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A inicio del siglo XX, la fotografía ya se percibía como el lenguaje visual que es hoy, un agente omnipresente de la

comunicación.
La influencia de los fotógrafos sirvió para exponer los males de la sociedad que la próspera e indulgente Belle Époque
optó por ignorar. Dieron fe de las condiciones degradantes de los trabajadores en los barrios marginales de las grandes
ciudades, la barbarie del trabajo infantil, el terrorismo y la devastación de la guerra.

No existe una correcta definición de la fotografía documental, algunos la definen como un tipo de fotografía que captura
un momento de la realidad y con ello difunde lo que sucede en el mundo. Da un registro que argumenta un suceso
valioso para el fotógrafo remitiéndose también al contexto con el fin de presentárselo al espectador.

Foto documental
Se conoce como fotografía documental a aquella que representa fielmente y congela un fragmento de la realidad.
Aunque la fotografía documental puede responder a varias y amplias definiciones, el concepto más extendido y al que
nuestro inconsciente está acostumbrado es el que dice que la foto documental nace con la intención de plasmar la
realidad en una imagen fija.

Como el objetivo final de este tipo de foto es informar y, como su nombre indica, documentar un hecho, lo habitual es
que estas fotografías constituyan una serie o grupo. Estas series de fotos documentales ilustran y reflejan de un modo
más fidedigno los acontecimientos en grupo que individualmente.

Pareciera que cualquier tipo de fotografía de alguna manera documenta algún momento o escena. Sin embargo, cuando
hablamos de fotografía documental nos referimos estrictamente al registro de la realidad. Generalmente, esta está
relacionada con la protesta o la generación de conciencia social respecto a un tema o personajes determinados.
La mayoría de las fotografías documentales se explican por sí mismas: su contenido tiende a ser abrumador. Y no, la
fotografía documental no es lo mismo que el fotoperiodismo, ya que este último se encarga más de retratar la
actualidad, y el primero, puede utilizar más elementos estéticos sin destruir el contenido de la fotografía ni su esencia.

La fotografía documental puede o no ser estética, su intención es comunicar y preservar ese registro para el futuro. Este
estilo de fotografía proporciona una representación directa y precisa de personas, lugares, objetos y eventos2. A la par
intenta concientizar dado que presenta una serie de imágenes.

Aparentemente no existe distinción entre el fotoperiodismo y el trabajo documental, pero sus fines son distintos. El
fotoperiodismo reacciona instintivamente para capturar el momento mientras el segundo requiere más tiempo para
capturar la imagen. El fotoperiodista capta el momento mientras el fotógrafo documental toma imágenes como una
forma de contar historias, busca explicar lo que se graba a través de la cámara. En similitudes, ninguna de las dos es
ficción y por eso para el espectador es imperceptible la representación visual3. Aunque con el paso del tiempo el
fotoperiodismo ha servido para documentar y al día de hoy su acervo sirve como registro de los acontecimientos
mundiales.

Para hacer una fotografía documental

1. Investigar. Lo esencial para lograr una impactante fotografía documental es saber de lo que estamos fotografiando,
conectarse con el tema. La información es poder, nada más cierto: asegúrate de investigar todo lo que puedas acerca de
la locación, costumbres, cultura e idioma (si es necesario) del sitio a donde vamos a fotografiar. Al menos tener una
noción te ayudará muchísimo a sacar provecho de casi todos los momentos del día.

3.Conéctate con tu trabajo. Si estás compenetrado/a y sensibilizado/a con un tema social, cultural o religioso, haz la
fotografía documental de eso. Este factor también es clave para lograr buenas fotografías y lo más importante, poder
retratar una realidad que te interesa relatarle a todo el mundo. Nunca realices un trabajo que no te interese o que te
repela, al menos no en estos casos.

4.Narrando la historia es mejor. Concéntrate en contarle la historia a los espectadores acerca de lo que estás viviendo.
Ellos lo verán, tú lo viviste y eso ya es una increíble ventaja para descifrar cuál es tu misión. Si te sirve, puedes
proponerte responder las preguntas más importantes de la escena: ¿qué se hace? ¿Por qué debe importar? Por
ejemplo, si estamos ante el Gulabi Gang (unión de mujeres contra la violencia de género y contra la corrupción policial)
en la India, pregúntate qué es lo que quieres decirle a las personas de estas mujeres y cómo las quieres retratar: como
víctimas o luchadoras.

5.¡Atención! Probablemente suena obvio, pero para recolectar buenas fotografías necesitas prestar mucha atención a lo
que está sucediendo a tu alrededor. Ten tus ojos abiertos y tu cámara lista para disparar. Recuerda que si no vas a llevar
un trípode, debes situar la cinta de la cámara alrededor de tu cuello para evitar desastres.

6.Olvida las reglas. Es cierto que todas las leyes y reglas fotográficas te ayudarán a tener una composición más
organizada y limpia. Sin embargo, en muchas ocasiones romper las reglas (en fotografía, ¿eh?) es muchísimo más
productivo. Olvida los parámetros complejos por un momento y dedícate a estudiar tu entorno y a seguir una historia
por una.

7.Haz lo posible por no influir en la escena. Los teleobjetivos son efectivos para lograr un rango de influencia mínimo, ya
que se espera que estés lejos. Mientras menos influencia tengas sobre el encuadre, más auténtico será el resultado. Si
ven a la cámara o te sonríen, no quiere decir que tu fotografía esté perdida: he visto miles de casos en donde los
fotoperiodistas son abordados con la mirada de los protagonistas de la escena y aportan un sentimiento igual o más
poderoso. La fotografía documental es muy subjetiva y lo más probable es que llegue un punto durante tu estadía en la
que no pases desapercibido/a.

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