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FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO

DERECHO PROCESAL ADMINISTRATIVO

TEMÁTICA:
PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD

INTEGRANTES:
BECERRA MUNDACA, JOEL.
CACEDA ALZEGARAY, SUSAN.
ESPINOZA QUISPE, CARLOS.
GAMBOA MIÑANO, JASUMI.
MUÑOZ CARRASCO, ROLANDO.
VEGA FERNANDEZ, CRISTHIAN.

DOCENTE:
DR. FALCON GÓMEZ SÁNCHEZ, FRANCISCO JOSE

TRUJILLO – PERÚ
2019
FACULTAD DE DERECHO

DEDICATORIA
Dedicamos este trabajo principalmente a Dios, por habernos dado la vida y

permitirnos adquirir nuevos conocimientos y fortalecer nuestros valores que nos

convertirán en profesionales de calidad. A nuestra familia que nos brindan su apoyo

incondicional y nos comparten sus enseñanzas y experiencias. A nuestro docente, el Dr.

Falcón Gómez Sánchez, Francisco José, por sus enseñanzas y conocimientos impartidos

durante el curso de procesal administrativo.

El Equipo

II
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a Dios por protegernos día a día y darnos fuerzas para superar los

obstáculos y dificultades que se nos presentan a diario al tratar de conseguir nuestros

objetivos.

En segundo lugar, a nuestros padres, ya que siempre nos motivan y nos brindan sus

consejos en la realización de nuestros trabajos académicos.

A todo el equipo de trabajo que se esmeró y esforzó al máximo en la realización de la

presente investigación.

El Equipo
INTRODUCCIÓN
Una de las innovaciones que la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo
General, incorporó fue la de regular una serie de principios aplicables a la actuación
administrativa del Estado. Estos principios no tienen carácter taxativo, de ahí que los
operadores del sistema jurídico que interpretan y regulan las relaciones de la
Administración Pública puedan ponderarlo a través de la interpretación e integración
de las normas que forman parte del ordenamiento jurídico.
Esta investigación pretende explicar de una manera sucinta y sistemática uno de los
principios que, a pesar de su importancia, no ha sido materia de un mayor desarrollo a
nivel doctrinario, legislativo y/o jurisprudencial. Nos referimos al Principio de
Razonabilidad en materia de decisiones administrativas. Sobre el particular, muchos
han limitado su aplicación a la graduación de las sanciones en los procedimientos
administrativos sancionadores. Otros en cambio, le han otorgado un carácter de
evaluación económica de costo-beneficio, asociándolo a la ponderación y/o
proporcionalidad de medios en la aplicación de una finalidad pública determinada.
Creemos que este acercamiento muchas veces ha devenido en resultados correctos pero
a nuestro entender incompletos.
Al respecto, creemos que la razón no proviene de una sola fuente sino es el conjunto
de posibilidades que nos permiten acceder al conocimiento. En consecuencia, este
trabajo académico más allá de señalar un rumbo determinado, debe servir de
motivación para encontrar el rumbo más directo a una actuación administrativa
razonable y, a su vez, respetuosa de los derechos fundamentales de la persona humana,
como fin supremo del Estado Social de Derecho.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN............................................................................................................iv

CAPÍTULO I: GENERALIDADES...............................................................6

1.1 Antecedentes Históricos...................................................................6

1.2 La evolución del Principio en el Perú...............................................7

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO..............................................................8

2.1 Razonabilidad..................................................................................8

2.2 Clases o tipos de razonabilidad........................................................8

2.3 Principio de Razonabilidad en sede Administrativa........................9

2.4 PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD Y SU RELACIÓN CON OTROS PRINCIPIOS..................11

2.5 OTROS ENFOQUES DEL PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD...........................................12

2.6 Principio razonabilidad y su concordancia con otros art. de la LPAG

12

CAPÍTULO III: JURISPRUDENCIA ...........................................................................13

CONCLUSIONES .........................................................................................................16

BIBLIOGRAFIA ...........................................................................................................17
CAPÍTULO I: GENERALIDADES
1.1 Antecedentes Históricos.
a) La Tradición Anglosajona.
El principio de razonabilidad tiene su origen remoto en documentos
medievales del derecho inglés, por lo que se presume que este fue el inicio de
su surgimiento. La Constitución de Estados Unidos receptó en dos de sus
Enmiendas, la V y la XIV, el due process of law; este último fue entendido
inicialmente como una garantía de carácter exclusivamente procesal (debido
proceso adjetivo), y con el tiempo se interpretó que, además, reconocía un
resguardo constitucional contra la legislación irrazonable (debido proceso
sustantivo). La máxima de la razonabilidad ha atravesado en los Estados
Unidos por distintas etapas, en las que se ha privilegiado a uno u otro derecho
fundamental. Tras una evolución de décadas, la Suprema Corte reconoció
como garantía constitucional el principio de razonabilidad. Las variaciones de
un modelo a otro se explican sólo si se consideran los problemas que se
planteaban en los distintos casos desde varios ángulos: político, económico y
social.
b) La Tradición Argentina.
La génesis de la razonabilidad en la Argentina fue más veloz que en los
Estados Unidos, gracias a los desarrollos estadounidenses previos y a la
existencia de un artículo constitucional, el 28, que permitió una derivación
menos problemática de la que tuvo lugar en este último país. La Corte
Suprema también ha evitado pronunciarse con exactitud acerca de qué es la
razonabilidad. Ha dicho no obstante, que consiste en una adecuada proporción
entre medios y fines, y tanto en una como en otra jurisdicción el principio de
razonabilidad ha sido aplicado de modo diverso a lo largo del tiempo.
c) La Tradición Alemana.
El origen de la máxima de proporcionalidad en el derecho continental se
encuentra en el derecho alemán, concretamente en las sentencias de fines del
siglo XIX del Tribunal Supremo Administrativo en el área del derecho de
policía. La razonabilidad fue en sus comienzos un estándar destinado al
control de los poderes discrecionales de la Administración, llegando a
adquirir un desarrollo notable, "especialmente en materia de policía, hasta el
punto de llegar a considerarse uno de los principios fundamentales del estado

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de derecho". De ahí pasó al derecho constitucional. Actualmente, con una
elaboración jurisprudencial más que centenaria, el principio de razonabilidad
ha adquirido carta de ciudadanía en todos los manuales y tratados de derecho
público alemán, considerado ya como principio general que surca el entero
derecho administrativo y constitucional. Ocupa un lugar destacado en la
jurisprudencia constitucional y contencioso-administrativa y apenas hay
investigación doctrinal en el ámbito del derecho público que pueda excluir su
estudio y aplicación.
d) La Tradición Española.
En su origen del principio, el Tribunal Constitucional lo ha utilizado
frecuentemente el concepto de razonabilidad, aunque son escasas las
ocasiones en que aplicó el principio integralmente. La utilización ha sido
especialmente frecuente en casos en que se encontraba involucrado el derecho
a la igualdad ante la ley.
1.2 La evolución del Principio en el Perú.
En el ordenamiento jurídico peruano, y a diferencia de lo que ocurre
en la constitución alemana y española, se ha previsto en un dispositivo
constitucional la existencia del principio de razonabilidad, aunque para referirlo a
la vigencia de los derechos constitucionales dentro de un régimen de
excepción. Precisamente se trata del último párrafo del artículo 200º de la
Constitución Política del Perú, en el que se dispone que “cuando se interponen
acciones de esta naturaleza (acciones de garantía) en relación con derechos
restringidos o suspendidos (en un régimen de excepción), el órgano
jurisdiccional competente examina la razonabilidad y la proporcionalidad
del acto restrictivo”.
En la medida que el Estado de derecho se define a partir del sometimiento del
poder político a las normas del ordenamiento jurídico estatal y, especialmente, a
la primera de esas normas que es la Constitución, se puede considerar que la
cláusula del Estado de derecho viene recogida en el artículo 45º de la Constitución
Política, al disponer que el poder del Estado emana del pueblo; quienes lo ejercen
lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes
establecen.
Muy de la mano de la concepción de la persona humana como fin del Estado y
el consecuente respeto irrestricto de su dignidad, se encuentra las exigencias de
justicia material. Sólo son tratos dignos con la naturaleza humana los tratos
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justos; los tratos injustos atentan contra la propia dignidad del hombre.
Precisamente el principio de proporcionalidad sirve para establecer en cada caso
concreto si una medida, una orden o una conducta se apega o no a las exigencias
del valor justicia. Por lo demás, resulta inconcebible pensar en un verdadero
Estado de derecho desvinculado del valor justicia.

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO.


2.1 Razonabilidad.
Etimológicamente, razonabilidad o razonable proviene del latín rationabilis,
que significa arreglado, justo, conforme a razón. Y si recurrimos al diccionario de
la Real Academia Española, establece que la razón es la facultad de discurrir sobre
lo que se sigue universalmente desde premisas dadas por la conciencia humana.
Con todos estos elementos decimos como primera idea, que el examen de
razonabilidad es todo aquello que nuestra sana facultad de discurrir nos indica
que es justo.
Bidart Campos, expresa que el principio de razonabilidad importa, dentro del
sistema constitucional de cada país, la exclusión de toda arbitrariedad o
irrazonabilidad en el ejercicio de las prerrogativas de los poderes públicos. Ello
quiere decir que existe un patrón, un criterio, un estándar jurídico, que obliga a
dar a la ley y a los actos estatales de ella derivados inmediata o mediatamente, un
contenido razonable, justo, valioso, de modo que alguien puede ser obligado a
hacer lo que manda la ley o privado de hacer lo que la ley prohíbe, siempre que el
contenido de aquélla sea razonable, justo y válido
2.2 Clases o tipos de razonabilidad.
De acuerdo con las denominaciones utilizadas por Juan Francisco Linares, la
razonabilidad es la adecuación de sentido en que se deben encontrar todos los
elementos de la acción para crear derecho: los motivos (circunstancias del caso),
los fines, el sentido común jurídico (el plexo de valores que lo integran) y los
medios (aptos para conseguir los fines propuestos). Si la razonabilidad de las leyes
es la adecuación de todos sus factores con el sentido constitucional, esto significa
que tanto las circunstancias del caso tenidas en cuenta por el legislador, como los
medios elegidos y los fines propuestos, deben guardar una proporción entre sí
(razonabilidad interna del acto) y, además, las leyes deben ajustarse al sentido
constitucional formado por los motivos tenidos en cuenta por el constituyente,
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por los fines propuestos, por los valores jurídicos fundamentales y por los medios
previstos (razonabilidad externa del acto).
En consecuencia, la razonabilidad puede ser interna o externa, según que la
adecuación entre los distintos elementos de la acción (relación medio-fin) se dé
dentro de la ley o entre la ley y la Constitución:
a) Razonabilidad interna de la ley: Se da como razonabilidad técnica social
cuando los motivos sociales determinantes (de acuerdo con las circunstancias
del caso) hacen que el legislador tome medidas (medios) proporcionadas al fin
social propuesto. La razonabilidad técnica social es una simple relación de
adecuación entre motivos, medios y fines, pero no implica necesariamente la
justicia de la medida, esto forma parte de la razonabilidad jurídica.
b) Razonabilidad externa de la ley: Es más compleja que la anterior, se da,
en principio, como razonabilidad jurídica. El acto legislativo razonable
internamente debe satisfacer el sentido común jurídico de la comunidad
expresado en el plexo de valores que lo integran, valores que son recibidos de
acuerdo con las modalidades de cada pueblo, por la Constitución del Estado.
La razonabilidad jurídica presenta las siguientes modalidades:
 Razonabilidad de la ponderación: Se presenta en las leyes cuyas
prestaciones guardan una relación de equivalencia con la sanción prevista
para el caso de incumplimiento.
 Razonabilidad de la selección: Se da en las leyes que respetan la
igualdad, de forma tal que, frente a circunstancias equivalentes, la
prestación y la sanción es la misma, y sólo cuando las circunstancias son
diferentes es razonable que las prestaciones o las sanciones sean diferentes.
 Razonabilidad en los fines: Se establece cuando los fines de la ley o las
medidas dispuestas por ella no violan los fines previstos en la Constitución.
Por ejemplo, no es razonable que una ley impositiva grave la propiedad en
una proporción tal que implique la confiscación del bien, pues ello está
expresamente prohibido en la Constitución Nacional.
2.3 Principio de Razonabilidad en sede Administrativa.
El numeral 1.4 del artículo IV del Título Preliminar de la Ley del
Procedimiento Administrativo General establece que las decisiones de la
autoridad administrativa, cuando creen obligaciones, califiquen infracciones,
impongan sanciones, o establezcan restricciones a los administrados, deben
adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
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debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba
tutelar, a fin de que respondan a lo estrictamente necesario para la
satisfacción de su cometido. En ese sentido, de una interpretación literal del
mencionado precepto legal podemos inferir tres requisitos que deben tomarse en
cuenta para poder determinar el contenido del principio de razonabilidad en
materia de decisiones administrativas. Estos son:
a) El principio de razonabilidad se aplica a decisiones de la autoridad
administrativa, que creen obligaciones, califiquen infracciones, impongan
sanciones o establezcan restricciones a los administrados.
b) El principio de razonabilidad se aplica a decisiones de la autoridad
administrativa que deben adaptarse dentro de los límites de la facultad
atribuida.
c) El principio de razonabilidad obliga a que las decisiones de la autoridad
administrativa mantengan la debida proporción entre los medios a emplear y
los fines públicos que deba tutelar, a fin de que respondan a lo estrictamente
necesario para la satisfacción de su cometido.
De ahí que, para aplicar el principio de razonabilidad sea necesario que nos
encontremos ante actos de gravamen de dar, hacer o no hacer en sede
administrativa, como puede ser, entre otros, la determinación de un tributo o la
exigencia de un requisito en el marco de un procedimiento administrativo. Esto
último reúne una serie de supuestos que no se agotan en la aplicación de
sanciones, infracciones o restricciones, sino que tiene como marco de acción a
todo acto o disposición en materia administrativa en donde se tome una decisión
vinculante para el administrado. Asimismo, este principio está estrechamente
vinculado al Principio de Legalidad y al ejercicio de la competencia en sede
administrativa. Al respecto, esta interpretación permite delimitar previamente el
análisis de razonabilidad de las decisiones de la Administración Pública en
aquellos casos en donde las entidades ejercen atribuciones o competencias
administrativas. Esto resulta tener utilidad práctica debido a que el análisis de
razonabilidad se aplica siempre que nos encontremos ante una actuación
administrativa que sea emitida dentro las facultades que se le hayan atribuido a
una entidad de la Administración Pública. Finalmente, el análisis de razonabilidad
se aplica teniendo en cuenta la finalidad pública que se pretende tutelar y la
proporcionalidad de la decisión administrativa utilizada para alcanzar el cometido
estatal.
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En ese sentido, creemos que la decisión tomada por la entidad administrativa
debe ser de tal manera que permita sopesar el posible conflicto que se da en la
aplicación de los distintos intereses administrativos en juego ante en una decisión
y/o actuación estatal. Lo mencionado anteriormente nos permite ingresar al
análisis jurisprudencial y en sede administrativa del Principio de Razonabilidad
aplicable al procedimiento administrativo.
2.4 Principio de Razonabilidad y su relación con otros principios.
El principio de razonabilidad se relaciona con varios principios que se
encuentran contemplados en la Ley 27444, entre los principales tenemos:
a) Principio de Legalidad.
Las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la
constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén
atribuidas y de acuerdo con los fines para los que les fueron conferidas.
Este principio tiene relación con el principio de razonabilidad, ya que el
principio trabajado tiene como interpretación fundamental la actuación del
administrador frente a las acciones del administrado cumpliendo una serie de
requisitos como lo son los límites de la facultad atribuida a la autoridad y a la
proporción de los medios a emplear con los fines públicos. Si éste sobrepasase
los límites de la facultad o competencia atribuida afectaría el principio de la
legalidad, así como también si la sanción, restricción o cualquiera de las
modalidades mencionadas fuesen impuestas contraviniendo la jerarquía
normativa.
b) Principio de imparcialidad.
Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de
discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento y tutela
igualitarios frente al procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento
jurídico y con atención al interés general.
Existe relación con el principio trabajado por los supuestos mencionados
en el principio de razonabilidad, cuando se hace referencia a las decisiones
tomadas por el administrador al crear, calificar, imponer o establecer las
acciones que se deban tomar frente al administrado, éstas deben ser
formuladas con proporción así como también sin ningún tipo de distinción.
c) Principio del ejercicio legítimo del poder.
La autoridad administrativa ejerce única y exclusivamente las
competencias atribuidas para la finalidad prevista en las normas que le
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otorgan facultades o potestades, evitándose especialmente el abuso del poder,
bien sea para objetivos distintos de los establecidos en las disposiciones
generales o en contra del interés general. Este principio tiene más clara aún la
relación con el principio de razonabilidad, ya que ésta hace referencia a la
competencia de la autoridad o entidad que emite decisiones con respecto a los
administrados, las cuales deben darse conforme a la competencia atribuida
según las normas que se les confiere así como la finalidad.
2.5 Otros enfoques del Principio de razonabilidad.
El profesor Luther señala que las reflexiones de los constitucionalistas acerca
de la razonabilidad se dificultan al determinar la fuente jurídica del
criterio de razonabilidad, reenviando en modo pragmático a los juicios
habituales de los jueces constitucionales o, en modo dogmático, a los
principios fundamentales de la Constitución, en Italia sobre todo al principio
general de igualdad o a la esencia de la justicia, en Alemania también a un
principio general de libertad o a la esencia de los derechos fundamentales”
(Luther, 2006, pág. 2).
También el principio de razonabilidad ha sido tratado en términos generales
del principio de igualdad. En cuanto a esto último, estimo que esta
conceptualización no es errónea, en tanto que como lo refiere el profesor Nino,
prácticamente todas las definiciones de discriminación que se han propuesto
“incluyen una referencia abierta a la razonabilidad” como criterio para
diferenciar las discriminaciones legítimas de las ilegítimas (Nino, 2005, pág.
419).
En sentido similar el profesor Martínez Tapia ha dicho que la
racionalidad entendida como razonabilidad es el concepto eje alrededor del cual
gira la discusión moderna acerca de la igualdad en la ley, hasta el punto
que el juicio de la razonabilidad de la desigualdad y juicio de
constitucionalidad coinciden: sólo la desigualdad razonable es constitucional”
(Martínez Tapia, 2000, pág. 99).
2.6 Principio razonabilidad y su concordancia con otro art. de la LPAG.
a) Artículo 66 inciso 10
Son derechos de los administrados con respecto al procedimiento
administrativo, los siguientes: A que las actuaciones de las entidades que les
afecten sean llevadas a cabo en la forma menos gravosa posible.
b) Artículo 99 (Todos los incisos)
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Causales de abstención La autoridad que tenga facultad resolutiva o cuyas
opiniones sobre el fondo del procedimiento puedan influir en el sentido de la
resolución, debe abstenerse de participar en los asuntos cuya competencia le
esté atribuida, en todos los casos.

c) Articulo 207 (Medios de Ejecución Forzosa).


207.1 La ejecución forzosa por la entidad se efectuará respetando siempre el
principio de razonabilidad, por los siguientes medios: Ejecución coactiva, ejecución
subsidiaria, multa coercitiva y Compulsión sobre las personas.
d) Artículo 226.- Suspensión de la ejecución
226.3 La decisión de la suspensión se adoptará previa ponderación
suficientemente razonada entre el perjuicio que causaría al interés público o a
terceros la suspensión y el perjuicio que causa al recurrente la eficacia
inmediata del acto recurrido.
e) Artículo 248.- Principios de la potestad sancionadora
administrativa.
La potestad sancionadora de todas las entidades está regida adicionalmente
por los siguientes principios especiales:
3. Razonabilidad.- Las autoridades deben prever que la comisión de la
conducta sancionable no resulte más ventajosa para el infractor que
cumplir las normas infringidas o asumir la sanción. Sin embargo, las
sanciones a ser aplicadas deben ser proporcionales al incumplimiento
calificado como infracción, observando los siguientes criterios que se
señalan a efectos de su graduación:
 El beneficio ilícito resultante por la comisión de la infracción;
 La probabilidad de detección de la infracción;
 La gravedad del daño al interés público y/o bien jurídico protegido;
 EI perjuicio económico causado;
 La reincidencia, por la comisión de la misma infracción dentro del plazo
de un año desde que quedó firme la resolución que sancionó la primera
infracción.
 Las circunstancias de la comisión de la infracción; y
 La existencia o no de intencionalidad en la conducta del infractor.

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CAPÍTULO III: JURISPRUDENCIA
3.1 El Tribunal Constitucional en la Sentencia Nº 007-2006-PI-TC ha delimitado el
alcance del Principio de Razonabilidad para las decisiones normativas y
administrativas que el Estado emita, en garantía de los derechos fundamentales
de la persona humana.
Al respecto, al analizar este fallo, Úrsula INDACOCHEA PREVOST señala que
el Tribunal Constitucional realizó un análisis atendiendo a: (i) la existencia de un
fin constitucionalmente legítimo; (ii) la idoneidad de los medios empleados; (iii)
la existencia de una alternativa a la imposición de la restricción analizada; y, (iv)
la proporcionalidad de la medida impuesta.
Sobre el particular, INDACOCHEA identifica en la existencia de un fin
constitucionalmente legítimo la necesidad de la razonabilidad de la exigencia
impuesta, y supone para ella que toda medida o decisión que limite o restrinja un
derecho fundamental u otro bien constitucional, persigue alguna finalidad, y que
además, esta finalidad sea legítima desde el punto de vista constitucional, vale
decir, que se encuentre prevista o al menos no prohibida por la Constitución.
Asimismo, al referirse a la idoneidad de los medios empleados, señala que la
medida debe ser adecuada, útil o idónea para alcanzar la finalidad perseguida, lo
que ocurrirá si es capaz de conducir a un estado de las cosas en que la realización
de dicha finalidad se vería aumentada en relación con el estado de cosas existente
antes de la medida. En relación a la necesidad de la medida, también refiere que
debe constatarse que ésta sea necesaria o indispensable, en el sentido que no
exista otra medida igualmente efectiva o adecuada para alcanzar el mismo fin,
pero que suponga una restricción menor para el derecho fundamental o bien
constitucional afectado. En consecuencia, este segundo paso del análisis implica
realizar un examen comparativo entre la medida que se pretende adoptar, y por lo
menos un medio alternativo a ésta.
3.2 El Tribunal Constitucional, en diversas resoluciones ha tratado el principio de
razonabilidad como uno similar al de proporcionalidad. Al respecto, señala que:
"El principio de razonabilidad o proporcionalidad es consustancial al Estado
Social y Democrático de Derecho, y está configurado en la Constitución en sus
artículos 3º y 43º, y plasmado expresamente en su artículo 200°, último párrafo.
Si bien la doctrina suele hacer distinciones entre el principio de proporcionalidad
y el principio de razonabilidad, como estrategias para resolver conflictos de

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principios constitucionales y orientar al juzgador hacia una decisión que no sea
arbitraria sino justa; puede establecerse, prima facie, una similitud entre ambos
principios, en la medida que una decisión que se adopta en el marco de
convergencia de dos principios constitucionales, cuando no respeta el principio de
proporcionalidad, no será razonable. En este sentido, el principio de razonabilidad
parece sugerir una valoración respecto del resultado del razonamiento del
juzgador expresado en su decisión, mientras que el procedimiento para llegar a
este resultado sería la aplicación del principio de proporcionalidad con sus tres
subprincipios: de adecuación, de necesidad y de proporcionalidad en sentido
estricto o ponderación" (N° 2192-2004-AA/TC TUMBES; f. 15).

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CONCLUSIONES
1. El análisis de la razonabilidad necesariamente debe garantizar que al momento de
aplicar una decisión administrativa, se evalúe principalmente la debida proporción
entre los medios a emplear y los fines públicos que se deban tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de lo que requiere o
busca la Administración. En tal sentido, creemos que el mejor método de aplicación
del principio de razonabilidad es, tal y como lo ha realizado el Tribunal
Constitucional, la ponderación de derechos constitucionales, teniendo como
finalidad la necesidad y el impacto en la sociedad.
2. Al evaluarse la razonabilidad de una actuación administrativa, resulta necesario
que previamente se determine la competencia y atribuciones de la Autoridad
Administrativa que regula la limitación contenida en el principio que nos trae a
desarrollar el presente trabajo.
3. El principio de razonabilidad es un relacionado intrínsecamente al principio de
proporcionalidad, pues, tal y como se aprecia de lo desarrollado por el Tribunal
Constitucional, este último no es más que una modalidad más del principio de
razonabilidad.
4. El principio de razonabilidad, entendido como el criterio de razonabilidad,
constituye una verdadera y efectiva protección de los derechos de los administrados
frente a posibles disposiciones administrativas que puedan contar con una carencia
de razonabilidad en su aplicación, pues de tal forma se convierte en una verdadera
tutela procedimental efectiva de los administrados.
BIBLIOGRAFIA
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Los Derechos Fundamentales. Buenos Aires, Argentina.
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Revista IUS ET VERITAS, Núm. 38. Asociación Civil IUS ET VERITAS. Pontificia
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10. MOLINA, A. (2001). “Los Principios del Procedimiento Administrativo en la Ley del
Procedimiento Administrativo General: fundamentos, alcances e Importancia”: Revistas
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Lima, Perú: Gaceta Jurídica.
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Justicia de la República. (2017). Sentencia del 13 de julio de 2017. Casación laboral N°
1939-2017. Recuperado de https://legis.pe/casacion-1939-2017-canete-presuncion-
perdon-empleador-falta-grave/.
14. Tribunal Constitucional del Perú (2004). Sentencia recaída en el expediente N° 2192-
2004-AA/TC. Gonzalo Antonio Costa Gómez y doña Martha Elizabeth Ojeda Dioses contra
la resolución de la Sala Especializada en lo Civil de Tumbes. 11 de octubre. Recuperada de
https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2005/02192-2004-AA.html.
15. Tribunal Constitucional del Perú (2004). Sentencia recaída en el expediente STC N° 0090-
2004-AA/TC. Juan Carlos Callegari Herazo contra la sentencia expedida por la Primera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima. 05 de julio. Recuperada de
https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2004/00090-2004-AA.html

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