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AUTOS: "Lake Tahoe S.A. s/ concurso preventivo (incid.

de revisión por Textil


Iberá S.A.)"

TRIBUNAL: CNCom., Sala C

FECHA: 08/05/2009

TEMA: SOCIEDADES EN GENERAL – PERSONALIDAD JURÍDICA – INOPONIBILIDAD


– ART. 54 LSC – RECHAZO - CONTROL – CONJUNTO / GRUPO ECONÓMICO

SÍNTESIS: La Cámara confirmó la resolución que había rechazado la revisión


pretendida. Señaló que la incidentista pretendía la revisión de un crédito compuesto
por deudas contraídas por la fallida y otras deudas asumidas por otras sociedades,
las que afirmaba que eran integrantes de un grupo. Destacó que debía ser
acreditada fehacientemente la existencia del grupo económico, no resultando
suficiente la acreditación de algunos puntos de conexión entre las sociedades, ya
que el concepto de grupo implicaba que varias sociedades jurídicamente
independientes actuaban bajo una dirección unificada, que determinaba el rumbo
de sus decisiones, configurándose desde el punto de vista económico una única
empresa, y que aún cuando dicha circunstancia se hallaba acreditada, en nuestro
ordenamiento ni el conjunto económico, ni el control en los términos de la LSC: 33,
justificaban por sí mismos la aplicación de la teoría de la inoponibilidad de la
personalidad jurídica, ni determinaban la solidaridad en las obligaciones asumidas
por cada una de las sociedades del grupo. Sostuvo que para la aplicación del
dispositivo legal, la actuación de la sociedad debía haber sido utilizada para
encubrir la consecución de fines extrasocietarios, constituir un mero recurso para
violar la ley, el orden público o la buena fe, o para frustrar derechos de terceros,
por lo que, en dicho marco, únicamente cuando la persona jurídica traspusiera los
fines para los que había sido creada y abusaba de la forma que le había sido
concedida, era posible desestimar la personalidad para considerar la
responsabilidad de las personas físicas o jurídicas que se ocultaban detrás. Juzgó
que la prueba que la incidentista había aportado a la causa era demostrativa de las
relaciones que existían entre las sociedades, mas no resultaba de esta la
acreditación del abuso de la personalidad jurídica, ni que la fallida hubiera utilizado
la estructura societaria para la consecución de fines extrasocietarios, o hubiera sido
utilizada como mero recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o para
frustrar derechos de terceros.

Buenos Aires, 8 de mayo de 2009.

Y VISTOS:

1. Fueron elevadas las presentes actuaciones en virtud del recurso que interpusiera
la incidentista contra la resolución dictada a fs.1331/8.

El memorial de agravios obra a fs. 1345/52 y fue contestado por la sindicatura a fs.
1357.

2. El recurrente se agravió en cuanto la sentencia recaída en autos rechazó la


revisión pretendida.
Señaló que el objeto de la demanda consiste en el reconocimiento del crédito que
Textil Ibera S.A. tiene contra la fallida, tanto por las obligaciones directamente
asumidas por ésta, como por aquellas que fueran asumidas por las sociedades
antecesoras de Lake Tahoe S.A. en base a la existencia de solidaridad producto del
fraude societario en el que éstas incurrieran.

A este efecto, destacó la existencia de un grupo económico al que denominó "Grupo


Severino", y señaló que la fallida es la sociedad controlante de las restantes
sociedades del grupo. En apoyo de tal afirmación manifestó que en autos fueron
acreditadas las numerosas vinculaciones entre la fallida con las sociedades Paecock
S.A. y Koshibo S.A., demostrativas de la existente relación de continuidad y
sucesión entre éstas.

En este sentido expresó que, en virtud de los artículos 33 y 54 de la ley de


sociedades, corresponde atribuir responsabilidad solidaria a la fallida controlante al
haber quedado de manifiesto el abuso de la forma societaria mediante el
ocultamiento de las deudas de las sociedades del grupo.

Consecuentemente, solicitó la aplicación de la normativa mencionada, así como una


valoración de la prueba reunida en el expediente.

3. De lo expuesto se desprende que la incidentista pretende la revisión de un


crédito compuesto por deudas contraídas por la fallida así como también por otras
deudas asumidas por otras sociedades (Paecock S.A. y Koshibo S.A.), las que
afirma serían integrantes de un grupo.

En atención a lo manifestado, resulta necesario destacar que, en primer lugar, debe


ser acreditada fehacientemente la existencia del grupo económico, no resultando
suficiente la acreditación de algunos puntos de conexión entre las sociedades. El
concepto de grupo implica que varias sociedades jurídicamente independientes
actúan bajo una dirección unificada, que determina el rumbo de sus decisiones,
configurándose desde el punto de vista económico una única empresa.

Por otra parte, aún cuando dicha circunstancia se hallara acreditada, sabido es que
en nuestro ordenamiento ni el conjunto económico, ni el control en los términos de
la LSC: 33, justifican por sí mismos la aplicación de la teoría de la inoponibilidad de
la personalidad jurídica (LSC: 54), ni determinan la solidaridad en las obligaciones
asumidas por cada una de las sociedades del grupo.

En efecto, claro está que no puede efectuarse una aplicación irrestricta de la teoría
receptada en el art. 54 de la ley de sociedades sin vulnerar los principios de la
organización societaria y aquellos tenidos en mira por el legislador al diseñar tal
instituto.

Ello determina que, para la aplicación del dispositivo legal previsto en la norma, la
actuación de la sociedad debe haber sido utilizada para encubrir la consecución de
fines extrasocietarios, constituir un mero recurso para violar la ley, el orden público
o la buena fe, o para frustrar derechos de terceros (conf, LSC 54).

En dicho marco, únicamente cuando la persona jurídica traspone los fines para los
que fue creada y abusa de la forma que le fuera concedida, es posible desestimar la
personalidad para considerar la responsabilidad de las personas físicas o jurídicas
que se ocultan detrás.

Lo cierto es que, de la prueba aportada por el incidentista se advierten numerosas


vinculaciones entre las sociedades mencionadas como integrantes del grupo al que
denominó "Severino", sin embargo no se cuenta con evidencia fáctica suficiente
para concluir que tales conexiones determinen la existencia de un grupo de
sociedades que se encuentre bajo una única dirección, o que la fallida ejerza sobre
las demás un dominio en la toma de decisiones.

Del mismo modo, no se advierte de las constancias aportadas el uso abusivo de la


estructura societaria o el desvío de los intereses en beneficio de la fallida.

Es decir, la prueba que la incidentista aportó a la causa es demostrativa de las


relaciones que existen entre las sociedades, mas no resulta de esta la acreditación
del abuso de la personalidad jurídica exigida por la ley para tornar viable la
aplicación del instituto de la desestimación de esa personalidad. En efecto, la
prueba no reveló que la fallida utilizara la estructura societaria para la consecución
de fines extrasocietarios, o hubiera sido utilizada como mero recurso para violar la
ley, el orden público o la buena fe o para frustrar derechos de terceros (conf, LSC
54).

Entonces, no siendo tales extremos acreditados en medida suficiente para justificar


la aplicación del art. 54 de la LSC, es que se considera improcedente apartarse de
los fundamentos tenidos en cuenta en la sentencia dictada en la instancia anterior
para lograr la revisión pretendida.

4. Por ello, se resuelve: desestimar el recurso que interpusiera la concursada y en


su consecuencia, se confirma la resolución recurrida. Con costas de alzada a la
vencida (cpr. 68 y 69).

Notifíquese por Ujiería y oportunamente, devuélvase.

El Dr. Juan Manuel Ojea Quintana actúa conforme lo dispuesto en la Resolución N°


542/06 del Consejo de la Magistratura y Acuerdo del 15/11/06 de esta Cámara de
Apelaciones.

JOSÉ LUÍS MONTI - BINDO B. CAVIGLIONE FRAGA - JUAN MANUEL OJEA


QUINTANA.

Ante mí: Fernando I. Saravia. Secretario.

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