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DE VERACRUZ
2do. Filosofía
Trabajo de Ensayo
1
ÍNDICE
Introducción
1.1Filosofía Antigua
1.2Edad Media
1.3Modernidad.
2
INTRODUCCIÓN
3
1. La razón y la fe en Clemente de Alejandría
4
cuestión de la utilidad de la razón por parte de un filósofo que mira a la fe
[…] no es solo un problema de uso… sino sobre todo de naturaleza.
Analizando quizá anacrónicamente ésta última proposición del
Alejandrino, el principal problema de nuestro trabajo habrá de ser un error
metodológico en el que no se sabe distinguir qué objetivo persigue cada
ámbito, es decir, el de la fe y el de la razón.
[…] la filosofía es vista por Clemente esencialmente como paideia, educación, cosas
que eran consideradas en la escuela helenística de filosofía y en los grandes clásicos
como Sócrates y Platón […] En cuanto a la paideia ésta incluye toda la cultura, la
ciencia y las artes, de las cuales, la filosofía ocupa el centro en cuanto que es la
búsqueda de la verdad en su más profunda realidad, la cual, para Clemente, en
continuidad con gran parte del pensamiento clásico es Dios.8
6
Cf. Stromata I, 93,4. citado en M. Merino, Op. Cit., 62
7
Clemente, Stromata 20.1-.3
8
J.J.Sanguinetti, Il senso de la filosofía nella prospettiva di Clemente alessandrino, Pontificia Università
della Santa Croce, pubblicato in A. Acerbi, F. F. Labastida, G. Luise (a cura di), La filosofia come Paideia,
Armando, Roma 2016, pp. 35-50: “La filosofia è vista da Clemente essenzialmente come paideia, educazione,
così come era considerata nelle scuole ellenistiche di filosofia e anche dai grandi classici quali Socrate e
Platone. In quanto paideia include tutta la cultura, cioè le scienze e le arti, di cui la filosofia occupa il centro
in quanto è la ricerca della verità più profonda sulla realtà, che per Clemente, in continuità con gran parte
del pensiero classico, è Dio”.
5
coincidencia o armonía preestablecida, sino sobre todo porque la fe comienza donde
termina la razón, en perfecta continuidad, en perfecta coherencia, creando una simbiosis
que en vez de ser una pérdida de la naturaleza o de la sobre-naturaleza, de la razón o de
la fe, es un provecho para ambas , una potencialidad entre ambas, porque cada una
cumple con su misión propia, querida por Dios mismo, autor de una y otra.9
El Apóstol parece, pues, anunciar una doble fe (Rm l:13), o mejor, una fe única que
recibe su acrecentamiento y perfección. La una que es la fe común se halla establecida: a
los que deseaban ser curados y se morían por la fe el Señor les decía: “Tu fe te ha
salvado” (Mt. 9:22). La otra fe, más imperfecta y edificada sobre la primera se concluye
en el creyente y se completa con lo que viene de la enseñanza y del cumplimiento de los
preceptos: tales eran los apóstoles, de los cuales se ha dicho que su fe era capaz de
9
M. Merino, Op. Cit., 70.
10
Cf. Stromata I, 100,1 citado en M. Merino, Op. Cit., 70
11
Cf. M. Merino, Op.Cit., 78
12
Cf. Ibid, 78-79.
13
Cf. Ibid, 82.
6
transportar montañas y transportar los árboles (Cf., Mt 17:20). Así cuando comprendían
la grandeza de su poder, pedían al Señor les aumentase su fe, que como el grano de
mostaza echa útiles raíces en el alma y crece fuertemente en ella, de tal suerte, que con
los discursos de los misterios celestes reposan en ella14
Las anteriores funciones vendrán a ser respuesta a las objeciones por parte
de los filósofos y hetedorodoxos15 de su tiempo; lo que aquí afirma Clemente
es que la fe es un acto libre que parte de la voluntad y en ese sentido como
exigencia de esa libertad de existir de suyo, un bien conocido, es decir la
pistis.
En esencia, la filosofía en su relación con la pistis cumple una función
instrumental, es decir ayuda al hombre a reconocer que la razón no es capaz
de abarcar la totalidad, incluso a Dios, sino antes bien, por la pistis el hombre
será capaz de acceder a Él. Cabe resaltar que al decir instrumental no se quiere
afirmar que la filosofía sea, como dirán los medievales: ancilla theologiae,
debido a que en tiempos de Clemente no existía una distinción entre filosofía
y teología debido a que ésta última aún no era conocida como ciencia, sino
hasta el medievo16. Sobre ésta cuestión profundizaremos más adelante.
[…]la filosofía ya desde la edad patrística, fue llamada ancilla theologiae. El titulo no
fue aplicado para indicar una sumisión servil o un papel meramente funcional de la
filosofía en relación con la teología. Se utilizó más bien en el sentido con que Aristóteles
14
Stromata, V,1,2-3 citado en L. Felipe Jiménez, Gnosticismo y cristianismo: el cuerpo humano y los
orígenes de la pedagogía cristiana, Madrid, 1998, 228.
15
Cf. Ibidem: Los filósofos postulaban que la pistis consistía un grado inferior de conocimiento según la
visión platónica, mientras que los heterodoxos negaban que la fe fuese una cuestión de libre.
16
J.J.Sanguinetti, Op. Cit,4: “in Clemente non esiste una distinzione tra filosofia e teologia, anche perché
non era ancora conosciuta la teologia come scienza”
7
llamaba a las ciencias experimentales como siervas de la filosofía primera. La
expresión[…] ha servido para indicar la necesidad de las dos ciencias y la imposibilidad
de su separación17.
17
Juan Pablo II, Fides et Ratio,77
18
Cf. J. Illanes, Philosophia ancilla theologiae: Limites y avatares de un adagio en Scripta Theologica
36(2004/1), 15. A propósito de Filón de Alejandría en De Congresu eruditionis gratia, 14,79-80 citado en
Illanes: “La filosofía-escribe el judío alejandrino- es la búsqueda de la sabiduría y la sabiduría es el
conocimiento de las cosas divinas y humanas y de sus causas. De modo semejante a como la cultura
obtenida a través del ciclo de estudios es la sierva de la filosofía así la filosofía es la sierva (doúle) de la
sabiduría.
19
Pedro Damián, De divina omnipotentia, c.5 (PL 145.603) citado en J. Illanes, Op. Cit., 23
20
E. Gilson, La servante de la theologiae cap II citado en J.Illanes, Op. Cit., 23
21
Cf. J.Illanes, Op. Cit., 23
22
“no se llega a ser teólogo sin antes ser filósofo”. Cf. Ibíd., p. 27.
8
3.El Positivismo y Neo-positivismo: ruptura entre
filosofía y teología.
Daremos un paso gigantesco a la época moderna, nos situaremos
ahora a mediados del siglo XIX para abordar el asunto del “positivismo”
que ha sido ampliamente estudiado no sólo a modo de buscar sus causas
sino más bien, estudiando los efectos que ha provocado en los sucesivos
pensadores de occidente y el impacto en lo que hoy conocemos como la
sociología. El positivismo está circundado por acontecimientos
históricos que sin duda ha marcado la historia no sólo del pensamiento
filosófico sino de la humanidad. Podríamos destacar brevemente dos: los
efectos de la revolución francesa de finales del 1700 y las dos guerras
mundiales (1917 y 1945) respectivamente.
3.1 Cuestiones esenciales sobre el positivismo.
El positivismo propiamente dicho no es una doctrina sistemática
atribuida a un solo autor, sino que es bastante amplio y se puede abordar
desde diversos ámbitos. Siguiendo la distinción cronológica-temática
de C. Moulines23 podemos vislumbrar el positivismo en tres periodos de
la historia, a saber: el “proto-positivismo” francés de los geómetras24
anteriores a Comte ; el positivismo clásico de Comte y Stuart Mill; y el
positivismo crítico surgido en Alemania y Gran Bretaña con autores
como Mach y otros predecesores del positivismo lógico del Circulo de
Viena.
Hasta éste punto podemos ahora preguntarnos ¿qué es en sí el
positivismo? El mismo C. Moulines nos ilustra a éste respecto diciendo:
“el positivismo no consiste en un conjunto de tesis establecidas por
escrito en algún sitio, sino más bien en una determinada actitud que ha
evolucionado mucho a través del tiempo”25.
3.1.1 Concepto y distinciones.
Primero que todo, el término “positivismo” -como bien señala N.
Abbagnano-, “fue adoptado por primera vez por Saint-Simon para
designar el método exacto de las ciencias y su extensión a la filosofía”
26
. Por su parte Auguste Comte siguiendo a éste último decide utilizar
ése término para elaborar su discurso filosófico.
23
C. Ulises Moulines, “La génesis del positivismo en su contexto científico”in Diánoia, vol. 21, no.21,1975,
31-49.
24
Por geómetras entiéndase aquellos físicos-matemáticos del siglo XVIII formados bajo la influencia de
tres corrientes: la física newtoniana, el mecanicismo geométrico cartesiano y el empirismo británico.
25
C. Ulises Moulines, Op.Cit., 31.
26
N. Abbagnano, Dicc. Filosofía, 936
9
Podemos secundar el tema de la distinción conceptual sobre el
positivismo con la realizada por J. Ferrater Mora 27, el cual señala (con
algunas diferencias con la distinción de C. Moulines que hemos citado)
primero el positivismo clásico donde figuran autores como el mismo
Comte, John Stuart Mill y Herbert Spencer; el positivismo inglés con el
empirismo de Hume, el positivismo idealista de Vaihinger y el
sensacionismo de Mach; y por último, el lógico o también llamado neo-
positivismo o neo-empirismo forjado a partir del Circulo de Viena con
Moritz Schlick a la cabeza. De ésta última cuestión hablaremos más
adelante.
Tratemos de entender en esencia lo qué es el positivismo haciendo
una antítesis con el humanismo renacentista del siglo XV: así como en el
renacimiento la humanidad era exaltada por sobre todas las cosas, ahora
en el positivismo-siguiendo a N. Abbagnano- “se exalta la ciencia como
la única guía de la vida particular del hombre, es decir como único
conocimiento, única moral, y única religión”28.
3.2 La ley de los tres estadios.
Auguste Comte el que una vez fuese estudiante de L’ècole
polytechnique (Francia) en el año de 1844 publica su discurso sobre el
espíritu positivo el cual es considerado por J.Marías como un “breve
libro que encierra vigorosamente lo esencial del pensamiento
comtiano”.29
Dentro de su discurso es de resaltar la “ley de los tres estadios” la cual
expone de la siguiente manera:
27
Cf. J. Ferrater, “positivismo” pp.455-456.
28
N. Abbagnano, Op. Cit., 936.
29
Disc. Sobre el E. Pòsitivo, prologo, p.2
30
J. Marías, Prólogo. A. Comte, Discurso sobre el espíritu positivo, . § 2
10
En el desarrollo del discurso, el filósofo de Montpellier explica cada uno de
éstas etapas por las que la humanidad ha pasado. Dentro del estadio teológico
o ficticio como él le llama, menciona y distingue tres fases: el fetichismo, el
politeísmo y el monoteísmo31. En éstas fases el ser humano ha partido desde el
hecho de crearse imágenes consideradas por ellos “sagradas”, “tótems”
(fetichismo), etc.; pasando por la época politeísta, por ejemplo, podemos citar
la cultura griega o egipcia de índole politeísta hasta el grado en que la
humanidad ha adoptado la creencia en un solo Dios (monoteísmo).
Respecto al estadio metafísico o abstracto cabe resaltar el “desprecio” que
le dirige al grado de llamarle “enfermedad crónica”. En éste punto, Comte la
critica severamente por su manera tan abstracta de abordar los fenómenos y
por el uso excesivo de funciones quiméricas o imaginativas 32. Cabe añadir a
éste respecto la exclusión de la causalidad (el porqué, y el para qué de las
cosas) y el enaltecimiento del cómo de las cosas33.
Por último, el estadio más importante para Comte: el positivo o real. Su
regla fundamental es la siguiente: “toda proposición que no puede reducirse
estrictamente al mero enunciado de un hecho, particular o general, no puede
ofrecer ningún sentido real e inteligible”34.En otras palabras, la demostración o
verificación empírica de los hechos particulares constituye el criterio único de
certeza o mejor dicho de positividad, con ello se pretende derrumbar los
estadios anteriores (teológico y metafísico). Ésta última proposición nos
ayudará a comprender la doctrina del positivismo lógico o neo-positivismo.
M. Artigas resume de manera sintética la ley propuesta por Comte:
Según su famosa ley de los tres estadios, la humanidad ha pasado por tres fases. La
primera es la mítico teológica; en ella, el hombre inventaba dioses y causas
sobrenaturales para explicar los fenómenos naturales que no entendía, para encontrar
cierta seguridad. En la segunda, la metafísica, el razonamiento abstracto de las teorías
filosóficas sustituyó a la religión. Por fin, la tercera y definitiva, la fase científica o
positiva, se ha hecho posible gracias a la ciencia moderna, que permite al hombre
desechar los mitos religiosos y las teorías metafísicas como inservibles y controlar las
fuerzas naturales gracias a un conocimiento científico que prescinde de buscar
explicaciones últimas y se limita a observar los hechos y a relacionarlos entre sí35.
31
Discurso, §4-6.
32
Cf. Discurso § 9-10.
33
J. Ferrater, “positivismo” p.456
34
Discurso, § 12
35
M. Artigas, Ciencia, Razón y Fe, p. 19.
11
La conjetura comtiana sobre el establecer la positividad 36 en el ámbito de la
ciencia, la política y la religión y a la vez de unificarlos resulta algo
problemático a la hora de estudiarlo pues ,nos daremos cuenta más adelante
que no todos los seguidores de Comte continuaron con la doctrina positiva en
su totalidad, sino solamente en algunos aspectos.
3.3Crítica al Positivismo de Comte: Neopositivismo y su eco en la
actualidad.
Es de tener muy en cuenta que después de Comte, es decir en el periodo del
positivismo crítico (mediados del siglo XIX) surgen diferencias y semejanzas
notables entre la doctrina comtiana y el pensamiento de los autores
posteriores. Cabe decir que son mayores las diferencias y de eso nos daremos
cuenta en las conclusiones a éste subtema. Para poder ahondar en ésta
circunstancia de manera sintética tomaremos en cuenta las reflexiones de E.
Agazzi37 en su artículo sobre “los cien años de la muerte de Comte”.
Agazzi menciona tres puntos de divergencia: la religión de la humanidad ,
la concepción comtiana de la psicología; y uno de semejanza hasta cierto
punto38(la actitud anti metafísica) entre el llamado positivismo clásico y el
positivismo subsecuente39.
Respecto a la religión de la humanidad cabe recordar el propósito del
filósofo de Montpellier de establecer una religión de la humanidad con los
criterios de la ciencia, es decir universales e inmutables. Éste fue precisamente
el error de Comte, es decir, el hecho de estar convencido de que una serie de
leyes fijadas para la sociedad servirán para dotarla de aquella paz que la
guerra les había robado, puesto que “sabemos que el ser humano no es un ser
36
Entiéndase por positivo aquello que designa lo real en oposición a lo quimérico (i.d aquello que existe
sólo en la imaginación) Cf. A. Comte, Op. Cit., §31)
37
E. Aggazi, “CENTO ANNI DALLA MORTE DI COMTE DAL POSITIVISMO DI COMTE AL NEOPOSITIVISMO.”
Rivista Di Filosofia Neo-Scolastica, vol. 49, no. 5/6, 1957, pp. 385–422. JSTOR,
www.jstor.org/stable/43067630. Accessed 19 Apr. 2020.
38
Para éstas referencias véase G. Reale et D. Antiseri, Historia del pensamiento filosófico y científico III:
Del Romanticismo hasta hoy, Herder, Barcelona, 298-299. Asevero que hasta cierto punto pues, autores
como H. Spencer y Stuart Mill no adquieren la actitud anti-metafísica, sino todo lo contrario. Ejemplo de ello
es H. Spencer que hace estudios relacionados al papel de la evolución dentro de la religión y su
complemetariedad.
39
“Questa brevissima rassegna dei principali positivismi post-comtiani è suffficiente a farsi vedere che, se
è vero che a certe tesi di Comte fu dato crédito da molti, nessuna riscosse l’umanimità dei consensi, e
alcune, furono addirittura quasi unánimemente respinte[…] Fra quelle respinte da tutti viene in primo luogo
la religione del l’umanità […] Una seconda teoría pure universalmente respinta fu la concezione comtiana
della psicología[…] Oltre a questi punti sui qualiE. Agazzi, Op.Cit., 391-393
12
estable, sino que se encuentra en constante cambio y que éste último está en
función de la cultura y demás factores”40
40
Curso de Historia de la filosofía contemporánea, Lección sobre la ley de los tres estadios y la sociología
de A. Comte, marzo de 2019, 10:00 hrs.
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