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“Omega-3 Polyunsaturated Fatty Acids: The Way Forward in Times of Mixed

Evidence” Resumen
En el artículo titulado “Omega-3 Polyunsaturated Fatty Acids: The Way Forward in
Times of Mixed Evidence”, se aborda el tema de la factibilidad del aumento de la
dieta diaria de los ácidos poliinsaturados de Omega-3 (APIO-3), para efectos
protectores contra varias patologías.
Para empezar se puede mencionar que desde hace ya varias décadas diferentes
estudios preclínicos in vitro e in vivo hacer constar casi unánimemente de las
cualidades curativas y preventivas de estos ácidos grasos, en muchas patologías
como pueden ser las enfermedades cardiovasculares, inflamatorias, la
hipertrigliceridemia y muchas otras.
Debido a esto se ha aprobado su implementación como un suplemento de gran
importancia para prevenir y como una parte del tratamiento de principalmente
enfermedades cardiovasculares, inflamatorias y la hipertrigliceridemia, también se
ha implementado como suplemento comercializable y si cabe resaltar uno de los
más vendidos; cabe resaltar también ampliamente que es muy frecuentemente
recetado por cardiólogos y otros doctores tanto como ya se dijo la prevención y a
veces para el tratamiento de muchas enfermedades.
A pesar de todo esta amplia historia de estudios y practicas con estos ácidos
grasos, actualmente nuevos estudios que tienen como objetivo ver las
consecuencias de la ingesta (que en los estudios antes mencionada es una
cantidad considerablemente grande) de estos ácidos grasos, han obtenido
resultados que contradicen lo dicho hasta ahora. Por esta razón se ha abierto un
gran debate por saber las consecuencias reales que tiene la amplia ingesta de
estos ácidos grasos y su relación y utilidad con las enfermedades que tratan de
aliviar.
Para poder explicar el tema de una mejor manera se dividirá el texto en 4 partes,
en la primera se analizara si el uso de estos ácidos grasos tiene la efectividad que
afirman los estudios anteriormente mencionados. En la segunda parte se hablara
de la reputación a lo largo de la historia y en la actualidad del uso de estos ácidos
grasos como prevención y tratamiento de ciertas patologías (principalmente las
que tienen que ver con el sistema cardiovascular). En la tercera parte similar a la
anterior solo que esta vez se tratara con las enfermedades inflamatorias. Y por
último en la cuarta parte se tocara el tema de la efectividad y relación entre la
ingesta de los ácidos grasos poliinsaturados de Omega-3 y el cáncer.
En primer lugar se tiene que saber que existen varios ácidos grasos
poliinsaturados de Omega-3, para este caso cabe resaltar el ácido alfa linolenico
(ALA), que a su vez es el precursor de otros dos ácidos de omega- 3 esenciales,
como lo es el ácido eicosapentaeonico (EPA) y el ácido docosahexaeonico (DHA),
estos ácidos esenciales, y con esenciales se refiere a que no se pueden ser
sintetizados por el cuerpo, necesitan ser ingeridos de manera externa. A través de
varios estudios el ALA y por consiguiente el EPA y el DHA han demostrado servir
como suplemento para revertir los efectos neurológicos anormales de pacientes
con pérdida sensorial y con complicaciones visuales.
La baja o nula ingesta de los ácidos de Omega-3 como los antes mencionados
producen muchas patologías que aunque no se sabe con certeza si es la causa,
se sabe que si interviene en procesos vitales para prevenir ciertas de estas
patologías. A pesar de que no se tiene bien la certeza de cuál es la calidad óptima
para prevenir y tratar ciertas patologías, se conoce la cantidad suficiente o mínima
que necesita el cuerpo gracias a la American Heart Association (AHA); la cantidad
es la siguiente: para los ácidos EPA y DHA está en el rango de 250 a 1000mg/día
(adultos) y 40 a 250mg/día (niños).
En segundo lugar la relación entre los ácidos insaturados de omega-3 y sus
beneficios en el tratamiento y prevención de varias patologías del sistema
cardiovascular, ha desde hace muchos años sido estudiado, dando como
resultado avances en el tratamiento preclínico. Sin embargo recientes estudios
contradicen los resultados obtenidos por estos estudios, viendo que no es muy
significativo el aporte de estos ácidos para tratar y prevenir este tipo de patologías.
Lo único que se puede resaltar de estos estudios actuales es la acción
comprobada (aunque no constate, ni muy relevante) de la acción del EPA en el
tratamiento, en enfermedades coronarias.
En tercer lugar, se puede observar la relación entre los ácidos poliinsaturados de
Omega-3 sobre las enfermedades inflamatorias. Todavía en nuestros días no se
sabe a ciencia cierta el efecto especifico de estos ácidos grasos en las patologías
en las que interviene la inflamación, a pesar de esto se ha descubierto que con el
suministro de estos ácidos (EPA y DHA) es posible combatir en cierta medida los
factores que llevan a la inflamación. También es importante apuntar que estos
descubrimientos jugaran un papel importante a la hora de averiguar cómo es
posible sintetizar algún medicamento antiinflamatorio basado en la acción de estos
ácidos grasos.
Por ultimo se mostrar la relación entre los ácidos grasos poliinsaturados de
Omega-3 y el cáncer o por lo menos su inicio y desarrollo. Hay que aclarar que en
esta sección de texto se hablara del cáncer de próstata, aclarado esto y según los
estudios mostrados en el artículo, estos ácidos grasos que principalmente son
encontrados en el pescado y por lo tanto ingeridos tienen una relación benéfica y
con esto se refiere a que las personas que tienen una alta ingesta de estos
pescado y por lo tanto de los ácidos grasos mencionados a lo largo del texto,
tienen una menor probabilidad de desarrollar algún tipo de cáncer y en caso de
que ya se tenga, el riesgo de tener un cáncer más agresivo.
A pesar de lo antes mencionado, también se muestran estudios que relacionan a
estos ácidos grasos (no en general sino específicamente el DHA y EPA) con la
creciente posibilidad de poder desarrollar cáncer, al igual se menciona que su alta
ingesta produce una más alta probabilidad de un aumento en la agresividad del
cáncer (de ya poseerlo en paciente).
Todo esto ha desatado como se dijo al principio una gran controversia en cuanto
al uso de los ácidos grasos poliinsaturados de Omega-3, tanto como suplemento
como para la prevención y tratamiento de muchas de las enfermedades antes
mostradas, esta controversia deberá resolverse en los siguientes años para
conocer más acerca de estos ácidos grasos y su acción sobre el cuerpo.
Para terminar se hace una recomendación a los futuros investigadores que traten
este tema, para basar sus experimentos en una población y en un tiempo variado
así como en diferentes células de diferentes tejidos y para diferentes
enfermedades, todo esto para como lo dice el artículo: “1) Monitorear el efecto de
la gran industria de suplementos de omega-3 en occidente, y en el contenido de
ácidos de omega-3 en los seres humanos, (2) Comprender el efecto de
Otros ácidos grasos en el contexto de las intervenciones de ácidos grasos
poliinsaturados omega-3, y (3) Reconocer las variaciones en las respuestas
individuales a los suplementos de omega-3”.

BIBLIOGRAFIA

Karsten H. Weylandt, Simona Serini, Yong Q. Chen, et al., “Omega-3


Polyunsaturated Fatty Acids: The Way Forward in Times of Mixed
Evidence,” BioMed Research International, vol. 2015, Article ID 143109, 24
pages, 2015. https://doi.org/10.1155/2015/143109.

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