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Dialnet ElMuebleEnElPeruEnElSigloXVIIIEstilosGustosYCostum 3045477 PDF
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En la época colonial el amueblado y la estatus social más bajo, y que se reflejan distintas colecciones en las que, entre
decoración del palacio eran propiedad del en diversos aspectos de su entorno mate- los asientos, predominan los sillones
virrey, por lo que cada relevo suponía un rial como en la posesión de muebles con (denominados «sillas» en los inventa-
nuevo conjunto de piezas (Sala i Vila, 2004). determinadas características y la función a rios). La mayor parte son del tipo de los
Por ello, a partir del estudio de los bienes del la que estaban destinados. denominados «sillones fraileros»5 y pre-
palacio que presenta el inventario de Los inventarios revisados para esta in- sentan características similares: respaldo
Castelldosrius, podemos conocer sus gustos vestigación –representativos de los diver- ligeramente inclinado hacia atrás, brazos
particulares. sos grupos que conformaban la clase diri- angostos de perfiles curvos que rematan
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«[...] “Taburete” es el asiento que hoy gente de la época– son el del Palacio de en volutas, patas de líneas curvas y cham-
denominamos “silla”, es decir, uno con patas Gobierno con los bienes del virrey mar- branas delanteras anchas con decoración
y respaldo. “Silla” o “silla de brazos” se qués de Castelldosrius (1710)3; los de las tallada6 (fig. 1).
denominaba a lo que hoy conocemos por viviendas de varios nobles comerciantes, Todos estos ejemplares, sin embargo,
“sillón” [...].» (Junquera y Mato, 1999: 431). como doña Rosa Juliana Sánchez de Ta- sólo están tapizados con cuero repujado,
Asimismo, hay que aclarar que la «silla de gle, primera marquesa de Torre Tagle que se caracteriza por presentar abarro-
brazos» es lo que comúnmente se conoce (1761), don Gerónimo Angulo, conde de tadas composiciones en las que se entre-
como «sillón frailero». Sin embargo, esta San Isidro (1771), don Nicolás de Tagle cruzan motivos zoomorfos, fitomorfos y
denominación no aparece en los inventarios, Bracho, segundo conde de Casa Tagle geométricos –la composición más fre-
pues es un término del siglo XIX. En los (1775), doña María Ignacia Carrillo y Gar- cuente muestra un águila bicéfala en el
inventarios también se encuentran las ces, condesa de Vistaflorida (1791), y don lugar central rodeada de otras aves y leo-
denominadas «sillas poltronas», que son sillas José González Gutiérrez, primer conde nes rampantes, confundidos todos en
de brazos con los costados y respaldo de Fuente González (1806); el inventario una follajería exuberante, y enmarcados
tapizados. (Junquera y Mato, 1999: 431). de la Quinta Presa perteneciente a un por bandas de motivos geométricos–.
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Se trata de un tipo especial de sillón de gran personaje de una familia acomodada Destaca en este conjunto el ejemplar de
éxito en España entre los siglos XVI y XVII y, por como es don Pedro Carrillo de Albornoz la colección del MALI cuyo respaldar está
lo tanto, muy usado en el virreinato del Perú. (1798); y el inventario de la casa y oficina decorado con una escena religiosa –San-
Sus características son las siguientes: «[...]. de don Cristóbal Francisco Rodríguez, ad- ta Rosa paseando en el jardín acompaña-
Las patas delanteras se prolongan sobre el ministrador general de Temporalidades, da por el Niño Jesús que aparece sobre
asiento sirviendo de ménsulas de apoyo a los un alto funcionario del gobierno (1789). una nube– realizada en un repujado muy
brazos, las posteriores arman el respaldo y son Las colecciones visitadas han sido las fino, policromado y dorado con pan de
en principio rígidas y verticales. Poco a poco se del Museo de Arte de Lima (MALI), el oro (fig. 2).
quiebran a la altura del asiento tomando una Museo Nacional de Antropología, Ar- Otro tipo de sillones son aquellos que
inclinación o caída en busca de mayor queología e Historia del Perú (MNAAHP), se caracterizan por sus grandes dimen-
comodidad. Las patas van unidas entre sí por la Quinta Presa –actualmente propiedad siones y su respaldar inclinado como el
chambranas [...]. Las chambranas delanteras del Instituto Nacional de Cultura–, el Pa- que pertenece a la Quinta Presa (fig. 3).
son muy anchas para evitar los desplomes lacio de Torre Tagle –propiedad del Mi- Sus formas y decoración son de estilo
laterales y van decoradas con tableros tallados, nisterio de Relaciones Exteriores–, la rococó: presentan brazos y patas de per-
cartelas, cintas entrelazadas o recortadas. [...]. Casa Goyeneche –propiedad del Banco files ondulantes que terminan en volu-
Los brazos, en principio, son planos y anchos, de Crédito del Perú–, y la de Alfonso Ca- tas, chambranas en H y motivos decora-
estrechándose paulatinamente a comienzos brera Ganoza. tivos de rocalla.
del siglo XVII, al mismo tiempo que se va En cuanto a las sillas, destacan las die-
curvando hasta terminar en voluta. Asiento y ciséis de estilo Reina Ana que pertene-
respaldo son de baqueta, de cuero repujado o II. Muebles y estilos cieron al juego de comedor de la Quinta
almohadillado, de terciopelo o simplemente de Presa7 (fig. 4). El estilo Reina Ana se de-
madera. Aquellos van sujetos al armazón por Asientos sarrolló a inicios del siglo XVII en Inglate-
clavos de latón o bronce, tachuelas de latón rra, tuvo gran difusión en España en el
ordinarias o de cabezas gallonadas, estrellas, Los asientos que se usaron con mayor siglo XVIII y se introdujo progresivamente
puntas de diamante, etc. [...].» (Aguiló, 1987: frecuencia fueron las sillas y los tabure- en el virreinato del Perú. Las sillas de
300-301). tes4 –que son bastante numerosos en to- este estilo presentan las siguientes carac-
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Debe indicarse que casi todos los ejemplares dos los inventarios–. Según lo registrado terísticas:
presentan una serie de alteraciones producto en éstos, durante la primera mitad del si-
del reemplazo de diversas piezas, cueros glo este tipo de muebles fue tapizado «[...]. El sólido respaldo curvo que
decorativos y tachuelas originales por piezas preferentemente con cuero –desde la se adaptaba a la columna vertebral del
de diferentes períodos. Estos cambios nos simple «suela ordinaria» hasta el decorati- ocupante, el confortable asiento tapiza-
indican que fueron muebles a los que se les vo cuero repujado y teñido de la «baque- do con el travesaño delantero curvo y la
daba gran uso –en comparación con otro tipo ta de Huamanga»–, mientras que en la elegante línea de sus patas cabriolé con-
de ejemplares que eran de carácter más segunda mitad se prefirieron las telas fi- tribuyeron a conformar una forma más
decorativo–, por lo que se gastaban o se nas –como el terciopelo o el damasco. satisfactoria. Las patas terminaban en
quebraban algunas de sus partes, teniendo Esta preferencia se puede corroborar rodetes, garras y bolas, pezuñas o patas
que ser reemplazadas. con los ejemplares encontrados en las de león. La talla, si existía, se aplicaba
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Según la Guía de muebles antiguos de Payne, moderadamente a las rodillas de las pa- dón compuesto por una serie de colum-
los juegos de comedor aparecen en el siglo tas delanteras, a menudo en forma de nillas torneadas que forman arquerías y
XVIII con juegos de sillas bastante numerosos concha o cabezas de león. La concha se por sus formas que siguen siendo rectas
–12, 14 o incluso 16 sillas– (Payne, 1995: 64). podía aplicar también al travesaño del (fig. 6), salvo en algunos casos en que
Además, en la misma guía se indica que «[...] asiento; a veces, se aplicaba una decora- los brazos pueden ser ondulantes y re-
las sillas de comedor se construyeron a ción muy ligera en el respaldo. [...].» Si matados en volutas.
menudo con brazos, pero ello no afecta al presentaban brazos, éstos descansaban
diseño global de la silla.» (Ídem: 70). «[...] sobre soportes apoyados en los Mesas
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Los canapés o sofás, son muebles travesaños laterales del asiento, en vez
característicos del siglo XVIII que sustituyen a de en la prolongación de las patas de- En el caso de las mesas es más difícil dis-
los antiguos bancos renacentistas y barrocos. lanteras que habían sido incompatibles tinguir las características y los tipos de
Se caracterizan por ser muebles «[...] de con las nuevas formas cabriolé. [...].» las que se usaron en este período, ya
asiento mullido para dos o más personas, (Bennett Oates, 1984: 117.) que las descripciones, al depender de
dotado de brazos y respaldo [...]» (Payne, quien realiza cada inventario, se han ba-
1996: 78). Al principio estaban formados por También se encuentran mencionados sado indistintamente en diferentes as-
una sucesión de sillas, pero luego devendrán en los inventarios, aunque en menor nú- pectos de ellas. Por lo general se descri-
en «[...] un asiento armonioso en sus mero, los canapés y los sofás8, algunos be o el tipo de decoración o la forma de
proporciones con respaldo unitario y reducido tapizados con cuero, pero la mayor parte las mismas, y en pocas ocasiones se des-
número de patas» (Junquera y Mato, 1999: forrados con finas telas. criben ambos aspectos.
430). La diferencia entre el canapé y el sofá En las colecciones visitadas sólo he- Entre los tipos de decoración encon-
consiste en que el primero «[...] no está mos encontrado un ejemplar de canapé tramos los forros de baqueta, la madera
totalmente tapizado y tiene algunas partes de –perteneciente a la colección de Alfonso dorada, los embutidos (presentes por lo
madera descubierta, generalmente los brazos; Cabrera Ganoza–, el cual está formado general en las mesas pequeñas y que
en el caso del sofá, en cambio, la tapicería por una sucesión de sillas unidas entre sí pueden ser de concha de perla, carey o
recubre por completo la estructura, dándole y presenta un asiento tapizado en tela nácar), los forros con telas finas (tercio-
un aspecto más voluminoso y confortable» (fig. 5). Este mueble es un claro ejemplo pelo y paño) y el acharolado o laqueado.
(Payne, 1996: 78). de la mezcla de los modelos de asiento Según se desprende del análisis de los
francés y británico que se pone de moda inventarios, en los inicios del siglo se
a partir de mediados del siglo XVIII en Es- usaban todavía mesas doradas y forradas
paña. A inicios de este siglo había irrum- en baqueta, más propias del gusto del
pido en la península la moda tanto de siglo XVII, mientras que posteriormente
los asientos «a la francesa» como de los se dejará de lado este tipo de decoración
asientos «a la inglesa». para preferir los embutidos o los laquea-
dos orientales.
«Las primeras, tomadas de modelos En cuanto a las formas, las caracterís-
británicos de la época de la reina Ana, ticas que se especifican son, por un lado,
tienen una gran difusión por medio del la forma del tablero (en estos casos la
comercio y el contrabando marítimo; las mayoría son redondas), el tamaño (hay
segundas, gracias al propio monarca y varias grandes, una mediana y una pe-
su entorno. Las sillas “a la inglesa” se queña), la forma de los pies (las hay de
usaron en todo el siglo, siguiendo pies torneados, con cuatro pies, con pies
aproximadamente todos los gustos bri- de burro y con pies de gallo) y si poseen
tánicos anteriores al Director’s de Chi- cajones (en estos casos la mayoría pre-
ppendale; a mediados de la centuria se sentan un cajón, aunque las hay de dos y
transforman en un híbrido franco-britá- de varios cajones). En el inventario de
nico [...]: un respaldo de pala calada y Nicolás de Tagle y Bracho, además, se
unas patas en cabriolé a la francesa. describe el tipo de tiros y chapas de los
[...].» (Junquera y Mato, 1999: 430.) cajones, que pueden ser de plata, de sí-
mil de oro o simplemente de metal.
En las colecciones también hemos en- Un tipo específico de mesa es la con-
contrado bancas y escaños, muebles que sola, mueble que fue muy popular en el
no figuran en los inventarios revisados, siglo XVIII, pero que sin embargo sólo la
quizás por tratarse de muebles dispues- encontramos en el inventario del virrey
tos más bien en ambientes religiosos y Castelldosrius, en el que se indican vein-
espacios públicos (Cucco, 2003: 24). Las te consolas de madera dorada y seis con-
bancas y escaños están destinados a ser- solas sin mayor descripción.
vir de asiento a dos o más personas y los Otro tipo específico de mesa es la «de
que se encuentran en las colecciones se truco», juego bastante común en la épo-
caracterizan por presentar respaldo y fal- ca, similar al que hoy conocemos como
«billar». Esta mesa está presente en el in- cuanto a las primeras, hemos encontra-
ventario de la Quinta Presa, acompañada do tres ejemplares, una –perteneciente a
por seis tacos y cuatro bolas de marfil, y la colección del MNAAHP (fig. 7)– que
en una hacienda del conde de Fuente mantiene todavía las formas del siglo
González, acompañada de sus cuatro bo- XVII, básicamente rectas, con tablero liso
las y tacos respectivos. de bordes rectos, bajo el cual se encuen-
En las colecciones también se ha po- tra un faldón en el que se inscriben dos
dido encontrar una buena cantidad de grandes cajones y se sostiene en cuatro
mesas de diversos tamaños, formas y de- patas torneadas unidas por chambranas.
coraciones, que pueden ser divididas en: El elemento que demuestra principal-
mesas principales y mesas auxiliares. En mente su filiación al siglo XVIII es la incli-
nación de las patas hacia fuera. Las otras lisos con bordes ondulantes, faldones
dos –perteneciente una a la colección que terminan en bellos diseños tallados
del MALI y la otra a la Quinta Presa–, en de rocalla, y cuatro patas cabriolé tam-
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Pequeñas mesas de uso doméstico –pueden cambio, corresponden claramente al es- bién decoradas con motivos de rocalla
ser consideradas dentro de los denominados tilo rococó, ya que presentan tableros li- (fig. 9).
bufetes, término que en España se utilizaba sos pero de bordes ondulantes, faldones Otro tipo de mesa auxiliar es el bello
para denominar a las mesas que se arrimaban ricamente decorados con motivos de ro- ejemplar que se encuentra en la colec-
contra los muros y que se servían como calla y cuatro patas cabriolé que, por lo ción del MALI (fig. 10). Se trata de una
soporte de objetos decorativos– que se grueso de su estructura, ya no necesitan mesa ovalada con tablero de mármol
produjeron principalmente en los siglos XVI y del apoyo de las chambranas (fig. 8), as- también del más puro estilo rococó con
XVII y que, aunque su uso va a continuar pecto muy característico del mueble del el faldón, las finas patas cabriolé y la
durante el siglo XVIII, van ir siendo siglo XVIII. gran chambrana que las sujetas, profusa-
reemplazadas por la introducción de las En cuanto a las mesas auxiliares9 és- mente decorados con motivos de roca-
consolas, que van a cumplir su misma función. tas se encuentran en mayor número y lla. Otro magnífico ejemplo de mesita
(Junquera y Mato, 1999: 410). variedad. Así encontramos una de la co- auxiliar es el pequeño mueble completa-
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Pensamos que se denomina así a las camas lección del MALI que corresponde a un mente enconchado que se encuentra en
de pilares que presentan un cielo o dosel, ya estilo más relacionado con el mobiliario el Palacio de Torre Tagle (fig. 11).
que según Junquera y Mato «la cama se del siglo XVII ya que presenta líneas rec-
componía de un lecho o catre y de un cielo o tas en su conformación general: un ta- Camas
imperial que podía variar mucho según la blero liso de bordes rectos, un faldón
categoría del mueble. La imperial, cielo o sencillo y cuatro patas torneadas sujeta- Según la información que proporcionan
dosel, era de tamaño y formas diversos. En das por chambranas. Los elementos que los inventarios, diversos tipos de camas
las camas de pilares su tamaño era el mismo la remiten al siglo XVIII son la posición coexisten a lo largo de todo el siglo y bajo
que el del lecho y descansaba sobre aquellos, de las patas inclinadas hacia afuera y la distintas denominaciones (catres, camas
nacidos en las vertientes de las esquinas. En decoración taraceada en marfil que se imperiales y cujas). Los catres y las camas
las camas más modestas, el dosel era de hace más frecuente en este siglo. En imperiales10 estaban especialmente deco-
pequeño tamaño y circular, está constituido cambio, dos ejemplos típicos de mesitas rados con diversos tipos de colgaduras,
por una pieza de tela pendiente del techo, y auxiliares del siglo XVIII que siguen la cubrecamas y colchones de suntuosos
detrás de cuyas goteras partían las cuatro tradición del estilo rococó son las que materiales, entre los que encontramos pa-
cortinas para ir a morir en unos pilares bajos. pertenecen a la colección de Alfonso bellones, rodapiés y colchones de damas-
Son las llamadas camas de pabellón. [...]» Cabrera Ganoza y al mobiliario de la co, toldillos y cielos pintados al óleo, cor-
(Junquera y Mato, 1999: 405). Quinta Presa. Ambas presentan tableros tinas de tafetán y aderezos dorados. Estos
ropajes debían cubrir casi toda la estruc- la Quinta Presa y corresponden clara-
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Según María Paz Aguiló, en España en el tura de la cama, motivo por el cual en los mente al estilo rococó. Ambas están ta-
siglo XVII la armadura de madera de las camas inventarios casi no se menciona el acaba- lladas, pintadas sobre un fondo claro y
cobra importancia frente a la que las do de ésta, con excepción de algunos ca- presentan algunos bordes dorados. Es-
colgaduras de tela habían tenido en épocas tres en los que se indica que tienen un tos bordes suelen ser motivos de roca-
anteriores; la estructura empieza a presentar acabado barnizado. lla y presentan una profusión de moti-
una gran decoración basada en torneados y En el caso de las cujas, en cambio, se vos florales pintados. En el caso de una
aplicaciones de bronce. Este tipo de camas indica siempre el tipo de madera en que de ellas, presenta patas cabriolé y junto
tiene mucha similitud con las producidas en están confeccionadas (tres son de una con los motivos florales pintados, se
Portugal, las cuales presentan dos tipos: «[...] madera llamada «amarillo» y otras dos de encuentran intercalados motivos de
las de cabeceros con doble hilera de «cocobolo») y en uno de los casos se in- aves y pequeñas escenas galantes y
balaustres con dos frizos horizontales tallados dica que es salomónica y que tiene un campestres; asimismo, el piecero y el
y ausencia de estructura decorativa en la acabado bronceado11. Sólo dos de ellas cabecero presentan en la parte central
parte superior y la de torneados “de roca” o presentan colgaduras, una tiene pabellón dos escenas galantes bastante elabora-
salomónicos [...] cuyo uso es absolutamente y rodapiés de Cajamarca y la otra pabe- das (fig. 12). El otro ejemplar presenta
popular a partir de mediados del siglo XVII llón de tela de Quito. más bien patas de formas ondulantes y
hasta el tercer cuarto del siglo XVIII [...]» y Son muy pocas las camas coloniales largueros que sobresalen por encima
que también se difundieron en América que se conservan en Lima. Dos buenos de piecero y cabecero con perfiles de
(Aguiló, 1987: 211-212). ejemplares provienen del mobiliario de curva y contracurva.
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Son los que comúnmente conocemos con el
nombre de «bargueños»: «[...] un arcón con el
frente abatible que, abierto, deja ver numerosos
cajoncitos cuyos frentes tenían una decoración
muy rica. El frente abatible se podía sostener
sobre unos apoyos deslizantes y utilizarse como
mesa de escribir. En los laterales tenía unas
asas de hierro para facilitar su transporte. El
bargueño se utilizaba con frecuencia como
arcón de viaje para transportar pequeños
objetos de valor y como pupitre móvil. Se
colocaba indistintamente sobre un pie de
puente (dos caballetes) o un taquillón (arcón de
cuatro cajones. [...].» (Bennett Oates, 1984: 69).
Muebles de escritorio ca. [...] la manía por coleccionar cosas, La denominación de «bargueño», sin embargo,
hizo de los escritorios lugares utilísimos fue acuñada en el siglo XIX: «Fue Juan Facundo
En los inventarios se encuentran princi- para guardar los objetos acumulados el primero en utilizar este nombre en 1872 [...].
palmente los denominados «escrito- por sus propietarios: piedras preciosas, El término, que no aparece en el Diccionario de
rios»12 y las papeleras13, bastante comu- muestras geológicas, conchas, manus- la Real Academia de la Lengua hasta 1914, se
nes a inicios del siglo XVIII , y los critos, monedas, medallas y [...] porcela- fundamenta en una supuesta fabricación de los
buró-librería o escritorio-papelera14 –en na oriental. El esplendor de estos escri- muebles en el pueblo toledano de Bargas o a la
los inventarios son denominados simple- torios rivalizaba, en cuanto al valor se actividad, en la Ciudad Imperial, de un ebanista
mente como papeleras–, que aparecen refiere, con su contenido.» (Bennett llamado Vargas. Ambos extremos no han podido
en este siglo y van sustituyendo a los pri- Oates, 1984: 82.) ser confirmados, por lo que tal denominación es
meros con el transcurso del tiempo. una invención del pasado siglo» (Junquera y
Los escritorios eran los muebles más No es de extrañar, entonces, que el Mato, 1999: 416).
lujosos de la época –eran realizados en que tenía más variedad de muebles de 13
«[...]. Papelera es voz con la cual se hace
los materiales más finos y caros– debido este tipo era el virrey Castelldosrius –en alusión, en el siglo XVII, a su uso como
a lo cual su posesión indicaba riqueza y su inventario se encuentran 12 escrito- contenedor de papeles y, teóricamente,
poder, ya que desde el siglo XVII se ha- rios, tres bufetillos, dos burós y una es- aplicada a muebles con cajones y carentes de
bían convertido en artículos de moda cribanía–. Se trata de muebles que, por tapa abatible» (Junquera y Mato, 1999: 416).
muy valiosos y que en muchos casos, in- su función, estaban ubicados preferente- 14
Muebles que constan por lo general de dos
cluso, fueron diseñados únicamente para mente en el área de la casa denominada cuerpos, el superior a manera de estantería
su exhibición. «gabinetero» o «estudio», es decir, aque- cerrada por dos puertas y en el inferior por una
llas que servían como despacho o escri- cajonería a manera de cómoda, mientras que en
«[...] en su realización se emplearon torio. Sin embargo, debido a que se tra- la zona intermedia presenta una tapa abatible
los mejores materiales y las técnicas e taba de muebles destinados también a que, al igual que el escritorio, sirve para escribir
innovaciones más modernas de la épo- demostrar la riqueza de su dueño, se les y deja ver el interior, pequeños cajones.
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Gusto que se extiende, además, debido al
comercio ilegal de productos que llegaron a
América en barcos franceses desde fines del
siglo XVII. Como explica Deustua, es sobre
todo a inicios del siglo XVIII, con la guerra de
Sucesión, que este comercio se acrecienta.
El conflicto armado «[...] interrumpe las
normales relaciones de comercio. [...]. Frente
a la circunstancia difícil de la guerra, las Indias
no se encuentran incomunicadas, ni mucho
menos. La conyuntura francesa hará que los
comerciantes galos y Luis XIV sean muy
importantes beneficiarios del comercio
americano a través de la furtiva presencia de
barcos franceses que, cargados de cromados muy usado en el siglo XVII– doradas y diversas figurillas de loza de la
mercancías, so pretexto de arribada forzosa o hasta bien entrado el siglo; preferencias China.
de otro artilugio, conseguían que se les que irán variando hacia otro tipo de aca- Esta falta de interés por el mobiliario
permitiera entrar a los puertos americanos. El bados, como los tapizados de tela en los de estilo rococó se puede relacionar, por
contrabando, fenómeno secular con el que se asientos o las incrustaciones de diversos un lado, con una reafirmación de los
acostumbró a vivir el comercio legítimo, se materiales finos en ejemplares como es- gustos locales más afines al sentimiento
acrecienta en los comienzos de este siglo. Es critorios, mesas, cajitas y cofres, etc., ele- barroco del siglo XVIII, y por otro, con la
desde Saint Maló en Francia [...] que se mentos decorativos más afines con el reafirmación de los privilegios y el modo
organiza y multiplica este comercio intérlope gusto dieciochesco. de vida de la clase dirigente de la época,
que va a inundar de productos al mercado Es evidente el retraso en la aceptación entre los que se encontraban principal-
colonial americano» (Deustua, 1993: 308). de los nuevos gustos afrancesados que mente los nobles comerciantes cuyos
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Castelldosrius conoció el modo de vida de la fueron llegando debido a la ascensión al inventarios hemos analizado, quienes
corte de Luis XIV durante su estancia como trono de España de la dinastía francesa defendían el monopolio comercial entre
embajador en el reino de Francia y reprodujo de los Borbones18. Incluso en el caso del España y sus colonias frente al libre co-
ciertos aspectos en Lima durante su gobierno mobiliario de un personaje como el vi- mercio que beneficiaría a otros grupos
del Virreinato del Perú como la introducción rrey Castelldosrius, personaje que repro- sociales emergentes.
del teatro francés y la música italiana, la dujo en muchos aspectos el modo de Sin embargo, en el último tercio del
fundación de una academia literaria o su vida de la corte de Luis XIV según los siglo XVIII , la Corona Española debió
afición por asistir a comedias, fiestas, datos que nos proporciona su biogra- aprobar un reglamento de libre comer-
conciertos de cámara y cacerías (Sala i Vila, fía19, los muebles característicos del ro- cio como medida para hacer frente al
2004). Se trataba de nuevas formas culturales cocó francés no constituyen la mayor incremento del contrabando, por medio
que representaron un quiebre con la tradición parte de su patrimonio –quizás el ejem- del cual ingresaba a América cada vez
española anterior, pero justamente por ellas plo más resaltante, de acuerdo al inven- una mayor cantidad de mercadería ex-
el virrey fue duramente criticado y acusado tario, sea el gran salón de espejos que se tranjera. Esto repercutió también en el
de desatender las acciones de gobierno. encontraba en la casina del jardín y que uso de determinado tipo de muebles, ya
20
«[...] Inglaterra crea en este tiempo un tipo estaba decorado con diez grandes espe- que hacia finales del siglo XVIII se puede
de mobiliario más sencillo que se adapta jos de marcos dorados, veinte consolas notar un mayor gusto por el mobiliario
inglés, que desde mediados del siglo XVIII pizada decorada con cojines y algunos
venía siendo introducido en el virreinato muebles en la que las mujeres de la élite
del Perú gracias al comercio ilegal20. Así, de la época solían pasar gran parte del
encontramos numerosos muebles ingle- día realizando diferentes labores21. No es
ses en el inventario de Nicolás de Tagle casual, por lo tanto, que en ambos inven-
Bracho, conde de Casa Tagle –una silleta tarios aparezcan en este espacio una se-
en el cuarto de estudio, varios taburetes, rie de cajitas y cofres magníficamente
un catre, una caja grande y una escriba- decorados, que superan en número y ri-
nía–, y en el mobiliario del conde de San queza a los que se encuentran en los in-
Isidro –cuatro papeleras, una silla, dos ventarios de los personajes masculinos.
canapés y veintisiete taburetes–. También Se trata probablemente de objetos sun-
es de destacar en este sentido las dieci- tuarios que servían especialmente a las
séis sillas de estilo Reina Ana que perte- mujeres de la élite para demostrar su
necieron al juego de comedor de la prestigio y riqueza. Así, en la cuadra de
Quinta Presa y el canapé de clara influen- estrado la marquesa de Torre Tagle po-
cia inglesa que se encuentra en la colec- seía dos cajitas negras con chapas de me- mejor al gusto español. Al principio, los
ción de Alfonso Cabrera Ganoza. tal de la China sobre sus mesas y una muebles y telas ingleses entran de
Desde el punto de vista de las costum- embutida de concha de perla, carey y contrabando. Más tarde, al liberalizarse el
bres, la distribución de este mobiliario en marfil, mientras que la condesa de Vista- comercio, los barcos ingleses viene cargados
los diferentes ambientes de palacios y vi- florida poseía cuatro cajitas embutidas de relojes, porcelanas, lozas y sillones y
viendas señala las prerrogativas del modo con carey y concha de perla con sus me- mesas Chippendale o Sheraton [...]» (Aguiló,
de vida de los altos estratos sociales. La sitas del mismo material. 1987: 311).
pauta más importante consiste en ubicar Del mismo modo, un espacio de uso 21
Sobre el estrado, Junquera y Mato explica
los muebles más ricamente decorados en exclusivamente masculino es el estudio, que, «por influencia islámica, hasta el siglo XIV
los espacios destinados a recibir a las visi- ya que sólo se encuentra indicado en se mantuvo la costumbre de sentarse en el
tas –como es el caso de la cuadra o el los inventarios pertenecientes a perso- suelo sobre almohadas dispuestas encima de
dormitorio–, ya que se trata de demostrar najes de este género. El estudio era una alfombras o guadamecíes que, para evitar la
frente a los demás su alto rango y recibir especie de despacho o escritorio donde humedad, se ponían sobre un estrado de
el trato correspondiente a su estatus. Asi- los dueños de las casas recibían a sus madera. Costumbre que en los reinos
mismo, se aprecian en los inventarios dis- invitados, principalmente para tratar cristianos se puede rastrear desde el siglo X y
tinciones en el amueblado de los diferen- asuntos de negocios. De ahí que se ubi- que daría lugar a la pieza de recibo
tes tipos de viviendas de los miembros de caran en ellos muebles como papeleras, característicamente ibérica, el estrado,
la élite: la casa principal es la más decora- escritorios, mesas y estantes muy deco- definido a finales del siglo XII y que sería,
da, mientras las casas de las haciendas o rados, ya que no sólo cumplían su fun- desde el siglo XII, lugar especialmente
una casa de descanso como la Quinta ción utilitaria, sino también la de de- femenino» (1999: 394). Asimismo, Aguiló
Presa se amueblan con ejemplares menos mostrar el estatus del señor de la casa. indica, para el caso de España, que en las
lujosos. Para finalizar, podemos considerar salas destacaba «[...] el estrado, tarima de
También se pueden notar ciertas dis- que en el entorno de la élite colonial del madera cubierta con una alfombra, donde las
tinciones basadas en cuestiones de géne- siglo XVIII fueron los gustos y los intere- damas se sentaban al uso morisco sobre
ro. Resalta, por ejemplo, el hecho de que ses los que definieron las permanencias almohadones de terciopelo o guadamecí, con
sólo en los inventarios de los dos perso- y los cambios en los estilos de los mue- cajas de ébano y marfil, en los que se
najes femeninos del grupo analizado se bles –entre el tradicional barroco espa- echaban huesos de aceitunas para dar buen
indica la existencia de un espacio en la ñol y el recién llegado rococó francés–, olor. La costumbre del estrado de las damas
casa denominado la «cuadra de estrado». mientras que las exigencias de los estilos es de origen árabe y persiste en España hasta
Se trataba de una sala de recibo en la de vida definieron las pautas de consu- el siglo XVIII [...]» Los caballeros en cambio
que se ubicaba una especie de tarima ta- mo y de uso del mobiliario. usaban sillas para sentarse (1987: 273).
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