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Discusión 

Muchos investigadores, así como personas con TEA, indican que existe una relación entre los
problemas de procesamiento sensorial que experimentan y las dificultades para manejar las
Actividades de la Vida Diaria (AVD) ( Jasmin et al., 2008). Comer es una de las AVD que puede verse
afectadas de manera negativa. La selectividad de los alimentos parece ser un tema importante
para muchos niños con TEA. Las dificultades a nivel sensorial se han sugerido como un posible
mecanismo para explicar la selectividad alimentaria de estos niños, sumado a los problemas
motores, de comportamiento, las preferencias de los padres y los horarios de las comidas
familiares (Cermak, Curtin, Bandini, 2018). Si bien se tiende a separar las alteraciones sensoriales y
motoras para términos teóricos, es importante entender que son aspectos que están ligados y que
por lo tanto la alteración de uno siempre afectará al otro de alguna manera. Además, debemos
considerar que las manifestaciones de estas alteraciones serán siempre distintas en cada niño
(Nadon, Feldman, Dunn & Gisel, (2010)

Según los distintos textos revisados, podemos concluir que varios autores concuerdan en que las
principales alteraciones que interfieren en el proceso de alimentación de los niños con TEA son la
hipo o hipersensibilidad oral. Lo más nombrado en la bibliografía es el rechazo a la textura de
ciertos alimentos y conductas de neofobia, lo que trae como consecuencia alteraciones
nutricionales, ya que la dieta de los niños se vuelve altamente restringida y desequilibrada,
generando problemas a nivel familiar a la hora de comer. Queda en manifiesto que estos
comportamientos se presentan ampliamente y requieren recursos significativos en términos de
tiempo y atención de un equipo multidisciplinario. A pesar de esto, la comprensión clínica en
relación a la evaluación y tratamiento sigue siendo limitada (Chumbita, 2018).

Como prospección, es necesario tener en cuenta que los criterios para la caracterización de las
dificultades de alimentación de los niños con TEA han cambiado con el tiempo, lo que dificulta la
comparación  de estudios y la determinación de grupos muestrales que indiquen mayor o menor
riesgo de selectividad alimentaria y si este problema se atenúa o persiste con el tiempo. Además,
es necesario evaluar la relación de selectividad de los alimentos, dietas especiales y adaptaciones
nutricionales. Es por esto, que se necesitan investigaciones adicionales que incluyan criterios de
exclusión e inclusión seleccionados cuidadosamente para que se pueda comprender el fenómeno
de la selectividad en todo el proceso de los TEA (Cermak, Curtin, Bandini, 2018).

En Chile existen pocos estudios sobre el abordaje de los problemas de alimentación en esta
población, siendo un desafío pendiente para la fonoaudiología debido al alto porcentaje de niños
diagnosticados con TEA en el último tiempo. Considerando las diferentes características que
presentan estos niños es que requieren de una intervención multidisciplinaria, siendo el
fonoaudiólogo el profesional idóneo para abordar las dificultades de alimentación. Es por esto, la
importancia de contar con una formación especializada tanto en TEA como en trastornos de la
alimentación para cumplir con las necesidades de cada niño/a, mejorando su calidad de vida y la
de su familia.

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