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La Corte Constitucional decidió que la Constitución Política de Colombia de 1991 no está sujeta a control jurisdiccional porque fue la voluntad expresa del constituyente original no someterla a dicho control. La Corte argumentó que someter a la Constitución a control jurisdiccional anularía la soberanía del pueblo como constituyente primario. Adicionalmente, la Corte señaló que la Constitución emana directamente de la voluntad del pueblo como poder constituyente soberano e ilimitado.
La Corte Constitucional decidió que la Constitución Política de Colombia de 1991 no está sujeta a control jurisdiccional porque fue la voluntad expresa del constituyente original no someterla a dicho control. La Corte argumentó que someter a la Constitución a control jurisdiccional anularía la soberanía del pueblo como constituyente primario. Adicionalmente, la Corte señaló que la Constitución emana directamente de la voluntad del pueblo como poder constituyente soberano e ilimitado.
La Corte Constitucional decidió que la Constitución Política de Colombia de 1991 no está sujeta a control jurisdiccional porque fue la voluntad expresa del constituyente original no someterla a dicho control. La Corte argumentó que someter a la Constitución a control jurisdiccional anularía la soberanía del pueblo como constituyente primario. Adicionalmente, la Corte señaló que la Constitución emana directamente de la voluntad del pueblo como poder constituyente soberano e ilimitado.
Norma demandada: Constitución política de Colombia Artículo transitorio 59.” La presente Constitución y los demás actos promulgados por esta Asamblea Constituyente no están sujetos a control jurisdiccional alguno.”
Problema jurídico: ¿Es imprescindible someter la constitución política colombiana
de 1991 a un control jurisdiccional para verificar su validez sobre el sistema jurídico?
Razón de la decisión: La corte constitucional señaló que la respuesta al problema jurídico
es negativa, ya que se considera que fue plenamente la voluntad expresa del constituyente el plantear que no es legítimo dudar de la validez de la constitución y demás actos promulgados, puesto a que se estaría anulando la soberanía del mismo constituyente primario frente a la función legislativa que le compete, pues es específicamente el pueblo quien manifiesta su voluntad en torno a las normas creadas. Argumentos para tomar la decisión:
Con la implementación de la nueva constitución, se estableció un sistema de valores
y principios que fundamentan el ordenamiento jurídico y, además, presentaron diversos aportes como el del reconocimiento de la soberanía popular consagrado en el artículo 3 de la carta que dice que “La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público. El pueblo la ejerce en forma directa o por medio de sus representantes, en los términos que la Constitución establece”. El poder constituyente es el pueblo, el cual es un poder soberano absoluto, ilimitado, permanente, sin límites y sin control jurisdiccional, pues sus actos son políticos- fundacionales y no jurídicos, y cuya validez se deriva de la propia voluntad política de la sociedad y, por ende, es anterior al derecho, fuente del derecho, esencia del derecho e, igualmente, modificatorio de todo el derecho, inclusive el derecho constitucional. De igual manera el doctor Ignacio Otto establece que la Constitución es válida porque procede de quien tiene el poder de darla, y es válida incondicionalmente porque ese poder no tiene limitación alguna ya que, en cuanto poder originario, no está sometido a normas, refiriéndose al poder primario que posee el pueblo a la hora de manifestar su voluntad legislativa. Decisión de la corte: La corte constitucional rechaza las demandas acumuladas, incoadas por los ciudadanos Juan Manuel Silva Nigrinis y José Galat Noumer, contra la Constitución Política de 1991.