Este documento analiza la obra de Martín Luis Guzmán y su importancia como novelista mexicano. Victoriano Salado Álvarez elogió la novela de Guzmán "La sombra del caudillo" por capturar la violencia y el dolor de la época posterior a la Revolución Mexicana. Aunque Salado Álvarez sufrió el infortunio de tener que vivir durante ese tiempo turbulento, reconoció el talento de Guzmán. Guzmán se destacó no solo por ser el novelista más consistente de la primera mitad del siglo XX, sino también por
Este documento analiza la obra de Martín Luis Guzmán y su importancia como novelista mexicano. Victoriano Salado Álvarez elogió la novela de Guzmán "La sombra del caudillo" por capturar la violencia y el dolor de la época posterior a la Revolución Mexicana. Aunque Salado Álvarez sufrió el infortunio de tener que vivir durante ese tiempo turbulento, reconoció el talento de Guzmán. Guzmán se destacó no solo por ser el novelista más consistente de la primera mitad del siglo XX, sino también por
Este documento analiza la obra de Martín Luis Guzmán y su importancia como novelista mexicano. Victoriano Salado Álvarez elogió la novela de Guzmán "La sombra del caudillo" por capturar la violencia y el dolor de la época posterior a la Revolución Mexicana. Aunque Salado Álvarez sufrió el infortunio de tener que vivir durante ese tiempo turbulento, reconoció el talento de Guzmán. Guzmán se destacó no solo por ser el novelista más consistente de la primera mitad del siglo XX, sino también por
Cuando en 1929 aparecio La sombra del caudillo, Victoriano
Salado Alvarez escribio: "Si de toda la sangre y todo el dolor
que Guzman ve acumulados surge una obra de verdad, sin- cera y fuerte como La sombra del caudillo, celebremos que esa epoca de tristeza haya encontrado su pintor y su novelista". La afirmacion pesa si recordamos quien la firma. Salado Alvarez, narrador, critico y periodista, fue victima de una de esas maldiciones que se producen tras la ruptura violenta de un tiempo historico. Escritor consentido del Porfiriato, encargado de realizar los Episodios nacionales (1902), enemi- go de la poesfa modernista, habfa vivido el infortunio de no ser tan viejo como para morir antes de 1910 y tener la desa- gradable oportunidad de tolerar veinte arios mas entre las tinieblas de un tiempo nuevo. Extrario visitante, colmado de rabia resignada, el novelista de Teocaliche tuvo los arrestos para consentir que la violencia que 10 habfa condenado a vegetar valla la pena por la fuerza y la entereza de Martin Luis Guzman. Salado Alvarez no se equivoco. Reconocemos en Guzman no solo al novelista mas consistente de la primera mitad de este siglo, hasta la aparicion de Pedro Paramo en 1955. Guzman es el narrador que junto a Rulfo, Revueltas y, Mias!, Carlos Fuentes, forma parte de esa minoria que supera y des- truye la modesta tradicion de la novela mexicana. Las obras de Martfn Luis Guzman (1887-1976) no provie- nen de la tradicion social decimononica y tienen poco que ver con la literatura de la Revolucion que aparecio a su lado. Son un destello que arranca de esa alucinacion literaria de Maria- no Azuela, Los de abajo, novela que comienza con un dialogo de sombras y culmina con Demetrio Macias apuntando su 30- 30 hacia la nada. Que lejos ha quedado don Jose Lopez Por- tillo y Rojas moviendo la pluma, como un oso hormiguero, su nariz en busca de locacion para La Parcela (1893). Martin Luis Guzman crecio en condiciones propicias para separarse del curso de la tradicion. Era muy joven para en- contrar una posicion en el poder gerontocratico pactado entre Porfirio Diaz y los intelectuales. Pero como sus her- man os Reyes y Vasconcelos, unos mas, otros menos, gozo de la precision de la Escuela Nacional Preparatoria y de la calculada pasion del Ateneo de laJuventud. Doble ventaja sobre los escritores del siglo anterior: una idea ascetica de la literatura y una fascinacion vital por la accion.