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ARTICULO
Es una realidad cada vez más patente que los actuales consumidores digitales esperan
y exigen mejores servicios de entrega, que conjuguen rapidez y precisión, así como la
oportunidad de realizar devoluciones si el producto adquirido no cumple con los
estándares esperados. A este respecto, si consideramos los datos aportados por la
Cámara de Comercio de Santiago (CCS), en su estudio “Observatorio del
Comportamiento de uso del Canal e-Commerce en la RM” tenemos que entre los
aspectos más importantes que facilitan el comercio electrónico, es decir, que llevan a
los consumidores a elegir este canal de compra se encuentran: la comodidad, la
posibilidad de comprar a cualquier hora y la experiencia, es decir, que se cumpla la
promesa de compra, en tiempo y forma.
En esta línea, según reporta la CCS, aquellos frenos que los consumidores expresan al
momento de optar por el canal electrónico (en la Región Metropolitana,
específicamente) se circunscriben en un 29% a “situaciones de despacho”, donde
reflexiones como: “No me gusta esperar o ir a retirar”; “No deseo pagar por el
despacho” o la desconfianza ante “Problemas para recibir productos” y “Problemas
para efectuar cambios o devoluciones”, cobran relevancia. Considerando lo expuesto,
para aquellas empresas que ‘cumplen la promesa de compra’ bajo los parámetros
comprometidos, la recompensa es inmediata en materia de fidelización y conversión, lo
que representa una oportunidad de crecimiento significativa no sólo para ese comercio
particular, sino también para el comercio electrónico en general. De hecho, si
consideramos los resultados del último evento Cyber realizado en el país en octubre
pasado, según informó el Servicio Nacional del Consumidor, el incremento de
confianza entre los consumidores respecto de este canal llevó a que este evento
cerrara con unas récord ventas de US$ 271 millones, “resultados que representan la
mayor contribución del comercio electrónico en la historia de la economía chilena”,
según la entidad. Parte de dicha confianza radica, por ciento, en un índice de entregas
y despachos exitoso.
No obstante, cabe destacar que para cumplir a cabalidad con la promesa de compra y
alcanzar la satisfacción de los clientes en márgenes significativos es una tarea
compleja, mantener la confianza no es fácil para los comercios e implica un delicado
equilibrio a nivel operativo y de costos.
Así, según los expertos, los minoristas deben emprender un difícil acto de equilibrio
entre las expectativas de entrega de los consumidores, manteniendo su propia
rentabilidad y hoy existen una serie de acciones que las organizaciones pueden
explorar para administrar sus costos y mejorar el margen.
¿Cómo ser más eficientes en materia de distribución, evitando las entregas fallidas? Se
torna una interrogante esencial a responder, considerando que de este flujo operativo
depende -en gran medida - la satisfacción y preferencias de los consumidores online.
En este contexto, el estudio 8 Best Practices para evitar las entregas fallidas, elaborado
por Beetrack estima que en materia logística, existen dos categorías de entregas
fallidas en la última milla: El fallo Parcial de la Entrega, que se da cuando ésta no se
ejecuta durante el primer envío, por lo que este es marcado como “no entregado a
tiempo”; y el Fallo Permanente de la Entrega, que ocurre cuando ésta no se ejecuta en
el último envío, por lo que queda registrada como “fallida”.
Considerando ambas clasificaciones, el estudio establece que “sea cual sea el tipo de
entrega fallida registrada, los gastos para la empresa se incrementan debido a costos
adicionales relacionados con: Tiempos extras de almacenamiento; mayor número de
procesos logísticos; sobreutilización de las unidades de transporte; ocupación del
personal para repetir tareas no facturables y devolución del producto al proveedor;
costos que restan una alta rentabilidad a la operación. De aquí la importancia para las
empresas logísticas de concretar buenas prácticas en el marco de una estrategia que
apunta a evitar estas ‘fallas’ y ser rentables.
Considerando la necesidad de una estrategia eficiente que permita disminuir los niveles
de error en el despacho y la entrega, cabe destacar algunas de las mejores prácticas
expuestas en el estudio de Beetrack, las que a continuación pasamos a detallar.
Entre las opciones de entrega que se pueden coordinar con el cliente, según destaca el
estudio, se encuentran: Entregas en casa de un vecino, amigo o familiar; entrega en
lugar de trabajo o entregas en locales comerciales de su preferencia.
“En líneas generales, el mercado está abierto a este tipo de soluciones, pues el 55% de
las personas ha manifestado estar dispuesto a recibir los pedidos de sus vecinos más
cercanos. En este mismo panorama, si un cliente vive en una zona alejada de las rutas
normales de la empresa, entonces esta puede coordinar con el cliente un punto de
entrega diferente y más accesible para el transportista. A cambio, el cliente recibe un
descuento en el servicio de entrega o producto adquirido” estimó el documento.
Elegir el tipo de transporte más indicado. Si bien se estima que en el futuro las tareas
de distribución y entrega se desarrollará con ayuda de tecnologías como la automoción
y los drones, lo cierto es que hoy en día estos procesos son liderados por el transporte
terrestre tradicional, donde el factor humano (los transportistas) sigue jugando un papel
determinante para la satisfacción del cliente en la entrega de última milla.
“Al tener claras estas variables, antes de despachar se ha de elegir el tipo de transporte
más indicado”, aduce el estudio.
Monitorizar las variables externas. Desde el centro operativo es importante mantener
una monitorización constante y en tiempo real sobre las variables externas que puedan
afectar la entrega de un producto. “Dichas variables pueden ser de cualquier tipo y
presentarse en el momento menos pensado”, estima el documento, agregando que
entre las variables más sensibles al monitoreo se encuentran: los embotellamientos o
accidentes en la vía; aumento en los niveles de tráfico; aparición de lluvias o
deslizamientos; presencia de desfiles, marchas o eventos públicos, entre otros.
“Si bien es cierto que estos factores no pueden ser controlados por la empresa,
también es cierto que el cliente tendrá una experiencia muy negativa si la entrega se
realiza con retraso o si, simplemente, no se realiza (indistintamente del motivo). En este
contexto, es necesario mantener un estado de alerta sobre los imprevistos y una
comunicación constante con los conductores para que éstos tomen otras rutas hacia el
punto de entrega. Además de la monitorización en tiempo real, también se debe
realizar un análisis de registros históricos sobre los trayectos. Con base en este
análisis, se pueden planificar las rutas de envío óptimas y con menos riesgos.”, resume
el documento.
Siempre en torno al recurso humano, el estudio establece que el 82% de los clientes
que resulta satisfecho con la entrega de última milla comparte su experiencia positiva
con sus amigos y familiares, mientras que el 74% siente la intención de aumentar su
gasto en la próxima compra. Dicho panorama pone en relieve el hecho de que, para ser
exitosos en los procesos de última milla, no sólo se debe considerar el proceso
logístico, como tal, sino también crear valor de cara al consumidor, generando así un
vínculo empresa-cliente que puede ser rentabilizado.
En esta dinámica, el transportista juega un papel fundamental, pues se trata del único
empleado de la empresa que tiene un contacto físico y directo con el cliente final.
Debido a ello, el estudio sostiene que “las empresas deben empoderar a sus clientes
con la mayor cantidad de información posible” y la mejor manera de hacerlo es
implementar un sistema de seguimiento logístico que no solo involucre al conductor y al
centro operativo, sino también al cliente.
Analiza las entregas y diseña mejoras en los procesos. Según cita el estudio, es
imprescindible que las empresas logísticas empleen mecanismos auditores que
permitan detectar fallas internas y puntos de mejora. Por lo tanto, es necesario que
estas, con apoyo de sus plataformas de seguimiento, ejecuten análisis periódicos sobre
aspectos como: los registros históricos de plataformas externas como Waze y Google
Maps, registros históricos de la plataforma interna sobre todas las entregas
monitorizadas; matrices FODA aplicadas a los procesos de entrega de última milla o
procesos de benchmarks establecidos sobre otros players del sector, tanto
competidores como líderes mundiales de la industria.
RESUMEN