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MOVIMIENTO

OBRERO
Docente: Lic. Emilia Zendejas Ubieta
Integrantes del equipo
01 Camarillo Cuevas Carla Sofia

02 Canales García Gustavo

03 Castro Sánchez Jenrry Isrrael

04 Félix Cuahutepitzi Mariana

05 Lizaola Sandoval Aldo Arturo


Obreros
Los obreros, junto con los campesinos, fueron las clases sociales
más lesionadas en sus condiciones de vida por el porfiriato. Esto
explica, sin duda, que haya sido entre obreros donde surgieron
algunos de los primeros movimientos de descontento que
podemos considerar como antecedentes directos del estallido
revolucionario de 1910. Tal es el caso de las huelgas de Cananea
y Río Blanco en 1906.

Iniciada la Revolución, el movimiento participó en ella de


manera dinámica, los primeros años se multiplicaron por
distintas zonas del país los sindicatos, publicaciones y
organizaciones políticas ligadas al movimiento, así como, desde
luego, la forma más característica de movilización obrera: la
huelga . En poco tiempo, hacia 1912, las movilizaciones
resultaron en la conformación de la Casa del Obrero Mundial,
organismo de gran magnitud que acogía a distintos núcleos de
trabajado e intelectuales vinculados al movimiento.
Sin embargo, durante el proceso en que el
movimiento obrero levantó de forma inmediata
demandas propias, reivindicativas de las
necesidades apremiantes de este sector,
surgieron rápidamente serias fricciones con el
gobierno maderista, cuyas reformas distaban
mucho de satisfacer las exigencias sociales, no
sólo de los obreros, sino desde luego de los
campesinos mexicanos.

A partir de 1915, la Casa del Obrero Mundial


establece una alianza con Carranza y los
constitucionalistas. En esta alianza, a cambio
del compromiso de una legislación favorable a
sus demandas, los obreros se comprometieron a
apoyar militarmente al ejercito
constitucionalista, surgiendo así los “batallones
rojos”.
Batallones rojos
Estos batallones, sin embargo, fueron utilizados para
enfrentar al ejército villista, que en ese entonces peleaba sus
últimas batallas por lograr impulsar una política agrarista,
con desastrosos resultados tanto para los campesinos como
para los obreros. Los villistas fueron derrotados por
Carranza precisamente en el periodo que contó con el apoyo
de los batallones rojos, mismos que una vez utilizados para
desmembrar las demandas campesinas, fueron disueltos sin
obtener satisfacción a sus propias demandas. El descontento
obrero se generalizó, y en 1916 convocó a una huelga
general, que fue declarada ilegal primero y brutalmente
reprimida después. Como consecuencia de ello, la Casa del
Obrero Mundial se vio obligada a cesar sus labores.
CROM
En 1918 se funda la Confederación Regional Obrera de México (CROM), dirigida por Luis
N. Morones y con fuerte apoyo de Álvaro Obregón, que en aquellos años comenzaba ya
la carrera que lo llevaría a la presidencia de la República.

Este primer momento de organización obrera al amparo del Estado exhibió de


inmediato algunas de sus peores características. Lejos de conformar un frente obrero
para la satisfacción y el impulso de sus demandas de clase, la CROM se reveló tanto
como un instrumento estatal para mantener desmovilizada a esta clase, como un
recurso personal de Morones y el grupo que lo rodeaba, que les permitiría obtener
posiciones dentro del aparato gubernamental. Podemos decir que este primer
momento, que se prolongó hasta el maximato, se caracterizó por la utilización de la
organización obrera para la satisfacción de los intereses personales de sus dirigentes y,
a través del compromiso político de éstos, para su subordinación a las necesidades del
Estado.
CTM
Esta organización es el antecedente directo de la
Confederación de Trabajadores de México (CTM), el más
grande frente laboral de nuestra historia y que, en la
primera etapa de su existencia, antes de su total
conversión en aparato de control corporativo, se
caracterizó por su decidida defensa de los intereses de
los trabajadores. La CTM surge en el contexto de la
transformación del Estado mexicano durante el régimen
de Lázaro Cárdenas y es resultado, primero, del impulso
dado por Cárdenas al movimiento de masas, el cual le
resulta indispensable para obtener la fuerza social
necesaria para la implementación del nuevo proyecto
político, opuesto al caudillismo vigente y personificado
por Plutarco Elías Calles, y, segundo, de la necesidad,
derivada de ese mismo proyecto político, de establecer
mecanismos estatales de control sobre el movimiento
obrero a fin de evitar su independencia y eventual
oposición al propio Estado.
la expulsión y el aislamiento de los dirigentes obreros
más combativos se hizo la norma. En 1948, el propio
Lombardo Toledano, fundador de la Central, fue
expulsado de ésta,
Los movimientos independientes, continuaron surgiendo
a lo largo de los siguientes años, destacando entre ellos
los movimientos ferrocarrileros de 1948 y 1958, el minero
de 1950, y los de maestros, electricistas y petroleros en
la década de los cincuenta.

En cada caso, los movimientos fueron combatidos, en


distintos grados, por la propia CTM, contando para esto
con el apoyo estatal que, en no pocas ocasiones, se
tradujo en la represión violenta del movimiento y el
encarcelamiento de importantes líderes. En 1970,
estando aún muchos de aquellos dirigentes en las
cárceles, las tendencias independientes y democráticas
continuaban en contienda dentro del llamado
movimiento obrero organizado. Y así seguirían
enfrentándose con las ya anquilosadas diligencias de
prácticas corporativas.
LA ESTRUCTURA
SOCIOECONOMICA
DEL MÉXICO
ACTUAL Y
PERSPECTIVAS DE
DESARROLLO
4.1 EL MODELO DE DESARROLLO COMPARTIDO 1970-1976
A finales de la década de los setenta el modelo de desarrollo estabilizador seguido
hasta entonces presentaba signos de agotamiento. La inversión, tanto pública como
privada, había perdido su dinamismo, la balanza comercial presentaba déficits
recurrentes, se empezaban a sentir crecientes presiones inflacionarias y la
producción agrícola había caído en el estancamiento. El modelo de sustitución de
importaciones ya no era por sí mismo suficiente para permitir elevadas tasas de
crecimiento en forma permanente, pues el mercado interno estaba saturado y no se
contemplaba modelo alternativo alguno. Adicionalmente, las contradicciones
sociales y políticas acumuladas durante los años del desarrollo estabilizador habían
desembocado en una crisis de legitimidad, evidenciada en el movimiento estudiantil
de 1968 y revelada en la creciente desigualdad en la distribución del ingreso. En el
campo prevalecía la pobreza extrema y los indicadores de bienestar social
manifestaban la crítica situación social de indígenas, campesinos y sectores
populares urbanos. En síntesis, el crecimiento de los años cincuenta y sesenta no se
tradujo en mejores niveles de vida para la mayoría de la población y, antes bien,
había conducido a una mayor concentración de la riqueza en pocas manos: de la
población total, el 10% más rico concentraba el 51% de los ingresos, mientras el 50%
de los mexicanos recibía apenas el 15% del ingreso.
La concentración de la riqueza era evidente
también en la industria y la agricultura: el 1%
de las firmas industriales controlaba el 63%
de la inversión y el 63% de la producción, en
tanto que el 92% de las empresas contribuía
con apenas el 5% de la inversión y el 6% de la
producción. Por otra parte, el 1% de las
unidades agrícolas controlaba el 60% de las
tierras, mientras el 69% de los productores
ocupaba pequeñas parcelas que en conjunto
constituían el 2.5% de las tierras agrícolas.

En este contexto el gobierno del presidente


Echeverría puso en marcha una estrategia a
la que él mismo denominó desarrollo
compartido, en los planos económico y social,
y apertura democrática, en el plano político.
4.1.1 INSTRUMENTACIÓN DEL MODELO ECONÓMICO
En su discurso de toma de posesión Echeverría señalaba: «No es cierto que exista un
dilema inevitable entre la expansión económica y la redistribución del ingreso.
Quienes pregonan que primero debemos crecer para luego repartir, se equivocan o
mienten por interés. Si consideramos sólo cifras globales, podríamos pensar que
hemos vencido el subdesarrollo. Pero si contemplamos la realidad circundante
tendremos motivos para muy hondas preocupaciones. Un elevado porcentaje de la
población carece de vivienda, agua potable, alimentación, vestido y servicios
médicos suficientes».
El nuevo presidente intentaba marcar una distancia ideológica de su antecesor -Díaz
Ordaz- al presentarse a sí mismo como crítico del desarrollo estabilizador y como
portador de una alternativa nacionalista, que recogía las demandas de los grupos
mayoritarios de la población y favorecía la activa intervención del Estado en
economía.
En cuanto a la política económica del desarrollo compartido, ésta nunca llegó a
materializarse cabalmente y menos aún con el contenido radical que se anunciaba.
En la práctica la administración de Echeverría no superó la contradicción entre el
propósito de lograr un crecimiento de la economía con redistribución del ingreso y
la necesidad de controlar presiones inflacionarias, fugas de
REFORMA AGRARIA
La reforma agraria es un proceso político y social que busca redistribuir la tierra de manera
más equitativa entre los agricultores y campesinos. Su objetivo principal es promover la
justicia social, el desarrollo rural sostenible y reducir la desigualdad en el campo. La reforma
agraria puede tomar diferentes formas y medidas, dependiendo del contexto y las
necesidades específicas de cada país. Algunas de las acciones comunes incluyen la
expropiación de grandes extensiones de tierra pertenecientes a latifundios improductivos o
mal utilizados, para luego ser redistribuidas a pequeños productores que carecen de acceso a
la tierra.

La reforma agraria también puede fomentar la creación y fortalecimiento de cooperativas


agrícolas, asociaciones de productores y organizaciones comunitarias. Estas estructuras
permiten a los agricultores unirse para mejorar su capacidad de negociación, acceder a
mercados más amplios, compartir recursos y conocimientos, así como desarrollar prácticas
agrícolas más sostenibles.
Asimismo, es importante establecer políticas
públicas que apoyen el desarrollo rural
integral, como inversiones en infraestructura
básica (caminos, riego, electrificación),
acceso a servicios básicos (educación, salud),
programas de capacitación técnica y
financiamiento adecuado para los pequeños
productores.
La reforma agraria busca generar un cambio
estructural en el sector agrícola,
promoviendo la inclusión social, la
generación de empleo rural, la seguridad
alimentaria y el desarrollo sostenible. Sin
embargo, su implementación puede enfrentar
desafíos políticos, económicos y sociales, así
como resistencia por parte de los sectores
poderosos y los intereses establecidos.
DEUDA EXTERNA
La deuda externa es el monto total de dinero que un país debe a entidades
extranjeras, como gobiernos, instituciones financieras internacionales o
inversionistas privados de otros países. Esta deuda se contrae cuando un país solicita
préstamos o emite bonos en el mercado internacional para financiar proyectos de
desarrollo, cubrir déficits fiscales o enfrentar emergencias económicas.

La deuda externa puede ser tanto pública como privada. La deuda pública es aquella
contraída por el gobierno central y está respaldada por la capacidad económica del
país en su conjunto. La deuda privada, por otro lado, es asumida por empresas y
particulares y está respaldada por sus propios activos y flujos de ingresos.

El endeudamiento externo puede tener beneficios, ya que permite financiar


proyectos que impulsan el crecimiento económico y el desarrollo del país. Sin
embargo, también puede generar desafíos significativos. Si un país no puede pagar
sus deudas en tiempo y forma, puede enfrentar dificultades financieras, restricciones
en su capacidad para invertir en servicios públicos y programas sociales, así como
presiones para implementar políticas económicas impopulares impuestas por los
acreedores.

Es importante gestionar la deuda externa de manera responsable y sostenible. Los


países deben buscar un equilibrio entre la obtención de financiamiento externo
necesario y evitar niveles excesivos de endeudamiento que puedan comprometer su
estabilidad económica a largo plazo.
Además, es fundamental utilizar los recursos obtenidos a través del endeudamiento de manera
eficiente y transparente, priorizando inversiones que generen un impacto positivo en el
desarrollo socioeconómico del país y promoviendo políticas que impulsen el crecimiento
económico y la generación de ingresos para garantizar la capacidad de pago de la deuda.La
deuda externa es el monto total de dinero que un país debe a entidades extranjeras, como
gobiernos, instituciones financieras internacionales o inversionistas privados de otros países.
Esta deuda se contrae cuando un país solicita préstamos o emite bonos en el mercado
internacional para financiar proyectos de desarrollo, cubrir déficits fiscales o enfrentar
emergencias económicas.

La deuda externa puede ser tanto pública como privada. La deuda pública es aquella contraída
por el gobierno central y está respaldada por la capacidad económica del país en su conjunto.
La deuda privada, por otro lado, es asumida por empresas y particulares y está respaldada por
sus propios activos y flujos de ingresos.
Es importante gestionar la deuda externa de manera responsable y sostenible. Los países
deben buscar un equilibrio entre la obtención de financiamiento externo necesario y evitar
niveles excesivos de endeudamiento que puedan comprometer su estabilidad económica a
largo plazo. Además, es fundamental utilizar los recursos obtenidos a través del endeudamiento
de manera eficiente y transparente, priorizando inversiones que generen un impacto positivo
en el desarrollo socioeconómico del país y promoviendo políticas que impulsen el crecimiento
económico y la generación de ingresos para garantizar la capacidad de pago de la deuda.
DEVALUACIÓN MONETARIA
La devaluación monetaria es un fenómeno económico que se produce cuando la moneda de
un país pierde valor en relación con otras monedas extranjeras. Esto significa que se requiere
más cantidad de la moneda local para comprar la misma cantidad de bienes y servicios
extranjeros. La devaluación puede ocurrir por diferentes razones, como desequilibrios en la
balanza comercial, altos niveles de endeudamiento externo, falta de confianza en la economía
del país, inflación elevada o políticas monetarias inadecuadas.

Los efectos de la devaluación pueden ser tanto positivos como negativos. Por un lado, una
devaluación puede mejorar la competitividad de los productos nacionales en el mercado
internacional, ya que se vuelven más baratos en términos de otras monedas. Esto puede
impulsar las exportaciones y favorecer a los sectores exportadores de la economía.

Sin embargo, también existen consecuencias negativas. Una devaluación puede aumentar el
costo de los bienes importados, lo que puede llevar a un aumento en los precios internos y
generar presiones inflacionarias. Además, puede afectar negativamente a los consumidores al
reducir su poder adquisitivo y encarecer el acceso a productos importados.

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