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PERSPECTIVA DE LA INVESTIGACIÓN EN SALUD EN MÉXICO Y EN EL MUNDO

Por Mara Elisa Monterde Fernández

Cuando nos preguntamos sobre el propósito de la investigación médica, la mayoría


podría afirmar que sus objetivos radican en el avance del conocimiento para el bien de
la sociedad, para mejorar la salud de la población en el mundo y encontrar mejores
maneras para tratar y prevenir una enfermedad.
A pesar del reconocimiento universal del carácter esencial de la investigación de las
ciencias médicas, la conducta de esta búsqueda siempre ha enfrentado obstáculos, tal
y cómo lo afirma Visscher: -"la búsqueda científica ha sido el jefe instrumental en traer
al hombre del barbarismo a la civilización, de la oscuridad a la luz, mientas esto ocurría,
en cada paso, encontró oposición en los poderes de la ignorancia, el desentendimiento
y la envidia".
En la actualidad el internet ha bajado dramáticamente el precio de compartir y
almacenar información, también ha cambiado de ser una herramienta que solo
mostraba información en una sola dirección a un flujo bidireccional de comunidades
participativas. El internet ofrece diversas ventajas para autores colaborativos y el bajo
costo de la distribución de contenidos educativos, sin embargo este sigue siendo un
gran obstáculo ya que existen países en desarrollo en los que no puede costearse la
información actualizada o no se tiene acceso a internet.
En el ámbito internacional es conocido que la investigación médica se lleva acabo con
un gran financiamiento, alrededor de $160 billones de dólares es gastado cada año en
investigación biomédica, a pesar de ello el objetivo de aquella investigación y la forma
en la que se conduce tiene un matiz empresarial, en el que se maneja como si se
tratara de un negocio , en el que las compañías farmacéuticas y las compañías
investigadoras financiadas por la industria buscan el máximo redituable en cada
publicación, pensando en el beneficio económico y comercial.
En México se creó la Comisión Mexicana de Investigación en Salud, tras creación de la
Comisión para la Investigación en Salud para el desarrollo en 1990 por la Universidad
de Harvard y la fundación Rockefeller, quienes realizaron labor de análisis sobre el
tema en países industrializados y en vías de desarrollo. Al término de sus
deliberaciones dicha comisión publicó, junto con la Academia Nacional de Medicina, el
documento "La investigación en salud en México. Un esbozo de agenda", en el cual se
abordan:
- Favorecer la búsqueda del conocimiento científico, centrado en los problemas de
salud que afecten prioritariamente a nuestro país.
- Se da la importancia al apego a las normas de bioética nacional e internacional,
asegurando el acceso a la información.
-Se concede mejorar el estímulo económico a investigadores y recurso humano en
salud, así como en las herramientas, estructura y equipo que permitan continuar con el
desarrollo científico.
-Se favorece la creación y mantenimiento de comunidades científicas que vinculen
información, así como el desarrollo de programas de posgrado de investigación en
salud de excelencia que incrementen la difusión y divulgación de los resultados de la
investigación.
Sin embargo en nuestro país solo en contadas ocasiones se han abordado en forma
interdisciplinaria e interinstitucional los grandes problemas de salud, excepto en
situaciones urgentes por la aparición de epidemias, de ahí que sea necesario reforzar
las acciones y programas existentes, generando nuevas agendas políticas de
investigación en salud.
Con el objeto de hacer un recuento de los recursos humanos que participan en tareas
de investigación médica, analizamos aquellos que son miembros del Sistema Nacional
de Investigadores (SNI), creado en 1984. En el periodo 1984-2016, el número de
investigadores que integran el SNI ha pasado de 1,396 a 25,072, sin embargo el área
biomédica y de ciencias de la salud no es el área predominante por el número de
miembros.
De esta forma es apropiado concluir que contamos con una comunidad de
investigación médica productiva, aunque aún pequeña para el país.
A pesar de ello el problema del financiamiento es, sin duda, el más serio de todos.
Requerimos una política de apoyo creciente para estas tareas que aseguren su
estabilidad y establezcan una política de Estado.
La ciencia no puede ser realizada adecuadamente, si no se tiene la seguridad de que
será apoyada a mediano y largo plazo. Entonces el diseño de políticas públicas pro
salud, benefician la aplicación del conocimiento científico.
Es indudable que la carga asistencial a la que están sujetos los médicos merma
sustancialmente los esfuerzos que podrían dedicar a la investigación. Se requiere la
creación de más plazas para la investigación.
Es de suma importancia que la investigación médica en México continúe teniendo
desempeño en el futuro. Para ello es necesario mantener el apoyo a los grupos
científicos que han mostrado productividad y calidad, así como el desarrollo de nuevos
grupos que e se relacionan con problemas epidemiológicos importantes para el país.
En tiempos de austeridad monetaria, se pone a prueba la voluntad política. Si se relega
la investigación médica, lo más probable es que, a la larga, los apremios económicos y
la dependencia del extranjero se vuelvan todavía mayores, con sus consecuentes
efectos sobre la salud de la población.
De esta forma surgen diversas propuestas que pueden promover el desarrollo de la
investigación en nuestro país, cómo aquella en qué sustentan los trabajos de
investigación en el pregrado, en las cuales, los estudiantes que inician prontamente en
su formación en el campo científico y clínico, se vuelven a largo plazo mucho más
productivos.
Todo ello podrá finalmente propender a que realmente la ciencia nos integre, haciendo
un nivel de investigación que permita destacar a la región a nivel mundial.
A través de la investigación y la publicación científica, se conoce un nuevo método de
aprendizaje que además deberá conllevar a la apropiación del conocimiento científico,
cambios en la toma de decisiones y en general el mejoramiento de la salud de nuestro
pueblo.

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