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Respondiendo al argumento: El festejo “X”

es “Pagano” y por ende, los cristianos no


debemos festejarlo.
Por Chris Du-Pond

Respondiendo al argumento:
El festejo “X” es “Pagano” y por ende, los
cristianos no debemos festejarlo.
Cuando llegan a la cultura ciertos festejos, muchos cristianos (algunos
con celo genuino y buenas intenciones) afirman que tal festividad es
“pagana” o “inmunda” y que por eso debemos desecharlo. También
juzgan (muchas veces injustamente) a otros cristianos que sí festejan
tales días.
Pensemos un poco en esto. Primero, habría que definir lo que significa
que algo sea “pagano”.
El paganismo se refiere a la práctica de
dar honor a un objeto creado (o a un dios
creado) en lugar de darle la honra y el
lugar que a Dios se le debe.
De esto se derivan dos cosas:
Primero, no hay “cosas” paganas. El paganismo se deriva del lugar y
la INTENCIÓN en el corazón de las personas al ejecutar cierta actividad.
Quisiera enfatizar este punto. EL PAGANISMO ES UNA ACTITUD DEL
CORAZÓN y por ende, para saber si una práctica es pagana o no, es
necesario saber la intención del corazón. Esto es el centro del
problema. 
El paganismo es una actitud del corazón y por ende, para saber
si una práctica es pagana o no, es necesario saber la intención
del corazón. 
Por ejemplo: se me ha preguntado si quemar incienso está prohibido por
el cristianismo. Ya que la biblia no prohíbe tal actividad, el siguiente
paso consiste en conocer la INTENCIÓN de la persona al quemar
incienso. Hay dos respuestas típicas que puedo recibir:
La persona podría responder que le gusta el perfume del incienso.
Por otra parte, podría responder que el incienso ahuyenta a los “malos
espíritus”.
Veamos cuál es la intención en cada caso: En el primero, la intención es
la de disfrutar el aroma del incienso. No hay nada en la Biblia que
prohíba esto. Por ende, es permitido. Pero si alguien desea abstenerse,
también es permitido. Esto es una cuestión de preferencia personal y de
conciencia.
En el segundo caso, la intención es la de ejercitar una práctica contraria
a la Biblia: es decir, la persona tiene la intención de interactuar con los
espíritus malignos de manera errada porque sólo Dios tiene poder sobre
los espíritus inmundos y es por medio del poder de Cristo que se deben
exorcizar. No por medio del uso de aromatizantes. Esto es paganismo
porque la persona está quitando el lugar que le pertenece a Dios y
en su lugar está usando el incienso.
El apóstol Pablo coincide: En su carta a los romanos escribe que los
cristianos debemos dejar de juzgarnos unos a otros, sin tener razón, por
estas costumbres de origen “inmundo”. Esto es lo que Pablo dice:
“Por tanto, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más
bien decidan esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al
hermano. Yo sé, y estoy convencido en el Señor Jesús, de que
nada es inmundo en sí mismo; pero para el que estima que algo
es inmundo, para él lo es”. Rom. 14:13-14.
Quisiera enfatizar tres aspectos de esto:
Primero, los cristianos debemos dejar de juzgarnos por estas
cuestiones de intención y conciencia. No es productivo.
Segundo, Pablo mismo afirma que “NADA ES INMUNDO EN SÍ MISMO”.
Dios es el creador de todas las cosas y de todos los días. Ni las cosas ni
los días son inmundos o paganos por sí mismos sino por
la INTENCIÓN que las personas les confieren.
Tercero: Pablo también dice que no seamos un obstáculo o piedra de
tropiezo. Esto es: que la gente no se aleje del evangelio al vernos
participar de alguna actividad. El argumento de Pablo es que si la fe de
una persona va a flaquear al verte participar de alguna actividad, mejor
no lo hagas. Sin embargo, casi todos los cristianos entienden esto como
“me ofende que festejes la navidad, por ende, debes dejar de hacerlo”.
Pablo nunca argumentó así. Si te ofende que tu vecino cristiano ponga
árbol de navidad, examina tu propio corazón para ver qué está mal en
ti. Hasta ahora no he conocido a nadie cuya fe haya flaqueado por poner
un adorno en su casa o festejar que Jesús nació. Pero sí he visto a
muchas personas flaquear en su fe por el legalismo de cristianos
fundamentalistas en guerra con un adorno que en nada afecta la pureza
del evangelio.
Amigos y hermanos, les ruego que paren de juzgar a otros creyentes
que aman el festejo de la navidad o gustan de poner un árbol de
navidad (o cualquier otra cosa similar) en su casa porque estas cosas no
son ni paganas ni inmundas al menos que la INTENCIÓN de la gente al
festejar esto vaya ligada a quitarle la honra a Dios. Precisamente los
primeros cristianos comenzaron a festejar la Navidad para darle honra a
Dios y al nacimiento de Cristo. Cuando pongo un árbol de Navidad, no
estoy honrando a ningún dios de la antigüedad. ¡Es un adorno! Y como
la Biblia no prescribe festejar el natalicio de Jesús, uno puede
tranquilamente abstenerse de hacerlo si así le place.
Me da tanta pena y tristeza que Pablo es claro en estos puntos, pero que
los cristianos sigamos juzgando a otros por poner un adorno o por
honrar el sacrificio y nacimiento de Cristo.
Si vas a juzgar a alguien por que participa en alguna práctica o
festejo, primero necesitas saber la intención de su corazón. De
lo contrario estarás juzgando injustamente.
La Navidad ni es inmunda ni es pagana. De ello he escrito en detalle y
no lo repetiré aquí.
Si tú crees que un festejo X es pagano o inmundo, es porque tú le has
conferido ese valor y estás en tu derecho de abstenerte. Pero paremos
ya de juzgar a otros hermanos al menos que conozcamos las intenciones
de sus corazones. Si lo hacemos, no hemos hecho más que caer en el
legalismo y causar división por un asunto que no es de doctrina central y
del cual la misma palabra de Dios nos dice: “nada es inmundo en sí
mismo”.
Cristo nos ha dado libertad de adorarle en espíritu y en verdad. No
volvamos a ponernos las cadenas de la religiosidad y del legalismo de
las que nos ha librado. Si vas a juzgar a alguien por que participa en
alguna práctica o festejo, primero necesitas saber la intención de su
corazón. De lo contrario estarás juzgando injustamente.
No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio. Juan 7:24

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