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Capítulo

52
Psicopatología
de la inteligencia
M. Neus Aymamí

«... Petons, com sempre, fins a deu. Així, mentre jo et feia els deu petons, aprenies a comptar.
I tu sempre has volgut correspondre’m —bromista i tendra— fent-me’n onze.
Gràcies per tot, estimada Olga.»
[«... Besos, como siempre, hasta diez. Así, mientras yo te daba los diez besos, aprendías a contar.
Y tú siempre has querido corresponderme —bromista y tierna— dándome once.
Gracias por todo, querida Olga.»]

Josep M. Espinàs

PUNTOS CLAVE
• El retraso mental (RM) es uno de los problemas en el RM las habilidades de adaptación y destaca tanto las
que la perspectiva bio-psico-social cobra mayor sentido. capacidades como las limitaciones del individuo, con
Las tres áreas deberán ser objeto de intervención la finalidad de desarrollar los apoyos necesarios para
multidisciplinaria por parte de profesionales de la salud y mejorar el funcionamiento vital de la persona.
la pedagogía, padres o tutores, y de otros agentes sociales. • Será fundamental conocer el concepto, la etiología,
• Los cambios sucesivos de nomenclatura han significado las áreas a las que afecta el RM, la prevalencia o
una evolución hacia enfoques más positivos sobre la comorbilidad con otros trastornos para poder
el RM en cuanto a la normalización, integración, realizar, a partir de una evaluación adecuada, tanto el
autodeterminación y calidad de vida de los afectados. diagnóstico como la intervención, así como estrategias
• La American Association on Mental Retardation de prevención y mejora de la calidad de vida de las
(AAMR) incluye por primera vez en la definición de personas afectadas por este problema.

CONSIDERACIONES GENERALES profesionales de los ámbitos de la salud y la pedagogía,


En este capítulo se pretende dar una idea general y ac- padres o tutores, así como de otros agentes sociales.
tualizada de la concepción de deficiencia o retraso Será, pues, fundamental conocer el concepto, la etiolo-
mental. Representa un problema muy relevante tanto gía, las áreas a las que afecta la deficiencia mental, ade-
por su frecuencia como por su complejidad, ya que la más de otros aspectos como la prevalencia o la comorbi-
estructura deficitaria representa la base sobre la que se lidad con otros trastornos, para poder realizar, a partir
pueden asentar multitud de trastornos psicopatológi- de una evaluación adecuada, tanto el diagnóstico como
cos, lo cual puede complicar más la labor de los tera- la intervención, así como estrategias de prevención y me-
peutas, y de los cuidadores en general, de las personas jora de la calidad de vida de las personas afectadas por
que lo padecen. este problema.
La deficiencia mental es uno de los problemas en el Vale la pena, ante todo, clarificar la nomenclatura del
que la perspectiva bio-psico-social cobra mayor sentido: retraso mental, ya que se han venido utilizando una serie
como veremos más adelante, los aspectos biológicos pue- de términos de forma sinónima, aunque cada uno presen-
den intervenir en el origen del trastorno; asimismo, el ta distintos matices. En la actualidad los más utilizados
retraso mental conlleva un déficit intelectual, así como la son deficiencia o retraso mental, minusvalía psíquica y
posibilidad de repercusiones en la personalidad, de adap- discapacidad intelectual. Tanto el concepto de deficiencia
tación y de psicopatología asociada y, por último, los como el de retraso se refieren a la causa estructural o fun-
efectos en el ámbito familiar, escolar y social del afectado cional de base, y en este capítulo se utilizarán indistinta-
son evidentes. Por consiguiente, las tres áreas deberán ser mente ambos términos. La minusvalía psíquica hace refe-
objeto de intervención multidisciplinaria por parte de rencia a la situación de desventaja que dificulta al individuo
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desempeñar un rol normal implicando consecuencias a desarrollo de las escalas de Wechsler; aspectos que han
nivel social. Resulta, además, un concepto más amplio que representado un cambio cualitativo y cuantitativo en la
el de retraso mental, ya que quedan incluidos en él otros concepción de la deficiencia mental, y que han condicio-
trastornos psiquiátricos y las demencias. La discapacidad nado su conocimiento hasta la actualidad. Asimismo, se
intelectual se refiere a las limitaciones que presenta un in- impondría una visión interaccionista a partir de las teo-
dividuo para desempeñar tareas o actividades concretas rías neurológicas de Hebb y las evolutivas de Piaget, en
(OMS, 1980). Este último término, aunque algo impre­ las que la inteligencia tendría una base genética pero su
ciso, parece ser el que se va imponiendo actualmente. A expresión dependería de la interacción del individuo
pesar de que los cambios de nomenclatura han respon­ con el entorno. Aparecía, así, el criterio basado en la
dido más a la estigmatización del retraso mental con con- interacción social, paralelamente al criterio psicométri-
notaciones sociales peyorativas que a criterios científicos, co, en la evaluación del retraso mental. A su vez, entre
también han significado la evolución hacia enfoques más las décadas de 1930 y 1950 surgía una tendencia desde
positivos en los que destacan, como se verá más ade­ la escuela de Vineland (EE.UU.), en la que se intensifica-
lante, la normalización, la integración, la autodetermina- ba el peso específico de la competencia social y la auto-
ción y la calidad de vida (Rodríguez y De Pablo-Blanco, nomía para la definición y la clasificación de las perso-
2004). nas con retraso (Rodríguez y De Pablo-Blanco, 2004).
La etapa de «medicalización» se produjo a partir de la
década de 1950, en la que se desarrollaron los conoci-
CONCEPTO Y DESARROLLO mientos sobre la etiología de la deficiencia mental, espe-
Tanto para la comunidad científica como para la socie- cialmente de ámbito biológico, con la determinación de
dad en general, el concepto de deficiencia mental ha ido la fórmula cromosómica del síndrome de Down y de los
evolucionando a lo largo del tiempo. En este sentido, re- errores metabólicos innatos.
sulta interesante la revisión histórica que, sobre la con- En la etapa de «sociologización», en la década de
cepción de este problema, ha realizado la American Asso- 1960, empezaron a desarrollarse, dentro de un marco
ciation on Mental Retardation (AAMR, 2002). En ella se ambientalista, puntos de vista psicosociales, iniciándose
explica la evolución tanto del término como de la clasifi- los movimientos de normalización e integración de los
cación y explicación de los sistemas de apoyo que requie- niños con deficiencia mental, y surgiendo las primeras
ren las personas con retraso mental, desde la creación de asociaciones de padres de niños con este problema, que
la Asociación en 1876 y su primera publicación en 1921 impulsaron la desinstitucionalización y una atención in-
hasta la actualidad. Asimismo, resulta de igual interés la tegral que implicaba asistencia sanitaria, educativa, social
revisión llevada a cabo por Rodríguez y De Pablo-Blanco y laboral, entre otras, a fin de propiciar la «validez» de
(2004), que de forma concisa y clara explican la evolu- estos niños y jóvenes en el entorno.
ción del concepto de retraso mental, y la realizada por En los últimos años se ha ido desarrollando una nueva
Rodríguez-Sacristán y Buceta (1998), según los cuales se etapa de «psicologización», criticándose, por un lado, la
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podrían distinguir varias etapas: utilidad del Cociente de Inteligencia, y desarrollándose,


La etapa precientífica, hasta principios del siglo xix, por otro lado, objetivos de intervención de tipo cualitati-
en la que primaba la caridad y la deficiencia mental no se vo con la finalidad de potenciar la maduración, la inte-
diferenciaba de otros trastornos psicopatológicos. racción y la adaptación. En este sentido, en cuanto al
La etapa pedagógica, a lo largo de prácticamente todo tratamiento se cuenta tanto con las técnicas de modifica-
el siglo xix, en la que dos personajes contribuyeron en ción de conducta como con las técnicas derivadas de la
gran medida a esta evolución: por un lado, el psiquiatra teoría de la Experiencia de Aprendizaje Mediado (EAM)
Esquirol (1838) diferenció el retraso de la demencia y de de Feuerstein (1980), que profundiza en cómo los niños
la confusión mental e introdujo el término idiocia. Por pueden «aprender a aprender» con la ayuda de un adulto
otro lado, Seguin (1846) subdividió la idiocia en tres ca- que actúa como mediador en este proceso de aprendizaje
tegorías: idiotas, imbéciles y débiles de espíritu o mente, (Feuerstein y Tannenbaum, 1990; Feuerstein y Hoffman,
e inició lo que se llamaría «Educación Especial», con 1992). Asimismo, cabe destacar la evolución de la Educa-
programas pedagógicos y la reforma de instituciones, ción Especial en el último cuarto del siglo xx, que ha
todo ello con gran difusión en Europa. pasado de una concepción tradicionalmente segregadora
En las etapas de «psicologización», en las primeras de los niños con «necesidades especiales», a una visión
décadas del siglo xx, y la de institucionalización, a partir más integradora de éstos. La psicología también ha ido
de la década de 1930, se desarrollaron las técnicas psi- tomando más protagonismo en este ámbito, sobre todo
cométricas para determinar la edad mental, con las en cuanto a la intervención, siendo ésta cada vez más
pruebas de Binet y Simon en 1905 y la Teoría de los dos temprana, como es el caso de la Estimulación Precoz, que
factores de Spearman en 1904 y el concepto de Cociente se realiza a partir del primer año de vida (Buceta, 1985).
de Inteligencia a partir de la revisión de Terman en 1916 Señalar, también, el importante papel desarrollado por la
(Citados en Rodríguez y De Pablo-Blanco, 2004) que, en biología en el campo de la prevención de la deficiencia
la década de 1950, tendría su máximo exponente con el mental en los últimos años.
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A finales de la década de 1950, la American Associa- En la actualidad, según Rodríguez-Sacristán y Buceta


tion on Mental Deficiency (AAMD), que a partir de la (1998), existe un debate a tres niveles: conceptual (pers-
década de 1980 se denominaría American Association on pectiva psicosocial frente a perspectiva psicobiológica y
Mental Retardation (AAMR), reunió a un comité de ex- médica), terminológico o diagnóstico (psicometría frente
pertos para elaborar una definición más integradora que a evaluación cualitativa), y en cuanto al ámbito de inter-
las ya existentes, a partir de las últimas influencias. Desde vención (enseñanza frente a entrenamiento en habilida-
entonces, es esta institución la que propone las definicio- des sociales). Así las cosas, los mismos autores proponen
nes que, por sus características más integradoras y globa- una definición que de alguna manera integra estas áreas,
lizadoras, son más aceptadas por la comunidad científica. dando especial importancia a la adaptación, y que en-
Así, la primera definición de Heber (1959) excluye con- tiende por deficiencia mental:
ceptos ya obsoletos de constitución y de incurabilidad, y
Grossman (1973, 1977, 1983) redefine las categorías de «Un estado psicológico, de etiología biológica, psicológica o
social, que afecta en primer lugar a la inteligencia y también
retraso mental en ligero (CI: 67-52), medio (CI: 51-36),
a otros aspectos de la personalidad, retrasa cuantitativa o
severo (CI: 35-20) y profundo (CI menor de 20), y preci- cualitativamente el desarrollo psicológico en comparación al
sa el concepto de conducta adaptativa, entendiéndola promedio de niños de su misma edad cronológica, limita el
como el conjunto esperable de habilidades de afronta- aprendizaje de las tareas escolares y dificulta el pleno funcio-
miento en la vida diaria, en función de la edad y del gru- namiento de todas aquellas funciones, conductas y habilida-
des sociales que posibilitan una autonomía personal sufi-
po cultural al que pertenece el individuo.
ciente, una adaptación adecuada en su comunidad y una
calidad de vida justa.»
CONCEPCIÓN ACTUAL
La concepción de retraso mental según la American
En 1992, Luckasson y cols., de la AAMR, amplían el
Psychiatric Association propuesta en el Manual diagnós-
concepto de retraso mental con una serie de aportaciones
tico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-
fundamentales que suponen un cambio de paradigma:
TR) (APA, 2000), adopta básicamente los criterios de la
«Retraso mental hace referencia a limitaciones sustanciales AAMR de 1992, y viene definida por una:
en el funcionamiento actual. Se caracteriza por un funciona-
miento intelectual significativamente inferior a la media, que «Capacidad intelectual general significativamente inferior al
generalmente coexiste junto a limitaciones en dos o más de promedio, con un CI aproximadamente de 70 o inferior
las siguientes áreas de habilidades de adaptación: comunica- (Criterio A), que se acompaña de limitaciones significativas
ción, autocuidado, vida en el hogar, habilidades sociales, de la actividad adaptativa propia de por lo menos dos de las
utilización de la comunidad, autodirección, salud y seguri- siguientes áreas de habilidades: comunicación, cuidado de sí
dad, habilidades académicas funcionales, tiempo libre, y mismo, vida doméstica, habilidades sociales/interpersonales,
trabajo. El retraso mental se ha de manifestar antes de los 18 utilización de recursos comunitarios, autocontrol, habilida-
años.» des académicas funcionales, trabajo, ocio, salud y seguridad
(Criterio B). Su inicio debe ser anterior a los 18 años de edad
Se concibe el funcionamiento de un individuo como (Criterio C).»
el resultado de la interacción de sus capacidades y sus
habilidades adaptativas con las demandas y apoyos de Asimismo, aporta una codificación basada en los si-
su entorno, y sólo se hablará de retraso mental cuando guientes niveles de gravedad de afectación intelectual:
las limitaciones del sujeto impidan un funcionamiento
adecuado en dos o más áreas de estas habilidades Retraso mental leve: CI entre 50-55 y aproximadamente 70.
adaptativas. Asimismo, la valoración y la intervención Retraso mental mode-
rado: CI entre 35-40 y 50-55.
también deben realizarse sobre el individuo y su am- Retraso mental grave: CI entre 20-25 y 35-40.
biente (funcionamiento intelectual, habilidades adap- Retraso mental pro-
tativas, consideraciones emocionales, consideraciones fundo: CI inferior a 20-25.
físicas, de salud y etiológicas, y consideraciones am- Retraso mental de gravedad no especificada: cuando existe
bientales), por lo que se establece un sistema de clasifi- clara presunción de ­retraso mental, pero la inteligencia del
cación según el tipo e intensidad de los apoyos que re- sujeto no puede evaluarse mediante los test usuales.
quiere el sujeto y no en función del nivel de inteligencia.
Se hace, pues, hincapié en una orientación funcional, Según la AAMR (2002), el campo de la deficiencia
una perspectiva ecológica y la provisión de apoyos y mental se encuentra en una situación de cambio por lo
servicios adecuados para los usuarios (Rodríguez y De que respecta a una comprensión más completa de la con-
Pablo-Blanco, 2004). Asimismo, la definición establece dición de retraso mental, y al lenguaje y proceso emplea-
que el retraso mental debe manifestarse antes de los 18 dos en su denominación, definición y clasificación, debi-
años, debido a que esta edad es la que se considera en do, en parte, a aspectos como el debate actual sobre la
nuestra sociedad el momento en la que una persona naturaleza de la inteligencia, las relaciones entre ésta y la
asume roles de adulto (Verdugo y Gutiérrez-Bermejo, conducta adaptativa, la aplicación del paradigma de apo-
2003, 2009). yos, la concepción de las condiciones discapacitantes, o
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los ­efectos de la terminología en las vidas de los indivi- ETIOLOGÍA


duos. Así pues, Ruth Luckasson y el resto de integrantes
del Comité ad hoc sobre Terminología y Clasificación de Según Salvador y Rodríguez-Blázquez (2001), la discapa-
la AAMR, en la edición de 2002, actualizan su anterior cidad intelectual o retraso mental no es una enfermedad,
definición de 1992 y recogen esta visión cambiante de la sino un conjunto de enfermedades y síndromes que tie-
siguiente forma: nen en común una limitación del nivel intelectual que
impide o dificulta desde la infancia o la adolescencia el
«Retraso mental es una discapacidad caracterizada por limi- funcionamiento normal de la persona en su entorno fa-
taciones significativas en el funcionamiento intelectual y en miliar, social y laboral. A pesar de los avances importan-
la conducta adaptativa que se manifiesta en habilidades tísimos que han tenido lugar en los últimos años, el re-
adaptativas conceptuales, sociales y prácticas. Esta discapa- traso mental todavía sigue planteando ciertos problemas,
cidad comienza antes de los 18 años.
Las siguientes cinco premisas son esenciales para la aplica- por ejemplo en su nomenclatura, como ya se ha hecho
ción de esta definición: referencia anteriormente, en los criterios diagnósticos, o
1. Las limitaciones en el funcionamiento presente deben sobre qué aspectos son del ámbito social, educativo o
considerarse en el contexto de ambientes comunitarios médico. Las causas no permanecen al margen de estas
típicos de los iguales en edad y cultura. controversias, si bien parece existir un consenso general
2. Una evaluación válida debe tener en cuenta la diversidad
cultural y lingüística, así como las diferencias en comuni- sobre la multifactorialidad del retraso mental.
cación y en aspectos sensoriales, motores y comporta- A diferencia de los anteriores enfoques, que dividían
mentales. la etiología del retraso mental en factores biológicos y
3. En un individuo las limitaciones a menudo coexisten con factores psicosociales (Grossman, 1983), desde la nove-
las capacidades. na edición del manual de la AAMR (1992), se entiende
4. Un propósito importante de describir limitaciones es el
desarrollar un perfil de los apoyos necesarios. ésta como un constructo multifactorial resultado de la
5. Si se ofrecen los apoyos personalizados apropiados du- interacción de dos aspectos: a) según el tipo de factor de
rante un período prolongado, el funcionamiento vital de riesgo se habla de factores biomédicos, sociales, con-
la persona con retraso mental generalmente mejorará». ductuales y educativos, y b) según el momento de apa­
rición de los mismos, se habla de causas prenatales,
En esta nueva definición, que se corresponde con la perinatales y posnatales. Los factores biomédicos es­
orientación de la Clasificación Internacional del Funcio- tán relacionados con procesos biológicos, como los tras­
namiento, la Discapacidad y la Salud (CIF) de la OMS, se tornos genéticos o la nutrición. Los factores sociales lo
pone de manifiesto el enfoque multidimensional del re- están con la interacción social y familiar, como la esti-
traso mental, diferenciándose cinco dimensiones que ha- mulación o la receptividad del adulto. Los aspectos
brán de valorarse: aptitudes intelectuales; nivel de adap- conductuales tienen relación con conductas potencial-
tación (habilidades conceptuales, prácticas y sociales); mente causales, como las actividades peligrosas o lesivas
participación, interacciones y roles sociales; salud (física, o el abuso de sustancias tóxicas por parte de la madre.
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mental y factores etiológicos), y contexto social (ambien- Y los factores educativos tienen que ver con la disponi-
te, cultura y oportunidades). bilidad de apoyos educativos para promover el desarro-
La edición de 2002 de la AAMR no sólo define el re- llo mental y las habilidades adaptativas. Asimismo, se
traso mental, sino que crea un sistema para el diagnós­ describe el momento de aparición de los factores causa-
tico, clasificación y planificación de apoyos para las per- les, en función de si éstos afectan a los padres de la per-
sonas con este problema. Se entiende por apoyos «los sona con retraso mental, a la persona con retraso men-
recursos y estrategias que persiguen promover el desarro- tal, o a ambos, y se habla de causas prenatales, causas
llo, educación, intereses y bienestar personal de una per- perinatales y causas posnatales. Así, la posibilidad de
sona y que mejoran el funcionamiento individual». La clarificar todos los factores de riesgo que contribuyen al
inclusión de este concepto favorece una atención de las funcionamiento presente del individuo mediante esta
personas con retraso mental que enfatiza el crecimiento y concepción multidimensional e intergeneracional del re-
desarrollo personal y potencia la capacidad de elección, traso mental permite la construcción de grupos norma-
así como la necesidad de integración, dejando de ser pu- tivos con fines de investigación, posibilita el desarrollo
ramente asistencial. Para evaluar de forma adecuada se de una clasificación precisa, ofrece oportunidades para
ha de atender al funcionamiento global del individuo, planificar estrategias en los tres niveles de prevención,
dentro de su familia, cultura, comunidad, escuela o lugar es útil para el afectado o los familiares para poder con-
de trabajo. Así, los apoyos pueden ser proporcionados tactar con otras personas en situación similar, facilita el
por los padres, un amigo, un profesor, un psicólogo, un consejo genético a la familia y la toma de decisiones al
médico o por cualquier persona o servicio. Asimismo, los respecto, y permite conocer y prever posibles fenotipos
apoyos pueden ser generalizados, extensos, limitados o comportamentales o problemas de salud específicos
intermitentes, en función de su duración, intensidad y de asociados (AAMR, 2002; Rodríguez y De Pablo-Blanco,
los entornos implicados. El desarrollo de un perfil de ne- 2004; Rodríguez-Sacristán, 2000). En la tabla 52-1 se
cesidades de apoyo resulta, pues, esencial. exponen los factores de riesgo según este modelo.
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Tab l a 52- 1 Factores de riesgo del retraso mental según el modelo etiológico multifactorial:
tipos de factores y tiempo de ocurrencia (obtenido de la AAMR, 2002)

Factores
Momento Biomédicos Sociales Conductuales Educativos
Prenatal Trastornos cromosómicos Pobreza Consumo de drogas por parte Discapacidad cognitiva sin
Trastornos asociados a un Malnutrición maternal de los padres apoyos por parte de los
único gen Violencia doméstica Consumo de alcohol por parte padres
Síndromes Falta de acceso a cuidados de los padres Falta de apoyos para la
Trastornos metabólicos prenatales Consumo de tabaco por parte paternidad
Disgénesis cerebrales de los padres
Enfermedades maternas Inmadurez parental
Edad parental
Perinatal Prematuridad Falta de cuidados en el Rechazo por parte de los Falta de informes médicos sobre
Lesiones en el momento del momento del nacimiento padres a cuidar al hijo servicios de intervención tras
nacimiento Abandono del hijo por parte el alta médica
Trastornos neonatales de los padres
Posnatal Traumatismo craneoencefálico Hijo con deficiencias-cuidador Maltrato y abandono infantil Deficiencias parentales
Malnutrición Falta de adecuada Violencia doméstica Diagnóstico tardío
Meningoencefalitis estimulación Medidas de seguridad Inadecuados servicios de
Trastornos epilépticos Pobreza familiar inadecuadas intervención temprana
Trastornos degenerativos Enfermedad crónica en la Deprivación social Inadecuados servicios
familia Conductas problemáticas del educativos especiales
Institucionalización niño Inadecuado apoyo familiar

En relación con el criterio temporal de la clasificación


C.4.  Trastorno de los mucolípidos.
sobre la etiología de la deficiencia mental de la AAMR, C.5.  Trastorno del ciclo de la urea.
Rodríguez y De Pablo-Blanco (2004) y Rodríguez-Sacris- C.6. Trastorno de la ácidos nucleicos: síndrome de
tán y Buceta (1998) proponen un listado de las causas Lesch-Nyhan.
más significativas de retraso mental, según los códigos y C.7.  Trastorno del metabolismo del cobre.
categorías especificados en la misma, ilustrado con algu- C.8.  Trastornos mitocondriales.
C.9.  Trastornos peroxisomales.
nos ejemplos: D. Anomalías congénitas en la formación del sistema
nervioso central:
1. Causas prenatales: D.1. Defectos del cierre del tubo neural: anencefalia,
A.  Trastornos cromosómicos: espina bífida, encefalocele.
A.1. Autosómicos: trisomía 21 (síndrome de Down), D.2. Defectos en la formación del cerebro: hidrocefalia.
trisomía 13 (síndrome de Patau), trisomía 18 D.3.  Defectos de la migración celular.
(síndrome de Edwards), síndrome de Lejeune D.4.  Defectos intraneuronales.
(«maullido del gato»). D.5.  Defectos cerebrales adquiridos.
A.2. Asociado al cromosoma X: síndrome de X Frágil. D.6.  Microcefalia primaria.
A.3. Otros trastornos del cromosoma X: síndrome E. Influencias ambientales:
de XO (Turner), síndrome XXY (Klinefelter), E.1.  Malnutrición intrauterina.
síndrome XYY. E.2. Drogas, toxinas y agentes teratógenos: talidomi-
B.  Trastornos sindrómicos congénitos: da, trimetadona, fenitoína, alcohol (síndrome
B.1. Trastornos neurocutáneos: esclerosis tuberosa de alcohólico fetal).
Bourneville, neurofibromatosis o enfermedad de E.3. Enfermedades maternas: varicela, diabetes me-
Von Recklinghausen, síndrome de Sturge-Weber. llitus, hipotiroidismo.
B.2. Trastornos musculares: distrofia miotónica de E.4.  Irradiación durante el embarazo.
Steinert. F. Otras: desconocidas.
B.3.  Trastornos oculares. 2. Causas perinatales:
B.4.  Trastornos craneofaciales: síndrome de Apert. A. Trastornos intrauterinos:
B.5.  Trastornos esqueléticos. A.1. Insuficiencia placentaria aguda: toxemia de em-
B.6.  Otros síndromes: síndrome de Prader-Willi. barazo.
C. Errores congénitos del metabolismo: A.2. Insuficiencia placentaria crónica: retraso del
C.1. Trastornos del metabolismo de los aminoácidos: crecimiento intrauterino, posmaturidad.
fenilcetonuria, enfermedad de la orina («Jarabe A.3. Parto y alumbramiento anómalos: prematuri-
de Arce»). dad, accidentes del cordón umbilical, traumatis-
C.2. Trastorno del metabolismo de los hidratos de mo obstétrico.
carbono: galactosemia. A.4.  Gestación múltiple.
C.3. Trastorno del metabolismo de los mucopolisa-
cáridos: síndrome de Hurler. (continúa)
Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia e-835

B. Trastornos neonatales:
Síndrome de Down o trisomía 21.  Descrito en
  B.1.  Encefalopatía isquémica hipóxica. 1866 por John Langdon Down, la causa es la aparición
  B.2.  Hemorragia intracraneal. de un cromosoma 21 de más. Aunque no están claros los
  B.3.  Hidrocefalia posthemorrágica. mecanismos por los que se produce tal anomalía, parece
  B.4.  Leucomalacia periventricular. ser que en el 95% de casos se debe a la no disyunción
  B.5.  Crisis neonatales.
  B.6.  Alteraciones respiratorias.
en la meiosis materna, y un 4% de casos resulta de una
  B.7. Infecciones: septicemia, meningitis, neumotó- segregación desequilibrada de una translocación parental
rax (herpes simple, VIH, rubéola, sífilis, toxo- (Miró, Milà y Pérez-Jurado, 2004, 2009). Su incidencia es
plasmosis). de 1,2 casos de cada 1.000 nacimientos a término, y supone
  B.8. Traumatismo craneal en el nacimiento (p. ej., el 16% de la población con retraso mental. El riesgo de
por fórceps).
  B.9. Trastornos metabólicos: hipotiroidismo, hipo-
tener un niño afectado aumenta progresivamente a partir
glucemia. de los 35 años de la madre. Los síntomas son la disminución
B.10.  Trastornos nutricionales. del nivel intelectual: el 95% de niños con síndrome de
3. Causas posnatales: Down presenta un nivel de deficiencia intelectual leve o
A. Lesiones craneales: moderada (aplicando técnicas de estimulación precoz y
A.1.  Conmoción cerebral.
A.2.  Contusión craneal.
de educación especial), siendo excepcional un cociente de
A.3.  Hemorragia intracraneal. inteligencia normal; malformaciones cardíacas en un 40%
A.4.  Subaracnoidea. de afectados, pudiendo ser graves algunas de ellas y precisar
A.5.  Parenquimatosa. cirugía en los primeros años de vida; problemas digestivos:
B. Infecciones: el 5% de los casos requieren intervención quirúrgica;
B.1.  Encefalitis.
B.2.  Meningitis.
trastornos psiquiátricos y conductuales: aunque, en
B.3.  Infecciones por hongos. general, los afectados tienen menor propensión a padecer
B.4.  Infecciones parasitarias. trastornos psiquiátricos que el resto de la población con
B.5.  Infecciones virales lentas o persistentes. retraso mental, presentan mayor tasa de demencia senil
C. Trastornos de mielinización: y de depresión, y un 10% de los casos presentan también
C.1.  Trastornos postinfecciosos.
C.2.  Trastornos postinmunización.
autismo; rasgos físicos diferenciales: cabeza pequeña,
C.3.  Enfermedad de Schilder. ojos rasgados con pliegues palpebrales, macroglosia, cara
D. Trastornos degenerativos: redondeada, nariz chata, orejas pequeñas, cuello corto,
D.1.  Trastornos sindrómicos: síndrome de Rett. extremidades cortas, clinodactilia, hipotonía muscular,
D.2.  Polidistrofias. suelen presentar defectos visuales, baja sensibilidad táctil,
D.3. Trastornos de los ganglios basales: enfermedad
de Huntington, enfermedad de Parkinson.
baja velocidad de respuesta y tendencia a la obesidad
D.4.  Leucodistrofia. (Fundació Catalana Síndrome de Down, 2005; Salvador
D.5.  Tipo de comienzo tardío. y Rodríguez-Blázquez, 2001).
D.6. Trastornos de los esfingolípidos: enfermedad de Síndrome de Edwards o trisomía 18.  Es la
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Tay-Sachs. segunda trisomía autosómica más frecuente. Presenta


D.7.  Otros trastornos de los lípidos.
E. Trastornos epilépticos:
una elevada mortalidad posnatal, y sólo los fetos
E.1.  Espasmos infantiles. femeninos llegan a término. Su incidencia en recién
E.2.  Epilepsia mioclónica. nacidos (0,3%) está variando gracias al diagnóstico
E.3.  Síndrome de Lenox-Gastaut. prenatal. Esta trisomía está relacionada con una mayor
E.4.  Epilepsia focal progresiva (Rasmussen). edad materna, y en la mayoría de casos es el resultado
E.5. Estados epilépticos inducidos por lesión cerebral.
F. Trastornos tóxico-metabólicos:
de errores de disyunción en la meiosis materna. Sólo
F.1.  Encefalopatía tóxica aguda. un 10% de los nacidos llega a los 3 meses de vida. El
F.2.  Síndrome de Reye. fenotipo característico es bajo peso, tórax «en escudo»,
F.3.  Intoxicaciones: plomo, mercurio. cardiopatía congénita, anomalías renales, hiperflexión
F.4. Trastornos metabólicos: deshidratación, isque- de dedos, hipertonía y pies «en mecedora». Los casos
mia cerebral, anoxia cerebral, hipoglucemia.
G. Malnutrición:
de mosaicismo presentan mayor supervivencia e incluso
G.1.  Proteínas-calorías: Kwashiorkor. pueden presentar síntomas clínicos más atenuados
G.2.  Alimentación intravenosa prolongada. (Miró y cols., 2004, 2009).
H. Deprivación ambiental: Síndrome de Patau o trisomía 13.  Trastorno
H.1.  Desventajas psicosociales. cromosómico autosómico descrito en 1966. Su incidencia
H.2.  Negligencia y abuso infantil.
H.3.  Deprivación sensorial-social crónica.
es de 1 caso de cada 11.000 nacimientos. El 60% de los
I. Síndrome de hipoconexión. casos están relacionados con la no disyunción en la meiosis
4. Causas desconocidas. materna, sólo en un 10% de casos el cromosoma extra
procede del padre, y el 20% resulta de un ­desequilibrio
Seguidamente se exponen algunos ejemplos de síndromes cromosómico en la segregación de una translocación
que cursan con retraso mental, ordenados según la clasi- parental. La mortalidad en el segundo y tercer trimestre
ficación etiológica y temporal anterior: de gestación es elevada. El 44% de los casos mueren
e-836 Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia

en el primer mes, y solamente el 18% superan el año disgenesia gonadal y útero hipoplásico, amenorrea
(Rodríguez-Sacristán y Buceta, 1998). El fenotipo se primaria, coartación aórtica, edemas en manos y pies,
caracteriza por microcefalia, labio leporino, polidactilia y acortamiento del cuarto metacarpiano. La mayoría
y en algunos casos arrinencefalia y holoprosencefalia. En de casos presentan un desarrollo intelectual normal,
los pocos casos descritos con mosaicismo para la trisomía apareciendo en algunos un retraso mental ligero (Miró
13, los efectos fenotípicos están atenuados (Miró y cols., y cols., 2004, 2009).
2004, 2009). Síndrome de Klinefelter.  Se presenta en hombres
Síndrome de X frágil o de Bell.  Su nombre proviene que poseen como mínimo dos cromosomas X y un Y.
de la presencia de una rotura en el extremo inferior del El cromosoma X extra es de origen materno en el 60%
brazo largo del cromosoma X a causa de la repetición de los casos a causa de una segregación anómala de los
excesiva de dos de las bases del ADN (la guanina y la cromosomas sexuales durante la división meiótica. La
citosina) que se combinan formando tripletes. Es la incidencia es de 1 de cada 600 hombres recién nacidos. Es
causa más frecuente de retraso mental hereditario, la causa más frecuente de hipogonadismo y esterilidad en
afectando a 1 de cada 4.000 hombres de la población hombres. Las características más frecuentes son: estatura
general y a 1 de cada 6.000 mujeres. Se transmite de elevada, hipoplasia testicular, concentraciones bajas de
forma dominante ligada al cromosoma X, siendo la testosterona, lo que produce un desarrollo pobre de los
frecuencia de portadores de 1:300 mujeres, aunque rasgos sexuales secundarios, ginecomastia en un 40% de
ambos sexos pueden ser portadores o afectados (Baiget, casos y retraso mental con la misma incidencia que en la
Palau, Volpini, Milà y Ayuso, 2009; Miró y cols., 2004). población general (Miró y cols., 2004, 2009).
A lo largo de las generaciones de una misma familia Síndrome de Williams.  Trastorno descrito por
va aumentando la frecuencia de hombres afectados ­Fanconi y Girardet en 1952, pero fue relacionado
y disminuyendo el número de portadores. Aunque con el retraso mental en 1961 por Williams y cols.
representa el 10% de los casos de retraso mental, suele Está producido por pérdida de material genético del
diagnosticarse poco por falta de campañas de detección cromosoma 7, aunque en 1993 se descubrió que también
y por las dificultades clínicas que conlleva. Los síntomas tiene su origen en alteraciones de la elastina (Brugada y
son muy variables dependiendo de la edad y del sexo. Los Navarro-López, 2004, 2009). Se estima que afecta a 1
hombres presentan dificultades de lenguaje (retraso en su de cada 20.000 nacimientos. Los síntomas son retraso
adquisición, discurso desordenado, pobre y perseverante); mental leve o moderado con alteración de las habilidades
crisis epilépticas en un 20-40% de casos; trastornos verbales, déficits motores y perceptivos, y personalidad
conductuales como evitación del contacto ocular, aversión extrovertida; problemas orgánicos como trastornos
a ser tocados, impulsividad, hiperactividad, movimientos digestivos (producidos por las dificultades al succionar
con las manos y autolesiones por mordeduras; rasgos y tragar), defectos vasculares, auditivos, esqueléticos
físicos como cara alargada, orejas grandes despegadas, y renales, hipercalcemia, e hiperacusia; trastornos
mandíbula inferior prominente y estrecha, estrabismo, psiquiátricos y conductuales como hiperactividad y falta
laxitud articular, y macroorquidismo. En mujeres no de atención; suelen ser amistosos, locuaces y socialmente
destaca ningún rasgo físico característico, tienen menor desinhibidos, con mucha riqueza de lenguaje aunque a
probabilidad de padecer retraso mental (25-30%) y el veces mal empleado y sin contenido. Se han descrito algunos
25% de las afectadas tiene un cociente intelectual en el casos de autismo, que se manifiesta antes de los 3 años
límite de la normalidad. Las portadoras suelen presentar de edad, y presenta retraso y alteraciones del desarrollo
con mayor frecuencia trastornos psiquiátricos como cognitivo, las relaciones sociales, la comunicación, la
psicosis, trastornos de conducta, aislamiento y angustia actividad imaginativa y la creatividad, y la limitación de
social (Baiget y cols., 2009; Miró y cols., 2004; Salvador intereses y actividades. Con una adecuada intervención,
y Rodríguez-Blázquez, 2001). la mayoría de estas personas pueden desarrollar sus
Síndrome de Turner.  Descrito en 1938 por Turner. habilidades académicas, laborales y personales. En
Las manifestaciones clínicas son variables debido a que muchos casos destaca una excepcional aptitud para la
el síndrome engloba alteraciones distintas en el cariotipo, música. Los rasgos físicos diferenciales son: bajo peso al
siendo la más típica (40-60% de los casos) la monosomía nacer y rasgos faciales de «elfo», caracterizados por cara
del cromosoma X (45,X). El fenotipo de esta alteración alargada, orejas grandes, nariz achatada, iris moteado
cromosómica es femenino. Tiene una prevalencia de 1 por y bolsas bajo los ojos, boca grande y barbilla pequeña
cada 2.000 mujeres y, aunque presenta una frecuencia del (Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001).
1,5% de las concepciones, supone el 20% de todos los Síndrome de Prader-Willi.  Descrito en 1956 por
abortos espontáneos del primer trimestre del embarazo. Prader, Labhart y Willi, se debe a la pérdida de material
La mayoría de las anomalías son de origen materno, genético en el cromosoma 15, la mayoría de veces heredado
aunque no existe una asociación directa con la edad de del padre. Su incidencia es de 1 caso entre 10.000-15.000
la madre ni hay prácticamente riesgo de recurrencia. Las recién nacidos. Aproximadamente un 60% de los casos
principales características suelen ser: talla baja (1,35- presenta retraso mental moderado y el resto tiene un
1,50 m), sin aparición de caracteres sexuales secundarios, cociente intelectual normal. La mayoría de personas con
Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia e-837

este problema tiende a la obesidad por hiperfagia desde como autolesiones, agresividad, hiperactividad,
la niñez, lo que les lleva incluso a robar o a esconder hipersensibilidad y rasgos autistas. Suelen ser afectuosos
alimentos. Este comportamiento parece deberse a y sensibles, se asustan fácilmente y prefieren la rutina y los
alteraciones del hipotálamo. Para controlar esta tendencia hechos predecibles. Los rasgos físicos más característicos
debe establecerse una dieta hipocalórica, limitar el acceso a son bajo peso al nacer, baja estatura, hirsutismo, nariz
la comida y programar ejercicio físico. También presentan achatada y anomalías faciales y esqueléticas como
problemas de adaptación, toleran mal los cambios de escoliosis o problemas en las extremidades (Salvador y
rutina y necesitan un entorno muy estable y estructurado. Rodríguez-Blázquez, 2001).
Las personas afectadas son hábiles en actividades de Fenilcetonuria.  Descrita por Fölling en 1934, es
destreza manual y visual (p. ej., los rompecabezas) y tienen una enfermedad autosómica recesiva causada por la
buena capacidad en expresión oral, lectura y memoria, deficiencia de la enzima fenilalanina hidroxilasa hepática
presentando, en cambio, dificultades de atención y de que transforma la proteína fenilalanina en tirosina. Como
pensamiento abstracto. Algunos trastornos de conducta consecuencia del bloqueo enzimático, los pacientes, al
asociados al síndrome son: baja tolerancia a la frustración consumir alimentos que contienen elevadas cantidades
reaccionando con rabietas y muestras de agresividad, de fenilalanina (leche, carne, huevos, queso y algunas
pensamientos obsesivos y conductas compulsivas como frutas y legumbres), acumulan fenilalanina y metabolitos
coleccionar objetos de forma descontrolada o rascarse secundarios en fluidos fisiológicos que son tóxicos para
compulsivamente la piel. Los rasgos físicos diferenciales el cerebro, causando deficiencia mental grave que puede
son baja estatura, hipogonadismo, hipogenitalismo, evitarse si se somete al paciente a una dieta restringida
hipotonía, diámetro craneal reducido, ojos almendrados, en fenilalanina desde los primeros días de vida (Nunes,
estrabismo o miopía, boca pequeña y labios finos, manos Ugarte, Lázaro y Torra, 2004, 2009). Afecta a 1 de cada
pequeñas e hipopigmentación en piel, ojos y cabello (Miró 5.000-10.000 nacimientos. También pueden presentar
y cols., 2004, 2009; Salvador y Rodríguez-Blázquez, impulsividad, irritabilidad, inmadurez y agresividad, malas
2001). relaciones sociales, y alteraciones del estado de ánimo. No
Síndrome de Angelman.  Descrito en 1965 por existen rasgos físicos diferenciales, a excepción de un olor
Angelman, también se debe a la pérdida de material característico en la orina y erupción cutánea, en pacientes
genético en el cromosoma 15, pero en este caso de herencia no tratados (Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001).
materna. Se estima una incidencia de 1 caso de cada 15.000- Galactosemia.  Descrita en 1935, es una enfermedad
30.000 nacimientos. No se reconoce el trastorno hasta los congénita del metabolismo de los glúcidos, que se
6 o 12 meses de edad, cuando aparece un cier­to retraso manifiesta durante la lactancia a partir del cuarto o
en el desarrollo psicomotor. Se caracteriza por retraso quinto día de vida, y que se caracteriza por ictericia,
mental grave o profundo, graves trastornos de adquisición rechazo del alimento, letargia, hepatomegalia, edema
y expresión del lenguaje, problemas psicomotores como y ascitis que, en los casos no tratados, suelen llevar a
marcha atáxica, dificultades para mantener el equilibrio la muerte por insuficiencia hepática y renal y sepsis. Es
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y coordinar movimientos, convulsiones, estereotipias, y un defecto enzimático que consiste en la deficiencia de


temblores en las extremidades, la mayoría no anda hasta galactosa-1-fosfato uridiltransferasa (enzima encargada
los 3 o 4 años y el 10% de los niños no llega a caminar; de transformar la galactosa en glucosa), y su falta
problemas para succionar y tragar, por lo que pueden transforma la galactosa en galactitol. Tan pronto como
tener trastornos digestivos; hiperactividad, trastornos se sospeche el diagnóstico, es importante suspender la
del sueño, brotes de risa inapropiados, gritos y aleteos administración de leche, y el tratamiento de por vida
de las manos ante cualquier estímulo; suelen tener una consiste en la eliminación de la galactosa de la dieta.
importante hipopigmentación en piel, ojos y cabello, y La incidencia es de 1 por cada 62.000 nacimientos.
presentan estrabismo (Miró y cols., 2004, 2009; Salvador En los pacientes que logran sobrevivir sin diagnóstico
y Rodríguez-Blázquez, 2001). o en aquellos en quienes el tratamiento dietético no
Síndrome de Cornelia de Lange.  Aunque no existe es el adecuado, la galactosemia conduce a ceguera
un acuerdo definitivo, se estima que este síndrome es por cataratas, cirrosis hepática, retraso mental grave e
de origen genético. Su incidencia es de 1 caso de cada insuficiencia en el desarrollo neurológico en los primeros
10.000-50.000 nacimientos. La mayoría de personas meses de vida (Briones, Domínguez y Girós, 2009;
afectadas presentan retraso mental entre moderado y Briones y Girós, 2004; Garber, 1991).
grave, así como alteraciones del lenguaje que van desde las Síndrome de Lesch-Nyhan.  Enfermedad congénita
dificultades en la articulación y la expresión oral hasta la con carácter recesivo ligada al cromosoma X, por lo que
ausencia total de lenguaje; alteraciones auditivas, visuales aparece casi exclusivamente en hombres, siendo las mujeres
y gastrointestinales; crisis epilépticas en un 20% de los portadoras asintomáticas. Es un trastorno provocado
casos; presentan un buen nivel en memoria visoespacial, por una deficiencia de la enzima hipoxantina-guanina
y habilidades de organización perceptual, por lo que se fosforribosiltransferasa,lo que provoca una superproducción
considera idóneo para su desarrollo el aprendizaje por de ácido úrico (con hiperuricemia y aumento de eliminación
ordenador. Asimismo, presentan trastornos conductuales renal de ácido úrico). Afecta a 1 de cada 300.000
e-838 Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia

nacimientos. Los primeros síntomas se manifiestan al poco el desarrollo cognitivo, en las relaciones y habilidades
tiempo de nacer, y se caracterizan por retraso psicomotor sociales (manifestando aislamiento, incapacidad de
grave, con imposibilidad de deambulación, espasticidad, comprensión de las demandas sociales, falta de contacto
hipertonía, movimientos involuntarios y coreoatetosis visual), en la comunicación (ausencia de comunicación o
constantes, retraso mental, alteraciones del lenguaje, y pobreza de lenguaje, con estereotipias y repeticiones del
conductas de automutilación con lesiones graves por lenguaje), y en la actividad imaginativa y creativa (falta
mordeduras en dedos y boca, lo que lleva a que a menudo de juego imaginativo); asimismo, los afectados presentan
los pacientes requieran diversas formas de contención intereses y actividades limitados. Su prevalencia es de
mecánica para evitar que se lesionen. A veces aparecen unos 4,5 casos por cada 10.000 habitantes. Se desconocen
formas de comportamiento agresivo, como dar patadas, las causas, pero la amplia variedad en la expresión del
insultar o escupir. A pesar del tratamiento farmacológico autismo sugiere la posible multicausalidad con diferente
para inhibir la producción de ácido úrico, a largo plazo grado de afectación de las estructuras cerebrales. Un
no pueden modificarse las manifestaciones neurológicas 75% de niños autistas presentan retraso mental, aunque
asociadas. Estos pacientes requieren atención constante es difícil la obtención del cociente intelectual debido a los
y pueden emplearse medidas para mejorar su calidad de problemas conductuales y de comunicación (Salvador y
vida, como utilizar sillas de ruedas acolchadas, proteger Rodríguez-Blázquez, 2001).
manos y pies de traumatismos, entrenamiento conductual, Parálisis cerebral.  El término hace referencia a
o educación adaptada (García Puig, 2004; García-Puig y un grupo de trastornos del control del movimiento
Torres, 2009; Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001). provocados por una alteración o lesión cerebral
Hidrocefalia.  Síndrome consistente en la dilatación adquirida durante el embarazo o en el nacimiento, y
de una parte o de la totalidad del sistema ventricular, que aparece en la lactancia o en los primeros años de
debida a la presión ejercida sobre sus paredes por el la niñez. Las manifestaciones más frecuentes de estos
líquido cefalorraquídeo (LCR) como consecuencia de trastornos crónicos son la epilepsia, las alteraciones
un desequilibrio entre su producción y su reabsorción. de la visión, los problemas motores y de coordinación,
Puede obedecer a numerosas causas. El síntoma principal como coreoatetosis, diplejía espástica (marcha en tijera),
es el aumento progresivo del tamaño de la cabeza en los hemiplejía o síndromes extrapiramidales heterogéneos,
primeros meses de vida; los ojos se desvían hacia abajo trastorno primario de los movimientos voluntarios y,
con parálisis de la elevación conjugada de la mirada; aunque la mayoría de personas afectadas tienen un nivel
la hipertensión intracraneal se manifiesta con vómitos, intelectual normal, entre el 6 y el 10% de casos presentan
somnolencia y parálisis unilateral o bilateral del nervio retraso mental. La prevalencia es de aproximadamente
ocular externo; otros signos neurológicos son cefaleas, el 0,25% de la población. Las principales causas son las
espasticidad en extremidades inferiores, temblor, ataxia infecciones durante la gestación, nacimiento prematuro
y torpeza en los movimientos finos de las manos. A (menos de 28 semanas de gestación), hipoxia perinatal, y
veces se restablece un equilibrio entre la producción y la anomalías en el desarrollo cerebral de causa desconocida
absorción de LCR, y el paciente puede llegar a la edad (Caviness, 1997; Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001).
adulta asintomático o sólo con ligera espasticidad, retraso
mental o crisis epilépticas. El tratamiento es quirúrgico
PREVALENCIA
(Alfaro, 2004, 2009).
Síndrome alcohólico fetal.  Trastorno provocado por La tasa de prevalencia de retraso mental actual varía en
un consumo excesivo de alcohol durante la gestación, función de las definiciones utilizadas, los métodos de
especialmente durante el primer trimestre. Es la principal evaluación empleados y la población estudiada. Según la
causa no genética de retraso mental y se da en 1-2 casos APA (2000) se ha estimado en aproximadamente un 1%.
de cada 1.000 recién nacidos. El grado de deficiencia es El cambio de criterios diagnósticos utilizados incorpo-
entre ligero y moderado. La exposición fetal al alcohol rando los factores de adaptación, así como el desarrollo
provoca inmadurez y anormalidades en el sistema nervioso de técnicas de diagnóstico precoz, y la mejora de las con-
central, produciendo dificultades en la adquisición de diciones de vida en muchos países, han contribuido a la
las habilidades motrices, alteraciones del crecimiento, disminución del porcentaje de la población afectada de
malformaciones craneofaciales y problemas cardíacos retraso mental, que la OMS estima actualmente en apro-
derivados. Asimismo, muestran problemas de atención ximadamente el 1,5% de la población general de países
y concentración, hiperactividad y trastornos del sueño. con economía consolidada, siendo de un 4% en los países
Los rasgos físicos característicos son microcefalia, ojos no desarrollados (Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001).
pequeños y con fisuras palpebrales, y el labio superior Asimismo, cabe señalar el aumento significativo de las
fino (Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001). expectativas de vida de las personas con retraso mental
Otros trastornos conocidos que pueden cursar con en los últimos 50 años, pasando la media de vida de 27-
retraso mental son los siguientes: 30 a 63 años, aproximadamente. Según un estudio de
Autismo.  Trastorno que se manifiesta antes de los 3 2001 realizado en España por el Instituto Nacional de
años de edad, y que se caracteriza por alteraciones en Estadística (citado en Rodríguez y De Pablo-Blanco,
Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia e-839

2004), en la población general por encima de los 6 años, secundario, por basarse en criterios inexistentes. Las nue-
la tasa de retraso mental global es del 0,38%, siendo el vas concepciones afirman que el trastorno emocional y el
grave y profundo de 0,09%, el moderado de 1,7%, y el trastorno intelectual son dos dimensiones diferentes, y
leve y límite de 1,2%. Por lo que se refiere al género, es- permiten el diagnóstico de ambos («diagnóstico dual o
tima un 4,5% de hombres y un 3,2% de mujeres. Por múltiple») y el reconocimiento del derecho de los afecta-
grupos de edad, el estudio indica que, entre los 6 y 16 dos a recibir los cuidados necesarios y a tener los servi-
años, se encuentra un 4,4% de retraso mental; entre los cios apropiados para cada uno (Salvador y Rodríguez-
17 y 24 años, un 5,3%; entre los 25 y 44 años, un 5,5%; Blázquez, 2001). Según estos autores y otros como
entre los 45 y 64 años, un 2,2%; entre los 65 y 79 años, Emerson (2003) o Myrbakk y Von Tetzchner (2008), las
un 0,9%, y con 80 años o más, un 0,4%. En cuanto a la personas adultas con retraso mental pueden presentar los
distribución según el grado de afectación de la población mismos tipos de trastornos mentales que las personas sin
con retraso mental, un 85% corresponde a retraso men- esta discapacidad, aunque la forma de presentación de
tal leve, un 10% a retraso mental moderado, entre un 3 los síntomas puede ser distinta y su diagnóstico, más di-
y un 4% a retraso mental grave, y entre un 1 y un 2% a fícil, debido a los problemas de expresión, lenguaje y
retraso mental profundo. Estos últimos datos se corres- comunicación en general, especialmente si la deficiencia
ponden con los de la APA, señalados por Salvador y es grave o profunda.
­Rodríguez-Blázquez (2001). Según estos mismos autores, Verdugo y Gutiérrez-Bermejo (2003, 2009) establecen
los niveles grave y profundo de retraso mental se distri- la diferencia entre enfermedad mental y retraso mental,
buyen de forma uniforme entre todas las clases sociales, describiendo la primera como una discapacidad psicoló-
mientras que la forma leve es más frecuente en los estra- gica asociada a una disfunción emocional, social y de la
tos sociales más bajos, debido a la influencia de los facto- personalidad, y el segundo como una discapacidad cog-
res ambientales como la desnutrición y la deprivación nitiva debida a la interacción entre una persona que po-
afectiva o cultural, que afectan al desarrollo cerebral y al see un funcionamiento intelectual limitado y su entorno
intelectual y emocional, respectivamente. (según la definición de la AAMR de 1992).
En cuanto a la incidencia de los factores predisponen- Asimismo, la etiología de los dos diagnósticos es dife-
tes, el DSM-IV-TR (APA, 2000) señala que en el 30-40% rente, aunque algunos aspectos como los sociales pueden
de los casos de retraso mental que acuden a centros asis- estar presentes en ambos. En general, los factores deter-
tenciales, no puede identificarse una etiología clara. En minantes de la presencia de trastornos psicológicos en
cuanto al resto, según el DSM-IV (APA, 1994) parece personas con retraso mental son los mismos que en per-
que las causas son en un 50% factores hereditarios, en un sonas sin esta deficiencia (Koskentausta, Livanainen y
30% alteraciones tempranas del desarrollo embrionario, Almqvist, 2007):
en un 10% problemas durante la gestación o perinatales, Factores biológicos.  Derivados de las teorías genéticas
en un 5% trastornos somáticos durante la niñez y en un y neuroquímicas (p. ej., conductas problemáticas como
15-20% son debidos a la influencia del entorno y trastor- autolesiones, hiperactividad y tendencia a la ansiedad,
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nos mentales. Según Salvador y Rodríguez-Blázquez asociados a una irregularidad genética como el síndrome
(2001) las alteraciones cromosómicas causan el 12% de de la X frágil).
los casos de retraso mental. Factores psicosociales.  Muchas de las personas con
retraso mental son conscientes de sus limitaciones y de los
rechazos que pueden generar, y presentan problemas para
ASPECTOS PSICOPATOLÓGICOS desarrollar un repertorio de defensas compensatorias.
Están expuestas a la etiquetación, al rechazo social, a
Comorbilidad la segregación, a la restricción de oportunidades y son
Hasta hace muy poco tiempo y, especialmente dentro del vulnerables al maltrato. Todo ello contribuye a generar
ámbito profesional, no se concebía que las personas con ciertos desajustes emocionales ante los que los sujetos
retraso mental pudiesen presentar trastornos psicológi- con deficiencia mental carecen de recursos para hacerles
cos. Usualmente se consideraba que éstos eran un aspecto frente. A su vez, esto comporta consecuencias negativas
de la conducta de las personas con deficiencia mental y como sufrimiento personal, perjuicios en su calidad de
por tanto se atribuían al daño intelectual. Se daba, pues, vida, en su integración social, en su comportamiento
el fenómeno del «eclipse diagnóstico» (término acuñado adaptativo y en su funcionamiento intelectual, entre
por Reiss, Levitan y Szyszko, 1982), según el cual la pre- otros.
sencia del retraso mental reduce la importancia diagnós- Aunque se hace difícil obtener un índice de prevalencia
tica de un problema de conducta que le acompaña (Reiss de trastorno psiquiátrico en retraso mental, la mayoría de
y Szyszko, 1983, citado en Verdugo y Gutiérrez-Bermejo, los estudios están de acuerdo en que los sujetos con defi-
2003, 2009). Esta concepción ofrecía distintos problemas ciencia mental son más vulnerables al desarrollo de tras-
como la poca atención en cuanto a servicios de salud tornos emocionales o psiquiátricos que los sujetos sin re-
mental, o la imposibilidad de determinar u objetivar me- traso (Eaton y Menoslacino, 1982; Koller, Richardson,
diante instrumentos qué problema era primario y cuál Katz y McLaren, 1983; Rutter, Tizard, Yule, Graham y
e-840 Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia

Whitmore, 1976 [citados en Verdugo y Gutiérrez-Bermejo, conductas auto o heteroagresivas, insomnio o hipersomnia,
2003, 2009]; Einfeld, S.L., 1992; Masi, G, 1998; Tsakani- ansiedad, cambios periódicos, y formas encubiertas, mixtas
kos, Bouras, Costello y Holt, 2007). Autores como Salva- o asociadas a psicosis. El diagnóstico es más difícil en
dor y Rodríguez-Blázquez (2001) comentan que entre un personas con retraso mental grave y profundo. Pueden darse
25 y un 59% de los adultos con retraso mental presenta casos de suicidios en adolescentes, especialmente en sujetos
algún tipo de trastorno conductual. Se apuntan como con deficiencia mental leve (Ebensen y Benson, 2006).
factores de riesgo las limitaciones socioadaptativas, el Ansiedad.  Presente en la dinámica de la mala
deterioro del sistema nervioso central, limitaciones en el adaptación, se puede dar cualquier manifestación de
crecimiento personal y emocional, así como deterioros su espectro: miedos, fobias, ansiedad generalizada,
sensoriales o motores, pobre desarrollo del lenguaje y en somatizaciones, distimias, trastornos por evitación,
la habilidad para expresar necesidades, deterioro en la angustia de separación, o ataques de pánico entre
memoria y en la transferencia de aprendizajes, baja au- otros. La ansiedad social puede darse en personas
toestima, defensas personales atípicas que influyen en un con retraso mental con suficiente reconocimiento de
incremento de conductas obsesivas, y vulnerabilidad en la sí mismos, con tendencia a la aquiescencia y que no
edad adulta y falta de ajuste al entorno (Koskentausta, hayan recibido aprendizaje para desarrollar habilidades
Livanainen y Almqvist, 2007). sociales, presentando miedo a la evaluación negativa
Según el nivel de retraso mental, los trastornos psico- por parte de los demás ante un fracaso en las relaciones
lógicos pueden presentarse de distintas formas (Verdugo interpersonales, así como sentimientos de incapacidad
y Gutiérrez-Bermejo, 2003, 2009): para satisfacer la imagen que desean dar socialmente.
1. Las personas con retraso mental grave y profundo Por otro lado, el trastorno obsesivo-compulsivo resulta
suelen presentar trastornos del sistema nervioso cen- de difícil diagnóstico en personas con retraso mental
tral, problemas de lenguaje, sensoriales o motores, lo debido a su dificultad para describir los pensamientos e
que propicia dificultades en las relaciones interperso- ideas persistentes y la irracionalidad de las compulsiones,
nales ante cualquier situación de estrés o de pequeños y puede evaluarse a partir de la observación directa. La
cambios en su vida diaria, y pueden llevarlos a expre- etiología de ciertos rituales obsesivos frecuentes en la
sarse en forma de conductas agresivas, autolesivas o adolescencia, como balanceos, gestos o tocar objetos o
autoestimulatorias. personas, resulta discutible.
2. En los sujetos con retraso mental moderado, aunque Psicosis.  Quizás el paradigma de las psicosis infantiles
pueden aprender aspectos del lenguaje, de autocuida- es el autismo. Aunque resulta difícil la evaluación del
do o habilidades de la vida diaria, éstos son funciona- nivel intelectual de los niños autistas a causa de las
les, por lo que pueden llegar a expresar sus emociones interferencias de las alteraciones conductuales, parece
a través de conductas desadaptativas como tristeza, haber una prevalencia de retraso mental del 75-85%.
excesiva introversión, evitación, e incluso estados de- Los niños deficientes mentales con trastornos psicóticos
presivos. presentan alteraciones del comportamiento que
3. Las personas con retraso mental leve presentan una causan dificultades de adaptación, como autoagresión,
apariencia próxima a la normal, lo que puede llevarles estereotipias, autoestimulación, ausencia de respuesta
a expectativas poco realistas y a fracasos interperso- ante estímulos verbales o gestuales, dificultades de
nales; al ser conscientes de sus limitaciones y dificulta- comunicación con los demás, resistencia al aprendizaje de
des y de las presiones sociales como la falta de acepta- nuevas habilidades y fluctuaciones del estado de ánimo.
ción o la explotación, suelen desarrollar sintomatología Trastornos orgánico-cerebrales (demencia).  Suelen
depresiva como baja autoestima, sentimientos de ine- ser cada vez más habituales debido al incremento de la
ficacia, pasividad, falta de iniciativa o necesidad de esperanza de vida de las personas con retraso mental
protección. (se habla del 65% de diagnóstico de demencia tipo
Algunos de los trastornos emocionales más frecuentes Alzheimer en personas con síndrome de Down de más
de la población con retraso mental son los siguientes de 60 años). Se caracteriza por un deterioro progresivo
(Rodríguez-Sacristán, 2000; Rodríguez-Sacristán y Buce- de todas las funciones y puede presentar síntomas como
ta, 1998; Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001; Verdugo pérdida de habilidades, aislamiento social, problemas
y Gutiérrez-Bermejo, 2003, 2009): conductuales, epilepsia o depresión, junto a un deterioro
Depresión.  Con una prevalencia estimada físico y cognitivo acelerado asociado a incontinencia
comprendida entre el 3 y el 6% (Reiss, 1990), y asociada urinaria y fecal en fases avanzadas.
a bajo apoyo social y carencia de habilidades sociales, se
da especialmente en personas que se encuentran aisladas,
Áreas de afectación
solas o carentes de apoyo en momentos de adversidad.
Los síntomas más frecuentes son inhibición, pérdida de Aspectos cognitivos.  En los distintos cuadros de retraso
interés por las actividades diarias, baja autoestima, quejas mental se produce una lesión cerebral que supone un
somáticas, trastornos del apetito y cambio de peso, tristeza, déficit intelectual o cognitivo general. Aunque existen
llanto espontáneo, irritabilidad, aparición o incremento de déficits cognitivos asociados a distintos síndromes, se
Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia e-841

pueden determinar disfunciones comunes en el retraso parámetros, intensidad, frecuencia y duración, y en fun-
mental. Algunas de ellas se exponen seguidamente (Ro- ción de su impacto sobre el individuo y la sociedad, con-
dríguez y De Pablo-Blanco, 2004): llevan una restricción significativa en su participación
Aprendizaje.  Lentitud en la adquisición de social o comprometen su propia integridad o la de los
conocimientos y dificultad en el mantenimiento y demás». En ocasiones, el trastorno de la conducta se da
consolidación de aquéllos. como diagnóstico dentro del retraso mental, y para ello
Memoria.  Disminución de esta capacidad, dificultades debe cumplir los criterios de frecuencia diaria, restric­
en la utilización de estrategias de almacenamiento ción en la participación de la persona en actividades
y recuperación de la información, problemas con la o programas, necesidad de intervención por parte del
memoria serial (relativa al orden de los acontecimientos) personal de atención directa y presencia de posibles lesio-
y procedimental. nes o daños (Emerson, 2001; Emerson, Moss y Kiernan,
Atención.  Disfunciones en la atención selectiva y 1999; Myrbakk y Von Tetzchner, 2008). Otras veces, las
sostenida, y problemas en su focalización. alteraciones comportamentales se consideran como signo
Información. Dificultades en la integración de la o síntoma de un trastorno psicopatológico si se producen
información y aumento de la latencia de respuesta debido dentro de un patrón general de síntomas descritos como
a la lentitud en el procesamiento de ésta. un trastorno psiquiátrico en los manuales de clasificación
Lenguaje y comunicación. Dificultades en el lenguaje diagnóstica, y si ese trastorno ha provocado un deterioro
no verbal (gesticulación, contacto ocular), problemas de significativo en las habilidades y conducta del sujeto. Asi-
fonología (articulación o discriminación de fonemas), mismo, las alteraciones de conducta pueden representar
de morfosintaxis (proposiciones, tiempos verbales, un síntoma de un trastorno médico, la forma de expre-
oraciones complejas), de léxico (vocabulario reducido), sión de la persona con retraso mental (especialmente en
habla retardada, trastornos de la voz, tartamudez y discapacidades severas) (Carr, Horner, Turnbull, Marquis,
otros problemas referenciales o del uso inadecuado del Magito McLaughlin, McAtee, Smith, Anderson Ryan,
lenguaje en diferentes contextos sociales. Hay que tener Ruef y Doolabh, 1999; Horner, 2000), o una manifesta-
en cuenta que la identificación del tipo de problema de ción de un fenotipo comportamental, es decir, patrones
lenguaje no es fácil debido a la presencia de variables conductuales específicos característicos de determinados
neurológicas y cognitivas (Rodríguez-Sacristán, 2000; síndromes.
Rodríguez-Sacristán y Buceta, 1998). A menudo, los trastornos del comportamiento que
Aspectos afectivos.  El área emocional y toda su dinámica, presentan las personas con deficiencia mental, son los
la capacidad de vinculaciones afectivas y los sentimientos responsables de sus dificultades de adaptación al entor-
representan una parte esencial en la personalidad de los no. Son de índole muy variada y de difícil clasificación.
sujetos con deficiencia mental. Estas experiencias Algunos autores han realizado una aproximación clasifi-
determinan la organización de los comportamientos en el catoria de la siguiente manera (Rodríguez y De Pablo-
futuro. Los aspectos afectivos modulan los aspectos Blanco, 2004):
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cognitivos, dándose mecanismos de inhibición, represión y Conductas disociales.  Asociadas a una amenaza
frustración de forma intensa. La persona con retraso mental para sí mismo o para los demás, como las auto o
es más vulnerable e indefenso ante las exigencias del heteroagresiones (darse golpes, golpear a los demás,
entorno, pudiendo originar indefensión aprendida, entre morder, empujar, etc.), que supone una transgresión de las
otras dificultades (Rodríguez-Sacristán, 2000; Rodríguez- normas de conducta social.
Sacristán y Buceta, 1998). Algunos de los problemas más Conductas no disociales.  Hacen referencia a un
comunes dentro del área afectiva son: baja autoestima, deterioro en la participación en actividades, como
sentimientos de ineficacia, pasividad, falta de iniciativa y aislamiento, pasividad, conductas estereotipadas o
necesidad de protección, frustración, baja tolerancia a la autoestimulatorias, hiperactividad o gritos, entre otras,
misma, irritabilidad, autopunición y, a veces, conducta lo que ocasiona dificultades en su integración.
impredecible e impulsividad. Según los mismos autores, En general, se consensúa que los problemas de con-
existen diversos mecanismos de defensa que intervienen en ducta más importantes que pueden presentar las perso-
los cambios en las organizaciones emocionales de las nas con deficiencia mental son los siguientes (Salvador y
personas con retraso mental: inhibición, compensación, Rodríguez-Blázquez, 2001; Verdugo y Gutiérrez-Berme-
hostilidad, reacciones paradójicas, cansancio, admiración e jo, 2003, 2009):
identificación, que influyen en la disminución de la Estereotipias.  Conductas motoras repetitivas,
productividad psíquica, la calidad de las experiencias o la rítmicas e irrelevantes (balanceo corporal, chasquear los
capacidad comunicativa, y participan en las estructuras dedos, agitar las manos, golpear objetos).
psicopatológicas que puedan presentarse. Autolesiones.  Conductas repetitivas y rítmicas que
Alteraciones del comportamiento.  Según Rodríguez y a menudo conlleva daño físico a la persona que las rea­
De Pablo-Blanco (2004), se entienden por alteración de la liza (golpearse la cabeza con la mano o con un objeto,
conducta «aquellos comportamientos, aprendidos e ina- morderse los brazos o las manos o las uñas, hurgarse en
decuados, referidos a situaciones del entorno que por sus los ojos, tirarse del pelo, pellizcarse).
e-842 Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia

Agresiones.  Conductas físicas o verbales intensas no se da la afectación generalizada del desarrollo intelec-
y violentas que producen consecuencias aversivas o de tual o la capacidad adaptativa. Asimismo, también pue-
daño en el otro. Suelen estar motivadas por miedo o por den diagnosticarse cuando existe deficiencia mental si la
enfado, o bien como forma de manipulación deliberada alteración es mayor a la esperada por el nivel de retraso.
de otras personas (pueden darse rabietas en las que se Los trastornos generalizados del desarrollo se caracteri-
combinan conductas como llorar, gritar, discutir, dañar a zan por una afectación cualitativa de la interacción so-
otros, destruir objetos). cial y de las habilidades de comunicación, y el retraso
Conducta social inapropiada.  Conductas mental suele acompañar a estos trastornos. En algunos
antisociales no en el sentido de enfrentamiento deliberado casos, el retraso mental se inicia después de un período
a las normas sociales, sino debidas a la carencia de normal, recibiendo el diagnóstico adicional de demencia.
habilidades más adecuadas (robar o acumular cosas, Este diagnóstico requiere que los déficits cognoscitivos
mentir, mostrarse excesivamente afectuoso con personas representen una disminución significativa del nivel pre-
extrañas, gritar obscenidades, conductas sexuales vio de capacidades. Al ser difícil la determinación de este
inapropiadas como desnudarse o masturbarse en público, nivel en niños de corta edad, el diagnóstico de demencia
pedofilia o promiscuidad). no resulta apropiado antes de los 4 o 6 años y, en gene-
Conductas disruptivas.  Que interfieren en las ral, suele establecerse con anterioridad a los 18 años
actividades de los demás (molestar, interrumpir). cuando la alteración no se tipifica satisfactoriamente
Retraimiento.  Actitud de aislamiento, no sólo con el diagnóstico de retraso mental. En el caso de
participación en el entorno, e inhibición conductual. la capacidad intelectual límite (CI entre 71 y 84), se re-
Falta de atención. quiere de una cuidadosa consideración de toda la infor-
Conductas no colaboradoras. mación disponible del paciente, dada la dificultad de di-
Trastornos en la regulación física.  Excesos de ferenciación con el retraso mental leve (CI de 70 o in­
conductas que tienen lugar como consecuencia de falta ferior), especialmente cuando coexisten otros trastor­
o pérdida de autorregulación en las funciones corporales nos mentales. Teniendo en cuenta que una puntuación
(enuresis, encopresis, babeo, comer en exceso o rechazar CI puede entrañar un error de medida de unos 5 puntos,
comida, otras conductas que también se pueden considerar se puede dar un diagnóstico de retraso mental en sujetos
ritualísticas o autolesivas como hiperventilación, vomitar, con CI entre 71 y 75 si además presentan alteraciones de
jugar con las heces o comérselas). la actividad adaptativa.
Trastornos emocionales específicos.  Como ya se
ha mencionado, en ocasiones los trastornos emocionales
EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO
(fobias, depresiones, ansiedad social, adicción, etc.) pueden
ser la causa de problemas de comportamiento (p. ej., La nueva concepción de retraso mental propuesta por la
presentar una estereotipia para intentar aliviar una fobia). AAMR (2002) presenta una perspectiva ecológica y, como
Según Harrison (1987), en la bibliografía médica se ya hemos mencionado con anterioridad, multidimensional,
informa de que a mayor edad del individuo, la prevalen- que refleja la interacción de la persona y su ambiente.
cia de los trastornos comportamentales disminuye; asi- Para determinar todo ello, la misma AAMR propone
mismo, a mayor grado de afectación cognitiva o funcio- emplear el «Proceso de tres funciones», con el fin de es-
nal, mayor tasa de alteraciones de la conducta. En general, tablecer el diagnóstico, las capacidades y limitaciones y el
las personas con retraso mental medio o ligero presentan perfil de apoyos de la persona con deficiencia mental:
los mismos problemas de conducta que las personas sin 1. Determinar si se cumple el diagnóstico de retraso
deficiencia de edad similar, y las personas con retraso mental según los criterios de:
mental grave o profundo presentan problemas de com- a. Limitaciones significativas en el funcionamiento
portamiento más severos como autolesiones o estereoti- intelectual.
pias (Verdugo y Gutiérrez-Bermejo, 2003, 2009). b. Limitaciones significativas en la conducta adaptativa.
c. Edad de aparición antes de los 18 años.
2. Clasificar y describir las capacidades y limitaciones del
Diagnóstico diferencial individuo, a lo largo de las cinco dimensiones:
Según el DSM-IV-TR (APA, 2000), debe establecerse el a. Capacidades intelectuales.
diagnóstico de retraso mental siempre que se cumplan b. Conducta adaptativa.
los criterios diagnósticos, prescindiendo de la posible c. Participación, interacciones y roles sociales.
presencia de otro trastorno. El diagnóstico diferencial se d. Salud física y mental y factores de riesgo etiológico.
realizará con los trastornos del aprendizaje, trastornos e. Contexto social (ambiente, cultura y oportunidades).
de la comunicación, trastornos generalizados del desa- 3. Perfil de apoyos: Identificar el tipo de apoyos necesarios,
rrollo, demencia y capacidad intelectual límite. En los su intensidad, y la persona responsable de proporcio-
dos primeros, siempre que no estén asociados al retraso narlo, en cada una de las nueve áreas siguientes, para
mental, se observa la alteración del desarrollo de un área mejorar el funcionamiento del individuo en su vida co-
específica, como la lectura o el lenguaje expresivo, pero tidiana:
Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia e-843

a. Desarrollo humano. problema, y en ellos se especifican parámetros de frecuen-


b. Enseñanza y educación. cia, intensidad o duración de aquél. También se utilizan
c. Vida en el hogar. para el seguimiento de ciertos programas de intervención
d. Vida en la comunidad. como los de habilidades ocupacionales, sociales o de la
e. Empleo. vida diaria, así como para valorar aspectos sobre el con-
f. Salud y seguridad. texto social y la intervención de la persona con retraso
g. Área conductual. mental en su entorno. Se ha de tener en cuenta una serie de
h. Área social. características: a veces resulta conveniente la presencia de
i. Protección y defensa. más de un observador para que la fiabilidad de los datos
Se dispone de diferentes procedimientos para la eva- obtenidos sea mejor; el evaluador ha de tener instrucciones
luación de las principales áreas de diagnóstico, especial- definidas y precisas sobre el procedimiento de la conducta
mente para las aptitudes intelectuales, la conducta adap- a observar; el tipo registro dependerá del tipo de conducta
tativa y los trastornos psicológicos asociados a la que se ha de observar y, a menudo, la observación resulta
deficiencia mental. Éstos incluyen la entrevista, la obser- más fiable y se facilita la tarea del evaluador si en el registro
vación directa, los registros, y los cuestionarios, inventa- se indican aspectos concretos a observar. Recomendamos
rios y escalas. Cabe mencionar, además, la utilización de el capítulo sobre «Evaluación» de la obra de Rodríguez y
otros procedimientos de evaluación complementarios, De Pablo-Blanco (2004) en el que se exponen algunos
como la revisión de la historia clínica, el juicio clínico, la ejemplos de registros observacionales específicos de algunas
evaluación basada en el currículo (de aplicación en el conductas, ocupaciones o habilidades.
ámbito escolar) o la evaluación ecológica comportamen-
tal (para instaurar habilidades prácticas con el fin de
Cuestionarios, inventarios y escalas
mejorar la autonomía del sujeto en los ambientes más
relevantes tanto presentes como futuros). Estos instrumentos son ampliamente utilizados en la eva-
luación de la inteligencia, la conducta adaptativa y los
trastornos psicopatológicos asociados. A continuación
Entrevista semiestructurada señalaremos algunos de los más empleados en estas tres
Es el procedimiento más utilizado para determinar la áreas, aunque cabe mencionar que, en muchos casos, no
presencia de trastornos asociados. Aplicada a familiares nos consta la adaptación española y, en algunos, ni tan
y al usuario se utiliza tanto en la valoración física y psi- siquiera la traducción.
cológica, como en la de los aspectos sociofamiliares. Su Evaluación de la inteligencia.  Dado que todas las
aplicación requiere planificar la entrevista a partir de la definiciones de retraso mental hacen referencia a un
revisión de los datos que se posean, iniciarla con temas funcionamiento intelectual significativamente inferior al
sencillos para que el paciente se sienta cómodo, adaptar- promedio como uno de los criterios diagnósticos
se a sus capacidades comunicativas y utilizar lenguaje (aproximadamente dos desviaciones típicas por debajo de
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sencillo, formular preguntas breves y abiertas, asegurarse la media), su evaluación es esencial para realizar el
que las entiende, evitar la tendencia a la aquiescencia diagnóstico de deficiencia mental.
evitando preguntas que incluyan la respuesta o formula- Existen dos grandes teorías sobre la inteligencia: Por un
ciones positivas repetitivas, y mostrar flexibilidad. Se lado, la inteligencia general «G», con las teorías de Spear-
dispone de algunas entrevistas clínicas estandarizadas man (1927), Thurstone (1938) y Carroll (1993) (citados
como la PAS-ADD, de Moss y cols. (1998. Adaptación en AAMR, 2002, y en Rodríguez y De Pablo-Blanco, 2004)
española de González-Gordon y cols., 2002), entrevista que utilizan el análisis factorial para estudiar los distintos
semiestructurada que, con lenguaje adaptado, explora componentes de aquélla, y que sugieren que la inteligencia
todos los trastornos psicopatológicos (Rodríguez y De es una capacidad mental general que engloba habilidades
Pablo-Blanco, 2004). diferentes (Alonso Tapia, 2002; Calero y Padilla, 2007).
Por otro lado, y como contrapunto a la posición unifacto-
rial, se encuentra el modelo de la inteligencia como un
Observación directa y registros constructo multidimensional, propuesto por teóricos como
conductuales Cattell (1963), Horn y Cattell (1966), Gardner (1983;
Constituyen otro de los métodos más importantes para la 1993; 1998), Sternberg (1988), Das, Naglieri y Kirby
valoración multidimensional de las personas con retra­ (1994), Greenspan (1981; 1996; 1997), Greenspan y
so mental. Se utilizan para la elaboración de hipótesis Granfield (1992), Greenspan, Switzky y Granfield (1996),
explicativas de un determinado problema a través del y Greenspan y Love (1997) (citados en AAMR, 2002), que
análisis funcional, obtenido después de realizar un regis­­ proponen varios factores de inteligencia para explicar las
tro funcional en el que se especifican los antecedentes, habilidades intelectuales. La mayoría de estos modelos de
la conducta y los consecuentes de un acontecimiento. Asi- inteligencias múltiples, aunque interesantes y prometedo-
mismo, los registros topográficos son de utilidad para po- res, carecen por el momento de base empírica y de valida-
der llevar a cabo el seguimiento de la evolución de un ción psicométrica, por lo que, actualmente persiste el
e-844 Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia

c­ onsenso de que la capacidad intelectual está conceptuali- WISC-IV, Escala de inteligencia de Wechsler para
zada y representada de la mejor manera por un factor co- niños IV  (Wechsler, 2003. Adaptación española de TEA
mún de inteligencia general. Ediciones, 2005). Nueva versión revisada, modificada y
La AAMR define, de forma consensuada, la inteligen- actualizada del WISC clásico (Wechsler Intelligence Scale
cia como «la capacidad mental general que incluye la for Children, 1949) y del WISC-R (Wechsler Intelligence
habilidad para razonar, resolver problemas, pensar de Scale for Children Revised, 1974). Éstos proporcionaban
forma abstracta, planificar y aprender de la experiencia, un CIV, un CIM y un CIT, perfil de puntuaciones típicas e
y refleja una capacidad más amplia para comprender el información de carácter cualitativo (Alonso Tapia, 2002;
entorno de cada uno». Para su evaluación son adecuados TEA, 1987, 1988-1995). En el WISC-IV desaparecen
los instrumentos de inteligencia estandarizados ya exis- los clásicos CIV y CIM. El CIT viene dado por cuatro
tentes, aunque es importante utilizar las normas más ac- índices: comprensión verbal, razonamiento perceptivo,
tualizadas. En ocasiones, también se requiere informa- memoria de trabajo, y velocidad de procesamiento. La ti-
ción de otras fuentes. Asimismo, el evaluador ha de tener pificación se ha realizado con una muy reciente y amplia
experiencia en personas con retraso mental, o tiene que muestra española y los baremos se han realizado en 33
estar entrenado en este campo, ya que tiene que tener en grupos de edades, de 4 en 4 meses, desde 6 a 16 años. La
cuenta las características y limitaciones de la persona con escala trata de facilitar el uso transcultural (TEA, 2005,
este problema. Debido a ello, la administración de las 2006, 2009).
pruebas se hará de forma individualizada. Sistema de evaluación cognitivo  (Naglieri y Das,
Realizaremos una relación de los instrumentos más 1997. Adaptación española de Deaño, García-Señorán,
utilizados en la evaluación del funcionamiento intelectual Rodríguez-Rodríguez, Tellado y Rodríguez-Moscoso,
en deficiencia mental, describiéndolos de forma muy bre- 2002). Test de inteligencia que, a diferencia de las Escalas
ve. Algunos de ellos se describen más ampliamente en el de Wechsler, se basa en la premisa de que la inteligencia es
capítulo correspondiente a «Métodos paraclínicos de un constructo multidimensional, y proviene de los traba-
diagnóstico en Psiquiatría (II): Métodos de exploración jos neuropsicológicos de Luria y de la teoría del procesa-
psicológica» de esta misma obra: miento cognitivo (PASS) de Das y cols. (1994) (citado en
WAIS-III, Escala de inteligencia de Wechsler para AAMR, 2002). Consta de cuatro escalas: planificación,
adultos III  (Wechsler, 1997. Adaptación española de TEA atención, procesamiento simultáneo y procesamiento
Ediciones, 1999). Versión totalmente actualizada y revisada sucesivo. Cada una de ellas ofrece una puntuación de
del WAIS clásico (Wechsler Adult Intelligence Scale, 1955) CI, además de un CI total. Se administra de forma in-
y del WAIS-R (Wechsler Adult Intelligence Scale Revised, dividual, en niños de 5 a 17 años. Los autores refieren
1981). Es uno de los instrumentos más importantes y que este instrumento identifica a menos niños con retraso
utilizados para la evaluación de la inteligencia. Consta de mental que el WISC-III (AAMR, 2002; Rodríguez y De
dos escalas: la verbal, que valora el grado de adquisición Pablo-Blanco, 2004).
y utilización del lenguaje, y la manipulativa, que evalúa K-ABC, Batería de evaluación de Kaufman para
la ejecución de tareas de tipo perceptivo o manipulativo. niños  (Kaufman y Kaufman, 1983. Adaptación españo-
Se obtienen tres cocientes de inteligencia: el verbal (CIV), la de TEA Ediciones, 1997). Medida de la inteligencia y
el manipulativo (CIM) y el total (CIT). Además, permite del rendimiento diseñado para niños entre los 2,6 y 12,6
obtener cuatro índices específicos: comprensión verbal, or- años. De acuerdo con las aportaciones de la neurología y
ganización perceptiva, memoria de trabajo y velocidad de la psicología cognitiva, los autores conciben la inteligen-
proceso. La tipificación en España del WAIS-III se ha rea­ cia como la habilidad para resolver problemas mediante
lizado con una reciente, amplia y representativa muestra de procesos mentales de carácter simultáneo y secuencial
sujetos de entre 16 y 94 años. Se ha diseñado para facilitar y presumen que el niño, además, presenta aptitudes
el uso transcultural, y su aplicación es accesible a personas para aplicar estos procesos a las distintas situaciones de
con funcionamiento cognitivo deficiente, aspecto este que aprendizaje a las que se enfrenta. La prueba se estructura
no presentaba el WAIS clásico y que es una de sus limita- en 16 subtests integrados en 3 escalas: Escala de procesa-
ciones. El manual del WAIS-III indica que la escala puede miento simultáneo, Escala de procesamiento secuencial y
utilizarse para diagnosticar el retraso mental (los individuos Escala de conocimientos. Existe, además, una Escala de
con deficiencia mental consiguen puntuaciones bajas con procesamiento mental, que equivale a una puntuación de
una variabilidad mínima), las deficiencias neuropsicológi- CI (AAMR, 2002; Rodríguez y De Pablo-Blanco, 2004;
cas y la superdotación. La edad de administración es a par- TEA, 2005, 2006, 2009).
tir de los 16 años. Se han desarrollado escalas abreviadas BSID, Escalas Bayley de desarrollo infantil  (Bayley,
derivadas del WAIS que permiten la evaluación de perso- 1969. Adaptación española de TEA Ediciones, 1977).
nas con niveles graves de retraso mental y que presentan Evalúa el desarrollo mental y psicomotor del niño en los
dificultades verbales o de comprensión, por lo que no es primeros dos años y medio de vida. Consta de tres esca-
posible la administración de la prueba completa (Salvador y las: la Escala mental analiza aspectos relacionados con
Rodríguez-Blázquez, 2001; AAMR, 2002; Rodríguez y De el desarrollo cognitivo y la capacidad de comunicación;
Pablo-Blanco, 2004; TEA, 2005, 2006, 2009). la Escala de psicomotricidad explora el grado de coor-
Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia e-845

dinación corporal y habilidades motrices finas en manos intelectual (Bohm, 2001; Exner, 1994; Fernández-Ballesteros
y dedos, y el Registro del comportamiento evalúa la na- y cols., 2002; Márquez, Vizcarro y Fernández-Ballesteros,
turaleza de las orientaciones sociales y objetivas hacia el 2007; TEA, 1987, 1988-1995, 2005, 2006, 2009).
entorno, expresadas en actitudes, intereses, emociones, Evaluación de la conducta adaptativa.  Otro de
energía, actividad y respuestas ante estímulos (AAMR, los principales criterios diagnósticos de la deficiencia
2002; TEA, 1988-1995, 2005, 2006, 2009). mental se refiere a las limitaciones significativas en
Learning Potential Assessment Device (LPAD)  (Ins- la conducta adaptativa. Ésta representa el conjunto
trumento para la evaluación del potencial de aprendiza- de habilidades conceptuales (lenguaje y habilidades
je) (Feuerstein, Rand y Hoffman, 1979. No nos consta académicas, conceptos monetarios, o autodirección),
adaptación ni traducción española). Evalúa el grado en sociales (responsabilidad personal y social, interacción
que el sujeto se beneficia del aprendizaje a través de un social, habilidades de comunicación, o seguimiento
esquema test-entrenamiento-retest, pudiendo determinar de normas) y prácticas (actividades de la vida diaria,
de esta forma su potencial. Es una evaluación dinámica habilidades de autoayuda, o habilidades ocupacionales)
de la inteligencia basada en el «potencial de aprendiza- que ha aprendido el individuo para funcionar en su
je» según las teorías de Feuerstein, quien sugiere que el vida cotidiana. Los problemas pueden surgir tanto en la
retraso mental es producido por déficits en el procesa- adquisición de estas habilidades (déficit de adquisición)
miento de la información. Se basa en constructos sobre como en su uso (déficit de desempeño) (AAMR, 2002).
funciones cognitivas, hoy por hoy con insuficiente apoyo Hay que tener en cuenta una serie de consideraciones a la
experimental (Rodríguez y De Pablo-Blanco, 2004). hora de evaluar la conducta adaptativa. Ésta resulta de utili-
Otros instrumentos son los siguientes: dad para el diagnóstico, la clasificación y la planificación de
Escala de Brazelton para la evaluación del compor- apoyos. Asimismo, puede ser muy conveniente la participa-
tamiento neonatal  (Brazelton y Nugent, 1995. Adapta- ción de varios informantes, que deben ser personas cercanas
ción española de Editorial Paidós, 1997). Evalúa el com- al sujeto evaluado (padres, maestros, etc.), especialmente
portamiento neonatal (Brazelton y Nugent, 1997; TEA, cuando éste obtiene una puntuación cercana al punto de
2005, 2006). corte y, por lo tanto, se requiere completar la información
Battelle, Inventario de desarrollo  (Newborg, Stock, obtenida en el test. Por otro lado, los instrumentos para
Wnek, Guidubaldi y Svinicki, 1984. Adaptación españo- evaluar la conducta adaptativa tienen que centrarse en las
la de Fundació Catalana per a la Síndrome de Down, tres áreas generales de habilidades de adaptación de la defi-
1989). Evalúa el nivel de desarrollo del niño incluso con nición (conceptual, social y práctica), ser psicométricamente
minusvalías (TEA, 1988-1995, 2005, 2006, 2009). válidos, y estar estandarizados sobre grupos de personas con
Test de matrices progresivas de Raven  (Raven, y sin retraso mental. No hay ninguna escala de conducta
1988. Adaptación española de TEA Ediciones, 1995). Re- adaptativa que mida completamente todos los dominios de
sulta un buen instrumento para la estimación rápida del ésta, sino que cada una enfatiza más unas áreas que otras, y
nivel de funcionamiento intelectual o en casos en los que se asume un déficit generalizado si la puntuación de una sola
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no es posible la administración de otras pruebas (Alonso dimensión se sitúa en dos desviaciones típicas por debajo de
Tapia, 2002; Calero y Padilla, 2007; TEA, 1987, 1988- la media. Es conveniente realizar esta evaluación en distintos
1995, 2005, 2006, 2009). momentos evolutivos del sujeto (infancia, adolescencia y
D-48  (Anstey. Adaptado en Francia por Pichot, 1955. vida adulta). Según Salvador y Rodríguez-Blázquez (2001),
Adaptación española de TEA Ediciones, 1979). Asociado para detectar las conductas adaptativas (habilidades para
a otros tests (principalmente de vocabulario), puede ser vivir en la comunidad) y no adaptativas (anomalías de com-
utilizado como estimación del deterioro mental (Alonso portamiento que interfieren en el proceso de integración) del
Tapia, 2002; Calero y Padilla, 2007; TEA, 1987, 1988- individuo, así como elaborar programas de intervención,
1995, 2005, 2006, 2009). son necesarios instrumentos de evaluación del funciona-
TIG-2  (Departamento I+D de TEA Ediciones, S.A., miento social. Éstos permiten, además, comprobar los resul-
1994). Resulta especialmente indicada para aquellas per- tados de las intervenciones de los cuidadores y poderlas
sonas que padecen dificultades de tipo lingüístico y muy modificar en caso necesario. La evaluación de las competen-
valiosa, asociada con otros tests, para estudiar el deterio- cias sociales de los sujetos con retraso mental responde a
ro mental (Alonso Tapia, 2002; Calero y Padilla, 2007; razones de tipo práctico, por lo que permite la planificación
TEA, 1987, 1988-1995, 2005, 2006, 2009). de su entrenamiento y determinar qué aprendizaje se espera
Test de factor «G», escala 1  (Cattell y Cattell, 1950. que adquieran. El objetivo de estas pruebas pretende la ob-
Adaptación española de TEA Ediciones, 1983). Aplicable tención de información atendiendo a factores individuales
a niños de 4 a 8 años y a adultos con retraso intelectual (de tipo biológico, psicológico, funcional —autonomía per-
(Alonso Tapia, 2002; Calero y Padilla, 2007; TEA, 1987, sonal, comunicación, habilidades sociales— y conductual
1988-1995, 2005, 2006, 2009). —capacidades académicas y de ocio—), sociales y ambien-
Psicodiagnóstico de Rorschach  (Rorschach, 1921. tales (entorno rural o urbano, vivienda, nivel económico,
TEA Ediciones, 1972). Técnica proyectiva que, entre empleo, formación, recursos en la comunidad, o calidad de
otros aspectos, proporciona información del rendimiento vida), a fin de poder proporcionar a la persona con deficien-
e-846 Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia

cia mental un buen ajuste personal y social. Según Verdugo nan buena información para la planificación de apoyos
y Gutiérrez-Bermejo (2003, 2009), la evaluación de las habi- y evalúan el cambio en el funcionamiento individual a lo
lidades de adaptación debe realizarse desde una perspectiva largo del tiempo.
clínica y utilizando diversos procedimientos como entrevis- Escalas de Conducta Independiente-Revisadas
tas a los padres y a personas que conviven más con el indi- (SIB-R)  [Scale of Independent Behavior-Revised] (Brui-
viduo, la observación directa y la aplicación de otras prue- ninks, Woodcock, Weatherman y Hill, 1991. Traducción
bas. Una vez obtenida la información descriptiva de su española de Moreno-Centeno, 1993). Presenta tres formas:
comportamiento, ésta debe contrastarse para decidir tanto la escala completa, la reducida y la de desarrollo temprano,
sobre el posible retraso como sobre los apoyos a desarro- y en cada una de ellas se incluye una escala de conducta
llar. problema. Son útiles tanto para el diagnóstico como para
A pesar de que las escalas de conducta adaptativa la planificación de apoyos, en las áreas de interacción
­pueden proporcionar información útil sobre cómo una social y habilidades de comunicación, habilidades de la
persona responde a las demandas de la vida cotidiana, la vida personal, habilidades de vida en la comunidad y
interpretación de las puntuaciones requieren del juicio habilidades motoras. El manual de estas escalas tiene en
clínico del evaluador, especialmente cuando los niveles de cuenta la posibilidad de que determinadas condiciones
­conducta adaptativa pueden verse influidos por las condi- especiales de la persona evaluada puedan influir a la
ciones físicas o mentales del sujeto (minusvalías físicas, hora de interpretar las puntuaciones resultantes, como
enfermedades o salud emocional), la limitación de oportu- la salud física, el uso de equipo adaptado, métodos de
nidades de participación en la vida comunitaria, la partici- comunicación alternativa, ambientes sobreprotectores o
pación de más de un informante, o el contexto sociocultu- falta de oportunidades, entre otras.
ral. Asimismo, aunque es importante que los instrumentos Test Comprensivo de Conducta Adaptativa-Revi-
sean adaptados al entorno cultural en el que sean aplica- sado (CTAB-R)  [Comprehensive Test of Adaptative Be-
dos para que resulten igualmente válidos (Salvador y Ro- havior-Revised] (Adams, 1999. No nos consta ninguna
dríguez-Blázquez, 2001), lamentablemente parte de los adaptación española reconocida oficialmente). Evalúa la
que se están utilizando sólo se han traducido. habilidad de funcionar de forma independiente de niños,
La AAMR (2002) propone varios ejemplos de instru- adolescentes y adultos en colegios, programas basados
mentos que cumplen las premisas anteriormente expues- en la comunidad y en residencias, en diferentes áreas: ha-
tas, aunque deja claro que no son los únicos: bilidades de autoayuda, habilidades de vida en el hogar,
Escalas Vineland de Conducta Adaptativa Revisa- habilidades para vivir independientemente, habilidades
das (ABS)  [Vineland Adaptive Behavior Scales] (Spa- sociales, habilidades sensoriales y motoras, y conceptos
rrow, Balla y Cicchetti, 1984. No nos consta ninguna de lenguaje y habilidades académicas. Proporciona direc-
adaptación española reconocida oficialmente). Se com- trices específicas para evaluar alumnos con discapacida-
pone de tres escalas con formatos distintos: Las dos des visuales, físicas o del lenguaje. Aunque el informante
primeras utilizan formato de conversación y sirven para generalmente es el profesor, también se incluye una en-
entrevistar a padres o tutores, y la tercera es un registro cuesta para el padre o tutor.
que completa el profesor. Las edades que comprenden Sistema de Evaluación de la Conducta Adaptati-
van desde el nacimiento hasta los 18 años y 11 meses. va (ABAS)  [Adaptative Behavior Assessment System]
Contribuyen tanto al diagnóstico de habilidades de co- ­(Harrison y Oakland, 2000. No nos consta ninguna
municación, socialización y habilidades de la vida diaria, adaptación española reconocida oficialmente). Aunque
como a la planificación de apoyos en estas áreas. esta escala se desarrolló basándose en las áreas de ha-
Escalas de Conducta Adaptativa de la AAMR bilidades de adaptación de la definición de la AAMR de
(ABS)  [Adaptative Behavior Scales], Escalas de Conduc- 1992, el uso de una puntuación total resulta apropiada
ta ­Adaptativa-Residencias y Comunidad-Segunda para el diagnóstico de retraso mental según la definición
Edición (ABS-RC:2)  [Adaptative Behavior Scale-Resi- de 2002. Existen normas para niños desde los 5 años, y
dential and Community-Second Edition] (Lambert, Ni- para adultos. En el formato para adultos se incluye un
hira y Leland, 1993. Traducción española de la Segunda autoinforme y una entrevista para otro informante.
Edición de García Alonso, 2003). Presenta dos versiones: Otros instrumentos propuestos por diversos autores
la primera es para el colegio y la comunidad, y se utiliza son los siguientes:
para identificar alumnos que están significativamente por Inventario para la Planificación de Servicios y
debajo de sus compañeros en funcionamiento adaptativo Programación Individual (ICAP)  [Inventory for Client
(independencia y responsabilidad personal en la vida dia- and Agency Planning] (Bruininks, Hill, Weatherman y
ria, incluyendo la actividad profesional) y para evaluar Woodcock, 1986. Adaptación española de D. Montero,
los efectos de los programas de intervención. La segunda 1993). Recoge información descriptiva y diagnóstico so-
versión es para la residencia y la comunidad y se rela- bre las limitaciones funcionales, la conducta adaptativa
ciona con la conducta problema. El rango de edad que y la conducta inadaptativa, y datos sobre las necesidades
evalúan va de los 3 a los 21 años, y una de las versiones de atención y servicios de la persona con retraso mental.
se desarrolló para utilizarse hasta los 79 años. Proporcio- Representa uno de los instrumentos de referencia en la
Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia e-847

evaluación de las habilidades de adaptación (aspectos racción que manifiesta el individuo con y en sus distintos
motores, sociales, de comunicación, y habilidades para entornos (Rodríguez y De Pablo-Blanco, 2004).
la vida y la comunidad), tanto por su contenido como Evaluación de la salud.  El concepto de salud, según
por el rigor en la adaptación española, siendo uno de los la OMS, no es sólo la ausencia de enfermedad, sino
más utilizados en centros asistenciales para la evaluación también un estado de bienestar integral, físico, mental
clínica y psicosocial de personas con deficiencia mental y social. Los problemas de salud que pueden presentar
(Rodríguez y De Pablo-Blanco, 2004; Rodríguez-Sa- las personas con retraso mental son similares a los que
cristán y Buceta, 1998; Salvador y Rodríguez-Blázquez, presentan las personas sin esta discapacidad. El retraso
2001; Verdugo y Gutiérrez-Bermejo, 2003, 2009). mental per se generalmente no condiciona la aparición de
Escala de Conductas Desadaptativas de Reiss   [Reiss enfermedades físicas o mentales concretas, pero sí afecta
Screen for Maladaptative Behavior] (Reiss, 1987. Adapta- al modo en que éstas son valoradas y tratadas tanto por
ción española de Rodríguez-Sacristán y Buceta, 1995). Ins- el propio afectado como por su entorno (Rodríguez y De
trumento que identifica las conductas desadaptativas que Pablo-Blanco, 2004). Por todo ello, es importante señalar
interfieren en las relaciones interpersonales. Evalúa la magni- que las personas con deficiencia mental tienen los mismos
tud de dichas conductas mediante 39 ítems (Rodríguez y De derechos a la hora de acceder a los servicios de salud
Pablo-Blanco, 2004; Rodríguez-Sacristán y Buceta, 1998). y, por tanto, a las pruebas diagnósticas y tratamientos
Perfil de Actividades de la Vida Cotidiana necesarios que cualquier ciudadano.
(LSP)   [Life Skills Profile] (Rosen, Hadzi-Pavlovic, Par- Evaluación de la salud física.  Los problemas
ker y Trauer, 1989. Adaptación española de Fernández de salud física que puedan tener las personas con
de Larrinoa, Bulbena, Domínguez-Panchón, 1992). deficiencia intelectual condicionan su funcionamiento
Evalúa las áreas de autocuidado, comportamiento social adaptativo, por lo que será una de las áreas a valorar,
interpersonal, comunicación y contacto social, compor- al igual que las condiciones adecuadas de salud. Aunque
tamiento social no personal, y vida autónoma (Salvador en general se evaluarán los mismos problemas de salud
y Rodríguez-Blázquez, 2001). que en la población general (deglución-masticación,
Escala de Madurez Social de Vineland (VSMS)  [Vi- motricidad gruesa y fina, tipo e intensidad de ayudas
neland Social Maturity Scale] (Sparrow y cols., 1984. en sus desplazamientos, tono muscular, deficiencias
Traducción española de Aguilar Fernández, 1989). Una sensoriales, epilepsia, infecciones recurrentes, deficiencias
de las primeras escalas para evaluar con gran amplitud el nutricionales, alteraciones metabólicas, enfermedades
nivel de funcionamiento social. La edad social obtenida crónicas, enfermedades infecto-contagiosas, obesidad,
se compara con la edad mental. Aunque es aplicable a hipertensión, etc.), algunas enfermedades tienen mayor
personas con y sin retraso mental de entre 0 y 35 años, incidencia en determinados síndromes específicos, por
resulta más adecuada para niños (Rodríguez y De Pablo- ejemplo los trastornos cardíacos, de tiroides y Alzheimer
Blanco, 2004; Rodríguez-Sacristán y Buceta, 1998). en el síndrome de Down, o las enfermedades coronarias
Disability Assessment Schedule (DAS)  (Holmes, o el prolapso de la válvula mitral en el síndrome de la
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Shah y Wing, 1982. En proceso de adaptación española X frágil, o la hipertensión y determinados tipos de
de Vázquez-Barquero, Vázquez-Bourgon, Herrera, Sáiz, neoplasias en la neurofibromatosis (Rodríguez y De
Uriarte, Morales, Gaite, Herrán y Ustun, 2000). Inventa- Pablo-Blanco, 2004).
rio precodificado, se cumplimenta a través de una escala Algunas de las enfermedades más frecuentes en la po-
semiestructurada. Útil en investigaciones a gran escala blación con retraso mental son la epilepsia, lo que obliga-
(Rodríguez y De Pablo-Blanco, 2004). rá a controles periódicos neurológicos y hepáticos (algu-
Evaluación de la participación, interacción y rol nos fármacos son hepatotóxicos), entre otros, a fin de
social.  Es necesario fomentar la integración de la persona conseguir el máximo de eficacia terapéutica con el míni-
con retraso mental a través de la interacción en su entor- mo de efectos secundarios. También resultan frecuentes
no, de manera que pueda asumir roles sociales deseables, los problemas gastrointestinales, lo que requerirá un con-
es decir, aquellas actividades consideradas normalizadas trol de las dietas. Asimismo, presentan una gran preva-
en función de un grupo de edad específico (desempeñar lencia de problemas odontológicos, por lo que se hará
un puesto de trabajo, desarrollar un ocio normalizado, necesario realizar controles periódicos y tener un especial
poseer el nivel educativo que corresponda, ser activo en cuidado en la higiene bucal. Las personas deficientes
la comunidad, etc.). Un entorno positivo está determinado mentales que además presentan dificultades de movilidad
por aquellos factores esperables en función de su grupo pueden presentar úlceras de presión o zonas necrosadas
de edad y la diversidad lingüística y cultural, y favorecerá por estar largos períodos de tiempo en una sola posición,
el buen desarrollo del individuo así como su bienestar lo que requerirá el adecuado tratamiento y la prevención
personal y social. realizando los cambios posturales oportunos.
La participación y las interacciones vienen reflejadas La esperanza de vida de las personas con retraso men-
en el compromiso que adquiere la persona en el ejercicio tal es más limitada que la de la población general debido
de las actividades diarias. La calidad de estos factores ha al grado de vulnerabilidad ante complicaciones de salud.
de evaluarse a través de la observación directa de la inte- En general, el diagnóstico de enfermedad física en esta
e-848 Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia

población puede resultar complicado por las dificultades individuo con deficiencia mental. Finalmente, los méto-
que la propia persona tiene a la hora de reconocer una dos de diagnóstico utilizados también pueden aportar
sensación inusual que requiere atención sanitaria y los problemas en la evaluación. Aunque la propia AAMR
problemas para describir la sintomatología, por lo que en enfatiza que para evaluar de forma adecuada a las perso-
muchos casos se requiere la colaboración de una tercera nas con retraso mental se ha de tener en cuenta el funcio-
persona. De igual forma sucede con la exploración y el namiento global del individuo dentro de su contexto
tratamiento médicos. Por todo ello, hay que evaluar que cultural, familiar y social, se dispone de pocos instrumen-
el entorno facilite el acceso a los servicios de salud nece- tos estandarizados y adaptados con la suficiente validez y
sarios, que el ambiente sea seguro y favorezca ayudas fiabilidad. Tampoco los criterios diagnósticos de los siste-
técnicas (transportes adaptados, ausencia de barreras), y mas de clasificación CIE-10 y DSM-IV-TR son de fácil
que se promuevan hábitos saludables como alimentación aplicación, especialmente para las personas con deficien-
equilibrada o ejercicio regular (AAMR, 2002). cia mental más grave.
Evaluación de la salud mental.  Un porcentaje Por todo ello, resulta de suma importancia que tanto
significativo de personas con retraso mental presentan, las técnicas diagnósticas como su aplicación se adapten a
además de los problemas físicos y psicosociales asociados las características y dificultades de la persona, y que, tal
a su deficiencia, sintomatología psiquiátrica y problemas y como ya se ha comentado con anterioridad, el diagnós-
de conducta, que constituyen el principal obstáculo para tico se base en fuentes de información múltiples. Al pare-
su integración y desarrollo social y cultural, dificultando cer, recientemente se están elaborando sistemas de diag-
las posibilidades de aprendizaje, el trabajo o la convivencia, nóstico específicos para el retraso mental, se reformulan
aumentando su aislamiento e incluso generando riesgo para los ítems y los criterios y se desarrollan nuevos sistemas
el propio sujeto o su entorno (Salvador y Rodríguez-Blázquez, de diagnóstico complementarios.
2001; Verdugo y Gutiérrez-Bermejo, 2003, 2009). A la hora de evaluar los procesos cognitivos hay que
Según Rodríguez y De Pablo-Blanco (2004) se detec- tener en cuenta si la persona con deficiencia mental toma
tan menor número de trastornos psicopatológicos en medicación, ya que ésta puede tener efectos sobre la
personas con retraso mental que la tasa real debido a atención y la concentración. Asimismo, aunque toda­­
diversos factores atribuibles a los profesionales, al propio vía se utiliza una medición psicométrica algo pobre, se es-
sujeto y al método y sistema diagnóstico utilizado. Cabe tán empezando a aplicar de forma práctica nuevos cono-
señalar que, clásicamente, los trastornos psiquiátricos y cimientos en el campo de la neuropsicología en cuanto a
los problemas de conducta se contemplaban, incluso por la evaluación de los déficits cognoscitivos y de aprendiza-
parte de los profesionales, como parte inherente de la je específicos del retraso mental (Rodríguez y De Pablo-
propia deficiencia mental («eclipse diagnóstico»), lo que Blanco, 2004).
propiciaba el descuido tanto en el diagnóstico como en el Por lo que se refiere a la evaluación de trastornos del
tratamiento de estas áreas concretas (Verdugo y Gutiérrez- comportamiento, será aconsejable realizarla al inicio del
Bermejo, 2003, 2009). Por fortuna, en la actualidad, programa terapéutico, durante el mismo y a su término,
especialmente desde la inclusión del retraso mental en el ya que tiene mucho que ver con la elaboración y aplica-
eje II del DSM-III-R, se entiende que la persona con ción del tratamiento. Se ha de tener en cuenta que los
retraso mental puede sufrir además, como cualquier otra problemas de conducta (estereotipias, autolesiones, con-
persona, un trastorno de estas características, concepción ducta social inapropiada, etc.) sirven al sujeto como es-
que repercute en la mejora de la calidad de vida del trategias para conseguir algo, y cambiar la conducta re-
individuo y de su entorno al poder hacer hincapié en las quiere identificar ese propósito, identificar las variables
atenciones y servicios específicos que se requieren que la mantienen (Verdugo y Gutiérrez-Bermejo, 2003,
(Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001). Asimismo, el 2009). El análisis funcional de la conducta problemática
profesional puede temer que la persona con deficiencia requiere la realización de un completo proceso de evalua-
mental quede más estigmatizada como consecuencia de ción, definiéndose el o los problemas de forma concreta y
una etiqueta psiquiátrica añadida. Por otro lado, se debe observable, decidiendo por cuál empezar, definiendo qué
tener en cuenta la dificultad que las personas con retra­ función tiene la conducta desadaptada que se pretende
so mental presentan a la hora de expresar sus esta­ modificar, cuáles son los antecedentes y los consecuentes
dos emocionales y sus experiencias, lo que dificulta su y qué ocurre durante la conducta, y decidir qué refuerzos
evaluación. También la manifestación de síndromes pue- se pueden utilizar para enseñar habilidades nuevas. De-
de ser distinta a la de personas sin retraso mental, presen- berán utilizarse procedimientos de observación y regis-
tándose a menudo como una serie de indicadores con- tros especificando duración, frecuencia e intensidad, y
ductuales que pueden ser interpretados como un trastor- contingencias relacionadas con la emisión de la conducta
no mental específico. Otros problemas a la hora de problemática. También pueden ser útiles escalas subjeti-
evaluar posibles trastornos psicopatológicos vienen da- vas o escalas de preferencias, entre otras. El análisis
dos por la tendencia a la aquiescencia, la dificultad en el funcional obtenido con estos datos informará acerca del
mantenimiento de la atención y la vulnerabilidad al can- origen y mantenimiento del problema, lo que facilitará la
sancio, al miedo y a la sensación de fracaso por parte del elaboración del programa de intervención y de su
Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia e-849

seguimiento hasta la resolución del mismo (Rodríguez y 7. Social Behavior Schedule (SBS) (Wykes y Sturt, 1986.
De Pablo-Blanco, 2004; Verdugo y Gutiérrez-Bermejo, Adaptación española de Salvador, García-Mellado,
2003, 2009). Velásquez, Romero y Alonso, 1998). Inventario de
Respecto al uso de instrumentos de exploración psico- evaluación de diferentes áreas de autonomía personal
patológica, pueden emplearse los generales, aunque con y social, y utilizada en varios estudios epidemiológicos
algunas modificaciones adaptadas a los sujetos con re- en España.
traso mental leve o moderado. En casos de déficits más Evaluación del contexto social (ambiente, cultura y
graves o con problemas de comunicación, resulta más oportunidades).  Siguiendo el modelo multidimensio-
adecuado el uso de la observación, los registros y el aná- nal del retraso mental, el contexto del sujeto es uno de
lisis funcional, ya mencionados con anterioridad. Existen los factores a valorar ya que representa el conjunto de
instrumentos de evaluación psicopatológica especialmen- situaciones en las que se desarrolla la vida de la persona.
te diseñados para personas con deficiencia mental, que Incluye tres niveles contextuales que han de proveer
miden problemas de conducta o sintomatología psiquiá- oportunidades y mejorar la calidad de vida: la persona y
trica. A continuación se relacionan algunos de los más los familiares o tutores (microsistema), el vecindario, la
utilizados (Rodríguez y De Pablo-Blanco, 2004; Salvador comunidad y los servicios (mesosistema) y los patrones
y Rodríguez-Blázquez, 2001): culturales y sociopolíticos (macrosistema) (AAMR, 2002).
1. Aberrant Behavior Checklist (AAMR, 1992) (Aman, La provisión de oportunidades vendrá determinada
Singh, Stewart y Field, 1986. Traducción española de por los servicios de ocio, educación, empleo, y vivienda,
Franco, 1998). Valora trastornos emocionales en suje- que permitirán a la persona su crecimiento y desarrollo,
tos con deficiencia mental severa a través de cinco su- haciéndose ésta presente en la comunidad y participan­
bescalas: irritabilidad y agitación, aislamiento social, do en ella. La calidad de vida la constituyen diversos e im­
conductas estereotipadas, hiperactividad y desobe- portantes factores como los recursos materiales, la segu-
diencia, y lenguaje inapropiado. ridad económica, las actividades comunitarias y de ocio,
2. Assessment and Information Rating Profile (AIRP) la estimulación y desarrollo cognitivo, empleo apropia-
(Bouras, 1993. Adaptación española de Salvador, Ro- do, salud y seguridad personal, y condiciones de estabili-
dríguez-Blázquez, De Molina, Ángel-Herna y Alonso- dad y predictibilidad.
Trujillo, 1998). Evalúa datos médicos y sociodemo- Se entiende un entorno como saludable si cumple tres
gráficos, habilidades, problemas conductuales y características esenciales: proporción de oportunidades,
síntomas psicopatológicos. fomento del bienestar y promoción de la estabilidad. En
3. Diagnostic Assessment for the Severely Handicapped el ambiente habitual de la persona, hay que evaluar tanto
(DASH-II) (Matson, Gardner, Coe y Sovner, 1995. los factores facilitadores de estos tres aspectos como los
Traducción española de Novell y cols. No nos consta factores que los dificulten. Así, los entornos familiar, co-
el año). Evalúa trastornos psicopatológicos en adultos munitario y educativo, ocupacional o laboral, habituales
con retraso mental grave y profundo. del sujeto, deben proporcionarle los recursos físicos, so-
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4. PASS-ADD Checklist (Psychiatric Assessment Sche- ciales y afectivos que garanticen la seguridad personal,
dule for Adults with Developmental Disabilities) estabilidad emocional y experiencias de autonomía que
(Moss, Golgerg, Simpson, Patel y Rowe, 1998. Adap- permitan el pleno desarrollo de su potencial y aseguren
tación española de González-Gordon, Salvador-Caru- su participación en la comunidad.
lla, Romero, González-Sáiz y Romero. Grupo de In-
vestigación en Medicina Psicosocial de la Universidad
TRATAMIENTO (PROCEDIMIENTOS
de Cádiz y la Asociación AFANAS-Jerez [Cádiz], en
DE INTERVENCIÓN)
colaboración con el Institut Pere Mata de Reus [Ta-
rragona, 2002]). Inventario que ayuda a los cuidado- Cualquier aproximación a la atención profesional del re-
res directos a detectar síntomas psiquiátricos en adul- traso mental debe seguir una serie de conceptos y princi-
tos con retraso mental a su cargo. pios básicos (Rodríguez y De Pablo-Blanco, 2004):
5. Psychopathology Instrument for Mentally Retarded Principio de normalización.  Representa el derecho
Adults (PIMRA) (Matson, Kazdin y Senatore, 1984. de toda persona con discapacidad a desarrollar una vida
No nos consta adaptación ni traducción española). lo más normalizada posible, accediendo y utilizando los
Inventario de síntomas basado en los criterios DSM-III-R servicios normales de su comunidad.
modificados especialmente para personas con retraso Principio de integración.  Funcional, que implica el
mental. derecho a utilizar elementos ordinarios de la vida, junto
6. Reiss Screen for Maladaptative Behaviour (Reiss, con el resto de miembros de su comunidad (transportes,
1987. Adaptación española de Rodríguez-Sacristán y espacios de ocio); personal, que se refiere al derecho a
Buceta, 1995). Comentada en el apartado de evalua- recibir y disfrutar de relaciones personales de aceptación
ción de la conducta adaptativa, evalúa también sínto- por parte de las personas de su entorno para permitir
mas psiquiátricos o trastornos de conducta en adoles- el desarrollo socioafectivo; y la integración social, que
centes y adultos con deficiencia mental. ­implica la seguridad de obtener respeto y estima por
e-850 Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia

parte de una comunidad que le facilite las máximas ejemplo, el empleo puede no resultar importante para
oportunidades de participación social. niños, pero sí para jóvenes o adultos. La provisión de
Principio de autodeterminación.  El derecho de la apoyos y servicios de ocio, educación, empleo o vivien-
persona a constituirse como principal agente causal de da, configuran un entorno que permite a la persona
su propia vida y de las elecciones y toma de decisiones crecer y desarrollarse. Según Rodríguez y De Pablo-
sobre su calidad de vida, sin influencias o interferencias Blanco (2004) un entorno saludable ha de proporcionar
externas. Supone la adquisición, consolidación y oportunidades, fomentar el bienestar y promocionar la
puesta en práctica de habilidades sociales básicas y estabilidad, para permitir al individuo el pleno desarro-
habilidades cognitivas superiores como el desarrollo de llo de su potencial y asegurar su participación en la
la autoestima, autocontrol, toma de decisiones y solución ­comunidad.
de problemas.
Concepto de calidad de vida.  Hace referencia al
Entrenamiento en habilidades
derecho del individuo a obtener las condiciones deseadas
por cualquier persona en relación al bienestar emocional, El movimiento normalizador e integrador ha legitimado
físico y material, las relaciones interpersonales, el y fundamentado la prioridad del aprendizaje de los com-
desarrollo personal, la inclusión social, la autonomía y el portamientos sociales para las personas con retraso men-
reconocimiento de los derechos. tal. Algunos de los programas generales de habilidades
Teniendo en cuenta estos principios, la intervención sociales más interesantes y de mayor utilidad están desa-
se basa en proporcionar los apoyos que permitan redu- rrollados para evaluar, intervenir y prevenir dificultades
cir la discrepancia entre las capacidades de la persona y de adaptación y para entrenar estrategias de afronta-
las habilidades que se requieren para funcionar en el miento a diferentes situaciones; asimismo, también son
entorno (AAMR, 2002). Por otro lado, en el sistema necesarios estudios individuales para diseñar programas
2002 la evaluación queda incluida como estrategia centrados en la persona. En España, Miguel Ángel Verdu-
de apoyo para el desarrollo de las distintas funciones de go publicó los primeros programas de habilidades de
apoyo, dado que está íntimamente relacionada con la adaptación: los Programas Conductuales Alternativos
intervención. Los procedimientos de evaluación ya se (PCA) (1989a, 1989b), que plantean la enseñanza desde
han descrito anteriormente, por lo que resta llevar a la perspectiva cognitivo-conductual, y han demostrado
cabo un plan de apoyos y realizar las funciones de apoyo su eficacia logrando un aumento significativo de la ad-
necesarias mediante diversas estrategias, como el entre- quisición y el mantenimiento de las habilidades entrena-
namiento en habilidades, apoyo conductual, estrategias das y su generalización a otras actividades. Incluyen un
para la organización del entorno o tratamiento farma- Programa de Habilidades Sociales (PHS) (1997), un Pro-
cológico, dentro de un abordaje multidisciplinar médico, grama de Orientación al Trabajo (POT) (1996) y un Pro-
psiquiátrico, psicológico y social (Rodríguez y De Pablo- grama de Habilidades de la Vida Diaria (PVD). Los PHS
Blanco, 2004). agrupan 207 entrenamientos diferentes de adaptación e
integración en la comunidad, como habilidades de inte-
racción social, la comunicación verbal, el desenvolverse
Planificación de apoyos de forma independiente, el uso del ocio, el manejo del
Según la definición actual, el proceso de evaluación y dinero, la participación en actos sociales y recreativos, la
planificación de apoyos consta de cuatro fases: 1) identi- utilización de los transportes, o el comportamiento en
ficación de las nueve áreas de apoyo potencial relevantes; situaciones de emergencia, entre otras. El POT entrena
2) identificación de las actividades relevantes para cada habilidades profesionales específicas y generalizables a
área (preferencias e intereses del individuo, actividades y otras, y se desarrollan actividades de orientación laboral.
lugares en los que la persona participará con mayor pro- El PVD engloba actividades de independencia personal
babilidad); 3) evaluación del nivel o intensidad de las como la higiene propia o de la casa, cocina, compra, y
necesidades de apoyo (frecuencia, duración y tipo de apo- otras, con el objeto de preparar a la persona para que
yo), y 4) desarrollo del plan de apoyos individualizado. viva de la forma más autónoma posible, ya sea con su
En la tabla 52-2 se exponen algunos ejemplos de activi- familia o en otros contextos. Otros programas de rele-
dades de apoyo representativas de las nueve áreas. vancia similar son el Programa de Habilidades de Inte-
La AAMR (2002) propone la utilización del Perfil de racción Social (PEHIS) (Monjas, 1993, 1996, 2000), in-
necesidades de apoyo, donde se enumeran las áreas de tervención psicopedagógica global para enseñar
apoyo, las actividades a realizar para cada área, las in- habilidades sociales a niños en edad escolar y a adoles-
tensidades de apoyo requeridas (frecuencia, tiempo de centes a través de personas significativas de su entorno
apoyo diario y tipos de apoyo) y la persona responsable social, en el contexto del colegio y del hogar; el programa
de proporcionar un determinado tipo de apoyo. Esta de Habilidades Sociales para Adultos con Retraso Mental
planificación, se utiliza a lo largo del ciclo vital del indi- (McClennen, Hoekstra y Bryan, 1980), programa clásico
viduo, ya que algunas de las áreas pueden ser más o para adultos con retraso mental grave y necesidades de
menos importantes en diferentes etapas de la vida. Por apoyo extensas y generalizadas, o el programa de Habili-
Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia e-851

Tab l a 52- 2 Áreas y actividades de apoyo (adaptado de la AAMR, 2002)

Desarrollo humano Salud y seguridad


Desarrollo físico (coordinación viso-motora, habilidades motrices Acceso y obtención de servicios sanitarios
finas y gruesas, etc.) Toma de medicación
Desarrollo cognitivo (representación del mundo con palabras e Evitar peligros para la salud y seguridad
imágenes, razonamiento lógico sobre eventos, etc.) Recibir atención sanitaria en el hogar
Actividades de desarrollo social-emocional relacionadas con la Desplazamientos y ambulación
confianza, autonomía, iniciativa, dominio e identidad Comunicación con proveedores de cuidados sanitarios
Acceso a servicios de emergencia
Mantenimiento de una dieta nutricional
Enseñanza y educación Mantenimiento de salud física
Interacción con los entrenadores o maestros y con los compañeros Mantenimiento de bienestar de la salud mental o emocional
Participación en decisiones educativas o de entrenamiento Seguimiento de reglas y leyes
Entrenamiento en estrategias de solución de problemas Recepción de necesidades médicas excepcionales
Manejo de tecnología para el aprendizaje
Acceso a contextos de entrenamiento o aprendizaje
Entrenamiento en habilidades académicas funcionales (contar dinero, Área conductual
lectura de signos) Aprender habilidades como la toma de decisiones adecuadas
Entrenamiento en habilidades relacionadas con la educación física Hacer elecciones y tomar la iniciativa
y la salud Incorporar las preferencias personales en las actividades diarias
Entrenamiento en habilidades de autodeterminación Mantener conductas socialmente apropiadas en público
Emplear estrategias de autorregulación
Controlar la ira y la agresividad
Vida en el hogar Incrementar conductas y habilidades adaptativas
Empleo del baño, aseo, higiene personal
Limpieza y cuidado de la ropa. Vestido
Preparación e ingesta de alimentos Área social
Limpieza y mantenimiento del hogar Socializarse tanto en la familia como fuera de ella
Manejo de aparatos y tecnología en el hogar Participar en actividades de ocio
Participar en actividades de ocio en el hogar Tomar decisiones adecuadas sobre la sexualidad
Hacer y mantener amigos
Comunicar a los demás las necesidades personales
Vida en la comunidad Empleo de habilidades sociales apropiadas
Empleo de transporte Implicarse en relaciones amorosas e íntimas
Actividades recreativas en la comunidad Ofrecer ayuda y ayudar a otros
Empleo de servicios en la comunidad
Visitas a amistades y a la familia
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Participación en actividades comunitarias (voluntariado, iglesia, Protección y defensa


etcétera) Defenderse a sí mismo y a los demás
Comprar e intercambiar bienes Manejo del dinero y de la propia economía
Interactuar con miembros de la comunidad Protegerse de la explotación
Empleo de edificios y lugares públicos Ejercitar los derechos y responsabilidades legales
Pertenencia y participación en grupos de apoyo
Obtención de servicios legales
Empleo Toma de decisiones y elecciones
Obtención de las adaptaciones del puesto de trabajo
Aprendizaje y uso de habilidades laborales
Interacción con compañeros de trabajo
Interacción con supervisores o preparadores
Terminar las tareas con tiempo y calidad aceptables
Modificaciones de las responsabilidades laborales
Acceso y obtención de ayuda e intervención en crisis
Acceso a servicios de ayuda al empleado

dades Sociales para la Vida Diaria (Schumaker, Hazle y tual, basados en el modelado y en el condicionamiento
Pederson, 1988), diseñado para trabajar las 30 habilida- clásico y operante, como el reforzamiento positivo, guía
des sociales que con más frecuencia se han observado en física y verbal, modelado, moldeamiento, encadenamien-
sujetos con una discapacidad media. to, análisis de tareas, ensayo de conducta y feedback co-
Dentro del entrenamiento en habilidades, los procedi- rrectivo, y técnicas de relajación, y b) las estrategias de
mientos más eficaces para instaurar repertorios de con- tipo cognitivo y mixtas, más utilizadas en personas con
ductas específicos son: a) las estrategias de tipo conduc- menor afectación, como las instrucciones y autoinstruc-
e-852 Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia

ciones, el entrenamiento en comunicación, reestructura- sanitarios, sociales, de orientación, de habilitación, de


ción cognitiva, solución de problemas, habilidades socia- ocio y comunitarios; en educación, proporcionar clases
les y entrenamiento en autocontrol. Generalmente las de refuerzo; facilitar oportunidades de socialización,
técnicas cognitivas suelen aplicarse en combinación con asociacionismo e interacciones recíprocas; supervisar el
otras de índole más conductual (Rodríguez y De Pablo- manejo del dinero; proporcionar un puesto de trabajo
Blanco, 2004). asegurado; y en algunas ocasiones, asegurar el uso ade-
La mayor aportación de la modificación de conducta en cuado de los recursos tecnológicos (Rodríguez y De Pa-
este campo ha sido la demostración que es posible educar blo-Blanco, 2004). En relación con los servicios institu-
a las personas con retraso mental sea cual sea su grado de cionales, en España existen programas sociales y sa­
deficiencia (Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001). nitarios como la Ley española para la Integración So­
cial del Minusválido (LISMI), publicada en 1982, que
señala los derechos de las personas con minusvalía, o el
Estrategias de apoyo conductual Plan de Acción para las Personas con Discapacidad
y de organización del entorno (1997-2002), que establece el marco de referencia para
Las primeras tienen como objetivo facilitar la adquisi- las intervenciones políticas y es de obligado cumpli-
ción de conductas de autodeterminación y autorregula- miento para las Administraciones ­Públicas; en él cola-
ción efectivas, y la disminución de conductas inadecua- boran distintas instituciones, así como profesionales,
das, mediante la utilización de diversas técnicas basadas familiares y afectados (Salvador y Rodríguez-Blázquez,
en los principios de la teoría del aprendizaje. Consta de 2001).
las siguientes fases: a) la detección, descripción y medi-
ción de la conducta problema y de las variables que la
Otras formas de intervención
controlan, mediante la definición operativa, el análisis
funcional y el topográfico y la verificación de si se trata Se pueden diferenciar tres áreas de tratamiento o interven-
de un funcionamiento problemático por exceso o por ción multidisciplinaria: a) el entrenamiento en la adquisi-
defecto; b) el establecimiento de los objetivos de cambio, ción de habilidades, que ya se ha mencionado, b) el trata-
y c) la asignación de las técnicas de intervención, tenien- miento para los problemas físicos, como las intervenciones
do en cuenta pautas como la definición del comporta- médicas y farmacológicas o las ayudas técnicas, y c) el
miento en conductas concretas a modificar, enfocar las tratamiento para los problemas psíquicos, como los trastor-
conductas una por una y de forma independiente, ser nos de conducta o psiquiátricos. El retraso mental tiene me­
constantes en la aplicación de las técnicas, administrar jor pronóstico si se aborda desde una perspectiva
siempre las conductas prefijadas, y mostrar uniformidad multidisciplinaria, contando con equipos formados por
por parte de todas las personas implicadas en la adminis- genetistas, médicos de familia, psiquiatras, psicólogos y
tración de contingencias. Se utilizarán técnicas, la mayo- otros profesionales con formación sobre el tema, e impli-
ría de veces combinadas, como el reforzamiento positivo, cando a la familia en el mantenimiento de la calidad de vida
la economía de fichas, el reforzamiento negativo, la ex- del afectado (Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001).
tinción, el coste de respuesta, el refuerzo diferencial de Terapia genética.  Aunque uno de los objetivos de la
otra conducta, instrucciones de autocontrol, la sobreco- ciencia es corregir las enfermedades causadas por
rrección, el tiempo fuera de reforzamiento, el castigo, la alteraciones genéticas que actualmente no disponen de
exposición graduada, la intervención comunicativa, y la tratamiento efectivo, los estudios realizados hasta el
restricción física en casos de crisis (Rodríguez y De Pa- momento, especialmente en el síndrome de X frág.il y en la
blo-Blanco, 2004). fenilcetonuria, no han obtenido los resultados esperados.
Por otro lado, muchas veces la estrategia que resulta Tratamiento médico.  Asistencia a los servicios médicos
menos invasiva y más efectiva para modificar conductas, para recibir el tratamiento más adecuado en función de la
disminuir conductas problema, facilitar el aprendizaje y patología física sufrida por la persona con retraso mental.
potenciar la integración y la capacidad de funcionamiento La AAMR (2002) recomienda la realización de exámenes
independiente, es la manipulación del entorno, modifi- médicos completos anuales, especialmente en personas
cando sus características (como la eliminación de barre- que no pueden comunicar de forma fiable su estado de
ras), manipulando antecedentes (estímulos discriminati- salud física. Según un detallado informe de Horwitz, Ker-
vos) y creando entornos con consecuencias efectivas ker, Owens y Zigler del año 2000 (citado en AAMR,
Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001). 2002) sobre las necesidades de atención sanitaria de las
personas con retraso mental, las causas más comunes de
fallecimiento son las enfermedades cardiovasculares, res-
Otras estrategias de apoyo piratorias y el cáncer. Los trastornos de mayor incidencia
En muchas ocasiones, el propio entorno de la persona en esta población son: las enfermedades cardiovasculares
con deficiencia intelectual debe proporcionarle una serie (6,7-55,2%), las enfermedades respiratorias (1,5-33%,
de actividades que le ayuden a incrementar su calidad en función de si viven en la comunidad o en instituciones),
de vida, como facilitar el acceso a los servicios legales, el cáncer (7,4-34%), la diabetes (1,6-9,1%), la obesidad
Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia e-853

(29,5-50,5%), y las enfermedades dentales como la caries valor terapéutico la terapia asistida con animales o
(24-56%) o la gingivitis (60-90%). zooterapia. Las principales modalidades son la terapia con
Tratamiento psicofarmacológico.  Con el objetivo de perros, con pequeños animales, con caballos (hipoterapia
reducir o eliminar muchos de los síntomas psiquiátricos y equitación terapéutica), y con delfines (delfinoterapia).
y conductuales que presentan la personas con deficien­ La participación de animales adecuadamente dirigida,
cia mental, en los últimos años se han realizado divers­ aporta al tratamiento motivación (el animal es un elemento
as investigaciones sobre la eficacia de los psicofármacos novedoso, divertido, dinamizador), implicación e iniciativa
en esta población y se han elaborado directrices y reco- (la persona se implica más en las actividades que realiza
mendaciones internacionales, así como normas de buena con el animal, le gustan, responde espontáneamente a sus
práctica. Los psicofármacos suelen administrarse cuando demandas), y atención, concentración y estimulación (la
los trastornos alteran la vida normal del individuo o no presencia del animal centra y mantiene la atención y la
se resuelven con el tratamiento conductual. Los grupos concentración de la persona, además de ser una inagotable
de fármacos que suelen utilizarse más en este campo son fuente de estimulación multisensorial, lo cual puede
los antipsicóticos (para controlar las psicosis, problemas aprovecharse para trabajar estas áreas) (Lara, 2004;
de conducta, ansiedad grave, o algunos síntomas asocia- ­Levinson, 2006; Ruckert, 1994, 2007).
dos a la demencia); los antidepresivos (suelen recomen-
darse cuando hay síntomas físicos de depresión); los esta-
ASPECTOS SOCIOFAMILIARES
bilizadores del estado de ánimo (para controlar los
Y EVOLUTIVOS
problemas de conducta, especialmente cuando son debi-
dos a trastorno bipolar); los antiepilépticos (indicados Los padres que reciben un diagnóstico de retraso mental
para la epilepsia y, algunos, para los trastornos conduc- o discapacidad de su hijo, entran en un estado de shock
tuales o los trastornos bipolares); los ansiolíticos y los emocional con negación, ansiedad, sentimientos de re-
hipnóticos (para controlar los trastornos de ansiedad y chazo y de culpa, prejuicios sobre la discapacidad, rabia,
del sueño, la conducta hiperactiva, la agresiva y la agita- depresión. La actuación profesional deberá consistir en
ción) (Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001). proporcionar la información adecuada de la situación
Atención temprana o estimulación precoz.  Conjunto (con actitud empática, sin prisas, siendo cuidadoso en
de técnicas para prevenir o disminuir los efectos negativos dar la información, utilizando lenguaje comprensible,
de los problemas del desarrollo o conductuales en el niño, ofreciendo información sobre las amplias posibilidades
producidos por influencias ambientales y/o biológicas de evolución y los recursos existentes), y ofrecer el apoyo
negativas. Su objetivo es potenciar tanto las habilidades afectivo necesario, centrado habitualmente al entrena-
personales, sociales e intelectuales del niño, como el nivel miento en habilidades de afrontamiento. La familia nece-
de integración familiar y socioeducativa para el niño y su sita un tiempo de adaptación a la situación, pudiendo
familia. Además, permiten disminuir la utilización de ser- darse en ocasiones reacciones afectivas negativas como
vicios especiales en la etapa adulta. Estos programas sue- sentimientos de pérdida, ira, vergüenza, culpabilidad y
© ELSEVIER. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.

len contemplar, además, aspectos como el acceso a espe- depresión. También pueden surgir estrategias de afronta-
cialistas en logopedia, fisioterapia, psicología o medicina; miento desadaptativas como negación del diagnóstico,
atención «de respiro», facilitando el cuidado de las perso- proporcionar sobreprotección al hijo, entregarse de for-
nas con retraso mental para permitir el descanso de los ma excesiva renunciando a cualquier satisfacción propia,
cuidadores habituales; tecnología asistencial y adaptacio- o huir de la situación. En cuanto a los hermanos, no pa-
nes en la vivienda o la escuela; formación y asesoramiento rece haber estudios suficientes sobre la manera en que
a la familia; transporte; servicio de enfermería, y coordi- influye el nacimiento de un niño deficiente, aunque es
nación de los servicios y gestión de los casos (Salvador y necesario tenerlos en cuenta (Rodríguez y De Pablo-
Rodríguez-Blázquez, 2001). Blanco, 2004).
Otras terapias psicológicas.  La utilización de la Cabe señalar las diferencias existentes en función de la
psicoterapia en personas con deficiencia mental ha sido etapa evolutiva del afectado: la infancia es un período
objeto de controversias a lo largo de los años. Algunos determinante en el desarrollo de la persona, por ser muy
expertos opinan que en muchos casos es aconsejable. Sin vulnerable a los aspectos ambientales. Un buen apoyo por
embargo, las personas con retraso leve o moderado suelen parte de todos los miembros de la familia evita eleva­
presentar pensamiento concreto y les resulta difícil dos niveles de estrés y resulta clave para el éxito de los
relacionar sus pensamientos y conductas con sus programas de intervención temprana. El profesional
sentimientos y emociones, por lo que les resultará difícil formará como terapeutas a los padres para potenciar
comprender las técnicas de la psicoterapia. Las personas el desarrollo del niño, los asesorará e instaurará un pa-
con retraso grave y profundo no se pueden beneficiar de trón adecuado de interacción padre-hijo, mejorando las
este tipo de intervención, y en estos casos pueden ser de experiencias de interacción que generen satisfacción mu-
utilidad formas de terapia no verbal como la musicoterapia tua. Asimismo es importante fomentar las redes de apoyo
o la terapia artística (Salvador y Rodríguez-Blázquez, social. En todas las etapas educativas, es importante una
2001). Asimismo, también parece tener un interesante interacción frecuente entre los padres y la escuela. La
e-854 Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia

adolescencia es un período de cambios físicos, emociona- cación especial, promover la participación de los padres
les y mentales, y en las personas con retraso mental los y tutores en el proceso educativo de los niños con nece-
conflictos son aún mayores: han de asumir los cambios sidades especiales, garantizar a estos alumnos una oferta
físicos, entran en una confrontación entre el deseo de in- adecuada de formación profesional y el acceso a la uni-
dependencia y una fuerte necesidad de protección, y sur- versidad y a la continuación de sus estudios en igualdad
gen dificultades de integración en su grupo de iguales. Es de oportunidades con los demás estudiantes, promover
también una época de inicio en habilidades laborales me- un sistema coherente y flexible de apoyos y adaptacio-
diante programas de formación profesional ordinarios u nes que garantice a las personas con discapacidad la
otros alternativos, en función del grado de discapacidad. independencia económica a través de un trabajo en un
En la vida adulta también el apoyo familiar será decisivo medio ordinario y normalizado, ofrecer asistencia a las
para la integración del afectado en el mundo laboral, so- familias de los discapacitados, y facilitar una gama am-
cial, o asociativo. Los hermanos generalmente se ha­ plia de alojamientos alternativos al hogar familiar.
cen cargo de la persona con deficiencia mental cuando
los padres faltan, viviéndose con naturalidad. Algu­
nos factores clave para desarrollar la responsabilidad del AGRADECIMIENTOS
rol paterno con calidad de vida son la flexibilidad, plani- La autora agradece al Dr. Josep Castelltort i Casas su
ficación pormenorizada del futuro inmediato y a largo apoyo durante la revisión de este capítulo.
plazo, contar con una red de apoyo social y el uso de es-
trategias de afrontamiento. La vejez de la persona con
retraso mental, ofrece también sus peculiaridades y nece-
sidades específicas. El afectado presenta mayor dificultad Bibliografía Recomendada
para resolver de manera autónoma los conflictos emocio- En este apartado hemos pretendido compilar algunos libros que
nales, y se agravan las secuelas de los problemas afectivos pueden resultar útiles a las personas interesadas en el tema, a
y adaptativos, con un peor afrontamiento a las adversida- fin de ampliar información. El criterio de la autora a la hora
de escoger esta bibliografía ha sido eminentemente práctico,
des (problemas de salud, jubilación) y baja autoestima. A ya que cada una de las obras destaca por presentar informa-
menudo los cuidadores habituales ya no están, o los fami- ción extensa, o abordajes concretos, o direcciones y recursos
liares restantes optan por acogerlo de forma rotatoria, a los que acudir. Algunos títulos figuran en la bibliografía
con los consiguientes problemas de desarraigo. Para evi- general.
tar esta situación en España existen las fundaciones tute- American Association on Mental Retardation: Mental
Retardation. Definition, Classification and Systems of
lares. También empiezan a surgir residencias adaptadas a Supports. 10th Edition. AAMR, Washington, 2002 [Retraso
las necesidades de los ancianos con retraso mental, y ser- Mental. Definición, clasificación y sistemas de apoyo. 10.a ed.
vicios de apoyo comunitario para los familiares (Salvador Madrid: Alianza Editorial, 2004].
y Rodríguez-Blázquez, 2001). Manual de referencia actualizado sobre aspectos tan signifi-
cativos como el diagnóstico, la clasificación y la planificación
de apoyos de las personas con retraso mental. Incluye tablas y
PREVENCIÓN (TENDENCIAS ACTUALES) figuras que pueden resultar útiles.
Brancal, M. F. (2000). Logopedia creativa en personas con sín-
Una buena muestra de las tendencia actuales en el tema drome de Down. Lenguaje y deficiencia intelectual. Barcelona:
de la prevención, y que recoge en todos sus niveles (pri- Lebón.
maria, secundaria y terciaria), son las pautas de actua- Guía práctica centrada en las dificultades del lenguaje y su
abordaje en el retraso mental, especialmente en el síndrome de
ción propuestas por el Plan de Acción para las Personas Down. Incluye información de páginas web.
con Discapacidad (1997-2002) del Ministerio de Traba- Doman, G. (1993). Qué hacer por su niño con lesión cerebral.
jo y Asuntos Sociales del gobierno español en colabora- O con daño cerebral, retraso mental, deficiencia mental,
ción con las diferentes Comunidades Autónomas (citado parálisis cerebral, espástico, flácido, rígido, epiléptico, autista,
en Salvador y Rodríguez-Blázquez, 2001). Entre otras atetósico, hiperactivo o con síndrome de Down. Diana.
Enfatiza la estimulación precoz adaptada a cada uno de los
son: reducir el número de embarazos de alto riesgo, dis- problemas deficitarios que se pueden presentar.
minuir la cifra de recién nacidos prematuros o con mal- Escribá, A. (2002). Síndrome de Down. Propuestas de interven-
formaciones congénitas potenciando el diagnóstico ción. 173 actividades para el desarrollo de la motricidad.
prenatal, desarrollar programas de atención y rehabili- Madrid: Gymnos.
tación integral a los niños con discapacidades graves, Se centra especialmente en el desarrollo psicomotor en el sín-
drome de Down.
detectar precozmente a los niños con problemas y defi- Espinàs, J. M. (2004). El teu nom és Olga. Cartes a la meva filla
ciencias del desarrollo, ofrecer una atención integral a (35.a ed.). Barcelona: La Campana [1.a ed. 1986]. [Tu nombre
padres y niños con problemas del desarrollo, ampliar y es Olga. Cartas a mi hija. Barcelona: La Campana, 2004].
garantizar la oferta de plazas de todas las etapas escola- Texto literario, no científico, en forma epistolar en el que el
res para niños con necesidades educativas especiales autor explica cómo es su hija, afectada de síndrome de Down,
con una deliciosa mezcla de sensibilidad, afecto, lucidez y
potenciando la calidad de la enseñanza, asegurar el de- serenidad. Muy recomendable.
sarrollo personal y social de los alumnos con necesida- Freixa, M. (2000). Familia y deficiencia mental. Salamanca:
des educativas especiales a través de los centros de edu- Amarú Ediciones.
Capítulo 52  Psicopatología de la inteligencia e-855

Centrado especialmente en la atención de las familias de Facilita acceso a información relacionada con la discapacidad
personas con retraso mental. en España.
Fundació Catalana Síndrome de Down, Corretger, J. M., Serés, • Family Village
A., Casaldàliga, J., y Trias, K. (2005). Síndrome de Down. www.familyvillage.wisc.edu
Aspectos médicos actuales. Barcelona: Masson y FCSD. Recursos sobre retraso mental y discapacidad creado por la
Completísimo y detallado compendio sobre el síndrome Universidad de Wisconsin. Dispone de biblioteca y de foros
de Down que recoge muchos y diversos aspectos sobre las de debate.
tendencias más actuales en cuidados médicos y psicológicos. • Fundació Catalana Síndrome de Down
Hormigo, A. K., Tallis, J., y Esterkind de Chein, A. E. (2006). www.fcsd.org
Retraso mental en niños y adolescentes. Aspectos biológicos, • Instituto Universitario de Integración en la Comunidad
subjetivos, cognitivos y educativos. Ediciones Novedades (INICO). Servicio de Información sobre Discapacidad
Educativas, Buenos Aires. (Universidad de Salamanca-INICO y Ministerio de Trabajo y
Interesante y didáctica perspectiva psicodinámica de diversos Asuntos Sociales)
aspectos del retraso mental. www.usal.es/inico
Molina, S. (1999). Deficiencia mental. Aspectos psicoevolutivos y http://inico.usal.es
educativos. Archidona (Málaga): Aljibe. http://sid.usal.es
Enfoque del retraso mental desde la psicología del desarrollo Obtención de información sobre discapacidad mediante servicio
y la pedagogía. documental con sistema informatizado de acceso vía Internet.
Puyuelo, M., y Arriba, J. A. (2000). Parálisis cerebral infantil. • Observatorio de la Discapacidad. IMSERSO
Aspectos comunicativos y psicopedagógicos. Orientaciones al www.seg-social.es/imserso
profesorado y a la familia. Archidona (Málaga): Aljibe. Facilita acceso a información sobre discapacidad. Publica las
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de este campo sobre etiología, evaluación e intervención en Minusvalías
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te mental. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. central. En P., Farreras, y C. Rozman (dirs.), Medicina Interna.
Centrado en los sentimientos de inadecuacidad y baja 15.a ed. Elsevier, Madrid.
autoestima que influyen en la capacidad de adaptación de las Alfaro, A. (2009). Anomalías del desarrollo del sistema nervioso
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Enfocado a los aspectos educativos y pedagógicos. aptitudes desde el enfoque factorial. En R. Fernández-
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Adaptación social y problemas de comportamiento. Madrid: Madrid: Pirámide.
Pirámide. American Association on Mental Retardation: Mental Retar-
Centrado esencialmente en la evaluación y abordaje de dation.Definition, Classification and Systems of Supports.
habilidades de adaptación, habilidades sociales, problemas de 10th Edition. AAMR, Washington, 2002 [Retraso Mental.
comportamiento y trastornos psicológicos de las personas con Definición, clasificación y sistemas de apoyo. 10.a ed. Alianza
deficiencia mental. De enfoque práctico, incluye resúmenes, Editorial, Madrid, 2004].
apéndice con material y lecturas recomendadas. American Association on Mental Retardation: Mental
Verdugo, M. A. (1995). Personas con discapacidad. Perspectivas Retardation. Definition, Classification and Systems of
psicopedagógicas y rehabilitadoras. Madrid: Siglo xxi. Supports. 9th Edition. AAMR, Washington, 1992 [Retraso
Aborda aspectos como las características esenciales, la Mental. Definición, clasificación y sistemas de apoyo. 9.a ed.
evaluación, la intervención y los servicios para las personas Alianza Editorial, Madrid, 1997].
con retraso mental, discapacidad física y deficiencia sensorial. American Psychiatric Association: Diagnostic and Statistical
Manual of Mental Disorders: DSM-IV-TR. APA, Washington,
2000 [DSM-IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico de los
Direcciones En Internet trastornos mentales. Texto revisado. Masson, Barcelona,
2002].
Hemos creído oportuno facilitar también algunas de las muchas American Psychiatric Association: Diagnostic and Statistical Ma-
direcciones en Internet que pueden resultar de utilidad al lector nual of Mental Disorders: DSM-IV. APA, Washington, 1994.
para obtener más información sobre el tema del retraso mental. [DSM-IV. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
• American Association on Mental Retardation. mentales. Texto revisado. Masson, Barcelona, 1995].
www.aamr.org Baiget, M., Palau, F., Volpini, V., Milà, M., y Ayuso, C. (2009).
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