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SESIÓN 3 COMPETENCIAS

Por qué y Para qué trabajar en equipo


Mayor complejidad:
- Mayores expectativas de los consumidores (relación calidad/precio)
- Mercados y productos más complejos
- Mayor incertidumbre comercial (mercados en continuo cambio, ciclos de vida
cada vez más cortos, necesidad de responder a las demandas de los clientes)
- Mayor presión derivada de la competencia, la legislación o el medio ambiente
Mayor necesidad de:
- Combinar diferentes conocimientos y experiencias en el mismo proceso
- Romper barreras entre departamentos y áreas
- Mantener una relación más cercana con el cliente
Los equipos, a diferencia de las personas, tienen el potencial de agrupar los
conocimientos, experiencias y disciplinas que se necesitan en situaciones complejas.

Qué es un equipo
Un grupo de personas que cooperan para obtener un resultado superior al que alcanzaría
la suma de los resultados de cada persona
Un grupo de personas unidos por un propósito común
Un grupo de personas:
- Comprometidas para alcanzar objetivos comunes
- Que trabajan bien juntas
- Que disfrutan haciéndolo
- Que consiguen resultados de alta calidad
Un pequeño grupo de personas con habilidades complementarias que están
comprometidas con:
- Un propósito común
- Unos objetivos de desempeño
- Un enfoque que los une

El potencial de los equipos


Las personas que trabajan en equipo pueden:
- Alcanzar mejores resultados que si trabajan solas
- Ser más flexibles que grupos mayores
- Asumir más riesgos y explorar más áreas que una persona sola
- Generar un mayor número de ideas que cada uno individualmente
- Ayudarse entre sí para crecer en experiencias y en capacidad
- Mostrar compromiso no sólo hacia la tarea sino con hacia los demás miembros
del equipo
- Motivarse entre sí.

Etapas de desarrollo de un equipo.


BW. Tuckman: Cinco etapas de desarrollo en un equipo
1. Formación:
a. El grupo se reúne por primera vez
b. Se deben establecer las reglas
formales y los métodos de trabajo
2. Conflicto:
a. Después de una etapa de
formación relativamente formal,
aumenta la confianza de los
miembros
b. Es probable que se inicien algunas tensiones internas
3. Normalización:
a. Ahora el grupo establece normas, sistemas y procedimiento
4. Desempeño:
a. El grupo se convierte en una unidad más cohesionada y comienza a
actuar como un equipo
5. Terminación: FIN

¿Qué competencias debe tener un “player”?


Humildad
- Los jugadores de equipo que destacan carecen de un ego desmedido y no les
preocupa el status
- Se apresuran a señalar las contribuciones de los demás y son remisos a la hora
de recabar atención para sí mismos
- Comparten el mérito, ponen al equipo por encima de ellos y definen el éxito
como algo colectivo antes que individual.

Hambre
- Las personas con hambre siempre están buscando algo más: más cosas que
hacer; más que aprender; más responsabilidades que asumir
- Nunca tiene que ser presionada por un jefe para trabajar más, porque es
emprendedora y diligente
- Están pensando permanentemente en el paso siguiente, en la siguiente
oportunidad
- Detestan la idea de que puedan ser considerados vagos.

Empatía
- Hace referencia al sentido común al tratar a las personas
- Tiene mucho que ver con la capacidad de mantener relaciones interpersonales
apropiadas y de estar atento
- Las personas empáticas suelen saber lo que está pasando en una situación grupal
y cómo tratar con los demás de la manera más eficaz
- Hacen buenas preguntas, escuchan lo que dicen los otros y no pierden el hilo en
las conversaciones.
Quienes carecen de dos de las tres de manera notable tendrán dificultades para trabajar
en equipo, aunque no es imposible para ellos
EL PEÓN: sólo humildad
Las personas que solo son humildes pero carecen por completo de hambre o de empatía
son los «peones» de un equipo.
Son gente agradable, bondadosa y sin pretensiones que no siente una gran necesidad de
hacer cosas y que carece de la capacidad para establecer relaciones eficaces con los
colegas. A menudo se quedan fuera de las conversaciones y las actividades y tienen una
influencia mínima en el rendimiento del equipo. Los peones no generan problemas, así
que pueden sobrevivir durante bastante tiempo en los equipos que valoran la armonía y
no exigen resultados.

LA EXCAVADORA: solo hambre:


A las personas que tienen hambre pero no son nada humildes o empáticas podemos
considerarlas unas «excavadoras».
Estas personas estarán dispuestas a hacer cosas, pero con la atención puesta en sus
propios intereses y sin comprender ni preocuparles el efecto que tengan sus actos en los
demás. Las excavadoras son destructores rápidos de equipos. Por suerte, y al contrario
que los peones, son gente que destaca y puede ser fácilmente identificada y eliminada
por los jefes que valoren realmente el trabajo en equipo. Sin embargo, en las
organizaciones que solo conceden una gran importancia a la productividad, las
excavadoras pueden prosperar y no corregir sus carencias durante largos períodos de
tiempo.

EL SEDUCTOR sólo empatía


Las personas empáticas pero que carecen por completo de humildad y de hambre son
las «seductoras». Pueden ser divertidas y hasta simpáticas durante un tiempo, pero
tienen poco interés en el bienestar duradero del equipo o sus colegas. Sus habilidades
sociales pueden ayudarles ocasionalmente a sobrevivir más que las excavadoras o los
peones, pero puesto que sus aportaciones al equipo son insignificantes, malbaratan
rápidamente la acogida de la que son objeto.
Las siguientes tres categorías que analizaremos
representan a las personas que son más
difíciles de identificar porque las virtudes que llevan
aparejadas suelen camuflar sus
defectos. Los miembros de un equipo que entran en
estas categorías solo carecen de uno
de los tres rasgos, y en consecuencia tienen unas
probabilidades ligeramente más altas
de resolver sus problemas y convertirse en jugadores ideales de equipo. Sin embargo,
carecer de manera grave incluso de una única cualidad puede obstaculizar el proceso de
creación del equipo.
- Humilde y con hambre, pero no es empático: el liante accidental
- Humilde y empático, pero sin hambre: el vago adorable
- Con hambre y empático, pero sin humildad: el intrigante avispado
Humilde y con hambre, pero no es empático: el liante accidental
Las personas que son humildes y tienen hambre pero que no son empáticas son los
«liantes accidentales». Tales individuos quieren servir sinceramente al equipo y no
están interesados en recibir una atención ni unos méritos desproporcionados. No
obstante, no comprender cómo reciben los demás sus palabras y sus actos les conducirá
a crear involuntariamente problemas interpersonales en el equipo. Aunque sus colegas
respetarán su ética profesional y el sincero deseo de ser útiles, esos mismos colegas
pueden cansarse de tener que arreglar los problemas emocionales y sociales que los
liantes accidentales suelen dejar a su paso.

Aunque el liante accidental puede ser sin duda un problema, de los tres tipos que
carecen solo de una de las características del miembro ideal, este es el menos peligroso
para el equipo, porque no tiene malas intenciones y generalmente es capaz de aceptar
las observaciones disciplinarias con buen humor.

Humilde y empático, pero sin hambre: el vago adorable


Las personas humildes y empáticas pero sin el hambre adecuada son los «vagos
adorables».
Los englobados en este tipo no buscan una atención inmerecida y son expertos en
colaborar con sus colegas y preocuparse por ellos. Tristemente, suelen hacer solo lo que
se les pide y rara vez buscan asumir más trabajo o se presentan voluntarios para realizar
tareas adicionales. A mayor abundamiento, sienten una pasión limitada por el trabajo
que realiza el equipo. Dado que, por lo general, son gente encantadora y positiva, a los
líderes les resulta fácil rehuir enfrentarse o eliminar a los vagos adorables. Al fin y al
cabo, son adorables.
Los vagos adorables precisan de una motivación y una vigilancia considerables, lo que
les convierte en una rémora para el rendimiento del equipo, aun en mayor medida que
los liantes accidentales. Pero estas personas no son las más peligrosas de los tres tipos
que carecen de una de las virtudes; ese honor corresponde a los intrigantes avispados.

Con hambre y empático, pero sin humildad: el integrante avispado


Las personas con hambre y empáticas pero que carecen de humildad son los
«intrigantes
avispados». Se trata de personas inteligentemente ambiciosas y dispuestas a trabajar con
denuedo, pero solo en la medida que hacerlo les beneficie personalmente. Por desgracia,
y dado que son tan empáticos, a los intrigantes avispados se les da muy bien presentarse
como humildes, lo que hace que a los líderes les cueste identificarlos y hacer frente a
sus destructivas conductas. Cuando el líder se da cuenta de lo que está pasando, el
intrigante puede haber sembrado ya un rastro de destrucción entre sus colegas más
humildes que han sido manipulados, desanimados y heridos. La mayoría hemos
trabajado con muchos intrigantes avispados, toda vez que suelen ascender en el
escalafón de las empresas cuyos líderes priman el rendimiento individual sobre el
trabajo en equipo.

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