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de los lgtb en Colombia
Sentencias emblemáticas
Editores:
Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos (ILSA)
Calle 38 No. 16-45, Bogotá, D.C.
Teléfonos 2880416, 2883678
publicaciones@ilsa.org.co
Contenido
Presentación....................................................................................... 7
ILSA
PRIMERA PARTE
Reconocimiento jurídico de las parejas del mismo sexo
en Colombia....................................................................................... 11
Por Alejandra Azuero Quijano
Protección constitucional de los compañeros permanentes
del mismo sexo................................................................................... 37
Por Mauricio Albarracin Caballero
SEGUNDA PARTE
Sentencia C-075/07. Corte Constitucional.......................................... 73
Sentencia C-811 de 2007. Corte Constitucional................................. 93
Sentencia C-336 de 2008. Corte Constitucional................................. 113
Comunicado de Prensa....................................................................... 139
Presentación
del mismo sexo desde una mirada constitucional. En primer lugar, se encuen-
tran los artículos de la abogada Alejandra Azuero y el abogado Mauricio
Albarracín y posteriormente se incluyen las sentencias C-075 de 2007, C- 811
de 2007 y C- 336 de 2008.
El texto de Alejandra Azuero, titulado “Reconocimiento jurídico a las
parejas del mismo sexo en Colombia”, analiza desde una perspectiva históri-
ca la forma en que la Corte Constitucional se ha pronunciado sobre el tema
derechos de gays y lesbianas, particularmente en dos aspectos: en primer
lugar, en lo concerniente a la libre orientación sexual, tema que fue tratado
por primera vez en la sentencia C-098 de 1996 y en segundo lugar, en lo
relacionado con los derechos de parejas del mismo sexo, aspecto en el cual
la Corte dio un giro fundamental con la sentencia C-075 de 2007.
Por su parte, el artículo del abogado Mauricio Albarracín Caballero, titu-
lado “Protección constitucional de los compañeros permanentes del mismo
sexo”, complementa el trabajo de Alejandra Azuero al analizar los efectos
sociales y jurídicos del fallo C-075 de 2007, que le otorga derechos a las pa-
rejas homosexuales, y continúa con el estudio de los pronunciamientos que
la Corte Constitucional realizará a partir de de esta sentencia considerada
por el autor como un hito.
Finalmente, se presentan la sentencia C-075 de 2007, que reconoce por
primera vez los derechos de parejas del mismo sexo; la C-881 de 2007, que
promueve los derechos relacionados con los derechos a la salud, y, finalmente,
el fallo C-336 de 2008, que garantiza el derecho a la pensión de sobreviviente
para los compañeros permanentes del mismo sexo.
El reconocimiento jurídico que con las sentencias presentadas han adqui-
rido las parejas del mismo sexo, sin duda alguna dignifica la vida de estas
personas al garantizarles el acceso no sólo a los derechos patrimoniales, sino
también a los derechos a la salud y la seguridad social. Adicionalmente, con-
sideramos que estos precedentes judiciales profundizan el cumplimiento de
mandatos constitucionales como la dignidad humana, el libre desarrollo de
la personalidad y la no discriminación.
Sabemos que aún queda un enorme camino para la plena realización y
reconocimiento de los derechos de la comunidad LGTB. Sin embargo, ILSA
está convencido de que el presente libro constituye un aporte para la academia,
los movimientos sociales y la judicatura en su trabajo por el reconocimiento
y materialización integral de los derechos humanos, y es una herramienta de
acción para el conjunto de las organizaciones sociales.
ILSA
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Sentencia C-075 de 2007
Reconocimiento jurídico de las parejas del mismo sexo
en Colombia
1 Lemaitre, Julieta, “Los derechos de los homosexuales y la Corte Constitucional: (casi) una
narrativa de progreso”, en Hacia un nuevo derecho constitucional, Facultad de Derecho,
Universidad de los Andes, 2005, pp. 181-217.
2 Magistrado ponente: Rodrigo Escobar Gil.
3 Magistrado ponente: Marco Gerardo Monroy Cabra.
4 Magistrado ponente: Humberto Antonio Sierra Porto.
5 Magistrada ponente: Clara Inés Vargas Hernández.
6 Magistrado ponente: Jaime Córdoba Triviño.
7 Magistrado ponente: Rodrigo Escobar Gil.
ALEJANDRA AZUERO, MAURICIO ALBARRACÍN
8 El derecho fundamental a la libre opción sexual fue enunciado por primera vez en la sentencia
C-098 de 1996; posteriormente, la Corte avanzó en el desarrollo de su contenido en la
sentencia C-481 de 1998.
9 Esta línea jurisprudencial fue inaugurada por la sentencia C-098 de 1996 y de ella forman
parte los siguientes fallos hasta la fecha: C-814 de 2001 (M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra), SU-623 de 2001, T-725 de 2004, T-349 de 2006 y C-1043 de 2006 (M.P. Rodrigo
Escobar Gil).
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
10 Antes de la sentencia C-098 de 1996 (M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz), la Corte había emitido
los siguientes pronunciamientos en relación con los derechos de gays y lesbianas: T-097 de
1994, T-569 de 1994 y T-037 de 1995.
11 Además de ser la sentencia que inaugura la línea jurisprudencial sobre parejas del mismo
sexo, también es aquella en que la Corte Constitucional se refiere por primera vez al derecho
fundamental a la libre opción sexual. Posteriormente, en la sentencia C-481 de 1998 (M.P.
Alejandro Martínez Caballero), la Corte avanza en la conceptualización del derecho a la
libre opción sexual. Según la línea argumentativa defendida en el fallo, cuando una norma
hace distinciones con base en la orientación sexual, se presume que es una distinción
inconstitucional, y por tanto, se debe aplicar un test estricto de igualdad para determinar si
dicha distinción se ajusta o no a la Constitución.
12 “Artículo 1º. A partir de la vigencia de la presente ley y para todos los efectos civiles, se
denomina unión marital de hecho, la formada entre un hombre y una mujer, que sin estar
casados, hacen una comunidad de vida permanente y singular.
Igualmente y para todos los efectos civiles, se denominan compañero y compañera
permanente, al hombre y la mujer que forman parte de la unión marital de hecho.
Artículo 2o. Se presume sociedad patrimonial entre compañeros permanentes y hay lugar a
declararla judicialmente en cualquiera de los siguientes casos:
a) Cuando exista unión marital de hecho durante un lapso no inferior a dos años, entre un
hombre y una mujer sin impedimento legal para contraer matrimonio;
b) Cuando exista una unión marital de hecho por un lapso no inferior a dos años e impedimento
legal para contraer matrimonio por parte de uno o de ambos compañeros permanentes, siempre
y cuando la sociedad o sociedades conyugales anteriores hayan sido disueltas y liquidadas por
lo menos un año antes de la fecha en que se inició la unión marital de hecho.
Los compañeros permanentes que se encuentren en alguno de los casos anteriores podrán
declarar la existencia de la sociedad patrimonial acudiendo a los siguientes medios:
1. Por mutuo consentimiento declarado mediante escritura pública ante Notario donde
den fe de la existencia de dicha sociedad y acrediten la unión marital de hecho y los demás
presupuestos que se prevén en los literales a) y b) del presente artículo.
2. Por manifestación expresa mediante acta suscrita en un centro de conciliación legalmente
reconocido demostrando la existencia de los requisitos previstos en los literales a) y b) de
este artículo”.
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
15 Corte Constitucional, sentencia C-098 de 1996. Cursiva fuera del texto original.
16 La primera sentencia en la cual la Corte consideró este problema jurídico, no lo resolvió.
En este caso un homosexual fue desafiliado cuando el Seguro Social cayó en cuenta de que
él y la persona afiliada como su pareja eran del mismo sexo. Previamente, la Corte había
emitido las sentencias T-618, T-999 y T-1426 de 2000, todas correspondientes a acciones
de tutela interpuestas ante la negativa de afiliación en calidad de beneficiario al sistema de
seguridad social, al compañero(a) del mismo sexo de un cotizante. Estos tres casos dieron
lugar a que la Corte produjera una sentencia que unificara la jurisprudencia en la materia
en el año 2001.
17 Magistrado ponente: Rodrigo Escobar Gil.
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Por último, ese mismo año la Corte estudió una acción pública de in-
constitucionalidad en contra del literal a) del artículo 74 de la Ley 100 de
1993. Esta disposición es precisamente aquella que define quiénes son los
beneficiarios de la pensión de sobrevivientes, y de la cual quedan excluidas
las parejas del mismo sexo en la medida en que solamente se menciona a los
compañeros permanentes y a los cónyuges29. En esta ocasión, la Corte se de-
claró inhibida para pronunciarse por ineptitud sustantiva de la demanda, sobre
la base de dos argumentos: en primer lugar, la ausencia de una proposición
jurídica completa, y en segundo lugar, la inexistencia de una omisión legislativa
relativa susceptible de control constitucional. A pesar de que el alto tribunal
no se pronunció de fondo en relación con las pretensiones de la demanda,
en el aparte considerativo de la sentencia inhibitoria quedó planteado el ar-
gumento sustantivo según el cual la exclusión por omisión no es censurable
desde el punto de vista constitucional. En palabras de la Corte:
“El demandante no explica, sin embargo, las razones por las cuales una
prestación que no tiene carácter general, sino que, por el contrario, ha sido
establecida a favor de quienes se encuentren en determinados supuestos
normativos, debe, por imperativo constitucional, hacerse extensiva a las
personas que considera excluidas por la norma”.
(…)
“En ese mismo contexto, el demandante no presenta razones que lleven
a la conclusión, sobre la que se edifica toda su demanda, de que la norma
acusada contiene una diferencia de trato atribuible exclusivamente a la
orientación sexual de aquellos a quienes considera excluidos”.
(…)
“Por otra parte, como quiera que los integrantes de una pareja homosexual
pueden, dentro del régimen general de la seguridad social, acceder a la
pensión de vejez en igualdad de condiciones que cualquier otra persona,
la afirmación conforme a la cual la disposición acusada es discriminatoria
y contraria a la seguridad social porque deja sin protección legal a un
importante número de colombianos, debía haberse complementado con la
argumentación orientada a demostrar que tales personas tenían derecho,
además de las prestaciones del régimen ordinario, a acceder al régimen
especial de la pensión de sobrevivientes y que fueron injustificadamente
privadas del mismo”.30
29 Artículo 74 (modificado por el artículo 13° de la Ley 797 de 2003). Beneficiarios de la Pensión
de Sobrevivientes. Son beneficiarios de la pensión de sobrevivientes: a) En forma vitalicia,
el cónyuge o la compañera o compañero permanente o supérstite, siempre y cuando dicho
beneficiario, a la fecha del fallecimiento del causante, tenga 30 o más años de edad”.
30 Corte Constitucional, sentencia C-1043 de 2006.
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35 La Ley 979 de 2005 modifica la forma de declaración de la unión marital de hecho e introduce
la declaración voluntaria.
36 La interpretación que hace la Corte Constitucional de la Ley 54 de 1990 en la sentencia
C-098 de 1996, apelando para su comprensión al objetivo que perseguía el legislador con la
expedición de la norma, constituye un argumento de tipo originalista que la Corte revalúa y
descarta en la sentencia C-075 de 2007. Desde esta primera decisión interpretativa se puede
evidenciar el alcance del giro jurisprudencial planteado por dicha sentencia.
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
Como se puede apreciar a partir del texto de la sentencia, por primera vez
la Corte Constitucional reconoce que la posibilidad de incluir a las parejas
del mismo sexo dentro del régimen patrimonial inicialmente previsto por el
legislador a favor de las parejas heterosexuales no conlleva la desprotección
de la familia heterosexual. Según la Corte, en esta “nueva aproximación al
régimen de la sociedad patrimonial entre compañeros permanentes, no des-
aparecen los fundamentos primigenios de la ley”38, es decir, la protección de la
mujer y la familia. En consecuencia, para la Corte es claro que, a la luz de esta
nueva aproximación, que contempla como parte de su objeto la convivencia
en pareja fundada en la solidaridad y el apoyo mutuo, la regulación planteada
por la Ley 54 de 1990 resulta insuficiente. Y esto es así, teniendo en cuenta
que “hoy, junto a la pareja heterosexual, existen –y constituyen opciones de
vida válidas a la luz del ordenamiento superior– parejas homosexuales que
plantean, en el ámbito patrimonial, requerimientos de protección en buena
medida asimilables a aquellos que se predican de la pareja heterosexual”.39
La línea argumentativa que desarrolla la Corte en este acápite de la sen-
tencia no tiene precedente en la jurisprudencia constitucional sobre derechos
de gays y lesbianas. Y esto es así, en la medida en que por primera vez el
tribunal constitucional colombiano reconoce en las parejas del mismo sexo
un proyecto de vida válido a la luz de la Constitución de 1991, el cual –indis-
tintamente de la orientación sexual de sus integrantes– enfrenta necesidades
patrimoniales análogas a las de las parejas conformadas por un hombre y una
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ALEJANDRA AZUERO, MAURICIO ALBARRACÍN
mujer. Por tanto, la Sala Plena concluye que, a partir de esta nueva aproxi-
mación al régimen previsto a favor de las parejas heterosexuales en la Ley
54 de 1990, “los homosexuales que cohabitan se encuentran desprotegidos
patrimonialmente”, desprotección que es evidente tanto al terminar la coha-
bitación, como en caso de la muerte de uno de los integrantes de la pareja.
Así lo plantea la Corte:
“En efecto, tal como se plantea en la demanda y en varias de las
intervenciones, los homosexuales que cohabitan se encuentran
desprotegidos patrimonialmente, porque al terminarse la cohabitación
no tienen herramientas jurídicas para reclamar de su pareja la parte
que les corresponde en el capital que conformaron durante el tiempo de
convivencia, desprotección que es también evidente en el evento de muerte
de uno de los integrantes de la pareja, caso en el cual, por virtud de las
normas imperativas del derecho de sucesiones, el integrante supérstite
podría ser excluido de la titularidad de los bienes que conformaban ese
patrimonio, por el derecho de los herederos del causante”.40
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
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45 Corte Constitucional, sentencia C-075 de 2007, fundamento 5. Cursiva fuera del texto
original.
46 Sin embargo, en muchos de los salvamentos de voto a las sentencias de este período se
encuentra alusión directa al derecho internacional de los derechos humanos, lo cual pone
en evidencia que dichos argumentos no encontraron eco en las mayorías decisorias. Ver, por
ejemplo, los salvamentos de voto del magistrado Manuel José Cepeda a la sentencia SU-623
de 2001, del magistrado Rodrigo Uprimny a la sentencia T-725 de 2004 y del magistrado
Jaime Córdoba Triviño a la sentencia T-349 de 2006.
47 El Comité es el órgano responsable de la interpretación del Pacto de Derechos Civiles y
Políticos.
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48 Corte Constitucional, sentencia C-075 de 2007, fundamento 6.1. Cursiva fuera del texto
original.
49 Esta subregla fue reiterada posteriormente por la sentencia SU-623 de 2001 y más
recientemente en la sentencia T-349 de 2006, entre otras.
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54 Ibídem.
55 Ibídem.
56 Ibídem, fundamento 6.2.4.
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
57 Ibídem.
58 “Quiere esto decir que la pareja homosexual que cumpla con las condiciones previstas
en la ley para las uniones maritales de hecho, esto es la comunidad de vida permanente y
singular, mantenida por un período de al menos dos años, accede al régimen de protección
allí dispuesto, de manera que queda amparada por la presunción de sociedad patrimonial y
sus integrantes pueden, de manera individual o conjunta, acudir a los medios previstos en
la ley para establecerla cuando así lo consideren adecuado”. Ibídem, fundamento 6.3.
59 Ver las sentencias C-811 y T-856 de 2007; C-336 y C-798 de 2008; y C-029 de 2009.
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Protección constitucional de
los compañeros permanentes del mismo sexo1
que las parejas del mismo sexo sólo tuvieran relaciones de tipo patrimonial.
Por el contrario, la línea jurisprudencial posterior a la sentencia C-075, con-
formada por las sentencias T-856 de 20074, C-811 de 20075, C-336 de 20086,
C-798 de 20087, T-1241 de 20088 y C-029 de 20099, desarrolló los elementos
progresistas y protectores de la sentencia hito y creó un claro precedente de
protección para los compañeros permanentes del mismo sexo.
En tal sentido, este artículo es la continuación de la narrativa de progreso
legal10 que Alejandra Azuero inició en el primer artículo de este libro. Por tanto
se describirá y analizará la línea jurisprudencial posterior a la sentencia C-075
de 2007, sobre la protección constitucional de los compañeros permanentes
del mismo sexo. Para cumplir este objetivo se describirá cada uno de los pro-
nunciamientos y se mostrarán cuáles fueron los elementos significativos de
cada uno. Teniendo en cuenta lo anterior, el texto se dividirá en seis partes.
En la primera parte, se analizará la sentencia C-811 de 2007, en la cual se
reconoció el derecho de afiliación en salud de los compañeros permanentes
del mismo sexo. Seguidamente, se abordará el pronunciamiento de la Corte
que garantizó el derecho a la pensión de sobreviviente para los compañeros
permanentes del mismo sexo, la sentencia C-336 de 2008. Posteriomente, se
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Corporación ha señalado que los criterios indicados en el artículo 13 superior también deben
ser considerados sospechosos, no sólo por cuanto se encuentran explícitamente señalados
por el texto constitucional, sino también porque han estado históricamente asociados a
prácticas discriminatorias”. Corte Constitucional, sentencia C-093 de 2001.
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parejas del mismo sexo generaría fraudes al sistema general de seguridad social
en salud. La sentencia recogió esta crítica de la siguiente manera: “Esta Corte
entiende que el ingreso de parejas del mismo sexo al régimen contributivo
podría conducir a la comisión de múltiples fraudes por parte de personas del
mismo sexo que, sin ser pareja, pero aduciendo dicha condición, pretendan
hacerse a los beneficios de salud del sistema”. Para responder a esta cuestión
y establecer los mismos requisitos y condiciones en el acceso a la salud, la
Corte recordó el precedente establecido en la sentencia C-52118 de 2007 y
consideró que las parejas del mismo sexo deben acudir al mismo mecanismo
establecido en la sentencia mencionada para las parejas heterosexuales para
acceder a la afiliación en salud, es decir, la declaración conjunta ante notario
en la cual conste que la pareja existe y que tiene vocación de permanencia.
Teniendo en cuenta lo anterior, en la sentencia C-811 de 2007 se declaró
la exequibilidad condicionada del artículo 163 de la Ley 100 de 1993, en el
entendido de que el régimen de protección contenido en el artículo –afiliación
en salud del régimen contributivo– se extendería también a las parejas del mismo
sexo19. En síntesis, los argumentos centrales en la decisión son los siguientes:
(i) El uso de la sentencia C-075 de 2007 y sus criterios doctrinarios,
como marco conceptual para la decisión del caso. En particular la
doctrina constitucional sobre el déficit de protección constitucional
y la lesión que produce este vacío regulatorio en los derechos a la
dignidad humana (Preámbulo y art. 1º, CP), el libre desarrollo de la
personalidad (art. 16, CP) y el derecho a la igualdad y no discrimi-
nación (art. 13, CP).
(ii) En esta sentencia se consolida el mínimo de protección obligatorio
para las parejas del mismo sexo en caso de que se encuentren frente
a necesidades análogas a las parejas del mismo sexo. En este sentido,
cuando estas necesidades comprometan otros derechos o principios
constitucionales, especialmente relacionados con la vida y la salud,
el déficit de protección adquiere una mayor gravedad.
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20 Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud. Acuerdo 244 de 2003, artículo 8°: “Núcleo
familiar. Para el proceso de selección y afiliación al Régimen Subsidiado, se aceptará un
único núcleo familiar que estará integrado por: 1) el cónyuge o compañera(o) permanente
cuya unión sea superior a dos años según lo establece el artículo 163 de la Ley 100 de 1993.
(…)”
21 Esta sentencia ha sido citada en al menos tres oportunidades por la Corte Constitucional.
En la sentencia T-760 de 2008, la Corte manifestó que la salud es un derecho fundamental
que debe ser reconocido a todas las personas, ya que de lo contrario se generará un déficit
de protección. Como ejemplo, recordó que en la sentencia C-811 de 2007, la Corte había
declarado la inconstitucionalidad de una norma que excluía de su protección a las parejas
del mismo sexo, por cuanto tal exclusión generaba un déficit de protección hacia las mismas.
En la sentencia T-1054 de 2008, la Corte recordó que la jurisprudencia constitucional ha
admitido que algunas personas que no han sido reconocidas por la ley como beneficiarias
del régimen contributivo de seguridad social en salud, puedan ser afiliadas al mismo
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
dependiendo de la situación específica del afectado, cuando tal afiliación sea necesaria
para proteger los derechos a la salud y a la seguridad social. Como ejemplo del problema
estudiado en esa oportunidad citó la sentencia C-811. Finalmente, en la sentencia C-1065
de 2008, al analizar la constitucionalidad de un inciso de la norma que establece quiénes son
beneficiarios del régimen contributivo de seguridad social en salud, la Corte recuerda que
la calidad de beneficiario fue extendida a las parejas del mismo sexo mediante la sentencia
C-811 de 2007.
22 Inicialmente la demanda estaba dirigida a los artículos 1º de la Ley 54 de 1990 y 163 de la Ley
100 de 1994, frente a los cuales la Corte determinó que existía cosa juzgada constitucional por
efecto de las sentencias C-075 de 2007 y C-811 de 2007, respectivamente. Los demandantes
incluyeron en su demanda el artículo 1º de la Ley 54 de 1990, debido a la falta de claridad
y la complejidad constitucional que la Corte había generado en su precedente inicial en
torno a la interpretación, restringida o amplia, de los alcances de la expresión “compañero
permanente” y “unión marital de hecho” contenidas en la Ley 54 de 1990.
23 El 30 de marzo de 2007, el Comité de Derechos Humanos expidió un dictamen en contra
el Estado colombiano con ocasión de una petición presentada por el señor X, quien alegaba
haber sufrido un trato discriminatorio, por cuanto se le negó el carácter de beneficiario
de la sustitución pensional de su compañero permanente, con el que habitó los siete años
anteriores a su muerte. Las autoridades nacionales habían negado la petición del señor X,
argumentando que la legislación colombiana no permitía conceder la petición pensional
a parejas del mismo sexo. Con base en los anteriores hechos, el Comité concluyó que el
Estado colombiano violó el derecho a la igualdad, por cuanto discriminó al señor X por
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razón de su orientación sexual. De acuerdo con el Comité, no existía prueba de que el trato
diferenciado que se otorga a las parejas del mismo sexo y las parejas heterosexuales no
casadas en materia de pensión de sobrevivencia fuera objetivo y razonable. Por lo anterior,
el Comité declaró que el Estado colombiano violó el artículo 26 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, que consagra el derecho a la igualdad y la prohibición de
discriminación. Comité de Derechos Humanos, Comunicación Nº 1361/2005: Colombia.
14/05/2007. CCPR/C/89/D/1361/2005. En adelante X contra Colombia.
24 “Los derechos fundamentales de las personas homosexuales exigen un mínimo de protección
para las parejas por ellas conformadas. Por consiguiente, la omisión reiterada e injustificada
del legislador de regular esta materia transgrede el límite impuesto por estos derechos y,
por ende, los vulnera. En razón de lo anterior, la intervención de la Corte Constitucional
para garantizar el mínimo de protección que se ha negado a ofrecer el legislador a las
parejas homosexuales resulta necesaria. Lejos de quebrantar el principio democrático, una
intervención de esta naturaleza sería la expresión del rol que el juez constitucional cumple en
una democracia, a saber: ser el garante de los derechos fundamentales de las minorías, con
el fin de que las mayorías no arrasen con ellas”. Colombia Diversa, el Centro de Estudios
Derecho, Justicia y Sociedad (Dejusticia) y el Grupo de Derecho de Interés Público de la
Universidad de los Andes (GDIP). Demanda de inconstitucionalidad, expediente D-6362,
sentencia C-336 de 2008.
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parejas del mismo sexo, y considera que está habilitada para reconocer igual
tratamiento para las parejas heterosexuales y homosexuales. Reconstruye los
criterios doctrinarios establecidos en la sentencia C-075 de 2007, y constata
que la sentencia C-811 de 2007 reitera estas consideraciones. En ese sentido,
las sentencias mencionadas son el referente tenido en cuenta para la decisión
de este nuevo asunto de estudio.
A continuación, la Corte verifica que en relación con la pensión de
sobrevivientes, las parejas del mismo sexo se encuentran en un déficit de
protección que afecta sus derechos a la dignidad humana (Preámbulo y art.
1º, CP), al libre desarrollo de la personalidad (art. 16, CP) y que además se
constituye en un trato discriminatorio (art. 13, CP). Establece además que no
existe justificación razonable y objetiva que respalde el trato discriminatorio
frente a las personas que conforman parejas del mismo sexo. Para llegar a
esta conclusión, la Corte vuelve a aplicar un examen estricto de proporcio-
nalidad, debido a que la distinción realizada usa una categoría sospechosa
de discriminación (orientación sexual). Las medidas afectan a un grupo
especialmente vulnerable, los homosexuales, y por esta vía se desconoce un
derecho fundamental. Por último, se justifica un análisis estricto que consi-
dera que esta exclusión genera un privilegio injustificado para un grupo de
personas. Para la Corte las normas analizadas no cumplen ningún fin cons-
titucional imperioso; no son necesarias para cumplir el fin, ni tampoco son
proporcionales. Por tanto, no superan el test estricto de proporcionalidad.
Así lo expresó el tribunal:
“Al ponderar los derechos de las parejas en relación con la pensión de
sobrevivientes, la Sala no encuentra razones objetivas ni constitucionalmente
válidas que puedan constituirse en un obstáculo o significar un déficit de
protección para las parejas conformadas con personas del mismo sexo que
les impida ser destinatarias de los beneficios reconocidos por el legislador
en materia de pensión de sobrevivientes”.
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ALEJANDRA AZUERO, MAURICIO ALBARRACÍN
30 “(...) Puesto que el espíritu que orienta la normas que rigen la sustitución pensional a cargo de
los empleadores particulares es el de proteger a la persona que en realidad prestó asistencia y
compañía al trabajador o a la persona pensionada hasta el momento de su fallecimiento, claro
está, que sin perjuicio del cónyuge que no lo pudo hacer por culpa del causante” Consejo de
Estado, Sección Segunda, sentencia del 1º de julio de 1993, citada en Corte Constitucional,
sentencia C-336 de 2008.
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
En este Auto se agregó que los abusos que puedan ser cometidos por los
operadores jurídicos pueden ser enfrentados con acciones judiciales para la
defensa de los derechos fundamentales.
Por último, es preciso retomar un cuestionamiento del Ministerio de
Hacienda sobre los derechos de las parejas del mismo sexo que la Corte
responde con lucidez y vehemencia. El Ministerio considera que la pensión
de sobreviviente debe ser establecida por el legislador bajo criterios econó-
micos y presupuestales. Este cuestionamiento es abordado por la Corte en
tres dimensiones: legal, económica y axiológica. Frente a la primera, el tri-
bunal manifiesta que el legislador tiene libertad de configuración en relación
con el sistema de seguridad social, pero que es una facultad limitada por
la Constitución. En lo económico, asegura que no existe un desequilibrio
financiero, debido a que se hace un cambio en el orden de los beneficiarios
de la pensión de sobreviviente. Además, la Corte recuerda al Ministerio que
el sistema axiológico del Estado social de derecho hace que los derechos de
las personas, en particular la dignidad humana (Preámbulo y art. 1º, CP) y
el libre desarrollo de la personalidad (art. 16, CP), no puedan ser desconoci-
dos por una “defensa a ultranza de la libertad de configuración legislativa y,
derivada de ésta, la posibilidad de excluir del sistema de seguridad social en
pensiones a un grupo de la sociedad habitualmente discriminado como lo es
la comunidad homosexual”.
En conclusión, en la sentencia C-336 de 200832 se declaró la exequi-
bilidad condicionada de los artículos 47 y 74 de la Ley 100 de 1994, en el
entendido de que las parejas del mismo sexo también son beneficiarias de la
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33 El magistrado Jaime Araújo Rentería realizó un salvamento parcial de voto en cuanto a las
sentencias C-075 de 2007 y C-811 de 2007, a las cuales se dispone estar a lo resuelto en esas
oportunidades. Manifestó su aclaración de voto en relación con esta decisión teniendo en
cuenta que él ha mantenido una protección amplia e integral de los derechos de las parejas
del mismo sexo. Por su parte, el magistrado Nilson Pinilla expresó su salvamento de voto,
debido a que a su juicio la pensión de sobreviviente es una prestación reservada a la pareja
conformada por un hombre y una mujer. Agregó que las normas demandadas debieron
declarase constitucionales teniendo en cuenta que fueron expedidas acordes al ejercicio de
la potestad de configuración del legislador en materia de seguridad social.
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36 Las sentencias que conforman este primer momento son las siguientes: T-999 y T-1426 de
2000, y SU-623 de 2001. Cabe resaltar que la sentencia T-618 de 2000 es un pronunciamiento
que se aparta de los anteriores, pues en él sí se reconoció al compañero permanente como
beneficiario del régimen contributivo de seguridad social en salud.
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ALEJANDRA AZUERO, MAURICIO ALBARRACÍN
37 La Corte no ordenó la afiliación del accionante, toda vez que la persona se había afiliado
como cotizante independiente al régimen de seguridad social, por lo tanto se produjo la
carencia actual de objeto en la acción de tutela.
38 La Corte Constitucional ha construido y consolidado una línea jurisprudencial que le otorga
fuerza vinculante a las decisiones judiciales. De acuerdo con la Corte, la obligatoriedad de
las decisiones judiciales se desprende de distintas normas constitucionales, como los son los
derechos a la igualdad y al debido proceso, y el respeto de la seguridad jurídica, entre otras.
Ver, en este sentido, Corte Constitucional, sentencias SU-049 de 1998 (MM.PP. Alejandro
Martínez Caballero y Carlos Gaviria Díaz). Asimismo, la Corte ha aclarado que la fuerza
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
vinculante de sus decisiones no se extiende a todo el contenido de sus sentencias, sino tan sólo
a la parte conocida como ratio decidendi. Sobre esto, ver especialmente, Corte Constitucional,
sentencias C-836 de 2001, (M.P. Rodrigo Escobar Gil y T-292 de 2006, M.P. Manuel José
Cepeda Espinosa). A nivel doctrinal, puede consultarse López Medina, Diego Eduardo, El
derecho de los jueces, Bogotá, Editorial Legis, 2006, 2ª Edición.
39 Magistrada ponente: Clara Inés Vargas Hernández.
40 Magistado ponente: Clara Inés Vargas Hernández.
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43 Parágrafo 1° del artículo 1° de la Ley 1181 de 2007, modificatorio del artículo 233 de la
Ley 599 de 2000 (Código Penal). La norma establecía: “Para efectos del presente artículo,
se tendrá por compañero y compañera permanente únicamente al hombre y la mujer que
forman parte de la unión marital de hecho durante un lapso no inferior a dos años en los
términos de la Ley 54 de 1990”.
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46 “Segundo. PREVENIR a la Caja de Retiro de las Fuerzas Militares para que en adelante
ajuste todos sus procedimientos internos a los fundamentos jurídicos establecidos en la
sentencia C-336 de 2008, permitiendo dentro del régimen prestacional de la fuerza pública el
reconocimiento y pago de la pensión de sobreviviente al compañero o compañera permanente
de las parejas homosexuales, siempre que cualquiera de ellos cumpla con los mismos requisitos
exigidos a los integrantes de las parejas heterosexuales” (cursiva fuera del texto). Sentencia
T-1241 de 2008.
47 La Corte recuerda que esta subregla fue establecida a partir de la sentencia C-075 de
2007.
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parejas del mismo sexo48. Para tomar esta decisión la Corte tuvo en cuenta
los siguientes criterios: (i) la interpretación sistemática de la Ley 54 de 1990,
tal como fue interpretada en la sentencia C-075 de 2007, lleva a concluir
que la unión marital de hecho puede estar conformada tanto por compañeros
permanentes homosexuales como heterosexuales, y (ii) la subregla que indica
que cuando se discrimine a las parejas del mismo sexo debe aplicarse un test
estricto de proporcionalidad.
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
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51 Magistrado ponente: Rodrigo Escobar Gil. El magistrado Nilson Pinilla Pinilla manifestó su
salvamento parcial de voto. El magistrado Rodrigo Escobar Gil expresó que presentaría una
aclaración de voto en relación con los fundamentos de la decisión. Finalmente, el magistrado
Jaime Araújo Renteria anunció la presentación de una aclaración de voto en relación con
los conceptos de familia y matrimonio a la luz de la Constitución Política.
52 La Corte no estudio el concepto de familia, ni los distintos tipos de familia protegidos
a la luz de la Constitución Política, teniendo en cuenta que no se configuró un cargo de
constitucionalidad sobre esta materia, y además por ser una cuestión que no resulta relevante
para el problema jurídico planteado.
53 Los demandantes reconocieron la complejidad técnico-constitucional que enfrentaba la
Corte al resolver esta demanda en bloque. Plantearon diversas posibilidades de peticiones
y entre ellas se propuso la vía que la Corte tomó en esta sentencia, a saber, declarar la
inconstitucionalidad de la interpretación discriminatoria. Sobre el particular se dijo en la
demanda: “una de las vías que, desde la perspectiva técnico-constitucional, podría emprender
la Corte para declarar la inconstitucionalidad de los contenidos materiales asociados a las
expresiones acusadas y a las disposiciones que las contienen sería constatar la existencia de
dos interpretaciones posibles de dichas expresiones: una que incluye a las parejas del mismo
sexo y que por ende es constitucional, y otra que excluye a dichas parejas y que por ende
es inconstitucional y debe ser retirada del ordenamiento jurídico. Si la anterior fuera la vía
escogida por la Corte Constitucional, esta tendría dos posibilidades técnicas para excluir
del ordenamiento jurídico la interpretación inconstitucional de las expresiones acusadas: (i)
declarar la exequibilidad condicionada de tales expresiones de tal forma que las mismas sean
consideradas constitucionales sólo en el entendido de que las disposiciones que las contienen
incluyen en su ámbito de aplicación a las parejas homosexuales (…)”. Colombia Diversa,
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La Corte también creó una subregla con la cual se pueden llenar vacíos
de interpretación relacionados con la aplicación de las sentencias: los com-
pañeros permanentes del mismo sexo deben cumplir los mismos requisitos y
condiciones exigidos para los compañeros permanentes heterosexuales. Esta
regla procedimental es de gran importancia para los operadores jurídicos
quienes deben tener en mente que la igualdad de derechos implica igualdad
en requisitos y procedimientos. En este sentido, cualquier procedimiento,
requisito o interpretación que obstaculice o anule el disfrute de los derechos
de las parejas del mismo sexo será inconstitucional.
La sólida doctrina desarrollada por la Corte hará muy difícil que se
pueda dar vuelta atrás en el camino de la igualdad. Una Corte Constitucio-
nal conformada por nuevos magistrados deberá respetar este precedente
y aplicarlo a todos los casos que sean sometidos a su conocimiento. Por
su parte, el Congreso de la República no podrá anular los efectos de estas
sentencias, debido a que se creó un mínimo de protección constitucional
para las parejas del mismo sexo, el cual debe ser respetado por el Estado y
los particulares.
Para las parejas del mismo sexo el camino de la igualdad no ha concluido.
Aún es necesaria la igualdad plena frente al matrimonio y a la adopción con-
junta por parte de los compañeros permanentes del mismo sexo. También son
indispensables medidas adecuadas y eficaces que remuevan los obstáculos que
impiden el acceso y goce efectivo de los derechos de los compañeros perma-
nentes del mismo sexo. Por esta razón, los jueces de todas las jurisdicciones y
los órganos de control tienen un papel indispensable para una interpretación
y aplicación progresista de estas sentencias. El Estado en su conjunto tiene el
reto de realizar una implementación efectiva de los derechos de las parejas del
mismo sexo, en todos los servicios públicos, incluso en los que administran
los particulares.
Tampoco ha llegado a su fin el camino de reivindicaciones legales de la
comunidad LGBT. Por ejemplo, en Colombia las personas transgeneristas
(transexuales y travestís) no tienen ninguna protección por parte del Esta-
do. Sus derechos son vulnerados de forma permanente y generalizada en
todos los ámbitos de su vida, en particular, en la garantía de sus derechos
económicos, sociales y culturales. Además, no existen garantías legales ple-
nas para el reconocimiento, protección y ejercicio libre de su identidad. El
deficit de protección de las personas transgeneristas es muy grave y debe
ser atendido de forma inmediata a través de reformas legales y políticas
públicas. Teniendo en cuenta lo anterior, aún son indispensables acciones
estatales y ciudadanas para garantizar la efectividad de todos los derechos
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
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Sentencia C-075/07
(…)
Actores:
Marcela Sánchez Buitrago,
Luz María Mercado Bernal,
Alejandra Azuero Quijano y
Daniel Bonilla Maldonado.
Magistrado Ponente:
Dr. RODRIGO ESCOBAR GIL
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texto legal, puesto que no puede pasarse por alto que la imposición de una
presunción sobre la existencia de una sociedad patrimonial, susceptible de
ser judicialmente declarada en un proceso contencioso, comporta una res-
tricción de la autonomía privada, que el legislador fundamentó y justificó en
las normas constitucionales que contemplan una protección integral para la
familia y prevén una especial protección para la mujer.
Por otro lado, sin embargo, tampoco puede dejar de observarse la insufi-
ciencia de la regulación en relación con el objeto que le es propio, puesto que
hoy, junto a la pareja heterosexual, existen –y constituyen opciones válidas a
la luz del ordenamiento superior– parejas homosexuales que plantean, en el
ámbito patrimonial, requerimientos de protección en buena medida asimilables
a aquellos que se predican de la pareja heterosexual.
En efecto, tal como se plantea en la demanda y en varias de las interven-
ciones, los homosexuales que cohabitan se encuentran desprotegidos patri-
monialmente, porque al terminarse la cohabitación no tienen herramientas
jurídicas para reclamar de su pareja la parte que les corresponde en el capital
que conformaron durante el tiempo de convivencia, desprotección que es
también evidente en el evento de muerte de uno de los integrantes de la
pareja, caso en el cual, por virtud de las normas imperativas del derecho de
sucesiones, el integrante supérstite podría ser excluido de la titularidad de
los bienes que conformaban ese patrimonio, por el derecho de los herederos
del causante.
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3 La Convención Americana sobre Derechos Humanos ‘Pacto de San José de Costa Rica’
establece que “todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho,
sin discriminación, a igual protección de la ley” (art. 24). El Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos establece que “todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin
discriminación a igual protección de la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda discriminación
y garantizará a todas las personas protección igual y efectiva contra cualquier discriminación
por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social”
(art. 26).
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4 Amicus Curiae preparado por The New York City Bar Association, Human Rights Watch, The
International Gay & Lesbian Human Rights Commission, The National Center for Lesbian
Rights, The Allard K. Lowenstein International Human Rights Clinic at Yale Law School,
The National Center for Human Rights Education, profesora Katherine Franke, profesora
Nan D. Hunter y la Red Latinoamericana de Académicas/os del Derecho.
5 Caso Toonen contra Australia. Comunicación No 488/1992, Informe del Comité de Derechos
Humanos, UN Doc. A/49/40, vol. II, 226-37.
6 Caso Young contra Australia Comunicación N° 941/2000: Australia. 18/09/2003. CCPR/
C/78/D/ 941 /2000.
7 En la sentencia T-097 de 1994 la Corte señaló que “[e]ntre las innovaciones de la Constitución
política de 1991, tienen especial relevancia aquellas referidas a la protección del fuero interno
de la persona. Es el caso del derecho al libre desarrollo de la personalidad (art. 16) y del
derecho a la intimidad y al buen nombre (art. 15). El Constituyente quiso elevar a la condición
de derecho fundamental la libertad en materia de opciones vitales y creencias individuales
y, en consecuencia, enfatizó el principio liberal de la no injerencia institucional en materias
subjetivas que no atenten contra la convivencia y organización social. Es evidente que la
homosexualidad entra en este ámbito de protección y, en tal sentido, ella no puede significar
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que en relación con la prestación que entonces era objeto de consideración –la pensión de
sobrevivientes– no había un imperativo constitucional, conforme al cual, a partir del principio
de igualdad, dicha prestación debiese hacerse extensiva a las parejas homosexuales.
10 En la sentencia C-1043 de 2006 la Corte expresó que “[l]a existencia de esas diferencias
[entre parejas heterosexuales y parejas homosexuales] hace imprescindible que, para
configurar un cargo por omisión legislativa el actor especifique las razones por las cuales, en
su criterio, el contenido normativo acusado excluye de sus consecuencias jurídicas situaciones
que, por ser asimilables, tenían que estar contenidas en el texto normativo cuestionado,
que tal exclusión carece de un principio de razón suficiente, y que, por consiguiente, se
produce una lesión del principio de igualdad”. Agregó la Corte que en el caso que entonces
fue objeto de consideración esa carga argumentativa no se satisfacía debido a que el actor se
limitó “(…) a señalar que, en su criterio, las parejas homosexuales y heterosexuales deben
recibir el mismo trato en materia de pensión de sobrevivientes, y que no hacerlo así resulta
discriminatorio”, pero no presentó las razones que mostraran que en esa materia resultaba
imperativa una identidad de trato.
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12 Al respecto, ver: Alexy, Robert. Teoría de los derechos fundamentales. Centro de Estudios
Constitucionales, Madrid, 1991. [Capítulo noveno; sección segunda (II)]
13 Cfr. sentencia T-386 de 2002, M.P. Rodrigo Escobar Gil. En el sentido aquí expresado,
la Corte, en sentencia C-239 de 1997, M.P. Carlos Gaviria Díaz, manifestó: “La dignidad
humana ... es en verdad principio fundante del Estado, ... que más que derecho en sí mismo,
es el presupuesto esencial de la consagración y efectividad del entero sistema de derechos
y garantías contemplado en la Constitución”. En la sentencia T-792 de 2005, M.P. Clara
Inés Vargas Hernández, en relación con la dignidad de la persona se expresó: “Así pues, es
un deber que comporta por parte del Estado y de sus autoridades, la adopción de medidas
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30 En esa sentencia, la Corte señaló que “en el caso de las relaciones sexuales extramatrimoniales,
no incluirla como causal de divorcio sobre la base de favorecer la libertad sexual, no sólo
implicaría un desconocimiento del compromiso solemne adquirido por la pareja, sino también
un desconocimiento de los derechos del cónyuge afectado a la dignidad, igualdad, intimidad,
libre desarrollo de la personalidad e inalienabilidad de los demás derechos como persona,
pues, en caso de reprochar tal comportamiento, se vería obligado a mantener el vínculo en
contra de su interés y voluntad”.
31 Cita de la sentencia C-821 de 2005. En la sentencia C-660 de 2000, la Corte expresó:
“Para la Corte la dignidad humana, el principio del libre desarrollo de la personalidad y
la inalienabilidad de los derechos de la persona de los cónyuges, constituyen criterios de
interpretación suficientes para afirmar que no se les puede obligar a mantener el vínculo
matrimonial en contra de su voluntad e interés, por las mismas razones por las cuales resulta
imposible coaccionarlos para que lo contraigan, aunadas con el imperativo constitucional
de propender por la armonía familiar, necesariamente resquebrajada cuando un conflicto
en la pareja conduce a uno de sus integrantes, o a ambos, a invocar su disolución”.
32 Cfr. sentencia T-792 de 2005, M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
33 Cfr. sentencia T-881 de 2002.
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VII. DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Sala Plena de la Corte Constitucional, admi-
nistrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,
RESUELVE
Declarar la EXEQUIBILIDAD de la Ley 54 de 1990, tal como fue modifi-
cada por la Ley 979 de 2005, en el entendido de que el régimen de protección
en ella contenido se aplica también a las parejas homosexuales.
Cópiese, notifíquese, comuníquese, insértese en la Gaceta de la Corte
Constitucional, cúmplase y archívese el expediente.
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13 Caso Toonen contra Australia. Comunicación No 488/1992, Informe del Comité de Derechos
Humanos, UN Doc. A/49/40, vol. II, 226-37.
14 Caso Young contra Australia. Comunicación N° 941/2000: Australia. 18/09/2003. CCPR/
C/78/D/ 941 /2000.
15 Sentencia C-075 de 2007, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
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26 Ibídem.
27 Con salvamento de voto de los magistrados Rodrigo Escobar Gil, Nilson Pinilla Pinilla
y Humberto Antonio Sierra Porto. Con aclaración de voto del magistrado Jaime Araújo
Rentaría.
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Con todo, la Corte afirmó que con el fin de evitar fraudes, de personas que
sin convivir quisieran dar la apariencia de convivencia para beneficiarse de
los servicios del sistema, la unión de hecho debía constar en una declaración
ante notario en la que la pareja reconociera que la convivencia existe y que
tiene vocación de permanencia.
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30 Ibídem.
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debido al grado de vulnerabilidad que, en ocasiones, deben afrontar. Ver sentencias T-1081
de 2001, T-850 de 2002, T-859 de 2003 y T-666 de 2004.
46 Sentencia T-016 de 2007 M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
47 Sentencia C-075 de 2007.
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personas del mismo sexo que, sin ser pareja, pero aduciendo dicha condición,
pretendan hacerse a los beneficios de salud del sistema.
En principio, podría argüirse que para evitar dichos fraudes, la pareja
homosexual debería someterse al tiempo mínimo de convivencia exigido a la
pareja heterosexual por el artículo 1º de la Ley 54 de 1990 para la constitución
de la unión marital de hecho, que es de dos años. Así, la pareja homosexual
del afiliado cotizante podría vincularse como beneficiaria al sistema una vez
hubiera comprobado, por medios expeditos, la convivencia por el mínimo
del lapso indicado. Ello garantizaría la verificación del carácter permanente
de la unión.
No obstante, en reciente pronunciamiento –sentencia C-521 de 2007–, al
declarar inexequible el plazo de dos años que como convivencia mínima la
Ley 100 exigía a las parejas de hecho para vincularse al Sistema de Seguridad
Social en Salud, la Corte Constitucional aseguró que los plazos establecidos en
la Ley 54 de 1991 y en la Ley 100 de 1993 eran ontológicamente diferentes,
pues mientras el primero regulaba las consecuencias patrimoniales de la unión
marital de hecho, el segundo plazo se refería al acceso al sistema de salud.
En dicha oportunidad, la Corte estableció que el tiempo mínimo de con-
vivencia exigido por la Ley 100 de 1993 para que las parejas heterosexuales
ingresaran al sistema de salud era inexequible por erigirse en factor de discri-
minación de las parejas de hecho respecto de las conformadas por contrato
de matrimonio, a lo cual agregó que el tiempo de dos años exigido por la
Ley 54 de 1990, cuya legitimidad nunca fue puesta en duda por la Corte
Constitucional, no era aplicable al caso bajo estudio, dado que la finalidad
de este plazo era meramente patrimonial y no tenía que ver con el acceso a
los servicios de salud de los afectados.
En dicha ocasión, la Corte advirtió –además– que para efectos de deter-
minar el acceso al sistema de salud de personas unidas por un vínculo natural
de estirpe familiar se requería, simplemente, la declaración ante notario de la
existencia de la unión familiar, y que las autoridades públicas contaban con
los mecanismos de denuncia establecidos por la ley a efectos de detectar y
sancionar a las personas que intentaran cometer fraude mediante la acredi-
tación de una unión familiar de hecho inexistente.
En el caso concreto, atendiendo a la precisión hecha por la jurisprudencia,
en el sentido de que el artículo 54 de la Ley 1990 no es aplicable para efectos
de establecer el acceso a los servicios de salud, esta Corte considera que, en
el caso de las parejas del mismo sexo, la comprobación de su calidad y de la
vocación de permanencia deben regularse por el mismo mecanismo estable-
cido en la sentencia C-521 de 2007, esto es, declaración ante notario en la
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que conste que la pareja convive efectivamente y que dicha convivencia tiene
vocación de permanencia, independientemente de su tiempo de duración.
De esta manera, los mismos mecanismos que operan para evitar que parejas
heterosexuales que no constituyen familia reclamen ilegítimamente del sistema
los beneficios a que no tienen derecho, deben aplicarse en relación con las
parejas del mismo sexo que pretendan hacer lo mismo.
Sobre el particular, la sentencia C-521 de 2007 señaló:
“5.1. Los voceros estatales que intervinieron en el presente caso,
particularmente el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, expresaron
sus reservas por el abuso que se pueda presentar al incluir como
beneficiarios en condición de compañero(a) permanente a personas que no
cumplan con los requisitos establecidos en la ley, generándose una especie
de ‘carrusel’ que podría hacer insostenible económicamente el sistema.
“Al respecto la Sala reitera el deber que tienen los particulares y las
autoridades de ceñirse a los postulados de la buena fe, la cual se presume
en todas las gestiones que aquellos adelanten ante éstas (art. 83, CP);
sin embargo, es pertinente recordar que las autoridades públicas y las
entidades particulares están en el deber de denunciar penalmente todo
hecho que pueda significar atentado contra el ordenamiento jurídico, como
medio para disuadir o sancionar a quienes pudieran buscar u obtener el
estatus de beneficiario del POS sin contar con la calidad de compañero(a)
permanente.
“5.2. La condición de compañero(a) permanente debe ser probada
mediante declaración ante notario, expresando la voluntad de conformar
una familia de manera permanente, actuación a la que deben acudir
quienes conforman la pareja y que supone la buena fe y el juramento
sobre la verdad de lo expuesto; por lo tanto, el fraude o la ausencia de
veracidad en las afirmaciones hechas durante esta diligencia acarrearán
las consecuencias previstas en la legislación penal y en el resto del
ordenamiento jurídico”56.
Así las cosas, la Corte considera que la disposición acusada debe declararse
exequible, con la condición de que en la cobertura del sistema a que hace
alusión también se incluya a las parejas del mismo sexo.
VII. DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional, administrando justicia,
en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,
( 111 )
ALEJANDRA AZUERO, MAURICIO ALBARRACÍN
RESUELVE
( 112 )
Sentencia C-336/08
( 114 )
ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
c) Los hijos menores de 18 años; los hijos mayores de 18 años y hasta los 25
años, incapacitados para trabajar por razón de sus estudios y si dependían
económicamente del causante al momento de su muerte, siempre y cuándo
acrediten debidamente su condición de estudiantes; y, los hijos inválidos si
dependían económicamente del causante, esto es, que no tienen ingresos
adicionales, mientras subsistan las condiciones de invalidez. Para deter-
minar cuándo hay invalidez se aplicará el criterio previsto por el artículo
38 de la Ley 100 de 1993;
d) A falta de cónyuge, compañero o compañera permanente e hijos con
derecho, serán beneficiarios los padres del causante si dependían econó-
micamente de este;
e) A falta de cónyuge, compañero o compañera permanente, padres e hijos
con derecho, serán beneficiarios los hermanos inválidos del causante si
dependían económicamente de éste.
Parágrafo. Para efectos de este artículo se requerirá que el vínculo entre el
padre, el hijo o el hermano inválido sea el establecido en el Código Civil.
(…)
Artículo 74. Beneficiarios de la pensión de sobrevivientes. [Artículo
modificado por el artículo 13 de la Ley 797 de 2003]. El nuevo texto es el
siguiente: Son beneficiarios de la pensión de sobrevivientes:
a) En forma vitalicia, el cónyuge o la compañera o compañero permanente o
supérstite, siempre y cuando dicho beneficiario, a la fecha del fallecimiento
del causante, tenga 30 o más años de edad. En caso de que la pensión de
sobrevivencia se cause por muerte del pensionado, el cónyuge o la com-
pañera o compañero permanente supérstite deberá acreditar que estuvo
haciendo vida marital con el causante hasta su muerte y haya convivido
con el fallecido no menos de cinco (5) años continuos con anterioridad a
su muerte;
b) En forma temporal, el cónyuge o la compañera permanente supérstite,
siempre y cuando dicho beneficiario, a la fecha del fallecimiento del cau-
sante, tenga menos de 30 años de edad, y no haya procreado hijos con este.
La pensión temporal se pagará mientras el beneficiario viva y tendrá una
duración máxima de 20 años. En este caso, el beneficiario deberá cotizar
al sistema para obtener su propia pensión, con cargo a dicha pensión. Si
tiene hijos con el causante aplicará el literal (a).
Si respecto de un pensionado hubiese un compañero o compañera perma-
nente, con sociedad anterior conyugal no disuelta y derecho a percibir parte
( 115 )
ALEJANDRA AZUERO, MAURICIO ALBARRACÍN
de la pensión de que tratan los literales (a) y (b) del presente artículo, dicha
pensión se dividirá entre ellos(as) en proporción al tiempo de convivencia
con el fallecido.
En caso de convivencia simultánea en los últimos cinco años, antes del
fallecimiento del causante entre un cónyuge y una compañera o compañero
permanente, la beneficiaria o el beneficiario de la pensión de sobreviviente
será la esposa o el esposo. Si no existe convivencia simultánea y se mantiene
vigente la unión conyugal pero hay una separación de hecho, la compañera
o compañero permanente podrá reclamar una cuota parte de lo correspon-
diente al literal (a) en un porcentaje proporcional al tiempo convivido con
el causante siempre y cuando haya sido superior a los últimos cinco años
antes del fallecimiento del causante. La otra cuota parte le corresponderá
a la cónyuge con la cual existe la sociedad conyugal vigente;
c) Los hijos menores de 18 años; los hijos mayores de 18 años y hasta los
25 años, incapacitados para trabajar por razón de sus estudios y si depen-
dían económicamente del causante al momento de su muerte, siempre y
cuando acrediten debidamente su condición de estudiantes y cumplan con
el mínimo de condiciones académicas que establezca el Gobierno; y, los
hijos inválidos si dependían económicamente del causante, esto es, que no
tienen ingresos adicionales, mientras subsistan las condiciones de invalidez.
Para determinar cuando hay invalidez se aplicará el criterio previsto por
el artículo 38 de la Ley 100 de 1993;
d) A falta de cónyuge, compañero o compañera permanente e hijos con
derecho, serán beneficiarios los padres del causante si dependían econó-
micamente de este;
e) A falta de cónyuge, compañero o compañera permanente, padres e hijos
con derecho, serán beneficiarios los hermanos inválidos del causante si
dependían económicamente de éste.
Parágrafo. Para efectos de este artículo se requerirá que el vínculo entre el
padre, el hijo o el hermano inválido sea el establecido en el Código Civil.
(…)
Artículo 163. La cobertura familiar. El Plan de Salud Obligatorio de Salud
tendrá cobertura familiar. Para estos efectos, serán beneficiarios del Sistema
el (o la) cónyuge o el compañero o la compañera permanente del afiliado; los
hijos menores de 18 años de cualquiera de los cónyuges, que hagan parte del
núcleo familiar y que dependan económicamente de éste; los hijos mayores
de 18 años con incapacidad permanente o aquellos que tengan menos de 25
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ALEJANDRA AZUERO, MAURICIO ALBARRACÍN
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7 Cfr., entre otras, las sentencias C-010 de 2000, C-004 de 2003, y T-453 de 2005.
8 Comité de Derechos Humanos, Naciones Unidas, Comunicación Nº 941/2000: Australia.
18/09/2003. CCPR/C78/D941/2000.
9 Ver sentencia T-268 de 2000.
( 122 )
ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
5.9. Cabe recordar que si bien por razones históricas, culturales y socioló-
gicas la Constitución Política de 1991 no hace alusión expresa a los derechos
de los homosexuales, ello no significa que éstos puedan ser desconocidos
dado que, dentro del ámbito de la autonomía personal, la diversidad sexual
está claramente protegida por la Constitución, precisamente porque la Carta,
sin duda alguna, aspira a ser un marco jurídico en el cual puedan “coexistir
las más diversas formas de vida humana”.10 En efecto, debe entenderse que
la sexualidad es un ámbito fundamental de la vida humana que no sólo com-
promete la esfera más íntima y personal de los individuos (art. 15, CP) sino
que pertenece al campo de su libertad fundamental y de su libre desarrollo de
la personalidad (art. 16), motivo por el cual el Estado y los particulares no
pueden intervenir en dicha esfera, a menos de que esté de por medio un interés
público pertinente.11,12
Sin embargo, pese a que la Constitución consagra el derecho al libre
desarrollo de la personalidad y por tanto la libre opción sexual, y además
prohíbe la discriminación por razón del sexo de las personas, las parejas
homosexuales han sido tradicionalmente discriminadas, y sólo han logrado
reconocimiento jurídico y protección merced a la jurisprudencia de la Corte
Constitucional.
5.10. En efecto, la Corte Constitucional, en la sentencia C-075 de 2007,
estableció que el reconocimiento de determinadas garantías a las parejas
heterosexuales puede corresponder a una forma de discriminación para las
parejas homosexuales, cuando a éstas no se les reconoce lo mismo sin sumi-
nistrar una explicación objetiva y razonable. Sobre la discriminación en este
campo, en la citada sentencia la Corte expresó:
“(…) se han producido distintos pronunciamientos orientados a identificar
los casos en los que la diferencia de tratamiento entre parejas heterosexuales
y homosexuales puede considerarse una forma de discriminación en
razón de la orientación sexual. A ese efecto resulta pertinente acudir a
dos pronunciamientos del Comité de Derechos Humanos de Naciones
Unidas, órgano responsable de la interpretación del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, y en los que, por una parte, se señaló
que, en relación con el artículo 26 del Pacto (PIDCP), la prohibición de
discriminar en razón del sexo de las personas comprende la categoría
‘orientación sexual’, la cual constituye, entonces, un criterio sospechoso
de diferenciación13, y por otra, se expresó que si bien, de acuerdo con
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
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16 Cfr. entre otras, las sentencias C-080 de 1999, T-049 de 2002, T-524 de 2002 y C-111 de
2006.
17 Sentencia C-002 de 1999.
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textos legales excluyan grupos de personas, pues ello implica una vulneración
al principio de universalidad”35,���
36
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
40 En ese orden de ideas, la Corte declaró inexequible el límite de los 18 años edad previsto en
la disposición acusada, para que las madres trabajadoras cuyos hijos padezcan de invalidez
física o mental, cuando éstos dependan económicamente de aquellas, puedan ser beneficiarias
de la pensión especial de vejez dirigida a garantizar el debido cuidado y protección de las
personas discapacitadas. En sus propias palabras, la Corte sostuvo: “La Corte comparte el
argumento acerca de que la escasez de recursos y la necesidad de avanzar progresivamente
en la concesión de algunos beneficios, de acuerdo con la disponibilidad económica, pueden
obligar a delimitar el ámbito de aplicación de un beneficio o el espectro de beneficiarios.
Sin embargo, considera importante aclarar que en los casos en los que se aduzca la escasez
de medios para negar el acceso a un derecho a grupos vulnerables es necesario que la
argumentación no se reduzca a afirmaciones genéricas acerca de la limitación de los recursos
económicos. Cuando se trata de establecer diferenciaciones que comprometen los derechos
de los grupos específicos más débiles de la sociedad, el Estado corre con la carga de la
argumentación para demostrar específica y realmente que era efectivamente conducente
establecer una determinada diferenciación. (...) // Por otra parte, la Corte es consciente de
que derechos como los que se discuten en este proceso son de aplicación progresiva, lo cual
indica que no siempre pueden ser desarrollados en toda su dimensión de un día para otro, y
que probablemente es necesario que inicialmente los beneficios se focalicen en algunos grupos.
Sin embargo, es claro que la marginación del acceso al beneficio para las madres trabajadoras
de los hijos mayores de edad afectados por una invalidez física o mental que no les permite
valerse por sí mismos y que dependen económicamente de ellas, no es constitucionalmente
legítima, dada la situación de extrema vulnerabilidad en que se encuentran. Puesto que de
lo que se trata es de facilitarles a las madres trabajadoras que apoyen de forma permanente
a sus hijos inválidos y que dependen de ellas económicamente, la diferenciación establecida
por la norma acusada es inaceptable a la luz de la Constitución, pues como ya se señaló el
mero tránsito de edad no modifica por sí mismo las condiciones de los hijos”.
41 Sentencia C-543 de 2007.
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
8. Formalización de la convivencia
8.1. En el ordenamiento jurídico, la pensión de sobrevivientes se reconoce
en el régimen solidario de prima media con prestación definida y en el de aho-
rro individual con solidaridad, siempre y cuando se cumplan las condiciones
previstas en la ley, particularmente en los artículos 47 y 74 de la Ley 100 de
1993, modificados por el artículo 13 de la Ley 797 de 2003.
Al resultar extensivos los efectos de estas normas a las parejas integradas
con personas del mismo sexo, a los compañeros o compañeras del mismo
sexo les corresponde acreditar su condición de pareja, para lo cual deberán
acudir ante un notario para expresar la voluntad de conformar una pareja
singular y permanente, que permita predicar la existencia de una relación
afectiva y económica responsable, de la cual posteriormente pueden derivar
prestaciones de una entidad tan noble y altruista como la correspondiente a
la pensión de sobrevivientes.
8.2. Como lo expresó la Corte en la sentencia C-521 de 2007, para todos
los efectos se entenderá que lo dicho ante el notario es cierto y es expresado
bajo juramento; de esta manera, los integrantes de la pareja asumen las con-
secuencias judiciales y administrativas derivadas del fraude, la falsedad o la
ausencia de veracidad en sus declaraciones. En la sentencia que se menciona,
sobre la formalización de la convivencia, la Corte expresó:
“Al respecto la Sala reitera el deber que tienen los particulares y las
autoridades de ceñirse a los postulados de la buena fe, la cual se presume
en todas las gestiones que aquellos adelanten ante éstas (art. 83, CP);
sin embargo, es pertinente recordar que las autoridades públicas y las
entidades particulares están en el deber de denunciar penalmente todo
hecho que pueda significar atentado contra el ordenamiento jurídico, como
medio para disuadir o sancionar a quienes pudieran buscar u obtener el
estatus de beneficiario del POS sin contar con la calidad de compañero(a)
permanente.
5.2. La condición de compañero(a) permanente debe ser probada
mediante declaración ante notario, expresando la voluntad de conformar
una familia de manera permanente, actuación a la que deben acudir
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ALEJANDRA AZUERO, MAURICIO ALBARRACÍN
VII. DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Sala Plena de la Corte Constitucional, admi-
nistrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,
RESUELVE:
Primero: Declarar EXEQUIBLES las expresiones ‘la compañera o com-
pañero permanente’; ‘la compañera permanente’; ‘compañero o compañera
permanente’; ‘una compañera o compañero permanente’, contenidas en el
artículo 47 de la Ley 100 de 1993, modificado por el artículo 13 de la Ley
797 de 2003, y las expresiones “el cónyuge o la compañera o compañero
permanente”; “la compañera o compañero permanente”; “un compañero
o compañera permanente”; “una compañera o compañero permanente”; y
“compañero o compañera permanente”, contenidas en el artículo 74 de la
Ley 100 de 1993, modificado por el artículo 13 de la Ley 797 de 2003, en
el entendido de que también son beneficiarias de la pensión de sobrevivien-
tes las parejas permanentes del mismo sexo cuya condición sea acreditada
en los términos señalados en la sentencia C-521 de 2007 para las parejas
heterosexuales.
Segundo: Respecto del artículo 1º de la Ley 54 de 1990, estarse a lo re-
suelto en la sentencia C-075 de 2007, que declaró la EXEQUIBILIDAD de
la Ley 54 de 1990, tal como fue modificada por la Ley 979 de 2005, en el
entendido de que el régimen de protección en ella contenido se aplica también
a las parejas homosexuales.
Tercero: En cuanto a las expresiones demandadas del artículo 163 de la
Ley 100 de 1993, estarse a lo resuelto en la sentencia C-811 de 2007, que
declaró EXEQUIBLE el artículo 163 de la Ley 100 de 1993, en el entendido
de que el régimen de protección en ella contenido se aplica también a las
parejas del mismo sexo.
Notifíquese, comuníquese, insértese en la Gaceta de la Corte Constitu-
cional y archívese el expediente. Cúmplase.
( 136 )
ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
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Comunicado de prensa
República de Colombia
Corte Constitucional
Presidencia
1. Normas acusadas
CODIGO CIVIL (arts. 411 y 457). LEY 70 DE 1931 (art. 4). LEY 21 DE
1982 (arts. 1º y 27). DECRETO 2762 DE 1991 (arts. 2 y 3). LEY 3 DE 1991
(art. 7). LEY 5 DE 1992 (arts. 283, numeral 2 y 286). LEY 43 DE 1993 (art.
5). LEY 80 DE 1993 (art. 8, num. 1, lite. g y num. 2, lit. c y d). LEY 100 DE
1993 (art. 244). LEY 190 DE 1995 (arts. 14 num. 2 y 8 y 52). LEY 258 DE
1996 (arts. 1 y 12). LEY 294 DE 1996 (art. 2). LEY 387 DE 1997 (art. 2).
LEY 495 DE 1999 (art. 2) LEY 522 DE 1999 (arts. 222, 431, 495). LEY
589 DE 2000 (arts. 10 y 11). DECRETO 1795 DE 2000. LEY 599 DE 2000
(arts. 34, 104, num. 1 170, num. 4, 179 num. 1 y 4 188-B, num. 3, 229,
233, 236, 245, num. 1, 454). LEY 734 DE 2002 (arts. 40, 71 y 84, num. 1,
2, 3, 6, 7 y 9). LEY 906 DE 2004 (arts. 8, lit. b, 282, 303, 305. LEY 923 DE
2004 (arts. 3, num. 3.7.1 y 3.7.2). LEY 971 DE 2005 (arts. 14 y 15). LEY
975 DE 2005 (arts. 5, 7, 15, 47, 48 y 58). LEY 986 DE 2005 (arts. 2 y 26).
LEY 1148 DE 2007 (art. 1º). LEY 1153 DE 2007 (art. 18). LEY 1152 DE
2007 (arts. 61, 62, 80, 159, 161 y 172, nums. 2, 4, 6, 8 y 9)
Las materias contenidas en las disposiciones acusadas, se resumen en:
a. Patrimonio de familia inembargable y afectación de bienes inmuebles a
vivienda familiar. Ley 70 de 1931 modificada por la Ley 495 de 1999 (art.
2) y Ley 258 de 1996 (arts. 1 y 12). Estas normas regulan la constitución
de patrimonio de familia no embargable y la afectación a vivienda familiar.
Las expresiones acusadas establecían que podían constituir patrimonio de
familia y afectar un inmueble a vivienda familiar los compañeros y com-
pañeras permanentes y no contemplaba a las parejas del mismo sexo.
ALEJANDRA AZUERO, MAURICIO ALBARRACÍN
b. Obligación civil de prestar alimentos. Art. 411 del Código Civil. La legis-
lación civil establece la obligación alimentaria a favor de los compañeros y
compañeras permanentes y no comprendía a los integrantes de las parejas
homosexuales.
c. Normas que consagran derechos de carácter migratorio para las parejas
heterosexuales. Ley 43 de 1995 (artículo 5) regula el tiempo de residencia
para adquirir la nacionalidad colombiana por adopción para los compañe-
ros y compañeras permanentes, el cual es de dos años, pero no incluía a
las parejas del mismo sexo. El Decreto 2762 de 1991 (arts. 2 y 3) regulan
el derecho de residencia en San Andrés sin tener en cuenta a las parejas
del mismo sexo.
d. Normas que consagran la garantía de no incriminación en materia penal,
penal militar y disciplinaria. En materia penal, los artículos 8, 282, 303,
385 de la Ley 906 de 2004 que consagran la garantía de no incriminar a
los compañeros y compañeras permanentes, no contemplaba a las parejas
del mismo sexo. Algo similar ocurría con los artículos 222, 431 y 495 del
Código Penal Militar (Ley 522 de 1999) y en materia disciplinaria, en la
que se exonera del deber de formular una queja de este orden (el artículo
71 Ley 734 de 2002), sin comprender a dichas parejas.
e. Normas que consagran el beneficio de prescindir de la sanción penal. Los
artículos 34 del Código Penal (Ley 599 de 2000) y 18 de la Ley 1153 de
2007, establecen la posibilidad de prescindir de la pena en delitos culposos
cuando la víctima fuera el compañero o compañera permanente, pero sin
contemplar a las parejas del mismo sexo.
f. Circunstancias de agravación punitiva. Fueron extendidas las circunstan-
cias de agravación punitiva cuando la víctima del delito fuera compañero
o compañera permanente del autor (arts. 104, 170, 179, 188, 245 del
Código Penal), a las parejas del mismo sexo.
g. Normas penales y preventivas sobre delitos que tiene como sujeto pasivo
al compañero o compañera permanente. Los delitos de malversación y
dilapidación de bienes familiares (art. 236 del Código Penal), violencia
intrafamiliar (Art. 229 del Código Penal) y amenazas a testigos (art. 454
A), no contemplaban como sujetos a los integrantes de una pareja homo-
sexual.
h. Normas que consagran derechos a la verdad a la justicia y a la reparación
de las víctimas de crímenes atroces, contenidas en la Ley 975 de 2005. La
definición de víctima prevista en el artículo 5 se refería a los compañeros y
compañeras permanentes, pero no cubría a las parejas del mismo sexo. El
artículo 7, señalaba el deber de informar sobre los hechos a los compañeros
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ACTIVISMO JUDICIAL Y DERECHOS DE LOS LGTB EN COLOMBIA
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ALEJANDRA AZUERO, MAURICIO ALBARRACÍN
3. Decisión
Primero.- Declararse INHIBIDA para emitir un pronunciamiento de fondo
en relación con las expresiones “familia” y “familiar” contenidas en el artículo
4 de la ley 70 de 1931, modificada por la Ley 495 de 1999 y en el artículo 1
de la Ley 258 de 1996, por ineptitud sustantiva de la demanda y declarar la
EXEQUIBLILIDAD, por los cargos analizados, de las expresiones “compañero
o “compañera permanente” y “compañeros permanentes cuya unión haya
perdurado por lo menos dos años” contenidas en artículo 4 de la Ley 70 de
1931, modificada por la ley 495 de 1999 y en el artículo 12 de la Ley 258
de 1996, en el entendido de que esta protección patrimonial se extiende en
igualdad de condiciones a las parejas del mismo sexo que se hayan acogido
al régimen de la Ley 54 de 1990 y demás normas que lo modifiquen.
Segundo.- Declarar la EXEQUIBILIDAD, por los cargos analizados, de la
expresión “cónyuge” contenida en el numeral 1 del artículo 411 del Código
Civil, en el entendido de que también comprende, en igualdad de condicio-
nes, a los integrantes de las parejas del mismo sexo que se hayan acogido al
régimen de la Ley 54 de 1990 y demás normas que lo modifiquen.
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ALEJANDRA AZUERO, MAURICIO ALBARRACÍN
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los artículos 61, 62, 159, 161 y 172 de la Ley 1152 de 2007, en el enten-
dido que en el ámbito de la Ley 1152 de 2007, estas disposiciones también
comprenden a los integrantes de las parejas del mismo sexo e INHIBIRSE en
relación con las expresiones “familia”, “familiar”, y “familiares” contenidas
en los artículos 80, 159, 161 y 172 de la ley 1152 de 2007.
Vigésimo sexto.- Declarar la EXEQUIBILIDAD, por los cargos estudia-
dos, de la expresión “compañero o compañera permanente” contenida en el
artículo 244 de la Ley 100 de 1993, en el entendido de que, en las mismas
condiciones, comprende también a los integrantes de la pareja del mismo
sexo.
Vigésimo séptimo.- Declarar la EXEQUIBILIDAD, por los cargos estu-
diados, de las expresiones demandadas de los artículos 14 de la Ley 190 de
1995, 1 de la Ley 1148 de 2007, 8 de la Ley 80 de 1993, 40 y 84 de la Ley
734 de 2002 y 286 de la Ley 5ª de 1992, en el entendido de que en igualdad
de condiciones, ellas comprenden también a los integrantes de las parejas de
un mismo sexo.
Vigésimo octavo.- Declarar la EXEQUIBILIDAD, por los cargos estu-
diados, de las expresiones demandadas del numeral 2º del artículo 283 de
la Ley 5ª de 1992 en el entendido de que, en igualdad de condiciones, ellas
comprenden también a los integrantes de las parejas de un mismo sexo.
4. Razones de la decisión
La Corte Constitucional reiteró la línea jurisprudencial según la cual: (i)
de acuerdo con la Constitución está proscrita toda forma de discriminación
en razón de la orientación sexual; (ii) existen claras diferencias entre las
parejas homosexuales y las parejas heterosexuales y por lo tanto no existe
un imperativo constitucional de dar un tratamiento igual a unas y a otras;
(iii) corresponde al legislador definir las medidas necesarias para atender la
protección debida a los distintos grupos sociales y avanzar en la atención de
aquellos que se encuentren en situación de marginación; (iv) toda diferencia
de trato sólo es constitucionalmente admisible si obedece al principio de razón
suficiente. Por lo tanto, en cada caso concreto se debe examinar si la situa-
ción de las parejas heterosexuales y las parejas homosexuales es asimilable,
para luego entrar a definir si la diferencia de trato que establece una norma
específica es discriminatoria.
Acorde con la jurisprudencia constitucional, la Corte encontró que la to-
talidad de las disposiciones acusadas parcialmente sobre las que se pronuncia
en esta oportunidad, entrañan una discriminación de las parejas conformadas
por personas del mismo sexo, como proyecto de vida en común, con asistencia
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