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Temas Doctrinales Controversiales PDF
Temas Doctrinales Controversiales PDF
Introducción
¿Qué queremos decir con “Temas Doctrinales Controversiales”? Hay doctrinas que han hecho una división entre una
iglesia y otra por su manera de interpretar la Biblia. El enfoque de este estudio no es para discutir, pelear o
polemizar, sino entender por qué creemos lo que creemos.
La base de todo estudio es la hermenéutica – las reglas de interpretación. Por esa razón necesitamos primero ver
algunos principios básicos de la hermenéutica bíblica, porque de ahí sacaremos nuestras conclusiones sobre estas
doctrinas o prácticas cristianas. Las conclusiones correctas siempre dependen de una interpretación correcta de la
Palabra de Dios. Cómo aplicaremos las enseñanzas a nuestra vida solo puede venir después de una clara
interpretación del caso.
Además de doctrinas relacionadas a la obra del Espíritu Santo, vamos a analizar ciertas doctrinas y prácticas
cristianas que nos pueden ayudar a entender mejor nuestras creencias. Reconozco que no todos vamos a estar de
acuerdo 100% con todo lo que aquí está expuesto, pero espero que a través de este estudio lleguemos a entender las
diferencias doctrinales que existen en la Iglesia de hoy.
Anoto una lista inicial de algunos de los temas que queremos analizar en este estudio. Posiblemente estaremos
anotando otros según la necesidad que se presenta.
3. El Hablar en Lenguas
6. La Unción
7. La Imposición de Manos
8. La Batalla Espiritual
9. La Seguridad de Salvación
10. El Ayuno
Luego entonces, la hermenéutica bíblica, es la ciencia de la interpretación del Antiguo y Nuevo Testamentos. Aún es
necesario interpretar los dos Testamentos por aparte, según su tiempo, lenguaje, historia, etc. Y no es posible interpretar
el Nuevo sin consideración al Antiguo ni el Antiguo sin conocimiento pleno del contenido del Nuevo. La Biblia es un
solo libro, un conjunto, y si vamos a interpretar bien la Palabra de Dios, es menester conocerla en su totalidad.
La hermenéutica tiende a establecer los principios, métodos y reglas que son necesarios para revelar el sentido de lo que
está escrito. El propósito mayor es entender la idea exacta del autor para predicar, enseñar y comunicar correctamente la
Palabra de Dios (1 Timoteo 4:16; 6:3-5; 1 Pedro 4:11). Toda secta es resultado de la mala interpretación. Entonces la
hermenéutica es para cada creyente; para defenderse de la mala doctrina, las sectas y el legalismo. Debemos interpretar
cualquier experiencia personal a la luz de la Biblia, y no interpretar la Biblia según nuestras experiencias personales.
Hay necesidad de estar bien equilibrado en su interpretación para evitar los extremos. Las reglas de la hermenéutica son
guías, normas, ayudas y principios que debemos usar para hacer todo bien coordinado y eso sólo viene a través de la
práctica. El problema mayor de toda interpretación es imponer nuestras propias presuposiciones [dar por sentada algunas
cosas previamente] sobre el texto. Todos tenemos opiniones previas que afectan nuestra interpretación, por esa razón
tenemos que tener mucho cuidado de dejar que el texto diga lo que en realidad dice. También es bueno tener cuidado
con sistemas de interpretación, porque tenemos la tendencia de buscar como acomodar o cuadrar pasajes bíblicos a dichos
sistemas. Tener la mente abierta y bajo el control del Espíritu Santo es una prioridad. La obra del Espíritu Santo no es
darnos hoy nuevas revelaciones sino iluminarnos a entender lo que ya está escrito. Cuidado con “Dios me dijo...”, a
menos que tenga un versículo bíblico para apoyarlo.
El éxito en la vida cristiana no depende en conocer las reglas de hermenéutica, sino de la cantidad de la Biblia que
logramos atesorar en el corazón, y nuestra obediencia a ella. No es mi propósito en este breve discurso dar sólo
información, sino que por medio del aprendizaje logremos apreciar y aplicar la Palabra de Dios a nuestra vida personal.
Hay tres pasos primordiales en el estudio de la Biblia: Observación, Interpretación y Aplicación. El enfoque de la
hermenéutica es en la observación y la interpretación. La aplicación viene después de una buena y correcta interpretación.
Muchas personas aplican pasajes bíblicos sin primero hacer el proceso de una buena hermenéutica y caen en error.
Hay una importancia grande en entender bien la Biblia. Es la Palabra de Dios y El revela su voluntad para nuestra vida a
través de ella. La Biblia fue escrita para revelar la verdad y no esconderla. Entonces si no la entendemos, puede ser que
no queramos entenderla; no queramos obedecerla; no queramos aceptarla, o simplemente no queramos esforzarnos en
escudriñarla por perezoso. ¡Qué seamos como los de Berea (Hechos 17:11)! ¡Lee, estudie, aprende y piense!
Así que, este método reconoce las siguientes reglas como principios de la interpretación. Podemos decir que son
nuestros 10 mandamientos de la interpretación.
2 Lic. David A. Stoddard M.
La Primera Regla: Leer con Cuidado
Todo lector de la Biblia debe aprender a leer con cuidado, prestando atención a lo escrito y leyendo lo que realmente está
escrito. (Aveces escuchamos a alguien leer y lee mal una palabra, pero sigue leyendo sin corregirse, es decir, no sabe lo
que está leyendo. Si leemos algo sin poder entenderlo, debemos volver a leerlo para averiguar si nos equivocamos al
leerlo la primera vez.) El propósito de leer con cuidado es para llegar a conocer el contenido del pasaje. Es fácil
acostumbrarse tanto al lenguaje bíblico que llega a leer por encima de las palabras muy conocidas, creyendo que las lee
con toda exactitud. Para evitar esto, lea utilizando una versión diferente a lo acostumbrado. Cuando decimos: leer con
cuidado, estamos haciendo una diferencia entre una lectura simplemente como pasatiempo, y el verdadero estudio. Este
paso requiere labor y un trabajo serio y diligente porque tenemos que leer el pasaje bajo estudio varias veces y hacernos
preguntas al leer. Las preguntas nos ayudan a prestar más atención y sacar las respuestas del pasaje mismo evitando las
presuposiciones. Las preguntas de observación nos hace averiguar: ¿Qué veo en el texto? Así que, las preguntas son:
¿Quiénes?, ¿Qué?, ¿Dónde?, ¿Cuándo?, ¿Por qué?, y ¿Para qué? Son las preguntas que hace todo investigador.
Entonces, que de la Iglesia. La Iglesia vive en muchas naciones del mundo. La Iglesia no es una nación, sino vive
dentro de las naciones. Así los miembros de la Iglesia necesitan obedecer a los gobiernos donde estén (Romanos 13:1;
Tito 3:1; 1 Pedro 2:17). Los miembros de la Iglesia de Cristo van a tener muchas diferentes costumbres según su
cultura. La iglesia no necesita adaptarse a la cultura judía del Antiguo Testamento para ser un buen cristiano. Ejemplo:
Si la nación de Israel fue prohibido comer cerdo, ¿puede o debe un cristiano comer cerdo? ¿Por qué? ¿Es cuestión
moral? ¿Es para toda cultura por igual?
Siguiendo en la vida de Josué, vemos la promesa de Dios en Josué 1:8, “Este libro de la ley no se apartará de tu boca,
sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás
prosperar tu camino y tendrás éxito.” ¿En qué forma debemos tomar esta promesa? ¿Cuál fue la tarea designada para
Josué? Si él guardaba la ley (la Ley de Moisés), ¿en qué sentido prosperaría su camino y tendría éxito? ¿Exito en qué?
Ahora, ¿por qué se prosperó su camino y tuvo éxito al conquistar Jericó, pero fracasó con la pequeña ciudad de Hai?
(Josué 7:10-13). ¿Cómo debe el cristiano emplear esta promesa? ¿Está hablando de riquezas? ¿Dios prometió a Josué
riquezas, o un camino de prosperidad? Entonces, ¿qué diferencia hay entre ser rico y ser próspero, en sentido bíblico?
La prosperidad de la nación, según las promesas de Dios, no significaba que cada persona en la nación iba a ser rica, eso
es obvio por los mandatos de Dios en cuanto a lo que deberían hacer para ayudar a los pobres (ejemplo: Exodo 23:11).
Entonces, un versículo puede ser el contexto de otro versículo, una frase puede ser el contexto de otra frase, un pasaje
para otro pasaje, un libro para otro libro (ej. Exodo para Hebreos, Daniel para Apocalipsis), o el Antiguo Testamento
para el Nuevo Testamento. La Biblia no puede contradecirse, entonces es menester interpretar un pasaje a la luz del
mensaje total. “Un texto sin contexto es sólo un pretexto.” De ahí sale una cantidad de doctrinas erradas y heréticas.
Pensemos en un ejemplo muy obvio para entender lo que significa un contexto. Si nosotros descuidamos el contexto,
podemos decir que la Biblia dice: “No hay Dios.” Esto está comprobado en Salmo 14:1 y 53:1. Entonces, ¿cuál es el
problema? ¿Por qué importa leer todo el contexto? No debemos hacer doctrina de pasajes aislados del contexto bíblico
en general.
Así que, tengamos presente estas reglas al hablar de las siguientes doctrinas.
Con esta introducción al tema de los dones en general, seguimos con mirar específicamente el don de lenguas.
En los últimos años ha crecido el número de estudiantes bíblicos que, según su propio testimonio, han estado
“otorgando” el don de lenguas a la iglesia. Algunos de ellos piensan aún que el Espíritu Santo les ha conferido este
don, y creen que han hablado en lenguas. Todos estos eventos nos hacen escudriñar de nuevo nuestra Biblia a fin de que
ni nuestras prácticas ni nuestros deseos estén fuera del marco indicado por la Palabra. (Juan 5:39; Hechos 17:11).
B. El Enfoque Bíblico
1. El Orden en la Lista de los Dones
Hay dos listas que incluyen el don de lenguas (1 Corintios 12:8-10 y 28-30), y ambas están en el mismo
libro. Otra lista de los dones del Espíritu se encuentra en Romanos 12:3-8 y no hay mención de este don.
Por alguna razón Pablo no vio la necesidad de mencionar este don a la iglesia de Roma unos años después.
Nota: Pablo escribió Romanos unos 2 años después de escribir a los corintios. Es importante fijar que en
las dos listas de 1 Corintios, el hablar y el interpretar lenguas vienen al final dando así mayor importancia a
los primeros dones.
En el pasaje de 1 Corintios 12:28-30, es aún más destacado la importancia de los primeros dones por el uso
de las palabras “primeramente”, “luego”, “tercero”, “luego”, “después”. Me hago entonces la pregunta, ¿por
qué tantas iglesias ponen mayor énfasis en el hablar en lenguas? Si el cristiano no tiene todos los dones,
¿por qué se dice que todos debemos hablar en lenguas?
2. La Prioridad Descrita
En segundo lugar hay una prioridad descrita en 1 Corintios 14. Pablo se dedica un capítulo entero a hacer
una comparación de dos de los dones mencionados: lenguas con profecía. El capítulo demuestra claramente
la superioridad de la profecía sobre las lenguas. Este don debe ocupar siempre su propio lugar con respecto a
los demás dones del Espíritu. No es un don de prioridad para la iglesia.
A. El Propósito Expresado
La Biblia dice específicamente que el don de lenguas sirve como una señal a los no creyentes (1 Corintios
14:22). La palabra “señal” tiene un significado especial en el Nuevo Testamento. Esencialmente es una muestra
o manifestación que lleva consigo un mensaje especial como un hecho milagroso que da evidencia de un poder
sobrenatural. El uso claro de esta palabra “señal” se encuentra en Juan 20:30, 31, “Y muchas otras señales hizo
también Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro; 31pero éstas se han escrito
para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que al creer, tengáis vida en su nombre.”.
Estos versículos hacen referencia a ciertos milagros que fueron recordados o escritos en el evangelio, no tanto
por la admiración que produjeron, sino por el mensaje que enseñaron (v. 31). Entonces, el don de lenguas fue
una señal; una dádiva sobrenatural (divina), y dada para desempeñar una función específica. El objeto de esta
función específica de lenguas, nuevamente, era una señal para personas incrédulas, especialmente miembros de la
raza judía. Compare “este pueblo” en 1 Corintios 14:21. Este versículo da el fondo histórico para la
declaración que se encuentra en el verso 22: “Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los
incrédulos.” Sin duda el pasaje citado por Pablo es Isaías 28:11, 12, “En verdad, con tartamudez de labios y
en lengua extranjera, El hablará a este pueblo, al cual había dicho: Aquí hay reposo, dad reposo al cansado;
y: Aquí hay descanso. Pero no quisieron escuchar.” [LBLA]. Donde los de otras lenguas eran los Asirios, y
aún así el pueblo no quería creer y arrepentirse. Escuchar lenguas era un llamado y señal a los judíos incrédulos
a - creer en y obedecer a - el mensaje de Dios. Por eso la gran reacción de los oyentes en el día de Pentecostés,
“Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué
haremos?” (Hechos 2:37). Pedro declaró que aquello que “ellos vieron y oyeron” fue la autenticación divina de
su mensaje: que Jesús es el Mesías prometido. Precisamente lo que ellos habían rechazado, “Sepa, pues,
ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor
y Cristo.“ (Hechos 2:36). El mensaje de Pedro les llegó al corazón. No había duda de que Dios estaba en
medio de ellos llamándolos al arrepentimiento, las lenguas extranjeras comprobaba el mensaje de salvación.
Del libro de los Hechos es muy evidente que cuando se ejercitó el don de lenguas estuvieron presentes algunos
judíos, lo cual sirvió de señal para ellos. Esta declaración puede demostrarse al leer los pasajes que tienen que
ver con el ejercicio de dicho don en los tiempos apostólicos. La conclusión clara es que el don de lenguas fue
dado como una señal a los judíos de que Dios estaba actuando, sin señales no quisieron creer. “Los judíos
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piden señales, y los griegos buscan sabiduría.” (1 Corintios 1:22). Esta declaración no incluye solamente a
los judíos netamente incrédulos (no salvos), sino puede incluirse también judíos que tenían dudas o falta de
comprensión acerca del mensaje predicado a los gentiles. Está bien creer que la salvación es para los judíos,
pero ¿será posible que Dios quiera salvar a los gentiles también? La manifestación de lenguas tanto en el día de
Pentecostés como en el caso de Cornelio aclaró la respuesta (Hechos 11:15-18). Comprobado: la salvación sí
es para todos, sean judíos o gentiles.
Nota: Debemos notar también que no hay evidencia de que esas personas de la casa de Cornelio siguieron
hablando en lenguas después de ese día. Era una señal del momento para Pedro y sus compañeros judíos, y no
una habilidad permanente. Tampoco hay razón para decir que los discípulos después del día de Pentecostés
siguieron hablando en lenguas en todas sus reuniones. Simplemente no hay evidencia bíblica para decirselo.
B. El Propósito Explicado
El mensaje exacto a comunicarse al judío no creyente por medio de esta señal se encuentra expresado
claramente, tanto en el libro de los Hechos como en 1 Corintios 12. Antes de presentar la lista de los dones
espirituales en 1 Corintios 12, Pablo señala uno de los problemas mayores que había en Corinto. Los primeros
tres versículos indican que existía el problema de discernir cuales declaraciones o enseñanzas provenían de Dios
y cuales no. Los habitantes de Corinto no tuvieron el Nuevo Testamento para poder examinar y demostrar la
validez de un mensaje que supuestamente venía de Dios. Existió la necesidad de un método por el cual tales
declaraciones pudieron ser juzgadas.
Otras declaraciones en el capítulo 14 sirven para confirmar el punto de vista de que el don de lenguas fue dado
para autenticar el mensajero de Dios y su mensaje; sin embargo, Pablo pide que ellos verifiquen la veracidad y
autoridad de su mensaje por medio de uno que sea profeta o espiritual entre ellos (1 Corintios 14:37, “Si
alguno piensa que es profeta o espiritual, reconozca que lo que os escribo es mandamiento del Señor.”).
B. La Necesidad de un Intérprete
Así entonces vemos la necesidad de que un intérprete esté presente cuando uno ejerce el don de lenguas. De una
u otra manera ellos que tenían el don debían averiguar si había un intérprete en la concurrencia. Si no se
encontraba, el que quería hablar debía callarse (1 Corintios 14:28). ¿Qué valor hay si alguien habla en alemán
en la iglesia y no hay nadie para interpretar lo que dijo?
Es importante reconocer que no toda manifestación de “lenguas” extrañas tiene que ver con el don del Espíritu
Santo. Es posible inducir a una persona sicológicamente a hablar en una forma rara, los demonios también pueden
hablar a través del ser humano en lenguas. Hay religiones paganas donde hablan en formas no entendibles,
obviamente no un idioma humano, y también los Mormones practican una forma de “hablar en lenguas”; es decir
entonces, que es posible hablar en lenguas no bíblicas, y toda experiencia de hablar en una forma extraña debe ser
puesta a la luz de la Biblia. Además, ha habido casos donde una iglesia estaba hablando en lenguas y entró una
personas que por casualidad entendió el idioma de los que estaban hablando en “lenguas” y los escuchó blasfemar a
Dios y decir cualquier herejía. Como no había interprete, Satanás simplemente se burló de la situación. Ojo, si no
sabe lo que está hablando, mejor callar.
¿No es interesante que Pablo no menciona el hablar en lenguas en cualquier otro de sus escritos? ¿Hay el verdadero
don de lenguas del Espíritu Santo hoy en alguna parte del mundo? ¿Están cumpliendo con los requisitos de la
Palabra de Dios o necesitarán leer 1 Corintios 12-14?
Creemos que el ejercicio del don de lenguas hoy ha puesto un mal entendimiento sobre la manifestación de la obra
del Espíritu Santo, donde muchos dicen que el hablar en lenguas es la única comprobación de haberlo recibido. No
creemos que el hablar en lenguas sea la comprobación de haber sido bautizado en el Espíritu, porque sabemos que el
bautismo del Espíritu es un hecho en la vida de todo verdadero creyente desde su nuevo nacimiento. Yo no tenía
que hablar en lenguas para saber que había recibido el Espíritu Santo, sino creer que era un hecho como la Biblia
misma lo declara.
Creemos que todos los dones del Espíritu son dados por El según Su voluntad para el beneficio del Cuerpo de
Cristo, y no pueden ser dados por ningún otro (ningún hombre puede dar a otra persona uno de los dones del
Espíritu Santo). Así, si no practicamos el don de lenguas es sencillamente porque Dios no nos ha dado ese don, y
no es por una falta de haber recibido el Espíritu Santo.
Introducción
Primero queremos hacernos la pregunta: ¿Hace Dios milagros hoy? Claro que sí. Cada vez que una persona se
convierta al Señor, o es sanada, etc. Dios hace un milagro. Segundo: ¿Tiene Dios el mismo poder de hacer
milagros hoy como en los días de Moisés, Elías, Eliseo, Jesucristo, Pedro y Pablo? Claro que sí. El problema es
que esas no son las preguntas que queremos contestar con este estudio. Reconocemos que Dios es el mismo Dios,
pero también hemos visto a través de la Biblia y la historia humana, que Dios no siempre actúa de la misma
manera.
Hemos visto como el don de lenguas fue un don especial para acreditar a los apóstoles y su mensaje de revelación
especial mientras el Espíritu Santo estuvo inspirando Sagradas Escrituras. Otro grupo de dones del Espíritu Santo
es lo que llamamos los dones de señal, es decir, hacer milagros, sanidades y prodigios. Encontramos estos dones
mencionados en 1 Corintios 12:9, 10a, “a otro, fe por el mismo Espíritu; a otro, dones de sanidad por el único
Espíritu; 10a otro, poder de milagros...28...luego, milagros; después, dones de sanidad”. Si nosotros entendemos
el aspecto progresivo de la doctrina en el Nuevo Testamento, entonces podemos hacernos la pregunta: ¿Por qué
Pablo no mencionó estos dones al escribir a la iglesia en Roma dos años más tarde? Vea y comprueba en Romanos
12:6-8. ¿Será que Pablo veía que ciertos dones ya no tenían la misma importancia como al principio?
Es importante entender lo que estamos diciendo al hablar de estos dones de señal. Hay muchas cosas o eventos en
nuestra vida cuando de pronto exclamamos, “¡Eso sí fue un milagro!” o “Por milagro se salvó ese hombre de la
muerte.” Pero este estudio no se trata de esa clase de milagros, porque realmente esas cosas caen bajo lo que
llamamos la providencia de Dios, la soberana protección y cuidado de Dios sobre la creación (Hebreos 1:3;
Colosenses 1:17). Son esos momentos cuando Dios obra en nuestro vivir diario como respuesta a nuestras
oraciones o aún sin nuestras oraciones. Es decir, son milagros de Dios sin el uso de un instrumento humano.
Para entender la clase de milagros que estamos viendo con este estudio propongo esta definición: “Un milagro es
un evento extraordinario obrado por Dios mediante un agente humano, un evento que no puede ser explicado por
fuerzas naturales. Los milagros siempre tienen el propósito de refrendar el instrumento humano que Dios ha
escogido para declarar una revelación específica a los que atestiguan el milagro. Los milagros en la Escritura son
también llamados ‘señales y prodigios’” [Los Carismáticos, John F. MacArthur, p. 106, 107].
Así que hacer milagros es la capacidad de poner de manifiesto el poder divino por medio de un instrumento
humano, haciendo lo que no se puede explicar por las leyes naturales. 2 Corintios 12:12 nos dice que esta habilidad
fue una de las “señales de apóstol”. Entonces tenía como fin autenticar el apostolado y el don profético. [Hechos
8:6, 13; 13:6-12; 19:11; Romanos 15:18, 19; Hebreos 2:4]. El don de sanidad es un aspecto del don de milagros,
pero con énfasis en el estado físico de una persona. Es la habilidad de sanar a los enfermos en el nombre del Señor
Jesucristo y así devolverles la salud y aún la vida. [vea Hechos 3:1-10; 5:12-16; 8:5-7; 9:38-43; 14:8-10; 20:9-12].
Entonces, nosotros no dudamos en el poder de Dios de hacer milagros, simplemente estamos haciéndonos la
pregunta de que si todavía hay la manifestación de los dones de hacer milagros, señales y prodigios en la iglesia de
hoy o si fue específicamente para los apóstoles en el primer siglo. La respuesta radica en el propósito de estas
señales.
I. Comprobar a los Siervos Especiales de Dios en el Antiguo Testamento
Algunos profetas del Antiguo Testamento entonces fueron dados poder para hacer milagros para comprobar ser
enviados de Dios y así escuchados. Vienen con una Palabra de Dios. La ausencia de señales significaba la ausencia
del profeta, Salmo 74:9, “No vemos nuestras señales; ya no queda profeta, ni hay entre nosotros quien sepa hasta
cuándo.” Donde hay milagros y señales habrá también Palabra de Dios. Vemos entonces que los milagros
comprobaban a los siervos especiales de Dios durante el tiempo del Antiguo Testamento.
A. Moisés y Josué
Dios obró en una manera muy especial durante los días de Moisés y Josué. Milagros como la separación de las
aguas, agua saliendo de una roca, etc. Deuteronomio 34:10-12, “Desde entonces no ha vuelto a surgir en Israel
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un profeta como Moisés, a quien el SEÑOR conocía cara a cara, 11nadie como él por todas las señales y
prodigios que el SEÑOR le mandó hacer en la tierra de Egipto, contra Faraón, contra todos sus siervos y contra
toda su tierra, 12y por la mano poderosa y por todos los hechos grandiosos y terribles que Moisés realizó ante
los ojos de todo Israel.”
¿Por qué tuvo Moisés este don especial por parte de Dios? Exodo 4:1-5, “Moisés respondió, y dijo: ¿Y si no
me creen, ni escuchan mi voz? Porque quizá digan: "No se te ha aparecido el SEÑOR." 2Y el SEÑOR le dijo:
¿Qué es eso que tienes en la mano? Y él respondió: Una vara. 3Entonces El dijo: Echala en tierra. Y él la echó
en tierra y se convirtió en una serpiente; y Moisés huyó de ella. 4Pero el SEÑOR dijo a Moisés: Extiende tu
mano y agárrala por la cola. Y él extendió la mano, la agarró, y se volvió vara en su mano. 5Por esto creerán
que se te ha aparecido el SEÑOR, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob.”
Hacer milagros, señales y prodigios eran las credenciales de Moisés para probar ser enviado por Dios como
profeta, es decir, con palabra divina. Siempre eran testimonio de que Moisés hablaba palabras verdaderas.
Walter J. Chantry dice: “Este principio es de universal aplicación para los milagros del Antiguo Testamento.
Unicamente quienes eran inspirados por Dios para hablar su palabra obraban maravillas. Este era un don
exclusivamente otorgado a los profetas.” [Señales de los Apóstoles, p. 24]
Mencionamos también a Josué, porque aunque no hizo los grandes milagros que hizo Moisés, el abrió camino
seco por medio del río Jordán así como lo hizo Moisés por el Mar Rojo, comprobando que el Dios que estaba
con Moisés ahora está con él.
B. Elías y Eliseo
Otro período importante de milagros fue con Elías y Eliseo. Ellos tuvieron que luchar contra la idolatría de la
nación de Israel con los baales. ¿Quién es el verdadero Dios? Así Dios les dio poderes especiales para un
tiempo de apostasía nacional. 1 Reyes 18:36, 37, “Y sucedió que a la hora de ofrecerse el sacrificio de la tarde,
el profeta Elías se acercó y dijo: Oh SEÑOR, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que tú
eres Dios en Israel, que yo soy tu siervo y que he hecho todas estas cosas por palabra tuya. 37Respóndeme, oh
SEÑOR, respóndeme, para que este pueblo sepa que tú, oh SEÑOR, eres Dios, y que has hecho volver sus
corazones.”
Los milagros de aspecto físico para salvar al pueblo de Dios da una lección espiritual clara que el hombre no puede
salvarse por sí mismo, sino necesita la salvación dada por Dios. Esto se ve aún más clara con el milagro de la
salvación física por mirar a una serpiente de bronce y la realidad espiritual por medio de Cristo. Vea la historia en
Números 21 y la explicación espiritual en Juan 3:14, 15.
Después de alimentar a 5 mil personas, “La gente entonces, al ver la señal que Jesús había hecho, decía:
Verdaderamente este es el Profeta que había de venir al mundo.” Juan 6:14. Esta demostración del poder de Dios a
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través de una persona le daba a El Su carácter de profeta y el Ungido de Dios. Ser reconocido como profeta significa
también que tuviera Palabra de Dios y la necesidad de escucharlo. Hablando proféticamente Moisés de Cristo: “Un
profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará el SEÑOR tu Dios; a él oiréis.” Deuteronomio
18:15 (vea la comprobación por Pedro en Hechos 3:18-26). Es el deber nuestro de escuchar a este profeta de Dios, y
sabemos que es profeta por las señales.
Nicodemo reconoció muy temprano en el ministerio de Cristo que los milagros comprobaba a Jesús como enviado
de Dios. “Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces
si Dios no está con él.” Juan 3:2.
Juan, al reflexionar sobre el ministerio de Cristo, comprueba la razón de los milagros hechos por Cristo: “Y
muchas otras señales hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro; 31pero
éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que al creer, tengáis vida en su
nombre.” Juan 20:30, 31.
¿Cuál fue la razón de Cristo en darles el poder de hacer milagros y sanar a la gente? Porque ellos necesitarían ser
reconocidos como enviados de Dios. El pueblo judío no va a aceptar la palabra de una persona que viene diciendo
nuevas cosas sin ver una señal de comprobación. “Porque en verdad los judíos piden señales” 1 Corintios 1:22a.
Luego vemos por medio del libro de Hechos que los apóstoles siguieron con ese poder especial en los primeros años
de la Iglesia y especialmente entre los judíos.
Hechos 5:12-16, “Por mano de los apóstoles se realizaban muchas señales y prodigios entre el pueblo; y estaban
todos unánimes en el pórtico de Salomón. 13Pero ninguno de los demás se atrevía a juntarse con ellos; sin
embargo, el pueblo los tenía en gran estima. 14Y más y más creyentes en el Señor, multitud de hombres y de
mujeres, se añadían constantemente al número de ellos, 15a tal punto que aun sacaban los enfermos a las calles y
los tendían en lechos y camillas, para que al pasar Pedro, siquiera su sombra cayera sobre alguno de ellos.
16También la gente de las ciudades en los alrededores de Jerusalén acudía trayendo enfermos y atormentados por
espíritus inmundos, y todos eran sanados.”
Y también está comprobado por el libro de Hebreos.
Hebreos 2:1-4, “Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos
desviemos. 2Porque si la palabra hablada por medio de ángeles resultó ser inmutable, y toda transgresión y
desobediencia recibió una justa retribución, 3¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan
grande? La cual, después que fue anunciada primeramente por medio del Señor, nos fue confirmada por los que
oyeron, 4testificando Dios juntamente con ellos, tanto por señales como por prodigios, y por diversos milagros y
por dones del Espíritu Santo según su propia voluntad.”
Ahora, Pablo dice en 2 Corintios 12:11, 12, “Me he vuelto insensato; vosotros me obligasteis a ello. Pues yo
debiera haber sido encomiado por vosotros, porque en ningún sentido fui inferior a los más eminentes apóstoles,
aunque nada soy. 12Entre vosotros se operaron las señales de un verdadero apóstol, con toda perseverancia, por
medio de señales, prodigios, y milagros.” Señales de milagros y prodigios eran para comprobar quiénes eran
apóstoles. Pablo utiliza esa verdad para comprobar ser apóstol. Romanos 15:18, 19, “Porque no me atreveré a
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hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, en palabra y en
obra, 19con el poder de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén y por
los alrededores hasta el Ilírico he predicado en toda su plenitud el evangelio de Cristo.”
Así encontramos que los apóstoles tenían el don de hacer señales y prodigios en el pueblo, por esa razón los
milagros, sanidades y prodigios llegaron a ser conocidos como señales de un verdadero apóstol. [Nota: ¿quiénes
tenían el derecho de ser un apóstol? Vea Hechos 1:21.] Eran necesarios para comprobar delante de los judíos
incrédulos la obra y el mensaje de Dios. Debemos siempre recordar que el libro de los Hechos es un libro histórico
que relata la expansión del evangelio. En el comienzo había muchas señales y milagros (así como en el tiempo de
Moisés, Elías y Eliseo), pero a medida que la Iglesia va creciendo y esparciéndose hay menos casos de la
manifestación de estos dones de señal. Incluso podemos decir que después del año 57 DC no se menciona en los
libros bíblicos el uso de estos dones. Es decir, históricamente, la última vez fue cuando Pablo escribió a los
hermanos en Roma (Romanos 15:18, 19).
Nuevamente tomamos en cuenta el propósito y función del libro de Hechos. MacArthur nos aclara diciendo: “Pero
nunca se pretendió que el libro de Hechos fuera una basa primaria de doctrina cristiana. Registra solamente los
primeros días de la era de la iglesia y muestra a la iglesia en transición del antiguo pacto al nuevo. Las sanidades
apostólicas, los milagros, las señales y los prodigios, evidentes en Hechos, no eran comunes, ni siquiera en esos
días. Eran eventos excepcionales, cada uno con un propósito específico, siempre asociados con el ministerio de los
apóstoles, y su frecuencia puede ser vista disminuyendo dramáticamente, del principio de Hechos al fin.” [p. 172].
Nota: Serán notorios nuevamente durante la Gran Tribulación por los dos testigos. Apocalipsis 11:5, 6, “5Y si
alguno quiere hacerles daño, de su boca sale fuego y devora a sus enemigos; así debe morir cualquiera que quisiera
hacerles daño. 6Estos tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva durante los días en que ellos profeticen;
y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda suerte de plagas todas las
veces que quieran.”
Debemos tomar en cuenta, como dijo MacArthur, el descenso de la manifestación del don de milagros y sanidad a
través del Nuevo Testamento. En el comienzo algunos pocos apóstoles (tal vez sólo Pedro) sanaban. Tenemos el
caso de Ananías quien volvió la vista a Pablo, como delegado especial de Dios, pero después no se menciona a él
para saber si él tuvo o no el don de sanidad. Pablo también sanaba a algunos, pero después aconseja a Timoteo que
use un remedio para su problema estomacal en vez de sanarlo (1 Timoteo 5:23). Pablo mismo no podía aliviarse de
un “aguijón en la carne”. No hay ningún texto para apoyar campañas de sanidad. Santiago dice que debemos llamar
a los ancianos de la iglesia en vez de llamar a una persona con el don de sanidad (Santiago 5:14). También ojo con
engañadores y falsos maestros (2 Tesalonicenses 2:8-12). No todos que hacen milagros son de Dios.
Nosotros no estamos recibiendo nueva revelación por parte de Dios porque tenemos todo lo que necesitamos en la
Biblia. Así no hay necesidad de la manifestación de estos dones de señal los cuales fueron dados para los apóstoles
y profetas del Nuevo Testamento. La Iglesia de Cristo ha sido puesta sobre el fundamento de ellos. Efesios 2:19-
22. Nos dejaron el fundamento doctrinal por medio de las Epístolas.
Introducción
Muchas iglesias creen que Dios todavía está dando nueva revelación a Su pueblo por medio de profecías, palabras de
ciencia y sabiduría, sueños y visones para dar la necesaria instrucción y guía para una vida cristiana exitosa. Muchas
veces estas palabras llegan a tener la misma o mayor importancia que la Biblia. La pregunta para nosotros en este
estudio es: ¿Cómo me habla Dios a mí? ¿Cómo puedo conocer la voluntad de Dios para mi vida? ¿Dios todavía
habla por medio de nuevas revelaciones y profecías, sueños o visiones? ¿Debe haber profetas en la iglesia de hoy
que pueden comunicar nueva revelación de Dios? ¿Cómo puedo conocer la verdad? Todas estas preguntas están
encerradas en la pregunta que hace Chantry como tema de su capítulo 4: “¿Es completa la Escritura?” [Señales de
los Apóstoles, p. 35-49].
John F. MacArthur en su libro, Los Carismáticos, p.81 dice: “Virtualmente toda secta y enseñanza falsa
engendrada empezó sobre la premisa de que su líder o líderes tenían acceso a nueva revelación...Todos han
abandonado el principio de Sola Escriptura y se han lanzado a una búsqueda peligrosa de algo más.” ¿Por qué
clamamos con Martín Lutero, Sola Escriptura? Porque cualquier persona puede desviarse de la verdad si comienza
a utilizar revelaciones, profecías, sueños o visiones para conocer la voluntad de Dios.
Chantry dice: “Históricamente los cristianos han creído que la Biblia es la única norma de fe y práctica. La
oposición a sectas que ejercen milagros y dones de lenguas se ha basado en este alto concepto sobre la Escritura.
Nuestra doctrina de la Escritura nos da confianza en la única autoridad y absoluta suficiencia de la Escritura a través
de la cual el Espíritu Santo guía nuestras mentes a la verdad, conduce nuestra vida en medio de este mundo, y nos
lleva a una satisfactoria comunión del corazón con Dios. Esta convicción implica necesariamente que Dios no está
dando hoy ninguna revelación adicional a través de profetas.” [p. 38, 39].
Queremos ver por qué afirmamos esta declaración.
B. La Manipulación
Muchas personas emplean profecías para manipular a la gente. “Tuve una visión donde Dios me dijo que yo
debería recolectar US$8’000,000 como ofrenda a la iglesia, porque si no lo hago, Dios me va a quitar la vida.”
La gente dio plata desesperadamente para que este engañador no muriera.
C. Las Contradicciones
“Dios me dijo que tu debes dejar a tu esposo y casarte conmigo.” Hay muchas personas que creen a sus líderes
porque comienzan su oración con “Dios me dijo...” Por esa razón necesitamos conocer bien la Palabra de Dios
y no ser llevados por declaraciones contradictorias. Esto puede llevarnos a ser engañados.
D. El Ser Engañado
Tenemos que tener mucho cuidado en no ser engañados por personas que dicen ser profetas o que hayan recibido
una visión por parte de Dios; los que dicen: “Así dice el Señor...” –Si no están leyendo la Biblia. Cuando
leemos la Biblia podemos decir: “Así dice el Señor...” porque cada palabra es Palabra de Dios.
2 Pedro 2:1-3, “Pero se levantaron falsos profetas entre el pueblo, así como habrá también falsos maestros entre
vosotros, los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando incluso al Señor que los
compró, trayendo sobre sí una destrucción repentina. 2Muchos seguirán su sensualidad, y por causa de ellos, el
camino de la verdad será blasfemado; 3y en su avaricia os explotarán con palabras falsas. El juicio de ellos,
desde hace mucho tiempo no está ocioso, ni su perdición dormida.”
Lamentaciones 2:14, “Tus profetas tuvieron para ti visiones falsas y necias, y no manifestaron tu iniquidad para
que regresaras de tu cautiverio, sino que vieron para ti oráculos falsos y engañosos.” Siempre a través de la
historia bíblica ha habido falsos profetas. La gente ingenua siempre eran engañados por ellos. Aún un profeta
fue engañado por otro, (1 Reyes 13:8-30). ¿Qué podemos hacer o qué debemos hacer para no caer en el error
del pueblo de Israel? 1 Juan 4:1, “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son
de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo.” Necesitamos conocer también la Palabra de
Dios. Así comparar lo que dice una persona para ver si concuerda con la Biblia. El Espíritu Santo no nos va a
hablar excepto por medio de la Palabra de Dios, La Biblia. La función del Espíritu Santo no es comunicar
nueva verdad o de instruir en asuntos desconocidos, sino de iluminar lo que está revelado en la Escritura. Así
podemos decir, “El Espíritu Santo me mostró en la Biblia esta verdad...” Y es verificable.
Por esta razón necesitamos personas que nos pueden guiar e instruir en las verdades de la Biblia. Efesios 4:11-
14, “Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, 12a
fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; 13hasta que
todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre
maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14para que ya no seamos niños, sacudidos por las
olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas
engañosas del error.” ¡No sea engañado!
V. La Advertencia Bíblica
Deuteronomio 18:20-22, “Pero el profeta que hable con presunción en mi nombre una palabra que yo no le haya
mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta morirá." 21Y si dices en tu corazón: "¿Cómo
conoceremos la palabra que el SEÑOR no ha hablado?" 22Cuando un profeta hable en el nombre del SEÑOR, si la
cosa no acontece ni se cumple, esa es la palabra que el SEÑOR no ha hablado; con presunción la ha hablado el
profeta; no tendrás temor de él.”
Es interesante que muchos de los “profetas” de hoy reconocen que no pueden profetizar con 100% de veracidad.
Inclusive un vidente (Bob Jones) dijo: “Esto es lo que él me dijo, de modo que si yo anoto dos tercios, lo estoy
haciendo muy bien.” (Vea el relato en el libro “Los Carismáticos”, por John F. MacArthur, p. 67, 68). Es decir, él
está muy feliz si se cumpla dos de cada tres de sus profecías. Yo diría que si falla en uno de cien, no es profeta de
Dios. ¿Cómo puede equivocarse un “profeta” si ha sido inspirado por Dios? Simplemente es un falso profeta.
“La perspectiva carismática contemporánea que hace de cada profeta un instrumento de revelación divina abarata
tanto la Escritura como la profecía. Al permitir que esos llamados profetas mezclen el error con mensajes
supuestamente ‘frescos de los labios de Dios’, los carismáticos han abierto las compuertas a la falsa enseñanza, a la
confusión, al error, al fanatismo y al caos.” (MacArthur, p. 70).
El Nuevo Testamento nos manda a “probar los espíritus”, lo cual nos hace ver el peligro que hay en escuchar y no
discernir bien si es una palabra de Dios o no. 1 Juan 4:1-6, “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los
espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo. 2En esto conocéis el Espíritu
24 Lic. David A. Stoddard M.
de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 3y todo espíritu que no confiesa a
Jesús, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, del cual habéis oído que viene, y que ahora ya está en el
mundo. 4Hijos míos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el
que está en el mundo. 5Ellos son del mundo; por eso hablan de parte del mundo, y el mundo los oye. 6Nosotros
somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de
la verdad y el espíritu del error.” Había graves peligros en el día de Juan, y hoy también.
Debemos tomar en serio la advertencia de Pablo a los corintios. 1 Corintios 14:29, “Y que dos o tres profetas
hablen, y los demás juzguen.” Hoy en día la gente tiene comezón de oír y tragan todo sin verificar la veracidad.
MacArthur dice: “Siempre ha sido importante poder separar la Palabra de Dios de la que es falsa. Dios obró a
través de un proceso histórico para establecer la autenticidad del canon, de modo que toda la iglesia pudiera tener
una norma clara. Si ahora nosotros tiramos esa norma histórica y redefinimos la inspiración y la revelación,
socavamos nuestra propia capacidad para recibir la verdad de Dios. Si trastornamos la singularidad de la Biblia, no
tenemos manera de distinguir la voz de Dios de la de los hombres. Eventualmente, cualquiera podría decir cualquier
cosa y alegar que es Palabra de Dios, y nadie tendría derecho de negarlo. Estamos peligrosamente cerca de esa
situación ahora mismo. [p. 65].
Conclusión
Concluimos con unas palabras de John MacArthur:
“Los Reformadores combatieron tales errores con el principio de Sola Escriptura. Los carismáticos han abandonado
ese precepto crucial. Ahora la verdadera iglesia en el siglo veinte [o veintiuno] debe luchar por la supremacía y
suficiencia de la Palabra de Dios. No nos atrevamos a rendirnos a una teología que da a la tradición o a la
experiencia igual peso que a la Escritura. La singularidad de la revelación de Dios en la Biblia está en juego. El
propio reclamo de la Biblia por sí misma está siendo desafiado. Es un error que los que aman la Palabra de Dios no
pueden admitir.
“No hay substituto para la Palabra de Dios. No hay “algo más”. No busque energía para el andar espiritual en las
vacías ‘profecías’ de la imaginación de alguien. No busque dirección en el incierto consejo de emociones e
intuición. No establezca su curso por la errónea señal de la exhortación de algún profeta autoengañado. Dios nos ha
dado su Palabra, que es ‘útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente capacitado para toda buena obra’ (2 Timoteo 3:16). Esa es
toda la verdad que necesitamos para toda necesidad espiritual en la vida.” [Los Carismáticos, MacArthur, p. 84].
“El Espíritu Santo está trabajando poderosamente en la iglesia hoy, pero no en la manera que los carismáticos creen.
El papel del Espíritu Santo es llenarnos de poder para predicar, enseñar, escribir, hablar, testifica, pensar, servir y
vivir. El sí nos guía a la verdad y nos dirige a la voluntad de Dios para nuestras vidas. Pero lo hace a través de la
Palabra de Dios, no aparte de ella. Referirse al ministerio de dirección e investimiento de poder del Espíritu Santo
como inspiración y revelación es un error. Usar frases tales como ‘Dios me habló’, o ‘Esta no fue idea mía; el
Señor me la dio’, o “Esas no son mis palabras, sino un mensaje que recibí del Señor’, confunde el asunto de la
dirección del Espíritu en las vidas de los creyentes de hoy.” [p.66].
Introducción
Cualquier doctrina o práctica que empleamos en la iglesia debe tener su respaldo bíblico. El concepto de la unción a
veces ha tomado un mal enfoque o se ha equivocado en cuanto a su propósito o empleo para la iglesia. Hay iglesias
que emplea la unción como un poder especial y adicional para el ministerio o para hacer milagros y maravillas, o
que sea algo que se puede recibir o perder. Este estudio va a ser diferente en el sentido que vamos a analizar en
primer lugar todos los distintos usos de la palabra “unción” o “ungir” en la Biblia; luego vamos a ver el uso
espiritual y metafórico para llegar a entender el significado espiritual en relación al creyente en la Iglesia de hoy.
Queremos saber si hay un cambio en el uso de la unción entre el Antiguo Testamento y el Nuevo. Es decir, ¿Cuáles
son las cosas semejantes a través de la Biblia y cuáles son distintas entre el Antiguo Testamento y el Nuevo?
C. En Relación al Mesías
Cristo, el título neotestamentario, se deriva del griego Xristos que es el equivalente exacto del hebreo massaj,
pues también tiene el significado básico de “untar con aceite”. Por tanto, el título Cristo enfatiza la unción
especial de Jesús de Nazaret para el cumplimiento de su misión como el escogido especial de Dios según todas
las profecías del Antiguo Testamento. Vemos esta relación a través de los siguientes pasajes: Salmo 45:7;
89:20; Isaías 61:1 (Lucas 4:18); Daniel 9:24; Hechos 10:38.
1
La metonimia es el uso de una palabra en lugar de otra, sugerida por la primera. Es cuando el escritor pone el efecto de una
acción en lugar de la causa, o usa el símbolo o la seña en lugar de la realidad. Las asociaciones están establecidas por la
situación o contexto del que habla o escribe. Ej.: Respetar las canas de uno. o “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre.” Así
como una corona simboliza realeza. o el trono del gobierno de un rey.
28 Lic. David A. Stoddard M.
Quiero aclarar un texto en especial: Lucas 4:16-21, “Llegó a Nazaret, donde se había criado, y según su
costumbre, entró en la sinagoga el día de reposo, y se levantó a leer. 17Le dieron el libro del profeta Isaías, y
abriendo el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18EL ESPIRITU DEL SEÑOR ESTA SOBRE MI,
PORQUE ME HA UNGIDO PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES. ME HA ENVIADO
PARA PROCLAMAR LIBERTAD A LOS CAUTIVOS, Y LA RECUPERACION DE LA VISTA A LOS
CIEGOS; PARA PONER EN LIBERTAD A LOS OPRIMIDOS; 19PARA PROCLAMAR EL AÑO
FAVORABLE DEL SEÑOR. 20Cerrando el libro, lo devolvió al asistente y se sentó; y los ojos de todos en la
sinagoga estaban fijos en El. 21Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura que habéis oído.”
Jesucristo aplicó un texto bíblico del Antiguo Testamento (Isaías 61:1, 2; 58:6) para confirmar que El era y es el
Mesías (El Ungido) y lo que ha de ser Su ministerio. Vemos que Cristo fue ungido por el Espíritu Santo en el
día de su bautismo (Lucas 3:21, 22). Su unción fue por Dios mismo al estilo del Antiguo Testamento. Esta
profecía es exclusivamente para Cristo, y vemos en los Evangelios, cómo Cristo cumplió y comprobó esta
profecía bajo el poder del Espíritu Santo (por esa misma unción).
Hechos 10:38, “Vosotros sabéis cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, el cual
anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con El.”
Como la unción especial y espiritual en el Antiguo Testamento era algo solo para profetas, sacerdotes o reyes, es
interesante ver como Cristo cumplió esos tres oficios. Cristo es reconocido como profeta, sacerdote y rey, así es
el verdadero Ungido de Dios. Todos los demás (es decir, los profetas, reyes y sacerdotes del Antiguo
Testamento) son sombras o símbolos de la realidad de Cristo. No debemos aplicar al cristiano un texto que fue
cumplido en Cristo.
Aclaramos y repetimos la enseñanza de este estudio para llegar a nuestra conclusión. Hemos visto todas las
diferentes formas y usos del acto de ungir en la Biblia. Muchos versículos no tienen nada que ver con el acto
espiritual ni con el Espíritu Santo, sino hablan de la vida cotidiana. Al entrar en los casos particulares del uso o
actos de unción en las iglesias de hoy, vemos donde hay mucho mal enfoque bíblicamente.
Ungir con aceite a una persona fue un acto simbólico. La unción con aceite no daba ningún poder en sí, sino el
poder dependía para cuál ministerio había sido escogido. La unción en el Antiguo Testamento simbolizaba en
primer lugar a la persona como escogida especial por parte de Dios para una tarea específica, y también de la venida
del Espíritu Santo sobre ella. Así prefiguraba Su venida en el día de Pentecostés por la promesa misma de Cristo,
el Ungido de Dios. La unción del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento es Su presencia propia en el creyente y es
un hecho en la vida en el momento de creer; no es una cosa que se recibe y se pierde, y luego se recibe de nuevo.
2 Corintios 1:21, 22, “Ahora bien, el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,
22quien también nos selló y nos dio el Espíritu en nuestro corazón como garantía.”
La unción no se da de una persona a otra porque es dada por Dios al creer en Cristo. Bíblicamente no hay una
unción especial para ciertas personas en la Iglesia de Cristo. Ningún texto bíblico menciona que los apóstoles y
profetas tuvieran una unción especial. No hay personas más ungidas que otras, porque todos tenemos el Espíritu
Santo por igual.
Desde el día de Pentecostés vemos que todo creyente es ungido (consagrado y apartado) al creer en Cristo para ser
sacerdote como vemos en 1 Pedro 2:9-10. Así nuestro ministerio como ungidos de Dios es: “a fin de que anunciéis
las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.” La relación de la unción con el ministerio
del Espíritu Santo en la vida de todo creyente también implica la capacitación necesaria para cumplir nuestro
ministerio por medio de los dones espirituales. Tenemos todo lo que necesitamos, no nos falta nada, sino la
disposición nuestra. Así entonces, no debemos buscar la unción, porque ya la tenemos.
A. Antes de Pentecostés
Génesis 31:13 (28:18); Éxodo 30:25, 26, 31, 32; 40:9; Levítico 8:12; Deuteronomio 28:40; Rut 3:3; Jueces
9:8, 15 (elegir = ungir); 1 Samuel 2:10, 35; 9:16; 10:1-9; 15:17; 16:1-13; 24:10; 26:9; 2 Samuel 2:4; 12:7, 20;
14:2; I Reyes 1:39; 19:16; 2 Reyes 9:3; 11:12; 1 Crónicas 16:22 (Salmo 105:15); 2 Crónicas 23:11; 28:15;
Salmo 2:2; 20:6; 23:5; 28:8; 45:7; 84:9; 89:20;132:10; Eclesiastés 9:8; Isaías 45:1; 61:1-3; Daniel 10:3; Amos
6:6; Habacuc 3:13; Zacarías 4:14; Mateo 6:17; Marcos 6:13; 14:8; 16:1; Lucas 2:26; 4:18; 7:38, 46; Juan 9:6;
11:2; 12:3.
B. Después de Pentecostés
Hechos 4:27; 10:38; 2 Corintios 1:21, 22; Hebreos 1:9; Santiago 5:14; 1 Juan 2:19-22, 27; Apocalipsis 3:18.
Nota adicional: ¿Qué dice el Diccionario Ilustrado de la Biblia, editorial Caribe, sobre la “unción”? Compárelo con el
estudio que hemos hecho.
“En el mundo antiguo los aceites de la unción eran considerados artículos de tocador y, debido al clima, se usaban
diariamente en Israel, por lo menos después de la conquista. Se ungía a los huéspedes como símbolo de honor. No
ungirse era señal de duelo o de búsqueda espiritual. Para evitar las tentaciones de la hipocresía, el Señor Jesús
enseñó a sus discípulos que no debían dejar de ungirse en tiempos de ayunos.
“Desde tiempos muy antiguos se usó la unción con significado espiritual. En Israel esta costumbre se distinguía por
el uso de un aceite especial prohibido para otras aplicaciones. Con este aceite se ungían todos los objetos
relacionados con el culto, a los sacerdotes, a los reyes y a los profetas.
“La unción simbolizaba primariamente la consagración del ungido a Dios para una función particular dentro de los
propósitos divinos. Esta consagración impartía algo de la santidad de Dios al ungido, condición que afectaba todo
lo que él posteriormente tocara. Se ve esto en la insistencia de David en no extender su mano contra Saúl, el
‘ungido de Jehová’, aunque el caso de Saúl enseña que los beneficios simbolizados por la unción no existen si la
condición espiritual del ungido es mala. Estos beneficios, en el caso de personas ungidas, incluían el investirlas de
poder suficiente para el desempeño de sus deberes, por medio del Espíritu Santo.
“El uso figurado de la palabra unción se desarrolló poco a poco a partir de los días de David y a través de los
profetas. En el NT Jesús es el ungido por excelencia, el Mesías, ungido por el Espíritu Santo el día de su bautismo
con agua. Desde entonces todo lo hizo en su calidad de Ungido o Cristo y no en su calidad de Segunda Persona de
la Trinidad. El mismo Espíritu Santo unge a los creyentes.
“Dios también sana físicamente por el poder del Espíritu Santo en respuesta a la oración de fe. Para la ayuda de la fe
en tales casos se recomienda la unción con aceite.”
Introducción
El concepto de la imposición de manos tiene una variedad de explicaciones. Es casi imposible llegar a una
conclusión basada en los casos bíblicos, porque la Biblia no la manda a hacer, ni nos da pautas de como hacerla. La
única exhortación al respecto es no hacerla con ligereza, mostrando a su vez que es algo que la iglesia hacía en dados
casos. Pero, por qué lo hacían, o en qué casos lo hacían es algo que tenemos que investigar y aplicar una buena
hermenéutica. Una pregunta que podemos hacernos es si Dios imparte algún don espiritual, o hace sanidades, por
medio de la imposición de manos. ¿Qué es imponer las manos sobre una persona?
Tal vez este estudio no nos va a dar una respuesta contundente, pero por lo menos nos hace escudriñar las Escrituras
y ojalá nos aclara algunos conceptos sobre lo que es o no es la imposición de manos.
B. En el Momento de dar una Bendición (Génesis 48:14-19; Mateo 19:15 (Marcos 10:16))
Había una costumbre entre las culturas antiguas de poner las manos sobre la cabeza de alguien al dar una
bendición. También vemos la importancia que tenía el usar la mano derecha para aquel que debiera recibir la
mayor bendición. Este caso muestra la costumbre de aquel entonces, no es necesariamente una enseñanza u
ordenanza a seguir. También en Mateo y Marcos vemos a Cristo poniendo las manos sobre los niños al
bendecirlos de acuerdo con la costumbre del día. Pero, ¿es esto lo mismo que imponer las manos, o
simplemente un acto de cariño?
C. En el Momento de Consagrar a una Persona para el Ministerio (Números 8:10,11; 27:18-23; Deuteronomio 34:9;
Hechos 6:6; 13:2, 3)
Las personas que habían sido escogidas primeramente por Dios, recibieron su reconocimiento humano por
medio de la ceremonia de la imposición de manos. Hechos 13:1-3, “En la iglesia que estaba en Antioquía
había profetas y maestros: Bernabé, Simón llamado Niger, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con
Herodes el tetrarca, y Saulo. 2Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: Apartadme a
Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado. 3Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las
manos sobre ellos, los enviaron.”
Esto también elimina la posibilidad de que una persona haga una declaración propia de la aprobación de Dios
por capricho propio. El acto de la imposición de manos por los líderes de la iglesia da legitimidad al proceso
de elección, y hace que la persona tenga que rendir cuentas a alguien. Hoy se usa este acto simbólico en la
ordenación de pastores; en el envío de misioneros, y en el nombramiento de ancianos y diáconos para la iglesia
local. Es un reconocimiento de su llamado, su carácter y madurez espiritual, y de su capacitación. Este acto no
se debe hacer con ligereza. Cada persona debe ser puesta a prueba primero.
2 Timoteo 1:6, “Por lo cual te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que hay en ti por la imposición de
mis manos.”
Pablo y el presbiterio (los ancianos) habían puesto sus manos sobre Timoteo para darle algún don especial. La
Biblia no aclara cuál fue ese don ni cuando lo hicieron, pero probablemente fue para comisionarlo para ejercer el
liderazgo como delegado oficial al ser dejado encargado de la iglesia de Efeso. Podemos decir que fue su
ordenación al ministerio, dándolo también cierto nivel de autoridad. Es decir que Cristo había llamado a
Timoteo para el ministerio y los ancianos habían reconocido ese don por medio de profecía y probablemente
profecía de Pablo mismo. La pregunta puede ser: ¿Timoteo recibió el don por medio de la imposición de
manos o simplemente fue reconocido oficialmente como persona digna y aprobada?
Hay una similitud entre este caso con Timoteo y el caso de Pablo y Bernabé en Hechos 13:1-3, que vimos
arriba. Se hizo una profecía por medio del Espíritu Santo del nuevo ministerio de estos dos hombres y fueron
apartados con la imposición de manos. Ellos no recibieron ningún poder especial por la imposición de manos,
simplemente fueron encomendados con la bendición del liderazgo al ministerio por el cual habían sido
escogidos por Dios. Nota: Recuerda que en este momento de la historia de la iglesia, existía los apóstoles y
profetas que podían hacer esta clase de profecía.
Textos como estos siempre son un problema para interpretar porque hablan de algo que hicieron sin decir si es
algo que se debe hacer todas las veces. ¿Pablo hizo esto al dejar a Tito en Creta? ¿Se hizo por cultura y las
costumbres entre los judíos de imponer las manos en dados momentos, o es algo que debemos hacer hoy
también como norma para la iglesia? .
Pablo exhorta a Timoteo a no imponer las manos con ligereza a ninguno. Reconocer públicamente a una
persona como anciano, pastor, diácono o para cualquier otro ministerio dentro la iglesia sin probar a la persona
primeramente puede traer graves consecuencias después al encontrar que la persona no era apta para tal o está en
algún pecado oculto. Con la imposición de las manos estamos aprobando a la persona y su modo de vida.
¡Qué sea digno como ministro de Dios!
Como vimos arriba, la imposición de manos tiene su trasfondo judío en las leyes de Moisés en cuanto a los
sacrificios. Imponer las manos sobre un animal que va a ser sacrificado identificaba a ese animal como el
sustituto de la persona o del pueblo. Imponer manos sobre una persona la identifica o la pone al servicio
sagrado de Dios. Es una consagración o dedicación de la vida de la persona al ministerio.
Algunos toman este versículo en relación a la restauración a la congregación de uno (un anciano) que haya sido
disciplinado.
En la iglesia primitiva la imposición de manos parece haber sido un acto o una ceremonia común e importante
así como el bautismo. También fue considerado como una de las enseñanzas elementales, o de los fundamentos
de la Iglesia, sin decirnos ¿para qué o cuándo?
Una palabra que parece contestar esta inquietud es la palabra “reconocimiento”. Al poner las manos según el caso,
la persona reconoce la obra y la provisión de Dios en dada situación. Reconocemos que Dios ha provisto los
medios y los recursos para nuestra relación con El, y reconocemos Su obra en la vida de una persona dedicada a Su
servicio. Reconocemos que fue Dios quien lo llamó y nosotros estamos confirmando ese llamado y a la vez
comprometiéndonos a apoyarlo según la necesidad. No sé si la palabra “confirmación” tenga un concepto diferente a
la de “reconocimiento”. Pero es bueno ver que estamos confirmando (aprobando, verificando) a una persona que ha
mostrado firmeza, constancia y dedicación en el ministerio.
Otra palabra puede ser “consagración” (poner aparte, dedicar al servicio de Dios) Consagramos al Señor por medio
de la imposición de manos lo que creemos ser apto o útil para el servicio o ministerio en la obra del Señor. Llega a
ser una aprobación de su vida y ministerio.
¿Qué piensan en cuanto a la palabra “identificarse con”. Al imponer las manos estamos identificándonos con esa
persona en su vida y su ministerio. Así vemos por qué es importante no hacerlo con ligereza.
En el caso de los que habían sido bautizados en el bautismo de Juan en Hechos 19, fue necesario explicarles ciertas
verdades nuevas en cuanto a la salvación en Cristo y el hecho que Cristo había prometido mandar el Espíritu Santo.
La pregunta puede ser, ¿recibieron el Espíritu Santo por medio de la imposición de manos (causa-efecto) o
simplemente algo simultáneo (en el momento de) con la imposición de manos. La imposición de manos llegó a ser
un reconocimiento de la nueva fe de ellos al creer, y luego el recibir el Espíritu Santo. Después de este caso no hay
evidencia bíblica de que fue necesario en cualquier ocasión la imposición de manos para recibir el Espíritu Santo.
El creyente no recibe al Espíritu Santo por medio de la imposición de manos sino por medio de la fe en Cristo
como Salvador.
La imposición no tenía alguna virtud de por sí; el poder está en Dios por medio de la oración. Es un acto
simbólico y una expresión de unidad espiritual entre la persona que ora y la persona por la cual se ora. Es una
ceremonia, más no una ordenanza.
Conclusión de reflexión: Según el contexto general de la Biblia, ¿qué significa la imposición de las manos? ¿En cuáles
situaciones debemos emplear este acto solemne dentro de la iglesia de hoy? ¿Puedo yo conferir a una persona algún don
especial por medio de la imposición de mis manos?
Opinión: Juan Calvino sobre 2 Timoteo 1:6. [Comentarios a las Epístolas Pastorales de San Pablo, pp. 220-222.]
“No puede haber duda de que Timoteo haya sido invitado por la voz de la Iglesia, y que no fue elegido por el solo
deseo particular de Pablo; mas no es absurdo afirmar, que Pablo se atribuyese la elección a sí mismo en lo personal,
“Por lo que respecto a la ceremonia, los apóstoles la tomaron de la antigua costumbre de su nación; o más bien,
como resultado de estar en uso, ellos la retuvieron; porque ésta es una parte de aquel procedimiento decente y
ordenado que Pablo recomienda en otra parte (I Corintios 14:40). Con todo, es de dudar si esa ‘imposición de
manos’ que ahora se menciona se refiere a la ordenación; porque, en aquel tiempo, las gracias del Espíritu, de las
que él habla en el capítulo 12 de la Epístola a los Romanos, y en el capítulo 12 de la Primera Epístola a los
Corintios, se otorgaban a muchos que no eran designados como pastores. Mas yo, por mi parte, pienso que
fácilmente se puede deducir de la Primera Epístola, que Pablo se refiere aquí al oficio de pastor, porque este pasaje
está de acuerdo con aquel que dice: ‘No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la
imposición de las manos del presbiterio’ (1 Timoteo 4:14).
“Una vez resuelto este problema, cabría preguntar: ‘¿Fue la gracia otorgada mediante una señal externa?’ A esto yo
respondo, que siempre que se ordenaba a los ministros, éstos eran recomendados a Dios por las oraciones de toda la
Iglesia, y en esta forma se obtenía la gracia de Dios para ellos por la oración, y no se les confería por medio de una
señal, aunque dicha señal no se empleaba sin provecho ni inútilmente, sino que era una prenda segura de esa gracia
que ellos recibían de parte de Dios mismo. Esa ceremonia no era un acto profano, inventado con el solo fin de
ganar fama ante los ojos de los hombres, sino una lícita consagración delante de Dios, la cual no se realiza sino con
el poder del Espíritu Santo. Además, Pablo acepta la señal por el todo o por la transacción entera; porque él declara
que Timoteo fue dotado de gracia, cuando fue ofrecido a Dios como ministro. Entonces, en esta forma de expresión
hay una figura de lenguaje, en la cual una parte es tomada por el todo.
“Pero de nuevo nos encontramos ante otro problema; porque si fue únicamente en su ordenación que Timoteo
obtuvo la gracia necesaria para desempeñar su oficio, ¿de qué naturaleza fue la elección de un hombre no idóneo o
calificado aún, y hasta entonces vacío y destituido del don de Dios? Yo respondo, que no le fue dado entonces lo
que antes no tenía; porque es cierto que él superaba tanto en doctrina como en otros dones antes que Pablo lo
ordenara al ministerio. Pero no hay inconsistencia al afirmar que, cuando Dios quiso echar mano de sus servicios, y
en efecto, lo llamó, El entonces lo hizo idóneo y lo enriqueció todavía más con nuevos dones, o le duplicó aquellos
que antes le había otorgado. No debe entenderse, pues, que Timoteo no había tenido anteriormente ningún don,
sino que dichos dones se manifestaron más plenamente cuando le fue conferido el deber de enseñar.”
Opinión: Juan Taylor sobre 1 Timoteo 4:14. [Las Epístolas Pastorales de Pablo, 1 Timoteo, pp. 4-6].
“Esta costumbre de imponer las manos tiene sus raíces en algunas de las prácticas establecidas en los libros de
Moisés. Por ejemplo en el día de la expiación (Levítico 16:21-22), el sumo sacerdote ponía sus manos sobre la
cabeza del macho cabrío vivo y confesaba sobre él, el pecado de Israel.
“De esta manera el sacerdote y la nación se identificaban con la víctima sustituta que era llevada al desierto cargando
el pecado del pueblo, y sufriendo una muerte horrible en su abandono (Levítico 21:22; comparar Salmo 22:1 con
Isaías 53:3-4). Lo que hacía el sacerdote en el día de la expiación simboliza la obra de Cristo por nosotros y
tenemos que ‘identificarnos’ con Cristo, aplicando su sangre a nuestras vidas para ser salvos también (Levítico 4).
“En 1 Timoteo 4:14 vemos que un grupo de ancianos acompañaba a Pablo encomendando a Timoteo a la obra. No
fue físicamente posible que todos impusieran las manos (a la vez, por lo menos), y así es fácil ver que la imposición
de manos no significaba más que identificación y comunión con Timoteo en el momento de encomendarlo a la obra.
“Nunca debemos pensar que este hecho fue una ordenación formal sin la cual nadie puede predicar o servir al Señor.
La imposición de manos no le dio el don; esto había sido anunciado anteriormente por la profecía y la imposición
de las manos del apóstol aunque todavía no se había desarrollado el don. La imposición de manos tampoco le dio
autoridad de ministrar; Dios mismo ya le había dado autoridad para esto, como en el caso de Pablo (Hechos 9:15).
La única autoridad y el único que puede comisionar a los siervos es el Señor mismo pero lo que el siervo hace, lo
hace en comunión y con la bendición de la asamblea cuando esto sea posible, y vemos en la imposición de manos
“Hay que decir de nuevo que la imposición de manos no da autoridad ni confiere posición a la persona. Si no tiene
el don del Señor, la imposición de todas las manos en el mundo no le servirá para nada.
“En el caso de los obreros o misioneros la imposición de las manos significaba identificación y comunión con ellos
en la obra para realizar.
“La imposición de manos no era usada como una autoridad para ejercer dones; cada creyente sacerdote tiene dones y
autoridad de Dios mismo (1 Pedro 2:5, 9). En Gálatas 2:9, Pablo dice que ‘nos dieron...la diestra en señal de
compañerismo’, como otra muestra de identidad solidaria.
“No podemos aceptar la idea de algunas denominaciones, de que es necesario imponer las manos sobre hombres para
constituirles u ordenarles como Pastores. Un pastor verdadero (y puede haber varios en una sola asamblea, Hechos
20:17, 28) es reconocido primeramente por su obra (no por sus estudios) y estimado por ella (1 Tes. 5:12-13).
“Timoteo no tuvo que pasar por un seminario o Escuela Bíblica, sino que tenía un buen testimonio delante de los
hermanos, quienes le estrecharon la diestra en comunión con él.
“Es bueno ver el ejemplo de las dos asambleas en el ejercicio de recomendar a un obrero. Si hay asambleas
pequeñas o con poca capacidad, es bueno y necesario llamar a otros cuando tratan un asunto tan importante como es
recomendar a alguien para la obra. No es algo que se hace a la ligera, ni es que uno mismo se impulsa para esforzar
a la asamblea local. Debe haber acuerdo, comunión con otras asambleas, evidencias del ‘don’ del Señor y
testimonio intachable en cuanto a su vida y ocupación secular.
“La revelación del don de Timoteo fue necesaria porque las asambleas en Galacia no tenían más de unos 3 años y era
importante que Timoteo empezara en aquel tiempo con Pablo, como la obra después nos muestra. Hoy en día con
asambleas antiguas aquí, hay tiempo para esperar y mirar con calma la vida y obra de la persona antes de
recomendarle a la obra de tiempo completo. Deben considerar no solamente la obra espiritual, sino también la
conducta y trabajo del hermano para proveer para su vida y su responsabilidad en cuanto a su familia. Uno que no
muestra diligencia para trabajar bien en algún negocio u ocupación no es apto para la obra del Señor. Quien ha
fracasado en negocios no debe buscar la obra del Señor como una alternativa.
“Cuando mi esposa y yo fuimos recomendados para la obra misionera en Colombia, tres asambleas en la ciudad de
Sydney buscaron la dirección del Señor, y después de consultar con todas las asambleas de Australia y también de
Nueva Zelandia, sintieron libertad de recomendarnos. Estoy contento con esto porque muestra que todas las
asambleas de aquellos países se estrecharon la diestra en señal de compañerismo y comunión con nosotros en la
obra.
“Tenemos la seguridad de sus permanentes oraciones por nosotros y por toda la obra en Colombia. Así, la
recomendación de varias asambleas es buena para la obra y para el obrero.”
¿Qué crees que es la imposición de manos? ¿Cuándo debemos hacerlo? ¿Para qué la debemos hacer?
Introducción
La batalla espiritual es una realidad. No podemos imaginar la guerra que está sucediendo en el mundo espiritual en
todo momento, sin tregua. Hay algunos versículos que nos da un vistazo pequeño a esta guerra, tales como Daniel
10:12, 13, “Entonces me dijo: No temas, Daniel, porque desde el primer día en que te propusiste en tu corazón
entender y humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y a causa de tus palabras he venido. 13Mas el
príncipe del reino de Persia se me opuso por veintiún días, pero he aquí, Miguel, uno de los primeros príncipes,
vino en mi ayuda, ya que yo había sido dejado allí con los reyes de Persia.” Luego reconocemos que todo el libro
de Apocalipsis narra el conflicto espiritual que existe y que tendrá su fin en un día futuro.
Este estudio no pretende de aclarar todo lo que hay sobre el tema de la Batalla o Guerra Espiritual. Admito que es
el estudio más difícil de entender porque hay mucho desconocido al hablar de los “principados, potestades, los
poderes de este mundo de tinieblas, las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (Efesios 6:11).
Solo espero que sea una guía para profundizarnos en el estudio personal sobre el asunto. Pero hay una advertencia,
tanto el cristiano como el no cristiano está involucrándose más y más en el ocultismo, a veces por ignorancia o por
curiosidad, pero también intencionalmente para buscar un nuevo poder. Sin embargo, las consecuencias de
interesarse en el ocultismo por pasatiempo pueden ser muy graves; es abrir la puerta a la influencia demoníaca.
Ahora, mayormente pensamos de la parte oculta, es decir Satanás y los demonios, al hablar de la batalla espiritual,
pero en realidad la batalla para el cristiano tiene más que ver con su lucha contra las tentaciones para vivir una vida
de santidad delante de Dios. Porque la mayor parte de la batalla es entre Dios y Satanás. Satanás busca destruir la
obra divina. Está en constante rebelión contra Dios. La Iglesia también tiene el deber de enfrentar al mundo
espiritual por las vidas perdidas. Cada vez que compartimos el evangelio es un ataque contra el reino de Satanás.
Cada alma que se convierte al Señor es una nueva victoria sobre el dominio del maligno. Satanás no se queda
quieto, sino busca la forma de destruir la obra de Dios en este mundo.
Satanás está detrás (es el autor) de toda herejía y doctrina falsa. El es el príncipe de este mundo, y emplea el
sistema mundano, las religiones y las filosofías humanas, los medios de comunicación, etc. para obrar su engaño en
este mundo. “Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna
manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo...Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se
disfracen como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.
Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a
sus obras.” (2 Corintios 11:3, 13-15). El busca cegar el entendimiento de los no creyentes para que no entiendan y
vean la luz de Dios. 2 Corintios 4:3-6, “Y si todavía nuestro evangelio está velado, para los que se pierden está
velado, 4en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el
resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios. 5Porque no nos predicamos a nosotros
mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por amor de Jesús. 6Pues Dios, que
dijo que de las tinieblas resplandecerá la luz, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del
conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo.” También es como un león rugiente, 1 Pedro 5:8, “Sed de
espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien
devorar.” Pero, ¿qué significa todo esto para mí? ¿Qué debo hacer?
Puede ser que las preguntas que nos interesan aquí son, ¿cómo debe un cristiano enfrentar la influencia y los ataques
de las huestes espirituales de maldad en su vida? ¿Qué es realmente la batalla espiritual para un cristiano? ¿En qué
se basa la liberación espiritual? ¿Un cristiano necesita liberación? ¿Liberación de qué?
El gran desacuerdo que existe en la Iglesia hoy es en cuanto al nivel de influencia que pueda tener los espíritus en o
sobre la vida de un cristiano. Parte del problema es que vemos muchas cosas sucediendo en algunas iglesias que no
tienen respaldo bíblico. Se están experimentando cosas que no tienen respuesta bíblica. Porque todos los
enfrentamientos con espíritus que vemos en la Biblia eran con personas no creyentes. ¿Qué está sucediendo
entonces? Y, ¿cuál es nuestra posición frente a las manifestaciones del poder del maligno?
La naturaleza pecaminosa (la fuente de nuestros pecados) actúa a través de las tres áreas del ser humano: la física (el
cuerpo), la sicológica (la mente) y la espiritual. El mundo, por influencia de Satanás, reconoce estas tres áreas y
manda tentaciones a ellas. Juan nos muestra esto en 1 Juan 2:15, 16, “No améis al mundo ni las cosas que están en
el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16Porque todo lo que hay en el mundo, la
pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” El
mundo sabe exactamente como tentarnos con sus “delicias” que conducen a la muerte. Amar al mundo es
desconocer la prioridad de Dios en nuestra vida. Así como Pablo habla del dinero. 1 Timoteo 6:10, “Porque la raíz
de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con
muchos dolores.” El amor al dinero es codicia. El dinero no es malo, es un “mal” necesario en la vida de este
mundo. Pero puede llegar a tentarnos a través de la naturaleza pecaminosa. ¿Cómo nos tienta? A robar o codiciar.
Podemos ser avaros. Podemos trabajar demasiado y así descuidar a nuestro hogar, la iglesia, o a Dios. Los valores
del mundo son contrarios a los de Dios. De ahí emana la batalla espiritual contra el mundo.
Cuidado en como empleamos la palabra “espíritu”. Podemos decir que una persona tiene un espíritu amable, o otra
persona tiene un espíritu de avaricia. Con esto estamos describiendo su carácter o personalidad. Sin embargo otra
persona puede decir que tiene un espíritu de mentira y en realidad quiere decir que tiene un demonio que le hace
mentir. Está echando la culpa a los demonios en vez de enfrentar un carácter de mentiroso. Hay una diferencia muy
grande en decir que una persona es mentirosa por carácter, y una persona que simplemente tiene un demonio de
mentira que necesita ser expulsado. El pecado dentro del ser humano es lo que le hace mentir, robar, adulterar,
codiciar, etc., no un demonio. Jesucristo dijo: “Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios,
adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias. 20Estas cosas son las que contaminan al hombre;
pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.” (Mateo 15:19, 20). Entonces no es bíblico decir que un
cristiano tiene un espíritu (demonio) de adulterio si vive en adulterio, sino que no tiene control sobre las pasiones
de su carne. A ese cristiano le falta la templanza (dominio propio), no la expulsión de un demonio.
Muchas personas no quieren tomar responsabilidad por sus propios pecados, sino echan la culpa a Satanás y a los
demonios. Cuando peco, necesito reconocerlo y confesarlo delante de Dios. Y para no volver a pecar tenemos que
crucificar la carne a diario y andar por el Espíritu. Gálatas 5:24, 25 “Pues los que son de Cristo Jesús han
crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.”
O, como dice Pablo en Romanos 6:11, “Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para
Dios en Cristo Jesús.” La batalla espiritual es cuestión de decisión y de compromiso. ¿Voy a pecar o no? Las
tentaciones vendrán a nuestra vida, así como Jesucristo fue tentado, pero ¿vamos a ceder, o vamos a vencer?
El llamado “exorcismo”. Estrictamente, no hay casos de exorcismo en la Biblia por parte de los fieles de Dios
según el uso original de esta palabra. El exorcismo pagano es la expulsión de demonios por medio de
conjuraciones, encantaciones o las ceremonias religiosas o mágicas. El éxito de un exorcismo dependía en gran
parte a la eficacia de las fórmulas mágicas y el uso de los nombres de las deidades en medio de cierto rito. El poder
estaba en las palabras mismas, en recitarlas correctamente y en el cumplimiento exacto del rito. Hay evidencia que
los judíos y las naciones paganas utilizaban ciertos métodos para el exorcismo (Mateo 12:27; Hechos 19:13-20).
Sin embargo, Jesús y los discípulos nunca usaron estos métodos. Jesús simplemente usó Su palabra, autoridad y
poder infinito.
Echar fuera demonios en el nombre de Jesús no es para caer en la trampa de emplear ciertas palabras mágicas, sino
de usar el poder infinito y la autoridad de Jesús. La iglesia ha inventado muchos métodos para hacer liberaciones;
hay demasiados libros que nos enseñan cómo echar fuera los demonios. Pero debemos hacernos la pregunta: ¿No
será que la mayoría de los casos de expulsión de demonios es nada más que un exorcismo pagano? Si hacemos una
expulsión de demonios a una persona no creyente, tenemos que inmediatamente darle el evangelio para que pueda
creer y ser salvo. Si la persona no responda al evangelio, puede llegar a ser nuevamente poseída y su condición será
peor que antes. Mateo 12:43-45, “43Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando
descanso y no lo halla. 44Entonces dice: "Volveré a mi casa de donde salí"; y cuando llega, la encuentra
desocupada, barrida y arreglada. 45Va entonces, y toma consigo otros siete espíritus más depravados que él, y
entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta
generación perversa.” El énfasis en el v. 44 es si el espíritu vuelva y encuentra la casa desocupada, esa persona va a
ser peor que antes. Pero si llega a Cristo, el nuevo creyente va a tener el Espíritu Santo morando en él, así no será
desocupada, y no podrán volver. La más grande manera de librar a una persona del poder de Satanás es que ella
acepte por fe la salvación por la gracia de Dios. Así será librada eternamente del poder de Satanás.
Algunos creen que es necesario primero conocer el nombre y el rango del espíritu maligno y así llamarlo
verbalmente por nombre, tomando autoridad sobre él. Pero no vemos a Cristo ni a los discípulos usando este
método. Solo vemos una vez a Cristo preguntando sobre el nombre del espíritu, y la respuesta era, Legión, porque
somos muchos. Es decir, no era el nombre de un espíritu, sino una descripción de cuantos habían. Luego no
vemos a Cristo echándolos por nombre. Vea y compare la historia en Mat. 8:28-34; Marcos 5:1-20; Lucas 8:26-39.
Salmo 119:11, “En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.” Jesucristo usó la Palabra de
Dios para resistir las tentaciones de Satanás. Mateo 4:4a, “Pero El respondiendo, dijo: Escrito está:..”
B. Otros Cristianos
Otros cristianos maduros también son un recurso espiritual para poder resistir las tentaciones. El propósito de
las exhortaciones es para eso. Hebreos 3:12, 13, “Tened cuidado, hermanos, no sea que en alguno de vosotros
haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo. 13Antes exhortaos los unos a los otros cada
día, mientras todavía se dice: Hoy; no sea que alguno de vosotros sea endurecido por el engaño del pecado.
Es bueno tener a alguien con quien se puede rendir cuentas de su vida. Esa persona puede ayudarnos contra las
tentaciones donde somos más dados a caer.
De Reflexión
Efesios 2:1-3, “Y El os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2en los cuales
anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu
que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en
las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de
ira, lo mismo que los demás. 4-10, Pero Dios...”
1 Juan 3.8-12, “El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de
Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo. 9Ninguno que es nacido de Dios practica el
pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 10En esto se
reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no practica la justicia, no es de Dios; tampoco
aquel que no ama a su hermano. 11Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos
unos a otros; 12no como Caín que era del maligno, y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porque sus
obras eran malas, y las de su hermano justas.”
1 Juan 4:1-3, “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos
falsos profetas han salido al mundo. 2En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo
ha venido en carne, es de Dios; 3y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; y este es el espíritu del
anticristo, del cual habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.”
Introducción
¿Puede perderse una persona que ha sido regenerada, justificada, santificada y adoptada por Dios? ¿Puede un hijo
dejar de ser hijo? ¿Puede una persona perder su salvación cuando Dios ha hecho un plan perfecto así como vemos
en Romanos 8:29, 30, “Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la
imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos; 30y a los que predestinó, a ésos también
llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó.”?
Reconociendo que la salvación es obra de Dios en la persona que cree verdaderamente, que es un don por la gracia de
Dios, que nadie merece la salvación, y que no es a base de las obras, entonces, ¿cómo es posible que uno puede
perder la salvación? Puesto que el temor de perder la salvación podría afectar la paz mental de un creyente, y por
cuanto su futuro es tan vital, esta pregunta constituye un aspecto importante de la doctrina de la salvación.
Ser salvo es el aspecto más importante para el hombre, pero para un buen desarrollo espiritual necesitamos la plena
convicción de que somos salvos eternamente. Estar convencido de la seguridad de nuestra salvación en Cristo Jesús
es de gran bendición. Nuestra salvación descansa en la veracidad de la Palabra de Dios y de la obra de la Trinidad.
2. Su Poder (Romanos 8:31-39; Efesios 1:19-21; 2 Timoteo 1:12; Judas 24, 25)
Dios es suficientemente poderoso para protegernos de todo peligro espiritual. Una vez que somos Sus
hijos tenemos toda la protección necesaria. Juan 10:27-29, “27Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco
y me siguen; 28y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano. 29Mi Padre
que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre.”
4. Su Sello y las Arras (2 Corintios 1:21, 22; Efesios 1:13, 14; 4:30)
El sello es una figura que describe el ministerio del Espíritu Santo de permanecer en cada creyente como
garantía de su seguridad y pertenencia a Dios (Dios es mi dueño), y como arras que Dios va a cumplir en el
creyente la completa redención en la resurrección. Las arras comprueban que Dios va a dar la totalidad de
esta bendición en algún día futuro. El sello es una garantía increíble de que no me puedo echar a perder.
Si una persona no se convence de la seguridad de salvación por los tres puntos anteriores, este punto es la
brocha de oro. El sello es nuestra seguridad de salvación. La exhortación en Efesios 4:30 es no contristar
al Espíritu Santo por nuestro pecado, pero Pablo no dice que el pecado espanta al Espíritu Santo de nuestra
vida, y así poder perder la salvación. Dios sería un mentiroso si decimos que se puede perder la salvación.
II. La Promesa de Vida Eterna (Juan 5:24; 17:3; 20:31; 1 Juan 5:10-13)
A. El Concepto de Tener Vida (Juan 10:10)
Pablo nos dice que el hombre sin Cristo está muerto, pero al creer en Cristo recibe vida (Efesios 2:1, 6). Así
no estamos hablando de una vida física sino espiritual. Vida significa tener una relación con Dios. El hombre
muerto está separado de Dios. Cristo quiere darnos vida y vida en abundancia. Esto es una nueva vida
B. El Concepto de Ser Vida Eterna (Juan 3:16; 3:36; 5:24; 10:27, 28)
También es una vida eterna. Piense bien en el significado verdadero de la palabra “eterna”. La vida que Cristo
nos da es sin límites; es por siempre; si se perdiera, ya no sería una vida eterna. Algunos pretenden decir que
es “eterna” –siempre y cuando... o hasta que... o si se cumple tal y tal cosa, etc., pero Dios no pone
condiciones. El que cree, tiene vida eterna, nada más. Es imposible leer el evangelio de Juan y la primera carta
de Juan y no concluir que la salvación es eterna e imposible perder.
“La doctrina de la perseverancia de los santos significa que aquellos a quienes Dios ha regenerado y llamado
eficazmente a un estado de gracia, no pueden caer total ni finalmente de aquel estado, sino que perseverarán con
toda seguridad en él hasta el fin y serán salvos por la eternidad.
“La perseverancia puede definirse como aquella continua operación del Espíritu Santo en el creyente, mediante la
cual la obra de la gracia divina que ha empezado en el corazón se continúa hasta llegar a ser completa. Los
creyentes continúan firmes hasta el fin, debido a que Dios nunca abandona su obra.”
Filipenses 1:6, “Estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.”
Lo que esta doctrina afirma es: todo verdadero cristiano va a perseverar en la vida cristiana. Aunque tenga
momentos de caída espiritual, nunca puede por completo caer de ese estado de gracia y dejar de alcanzar la salvación
eterna, sino siempre volverá a los caminos de Dios. No va a perder su salvación.
Ahora, es interesante que los versículos bíblicos que hablan de la perseverancia de los creyentes verdaderos, son
muchas veces usados por algunos para decir que los salvos pueden perder su salvación si no perseveran. Pero esos
versículos nos llaman a examinarnos, y sirven para guardar a los creyentes a perseverar en una vida de santidad. La
Biblia no permite que un cristiano viva una vida de pecado. Entonces son exhortaciones a una vida de santidad, no
declaraciones de pérdida de salvación.
Berkhof también da esta conclusión: “La negación de la doctrina de la perseverancia prácticamente hace que la
salvación del hombre dependa de la voluntad humana más bien que de la gracia de Dios. [p. 658]. Si mi salvación
dependiera de mi voluntad o de mis buenas obras, o de nunca pecar, sería una salvación precaria e insegura. Estoy
parado sobre el borde de un abismo.
A. ¿Quién es un Verdadero Creyente? [Juan 8:31; 15:6; 1 Corintios 15:1, 2; Hebreos 3:6-14; Santiago 2:14-26;
2 Pedro 1:10; 1 Juan 3:9, 10; 5:18]
No podemos basar nuestra doctrina sobre las experiencias de personas, sino sobre la Palabra de Dios. Algunos
miran la vida de una persona que antes asistía a la iglesia, pero luego volvió al mundo y dicen, “El perdió su
salvación.” Sin embargo, tenemos que primero preguntar si esa persona: ¿Ha recibido realmente a Jesucristo
como su Salvador personal? Sólo Dios puede juzgar si una persona es o no es una verdadera hija de El.
Muchos de los pasajes citados por la posición opuesta se refieren a las obras humanas o la evidencia de la
salvación. El que es verdaderamente salvo debe mostrarlo por su carácter y sus obras; hay muchos que por un
43 Lic. David A. Stoddard M.
tiempo se hacen cristianos (sin haber sido regenerados) y después rechazan todo. Esto significa que no había una
salvación genuina, entonces, el regreso al estado de vida anterior no es perder la salvación; porque no se puede
perder lo que nunca tuvo. La carta de Santiago fue escrita precisamente para mostrar que un verdadero creyente
ha de mostrarlo por una vida de santidad y de obras. Fuimos salvos para buenas obras (Efesios 2:10). El
verdadero cristiano va a tener una vida que imita la vida de Jesucristo. 1 Juan 2:6, “El que dice que permanece
en El, debe andar como El anduvo.”
Muchos de los pasajes citados, [tales como Hebreos 10:26; 6:4-9; Mateo 25:1-13; Romanos 11:21], son
advertencias contra una creencia o fe superficial en Cristo. Nunca había una conversión real. En vez de decir
que la persona perdió la salvación decimos que nunca la tuvo.
D. ¿Perder Salvación o Ser Disciplinado por Dios? [Juan 15:2; 1 Corintios 11:29-32; 1 Juan 5:16].
Un creyente verdadero “descarriado” será castigado o disciplinado por Dios, aún posiblemente con la muerte
física si es necesario, pero nunca perderá la salvación espiritual. La disciplina por parte de Dios es una prueba
de ser hijo de Dios (Hebreos 12:5-11).
G. ¿Qué dice el Contexto? [Ezequiel 33:7-9; Deuteronomio 28; 2 Pedro 2:1–22; Judas 17-19].
Todo versículo ha de ser tomado en su contexto. Sin embargo vemos muchos pasajes tomados fuera de su
contexto para decir que se puede perder la salvación. No debemos tomar versículos que se refieren al antiguo
pacto bajo la ley, ni los que hablan de maestros falsos de los últimos días. Trate de ver el propósito del autor
al escribir ese versículo. ¿Qué quería enseñar?
Vea el contexto de Mateo 24:13, “Pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo.”[LBLA]. “Pero el que se
mantenga firme hasta el fin será salvo.” [NVI]. Este versículo tiene que ver con el tiempo de la Gran
Tribulación en el futuro, entonces no es para nosotros aplicarlo en este tiempo. También, el contexto habla de
resistir la persecución con la esperanza de la liberación de los enemigos. Así que este texto se refiere a los que
van a sobrevivir la tribulación y serán rescatados por Jesucristo en su segunda venida.
44 Lic. David A. Stoddard M.
Perseverar [jupomeno, 5278] = morar bajo, significa quedarse en un lugar en vez de abandonarlo, quedarse
atrás, - sufrir con valentía y confianza (p.ej., Hebreos 12:2, 3, 7), sugiriéndose perseverancia bajo condiciones
penosas. Vea también Santiago 1:12; 5:11; 1 Pedro 2:20.
Apostasía [apostasía, 646] = apartamiento, revuelta, apostasía, el abandono y rechazo de la fe. En los papiros
se usa políticamente de los rebeldes. Esta palabra es usada solo dos veces en el Nuevo Testamento:
Hechos 21:21; 2 Tesalonicenses 2:3.
¿Qué significa apartarse de o abandonar la fe? Muchos quieren decir que significa perder la salvación, pero eso
iría contra la enseñanza bíblica acerca de la seguridad de nuestra salvación que hemos estudiado aquí. ¿Puede
un verdadero cristiano apartarse y llegar a rechazar ser hijo de Dios? Aún el hijo pródigo nunca rechazó ser hijo
de su padre. Y aunque se apartó de su padre por un tiempo, regresó arrepentido. Así hacemos una diferencia
entre apostasía y descarriarse. Dios disciplina a aquel que es un verdadero hijo para que se arrepienta, pero
abandona a la apóstata y le quita toda posibilidad de arrepentimiento y salvación (Hebreos 6:1-6; 10:26-31).
Debemos hacer una diferencia entre la apostasía y la ignorancia o la cadencia de conocimiento y la herejía, la
cual es un conocimiento equivocado (2 Timoteo 2:25, 26). El hombre puede ser salvo de su ignorancia, pero
no de la apostasía. La apostasía se caracteriza por un rechazo voluntario y deliberado de la deidad de Cristo
(1 Juan 2:22, 23; Judas 4), y su muerte expiatoria (Filipenses 3:18; 2 Pedro 2:1; Hebreos 10:29).
Conclusión
Muchas personas piensan que si no se puede perder la salvación, entonces eso da licencia para pecar, diciendo que no
importa lo que haga.2 Eso es un concepto falso de lo que significa la salvación. La salvación es para vivir una
vida de santidad delante de Dios. El propósito de nuestra salvación es glorificar a Dios. Si alguien dice que no le
importa pecar, entonces, yo dirá, “Usted, entonces, no es un cristiano.” Un verdadero hijo de Dios va a tratar de
agradar a Dios con su vida.
La seguridad de la salvación no descansa en ningún mérito nuestro ni en nuestra capacidad, porque es solo por la
gracia y obra completa de Dios que somos salvos. En Cristo hemos recibido el perdón de los pecados, la
justificación y una nueva naturaleza por medio del nuevo nacimiento por la fe. Sólo la fe verdadera nos salva, y nos
salva eternamente. Cristo es nuestro escudo, defensor, refugio, fortaleza y Salvador. El no nos dejará ni nos
abandonará, sino que estará con nosotros eternamente. Por supuesto, hay muchos con una fe fingida, falsa o muerta
y el tiempo lo mostrará. Juan 6:66, “Como resultado de esto muchos de sus discípulos se apartaron y ya no
andaban con El.”; 1 Juan 2:19, “Salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran
sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de
nosotros.”
Aunque Dios disciplina todo hijo verdadero que está viviendo en pecado (Hebreos 12:3-15), El nunca va a
condenarlo, porque Cristo, nuestra justicia, llevó nuestros pecados y está en el cielo intercediendo por nosotros.
Nuestra condición delante de Dios no está basada en nosotros mismos sino en la obra del Dios Trino, pero cada hijo
de Dios fue creado para buenas obras. Debemos ser hijos obedientes.
1 Juan 2:28, 29, “Y ahora, hijos, permaneced en El, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos
apartemos de El avergonzados en su venida. 29Si sabéis que El es justo, sabéis también que todo el que hace
justicia es nacido de El.”
2 Timoteo 1:12, “Por lo cual también sufro estas cosas, pero no me avergüenzo; porque yo sé en quién he creído, y
estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día.”
2
La secta “Creciendo en Gracia” predica una forma de gracia que promueve abiertamente el pecado. Al enseñar que los
cristianos no tienen pecado ni cometen pecado, sino solamente cometen “faltas”, es promueve el libertinaje.
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10. El Ayuno Bíblico
Introducción
El propósito principal de este ensayo sobre el ayuno es doctrinal, para dar los ejemplos, patrones, principios y
normas que encontramos en la Biblia para entender lo que es normativo en contraste con lo que es de la experiencia
humana. No podemos sacar nuestra doctrina sobre el ayuno basado en las experiencias humanas sino en lo que haya
sido establecido por Dios. La práctica cristiana del ayuno en cuanto a: si debo o no debo ayunar, ¿por qué ayunar?,
¿cuántas veces debo ayunar?, ¿por cuánto tiempo debe ser cada ayuno?, etc. tiene que tomar en cuenta primero lo
que la Biblia establece. Jamás la intención aquí es para decir que no se debe ayunar, sino establecer claramente lo
que la Biblia habla acerca de esta práctica. ¿Qué fue un ayuno bíblico y por qué lo practicaban? ¿Qué era necesario
hacer en un ayuno? La idea es separar lo que el hombre ha hecho (las prácticas religiosas) a través de la historia
humana con lo que Dios establece como norma espiritual. Es decir, la práctica no hace la norma, sino las normas
vienen por principios bíblicos. Esto también implica que no podemos sacar principios de las prácticas de los
hombres paganos descritos en la Biblia. El ayuno del pueblo pagano de Nínive no es un ejemplo para el creyente,
sino una muestra de la práctica entre ellos. Dios no les dijo que debieran ayunar, era la reacción normal para ellos
hacia la amenaza del juicio de parte de Dios. ¡Qué Dios nos ayude a practicar el verdadero ayuno bíblico!
La segunda definición del diccionario muestra que la palabra “ayuno” ha llegado a tener un significado más amplio
de lo encontramos en la Biblia. El significado bíblico (basado en los ejemplos) implica la abstinencia total de
comida por un periodo determinado. Para no confundir términos bíblicos, no debemos emplear la palabra “ayuno” a
otras “abstinencias”, por ejemplo, un ayuno sexual, un ayuno de ver televisión, un ayuno de jugar fútbol, o un
ayuno de cierta clase de comida. Algunos emplean la palabra ayuno al abstenerse de comida sólida, permitiéndose
comer jugos (intencionalmente puse comer jugos en vez de beber jugos, porque tomar jugos es simplemente comer
comida líquida). Pregunto: ¿Es un ayuno siempre y cuando no tenemos que masticar? Que tal si decidimos no
comer carne ni beber vino, sino solo verduras y agua, ¿es un ayuno? No. Llamar a estos ejemplos “ayuno”
simplemente es abusar de un término y carece de sentido bíblico. Aquí quiero que entendamos la diferencia entre
privarse o abstenerse de algo, sacrificar algo, disciplinarse, tomar la cruz, etc. Todas estas cosas son importantes y
valederas para el cristiano, pero no es el verdadero ayuno bíblico. Tenemos que precisar nuestro uso de la palabra.
Ayunar es no comer. Tampoco es posible hablar de un ayuno parcial, comemos o no comemos, no puede ser un
hambre parcial Si decidimos comer menos, está bien, pero no lo llame un ayuno. Hemos perdido el verdadero
significado y aplicación del uso del ayuno.
46 Lic. David A. Stoddard M.
Palabras son instrumentos poderosos que escritores usan para transmitir información. Por el hecho que palabras
evocan imágenes mentales, es importante tener definiciones claras para los términos que empleamos. Palabras
bíblicas conllevan aún mayor peso por el hecho que son reveladas e inspiradas por Dios. Esto significa que tenemos
que emplear una cuidadosa consideración de su definición y su aplicación. Aqui, el problema es aún mayor en su
aplicación para la vida del cristiano. Cuidado en aplicar ejemplos de los paganos y de los fariseos hipócritas.
Entonces, ¿qué imagen viene a la mente al escuchar la palabra, “ayuno”? Puede ser diferente para diferentes personas
dependiendo de su trasfondo cultural o religioso. Así que, necesitamos conocer el uso de esta palabra primero
bíblicamente, es decir, ¿cómo emplea la Biblia esta palabra?, porque nosotros podemos decir que hay un ayuno
bíblico y hay un ayuno cristiano, hay el ayuno budista y el ayuno mulsumán, etc. A través de la historia cristiana
ha habido diferentes conceptos sobre el ayuno, a veces negando el ayuno por un lado, o teniendo el ayuno como
obligación por el otro. Para muchos, el ayuno simplemente ha llegado a ser un rito religioso sin sentido bíblico.
Nosotros necesitamos primero conocer bien el uso del ayuno por el pueblo de Dios en la Biblia, tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo, para luego hacer una aplicación a nuestra vida de hoy. Por esa razón el enfoque aquí
es “El Ayuno Bíblico”.
Duración y Tipo:
El ayuno podría durarse de las horas diurnas (12 horas del día) (Jueces 20:26; 1 Samuel 7:6; 2 Samuel 1:12, 3:35),
por una noche (Daniel 6:18-24 - un rey pagano); por tres días (Ester 4:16, Hechos 9:9); por siete días (1 Samuel
31:13 - de luto); por 14 días (Hechos 27:33, 34 - paganos en peligro de vida), y hasta los 40 días (ej. Moisés, 2
veces; Elías y Jesús). [Hubo una persona (no de la Biblia) que duró (bajo circunstancias muy ideales) hasta los 90
días. Pero debemos preguntarnos, ¿por qué? o ¿para qué? ¿Con qué fin lo hizo? Hay muchos cristianos hoy que
buscan ayunar 40 días o más. ¿Por qué? ¿Por qué buscan imitar el ejemplo de Moisés, Elías y Jesús, quienes no
lo hicieron como costumbre sino bajo unas circunstancias muy especiales e únicas? Moisés lo hizo simplemente
porque estaba en el Monte de Sinaí con Dios, pero en su vida común, no hay evidencia bíblica que lo practicaba así
constantemente. Elías, también lo hizo una sola vez por razones muy particulares y milagrosamente, pero no lo
tenía como costumbre hacerlo. Jesús lo hizo una sola vez, porque fue llevado por el Espíritu al desierto para ser
tentado por Satanás. No hay ninguna mención después de que haya vuelto a ayunar. Luego no hay testimonio
bíblico que los apóstoles hayan ayunando por tiempos largos y siempre era por un propósito específico. No hay
testimonio bíblico de que ellos ayunaban constantemente. Eran momentos muy específicos.
El ayuno, históricamente, podría ser sin comida y bebida por algún tiempo específico, o ser la abstinencia de
comida pero no de agua (Esdras 8:21); abstinencia de día pero no de noche (2 Samuel 1:12). Creo que a menos que
la Biblia diga que fue sin agua (Esdras 10:6 - pero no especifica por cuanto tiempo; Deuteronomio 9:9), el ayuno
normal solo consistía en la falta de comida. Es decir, que el ayuno consiste en privarse de comida. Privarse de
agua no es parte normal del ayuno, porque entonces sería necesario privarse de agua todas las veces que se hace
ayuno. Es obvio por el contexto que el ayuno de Jesús fue sin comida pero no sin agua. Después de los 40 días,
“Tuvo hambre” y la tentación de Satanás era de convertir las piedras en pan. No hay nada para darnos a entender que
también tuvo sed. El cuerpo humano no puede resistir tanto tiempo sin agua, especialmente en un desierto. Tenga
cuidado en privarse de agua, puede dañar la salud o aún causar la muerte.
Así que, debemos notar la diferencia entre lo que es un mandato de Dios y lo que es una práctica de los hombres.
Hay muchos ejemplos bíblicos de personas que hicieron ayunos, pero sin que sean por obligación o mandato de
Dios.
Algunas Aclaraciones y Conclusiones:
1. Por no ser un mandato de Dios, no es una obligación cristiana; es decir, no es un principio o norma establecida
por Dios. No hay ningún mandato específico para el creyente diciéndole que deba ayunar. No podemos decir que
es una práctica igual de importancia como la oración, porque la oración vez tras vez es un mandato de Dios; más
bien el ayuno siempre era voluntario, resultado de un estado mental humano, que lo llevaba a ayunar. La única
mención de algo parecido (y eso del Antiguo Testamento) es cuando Dios mandó a Israel a “afligir el alma”
anualmente en el día de la Expiación como una demostración de angustia por el pecado (Levítico 16:29-31; 23:27-
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29; Jeremías 36:6) - es decir, una vez al año. Pero aún así no fue llamado por Dios un ayuno. Y esto llegó a ser
una práctica sin sentido para la mayoría de los judíos (Zacarías 7:5, 6). Entonces una gran parte de los textos
bíblicos es para corregir el mal uso del ayuno en vez de exigirlo. La Biblia presupone que el hombre va a ayunar
(voluntariamente), así exige que sea de corazón y no hipócritamente, pero nunca manda a hacerlo, sino cómo
hacerlo.
2. Aparte de un arrepentimiento nacional o de emergencia nacional (2 Crónicas 20:3; Joel 1:14; 2:12,15; Esdras
8:21, 23; Ester 4:16; 9:31) o en el caso mencionado arriba; el ayuno en el Antiguo Testamento siempre era
individualmente practicado según su propio parecer o necesidad. Nuevamente, siempre eran ocasionales, no hay
evidencia que lo practicaban con regularidad.
3. El ayuno durante el tiempo de Jesús llegó a ser sólo una observancia religiosa y legalista por parte de los fariseos
para mostrar su piedad hipócrita. Era más importante para ellos ayunar que ofrecer sacrificios o dar limosnas. El
ayuno debe ser acompañado con obediencia a Dios y amor a otros (Isaías 58:3-9; Lucas 18:10-12). Según Jesús el
ayuno debe ser practicado en secreto (Mateo 6:16-18); sin severidad (austeridad) o rigidez (Mateo 6:16); sin
hipocresía (Mateo 6:16; Lucas 18:12); voluntario, sin imposición (Mateo 6:16; Marcos 2:18-20). ¿Al ayunar,
estamos cumpliendo las normas de Cristo?
4. ¿Qué del mismo ayuno que hizo Jesucristo? (Mateo 4). Algunos han sacado una multitud de conjeturas de este
ayuno de 40 días cuando la Biblia solo nos dice que fue llevado al desierto por el Espíritu Santo para ser tentado
por el diablo. No fue necesariamente con el propósito de ayunar. ¿Por qué Satanás esperó los 40 días antes de
venir a tentarlo. ¿Lo quería bien derrotado físicamente? ¿Venció a Satanás por haber ayunado? ¿Es esto un caso
de ayuno forzado, o tenía Jesús una razón especial para ayunar? ¿Jesús sintió una necesidad de ayunar antes de
comenzar su ministerio? ¿Su ayuno fue para prepararlo para el ministerio? Así, entonces, ¿debe todo ministro
ayunar 40 días antes de comenzar su ministerio? Esa conclusión sería un abuso de las Escrituras cuando no
sabemos cuál fue la intención del Espíritu para este ayuno.
5. Luego Jesús nunca ordenó a sus discípulos ayunar, incluso dijo que mientras El estaba presente con ellos no era
apropiado ayunar (Marcos 2:18-22). Sin embargo, Jesús reconoció que llegaría el día cuando sus discípulos
sentirían la necesidad de ayunar (vea también Mateo 6:16), pero no los obligó a hacerlo. Entonces vemos dos
casos cuando practicaban el ayuno (Hechos 13:2-4; 14:23). ¿Llegó a ser costumbre de ellos? ¿Con qué regularidad
ayunaban?
6. No debemos usar Marcos 9:29 y Hechos 10:30 como textos sobre el ayuno porque carecen de legitimidad textual.
Compare la Reina Valera con La Biblia de las Américas, “Y El les dijo: Esta clase con nada puede salir, sino con
oración.” Marcos 9:29, es decir entonces, que el ayuno bíblico no era para sacar demonios o hacer liberaciones.
Jesús no lo hizo ni los apóstoles cuando tuvieron que enfrentar a los demonios.
Hechos 10:30, “Y Cornelio dijo: A esta misma hora, hace cuatro días, estaba yo orando en mi casa a la hora
novena; y he aquí, un hombre con vestiduras resplandecientes, se puso delante de mí.” Estos versículos no
mencionan “ayuno” como lo hace la Reina Valera. También, el versículo, Mateo 17:21, fue excluido en la Nueva
Versión Internacional por la misma razón.
7. Las Epístolas no dan ninguna ordenanza en cuanto a la práctica del ayuno; es decir, si se debe o no hacerlo; ni
dice cómo debe hacerlo. Aún es debatido si los ayunos de Pablo eran voluntarios o forzados por las
circunstancias (Hechos 27:9, 33-35; 2 Corintios 6:5; 11:27). Si estos ayunos eran voluntarios, Pablo no tiene por
qué quejarse de algo que supuestamente quiso hacer voluntariamente.
8. Debemos distinguir entre los beneficios físicos y los espirituales del ayuno. Si queremos ayunar como parte de
nuestra dieta y estado físico está bien, pero la Biblia ni contempla esto como parte del propósito del ayuno. Hoy
en día personas hablan mucho de los beneficios físicos del ayuno, en permitir el cuerpo un descanso fisiológico y
para restaurarle la salud, pero debemos hacer una distinción entre la razón física y de los principios bíblicos en
cuanto al ayuno para razones espirituales. Nota: Yo creo que la gente bíblica nunca encontró la necesidad de
ayunar por razones físicas porque su dieta no contenía tanta chatarra como hoy día. Tenían una dieta más
saludable. Cuando Daniel propuso en su corazón no comer de la mesa del rey, él no lo hizo para ayunar, sino
porque para él era una cuestión moral, de conciencia, basado en sus convicciones sobre esa clase de comida y las
Los Peligros y Malos Entendidos sobre el Ayuno (o El Mal Uso del Ayuno)
1. Que es una penitencia por el pecado. Es posible usar el ayuno como parte de una disciplina espiritual, pero no es
espiritual por el simple hecho de ayunar, sino por la disposición del corazón. El que ayuna y él que no pueden
ser igualmente espirituales. Lo importante es la confesión de pecado.
2. Que uno puede recibir favores de parte de Dios al ayunar (como chantaje o palanca). No es una manera de obligar
a Dios para responder a nuestras peticiones, sino para mostrar nuestra sinceridad en buscar la voluntad de Dios.
El ayuno no es para conseguir cosas materiales, sino para glorificar a Dios.
3. Que es obligatorio o necesario practicarlo con regularidad. Es decir, que llegue a ser un rito o práctica habitual
sin sentido, el legalismo fariseático. La Biblia habla de casos de ayuno, (en momentos de gran dolor o pesar
espiritual, o en la búsqueda de Su voluntad), pero sin mostrar que fue una práctica constante o habitual en sus
vidas. Descartando obviamente a las prácticas religiosas de los fariseos. ¿Cuántas veces ayunaban los apóstoles?
¿Basado en qué principio bíblico creemos que se debe ayunar constantemente como una práctica religiosa? Vea la
diferencia entre el ayuno y la oración en cuanto a la enseñanza bíblica. Debemos orar sin cesar, ¿hay algún
mandato así sobre el ayuno?
4. Que llega a ser simplemente una autodisciplina rígida (por efectos físicos no espirituales) o por el ascetismo. La
influencia del ascetismo ha afectado la doctrina sobre el ayuno en la iglesia cristiana. Debemos volver a los
principios bíblicos. Para muchos el ayuno es como subir de rodillas a un santuario especial con la intención de:
buscan favores, cumplir una promesa o por simple ritualismo.
5. Que es simplemente ir sin comida por largos tiempos. El ayuno bíblico no es simplemente la privación de
alimentos. Tiene mucho que ver con nuestra actitud y motivos, con el corazón. Tal vez por esa razón se habla de
“afligir el alma” o “humillaréis vuestras almas”. Un ayuno bíblico fue acompañado con el descanso físico, el
arrepentimiento y la oración. El ayuno sin oración no me parece ser un ayuno bíblico. Ayunar todo un día
mientras sigue en su trabajo normal no es un ayuno bíblico sino una simple depravación de alimentos. Esto no
trae ningún beneficio espiritual. Debemos usar el ayuno para poder dedicar más tiempo a la confesión, la oración,
y la búsqueda de la voluntad de Dios, y no para un simple aguantar de hambre. Nota: podemos orar sin ayunar,
pero o podemos ayunar bíblicamente sin orar.
Dos Observaciones:
1. Los judíos comenzaron a observar 4 ayunos anuales durante el cautiverio babilónico aparentemente sin
autorización divina. Y la voz divina profética decía que sus ayunos anuales se convertirán “en gozo y alegría, y
en festivas solemnidades” (Zacarías 8:19, comparar con 7:3-10). ¿Cuándo iba a suceder esto?
2. Los judíos legalistas durante el tiempo de Jesús llegaron a ayunar religiosamente 2 veces a la semana, los lunes y
los jueves, (Lucas 18:12) como parte de sus buenas obras. El hombre siempre busca ser religioso en vez de tener
una relación personal con Dios. Muchas personas tratan de calmar su conciencia o sentirse más espiritual
haciendo ayunos en vez de tener una relación personal con Dios a través de Cristo.
Posibles beneficios espirituales del ayuno bíblico dependiendo de nuestra actitud, disposición y relación con Dios:
1. Durante el ayuno bíblico y espiritual muchas personas encuentran que las facultades mentales y espirituales son
más alertas y sensibles al Espíritu de Dios. Les permite enfocarse más en lo espiritual, buscando servir a Dios.
Cualquier cosa que realmente me hace acercar más a Dios es útil.
2. El ayuno tiene el enfoque de profundizar nuestra humildad. Muchas veces vemos la humillación junto con el
ayuno (Esdras 8:21; Salmo 35:13).
3. El ayuno intensifica nuestra concentración en la oración. La intercesión parece ser más fácil y efectiva.
4. El ayuno puede darnos mayor determinación de seguir orando sin distracción. Uno dispone más tiempo para la
oración.
5. Se puede manifestar su arrepentimiento a Dios (Jonás 3:5) [si se hace de corazón].
6. Crea autodisciplina y dominio propio sobre los deseos carnales. Entonces la persona con problemas de gula tal
vez podría beneficiar de un ayuno con oración.
7. Mateo 6:16-18. Si se hace correctamente, recibirá recompensa de Dios.
Si alguno siente el deseo o la necesidad de ayunar por una necesidad espiritual específica, hágalo, pero sin
hipocresía, con toda humildad y arrepentimiento. Hágalo por un propósito específico. No use el ayuno para buscar
ganarse favores de Dios especialmente favores materiales. Recuerde que Dios condenaba a las personas que lo hacían
por religiosidad.
Todos hacemos un ayuno diario, por esa razón en la mañana se llama desayuno. ¿Pero eso es lo que la Biblia dice
ser un ayuno? Dos o tres horas sin comer tampoco es un ayuno, si fuera así estaríamos ayunando todos los días
entre el desayuno y el almuerzo y luego entre el almuerzo y la comida. Me parece que el ayuno practicado en la
Biblia era mínimo 12 horas con el propósito específico de pasar de largo una comida normal, es decir, sin comer
nada. Menos de eso, no era considerado un ayuno. Recuerde que la Biblia da una historia de las personas que
hicieron ayunos en diferentes momentos de su vida. La Biblia claramente muestra que el hombre ya a ayunar en
ciertos momentos, pero la pregunta primordial para este estudio es si la Biblia dice que el cristiano debe ayunar, o
simplemente puede, si desea hacerlo. Creo que no es un verdadero ayuno si sentimos obligados a ayunar, o creemos
que Dios solo contesta nuestras oraciones si ayunamos. Lo importante es el corazón, no el aguantar de hambre.
Pero si el hambre nos ayuda a enfocarnos más en Dios y consagrar más nuestra vida, entonces hágalo.
Así que, lea los versículos bíblicos acerca del ayuno y pregúntese de lo que Dios quiere en cuanto al ayuno.
Hágase estas preguntas al leer los textos: ¿Cuáles son las circunstancias que lo provocó? ¿Era por costumbre cultural?
¿Cuántas veces fue por motivo de arrepentimiento de pecados cometidos, o por alguna tragedia personal o nacional?
¿Cuántas veces dice Dios que lo estaban haciendo mal o que no le agradaba a El? ¿Cuántos textos describe la manera de
ayunar? ¿Debo ayunar sin agua, con agua, con jugos? ¿Cuántas horas sin comida es un verdadero ayuno? ¿En cuáles
casos el ayuno fue forzado por la escasez de alimentos y no por propósito voluntario o religioso?
Jueces 20:26, “Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la casa de Dios; y lloraron, y
se sentaron allí en presencia de Jehová, y ayunaron aquel día hasta la noche; y ofrecieron holocaustos y ofrendas de
paz delante de Jehová.”
1 Samuel 7:6, “Y se reunieron en Mizpa, y sacaron agua, y la derramaron delante de Jehová, y ayunaron aquel día, y
dijeron allí: Contra Jehová hemos pecado.”
1 Samuel 31:13, “Y tomando sus huesos, los sepultaron debajo de un árbol en Jabes, y ayunaron siete días.”
2 Samuel 1:12, “Y lloraron y lamentaron y ayunaron hasta la noche, por Saúl...”
2 Samuel 12:16, 21-23 “Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en
tierra.” Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y
Introducción
¿Cuál es nuestra posición frente a los grupos hoy que hablan tanto de las maldiciones, bendiciones y la prosperidad?
¿El cristiano debe siempre estar lleno de bendiciones físicas, financieras y riquezas materiales? ¿Podemos llegar a
estar bajo alguna maldición? ¿La pobreza es una maldición?
Los que proponen la Teología de la Prosperidad (Palabra de Fe), creen que Dios existe para servir al hombre, en
lugar del opuesto. Además creen que el Espíritu Santo es un poder para realizar cualquier cosa que desea el cristiano
en vez de reconocerlo como una persona que capacita al creyente para cumplir la voluntad de Dios. O por el uso de
métodos como confesar audiblemente ciertos versículos bíblicos, visualizar en la mente cosas materiales que se
deseen y orar pidiéndolas a Dios. O también atar y reprender espíritus que se supone impidan que vengan las
riquezas. Vamos a analizar varios aspectos de esta doctrina falsa.
"Da $10 y recibirá $1000; da $1000 y recibirá $100.000...cuán grande puede ser una devolución centuplicada".
"Dé una casa y recibirá cien casas, o una casa que valga cien veces la que dio. Dé un avión y recibirá cien veces
el valor del avión. Dé un carro y la devolución será todos los carros que va a usar durante su vida. En resumen,
que Marcos 10:30 es un tremendo negocio" – Kenneth Hagin. El único que se beneficie de una doctrina como
esa es el mismo Kenneth Hagin. Ellos no proponen dar eso a los pobres y necesitados, sino a sí mismos.
Pablo en 1 Corintios 16:2 dice que debemos dar ofrendas según Dios nos haya prosperado. No damos para ser
prosperados sino según hemos sido prosperados. Esto da a entender que algunos tendrán poco y otros mucho.
Vemos que estos grupos no tienen el sentir de Pablo. Hechos 20:33-35, “Ni la plata, ni el oro, ni la ropa de
nadie he codiciado. 34Vosotros sabéis que estas manos me sirvieron para mis propias necesidades y las de los
que estaban conmigo. 35En todo os mostré que así, trabajando, debéis ayudar a los débiles, y recordar las
palabras del Señor Jesús, que dijo: ‘Más bienaventurado es dar que recibir.’” Filipenses 4:11-13, “No que hable
porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. 12Sé vivir en pobreza, y
sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre,
de tener abundancia como de sufrir necesidad. 13Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
También basan su error sobre Salmo 82, donde dice en el v. 6 “Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos sois
hijos del Altísimo.” y las palabras de Jesús en Juan 10:31-39, “Los judíos volvieron a tomar piedras para
apedrearle. 32Jesús les dijo: Os he mostrado muchas obras buenas que son del Padre. ¿Por cuál de ellas me
apedreáis? 33Los judíos le contestaron: No te apedreamos por ninguna obra buena, sino por blasfemia; y porque
tú, siendo hombre, te haces Dios. 34Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: "YO DIJE: SOIS
DIOSES"? 35Si a aquellos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses (y la Escritura no se puede
violar), 36¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: "Blasfemas", porque dije: "Yo soy el
Hijo de Dios"? 37Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; 38pero si las hago, aunque a mí no me
creáis, creed las obras; para que sepáis y entendáis que el Padre está en mí y yo en el Padre. 39Por eso
procuraban otra vez prenderle, pero se les escapó de entre las manos.”
Estas palabras fueron dichos en burla. MacArthur nos ayuda a entender esto de esta manera: “Pero no dejemos
de darnos cuenta del propósito de Jesús para escoger ese versículo. Sería familiar para los escribas y fariseos,
que entendían su significado como una condenación de los malos gobernantes. Jesús estaba haciendo eco de la
ironía del Salmo original [Salmo 82].” [Los Carismáticos, p. 275]. Es que en Salmo 82, MacArthur nos
muestra que Dios estaba ridiculizando a los gobernantes injustos que estaban a punto de ser juzgados por su
arrogancia, porque eran ellos que pensaban ser dioses. Salmo 82:7 lo aclara, “Sin embargo, como hombres
moriréis, y caeréis como uno de los príncipes.” No son dioses, son hombres, y morirán.
La Biblia es clara en declarar que hay un solo Dios. Es totalmente ilógico que pueda existir más que un solo
Dios, porque entonces, ¿cuál es el verdadero Dios? El concepto de “Dios” es: El que es el más alto; el
supremo y soberano Ser. Si hay algo más grande que Dios, entonces ese Otro tiene que ser Dios. La idea de
idolatría es cuando el hombre ha colocado algo en su vida como su “dios” (cualquier cosa que tiene el primer
lugar en su vida, que sea carro, casa, esposo(a), trabajo, televisión, etc.) en vez de Dios mismo. Satanás es el
“dios” de este mundo, no por ser divino, sino porque se ha colocado a sí mismo como el rey y gobernante de
los incrédulos. Sin embargo, Dios sigue siendo el Dios Soberano, y no puede existir otro. El ser humano es
una creación de Dios, por esa razón es imposible llegar a ser un dios, es decir, divino.
Todo esto va en contra la Biblia. 1 Juan 5:14, “Y esta es la confianza que tenemos delante de El, que si
pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye.” Santiago 4:13-16, “Oíd ahora, los que decís:
Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia.
14Sin embargo, no sabéis cómo será vuestra vida mañana. Sólo sois un vapor que aparece por un poco de
tiempo y luego se desvanece. 15Más bien, debierais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o
aquello. 16Pero ahora os jactáis en vuestra arrogancia; toda jactancia semejante es mala.” La voluntad de Dios
es soberana sobre la voluntad humana.
Deuteronomio 11:26-28, “He aquí, hoy pongo delante de vosotros una bendición y una maldición: 27la
bendición, si escucháis los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios que os ordeno hoy; 28y la maldición, si no
escucháis los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios, sino que os apartáis del camino que os ordeno hoy, para
seguir a otros dioses que no habéis conocido.”
Deuteronomio 30:15-20, “Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal; 16pues te
ordeno hoy amar al SEÑOR tu Dios, andar en sus caminos y guardar sus mandamientos, sus estatutos y sus
juicios, para que vivas y te multipliques, a fin de que el SEÑOR tu Dios te bendiga en la tierra que vas a entrar
para poseerla. 17Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, sino que te dejas arrastrar y te postras ante otros
dioses y los sirves, 18yo os declaro hoy que ciertamente pereceréis. No prolongaréis vuestros días en la tierra
adonde tú vas, cruzando el Jordán para entrar en ella y poseerla. 19Al cielo y a la tierra pongo hoy como
testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues,
la vida para que vivas, tú y tu descendencia, 20amando al SEÑOR tu Dios, escuchando su voz y allegándote a
El; porque eso es tu vida y la largura de tus días, para que habites en la tierra que el SEÑOR juró dar a tus
padres Abraham, Isaac y Jacob.
Deuteronomio 28:15-19, “Pero sucederá que si no obedeces al SEÑOR tu Dios, guardando todos sus
mandamientos y estatutos que te ordeno hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán:
16Maldito serás en la ciudad, y maldito serás en el campo. 17Malditas serán tu canasta y tu artesa. 18Maldito
el fruto de tu vientre y el producto de tu suelo, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño. 19Maldito
serás cuando entres y maldito serás cuando salgas.”
Vemos la diferencia entre las maldiciones a la nación y las posibles maldiciones al individuo según Proverbios
3:33, “La maldición del SEÑOR está sobre la casa del impío, pero El bendice la morada del justo.” Aquí
vemos la maldición sobre el no creyente y la bendición sobre el creyente. Siempre es así. Nosotros no
debemos pensar que un creyente, un hijo de Dios, estará bajo una maldición de Dios. Hemos sido librados de
la maldición más grande que pueda existir: la ira de Dios. Romanos 5:1, 9, “Por tanto, habiendo sido
justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,... 9Entonces mucho
más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de El.”
El hijo de Dios puede sufrir la disciplina de Dios por caminar en el pecado, pero la disciplina es totalmente
diferente a la maldición. Hebreos 12:5-11. Maldición: significa declarar anatema; esto es, dedicado a la
destrucción, maldito, maldecir. Estar bajo la desaprobación de Dios. Debemos recordar que Cristo se hizo
maldición por nosotros para librarnos de la maldición de la ley. ¿Cuál es la maldición de la ley? ¿Cómo
somos librados de esa maldición?
Gálatas 3:10-14, “Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está:
MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA
También vemos como ciertos grupos atribuye la maldición en la vida de un cristiano a la influencia demoníaca.
Vea la siguiente declaración: “Cualquiera que peque abre la puerta para que Satanás entre. Es necesario llevar a
las personas a declarar en voz alta que son libres (tres veces). Cuando un creyente peca trae maldición sobre su
vida. Y abre las puertas a la influencia demoníaca. Uno es liberado reconociendo las raíces de la maldición. La
pobreza se debe a una influencia demoníaca.” (Citado por Welter Noé Zepeda Salazar). Pueda existir
consecuencias de cualquier pecado (ej. robar - ir a la cárcel; adulterio - contraer sida; pereza - pobreza). Pero las
consecuencias no son maldiciones demoníacas, no podemos echarle la culpa a Satanás.
Es Satanás quien está bajo maldición (Génesis 3:14, 15) y todos aquellos que están todavía bajo su dominio
(incrédulos); son ellos que son malditos y serán echados al lago de fuego. Mateo 25:41, “Entonces dirá
también a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y
sus ángeles.’”
Exodo 20:5, 6, “No los adorarás ni los servirás; porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la
iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6y muestro
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.”
Exodo 34:6, 7, “Entonces pasó el SEÑOR por delante de él y proclamó: El SEÑOR, el SEÑOR, Dios
compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad; 7el que guarda misericordia a
millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable; el
que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta
generación.”
Levítico 26 - Habla del pacto de Dios con la nación de Israel, hay maldición por no guardar la ley establecida
por Dios. Es una condición del pacto para poder disfrutar la tierra prometida.
Números 14:17-19, “Pero ahora, yo te ruego que sea engrandecido el poder del Señor, tal como tú lo has
declarado, diciendo: 18"El SEÑOR es lento para la ira y abundante en misericordia, y perdona la iniquidad y la
transgresión; mas de ninguna manera tendrá por inocente al culpable; sino que castigará la iniquidad de los
padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación." 19Perdona, te ruego, la iniquidad de este pueblo
conforme a la grandeza de tu misericordia, así como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.”
Moisés orando a favor de la nación al recordar las palabras de Dios en el pacto.
Números 14:33-35, “Y vuestros hijos serán pastores por cuarenta años en el desierto, y sufrirán por vuestra
infidelidad, hasta que vuestros cadáveres queden en el desierto. 34"Según el número de los días que
reconocisteis la tierra, cuarenta días, por cada día llevaréis vuestra culpa un año, hasta cuarenta años, y
conoceréis mi enemistad. 35"Yo, el SEÑOR, he hablado; ciertamente esto haré a toda esta perversa
congregación que se han juntado contra mí. En este desierto serán destruidos, y aquí morirán.” Los hijos
tendrán que pagar por el pecado de sus padres en caminar por 40 años en el desierto, pero son los hijos que van
a herredar la tierra prometida, entonces no puede ser una maldición.
Jeremías 32:17-19, “¡Ah, Señor DIOS! He aquí, tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder y con tu brazo
extendido; nada es imposible para ti, 18que muestras misericordia a millares, pero que castigas la iniquidad de
Lucas 6:20, 21, “Volviendo su vista hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque
vuestro es el reino de Dios. 21Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados.”
¿Qué más necesitamos? Dios no está obligado a bendecir financieramente (hacer rico) a nadie, y las bendiciones
verdaderas no tienen que ser de dinero. Las verdaderas bendiciones son la salvación, la paz, el gozo, la satisfacción,
el contentamiento. Tenga dinero o no, Pablo sintió la bendición de Dios en su vida. Filipenses 4:11, 12, “No que
hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. 12Sé vivir en pobreza,
y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de
tener abundancia como de sufrir necesidad.”
¿Qué fue el verdadero sentir de Moisés en cuanto a las riquezas? Hebreos 11:24-26, “24Por la fe Moisés, cuando era
ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, 25escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios,
que gozar de los placeres temporales del pecado, 26considerando como mayores riquezas el oprobio de Cristo que
los tesoros de Egipto; porque tenía la mirada puesta en la recompensa.”
Proverbios 10:22, “La bendición del SEÑOR es la que enriquece, y El no añade tristeza con ella.”
Santiago 1:9-11, “Pero que el hermano de condición humilde se gloríe en su alta posición, 10y el rico en su
humillación, pues él pasará como la flor de la hierba. 11Porque el sol sale con calor abrasador y seca la hierba, y su
flor se cae y la hermosura de su apariencia perece; así también se marchitará el rico en medio de sus empresas.”
2 Pedro 2:1-3, “Pero se levantaron falsos profetas entre el pueblo, así como habrá también falsos maestros entre
vosotros, los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando incluso al Señor que los compró,
trayendo sobre sí una destrucción repentina. 2Muchos seguirán su sensualidad, y por causa de ellos, el camino de la
verdad será blasfemado; 3y en su avaricia os explotarán con palabras falsas. El juicio de ellos, desde hace mucho
tiempo no está ocioso, ni su perdición dormida.”
Conclusión
Siempre habrá ricos y pobres, para ambos es necesario tener la actitud correcta hacia las cosas materiales y buscar ser
ricos para con Dios. Tanto el rico como el pobre puede tener avaricia, “amor al dinero”. Dios promete al justo (el
creyente que confía en Dios) darle su pan diario. Si es creyente no tiene que temer las maldiciones, porque hemos
sido traslados del reino de Satanás al reino de Dios.
Introducción
Cuando se propaga un error, los que defienden la fe y la sana doctrina quedan en la obligación de combatirlo, y
procurar dar una enseñanza correcta que se ajuste a la enseñanza de la Palabra de Dios. El error principal en el
manejo del tema consiste en atribuir que Dios sana los enfermos en respuesta a la fe y la oración sin el uso de
medios naturales. De igual manera, algunos creen que un cristiano no debe enfermarse, y que la única razón de estar
enfermo es la falta de fe o como consecuencia de la disciplina de Dios por un pecado en su vida, aún más por la
influencia de un espíritu maligno.
El hecho de que Dios sana a los enfermos en respuesta a la oración es algo que puede comprobarse tanto por las
Escrituras como por la experiencia, pero cuando uno enseña que Dios se limita a intervenir únicamente de una
manera sobrenatural, y que excluye el uso de medios naturales para la sanidad, está enseñando algo que no tiene
apoyo en las Sagradas Escrituras.
En relación con la historia de la creación se encuentran dos teorías de las sectas que enseñan la sanidad sobrenatural.
La primera es la de la “Ciencia Cristiana” que niega la creación del cuerpo y contradice la primera afirmación bíblica
que afirma: “Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el
hombre un ser viviente.” (Génesis 2:7). Esta secta extraña niega la existencia de la materia y para ellos no hay tal
cosa como el polvo; así son los extremos hasta donde han llegados los que confían en las filosofías humanas, y se
limitan solo al concepto de unos cuantos, pero no comprueban bíblicamente lo que la Palabra de Dios afirma sobre
el tema.
La segunda teoría es la de los que enseñan sobre la “sanidad divina”, afirman que toda enfermedad es del diablo o
por tener un demonio. Debemos más bien afirmar que las enfermedades simplemente son consecuencia y aún
resultado de la caída del hombre en pecado. Sabiendo que “como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por
el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12), es bastante
razonable suponer, como resultado, que los procesos (enfermedades) que llevan a la muerte tienen su origen en el
pecado. A la vez, necesitamos aclarar, que hay enfermedades como resultado directo de un pecado cometido; por
ejemplo, el sida es producto de la fornicación, pero no toda persona con sida ha cometido ese pecado personalmente.
Pensando en este problema entre el pecado y la enfermedad, Cristo hizo una aclaración a la pregunta de sus
discípulos en cuanto a un hombre ciego de nacimiento, “Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino
para que las obras de Dios se manifiesten en él.” (Juan 9:3). La aclaración en este caso específico, es que aveces hay
enfermedades que no son consecuencias inmediatas del pecado de sus padres y mucho menos de un bebé recién
nacido. Sin embargo, hay una cantidad de enfermedades o deformaciones físicas en bebés recién nacidos como
consecuencia del pecado de sus padres (por herpes, tomar drogas, fumar durante el embarazo, etc.).
Así también, hay una cantidad de dolencias como consecuencia de haber roto una ley física de Dios. El cuerpo fue
diseñado para protegernos de muchos males, al meter un dedo en una llama de fuego el resultado es una quemadura
y hay dolor causado por un descuido. Al caer de una escalera y partirse un hueso hay dolor y necesidad de un
tratamiento adecuado. Ninguno de estos problemas es resultado directo del pecado.
Con esto queremos ser muy equilibrados en cuanto a la causa de alguna enfermedad o dolencia que podamos sufrir
en dado momento.
A. La Cita Bíblica
La primera referencia importante en cuanto a la sanidad física se halla en Exodo 15:23-26
“Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el
nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés
clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio
estatutos y ordenanzas, y allí los probó; y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo
recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna
enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.”
Debe de ser un motivo dar gracias a Dios porque se revela como “Jehová nuestro sanador”, pero basados en esta
frase hay algunos que afirman que como Jehová es el Sanador de su pueblo, no hay necesidad de otro, que los
servicios de un médico son innecesarios y que aún los medios naturales y las medicinas no deben aplicarse.
Más adelante Dios establece todo un proceso largo en cuanto a lo que se debe hacer con una persona enferma de
lepra, no siempre había sanidad en dados casos.
b. La ley de esterilización
La ley de esterilización o de limpieza fue dada para evitar el contagio. Cuando un Israelita tocó algo
sucio o muerto era mandado a lavarse. El contacto de los utensilios de comer y beber con cualquier
forma de contaminación encontraría su remedio en un lavado entero o siendo pasados por fuego. Las
ideas del antiséptico más moderno fueron incluidas en las instrucciones dadas a Israel (Levítico 11:32,
39, 40; Números 19:11; 31:22, 23). Muchos pueblos hoy podría beneficiarse con guardar esta ley.
Se necesita aprender en otras esferas lo que Lister enseñó en la cirugía, que todo lo que es necesario
son condiciones absolutamente antisépticas. Ningunas lociones o pomadas son necesarias, ni
penicilina, ni aureomicina, ni cloromicetina, ni terramicina. Agua esterilizada es lo que se requiere.
Cabe aquí una pregunta a aquellos que creen que el método de Dios es sanar únicamente por vía
sobrenatural e instantánea: ¿Por qué Dios Sanador dió tales instrucciones en cuanto a las enfermedades
infecciosas? ¿Por qué enviar a los que sufrían afuera del campamento, sometiéndoles a revisiones
semanales, en vez de instruir a los sacerdotes para que oraran y demandaran sanidad sobrenatural
inmediatamente?
Por indicación divina todo varón debía aparecer tres veces al año en Jerusalén, y esto requería días de
viajes de ida y vuelta. También durante la fiesta de los Tabernáculos vivía la gente dos semanas al aire
libre al amparo del follaje de la cabaña (Deuteronomio 16:16).
En vista de estas reglas que fueron dadas al pueblo divinamente, el mismo pueblo tuvo que activarse
en lo físico, cosa que ayudó mucho a conservar el bienestar físico del mismo.
Estas seis leyes las encontramos en los estatutos que Dios dió a Israel; fueron leyes físicas, y el
quebrantarlas implicaba penalidades físicas. Los judíos cometieron el error de considerarlas como leyes
morales y creyeron que el comer las cosas prohibidas en Levítico 11 significaba impureza moral así como el
comer sin antes haber lavado las manos significaba lo mismo. El Señor Jesús hizo diferencia entre estos
estatutos y la ley moral, y demostró que el comer o el beber no mancha el corazón.
En conclusión se puede decir que la manera usual de Dios para tratar estos males que vienen como
consecuencia del quebrantamiento ignorante de leyes físicas es por medio del uso de medios naturales y la
instrucción para su pueblo a ajustarse en armonía con estas leyes.
Cuando la enfermedad es resultado de la violación de la ley moral, Dios procede con ella sobre la base de
expiación por el pecado, y como consecuencia el perdón y la sanidad pueden ser los resultados. Los que
profesan creer en “sanidad divina” aparentemente no han observado esto, ni los principios análogos que se
encuentran en el Nuevo Testamento, su gran lema es: “La sanidad se encuentra en la expiación”, esta
declaración no puede sostenerse con la Biblia. Si se admite que la enfermedad necesita expiación, hay que
admitir al mismo tiempo que la enfermedad separa el alma de Dios. Si se admitiera esto, algunas de las
personas más santas que jamás vivieron, se levantarían para negar tal doctrina porque pueden dar testimonio de
que el lecho de dolor ha sido para ellos el lugar de la presencia divina, donde la gloria de Dios les ha sido
manifestada, y algunos, tras largos años de sufrimiento, han gozado de la más alta y profunda comunión con
Dios. La falta de sanidad no fue por falta de fe (Job 1:20-2:10).
Cuando la enfermedad sí era el resultado de pecado (disciplina del Señor), el método de Dios para tratarla fue
por medio de la expiación por el pecado. Hay una gran diferencia en esto, y el reconocerlo resolvería muchos
misterios de aquellos quienes procuran mantener su teoría de “sanidad en la expiación” y la encuentran
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irrazonable y defraudante. La enfermedad no necesita expiación, pero el pecado sí. Donde la enfermedad tiene
como su raíz el pecado, el sacrificio expiatorio es esencial para conseguir el perdón de pecados, y debe buscarse
antes de poder esperar sanidad de Dios. La historia de los Israelitas lo comprueba en muchas ocasiones. En
Números 16:41-50, el pecado de Israel trajo sobre ellos el juicio divino, y más de 14 mil personas perecieron en
la consiguiente plaga, y luego se lee que Aarón “hizo expiación por el pueblo, y se puso entre los muertos y los
vivos; y cesó la mortandad.” (Números 16:47, 48). También el pecado de los israelitas les trajo el juicio
divino de las serpiente ardientes (Números 21), y cuando el pueblo clamó y dijo, “Hemos pecado” pidiendo a
Moisés que orara por ellos, Dios usó el gran antitipo (la serpiente de bronce) para los que fueron mordidos.
Resumen:
En esta primera parte sobre la sanidad divina se aprende:
1) Que la enfermedad puede tener su origen en condiciones físicas, como las aguas amargas de Mara; o en
infracciones de leyes naturales o estatutos de Dios; o en infracciones a la ley moral de Dios y la revelación
de la voluntad divina.
2) Que el camino de Dios para la salud de su pueblo es por observar o guardar estas leyes físicas y por obedecer
la voluntad divina revelada.
3) Que el método de Dios de sanidad es usar medios naturales para contrarrestar causas naturales. También
instruye a su pueblo a ajustarse a las leyes físicas donde, por ignorancia o desobediencia a ellas, se ha
sufrido aflicción. Cuando la enfermedad es el resultado de algún pecado, se procura el perdón del pecado
mediante la confesión (a base de la expiación hecho por Cristo en la cruz), y se espera que Dios intervenga
de una manera sobrenatural, de acuerdo con su Santa Voluntad (1 Corintios 11:27-32).
A. Texto Principal
Mateo 8:17 sirve a los sanadores y a los enseñadores de los errores con respecto a la sanidad divina como la
Carta Magna de su teoría. Dice lo siguiente: “Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:
El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.” Ellos señalan confiadamente a este
versículo, declarando que la sanidad del cuerpo se encuentra en la expiación. La implicación que sacan de esta
teoría es bien definida. Se puede citar lo siguiente del Dr. A. B. Simpson, de su tratado, “Sanidad Divina en la
Expiación”:
1) “Si nuestra sanidad está provisto por Jesucristo, entonces es un derecho que podemos demandar con
humildad y firmeza, caminando en la obediencia ante el Señor.
2) Nuestra sanidad es una dádiva de gracia, como todo lo que la sangre de Cristo ha comprado será, o el
uso de medios humanos.
3) Es menester que la sanidad viene por la fe.
4) La sanidad del cuerpo no es un privilegio excepcional de algunos pocos favorecidos...sino que es la
herencia de todos los hijos de fe y santa obediencia.”
Luego, él y sus discípulos enseñan constantemente en todos sus escritos que ninguno puede colocarse
completamente sobre terreno de expiación sin apropiar liberación de toda enfermedad, y también al tomarla,
tendrá que ser aparte de cualquier medio natural. Felipe Mauro, un discípulo ardiente del Dr. Simpson, dice
sobre este particular: “estamos persuadidos que aquellos creyentes que acuden a la medicina con el propósito de
combatir la enfermedad, y piensan confiar en Dios mientras lo están haciendo, se engañan a sí mismos.”
Conviene estudiar la piedra fundamental de esta enseñanza para ver si el pasaje enseña lo que aquellos han
sacado del versículo. “El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.” (Mateo 8:17). Los
que enseñan que la sanidad se encuentra en la expiación afirman a base de estas palabras que cada hijo de Dios
(si es obediente) tiene el derecho de demandar liberación de toda dolencia. Uniendo las palabras de Mateo 8:17
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con las de 1 Pedro 2:24 (“Quien llevó el mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que
nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.”) ellos
afirman que Cristo llevó las enfermedades del cristiano en la misma manera que llevó sus pecados, y para que el
cristiano no las llevara.
Existe la misma diferencia entre llevar las enfermedades y llevar los pecados que hay entre Capernaum y el
Calvario. Cristo llevó las enfermedades y la dolencia de muchas personas (pero no todas) cuando vivía,
pero los pecados los llevó en su propio cuerpo en su muerte en la cruz. En Mateo 8 el apóstol declara con
toda claridad que fue en Capernaum que se cumplió la profecía de Isaías 53:4.
La única conclusión a que se puede llegar con este estudio textual es que Mateo, guiado por el Espíritu de
Dios, tomó las figuras espirituales de Isaías 53:4 como una ilustración del ministerio de la sanidad por
Jesucristo. Al hacer esta aplicación fue dirigido a cambiar el lenguaje cuidadosamente, evitando el
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concepto que Cristo llevó en una forma vicaria las dolencias y las enfermedades físicas de la humanidad.
Además de esto, es un hecho significativo que en todos los casos donde Isaías emplea la palabra “salud” o
“sanidad” él hace referencia a salud o sanidad espiritual y no a la salud física (compare: Isaías 6:10; 19:22;
30:26; 57:18, 19; 58:8). Es cierto que se refiere a la salud espiritual y no a la salud física cuando dice:
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre
él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” (Isaías 53:5). No es sorprendente que Mateo viera en la
sanidad que practicó Cristo en Capernaum el cumplimiento en la esfera física de lo que Isaías había
predicho en la esfera espiritual. Los milagros de sanidad de Cristo también demostraban su autoridad y
poder para sanar espiritualmente (Marcos 2:1-12).
Tomar Mateo 8:17 como base principal para un sistema completo de sanidad es un error muy serio; falto de
hermenéutica básica y contrario tanto en la experiencia como en las Escrituras.
3. ¿Dónde enseño Cristo que la enfermedad precisa expiación?
En ninguna parte del Nuevo Testamento se encuentra la enseñanza en cuanto a que la enfermedad física
precisa expiación. En ninguna parte habló Cristo así, debemos acordarnos que en la época de Cristo se
suponía generalmente que la aflicción o enfermedad denotaba un pecado especial, y que la enfermedad tenía
que proceder siempre de pecado.
El pecado es la única cosa que demanda expiación por sangre, porque si la enfermedad necesitara
propiciación, entonces esto implicaría una conciencia turbia y un compañerismo con Dios quebrantado.
Una enseñanza tan cruel la niegan la mayoría de hombres y mujeres más santos de la Iglesia, ya que
muchos de ellos, mientras padecían graves enfermedades, sostenían la más dulce comunión con Dios.
Por consiguiente, la conclusión es que aquella interpretación de Mateo 8:17 no puede sostenerse de acuerdo
con la totalidad de la enseñanza de la Palabra de Dios en cuanto al ministerio expiatorio de Cristo. Casi
desde el principio los teólogos han enseñado que Cristo estaba aquí entrando con simpatía y compasión en
las angustias, tristezas y sufrimientos de aquellos a quienes vino a servir. A continuación se encuentran los
comentarios de dos hermanos sobre el tema de la sanidad.
El arzobispo Trench, de la Iglesia Anglicana, comentó la escena de Mateo 8:17 con hermosura, con las
palabras siguientes: “No solamente este día, aunque hubiera sido el día de especial fatiga, sino todos los
días de su vida terrenal asumió el peso de aquellas maldades que eliminó o quitó de otros. Porque eso es
‘la ley de la verdadera ayuda’, que la carga que uno quisiera alzar, él mismo tiene que inclinarse a cargar
(Gálatas 6:2). La tristeza que uno quisiera consolar, uno mismo ha de sentir.”
Esa ley de verdadera ayuda contemplamos tan a menudo como empleamos las palabras ‘simpatía’ y
‘compasión’, palabras que tuvieron en Jesús su verdadera expresión, y sobre quien la ayuda de todos
descansaba. No solamente en este aspecto de su vida (es decir, como Sanador) fueron cumplidas estas
palabras del profeta, sino más bien en la vida misma, que lo trajo en contacto con esas enfermedades y las
discordias interiores del ser humano. Cada uno de ellos, como consecuencia verdadera del pecado, y como
fueron contemplados constantemente por El, le presionaban con dolor vivo en su alma pura y santa. La
carga del Señor no consistió solamente en sanar esas enfermedades, sino también en la mera existencia de
esas enfermedades para sanar. El llevó las enfermedades, puesto que llevó una vida mortal de sufrimiento.
Finalmente El absorbió la muerte y todo lo conducente a ella en victoria.
No cabe duda que entre los muchos que el Señor Jesús sanó en la ocasión mencionada en Mateo 8:17,
había muchos que estaban sufriendo a consecuencia de algún pecado. Y sin duda con su toque sanador
estaba el Señor deshaciendo el efecto de mucho, por lo cual, al final de su vida, murió. Pero esto no
significa que Cristo murió por las enfermedades, sino por los pecados. La sanidad no se encuentra en la
expiación; la redención, sí. Pero como acompañante a la redención, y cuando el mismo Señor ve que es
para su gloria y los intereses más sublimes de su hijo redimido, El extiende una vez más su toque de
sanidad.”
“En el primer evangelio en el Nuevo Testamento encontramos las siguientes palabras: ‘Y cuando llegó la
noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos
los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras
enfermedades, y llevó nuestras dolencias.’ (Mateo 8:16, 17).
“De este pasaje se ha deducido que el Señor, en aquel lugar y en aquel tiempo, llevó en su vida las
enfermedades que El quitó de los demás, y por consiguiente su pueblo no debe enfermarse, pero en
primer lugar es muy cierto que El mismo no se enfermó. En este sentido a lo menos, El no llevó las
enfermedades de su pueblo. Por ejemplo, al sanar al hombre de la mano seca, no resultó el Señor con la
mano paralizada por haber tomado o llevado tal enfermedad. Su cuerpo santo permaneció exento de
aquellas aflicciones de las cuales ‘nuestra carne es heredera’ de todas las enfermedades como hambre, sed,
cansancio, etc., El en su gracia tomó parte, pero no tomó ninguna cosa que era consecuencia del pecado.
“Entonces, ¿por qué escribió Mateo que El ‘tomó’ nuestras enfermedades y ‘llevó’ nuestras dolencias?
¿No podía ser meramente una simpatía para con los enfermos? El mira por todos lados las tristes
consecuencias del pecado: la enfermedad, el dolor, las lágrimas, las desfiguraciones, y El lleva el
conjunto de ellos. El que tenía autoridad en la tierra para quitar el efecto (Marcos 2:10), también se hizo
responsable por la causa.
“No pudo remover ni siguiera un dolor sin llevar, en su debido tiempo, el pecado que causó tal dolor. Y
como el gemido más débil o una lágrima solitaria da testimonio de la presencia del pecado, así haciendo
cesar las lágrimas o callarse los gemidos da testimonio que hay expiación por el pecado. Ninguna cosa
en todo el universo fue suficiente para lograr tal fin, sino solamente el sacrificio de Cristo en la cruz. Y
como Mateo nos dice, El llevó verdaderamente las enfermedades para cumplir la profecía en Isaías. Tal
profecía se cumplió como en una sombra en Capernaum. Pero para su final y verdadero cumplimiento,
tenemos que mirar hacia la cruz, cuando trató el Señor con la mera raíz de la enfermedad, que es el
pecado.
“Pero si la causa de la enfermedad ha sido quitado, ¿por qué no se ha quitado el efecto, a lo menos en
aquellos que con arrepentimiento y fe han aceptado la propiciación? ¿Por qué sufren aún los cristianos
las dolencias, las enfermedades, y la muerte. La respuesta es que todos los tratos de Dios para con los
hombres son relacionados al lugar que ocupa su Amado Hijo. Como el Señor Jesús todavía es el
Rechazado, y no se encuentra entronado aquí en el mundo, todavía esperamos la adopción, es decir, la
redención de nuestro cuerpo (Romanos 8:23). La obra de expiación es completa y absolutamente
perfecta. Mas la aplicación de todos los beneficios de esta expiación a nuestro cuerpo no ha llegado a ser
una realidad. El pecado está presente en el cuerpo todavía, y el Señor manda a los suyos ‘hacer morir las
obras de la carne.’ (Romanos 8:13). La bendición de Dios no consiste en la sanidad física de esos
cuerpos que todavía están bajo el poder de la muerte (Romanos 8:10) sino en todas las bendiciones
espirituales en lugares celestiales (Efesios 1:3).”
Concluimos de lo comentado que las enfermedades, en sí, no requieren expiación, y por lo tanto, la sanidad no
es a base de un derecho redentor. Dios sana a los suyos a base de su pura misericordia. La sanidad no es un
derecho para reclamar, sino una petición según la voluntad de Dios.
B. El Texto Comentado
Es evidente en este pasaje que el Señor hace una distinción entre el evangelio y las señales que iban a
acompañarlo para su demostración. El evangelio debía ser acreditado por estas señales en la misma manera que
Juan afirmó que las declaraciones del Señor fueron establecidas por las señales que El hacía. (Compare Juan
20:30; Hechos 2:22, 43). Si los hombres de la actualidad no quieren creer en Jesús ahora por sus señales
escritas, tampoco deben pedir que se hagan señales visibles.
También debemos recordar que esta porción en Marcos no está incluido en los manuscritos más viejos y
confiables. Es decir, fue añadido en algún momento histórico y no puede ser reconocida como inspirada.
E. Conclusiones
¿A qué conclusiones se llega? Predicó Pablo el “evangelio completo”? ¿Qué de Pedro y de Juan? En sus
escritos y sus sermones no existe ni una palabra acerca del “evangelio de sanidad”. ¿Por qué guardaban tanto
silencio esos siervos del Señor si en verdad habían recibido una comisión para proclamar que Cristo murió
tanto para sanar a los enfermos como para salvar a los pecadores? Solamente uno de los escritores sagrados
(Santiago) escribió algo acerca de la sanidad en forma doctrinal, pero no lo hizo como parte íntegra del
evangelio. La conclusión es que no existe un “evangelio de sanidad”.
La última parte del versículo indicado arriba (“mas el espíritu triste seca los huesos”) se cumple en el cristiano
que no entrega todas sus cargas al Señor. Se cuenta de una joven cristiana que dejó pasar sobre su mente y su
corazón un problema familiar hasta que no pudo aguantarlo. El médico le recetó un largo descanso para evitar
resultados más serios. Buscando fervorosamente al Señor en esta crisis, ella entregó toda su ansiedad al Señor.
Poco después, el médico la hizo otro examen, y encontró su corazón normalizado y su salud restaurada. En vez
También, la liberación de todo temor por medio de la fe, y de toda amargura, envidia, y odio por medio del
amor, sirven para eliminar del sistema mental causas tremendas de desgaste y deterioración. “El corazón
apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos.” Proverbios 14:30. No cabe duda que la
prosperidad del alma es una ayuda grande a la salud física.
C. El Cuerpo del Cristiano está Sujeto a los Procesos Ordinarios de Decadencia y Muerte
Pablo declara en 2 Corintios 4:16, “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.” Es un reconocimiento que cada hijo de Adán
tiene en su cuerpo las “semillas de la muerte”. Ni vida eterna recibida, ni cualquier apropiación de la herencia
presente en Cristo puede hacer más que retardar su progreso. Nuestra relación corporal con el primer Adán
continua siempre, y “en Adán todos mueren”. En cualquier estado de gracia en que nos pudiéramos encontrar,
no cambia el hecho que “tenemos este tesoro (la vida divina) en vasos de barro” (2 Corintios 4:7). Pablo
reconoció el impedimento del cuerpo mortal cuando dijo, “Porque asimismo los que estamos en este
tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal
sea absorbido por la vida.” 2 Corintios 5:4. (Vea también I Corintios 15:24; Filipenses 3:21).
El mismo oró con éxito por los enfermos. Es de notar que su oración en Hechos 28:8 se elevó a favor de
enfermos en una isla pagana. En este caso se nota que Pablo no les hizo pasar por un proceso de eliminación,
para excluir los casos difíciles. Tampoco fueron enseñados por un largo período en la doctrina de sanidad. No
tuvieron primero ser creyentes, de todos modos fueron sanados.
No cabe duda que cuando Epafrodito se enfermó Pablo oró por él. En este caso de sanidad notable, Pablo no
demandó los “derechos cristianos” a base de la expiación. Mas bien al recibir la contestación de su oración
expresó su gratitud al Señor en estas palabras: “Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y
colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades; porque él tenía gran
deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado. Pues en
verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también
de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.” Filipenses 2:25-27. Dios quiere que cada cristiano siga el
buen ejemplo de Pablo orando por los enfermos, y Pablo diría “amén” a la recta de Santiago, “¿Está alguno
entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre
vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la
oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.”
Santiago 5:13-15.
Pablo oró por sí mismo sin alcanzar la salud completa (2 Corintios 12:8-10). Aquel “aguijón en la carne” lo
calificó como una debilidad o una enfermedad. Rogó tres veces que le fuera quitada dicha debilidad, pero Dios
le negó su petición. Si Pablo creyera que sus enfermedades fueron llevadas por Cristo en la cruz, como enseñan
algunos, sin duda habría persistido en su ruego. Seguramente no se gloriaría en la continuación de algo que
Cristo habría arreglado en la cruz (vea 2 Corintios 12:8, 9). No es la voluntad del Señor que todos sus
verdaderos siervos sean sanados. A veces sana a los más indignos y permite la aflicción a los más santos.
Las Escrituras no enseñan que Dios mira con desaprobación el uso de medios naturales en tiempo de
enfermedad. Tampoco enseña que es necesario apartarse del uso de medios antes de que Dios conteste la oración
a favor de los enfermos.
Este es uno de los pasajes más alentadores para el creyente en tiempo de enfermedad o aflicción física.
D. Conclusión
Dios es el Sanador de su pueblo. Lo sana tanto con medios naturales como con vivificación sobrenatural. No
están en pugna el uno contra al otro, sino que la sanidad sobrenatural suplementa la natural. Las mismas
escrituras enseñan las leyes básicas de salud, y también enseñan que todos los medios legítimos naturales de
sanidad están en armonía con la ley divina.
Nota: Como ilustración del hecho que Dios emplea ambos métodos de sanidad, el natural y el sobrenatural, el
Señor Bingham cuenta de otro caso, el ejemplo de una obrera cristiana que llevaba grandes responsabilidades en la
obra del Señor.
“Hace muchos años que ella se enfermó de lo que los médicos dijeron era cáncer del estómago, por aquel entonces
considerado incurable. Pero en respuesta a la oración fue maravillosamente librada de su azote y continuó sus
responsabilidades grandes como dirigente de una obra filantrópica y cristiana. Miembros de las sectas de sanidad
querían hacer propaganda de su experiencia, pero ella les negó ese deseo.
“Muchos años después fue atacada por cáncer de la lengua. Había avanzado mucho el cáncer antes de que fue
reconocido, demasiado tarde para una operación. El bien conocido médico cristiano, Dr. Howard Kelly, quien la
conoció, la invitó a su hospital, donde él tenía experiencias halagüeñas de curaciones con el uso del radium. A ella
le aplicó el tratamiento, y ella volvió a su casa sufriendo más que nunca. Pero casi instantáneamente todo su
malestar empezó a desvanecer. Su poder de hablar volvió, y la enfermedad desapareció, aunque ella había alcanzado
una edad entre 70 y 80 años.
“El mismo Dios que la sanó sin medios la sanó después con ellos. La oración de fe es activa en ambas esferas, y
salva a los enfermos.”
El presente estudio con algunas modificaciones, añadiduras y actualizaciones fué tomado de una adaptación por W.
Wayne Gute del libro “La Biblia y el Cuerpo”, escrito por el Dr. Rowland V. Bingham.
I. La Doctrina Históricamente
Reconocemos que la palabra “trinidad” no aparece en la Biblia, porque es una palabra descriptiva de la evidencia
bíblica. La palabra “Trinidad” conlleva la idea de la cantidad de tres pero también implica la unidad de los tres.
Tenemos tres en uno. La doctrina de un Dios Trino surgió por necesidad en la Iglesia para poder defender la
verdadera naturaleza de Dios contra las doctrinas erroneas. Por un lado del debate, habían los judíos que venían con
la absoluta verdad que Dios es Uno. Dios había insistido con Su pueblo, Israel, en el Antiguo Testamento esta
verdad para alejarlos de la creación de otros dioses y la adoración de ídolos. Dios no podía permitir que el hombre
tuviera otros dioses porque Dios es único. Sin embargo, esto no significa que no haya evidencia de un Dios plural
en el Antiguo Testamento. Solo que la doctrina es más evidente y clara por la revelación de la encarnación del Hijo
de Dios por medio del Nuevo Testamento. Vemos que Dios manda Su Hijo Unigénito al mundo para hacerse
hombre y ese Hijo es también Dios. Luego tenemos al Hijo mandando al Espíritu Santo al mundo después de haber
regresado al cielo. Y afirmamos que el Espíritu Santo también es Dios.
Ahora, la Iglesia tiene un “problema”. ¿Será que hay 3 Dioses (Trideísmo)? La iglesia primitiva (del primer siglo)
nunca se sentó para pensar filosóficamente el problema de la Trinidad. Creyeron en el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo, y la Biblia es repleta de versículos, pero sin preguntar cómo era esa relación entre los tres. Pero cuando
subió una herejía que la Iglesia vio que no estaba de acuerdo con la Biblia, tuvieron que tomar una decisión
concreta. Es por esa razón la Iglesia tuvo que definir la existencia de tres distinciones en la Deidad. Pero, este
“problema” se complique al tratar de relacionar a los tres entre sí.
Tertuliano (215 d.C.) fue el primero a emplear la palabra “trinidad” y de formular una doctrina, luego Orígenes
también intentó explicar la relación entre los tres, sin poder llegar a una explicación adecuada. Así los primeros
intentos tenían deficiencias para aclarar. Pero de allí, Arias comenzó a negar la divinidad del Hijo y del Espíritu
Santo diciendo que el Hijo era creado por el Padre y el Espíritu Santo era criatura del Hijo. Recuerda que el hombre
intentaba dar explicación de la existencia de tres diferentes personalidades: Padre, Hijo, Espíritu Santo. No negaron
el hecho que había tres personas, simplemente no podían explicarlo.
A través de la historia temprana de la Iglesia siguen diferentes personas intentando razonar la existencia de un Dios
Trino. Los monarquianos modalistas enseñaron que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo eran nada más que tres
modos de manifestación del mismo Dios. Primero Dios era Padre, después se convirtió en Hijo, y al final llegó a
ser Espíritu – tres modos diferentes de existencia. Otros crearon una doctrina de Triteísmo, tres Dioses. La Iglesia
reconoció que todos estos intentos no llegaban al blanco de la doctrina bíblica. Mucha de la polémica se centraba
alrededor de Jesús, siendo que El era Dios y a la vez hombre. Esto llevó a la Iglesia a realizar varios concilios para
74 Lic. David A. Stoddard M.
poder defender la verdad bíblica.
Los Concilios de la Iglesia:
1. El Concilio de Nicea en el año 325 d.C., confirmó la relación entre el Padre y el Hijo. La Iglesia oficialmente
declaró que Jesucristo es coesencial con el Padre, haciéndolo de la misma naturaleza (esencia) de Dios: Cristo (El
Verbo) es Dios, así como el Padre es Dios. Dos personas distintas pero ambas Deidad (Dios).
2. En el Concilio de Constantinopla en el año 381 d.C. la iglesia declaró la deidad del Espíritu Santo, que el
Espíriitu Santo también es Dios así como el Padre y el Hijo son Dios, hay igualdad de esencia divina en los tres.
3. El concilio de Éfeso (431 d.C.) fue el tercer concilio cristiano que tuvo lugar en Éfeso. Su tema principal fue la
condena del nestorianismo. Nestorio defendía que las dos naturalezas (divina y humana) de Cristo eran
completamente independientes entre sí, es decir, que Cristo era a la vez Dios y hombre, pero formando un
compuesto de dos personas distintas. Hay algo de verdad en su declaración, pero no es precisamente correcto.
Cirilo, al atacar a Nestorio, llegó a negar la existencia de las dos naturalezas en Cristo. Vemos lo complicado que
fue en definir la relación entre la naturaleza divinia y la humana de Cristo. El resultado del concilio fue de declarar:
la unidad de persona en Cristo, es decir, Cristo es el Dios-Hombre en una sola Persona. Cristo no es dos personas,
pero tiene dos naturalezas (divina y humana) en una Persona.
4. El Concilio de Calcedonia (año 451 d.C.) en Calcedonia, ciudad de Bitinia, en Asia Menor, rechazó la doctrina
del monofisismo (una naturaleza: negaba las dos naturalezas en Cristo), y estableció el Credo de Calcedonia, que
describe la plena humanidad y la plena divinidad de Cristo, segunda persona de la Santísima Trinidad. Este
concilio nos dio la famosa “Unión Hipostática” de Jesucristo que dice: “Lo reconoce en sus dos naturalezas,
inconfundibles, incambiables, indivisibles, e inseparables; estas naturalezas se distinguen en que no se pierden por la
unión, sino que más bien la propiedad de cada una de ellas se preserva, y en que concurren en una persona y en una
Subsistencia, no repartidas o divididas entre dos personas.”
Vemos que el proceso de entender la relación de las tres personas de la Trinidad, su esencia y subsistencia, llegó a
ser más de 120 años. Esta historia es mucho más complicada y larga, pero esto nos ayuda a entender que no fue
fácil defender la fe bíblica contra tantas creencias falsas. Pero así quedó la doctrina de la Trinidad: Hay sólo un
Dios verdadero, pero en la unidad de la divinidad hay tres coeterno y coigual Personas, igual en sustancia (esencia)
pero distinto en subsistencia. Desde el año 451 esto llegó a ser la doctrina oficial de la Iglesia Cristiana en cuanto a
la doctrina de la Trinidad.
Sin embargo, esto no significa que dejó por sentado la doctrina de la Trinidad. Siguieron otros que hicieron revivir
las definiciones erróneas de los primeros siglos. Los socinianos comenzaron a seguir las ideas de los Arrianos, pero
con unas ideas aún más erroneas, haciendo a Jesucristo un mero hombre y al Espíritu Santo simplemente un poder u
influencia. Hoy en día seguimos viendo grupos que niegan la verdadera naturaleza de Dios que se define por medio
de la doctrina cristiana de la Trinidad.
Observe que en el versículo 30 hay la afirmación que dos son uno. Dos personas distintas son un solo
Dios. “Yo y el Padre uno somos nosotros.”
2. En este Ser Divino hay tres “personas”: Padre, Hijo y Espíritu Santo. De tres “personas” estamos diciendo
que hay tres subsistencias distintas. Cada persona tiene todas las capacidades de un ser personal con su
propia personalidad. Ser persona implica ser racional y moral dándole la capacidad de inteligencia,
voluntad, memoria, sentimientos o emociones, libertad, conciencia, espiritualidad, autoridad,
conocimiento, santidad y justicia. Ser persona le da la capacidad de comunicarse con otra persona con la
posibilidad de asumir relaciones personales el uno al otro. ¿Hay evidencia bíblica de las personas de la
Trinidad comunicándose entre ellos? Vea Juan 17. Nota: algunos que niegan la Trinidad dicen que
Jesucristo está hablando con sigo mismo. La parte humana con la parte divina. Pero esto implicaría
entonces que Jesucristo sea dos personas, una doctrina falsa que vimos anteriormente. Solo personas
pueden hablar y comunicarse con otras personas. En los siguientes versículos (y hay muchos más) observe
que hay distintas personas interactuando. Estos versículos carecen de sentido si no son personas distintas.
Mateo 3:16, 17, “Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y he aquí, los cielos se
abrieron, y él vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre El. 17Y he aquí,
se oyó una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.
Mateo 4:1, “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.”
Mateo 28: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo.”
Juan 1:18, “Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios [Hijo], que está en el seno del Padre, El le ha
dado a conocer.”
Juan 3:16, 17, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17Porque Dios no envió a su Hijo al mundo
para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.”
Juan 5:19-22, “Por eso Jesús, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede
hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también
hace el Hijo de igual manera. 20Pues el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que El mismo hace; y
obras mayores que éstas le mostrará, para que os admiréis. 21Porque así como el Padre levanta a los
muertos y les da vida, asimismo el Hijo también da vida a los que El quiere. 22Porque ni aun el Padre
juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo.”
Juan 14:26, “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará
todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.”
Juan 15:26, “Cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que
procede del Padre, El dará testimonio de mí,
Juan 16:13-15, “Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará
por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir. 14El me
glorificará, porque tomará de lo mío y os lo hará saber. 15Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso
dije que El toma de lo mío y os lo hará saber.”
2 Corintios 13:14, “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean
con todos vosotros.”
3. La esencia de Dios, plena, no fragmentada, pertenece por igual a cada una de las tres personas. Es decir, que
la esencia no está dividida entre las tres personas, sino que está plenamente con todas sus perfecciones en
cada una de las personas; los tres tienen una unidad numérica de esencia. Son uno. Por esa razón
afirmamos que Dios es Uno. Y a la vez estamos diciendo que el Padre es 100% Dios, el Hijo es 100%
Este punto aclara también la razón por la cual Jesucristo dijo en Juan 14:28, “Oísteis que yo os dije: "Me
voy, y vendré a vosotros." Si me amarais, os regocijaríais porque voy al Padre, ya que el Padre es mayor
que yo.” En cuanto a la operación de cada Persona, el Hijo está sujeto a Su Padre, y el Espíritu Santo al
Padre y al Hijo. Esto no los hacen ser inferiores en cuanto a la naturaleza y esencia de Dios, sino muestra
una jerarquía de mando. Por esa razón tenemos la descripción de Padre-Hijo. Jesucristo, el Hijo, vino a
cumplir la voluntad de Dios Padre.
1 Corintios 15:24-28, “Entonces vendrá el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, después que haya
abolido todo dominio y toda autoridad y poder. 25Pues El debe reinar hasta que haya puesto a todos sus
enemigos debajo de sus pies. 26Y el último enemigo que será abolido es la muerte. 27Porque EL HA
PUESTO TODO EN SUJECION BAJO SUS PIES. Pero cuando dice que todas las cosas le están sujetas,
es evidente que se exceptúa a aquel que ha sometido a El todas las cosas. 28Y cuando todo haya sido
sometido a El, entonces también el Hijo mismo se sujetará a aquel que sujetó a El todas las cosas, para que
Dios sea todo en todos.”
Juan 5:30, “30Yo no puedo hacer nada por iniciativa mía; como oigo, juzgo, y mi juicio es justo porque
no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.”
Juan 6:37-40, “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que viene a mí, de ningún modo lo echaré
fuera. 38Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
39Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que El me ha dado yo no pierda nada, sino que
lo resucite en el día final. 40Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree
en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final.
Hebreos 10:7, “ENTONCES DIJE: "HE AQUI, YO HE VENIDO (EN EL ROLLO DEL LIBRO ESTA
ESCRITO DE MI) PARA HACER, OH DIOS, TU VOLUNTAD.”
Si una persona busca seguir la voluntad de otra, ¿será que hay dos personas distintas? ¿Cuál sería la
lógica para Cristo someterse a sí mismo? Sí, no, entonces, ¿a quién?
B. La Doctrina Defendida
Lo anterior debe ser suficiente prueba de la doctrina de la Trinidad. Pero vemos que algunos grupos todavía
siguen las doctrinas falsas de los primeros siglos y niegan esta doctrina. Principalmente niegan que Jesús sea
la Segunda Persona de la Trinidad y que el Espíritu Santo no es una persona sino un poder o energía de Dios.
La encarnación del “Logos”, el Verbo de Dios, en la persona de Jesucristo lo constituyó en una persona
compleja, formada de dos naturalezas, El es el Dios-hombre. El Logos, de naturaleza divina, tomó una
naturaleza humana, dándolo dos naturalezas. Esa naturaleza humana tiene personalidad en la persona del Logos.
Sigue siendo la Segunda Persona de la Trinidad, pero ahora con dos naturalezas.
Las dos naturalezas no se forman en una tercera naturaleza divina-humana, sino quedan independientes y
distintas, aunque unidas en la persona de Cristo. Las dos naturaleza mantienen todas sus propias características
especiales, pero unidas de tal forma que no se pueden separar. [La Unión Hipostática].
Lo que no significa: que Jesucristo fue un hombre en quien moraba Dios o que Jesucristo fue dos personas en
un solo cuerpo. Cristo no tiene una doble personalidad, sino dos naturalezas.
Gálatas 4:4, “Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo
la ley.”
1 Juan 4:9, “En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a su Hijo unigénito
al mundo para que vivamos por medio de El.”
Conclusión
5
Turner, Donald, Las Doctrinas del Espíritu Santo y de la Iglesia, p. 19.
6
ibid. p. 20.
80 Lic. David A. Stoddard M.
Hemos visto que la Biblia menciona vez tras vez a tres diferentes personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y
declaramos que son distintas personas, no diferentes manifestaciones. No solo que estos nombres estén en
versículos separados, sino que también son nombrados en el mismo versículo o pasaje bíblico. La evidencia bíblica
es tan grande en cuanto a que estas tres personas sean Dios, porque tienen las mismas características y atributos
divinos. Si una es Dios entonces las tres son Dios. Tres personas en un solo Dios. Reflexione sobre los siguientes
versículos y vea que tiene que existir la Trinidad o carecen de sentido.
Génesis 1:26, “Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.” [Este versículo
por sí solo no prueba la doctrina de la Trinidad, pero el resto de la Biblia sí.]
Génesis 3:22a, “Entonces el SEÑOR Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros.”
Génesis 11:7, “Vamos, bajemos y allí confundamos su lengua, para que nadie entienda el lenguaje del otro.”
Salmo 110:1, “Dice el SEÑOR a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de
tus pies.” Vea Hebreos 1:3, 13; 10:13. ¿Dios está hablando con quién en el cielo?
Isaías 6:8a, “Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”
Isaías 48:12, 16, “12Oyeme, Jacob, Israel a quien llamé: Yo soy, yo soy el primero y también soy el
último...16Acercaos a mí, escuchad esto: Desde el principio no he hablado en secreto, desde el momento en que
sucedió, allí estaba yo. Y ahora me ha enviado el Señor DIOS, y su Espíritu.”
Oseas 1:7b, ”Pero me compadeceré de la casa de Judá y los salvaré por el SEÑOR su Dios.” ¿Quién va a usar a
quien para salvarlos?
Marcos 1:10, 11, “E inmediatamente, al salir del agua, vio que los cielos se abrían, y que el Espíritu como paloma
descendía sobre El; 11y vino una voz de los cielos, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.”
Efesios 4:1-7, “Yo, pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que
habéis sido llamados, 2con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor,
3esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. 4Hay un solo cuerpo y un solo
Espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5un solo
Señor, una sola fe, un solo bautismo, 6un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en
todos. 7Pero a cada uno de nosotros se nos ha concedido la gracia conforme a la medida del don de Cristo.”
Judas 17-21, “Pero vosotros, amados, acordaos de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro
Señor Jesucristo, 18quienes os decían: En los últimos tiempos habrá burladores que irán tras sus propias pasiones
impías. 19Estos son los que causan divisiones; individuos mundanos que no tienen el Espíritu. 20Pero vosotros,
amados, edificándoos en vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 21conservaos en el amor de Dios,
esperando ansiosamente la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.”
Juan 20:17, “Jesús le dijo: Suéltame porque todavía no he subido al Padre; pero ve a mis hermanos, y diles: "Subo
a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios."
Efesios 2:18, “porque por medio de El los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu.”
[Lea Efesios 2:11-22 para todas las veces que encontramos Padre, Hijo y Espíritu Santo obrando como distintas
personas.]
Mateo 27: , “Y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: ELI, ELI, ¿LEMA SABACTANI? Esto
es: DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?
Lucas 23:34, 46, “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. 46Y Jesús, clamando a gran voz,
dijo: Padre, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU. Y habiendo dicho esto, expiró.
Juan 14:6, “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”
1 Pedro 1:2, “según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a
Jesucristo y ser rociados con su sangre: Que la gracia y la paz os sean multiplicadas.” [Vemos que cada persona
de la Trinidad está involucrado en nuestra salvación.]