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TEMÁTICA:
PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD
INTEGRANTES:
BECERRA MUNDACA, JOEL.
CACEDA ALZEGARAY, SUSAN.
ESPINOZA QUISPE, CARLOS.
GAMBOA MIÑANO, JASUMI.
MUÑOZ CARRASCO, ROLANDO.
VEGA FERNANDEZ, CRISTHIAN.
DOCENTE:
DR. FALCON GÓMEZ SÁNCHEZ, FRANCISCO JOSE
TRUJILLO – PERÚ
2019
FACULTAD DE DERECHO
DEDICATORIA
Dedicamos este trabajo principalmente a Dios, por habernos dado la vida y
Falcón Gómez Sánchez, Francisco José, por sus enseñanzas y conocimientos impartidos
El Equipo
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AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a Dios por protegernos día a día y darnos fuerzas para superar los
objetivos.
En segundo lugar, a nuestros padres, ya que siempre nos motivan y nos brindan sus
presente investigación.
El Equipo
INTRODUCCIÓN
Una de las innovaciones que la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo
General, incorporó fue la de regular una serie de principios aplicables a la actuación
administrativa del Estado. Estos principios no tienen carácter taxativo, de ahí que los
operadores del sistema jurídico que interpretan y regulan las relaciones de la
Administración Pública puedan ponderarlo a través de la interpretación e integración
de las normas que forman parte del ordenamiento jurídico.
Esta investigación pretende explicar de una manera sucinta y sistemática uno de los
principios que, a pesar de su importancia, no ha sido materia de un mayor desarrollo a
nivel doctrinario, legislativo y/o jurisprudencial. Nos referimos al Principio de
Razonabilidad en materia de decisiones administrativas. Sobre el particular, muchos
han limitado su aplicación a la graduación de las sanciones en los procedimientos
administrativos sancionadores. Otros en cambio, le han otorgado un carácter de
evaluación económica de costo-beneficio, asociándolo a la ponderación y/o
proporcionalidad de medios en la aplicación de una finalidad pública determinada.
Creemos que este acercamiento muchas veces ha devenido en resultados correctos pero
a nuestro entender incompletos.
Al respecto, creemos que la razón no proviene de una sola fuente sino es el conjunto
de posibilidades que nos permiten acceder al conocimiento. En consecuencia, este
trabajo académico más allá de señalar un rumbo determinado, debe servir de
motivación para encontrar el rumbo más directo a una actuación administrativa
razonable y, a su vez, respetuosa de los derechos fundamentales de la persona humana,
como fin supremo del Estado Social de Derecho.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN............................................................................................................iv
CAPÍTULO I: GENERALIDADES...............................................................6
2.1 Razonabilidad..................................................................................8
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CONCLUSIONES .........................................................................................................16
BIBLIOGRAFIA ...........................................................................................................17
CAPÍTULO I: GENERALIDADES
1.1 Antecedentes Históricos.
a) La Tradición Anglosajona.
El principio de razonabilidad tiene su origen remoto en documentos
medievales del derecho inglés, por lo que se presume que este fue el inicio de
su surgimiento. La Constitución de Estados Unidos receptó en dos de sus
Enmiendas, la V y la XIV, el due process of law; este último fue entendido
inicialmente como una garantía de carácter exclusivamente procesal (debido
proceso adjetivo), y con el tiempo se interpretó que, además, reconocía un
resguardo constitucional contra la legislación irrazonable (debido proceso
sustantivo). La máxima de la razonabilidad ha atravesado en los Estados
Unidos por distintas etapas, en las que se ha privilegiado a uno u otro derecho
fundamental. Tras una evolución de décadas, la Suprema Corte reconoció
como garantía constitucional el principio de razonabilidad. Las variaciones de
un modelo a otro se explican sólo si se consideran los problemas que se
planteaban en los distintos casos desde varios ángulos: político, económico y
social.
b) La Tradición Argentina.
La génesis de la razonabilidad en la Argentina fue más veloz que en los
Estados Unidos, gracias a los desarrollos estadounidenses previos y a la
existencia de un artículo constitucional, el 28, que permitió una derivación
menos problemática de la que tuvo lugar en este último país. La Corte
Suprema también ha evitado pronunciarse con exactitud acerca de qué es la
razonabilidad. Ha dicho no obstante, que consiste en una adecuada proporción
entre medios y fines, y tanto en una como en otra jurisdicción el principio de
razonabilidad ha sido aplicado de modo diverso a lo largo del tiempo.
c) La Tradición Alemana.
El origen de la máxima de proporcionalidad en el derecho continental se
encuentra en el derecho alemán, concretamente en las sentencias de fines del
siglo XIX del Tribunal Supremo Administrativo en el área del derecho de
policía. La razonabilidad fue en sus comienzos un estándar destinado al
control de los poderes discrecionales de la Administración, llegando a
adquirir un desarrollo notable, "especialmente en materia de policía, hasta el
punto de llegar a considerarse uno de los principios fundamentales del estado
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de derecho". De ahí pasó al derecho constitucional. Actualmente, con una
elaboración jurisprudencial más que centenaria, el principio de razonabilidad
ha adquirido carta de ciudadanía en todos los manuales y tratados de derecho
público alemán, considerado ya como principio general que surca el entero
derecho administrativo y constitucional. Ocupa un lugar destacado en la
jurisprudencia constitucional y contencioso-administrativa y apenas hay
investigación doctrinal en el ámbito del derecho público que pueda excluir su
estudio y aplicación.
d) La Tradición Española.
En su origen del principio, el Tribunal Constitucional lo ha utilizado
frecuentemente el concepto de razonabilidad, aunque son escasas las
ocasiones en que aplicó el principio integralmente. La utilización ha sido
especialmente frecuente en casos en que se encontraba involucrado el derecho
a la igualdad ante la ley.
1.2 La evolución del Principio en el Perú.
En el ordenamiento jurídico peruano, y a diferencia de lo que ocurre
en la constitución alemana y española, se ha previsto en un dispositivo
constitucional la existencia del principio de razonabilidad, aunque para referirlo a
la vigencia de los derechos constitucionales dentro de un régimen de
excepción. Precisamente se trata del último párrafo del artículo 200º de la
Constitución Política del Perú, en el que se dispone que “cuando se interponen
acciones de esta naturaleza (acciones de garantía) en relación con derechos
restringidos o suspendidos (en un régimen de excepción), el órgano
jurisdiccional competente examina la razonabilidad y la proporcionalidad
del acto restrictivo”.
En la medida que el Estado de derecho se define a partir del sometimiento del
poder político a las normas del ordenamiento jurídico estatal y, especialmente, a
la primera de esas normas que es la Constitución, se puede considerar que la
cláusula del Estado de derecho viene recogida en el artículo 45º de la Constitución
Política, al disponer que el poder del Estado emana del pueblo; quienes lo ejercen
lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes
establecen.
Muy de la mano de la concepción de la persona humana como fin del Estado y
el consecuente respeto irrestricto de su dignidad, se encuentra las exigencias de
justicia material. Sólo son tratos dignos con la naturaleza humana los tratos
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justos; los tratos injustos atentan contra la propia dignidad del hombre.
Precisamente el principio de proporcionalidad sirve para establecer en cada caso
concreto si una medida, una orden o una conducta se apega o no a las exigencias
del valor justicia. Por lo demás, resulta inconcebible pensar en un verdadero
Estado de derecho desvinculado del valor justicia.
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CAPÍTULO III: JURISPRUDENCIA
3.1 El Tribunal Constitucional en la Sentencia Nº 007-2006-PI-TC ha delimitado el
alcance del Principio de Razonabilidad para las decisiones normativas y
administrativas que el Estado emita, en garantía de los derechos fundamentales
de la persona humana.
Al respecto, al analizar este fallo, Úrsula INDACOCHEA PREVOST señala que
el Tribunal Constitucional realizó un análisis atendiendo a: (i) la existencia de un
fin constitucionalmente legítimo; (ii) la idoneidad de los medios empleados; (iii)
la existencia de una alternativa a la imposición de la restricción analizada; y, (iv)
la proporcionalidad de la medida impuesta.
Sobre el particular, INDACOCHEA identifica en la existencia de un fin
constitucionalmente legítimo la necesidad de la razonabilidad de la exigencia
impuesta, y supone para ella que toda medida o decisión que limite o restrinja un
derecho fundamental u otro bien constitucional, persigue alguna finalidad, y que
además, esta finalidad sea legítima desde el punto de vista constitucional, vale
decir, que se encuentre prevista o al menos no prohibida por la Constitución.
Asimismo, al referirse a la idoneidad de los medios empleados, señala que la
medida debe ser adecuada, útil o idónea para alcanzar la finalidad perseguida, lo
que ocurrirá si es capaz de conducir a un estado de las cosas en que la realización
de dicha finalidad se vería aumentada en relación con el estado de cosas existente
antes de la medida. En relación a la necesidad de la medida, también refiere que
debe constatarse que ésta sea necesaria o indispensable, en el sentido que no
exista otra medida igualmente efectiva o adecuada para alcanzar el mismo fin,
pero que suponga una restricción menor para el derecho fundamental o bien
constitucional afectado. En consecuencia, este segundo paso del análisis implica
realizar un examen comparativo entre la medida que se pretende adoptar, y por lo
menos un medio alternativo a ésta.
3.2 El Tribunal Constitucional, en diversas resoluciones ha tratado el principio de
razonabilidad como uno similar al de proporcionalidad. Al respecto, señala que:
"El principio de razonabilidad o proporcionalidad es consustancial al Estado
Social y Democrático de Derecho, y está configurado en la Constitución en sus
artículos 3º y 43º, y plasmado expresamente en su artículo 200°, último párrafo.
Si bien la doctrina suele hacer distinciones entre el principio de proporcionalidad
y el principio de razonabilidad, como estrategias para resolver conflictos de
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principios constitucionales y orientar al juzgador hacia una decisión que no sea
arbitraria sino justa; puede establecerse, prima facie, una similitud entre ambos
principios, en la medida que una decisión que se adopta en el marco de
convergencia de dos principios constitucionales, cuando no respeta el principio de
proporcionalidad, no será razonable. En este sentido, el principio de razonabilidad
parece sugerir una valoración respecto del resultado del razonamiento del
juzgador expresado en su decisión, mientras que el procedimiento para llegar a
este resultado sería la aplicación del principio de proporcionalidad con sus tres
subprincipios: de adecuación, de necesidad y de proporcionalidad en sentido
estricto o ponderación" (N° 2192-2004-AA/TC TUMBES; f. 15).
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CONCLUSIONES
1. El análisis de la razonabilidad necesariamente debe garantizar que al momento de
aplicar una decisión administrativa, se evalúe principalmente la debida proporción
entre los medios a emplear y los fines públicos que se deban tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de lo que requiere o
busca la Administración. En tal sentido, creemos que el mejor método de aplicación
del principio de razonabilidad es, tal y como lo ha realizado el Tribunal
Constitucional, la ponderación de derechos constitucionales, teniendo como
finalidad la necesidad y el impacto en la sociedad.
2. Al evaluarse la razonabilidad de una actuación administrativa, resulta necesario
que previamente se determine la competencia y atribuciones de la Autoridad
Administrativa que regula la limitación contenida en el principio que nos trae a
desarrollar el presente trabajo.
3. El principio de razonabilidad es un relacionado intrínsecamente al principio de
proporcionalidad, pues, tal y como se aprecia de lo desarrollado por el Tribunal
Constitucional, este último no es más que una modalidad más del principio de
razonabilidad.
4. El principio de razonabilidad, entendido como el criterio de razonabilidad,
constituye una verdadera y efectiva protección de los derechos de los administrados
frente a posibles disposiciones administrativas que puedan contar con una carencia
de razonabilidad en su aplicación, pues de tal forma se convierte en una verdadera
tutela procedimental efectiva de los administrados.
BIBLIOGRAFIA
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10. MOLINA, A. (2001). “Los Principios del Procedimiento Administrativo en la Ley del
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https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2004/00090-2004-AA.html