo, respecto a su
relación recíproca según las imposibilidades que empiezan a surgir en el uso de
las categorías tradicionales para la investigación en las ciencias sociales. Es como
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es una red de saberes. Varias acciones prácticas surgen de esta afirmación, pero una
preponderante, es aquella que se proponga la consolidación de líneas de investigación
y de reflexión académica que soporten estos fundamentos.
Para el contexto latinoamericano coexiste una condición más: su auto reconocimien-
to científico y cultural. El interrogante sobre la región y sobre el lugar que en ella
ocupa el espacio académico también se encuentra abierto. Recientes investigaciones
muestran cómo el significado de lo latinoamericano es mucho más heterogéneo de
lo que se suponía. Por ejemplo, su integración es un problema histórico según su
dependencia comercial y académica de los países centrales, y al parecer, las imágenes
de nosotros mismos señalan que hay países y regiones más latinoamericanas que
otras, (Lechner, 1985; Cavarozzi, 1999) ¿Cómo comprender una realidad heterogénea
con categorías conceptuales homogéneas?, ¿cómo construir categorías conceptuales
heterogéneas para campos disciplinares homogéneos? y sobre todo, ¿cómo construir
relaciones inter e intra disciplinares rigurosas dentro de un campo intelectual de
poder? Insistimos, la investigación y la reflexión académica constituyen las herra-
mientas adecuadas. Según entendemos; éste es el entorno contemporáneo, general
y particular, en el cual se encuentra inscrita la psicología política. De acuerdo con
sus distintivos, tales interrogantes adquieren diversa relevancia; pero en todo caso,
también representan la posibilidad de múltiples respuestas.
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Óscar G. Hernández pp 51-72
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Perspectivas en Psicología
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Resumen
La cultura consumista, expresión emblemática del siglo XXI, está asociada a un modelo
de bienestar ligado al crecimiento económico. La relación consumo-dinero puede tornarse
insalubre cuando los procesos creativos decaen, la insatisfacción comienza a ganar terreno
y la angustia se torna irreversible. El consumo excesivo merece especial atención cuando
se convierte en desequilibrio, descontento, angustia, depresión e infelicidad. Consumir
no nos hace más felices y nos aleja de otros objetivos primordiales como desarrollar
una mayor autonomía, favorecer las relaciones interpersonales y de apoyo, y crecer
espiritualmente. En este trabajo se evaluarán los mecanismos psíquicos mediadores en la
conducta compulsiva, los factores socio-culturales y los procesos subyacentes, así como
las variables que tendrán incidencia en la evaluación y tratamiento psicoterapéuticos.
Palabras clave: cultura consumista – compulsión –
insatisfacción – estrategias psicoterapéuticas.
Abstract
Consume culture, emblematic expression of the 21st century, is associated to a model
of wellbeing linked to economical growth. The relationship between consume and
money may become unhealthy when creative processes decrease, unfulfillment gains
domain and anxiety becomes uncontrollable. Consume deserves special attention,
when unbalance, discontent, anxiety, depression and unhappiness erode quality of
life. Consuming does not make us happier, and deflects us from primary goals, like
developing a higher autonomy, improving interpersonal and support relationships,
and growing spiritually. This paper evaluates mediating psychological mechanisms
in compulsive behavior, socio cultural factors and underlying processes, as well
as those variables that influence evaluation and psychotherapeutic treatment.
Key words: consumer culture – compulsive behavior
– unfulfillment – therapeutic strategies.
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El canto de la sirena: cuando el consumo habla
Silvia Franchi pp 73-85
Introducción
En esta primera década del tercer milenio vivimos tiempos de consumo, que tanto
en nuestro contexto como en una multiplicidad de sectores del planeta, supera las
barreras sociales y culturales. En la cultura consumista, expresión emblemática del
siglo XXI, siempre queremos tener lo más moderno, lo mejor, lo último en su fugaz
apogeo, lo más novedoso y también aquello que de algún modo preserve el ideal
de la juventud. La idea de futuro está asociada a un modelo de bienestar ligado al
crecimiento económico y el consumo es parte de ese fenómeno más amplio.
La intensidad del consumo crece, así como la variedad de objetos ofrecidos que
rápidamente caen en la obsolescencia, aliados a una necesidad de reciclaje y reno-
vación permanentes. Sin embargo, la búsqueda de gratificación instantánea pondrá a
su vez en marcha muchas intransigencias, cuando dichos fines encuentran una zona
de corte y comienzan a frustrarse (Perel, 2006).
La relación consumo-dinero puede tornarse insalubre cuando los procesos creativos
decaen, la insatisfacción comienza a ganar terreno y la angustia se torna irreversible.
Indudablemente, las preocupaciones por el dinero causan un estrés considerable
y los desacuerdos financieros encabezan buena parte de los problemas de pareja.
Tales desacuerdos pueden llegar a convertirse en un camino (probablemente indi-
recto) a grandes discrepancias en la pareja, pudiendo llegar al extremo del divorcio
(Dingfelder, 2008). Se trata de una variable entre otras que perturban las relaciones
interpersonales, y que se entrecruzan con el manejo del poder en la pareja, las
frustraciones y las insatisfacciones, que apuntan a una complejidad más amplia en
el momento de refinar el análisis de las situaciones y la configuración del vínculo
de pareja o familiar.
El consumo y la desorganización que provocan los gastos conforman un comporta-
miento inadaptado a escalas masivas. El problema del consumo abarca un conjunto
de lecturas y puntos de vista diferentes, en constante transformación. El tema merece
especial atención, tanto en el terreno de la psicoterapia como en el de la investigación.
Será abordado como problema, es decir cuando el sobre-consumo se convierte en
desequilibrio, impotencia, descontento, angustia, depresión e infelicidad.
Consumir no nos hace más felices, y aún así el canto de la sirena se deja oír.
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exhibición de esos objetos pueden crear fantasías de prestigio, alto poder adquisitivo
o dar una buena imagen.
Los diversos factores que conducen al gasto compulsivo del dinero en consumo, se
asemeja al nudo Gordiano. La psicoterapia ofrecerá las herramientas para cortarlo,
generando distintos puntos de vista y formas de autoconocimiento y autocontrol, que
tienen como objetivo explorar los temas y creencias subyacentes acerca del dinero
y el vínculo con el mismo. La terapia puede ayudar a manejar el comportamiento
compulsivo, a través del análisis de los mensajes culturales que han llevado a las
personas a gastar irracionalmente, apuntando a una reformulación amplia del pro-
blema, para encontrar una nueva perspectiva, considerando siempre la subjetividad
del problema.
El tratamiento apunta a disminuir las relaciones insalubres del paciente con el consumo,
como la creencia de utilizar los bienes para impresionar a otros, disminuir la ansiedad,
y así compartir información acerca de la relación con sus finanzas, etc. Del mismo
modo en que se sienten libres de hablar sobre su sexualidad, también podrán abrir el
tema del sobre-consumo, a menudo oculto o inadvertido por el paciente o su entorno.
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Contribución de la psicoterapia
El tratamiento de las compras y el consumo compulsivo-adictivo se encuentra en
una etapa formativa. La sociedad, los medios, la propaganda masiva, conspiran
contra el cultivo de la verdadera riqueza, que no se puede cuantificar en un balance
financiero, sino que se expresa en la autoestima, en la familia, en las amistades, en
el sentido comunitario, la salud, la educación y la creatividad. La pobreza interna
es la que nos interesa, tanto emocional como espiritual y su recuperación es la base
del tratamiento.
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Conclusiones
Distintas líneas terapéuticas pueden dar respuesta a la relación ominosa entre las
personas y los objetos, el dinero y las compulsiones. El objetivo de este trabajo ha
sido ofrecer un planteo y una perspectiva que se puedan compartir desde distintos
encuadres terapéuticos, estimulando la convergencia hacia espacios innovadores
que invitan a la reflexión.
El canto de la sirena circula en nuestra sociedad, y la labor de Ulises será un nuevo
desafío para la psicoterapia, una invitación a reflexionar y alumbrar a quienes padecen
este malestar, para que puedan reencontrarse consigo mismos.
La expansión de un mayor conocimiento de uno mismo y de nuevas experiencias
de afrontamiento conformarán una base enriquecedora, productiva y madura ante
las situaciones difíciles que se presentan en la vida, aprendiendo a decirle adiós al
pensamiento mágico y sus desencantos, y alentando la esperanza en las transfor-
maciones vitales.
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Universidad de Manizales
Facultad de Psicología
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Perspectivas en Psicología
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Resumen
El objetivo de esta investigación fue conocer las representaciones sociales de 20
jóvenes universitarios frente a la política en Colombia, en el contexto de las elecciones
parlamentarias del periodo 2010. Para ello se aplicó una entrevista con tres preguntas
abiertas a 10 hombres y 10 mujeres matriculados en los programas de ciencias sociales
de la Universidad Católica de Colombia y en la Universidad Nacional de Colombia; se
examinó sobre el concepto que tienen de ella, las emociones que les genera y la forma
en que participan en ella. El análisis cualitativo de los datos muestra que los jóvenes
definen la política como corrupta, expresan indiferencia o desilusión frente a la misma
y utilizan prácticas abstencionistas como un modo de expresión de la inconformidad.
Palabras clave: Representaciones sociales, política, psicología social.
Abstract
The aim of this research was to get to know the social representations of twenty young
university students in politics in Colombia, in the context of parliament elections in
20010. In order to do this, an interview was used with three open questions to ten
men and ten women registered in the programs of social sciences from Universidad
Catòlica de Colombia and Universidad Nacional de Colombia. It was examined the
concept they have about politics, the emotions it generates them, and the way they
participate in politics. The qualitative analyses of data show that young students
think politics is corrupt, and express indifference or disappointment when refer
to politics and they do not vote in elections as a way to express disagreement.
Key words: social representations, politics, social psychology.
87
Representaciones sociales de jóvenes frente a la política en Colombia
Vanessa Sánchez Mendoza pp 87-102
Una de las problemáticas más notorias por las que atraviesa en la actualidad Co-
lombia tiene que ver con la corrupción de su gobierno y de sus gobernantes. En los
últimos meses, la prensa local y extranjera se ha encargado de difundir informes
que dejan ver las acciones ilegales cometidas por números miembros de los entes de
representación ciudadana en el país, lo que hace que la confianza en las instituciones
democráticas y, por ende, su legitimidad, se vea afectada.
La confianza es el elemento configurador de la relación entre los ciudadanos y
sus representantes, es decir, es un valor implícito en la decisión que se realiza al
elegir representantes. Dicha confianza se traduce también en la estabilidad y le-
gitimidad del sistema de gobierno, y del Estado y sus instituciones (transparencia
por Colombia).
Los colombianos eligen candidatos o escogen partidos políticos, y les confieren
poder a través del voto, para que actúen a favor de las demandas colectivas y las
necesidades que éstos perciben. De modo que, cuando los líderes políticos abusan
del poder que se les ha confiado para satisfacer sus propios intereses, se pierde la
confianza en las organizaciones políticas e incluso se pone en cuestión valores e
instituciones propias de un sistema democrático.
La pérdida de confianza derivada de la corrupción política produce un grave desafecto
de la ciudadanía hacia la democracia, que se traduce en un abstencionismo que los
aleja aún más de la vida política, en una pérdida de significado del voto que puede
llegar a convertirse en una mercancía transable, y en el menoscabo de la esencia y
la legitimidad de los procesos electorales. La corrupción política termina afectando
todas las ramas del poder y genera asimetrías que facilitan la infiltración de intereses
ilegítimos en la política y, por ende, en todas las esferas de la vida pública.
Vale la pena señalar que la calidad de las democracias no sólo está asociada a la
realización de elecciones libres y al establecimiento de procedimientos incluyentes
para la toma de decisiones. El grado en que la ciudadanía se involucra en las activi-
dades propias de la democracia, resulta crucial para el fortalecimiento de la misma.
Sin embargo, la participación activa de la ciudadanía en los asuntos públicos está
fuertemente determinada por su confianza en las instituciones democráticas y la
percepción que sobre la política y las acciones de los políticos existen.
Mouffe, (1999, Pág. 14) citado por Gómez (2003), comenta que lo político se refiere
a una cualidad de relaciones entre las existencia humana y que se expresa en la diver-
sidad de las relaciones sociales y la política hace referencia a los mecanismos, a las
formas mediante las cuales se establece un orden, se organiza la existencia humana
que siempre se presenta en condiciones conflictivas. Lo político ligado a la dimensión
de antagonismo y de hostilidad que existe en las relaciones humana, antagonismo
que se manifiesta como diversidad de las relaciones sociales y la política que apunta
a establecer un orden, a organizar la coexistencia humana en condiciones que son
siempre conflictivas puesto que están atravesadas por lo político.
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Siendo la Política la relación con el ejercicio del poder, viene del griego “polis” o
ciudad. Hoy por hoy, la única manera de ejercer poder y de gobernar los designios
de los países, es por medio de la política. La política, es la fuerza que mueve las
naciones; ya que todas las circunstancia o decisiones importantes, pasan por una
estrategia política, para poder ejercer autoridad en pro de los ciudadanos (Ocampo,
2001).
Se espera de la política que conlleve al bien común, en donde las personas que son
representantes a través de sus actos disciernan entre lo que es correcto y lo que no
lo es; y es aquí donde la ética cumple un papel fundamental; haciendo referencia en
que no todo lo legal es ético. La ética es la parte de la filosofía que trata de lo moral
y esta no concierne al orden jurídico sino al fuero interno o al respeto humano. La
decencia es un concepto abstracto pero cuya percepción pre racional resulta evidente
dentro de cualquier contexto moral (Moreno, 2004).
Según el mismo autor la democracia unida a la política en un país como Colombia,
es una utopía en la participación real la cual se reduce a una democracia frágil y
representativa que ha demostrado grandes limitaciones como forma de organización
del Estado y la relación de este último y la sociedad. Se requiere de una política
democrática que permita por igual la conducta de los gobernantes y de los goberna-
dos, y que permita y garantice un clima propicio para el desarrollo de la democracia
participativa.
La democracia representativa, expresada fundamentalmente en el voto para elegir
unos representantes que, deben “interpretar” la voluntad del pueblo que los ha elegido.
Es también la manifestación más clara de la soberanía de los partidos políticos. Los
que en Colombia no aprovecharon, el inmenso poder que este sistema les confería y
por el contrario, abusaron del mismo y terminaron corrompiéndose hasta los niveles
que hoy conocemos.
La democracia participativa es otro modelo. Su pretensión, superar la simple
representación directa de la soberanía partidista y construir un nuevo Estado
fundamentado en la Participación Ciudadana como fundamento de la democracia
directa. Fue a través de la Constitución de 1991 que, se crearon mecanismos más
directos. Se buscaba entonces una democracia, en la que el ciudadano signifique
más que un agente sufragante, más que votar cada cuatro años, más que “estar
enterado” de lo que sucede en el país, se pretendía que, el ciudadano fuera el
protagonista de la Construcción de una Nueva Sociedad cuyo fundamento fuera
la participación democrática.
El nuevo escenario de la democracia participativa, le da un nuevo sentido ético al
ejercicio de la política; a la aplicación de la justicia; al bienestar social y busca el
equilibrio económico para las mayorías nacionales. Por eso, garantizar la paz, a
través de comprometer a cada uno de los ciudadanos con un destino público cobra
un nuevo significado. De ahí que, se proclama un nuevo Estado: El Estado Social
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de Derecho cuya misión es dar plenas garantías jurídicas a todos los colombia-
nos, ampliando el espacio público para el debate razonado, en la búsqueda de la
concertación o acuerdo en la solución de los grandes conflictos que afligen a la
sociedad colombiana.
El propósito del Estado Social de Derecho es garantizar los derechos económicos
y sociales y sobre todo, los derechos fundamentales, degradados en los sectores
más pobres. Transcurridos 14 años de vigencia de la Constitución aún no se
ven sus frutos, porque el ajuste neoliberal y la inserción forzosa de la economía
colombiana a la globalización por parte de los mandatarios que se han sucedido
en el mando del Estado sólo les ha preocupado cumplir con los designios del
gran capital.
En síntesis los mecanismos consignados en las distintas leyes tienen que ver con las
posibilidades que tienen los ciudadanos de informarse sobre la acción y actuación
democrática, pueden ser objeto de manipulación por parte del gobernante de turno.
Respecto a la relación entre política y psicología se pudo encontrar que autores como
Ribes (1990), recalcan la vinculación intima que existe entre las teorías psicológicas
con el hacer moral y el hacer político. Parte de esta importancia radica en el hecho
de que la ciencia misma se convierte en ideología al invadir el lenguaje cotidiano y
las representaciones sociales acerca de la realidad.
“Toda ciencia quiéralo o no, en la medida en que se le apropia socialmente como
contenido de conocimiento, crea ideología social. En el caso de la psicología, esta
ideología infiere directamente en las concepciones acerca del individuo, sus limita-
ciones y capacidades, y su papel relativo en la responsabilidad de la circunstancia
social en que vive. (…) Estas ideologías científicas (o filosóficas antes del S XIX),
que se recubren de argumentación epistemológica y ética, no solo contribuyen a la
transformación – en ocasiones aparente – de las representaciones sociales acerca
del individuo, sino que, a la vez participan en la legitimación social de dichas re-
presentaciones.”
Esta participación incide de múltiples maneras, pero se destacan dos que compren-
den 1) que bajo el carácter de conocimiento cierto y verdadero ampara la validación
formal de las practicas jurídicas, administrativas, políticas y morales entre otras y
2) la participación como conocimiento profesionalizado, en practicas sociales que
sancionan cotidianamente un espacio ideológicamente configurado en la vida social
de todos y cada uno de los individuos; también como regulador y sancionador de
valores morales implícitos al ejercer acciones sistemáticas y concretas a través de
las profesiones socialmente aceptadas.
La relación histórica entre la psicología, la política y la moral constituye un campo
de vital importancia para desentrañar el origen y la utilidad que han tenido las con-
cepciones acerca del individuo como entidad psicológica.
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Método
Tipo de investigación: Este es un estudio de tipo exploratorio descriptivo e interpre-
tativo, con análisis cualitativo textual de los datos aportados por voluntarios sobre
lo político, las emociones que le provoca y las estrategias de participación política
que legitiman.
Participantes: En la Investigación participaron 10 estudiantes de la Universidad
Católica de Colombia de la Facultad de Psicología (5 hombres y 5 mujeres) y 10
estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia de la Facultad de Ciencias
Sociales (5 hombres y 5 mujeres); pertenecientes a diferentes semestres.
Instrumentos: Para este estudio se diseñó una entrevista abierta compuesta por tres
preguntas coherentes con las dimensiones mencionadas previamente, con el objeto
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Resultados
Tabla 1. Matriz de categorías emergentes
Como una forma de respetar la narrativa presentada por cada uno de los estudiantes
participantes frente a las preguntas formuladas, se transcribieron las respuestas
textualmente en matrices de contenido y mediante la categorización se encontró
que sobre lo político emergieron los siguientes conceptos: administración, bien-
estar, autoridad, corrupción, ineficiencia y poder. En lo que respecta a emociones
generadas por la política o lo político se encontró gran variedad de ellas así:
admiración, repugnancia, confusión, desconfianza, desilusión, desinterés, fe, im-
potencia, inconformidad, indignación, mal genio, rabia y tristeza y en cuanto a la
participación en política las categorías emergentes: abstencionismo, ausentismo
electoral, sufragio y sufragio ocasional. En los cuadros siguientes se podrá conocer
el paralelo entre las respuestas de los estudiantes de universidad pública y los de
universidad privada.
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Conclusiones
En el contexto electoral en el cual se desarrolló esta investigación fue posible
reconocer diversas razones y modos de participación de la población joven de las
universidades frente a la política; se debe exaltar la relación que existe entre definir
la política como corrupta, expresar indiferencia o desilusión frente a la misma y uti-
lizar prácticas abstencionistas como un modo de expresión de la inconformidad. Al
comparar las dos muestras se evidencia que los estudiantes de la universidad pública
esbozan mayor numero de argumentos en sus respuestas, además de vincularse a la
política a través de su institución educativa, comprendiendo que la política regula
los procesos y procedimientos que posibilitan su educación y al mismo tiempo ha-
ciendo explícito el poder de la educación para alcanzar cambios en las actitudes de
las personas, movilizar los grupos sociales y participar activamente de los procesos.
El estudiante de universidad privada expresa de manera más simple la política, no la
reconoce como eje de su proceso educativo, la ubica en el contexto urbano, asociada
al desarrollo de la ciudad y al manejo de dineros pero no la asocia con otros contextos
de bienestar sociales. Es relevante exaltar que el estudiante de universidad privada
es el que con mayor frecuencia menciona la impotencia frente a la política, pero es
el que expresa mayor interés en participar de los procesos electorales.
Finalmente es importante mencionar que los jóvenes en general han expresado
sentirse esperanzados frente a la posibilidad de conseguir un cambio en la cultura
política de Colombia, a través de la erradicación de la corrupción, la renovación de
candidatos y el compromiso con los planes de gobierno.
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Resumen
Se presenta una reflexión teórica sobre lo que han sido las agendas sugeridas para el
desarrollo y fortalecimiento de la psicología política latinoamericana en las décadas del 80
y el 90, proponiendo una nueva agenda que recoja las discusiones temáticas, disciplinares
e investigativas que han emergido en lo que va corrido de la década del 2000 y que se
vislumbra como su quehacer cercano. Por ello, se discurre sobre los siguientes aspectos:
fortalecimiento de la comunidad académica; presencia formal en la formación de los
estudios pregraduales y postgraduales de psicología; creación de mecanismos de difusión
de los conocimientos generados; acercamiento de los diferentes horizontes conceptuales
sobre lo que es la psicología política; realización de investigaciones que permitan
enriquecer el acervo teórico-metodológico; ruptura con los paradigmas tradicionales.
Palabras clave: Psicología, política, psicología política, formación
Abstract
Presenting a theorical reflection about what would be the suggested agendas
for the reinforcement and development of Latin America’s political psychology in
the 80’s and 90’s decades, and establishing a new agenda that would develop all the
thematical, disciplinary and in research discussions that have emerged during this
time. Due to this, some aspects like reintorcement of academic community; formal
presence in psychology undergraduate and graduate studies; creation of difussion
mecanisms; different horizons about what political psychology is; researches that
allow the theorical-methods enrichment and breaking up of the traditional paradigms.
Key words:Psichology, politics, political psychology, development.
35 El presente texto se elaboró como producto académico del seminario doctoral: Conceptos y desa-
rrollos actuales en psicología política, realizado como parte de la pasantía doctoral llevada a cabo
del 9 de Enero al 21 de Febrero del 2006 en el Doctorado en psicología orientado en la Universidad
Central de Venezuela por parte de la Dra. Maritza Montero. Lo anterior no la compromete ni la
hace responsable de lo que aquí se plantea. Fue publicado inicialmente en la revista Psicología
desde el Caribe. No. 19. Enero-julio del 2007
36 Candidato a doctor en educación de la Universidad de Salamanca –España – candidato a doctor en
Ciencias sociales, niñez y juventud de la Universidad de Manizales – CINDE. Profesor sistente del
Departamento de Humanidades e Idiomas de la Universidad Tecnológica de Pereira e integrante
del grupo de investigación Arte y cultura escalafonado en COLCIENCIAS, Instructor asociado
de la Facultad de Psicología de la Universidad de Manizales. E - mail: aldigo@etp.net.co
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37 Una versión inicial del presente texto se presentó como ponencia en el simposio “Sociales” corres-
pondiente al XII congreso Colombiano de psicología de la Sociedad Colombiana de Psicología.
Universidad de San Buenaventura. Medellín. Mayo 6 del 2006.
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En tal sentido, una agenda para la psicología política en Latinoamérica puede estar
orientada hacia los siguientes dos aspectos: institucionalización de ésta área de la
psicología y su ampliación temático-disciplinar. Veamos en detalle algunos tópicos
al respecto.
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miento de tres revistas sobre psicología política que eran publicadas periódicamente,
political psychology, creada en 1979, Micropolitics, 1981 y psicología política, ésta
última editada en España.
En el ámbito Latinoamericano se edita desde el año 2001 por parte de la Sociedad
Brasilera de Psicología política, la revista “psicología política”38 y por parte de la
Universidad de San Luis (Argentina) se edita la revista electrónica de psicología
política.39 Para el año 2006, se edita el primer libro electrónico en psicología política
(Dorna, 2006) donde se encuentran textos de psicólogo(a)s de México (Mota, G,
2006) Colombia (Díaz, Á, 2006) Chile
(Lira, E. 2006)España (Garzón, A, 2006; Sabucedo, J. M, Durán, M. Fernández, C.;
Romay J. (2006) Crespo, E. J. Revilla C. y Serrano, A. (2006) y Francia (Dorna,
A, 2006)
En cuanto no hay asociaciones de psicología política, visibles a nivel latinoamericano,
no hay realización de congresos científicos, temáticos y periódicos que den cuenta
de lo que se hace en el terreno de lo práctico y las maneras como se reflexionan en
cuanto teoría.
Lo anterior no quiere decir, que no exista en Latinoamérica la psicología política,
de hecho en la realización de congresos tanto de orden Continental (SIP 200540)
regional Latinoamericano (VI Congreso de psicología social de la liberación41)
nacional (XII congreso Colombiano de psicología, 2006) aparece la convocato-
ria y se hace presentación de trabajos en ésta área disciplinar (Díaz, 2004; Díaz,
2005). También se encuentran publicaciones que dan cuenta de las perspectivas
de desarrollo de ésta área de la psicología: Rodríguez, A, (1998; 2001) Dobles, I
(2005) Juárez, J, y Arciga, S (2001) Moscovi, S y otros (1997) Pero aún con esta
producción no se alcanza la visibilización ni emergencia necesaria para asumir la
existencia de una comunidad académica fuerte, de psicología política en el ámbito
Latinoamericano.
38 Al momento se han editado diez y ocho números que se encuentran en versión electrónica en:
http://www.fafich.ufmg.br/~psicopol/01.htm
39 Se encuentran en línea nueve números, ver: http://www.psicopol.unsl.edu.ar/
40 En éste congreso, como parte del eje 19 denominado psicología política se presentaron cuarenta y
tres ponencias correspondientes prioritariamente a países de Latinoamérica. http://www.sip2005.
org.ar/Abstract/19-Psicologia_politica.pdf
41 En cuanto se asuma la psicología social de la liberación como expresión de la psi-
cología política, se compartirá la referencia respecto a qué los tres días de discusión
realizados en éste congreso fueron reflexiones sobre ésta área temática con más de cien
intervenciones.,agrupados en cuatro ejes temáticos: I. Escenarios para el trabajo desde
los Derechos Humanos; II. Escenarios para el trabajo comunitario y con grupos: domi-
nación y resistencias; III: Escenarios de trabajo sobre la violencia; IV. Escenarios de
trabajo en la producción de conocimientos, formación e inserción en la perspectiva de
la liberación. http://www.ts.ucr.ac.cr/cipsl-07-es-prog.doc
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emergen a partir del año 2000 y que constituyen la primera década del siglo XXI.
Creo que a aquellas se les puede denominar como la perspectiva clásica y a estas la
perspectiva contemporánea, lo que no las demarca desde juicios de valor en término
de ser mejores unas, respecto a otras, sino como opciones que han delineado o están
impulsando los retos y desafíos de la psicología política.
Al analizar la propuesta presentada por Montero (2006) es posible sugerir una
lectura de segundo orden donde ella ubica la agenda en término de proponentes42,
temporalidad o fecha de presentación, denominación de ejes, posible espacialidad
de aplicación, campos de actuación disciplinar y profesional, algunos de ellos con-
stituidos por áreas específicas.
Agendas propuestas en las dos últimas décadas del siglo XX (1980- 1999)
Así, entonces, los agendistas proponen lo siguiente (Montero 2006):
Jorge Tueros, s.f. y Carlos Franco (1981) desde Perú presentan una agenda para una
posible psicología política, orientados por los temas de socialización política y agentes
de reproducción social; Los sujetos políticos y sus características psicológicas, dentro
de los cuales se integran los subtemas de: cultura política, organizaciones políticas,
psicología política y conducta política de las masas; conceptos para el análisis del
comportamiento político; dimensiones políticas de actividades políticas constituidas
por: participación, representación, negociación, concertación y violencia políticas;
lo anterior enmarcado en el desarrollo de un aparato conceptual para esos estudios.
Por su parte la estadounidense Margaret Hermann (1986) desde la opción de prin-
cipios y problemas de la psicología política visibiliza los siguientes aspectos que
bien se pueden denominar de orden epistemológico – metodológico: asumir la
reflexión sobre la multiplicidad metodológica en la investigación de ésta área de la
psicología; reconocer y trabajar la tensión dada entre buscar un solo paradigma o
aceptar multiplicidad de ellos;asumir la importancia del enfoque comparativo en la
Psicología política; reflexionar respecto a cuáles son los límites entre investigación
y acción; presentar lineamientos frente a ¿Qué clase de capacitación necesitan los/
las psicólogos/as políticos/as?
Desde Argentina Virginia García Beaudoux y Orlando D’Adamo(1999) proponen
unas perspectivas de desarrollo de la psicología política en América Latina desde
las que se aborden las vinculaciones entre fenómenos psicológicos y económicos,
lo que implica investigar: la Influencia en los sistemas políticos, la relación entre
crisis económicas e identidad social, la legitimidad democrática en relación con la
inestabilidad económica; los procesos de transición y consolidación democrática
desde los cuales se asuman la memoria social y de forma específica el recuerdo y el
42 Bien se pueden llamar agendistas en la acepción de ser aquella persona que retoma las ideas circu-
lantes en comunidades académicas y las presenta formal y oficialmente ante las mismas para que
circulen, se discutan, se complementen y se vayan concretando
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43 Aunque no hacen psicología política sólo los psicólogos, en el presente texto se asume la formación
dirigida hacia ellos.
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ca otras visiones sobre la psicología, otros autores, otras categorías, otras maneras
de hacer y pensar la psicología, que pasa por otras maneras de formar a las nuevas
generaciones de psicólogos, con otro tipo de relaciones y de didácticas.
El comunitario y de proyección social. Lo anterior conduce necesariamente a que el
trabajo de la psicología se descentre, como opción mayoritaria, del ejercicio de la
psicología clínica con el modelo médico asistencial que le subyace, por otros espacios
y sujetos con los cuales intervenir. Así, se abre opción por ejemplo, para la psicología
comunitaria, la psicología política, la psicología de la liberación, la psicología ambien-
tal, la psicología jurídica, la psicología deportiva, con diversas perspectivas teóricas.
Pero, además, que las otras áreas de la psicología con mayor visibilización hagan un
giro en su mirada para visualizar otros escenarios en los cuales es posible realizar
el rol del psicólogo como es la educación no formal e informal, la psicología del
trabajo con sindicatos, microempresas, ONGs. Esto relativiza y cambia las maneras
de incursionar en la realidad, junto con los usuarios de los servicios de psicología,
obliga a crear otras maneras de denotar la realidad, en cuanto en la comunidad nos
relacionamos con ¿usuarios, clientes, pacientes, enfermos, ciudadanos, anormales,
diferentes, otredades? Allí hacemos ¿intervención, acompañamiento, asistencialismo,
paternalismo, autogestión, participación? En los nuevos escenarios el lenguaje predo-
minante debe ser ¿el técnico, el comunitario, un diálogo de saberes? El conocimiento
científico ¿se construye por parte de la comunidad académica, de la comunidad
barrial, entre ambos? ¿Qué diferencia las lógicas de cada cual?
El organizacional/gremial de las asociaciones de psicología. Para que las organiza-
ciones no se preocupen sólo por la reivindicación gremiales sino que reconociendo
su vínculo con la sociedad, piensen que en tanto actores sociales colectivos deben
proponer nuevas maneras de organización de los psicólogos, nuevas tareas ( formu-
lación de políticas públicas desde la psicología), vinculación con grupos sociales por
vía de sus asociados, incidencia sobre los programas de formación pre y postgradual,
actualización de las normativas orientadoras del quehacer del psicólogo para ayudar
a abrir otras opciones. Superación del caudillismo y el personalismo en la repre-
sentación de las organizaciones gremiales, desarrollo de proyectos colectivos y no
individuales, potencialización de la colectividad y no únicamente de la persona. Es
ayudar en la liberación de la psicología en su plano disciplinar, profesional y gremial.
Al fin y al cabo la realidad no se presenta a manera de estancos independientes, sino
integrada, sistémica, total y compleja.
Esta agenda se debe llenar de contenido. Desde lo teórico, en cuanto acumulado
cultural, existen muchos argumentos y sustentos que le dan razón de ser. En tanto
acción práctica, como ésta es devenir, caos, posibilidad, sólo la acción misma la
llenará de vitalidad y posibilidad. De no ser así, se quedará en un buen deber ser.
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Perspectivas en Psicología
Edición No 12 - Enero - Junio de 2009
Términos de la convocatoria
Tipo de artículos: sólo se consideran artículos de las siguientes categorías.
a. Investigación científica y tecnológica: Presentan de manera detallada, los resul-
tados originales de proyectos de investigación. La estructura del artículo debe
contener: introducción, metodología, resultados y conclusiones.
b. Artículos de reflexión: Presentan resultados de investigación desde una perspectiva
analítica, interpretativa o crítica del autor, sobre un tema específico, recurriendo
a fuentes originales.
c. Artículos de revisión: Sistematizan e integran resultados de investigaciones publi-
cadas o no, con el fin de dar cuenta de los avances y la tendencias de desarrollo.
Presentan una cuidadosa revisión bibliográfica, de por lo menos 50 referencias.
Instrucciones para la presentación de trabajos:
1. Enviar dos copias impresas del artículo y una copia en Microsoft Word, en dis-
quete. O si lo desea, solamente la versión en Word dirigida al editor de acuerdo
con el formato de los artículos de esta revista.
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Facultad de Psicología
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Perspectivas en Psicología
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Artículo de revista:
López, L. (2004). El empoderamiento como capacidad de agencia. Una alter-
nativa para el reconocimiento de los y las jóvenes coo actores del desarrollo y
su integración al mundo social. Revisa Cuadernos de línea, 2, 41- 58.
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