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Las reflexiones sobre lo viviente3 se han sugerido para proponer una integración de algunas
temáticas centrales de las discusiones antropológicas y epistemológicas. La referencia a los
seres vivos se hace con el ánimo de comprender los procesos de evolución o desarrollo,
comunes a la especie humana y a los seres infrahumanos. Al establecer mecanismos
comunes a todo proceso viviente se podría sugerir alguna hipótesis explicativa sobre la
originalidad del ser humano, a la vez que permitiría justificar propuestas metodológicas
particulares para su estudio, e igualmente se daría una solución ontológica - evolutiva a la
búsqueda de un fundamento para el conocimiento científico.
Al igual que Bertalanffy, Piaget aspiraba a proponer una teoría general que permitiera
establecer los mecanismos comunes a todo fenómeno de la naturaleza, a todos los sistemas
1
Este artículo fue escrito en 1989.
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Profesor Universidad Nacional de Colombia y Universidad Santo Tomás de Aquino.
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Nos referiremos a lo viviente para caracterizar el fenómeno biológico en términos lo más amplios
posibles y evitar la asociación tradicional de este término con estudios fisiológicos u anatómicos.
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y que sugiriera a la vez características específicas para el análisis de niveles particulares
dentro del continuo evolutivo.
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Piaget y Bertalanffly describen a veces la búsqueda de similitudes entre diversos niveles explicativos
en términos de “analogías” en el sentido dado al término en la anatomía comparada de Owen. Es decir una
analogía se establece sobre similitudes superficiales entre niveles explicativos diferentes, donde las diferencias
habrán de reducirse y con ello el nivel más complejo habrá de explicarse como una manifestación particular
de fenómenos más elementales que habrían de tener gracias a su simplicidad, la función explicativa.
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El concepto de emergencia en esta corriente hace referencia al sentido original del término en Lloyd
Morgan. El término es utilizado actualmente de múltiples maneras, incluidos aquellas que se alejan de su
inicial formulación vitalista. Bertalanffy y Piaget retoman el término pero hacen una reinterpretación de su
sentido, de acuerdo a su preocupación integradora.
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La integración de las rupturas y las continuidades la sugieren Bertalanffly y Piaget
considerando lo continuo en términos funcionales, o en términos de isomorfismos
estructurales6, y la ruptura como la aparición de fenómenos novedosos, reorganizaciones
radicales en las historias de desarrollo.
Estas preguntas habrán de abordarse al final del articulo cuando podamos recuperar los
criterios esenciales para caracterizar el desarrollo (las rupturas - continuidades, la
direccionalidad etc) propuestos por Piaget y Bertalanffy a la vez que su caracterización del
fenómeno biológico y psicosocial. La exposición de los siguientes apartados será la
siguiente:
II. Caracterización de la vida
III caracterización de lo humano
IV el círculo de las ciencias y las preguntas epistemológicas.
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A veces, el término utilizado es homologías, término que también proviene de Owen y que Bertalaffy
utiliza en sentido evolutivo.
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Es claro que estas oposiciones que el intentaba superar se habrían de encontrar en otras disciplinas y
bajo otras denominaciones. Así la oposición entre el racionalismo y el empirismo, o entre la teoría de la
Gestalt el conductismo serían ejemplos de la misma oposición irreconciliable de las discusiones biológicas. El
concentrarnos en su conceptualización biológica es porque en esa disciplina se habrá de ilustrar más
claramente sus pretensiones integradoras, además por sus iniciales intereses construir una epistemología a
partir de algunas conceptualizaciones biológicas..
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indestructibilidad daba la posibilidad de operar sobre sistemas permanentes, sometidos a
una regularidad y a un orden constante (Morin, 1981).
Este principio es cuestionado por Cournot y Clausius (citados por Morin 1981) con el
establecimiento del segundo principio de la termodinámica, que plantea que la energía que
toma forma calorífica, no puede reconvertirse o transformarse en trabajo, sino que se
degrada en un proceso que ha sido designado por Clausius, Entropia (Morin 1981a; Ruíz de
gopegui 1983).
Clausius trataba de extrapolar este principio al universo, afirmando que este poseía energía
finita y que era un sistema cerrado que tendría que llegar a su homogeneización y por lo
tanto a su destrucción.
Esta afirmación de Clausius fue refutada a través del dispositivo creado por Maxwell para
evitar que en un sistema físico se generara la entropía. Este dispositivo que regulaba el
intercambio de energía entre dos recipientes es conocido como el demonio de Maxwell, al
lograr que en un sistema físico se pudiera generar heterogeneidad y desequilibrio.
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Además de ser un sistema de regulaciones, que le permite enfrentarse de manera diferencial
al ambiente, el ser vivo es un “sistema abierto”, que toma del ambiente los elementos que
necesita para su supervivencia o para el ejercicio de funciones más complejas. El organismo
como sistema abierto establece un equilibrio entre las posibilidades organizativas de la
especie o del individuo y las exigencias de lo real. Lo real opera en este esquema como
límite, como resistencia a las acciones de los organismos.
Además de la “organización” y de las relaciones del organismo con el medio como “sistema
abierto”, Piaget propone como otra característica original del fenómeno viviente la
“historia como complejización”. A la par de la búsqueda de un equilibrio homeostático, la
vida presentaría un movimiento “homeorrético”, un desarrollo, un proceso hacía la mayor
capacidad de anticipación y de diferenciación con el ambiente (Piaget 1975; 1977; 1979;
1981; Waddington 1976).
La inteligencia animal mostraría una mayor flexibilidad de los organismos a las condiciones
cambiantes del ambiente si se compara con los instintos y estos a su vez reflejarían una
mayor complejidad si se comparan con los tropismos u otro tipo de comportamiento
ubicado en niveles inferiores de esta jerarquía de “complejización”.
Pero así como veíamos anteriormente la vida a pesar de poseer características nuevas en la
naturaleza poseía elementos propios de lo inanimado, lo psicológico habrá de poseer
igualmente algunas características propias de los niveles anteriores.
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Aparte de estos “invariantes funcionales” el concepto de historia entendido como proceso
de rupturas-continuidades, como un proceso hacia la diferenciación del ambiente y como un
proceso de equilibración será fundamental para caracterizar el desarrollo de las formas de
conocimiento humano.
Antes de exponer estos criterios con mayor detalle en la disciplina psicológica, debemos
continuar con la comprensión del fenómeno biológico por parte de Piaget, ahora con la
comprensión del fenómeno evolutivo, fundamento de la reformulación de su concepto de
equilibración.
La crítica que Piaget (1975; 1977) hace a Lamarck se refiere al énfasis puesto por este autor
a los hábitos y a como estos se deberían a las circunstancias nuevas para el organismo, que
al incorporarlos habrían de transmitirse a su descendencia. Según Piaget el medio rara vez
cambia de manera drástica, lo que llevaría más bien a pensar que el cambio no está en los
nuevos estímulos del medio sino en las conexiones que el organismo establezca cuando
“elige” su nuevo medio. El organismo al no ser pasivo ante el ambiente, le impone más bien
a éste su organización y escoge del ambiente unos determinados eventos o estímulos ante
los cuales habrá de interactuar.
Circularidad del concepto de selección natural. Esta crítica que también expresa Popper,
Piaget la expresa de la siguiente manera: “Una vez admitido que el medio no actúa
directamente sobre el Genoma, la solución más simple naturalmente consiste en explicar
la adaptación por la selección salvo que si se considera que la selección retiene a los más
aptos esa aptitud solo se conoce por el grado de supervivencia, único criterio de la
selección (de donde resulta la identidad adaptación = supervivencia)” (Piaget 1977 pág.
14).
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Waddington rechaza el que se le denomine “neolamarckiano”, ya que según el se opone a la teoría de
la “herencia de los hábitos adquiridos”. Realmente esta interpretación de la teoría de Lamarck es debatida por
Rattray Taylor (1983) quien la formula casi que en los mismos términos de la epigenesis de Waddington y
Piaget. Independientemente sobre la fidelidad de interpretación de Lamarck, el tertium que sugiere Piaget es
para mediar entre los interpretaciones extremas de la evolución típicas de los debates académicos. La postura
intermedia estaría entre una interpretación debida a mutaciones genéticas y otra que atribuye el papel causal al
ambiente donde se desenvuelve la acción del organismo.
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Los casos en que se presentan formas o conductas poco efectivas para la supervivencia,
como el desarrollo de rasgos llamativos tanto anatómicos como comportamentales, que
convierten a su poseedor en un ser con más éxito reproductor pero lo enfrenta a los
predadores en situación de mayor desvalimiento (por ejemplo la mayor vistosidad en el
plumaje de algunas aves). A la vez situaciones de juego, la exploración, el
comportamiento altruista no cumplirían una finalidad de supervivencia, ni garantizarían
el éxito reproductor (Piaget 1977)9.
Las variaciones en la rapidez con que se produjo la evolución. Esta idea es muy similar
en Bertalanffy, quien habla que en los niveles más elementales de la evolución, las
variaciones genéticas son mayores (en los virus, insectos, donde pueden variar
enormemente, y que por ejemplo podrían hacer inefectivo un insecticida o un
medicamento en un tiempo bastante corto). En la evolución parece que se diera una
tendencia a la mayor estabilidad a medida que se avanza en el árbol taxonómico de las
especies. En las ramas inferiores la estabilidad es menor y las posibilidades o caminos a
seguir en el desarrollo son mayores si se comparan con las especies superiores que
muestran cada vez menos amplitud en su umbral de variabilidad y desarrollo
filogenético. (Piaget 1975; 1977; 1978).
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Sobre el altruismo ni Bertalanffy, ni Piaget participan en las discusiones recientes que intentan
complementar la teoría de Darwin con interpretaciones bien particulares de las variaciones genéticas. En la
sociobiología y en la propuesta de William Hamilton se intenta ampliar las descripciones del “gen egoísta” en
el sentido de explicar al altruismo manteniendo la idea de Darwin de que el organismo más apto es aquel que
logra traspasar la mayor cantidad de su genes a la descendencia. La manera de lograrlo seria teniendo un
vástago directamente, o asegurando la supervivencia de sus parientes, con los que al compartir al menos 50%
de sus genes (en el caso de los hermanos) se garantiza que en solo una de sus crías se presente al menos un
25% de sus características. El altruismo de los insectos sociales (donde en algunos casos las hembras son
estériles), que se sacrifican por la reina y su descendencia, podría ser explicado de esta manera. En los
animales superiores podría utilizarse el mismo mecanismo explicativo u otros similares. Esta discusión que
realmente es posterior a los trabajos de Piaget sobre las teorías evolutivas, no afecta nuestra exposición que
intenta solo referir algunos tópicos que llevaron a nuestro autor a proponer otro mecanismo para el cambio
genético y su herencia.
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“Ahora bien, es evidente que, en la medida en que se
afina de este modo el concepto de selección, se aboca a
limitar la función del azar en la producción de las
variantes e incluso a concebirlo por razones de simetría,
como orientado en la dirección de los ensayos o
exploraciones, con algo aleatorio, pero en el interior de
las zonas de posible desequilibrio. Considerando la
fuerte integración de los elementos de la célula
germinal, L.White ha llegado incluso a la hipótesis de
una regulación de las mutaciones en función de
múltiples condiciones que tienen que cumplir para ser
compatibles con el conjunto del sistema.
Este mecanismo evolutivo se relaciona necesariamente con una concepción teleonómica del
desarrollo. La direccionalidad en los cambios del organismo en función de una mayor
“optimización” de sus formas organizativas, habrá de mostrar igualmente que la evolución
esta marcada por una vección hacia el “progreso”. Progreso, o evolución entendida como un
proceso hacia organismos que pueden diferenciarse cada vez más de las condiciones
estimulares del ambiente y por consiguiente con un mayor poder de anticipación y de
manipulación de este mismo ambiente.
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Con otras palabras, y ya para resumir todo lo dicho, la evolución filogenética (y todo
proceso de desarrollo) tiene una direccionalidad. La direccionalidad en la evolución se
entiende según el desarrollo de posibles. Toda nueva forma organizativa en un proceso
genético es un posible que se actualiza de acuerdo al su grado de optimización de los
procesos de adaptación del organismo. Este proceso de optimización habrá de entenderse
según una vección que muestra una línea ascendente hacia formas cada vez más liberadas
de lo inmediato y contingente, hacia formas cada vez mas liberadas de los contenidos, o de
las condiciones o particularidades de lo real.
El organismo opera con su estructura o forma organizativa dentro de unos límites que lo
sensibilizan a nuevos fenómenos y a sus nuevas posibilidades de desarrollo. Los eventos
externos percibidos y sus efectos “desestabilizadores”, así como las reorganizaciones
estructurales del organismo para hacer frente a los “obstáculos” externos, están contenidos
como posibilidades en una determinada organización viviente. Todo cambio en la forma
organizativa es “aceptado” en la medida que mejore la “eficiencia” del organismo y le
permite anticiparse a los mismos efectos desestabilizadores. Este proceso denominado
como “teleonomia” permite, según Piaget, entender la historia como un proceso continuo de
generación constante de la novedad, de ampliación de las formas de existencia.
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El concepto de representación o función simbólica en la obra de Piaget se inscribe en la tradición
europea, o más específicamente en la concepción de símbolo de Cassirer y S. Langer. Las diferencias con la
concepción de representación en las obras de Pierce, Morris o en toda la tradición anglosajona desbordan el
interés de este artículo. Por eso solo citaré más adelante la definición de Piaget sin debatir ni contextualizar
este concepto.
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III. CARACTERIZACIÓN DEL NIVEL PSICOSOCIAL
Piaget insistió permanentemente que la inteligencia y el conocimiento tenían un origen y
una relación estrecha con lo biológico. Aparte de la taxonomía de las especies y la
ubicación del hombre en ella como producto de la evolución, Piaget establece los vínculos
del conocimiento humano con lo biológico a través de sus conceptos de isomorfismo
estructural y de los invariantes funcionales.
Sobre los isomorfismos plantea que estos son parciales, ya que se pueden establecer
homologías o similitudes formales entre diferentes niveles evolutivos. El concepto de
organización (como características esencial de lo viviente) reclama modelos lógico -
matemáticos que puedan dar cuenta de la coherencia y sistematicidad de los organismos
vivientes. De esa manera podríamos establecer, gracias a los modelos formales utilizados
por Piaget, isomorfismos, igualdad de formas de organización en los diferentes niveles de
conocimiento de los seres vivos. El isomorfismo podría establecerse entre las formas de
conocimiento representacional, la inteligencia sensoriomotora, los instintos, el sistema
nervioso, el sistema genético etc.
A pesar de estos isomorfismos habría que reconocer, dice Piaget, que en cada nivel
evolutivo se presentarían ciertas características particulares que habrían de imponer ciertas
variaciones o leyes adicionales a las descripciones formales, es decir los isomorfismos
habrían de ser Parciales11.
Respecto a las correspondencias funcionales, afirma que en todos los niveles donde se
presenta la vida habrían de presentarse formas de organización y adaptación, como en el
apartado anterior ya hemos descrito.
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Piaget especifica los “isomorfisimos parciales” solo con algún detalle cuando aplicando el análisis de
las estructuras algebraicas al operatorio concreto añade para la descripción de este las “identidades especiales”
de la absorción, idempotencia y tautología. Estas leyes especiales harían de las formas operatorias del periodo
concreto una estructura de agrupación, es decir de grupos no perfectos matemáticamente. Cuando establece
los isomorfismos con el grupo de desplazamientos (la inteligencia sensorimotora) y el sistema neuronal se
refiere a otros autores pero sin especificar como se podría establecer con igual nivel de detalle qué en la
comparación es “isomórfico” y que es “parcial”.
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Piaget establecería el mismo esquema de análisis en sus “estudios sociológicos”. Las sociedades y los
individuos presentaran cortes en el desarrollo y un proceso hacia la mayor abstracción de las formas de
razonamiento o de regulación social. Posteriormente, en los años 70, no vuelve a hacer mención de este
esquema en el análisis de lo social.
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proceso desde formas mas elementales, mas indiferenciadas, mas ligadas a lo “concreto”13,
hasta formas mas diferenciadas, anticipadoras, “abstractas” e integradas con el ambiente.
Este salto cualitativo, esta ruptura en la evolución del conocimiento está dada por la
aparición de la función simbólica15 o representación. Con la función simbólica el hombre ya
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Entiéndase acá lo “concreto” comparando cada nivel con su consecuente. El operatorio concreto en
relación con el operatorio formal, debido a que su forma estructural solo se relaciona con hechos reales
existentes, el preoperatorio con el concreto en que sus juicios se dejan llevar por las apariencias perceptivas
abordadas, el sensoriomotriz en relación con el preoperatorio en que el objeto solo es aprehendido como
existente en sus relaciones con acciones motoras ligadas a un espacio presente de cortas dimensiones
espaciales y temporales.
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El concepto de diferenciación e integración ha tenido diferentes matices en la obra Piagetiana. A
nivel biológico lo describe en relación con el ambiente, siendo los animales superiores más “diferenciados” ya
que al “romperse” el instinto se posibilita la aparición de la inteligencia y con ella el manejo flexible del
ambiente. En el campo psicológico la diferenciación - integración la describe con mayor detalle al agregar a lo
anterior caracterizaciones cognitivas específicas de cada período del desarrollo. Así en el sensoriomotriz al
diferenciarse los esquemas reflejos (aprehensión, succión, etc.) el niño podrá realizar las conductas
inteligentes de “soporte”, “obstáculo”, y “búsqueda”. En el preoperatorio la diferenciación de perspectivas, en
el caso de la conservación p.ej. sería la consideración separada de dos dimensiones en la transformación de un
objeto, lo que posibilitara su integración en la respuesta correcta lograda en el operatoria concreto. Igualmente
la inversa y la reciproca al diferenciarse e integrarse posibilitan la aparición del operatorio formal.
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Concepto tomado de Cassirer y de S.K. Langer y que posteriormente nominó función semiótica para
darle un sentido mas abarcador. Sin pretender aclarar el sentido de representación para esta tradición, en
oposición a la concepción de Pierce y Morris, baste señalar que para los primeros esta consistiría en una
separación entra el signo (o mejor sema) y el hecho representado. Piaget se refiere a la representación como
la separación entre el significante y el significado, pero estos términos son bastante confusos ya que al
describir el pensamiento preoperatorio lo hace diciendo que se caracteriza por una fusión entre significante y
significado y el operatorio por una separación nuevamente de estos dos componentes semióticos. Así
independientemente de lo poco preciso que puede expresar Piaget sus conceptos de significante y significado
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no es un ser que esté adaptado a un nicho o ambiente particular, sino que es un ser que
transforma el ambiente, que crea sus condiciones al independizarse del presente hacia el
lejano pasado o el distante futuro.
Si los fenómenos físico-químicos son contenidos al igual que los fenómenos biológicos o
psicológicos, y si en todos ellos habrá de establecerse un vínculo en cuanto a su regularidad
y sistematicidad, su conocimiento solo habrá de ser posible a través de estructuras formales
que aprehendan su sistemático funcionamiento. Además, si la formulación explícita de
formas abstractas que permitan dar cuenta de todos los contenidos de lo real, solo es posible
al final del desarrollo, el conocimiento científico será la expresión de un desarrollo
evolutivo que al final de su proceso de diferenciación se torna autoconsciente.
preferimos entender este último en función de los esquemas asimilatorios del sujeto dejando al hecho real
particular el término de referente, o sentido si se quiere, y estableciendo así que la función simbólica sería la
separación entre el sema (la unión de significante y significado) y el hecho real. Esta posibilidad permitiría
entender mas claramente la propuesta constructivista de la postura piagetiana en clara oposición con la
tradición que iniciando en Pierce y Morris, Ch. acaba en el concepto de representación de la psicología del
procesamiento de información. Esta temática es aclarada en otra parte con mayor detalle (Yañez - Canal;
Tarazona; Caicedo, 1987).
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orgánicos y mentales por lo tanto entre los esquemas internalizados y conceptualizados de
la inteligencia”... “En una palabra, entre la adaptación biológica, vinculada a los
intercambios materiales con interpretaciones directas, y la adaptación cognitiva
(percepción, memoria, hábitos e inteligencia) caracterizada por intercambios funcionales a
distancias siempre mayores en el espacio y el tiempo, parecen existir en especial una
diferencia de campos, y esta extensión de los intercambios, en que consisten los
mecanismos cognitivos, sería lo que haría posible una equilibración y una reversibilidad
inaccesibles en un campo movedizo por ser demasiado restringido” (Piaget 1979, pág. 125).
Si las formas biológicas, por ser un sistema abierto, estaban sometidas permanentemente a
desequilibrios, en el sistema lógico-matemático se logra el cierre y por tanto el equilibrio
(aunque móvil)16, ya que pueden aplicarse a cualquier contenido o situación real
manteniendo las mismas reglas de composición y transformación. Esta diferenciación de
forma y contenido hace que en la historia humana aparezcan nuevos fenómenos como la
autonomía, la toma de conciencia y lo que es más importante, la inversión del principio
biológico de que a mayor organización menores posibilidades de desarrollo. Es decir con el
desarrollo de las formas lógico-matemáticas se posibilita una ampliación de la razón
humana al infinito, ya que a su mayor complejización es mayor la posibilidad combinatoria
y las construcciones racionales.
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Esta afirmación de Piaget la hizo en su período de 1945-1970, cuando retomaba como modelo
matemático las estructuras de las Bourbaki, que habiéndose sugerido como estructuras madres de la
matemática no exigirían nuevas formalizaciones posteriores. Así, si hay una matriz de la que se derivarían
todas las formas matemáticas, la consecución de las estructuras operatorias formales, donde habrían de operar
de forma más pura los “grupos matemáticos”, ejemplificaría la adquisición de una “competencia” matemática
que no exigiría un desarrollo posterior en términos de nuevas estructuras operatorias, sino mas bien de
delimitación de particularidades y nuevas leyes matemáticas. Esto es lo que entiende Piaget por “equilibrio
móvil” que en términos psicológicos significa que después del operatorio formal no es necesario proponer otro
período con diferencias estructurales, a pesar de que habrían de desarrollarse formalizaciones específicas
dependiendo de las nuevas áreas disciplinarias. Posterior y paralelamente a la crítica a la postura
estructuralista en matemáticas, Piaget introduce la posibilidad de retomar la teoría de categorías y morfismos y
establece una propuesta del desarrollo y de la descripción de las estadios (especialmente del preoperatorio y
en los estudios sobre las correspondencias) que a pesar de partir de otro modelo matemáticos no lo llevan a
cuestionar sus períodos del desarrollo y más particularmente sus estadios últimos, a pesar de matizar la
formulación de un final en el desarrollo.
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de los organismos, y si los organismos a su vez se originan de fenómenos físico-químicos,
podría afirmarse que las estructuras formales son producto de esta evolución de la
naturaleza. La lógica y la matemática son simplemente una ampliación de las acciones del
organismo y por lo tanto una mayor posibilidad de control y anticipación de los fenómenos
naturales (Piaget 1975, 1978, 1979). Si las formas lógico-matemáticas son un producto
evolutivo y tienen su origen en formas anteriores de comportamiento, deberán entenderse
así mismo como formas de adaptación y por tanto como productos de una relación entre los
organismos y el mundo. El que la relación entre las formas organizativas y el mundo real se
dé de manera más mediata en las estructuras lógico-matemáticas no la sustraen de su
función biológica de ser una forma de conocimiento estrechamente ligada y relacionada con
lo real.
La diferenciación entre las ciencias hace que los criterios epistemológicos para la psicología
sean bien particulares. Criterios que diferenciarían a la psicología de las disciplinas físico-
químicas, ya que en la primera los fenómenos de conciencia, objetivo de la comprensión
psicológica, contemplan los valores y la significación.
“Al mismo tiempo que se constituyen las relaciones de “designación” entre significantes y
significados, estos se coordinan entre sí de una manera sui géneris que no se confunde con
la causalidad y que caracteriza la conciencia como tal. En efecto, una idea no es causa de
otra idea, ni un valor de otro valor en el mismo sentido en que un movimiento produce, o
un choque hace desviar una trayectoria, sino que existe entre ellos una forma de enlace,
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cuyas variedades superiores admiten la necesidad lógica, o la obligación moral, que son
irreductibles a esas comparaciones físicas...” “...llamaremos implicación en sentido amplio
a este modo de enlace, lo cual quiere decir, en todos los niveles que una significación trae
consigo otra, de acuerdo con una relación de implicación” (Piaget 1970 pág. 114).
Estas formas organizativas corresponderían a los períodos descritos por Piaget para dar
cuenta del desarrollo del niño, en donde por ser estas formas estructuras “incompletas” su
abordaje habrá de ser en términos de una implicación en sentido amplio” relegando el nivel
explicativo al plano neurofisiológico. (Piaget 1975b).
Las ciencias de la “implicación en sentido amplio” tendrán como objeto de estudio las
actividades organizativas del ser humano, que en sus fases iniciales de desarrollo habrán de
manifestar formas de organización “primitivas” donde la forma y el contenido se fusionan,
debido a que el individuo posee en ese período formas que funcionan de maneras no lógicas
e integradas.
15
La “impredecibilidad” de los comportamientos humanos habrá de considerarse como
temática de estudio en una disciplina psicológica que tendrá por tarea el abordar los
comportamientos de escalones previos al estado final esperado por la evolución de la
naturaleza. Una naturaleza que al “diferenciarse cada vez más de sí misma” habrá de dejar
ser paulatinamente menos humana, menos viviente, menos limitada por las características
inmediatas de lo real. Una naturaleza que al convertirse en algo cada vez más distanciada de
sí misma, podrá tomar conciencia de todo aquello que la limita en su desarrollo. Una
conciencia que se expresa cabalmente cuando superando sus limitaciones reales, inscribe
estas limitaciones ya como manifestaciones particulares de un campo de posibilidades que
las desbordan. Este posible expresado en modelos formales suficientemente potentes y
acompañado por una teoría evolutiva que abarca todo lo real, es la teoría Piagetina. Teoría
que se propone con el propósito de reinterpretar e integrar posiciones opuestas en diferentes
disciplinas. Esta nueva teoría pretende convertirse en una toma de conciencia de la
evolución y del operar de todas las disciplinas científicas. El estadio más evolucionado de la
reflexión sobre la naturaleza, sería alcanzado por el proyecto piagetiano, que pretendiendo
unificar las ciencias cree ofrecer un marco donde se superen las diferencias y se logre un
trabajo interdisciplinario unificado a partir de acuerdos sobre su concepción evolutiva.
En ánimo de defender la vida ojala que las generalidades propuestas para evitar las
discordancias permitan todos las desequilibrios posibles, para que nos sigamos preguntando
por el movimiento, por el cambio, por las imposibilidades de llegar a acuerdos definitivos,
para que sigamos sospechando por puntos últimos... para que genios como Piaget sigan
planteándose preguntas nuevas y sueños de integración.
SISTESIS Y CONCLUSIONES
La propuesta biológica de Piaget tiene una serie de implicaciones en un campo amplio de
preocupaciones teóricas:
1. Por un lado le permite proponer una conceptualización del desarrollo novedosa. Una
concepción del desarrollo que debe contemplar.
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2. Igualmente la propuesta biológica le permite a Piaget establecer la originalidad de la vida
y la conciencia humana y sus vínculos estrechos. A pesar de que la novedad de estos
fenómenos se resisten a la reducción de sus procesos, Piaget intenta vincular las formas
de conocimiento a los procesos más elementales de adaptación viviente.
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Igualmente análisis similares realiza Piaget al entrar en la discusión sobre la historia de la ciencia. En
esta temática intenta asumir una posición intermedia entre Kuhn, Feyerabend, Lakatos, Bachelard y otros
autores. Su modelo del desarrollo lo lleva a aceptar la idea de progreso y de un criterio racional para la
validación de las teorías científicas. Pero debido a que esa temática exige otros elementos para su clarificación
que se alejan del propósito de este ensayo, fue evitado su tematización. (Ver Yañez Canal. Tarazona; Caicedo,
Guzmán 1987).
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BIBLIOGRAFIA
Bertalanffy, L. Teoría general de los sistemas. Fondo de cultura económica. México, 1976.
Piaget, J. Los procesos de adaptación. Ediciones nueva visión. Buenos Aires, 1977.
Ruíz de Gopegui, Luis. Gibernética de los humano. Editorial Tecnos S.A, Madrid, 1983.
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