La historia nos ha demostrado una vez más que nosotros, la clase proletaria, solo es vista por sus explotadores como recursos para sus infinitas ambiciones. No les basta con explotarnos día a día, en tiempos de PANDEMIA nos obligan a trabajar, ultrajando nuestra salud, la de nuestras familias y seres amados. Laboramos sin protocolos de higiene expuestos al contagio por COVID-19, nos amenazan con despidos masivos y se ríen de nuestras demandas sanitarias. Cada contagio desencadena un peligro y atenta contra nuestras -si pudiésemos llamarles así- vidas, un accidente laboral siempre ha sido terrorismo patronal y en esta situación el contagio domina por sobre nuestros bolsillos y bocas pues también nos desechan cuando nuestras magulladas carnes dejan de producir. Estamos expuestos y debemos organizarnos para abandonar las faenas, oficinas, tiendas y cocinas que no atienden nuestras necesidades. Será una dura lucha pero debe prevalecer la solidaridad entre los endeudados y enfermos de capitalismo contra otra crisis sanitaria internacional. Refugiemonos sin dejar de comunicarnos para atender las necesidades de quien enferme. Una emergencia al borde del abismo requiere de todo nuestro cuidado. ¡Una ¡Una huelga huelga generalizada para una cuarentena comunitaria! ¡En Guerra y en Cuarentena son ya dos situaciones para abandonar el trabajo asalariado, fortalecer las comunidades en lucha para abolir al estado empresarial y construir esa nueva vida que tanto nos merecemos!