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ANALISIS DE Acumulación capitalista, dominación de clase y

rebelión armada
Elementos para una interpretación histórica del conflicto social
y armado por: JAIRO ESTRADA

«Dentro de la perspectiva histórica, los antisociales resultan ser otros: son los que defienden un orden injusto,
creyendo que es justo solo porque es tradicional. En realidad, los subversores de esta categoría no quieren
destruir sino lo que resulta incongruente con sus ideales, y tratan más bien de reconstruir la sociedad según
nuevas normas y pautas»
Orlando Fals Borda

Es muy interesante la forma como empieza a desarrollar su escrito Jairo Estrada con esa peculiar frase del
profe Borda en la cual se da a relucir la necesidad de los subversores en Colombia que buscan de una u otra
forma cambiar la forma tradicional de como se manejan las cosas en éste país.

Como legado de una turbulenta ralacion entre las clases sociales, las necesidades del pueblo y los
objetivos de la clase política. Colombia ha desencadenado una serie de pensamientos
anticolectivistas que siempre han llevado a que las decisiones políticas siempre estén centradas a
un choque con la realidad, así como vemos que el gobierno colombiano siempre tendrá en la
mesas acciones para alzarse militarmente contra la subversión, pero nunca un plan para llegar a
una paz sana, estable y duradera. Por lo tanto se torna imposible pensar en un dialogo interno y
por lo contrario, acostumbrarse a una situación de guerra prolongada e indefinida.

Pero el la idea que fundamenta ésta idea no es la histórica de la forma en como empezó el
conflicto en Colombia o como surgieron las FARC, sino una idea encaminada al contexto
económico capitalista que se manejaba en Colombia el cual llevó a la necesidad que
contrainsurgencia como subversión tuvieran que subsistir a cualquier costa en el territorio
colombiano. Pues tras el surgimientos de estos movimientos revolucionariso de ideología marxista
con objetivo derrocar las clases sociales superiores y poder llegar a una única clase social lo cual
implicaría primordialmente descentralizar el poder tanto político como económico del sistema
colombiano para luego descentralizar el poder adquisitivo de la tierra y los campos de producción.
Ésta idea e incluso una parecida menos radical no le gustaría para nada a élite colombiana, por lo
tanto la salida nunca sería ni será el dialogo, la única salida es el exterminio de todo tipo de
ideología que pretenda acabar con la acumulación capitalista trabajada por las grandes y
poderosas familias del país. En respuesta de la posición tomada por los privilegiados, la
insurgencia no solo se expresa sino que actúa ofensivamente buscando una luz en el oscuro actual
orden vigente, manifestando una incansable sed de cambio, cambio que pretenden alcanzar
aunque cueste la vida misma.

Aunque escencialmente el conflicto empiece dado por lo anterior, no se desarrollo por lo mismo,
pues con el transcurrir del tiempo lo que empezó como una buscaqueda persistente de la igualda,
se prostituyó en un hecatombe criminal orientado por la codicia y por el beneficio propio, dicho
conflicto sigue hasta nuestros días, del cual solo se benefician ambas partes mientras los terceros
que somos el colombiano honrado y trabajador nos llevamos los efectos mas negativos de una
guerra que ninguna da las dos partes pretenden ni tienen voluntad de finiquitar.
Bajo una visible tendencia que responde a una notable acumulación de capital como fuente
esencial para mantener un gran desequilibrio tanto social como económico en la sociedad
colombiana hace viable una continuidad del conflicto armado para poder mantener una línea
predispuesta a la producción y apropiación de la riqueza, el poder político y social. Esta línea se
puede seguir bajo una creciente violencia y estadísticas de despojo los cuales arrojarán los
resultados esperados que serán la concentración de la riqueza y el poder en manos de los
influenciadores de la guerra. Respondiendo a esto, es que vemos que desde la década de los
veinte hasta los sesentas, Colombia estuvo sumergida en proceso de modernización capitalista en
busca de desarrollar la economía cafetera para convertirla en la principal actividad económica, lo
cual nos explica el por que la maypria de los grandes cafeteros terminaron inmersos en negocios
ilegales como el de la cocaína. Pero volviendo a la economía de la época, vemos que estaba
saturada por la agricultura, café, ganadería y el sector petrolero, y vemos como todos los sectores
requieren de una gran manutención de tierra para poder ir viento en popa lo cual lleva a que
desde tiempos remotos, en Colombia se está peleando por la tierra, incluso las mismas clases
dominantes, lo cual dejaba a relucir una gran inestabilidad entre estas. Pero durante varios
gobiernos se le vendió al colombiano promedio la gran ilusión de una reforma en el sector
agropecuario la cual nunca llegó y se quedó en menos que posibles intentos que no fueron mas
que una farsa y que lo que en realidad se estaba haciendo era proteger jurídicamente este
inconmensurable y traumatizante desarrollo capitalista en el agro colombiano que estaba
realizando una devastadora colonización campesina que mas adelante sería la fuente del
alzamiento violento como respuesta por parte del campesinado en actitud de autodefensa, pero
mientras tanto tras el incipiente desplazamiento, los campesinos tuvieron que casi regalar su
mano de obra a las grandes corporaciones del sector. Resulta fácil analizar como la violencia y el
conflicto social fueron pieza clave y esencial para la función económica en la acumulación del
capital y orden social.

Llegada la década del sesenta la estrategia de acumulación del capital entra en crisis por diversos
motivos como; la decadencia de la industrialización de sustitución de importaciones, perdida de la
influencia cafetera en el exterior, se hace casi que obligatoria y necesaria una pequeña reforma al
sector agrario que se dio con la ley 135 de 1961 en el gobierno de LLeras Restrepo. Llegado el
gobierno de Pastrana, se intentó frenar esta crisis con una nueva política económica y de
desarrollo neoliberal que dejó muy desprotegido al sector agrícola, a trabajadores jornaleros,
campesinos, cosecheros….. Lo cual dejó el campo a disposición de los carteles de droga y negocios
ilegales, así es como los grandes cafeteros se convierten en pequeños narcotraficantes que
conformarían gremios delictivos.

La nueva época de Colombia estaría dominada por una recomposición del bloque de poder del
capitalismo criminal del negocio de la cocaína el cual traería repercusiones indiscutibles al sector
político, económico, social y cultural colombiano. la primera repercusión se no se hizo esperar fue
la expropiación-apropiación territorial mas en masa de lo que se venía viendo, lo que hizo que el
gobierno de Pastrana incrementara su gasto publico por lo cual tuvo que implementar una política
de austeridad y control de inflación, acompañada de importantes cambios como el del;
fortalecimiento del sector financiero, un rígido peso en el sector minero y petrolero para
fortalecer políticas de inversión transnacional ( movida que fue muy eficaz, pues aumentó la
inversión extranjera ese ese sector con un promedio anual de 15.000 milllones de dólares).
El Estado colombiano ha estado caracterizado esecialmente por una lucha interna de poder
político que ha estado en pro y en contra de reafirmar y prolongar la ya existente dominación de
clase y por eso es que con base a esa falta de decisión para cambiar en andar de la nación, entra el
proyecto subversivo antisistémico. Al nacimiento de este proyecto es que el Estado está obligado a
responder para no verse como un Estado debilitado o en colapso parcial y peor aun “un Estado
fallido”.

Como primer paso de protección a ideologías subversivas se tiene que contratacar con ideologías
antisubversivas y es en ese momento donde se le concibe un miedo al pueblo respecto a todo tipo
de levantamientos antisistémicos. Pero es que este bloque de poder no solo actuaría de palabra
sino también de obra, era una combinación de formas de lucha. El primero fue el ideológico pero
el segundo consistía en mantener una democracia y seguridad social estable y en pro de preservar
las fuerzas del Estado, se le da vida a un plan que buscaba de forma legal combatir contra los
grupos antisistemicos ilegalmente para poder quebrantar toda estrategia y dejarla sin alternativa.
A esto podría llamársele terrorismo de Estado que vendría siendo la coalición de las fuerzas
armadas con el paramilitarismo aberrante en pro del desencadenamiento del accionar de la
violencia bélica para mantener una estructura estable en el país en sentido del disciplinamiento,
control y orden social.

Remontándonos a sucesos como el magnicidio de Gaitán en 1948 y el genocidio contra su


movimiento político se dejó a plena la luz la inminente alzada de las ideologías antisistemicas al
ver que la única alternativa de llegar a tener voz había sido arrancada de raíz del campo de batalla
político, por lo tanto la institución estatal se encontraba en amenaza real. Lo cual ocurrió
explicablemente con el suceso del bogotazo, la violencia en que se sumergió el país mostró la
imposibilidad del sistema en tratar de controlar o contener el poderío del enemigo subversivo que
se encontraba en condiciones muy superiores a la de otros movimientos antisistemicos
insurgentes de latinoamerica.

Con el Frente Nacional a finales de la década de los ochentas se dió un gran episodio de
dominación de la clase encaminándola a cierta afinidad por el régimen político estableciendo un
manejo de la reproducción electoral en búsqueda de una democracia restringida. Por un lado se
buscaba manipular al pueblo armando alzadas populares como la que hizo Camilo Torres Restrepo
en los sesentas que les sirvió de ejemplo. Tales proyectos causaban un gran impacto en la
sociedad que poco a poco se le sembraba el sentimiento insurgente del Socialismo poderoso ya
existente.

Estos planes insurgentes mas adelante serían derrotados por una nueva oleada de
acontecimientos que marcaron una gran influencia anticomunista que se apoyaba en el desastre
experimentado por otras naciones del mundo. Este proyecto resultó porque creó repudio contra
movimientos insurgentes como el de las FARC, ELN, M-19 los cuales comenzaron a verse
popularmente como alzamientos revolucionarios bélicos y populistas. El plan contrainsurgente
estuvo dividido en dos momentos ; el primero, marcado por una “pacificación” de las poblaciones
sociales, inicio de propósitos militares en busca del exterminio de agrupaciones guerrilleras con
ayuda de otros grupos con el mismo propósito como los paramilitares y por otro lado se regulaba
represivamente la protesta popular. El segundo, estuvo encabezado por una guerra fría en contra
del enemigo comunista y los proyectos subversivos antisistémicos y una tortuosa persecución al
enemigo interno ( no los guerrilleros, sino la población civil con ideología izquierdista antisistemica
e insurgente ) para eso se crearon contrainsurgencias civiles o urbanas que estudiaron
estratégicamente en los centros urbanos y comunitarios quienes eran los que apoyaban el
proyecto subversivo y así debilitarlo. Esta expresión siempre estuvo financiada y apoyada con la
empresa capitalista mas rentable del momento que era el narcotráfico como asociación criminal
en pro del poder contrainsurgente. Pero es que el negocio del narcotráfico no estaba solo en
manos de los cárteles, también las guerrillas que ya habían perdido su objetivo social
antisistémico y ahora representaban intereses propios en busca de supervivencia también se
estaban peleando las zonas cocaleras con los paramilitares, dichas confrontaciones dejaron saldos
de comunidades asesinadas sin razón de ser solo por obtener los beneficios económicos que
subyacen en el negocio de la cocaína.

Llegado el 1991 con el proceso de la constituyente y ya circulando una nueva carta política, la
situación tanto social, política y económica de como se contrarrestaban los proyectos insurgentes
también debía tener una reforma. La nueva constitución traería un espíritu político-económico
neoliberal sin dejar de lado las bases de un Estado social de derecho. Para que se pudiera llevar a
cabo el proyecto neoliberal era necesario eliminar la traba que ponían los movimientos
subversivos y justo por eso se desencadenó una necesidad de contundente extinción de sistemas
insurgentes. De aquí que el estado realice todo tipo de ayudas tributarias a grupos prosistemas
para descentralizar los sistemas insurgentes que rodeaban a Colombia. En el gobierno de Alvaro
Uribe Vélez se inició una política de seguridad democrática que a la vez cohesionaba con un
proyecto armado del bloque de poder para defender la republica. Bajo este bloque de poder
contrainsurgente se construyó una polarización del amigo-enemigo, pero estas persecuciones
trajeron consigo efectos negativos al interior de las fuerzas estatales, pues de descubrió un
incipiente desprecio y aborrecimiento del militarizado con los insurgente por lo cual es los
operativos siempre existió un gran abuso de la fuerza, creando así un terrorismo estatal que se
aplicó a la misma sociedad. En otro ámbito, en el gobierno de Vélez se evidenció un creciente
avance en temas de acumulación del capital en el territorio lo cual incentivó la inversión exterior,
también se intensificó la intervención estadounidense para contener el terrorismo y preservar el
Estado social de derecho en temas de derechos humanos en el territorio nacional.

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