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Solicita nombramiento de defensor de ausentes; Segundo Otrosí: solicita oficio que indica;
Tercer Otrosí: Acompaña documentos; Cuarto Otrosí: Privilegio pobreza; Quinto Otrosí:
Patrocinio y poder; Sexto otrosí: Forma especial de notificación
HECHOS:
1. El 13 de enero de 2005, viaje a Cuba de vacaciones. En dicha ocasión conocí al
demandado con quien sostuvimos una rápida relación amorosa.
2. Contraje matrimonio con el demandado el 21 de enero de 2005 en Playa la Habana,
Cuba.
3. El 22 de enero de 2005, esto es al día siguiente de nuestro matrimonio decidimos venir
Chile, pero al demandado no le otorgaron visa por lo que no pudo viajar. Tuve que viajar
sola, y procedí a inscribir el matrimonio en Chile con fecha 5 de junio de 2005, inscrito
con el número 737 de la circunscripción de Santiago del año 2005, del Registro Civil e
Identificaciones.
4. Pese a que hablábamos telefónicamente, nunca le otorgaron visa, por lo que nunca pudo
viajar a chile, y luego de un tiempo no me llamó más, todo lo cual ocasionó que
perdiera todo contacto con el demandado, a fines de junio del 2005.
5. De esta forma, conforme lo señalado, podría decir que nuestra convivencia matrimonial
duró a lo más 24 horas. Así llevo separada de hecho más de 8 años.
6. En cuanto a la compensación económica, por medio de este acto renuncio a dicho
derecho.
DERECHO:
Como VS., bien sabe nuestro legislador ha establecido la posibilidad de divorciarse
cuando ha cesado la convivencia efectiva de las partes, es así como el artículo 55 inciso tercero
de la ley 19.947 señala que: "habrá lugar al divorcio cuando se verifique el cese efectivo de la
convivencia conyugal durante el transcurso de, a lo menos tres años, …" Como consta de la
relación de los hechos, el cese efectivo de la convivencia con el demandado supera el plazo que
señala este artículo, ello en atención a que en la especie, el cese efectivo es de más de 8 años;
así también por lo dispuesto en el artículo 59 y 42 Nº 4 de la misma, y 55 y siguientes de la Ley
19.968.
El artículo 55 inciso 4° de la Ley 19.947 indica que “en todo caso, se entenderá que el
cese de la convivencia no se ha producido con anterioridad a las fechas a que se refieren los
artículos 22 y 25, según corresponda”. Dichos artículos nombran los documentos con los que se
prueba el cese de la convivencia, entre ellos el acuerdo escrito de relaciones mutuas, la
transacción judicial, el acta de cese de convivencia, etc. Respecto a esta limitación probatoria
viene al caso citar a la Corte de Apelaciones de Valdivia, que indica que “el tenor y sentido de la
norma (…) no contempla verdaderamente una limitación de los medios de prueba posibles de
rendir para justificar que marido y mujer han efectivamente cesado en su convivencia, sino que
prevé que no será posible obtener una declaración destinada a establecer el cese de la vida en
común con anterioridad a las fechas a que se refieren instrumentos y actuaciones desglosadas
en los artículos 22 y 25 de la Ley 19.947. (…) El cese de cohabitación puede ser acreditado por
otros medios de prueba” 1 (el subrayado es nuestro). Con respecto al artículo 2° transitorio de la
misma ley ya citada –que indica que los medios probatorios de los artículos 22 y 25 no serán
limitación para los matrimonios celebrados con anterioridad a la entrada en vigencia de la ley -
la misma sentencia ya mencionada indica que “la limitación a que se hace referencia en el
artículo 2° transitorio de la Ley 19.947 ha de interpretarse en armonía con lo previsto en su
artículo 55, concluyéndose que en el caso de los matrimonios cuya celebración ocurrió con
anterioridad a la entrada en vigencia de la ley, todos los medios de prueba serán admisibles para
acreditar la fecha de cese de convivencia pudiendo ser determinada ésta en una oportunidad
anterior a la consignada en los instrumentos y actuaciones a que se refieren los artículos 22 y
25, en el evento que existiere alguno de ellos, asunto que no es posible –como se ha sostenido-
para el caso de las uniones acontecidas con posterioridad al inicio de vigencia de la ley” 2.
A mayor abundamiento, una reciente sentencia del Tribunal Constitucional, de fecha 26
de marzo de 2013, que indica que “el cese de la convivencia, tratándose de matrimonios
celebrados con posterioridad a la entrada en vigor de la Ley N° 19.947, puede probarse por
cualquier medio. Así lo ha resuelto la Corte de Apelaciones de Valdivia, en sentencia de 22 de
noviembre de 2010, recaída en el Rol 170-2010, que en lo pertinente reza: “De acuerdo a lo que
disponen los artículos 28 y 29 de la Ley N° 19.968, que crea los Tribunales de Familia, en los
asuntos sometidos al conocimiento de dichos tribunales especiales existe libertad de prueba para
las partes, vale decir, que éstas para probar los hechos del pleito podrán hacerlo por cualquier
medio producido conforme a la ley. Además, el juez está facultado para, de oficio, ordenar que
se acompañen aquellos medios de prueba que, a su juicio, resulte necesario producir en atención
al conflicto familiar de que se trate” (considerando 6°). Y a guisa de colofón, agrega la misma
resolución que “para probar el hecho del cese de la convivencia no se exige perentoriamente que
sólo se acompañen los instrumentos a que se refiere el artículo 22 de la Ley N° 19.947, como lo
menciona el fallo apelado, ya que no existe disposición expresa en la ley mencionada que limite
las probanzas sólo a determinados medios, lo cual sería atentatorio al principio de libertad
probatoria en materia de familia, pugnando igualmente con la facultad de los jueces de familia
de apreciar la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, llegando a la convicción del caso
sujeto a su decisión en base a los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y de los
conocimientos científicamente afianzados, asignando a tales elementos valor probatorio que en
su razón éstos produzcan, con sujeción a las reglas de la lógica y conocimientos que da la
experiencia. Todo ello dentro de la razonabilidad del actuar, esto es, que el hombre común actúa
normalmente conforme a la razón” (considerando 9°). Idéntica posición, con ligeros matices,
adopta la misma Corte de Apelaciones de Valdivia en la sentencia recaída en el Rol N° 72-2012,
de 29 de mayo de 2012, especialmente en su considerando 9° (…) Lo cierto es, en consecuencia,
SEGUNDO OTROSÍ: RUEGO A US. que se oficie a Policía de Investigaciones con el fin de que
remita un informe señalando si el demandado alguna vez ha entrado al país, y de ser así indique
fecha de salida del mismo.
QUINTO OTROSÍ: RUEGO A US tener presente que designo abogados Patrocinantes y confiero
poder a los Abogados de la Corporación de Asistencia Judicial Héctor Droguett Hernández, cédula
de identidad número 15.377.028-k y a don Raúl Eduardo Paillaleve Almonacid, Cédula de
Identidad N° 15.242.949-5; quienes en este acto confieren poder al abogado don Christian
Varela Barra, cédula de identidad número 13.696.852-1; todos ellos domiciliados en calle
Agustinas 1431, segundo piso Santiago, quienes firman junto a mí en señal de aceptación y
conformidad.
SEXTO OTROSÍ: RUEGO A US., en virtud del artículo 23 de la Ley 19.968, tener presente
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Gabriela Rodríguez Vidal Christian Varela Barra
15.343.622-3 13.696.852-1
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