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Financiamiento de la Empresa
Cristián Herrera & José Antonio Gaspar
Benjamín Gutiérrez P.
Derecho UC 2018
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I. TÍTULOS DE CRÉDITO
Los títulos de crédito se enmarcan dentro del género de los títulos – valores.
Ej. Pagaré1: un distribuidor compra productos al fabricante para luego vendérselos al retail. Si el
distribuidor no tiene caja para pagar o teniéndola prefiere invertir esos fondos en otras operaciones
más urgentes o necesarias, pactará un plazo para pagarle al fabricante. ¿Cómo se documenta esta
obligación a plazo? El mecanismo más tradicional para estos efectos es el pagaré. En otras palabras,
el distribuidor suscribe un documento formal llamado pagaré en el cual consta su obligación de
pagar una determinada suma en un determinado plazo. El fabricante, a su vez, también tendrá
relaciones comerciales con sus propios proveedores de materias primas. Una manera de pagarle a
estos proveedores será mediante la transferencia del pagaré que tiene en su poder. Esto puede seguir
sucesivamente en la cadena productiva. Una vez que llegue la fecha de vencimiento del pagaré, le
cobrará al distribuidor aquel que tenga el portador.
Este ejemplo da cuenta de la llamada economía del crédito; sin haber desembolsos monetarios ni
préstamos de dinero, se van realizando distintas operaciones comerciales.
Una variante del ejemplo anterior se da en el caso de que el portador del pagaré quiera obtener
liquidez de forma rápida, por ejemplo, porque pagaré vence en 30 días más y el que tiene el pagador
necesita dinero hoy. Aquí entra al juego la operación bancaria conocida como operación de
descuento. El banco comprará el pagaré aplicando una tasa de descuento, la cual se determinará
con un análisis previo de riesgo.
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El pagaré es el título de crédito más utilizado. No obstante que solo es regulado expresamente por unas pocas normas de
la Ley Nº 18.092, le son aplicable los artículos relativos a las letras de cambio por una remisión expresa dentro de la
misma ley.
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I.1 LOS TÍTULOS – VALORES
El título – valor puede definirse como un documento transferible cuya posesión es necesaria para
ejercer el derecho literal y autónomo que en él se representa.
Estos títulos representativos de mercaderías se alejan del derecho tradicional de los bienes,
específicamente en aquello que dice relación con la transferencia del dominio; esto con el fin de
facilitar el tráfico y circulación de los bienes. Estas figuras muy propias del comercio nacieron en
Italia.
Cuando el título representa ciertos derechos que le corresponden al titular o poseedor del mismo
título, nos estamos refiriendo a los títulos de participación social o valores mobiliarios:
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En cambio, el que pone en circulación el título de crédito sí responde del pago del crédito. Es muy
distinto para un banco adquirir un crédito regido por el derecho común a recibir un crédito que
consta en un pagaré. Esta es la primera gran ventaja que da un atractivo especial a los títulos de
crédito.
En segundo lugar, para que la cesión de un crédito sea oponible al deudor conforme a las normas
del derecho común, es necesario que la cesión se notifique o sea aceptada por el deudor. Tratándose
de títulos – valores, el deudor (el suscriptor del pagaré, el transportista que emitió el conocimiento
de embarque) no tiene que intervenir para que se transfiera el crédito. Esto quiere decir que un título
– valor tiene mayor facilidad en su circulación.
En tercer lugar, en el derecho común, el crédito cedido arrastra todos sus vicios y situaciones
propias del contrato que le dio origen3. Por ejemplo, en una compraventa pueden darse una serie
de situaciones por las cuales el comprador podrá excepcionarse de pagar el precio (ej. problema de
evicción, de vicios redhibitorios, etc.). También podría haber un problema de falta de validez, de
ausencia de personería, etc. En cambio, en el caso del título de crédito, si la misma obligación de
pagar el precio consta en un pagaré, ese crédito que circula no arrastra los vicios y defectos del
contrato que dio origen a la obligación respectiva. Así, por ejemplo, cuando el banco vaya a cobrar
el pagaré, el suscriptor no podrá oponer excepciones de inoponibilidad, nulidad, inexistencia, entre
otras, propias de la relación jurídica subyacente. Estos problemas solo se ventilarán dentro de esta
relación jurídica que dio origen a la cadena de transferencias. Esta ventaja es otro presupuesto de
una economía del crédito.
Desde el punto de vista de los bienes, el título de crédito es un bien mueble corporal,
precisamente porque el documento es un bien mueble corporal. Luego, se le aplicarán las
normas generales de los bienes corporales muebles.
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Inoponibilidad de las excepciones:
Artículo 28.- La persona demandada en virtud de una letra de cambio no puede oponer al demandante
excepciones fundadas en relaciones personales con anteriores portadores de la letra.
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En el caso que esto ocurra en la misma relación jurídica subyacente, entonces ahí el efecto no será tal.
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2. Declaración unilateral del deudor: el derecho subyacente al documento emana de una
declaración unilateral del deudor, la cual no está sujeta a aceptación para que nazca
jurídicamente. Por el contrario, en el derecho común, normalmente las obligaciones emanan de
una convención previa. La unilateralidad en el caso de los títulos – valores no solo se aplica
para el emisor inicial, sino también al mecanismo más común de circulación, cual es el endoso
(firma unilateral). Hay que tener presente además que el solo hecho de endosar genera
responsabilidad para el endosante frente al portador que cobre el respectivo título
(solidaridad cambiaria).
3. Obligación irrevocable: otra característica importante es que las obligaciones que constan en
el pagaré son irrevocables. Esto refuerza aún más la certeza que existe en el crédito.
4. Autonomía de los títulos de crédito (art. 28 de la Ley Nº 18.092): el derecho que consta en el
documento es autónomo en un cierto sentido. Quien adquiere el derecho de cobro que consta en
el título lo hace a título originario y no derivativo. Esto está muy vinculado a una característica
ya revisada. La adquisición a título originario impide que se le opongan al adquirente los vicios
y demás problemas anteriores para excepcionarse del pago (ej. mandatario que suscribió el
pagaré no tenía poderes suficientes). No hay un mismo crédito que se va transfiriendo de uno a
otro como ocurre en el derecho común, sino que cada vez que se endosa hay un nuevo derecho
de cobro. De ahí que en realidad estas figuras no correspondan en propiedad a la institución de
la cesión de créditos.
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El clásico principio de la transferencia del dominio en virtud del cual nadie puede adquirir más
derechos sobre una cosa que los que tenía aquel que la transfirió no tiene aplicación en cuanto a
los títulos de crédito. Este legítimo principio cede ante la necesidad de seguridad, certeza y
rapidez en la circulación propias de los títulos de crédito.
Si los títulos de crédito no tuvieran estas características, el nuevo acreedor tendría que efectuar
análisis complejos cada vez que quisiera adquirir un crédito y también cada vez que quisiera
cobrarlo.
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5. Legitimación: la legitimación dice relación con quién tiene el derecho de cobro del crédito que
consta en el documento respecto. El titular de este derecho de cobro no necesariamente será el
propietario jurídico genuino del derecho que se cobra. La legitimación la tiene el portador del
documento, en la medida que lo haya adquirido en conformidad con la ley de circulación propia
del documento.
En ciertas áreas del derecho se ve reflejado lo que se conoce como la doctrina de la apariencia
jurídica. Se trata de casos en que prima la apariencia jurídica por sobre el derecho genuino.
Esto es precisamente lo que ocurre con la legitimación para el cobro en los títulos de crédito.
Artículo 26.- El tenedor de una letra de cambio se considera portador legítimo si justifica
su derecho por una serie no interrumpida de endosos, aunque el último esté en blanco.
Para este efecto, los endosos tachados o borrados se tienen por no escritos. Cuando a un
endoso en blanco sigue otro endoso, se reputa que el firmante de éste ha adquirido la letra
por el endoso en blanco.
Desde el punto de vista del deudor, éste solo tiene que pagarle al portador del documento
(legitimación pasiva). El deudor se libera del pago válidamente pagándole al legitimado activo.
Nuevamente, la regla del art. 31 da mayor certeza al crédito. Si el deudor pudiera exigir que se
le acreditara toda la cadena de endosos, entonces el cobro se haría mucho más difícil.
Artículo 52.- El portador de una letra de cambio pagadera a día fijo, a un determinado
plazo contado desde la fecha, o desde la vista, debe presentar la letra para el pago el día
de su vencimiento o al día siguiente hábil si fuere éste festivo o feriado bancario.
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Desde el punto de vista del pagador (deudor, suscriptor, garantes), éste pagará contra la entrega
del documento, el cual generalmente será estampado como cancelado o se podrá dejar
constancia del recibo5. Para efectos contables y tributarios, el documento servirá de respaldo
para ciertas operaciones.
La necesariedad del documento también se manifiesta en el caso que se quiera trabar una
medida precautoria sobre el mismo. En el derecho común, es posible trabajar un embargo sobre
un crédito, para lo cual se requiere notificar al deudor. En cambio, tratándose de títulos de
crédito, el art. 57 contempla la llamada aprehensión del documento.
7. Literalidad: los términos del derecho que consta en el documento, su contenido, su extensión,
su plazo, emanan exclusivamente del tenor literal del documento. El derecho de cobro está
restringido a lo que literalmente figura en el documento. Asimismo, el deudor debe pagar en
conformidad a los términos estrictos del documento.
La ley regula ciertas menciones obligatorias para los pagarés (ej. suma determinable o
determinada de dinero: si no se mencionan el reajuste y los intereses entonces no se pueden
cobrar).
Otra consecuencia de la literalidad es que cada endosante se obligará por la literalidad del
documento al momento del endoso, incluso en el caso que haya habido una adulteración del
documento.
Artículo 15.- En caso de adulteración de una letra de cambio los signatarios anteriores se
obligan conforme al texto original y los posteriores conforme al nuevo texto.
Por regla general, cuando se emite un título de crédito y luego se transfiere, las relaciones
jurídicas causales subyacentes subsisten y, por lo tanto, coexisten dos obligaciones jurídicas
(una sola económica). Por ejemplo, el acreedor tendrá la acción para exigir el cumplimiento del
pago del saldo de precio y también tendrá la acción para exigir el pago del pagaré. Esto
funciona así salvo en caso de pacto en contrario. Solo con una mención expresa podrá
considerarse la emisión o endoso de un pagaré una novación, de manera que se entienda que el
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Ej. art. 54.
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pagaré se entrega en pago de la obligación. Si esta mención no se hace, se correrá el riesgo de
que el suscriptor tenga que pagar dos veces, una a su acreedor y otra al portador del título (sin
perjuicio de que pueda haber un caso de enriquecimiento sin causa).
Artículo 12.- El giro, aceptación o transferencia de una letra no extinguen, salvo pacto
expreso, las relaciones jurídicas que les dieron origen, no producen novación.
El pago de una letra emitida, aceptada o endosada para facilitar el cobro de una
obligación o para garantizarla, la extingue hasta la concurrencia de lo pagado.
A partir de todas estas características y consideraciones, podemos sostener que los principales
principios del derecho cambiario son los siguientes:
1. Principio de la incorporación del derecho.
2. Principio de la necesariedad.
3. Principio de la literalidad.
4. Principio de la autonomía.
5. Principio de la independencia de las firmas.
6. Principio de la abstracción.
7. Principio de la unilateralidad.
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Los títulos a la orden son la regla general.
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2. Públicos o privados:
a. Títulos públicos:
ii. Emitidos por empresas estatales: como por ejemplo, por el Metro.
3. Civil o mercantil:
Puede ser que la relación contractual que esté detrás de la emisión del titulo sea en alguna parte
de la cadena civil, y entonces pueda decirse que el titulo sea civil, pero ese análisis es muy
casuístico. Para simplificarnos, y dado que lo que nos interesa son los títulos de créditos como
los pagarés, letras de cambio y cheque, entendemos que son mercantiles (art. 3º Nº 10). Con
independencia de cuáles son las partes intervinientes y del objeto o causa del negocio
subyacente, todo lo que dice relación con letras de cambio, pagarés o cheques se considera un
acto mercantil (es un acto de comercio formal).
5. Abstractos o causados:
a. Títulos abstractos: aquellos en que la causa, el negocio, contrato o acto subyacente que
da origen la emisión de ese título no está expresado en el documento, o aunque se
expresa no fuere relevante. En un pagaré, basta que me presente con él; el título es
abstracto y completo, es autosuficiente, se basta por sí solo.
b. Título causado: se menciona la causa o lo que hay detrás. Por ejemplo, las acciones,
estas mencionan la escritura de constitución, los estatutos, etc. por lo tanto, puedo tener
un título de acciones, estar inscrito en el registro de accionistas, pero no por ello
significa que necesariamente podré ir a la sociedad para que me pague un dividendo,
para ello tengo que estar a lo que digan los estatutos, para ver la oportunidad, el órgano
que se pronuncia, cual fue el acuerdo que se tomó en la junta para ver el monto, la
fecha en que me van a pagar, etc.
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6. Materiales o desmaterializados:
a. Títulos materiales: tienen un soporte físico.
b. Títulos desmaterializados: no hay un soporte físico, sino que electrónico. Eso es propio
del mercado de valores (colocaciones masivas), normalmente en la vida comercial
estamos hablando de títulos corpóreos, pero a nivel de mercado de valores en general se
está utilizando cada vez más los títulos desmaterializados, donde las transferencias se
anotan de modo electrónico. Esto se hace para facilitar la operatoria, ahorrar costos, etc.
Hay quienes sostienen que junto con los títulos valor hay títulos impropios, por ejemplo, la
tarjeta BIP, un cartón de bingo, el recibo de guardarropía, etc., serían todos documentos, títulos
que se vinculan a documentos que si bien permiten el ejercicio de un derecho y acreditar quién
es el legitimado para obtener una determinada prestación, no son títulos destinados a circular.
I.2 PAGARÉ
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Lo anterior supone que la mayor parte de lo que hablaremos acá estará redactado en el contexto de
una letra de cambio, por lo que habrá que ver cómo se aplica aquello al pagaré. Esto obliga a
explicar cómo funciona la letra de cambio.
Tenemos a un comerciante en Génova que se embarcará a Alejandría para comprar mercadería, que
luego las llevará de vuelta a Génova para comercializarlas. Para lo anterior necesita dinero para
llegar a Alejandría, con todos los riesgos propios que significa trasladar tal cantidad de dinero. El
comerciante va a lo que en ese entonces se consideraba un “banquero”, a quien le entrega un saco
de dinero para que su corresponsal en Alejandría, ese otro banquero con el cual opera, le entregue
ese dinero allá. El banquero de Génova emite un documento que dice que ordena a su corresponsal
en Alejandría para le entregue al comerciante la suma de X. Así, no tiene necesidad de acarrear el
dinero, sino solo un papel que representa una orden de pago.
En una letra de cambio, a diferencia del pagaré donde se ve una única firma al momento que nace la
obligación del suscriptor, habrán dos firmas: del que da la orden y de quien acepta la orden. Si fuera
un pagaré, el aceptante se llama suscriptor. Cuando veamos la palabra “aceptante” en la Ley Nº
18.092, para efectos del pagaré ese es el “suscriptor”. Por eso si nos vamos a las normas especiales
del pagaré, el art. 106 establece que [e]l suscriptor de un pagaré queda obligado de igual manera
que el aceptante de una letra de cambio.
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Esto es muy parecido a los cheques: en los cheques, al momento de girarlo, se le da una orden de
pago al banco. Eso sí, la diferencia es que con el cheque se entiende que ya está aceptado, lo que no
ocurre en la letra de cambio.
El pagaré se puede definir como un título de crédito que contiene una promesa de pago, no
sujeta a condición, de pagar una suma determinada o determinable de dinero a su
vencimiento a favor del beneficiario (el tomador del documento).
Esta definición tiene una deficiencia, cual es que habla de promesa. Sin perjuicio de que la ley
emplea ese término, es mejor hablar de obligación de pago porque ‘promesa’ se puede confundir
con la promesa de celebrar un contrato.
1. La primera función económica del pagaré, recogida en el art. 12, es facilitar el cobro de una
obligación. Sabemos que hay una obligación subyacente, la cual se documenta con un pagaré,
lo que permite facilitar la economía del crédito (en sentido económico, que permite obtener
plazo: se está dispuesto a dar un mayor plazo porque detrás hay un documento). Eso sí, la
obligación de pago del precio no se ha extinguido; ambas obligaciones coexisten, pero pagado
el pagaré se verá pagada la obligación causal.
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Artículo 102.- El pagaré debe contener las siguientes enunciaciones:
3.- El lugar y época del pago. No obstante, si el pagaré no indicare el lugar del pago, se
entenderá que éste debe efectuarse en el lugar de su expedición; y si no contuviere la fecha
de vencimiento, se considerará pagadero a la vista;
1. Denominación de ser un pagaré (art. 102 Nº 1): normalmente en el encabezado dirá pagaré. El
art 102 permite que la indicación de ser pagaré pueda estar escrita en un idioma u otra,
dependiendo del idioma del título. Si yo tengo un pagaré donde todo el contenido está en
español, debe decir pagare en español, pero si está documentado en ingles, la indicación de
pagaré será en inglés (promissory note).
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3. Nombre y apellido del beneficiario o la persona a cuya orden se ha de efectuar el pago, o la
indicación que es pagadero al portador (art. 102 Nº 4): que hable de nombre y apellido no
quiere decir que los únicos beneficiarios en cuyo favor se pueden suscribir pagarés sean
personas naturales; es una obviedad absoluta que el pagaré pueda ser a favor de PJ.
Esta distinción que hace la ley entre beneficiario, la persona a cuya orden se ha de efectuar el
pago o que sea pagadero al portador incide en la circulación. No es que haya que seguir
literalmente lo que está acá: la única que realmente es necesario que se exprese es al portador,
pero en los otros casos hay que tener presente que si nada se dice, el pagaré se entiende que se
ha girado a la orden (endosable). A menos que se exprese que es al portador, o que se diga que
es nominativo o no endosable, se entiende que el pagaré es a la orden (art. 18).
5. Firma del suscriptor de pagaré (art. 102 Nº 6): si bien habla solo de la firma, conviene agregar
el nombre completo de suscriptor o razón social de la PJ, su RUT, etc., de modo que quede
individualizado el deudor.
Si falta alguna de estas menciones esenciales, el art. 103 establece no que el pagaré es inexistente o
nulo, sino simplemente que no valdrá como pagaré (conversión), es decir, valdrá como un simple
instrumento privado, que podría servir para ejercer acciones ordinarias como instrumento
probatorio.
Hay otras menciones en el art. 102, como el Nº 3, que son no esenciales puesto tienen una norma
supletoria. Por ejemplo, el lugar del pago: lo normal es agregar una cuenta bancaria, es decir, que se
haga mediante transferencia bancaria, pero si nada se dice, se deberá pagar en el lugar donde se
haya emitido el pagaré (art. 102 Nº 3). ¿Cuál es el lugar de emisión del pagaré? Será el que se
indique, pero si no se indica se entiende que fue emitido en el domicilio del suscriptor (art. 1º Nº 2).
Si no se indica el lugar de expedición (art. 102 Nº 5 primer ítem) hay norma supletoria, que es el
domicilio del suscriptor (art. 1º Nº 2).
La otra mención que no es esencial es la fecha de vencimiento (art. 102 Nº 3): si no se indica, se
entiende que es la vista (pura y simple), es decir, cuando se presenta a pago se tiene a la vista y se
paga, sin considerar ningún plazo adicional. Eso sí, tiene un plazo de prescripción. No es lo normal,
generalmente hay un plazo detrás.
1. Reajuste: si solo se indica una suma y no se indica nada más, aquella no será reajustable.
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2. Intereses: no porque se adeude una suma a plazo necesariamente devengará intereses, sino que
se tiene que indicar qué intereses y desde qué fecha hasta qué fecha (por ejemplo, desde la
suscripción hasta la fecha del pago, o bien desde la mora hasta la fecha de pago, etc.).
a. “Devuelta sin gastos” quiere decir que quien cobra el pagaré se puede devolver en la
cadena sin los gastos del protesto.
5. Se pueden agregar otras cosas en la medida que no alteren la esencia del pagaré, como causales
de aceleración, es decir, la obligación se hace actualmente exigible anticipadamente porque
estaba sujeta a condición, por ejemplo, cuando el pagaré indica una suma que se pagará en
cuotas, y el no pago hace exigible de manera inmediata las restantes cuotas. Esto lo permite el
mismo art 105 (si no se agrega no hay aceleración). Podríamos pensar que con esto el tema que
el pagaré no esté sujeto a condición es relativo, y es así: lo importante es que al comienzo el
pagaré no esté sujeto a condición, pero si se pueden agregar otros hechos posteriores sujetos a
condición.
Normalmente en los pagarés en garantía falta la mención del monto y la fecha, por ejemplo, cuando
se deja un pagaré en garantía a una clínica. Mientras no se completen dichas menciones no es
pagaré, pero cuando la clínica las completa si lo será. Esto se permite en el art. 11. Se faculta a
cualquiera de los tenedores legítimos a completar esas menciones. Las menciones esenciales deben
constar en el pagaré al momento del cobro. El pagaré será completado en virtud de un mandato
otorgado previamente.
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circunstancia. Esta exoneración de responsabilidad no podrá hacerse valer respecto del
tenedor de buena fe.
Todo lo anterior no obsta al ejercicio de las acciones penales que fueren procedentes.
Así, sin perjuicio que hay menciones esenciales para que el pagaré pueda ser cobrado, es posible
emitir pagarés sin todas las menciones esenciales, en la medida que estas consten en el pagaré al
momento del cobro. Esto se denomina “pagaré en blanco”, por lo que la forma en que se completa
es a través de un mandato que le doy a quien le entrego el pagaré para que lo llene conforme a
instrucciones que se han señalado.
Si hay una contravención al mandato, quien lo suscribió puede oponerse. Ahora, por ejemplo, la
clínica toma ese pagaré y lo completa, pero lo hace por el doble, es decir, no cumple el mandato.
Acto seguido, lo hace circular, por ejemplo, lo endosa al banco, que se lo va a cobrar al paciente. En
la medida que el tenedor esté de BF, el suscriptor tendrá que pagar, y luego se podrá dirigir por
ejemplo, en contra de la clínica, para que le devuelva el monto y todos los perjuicios. Si por algún
motivo tenemos que suscribir un pagaré en blanco, lo que conviene poner es que no sea endosable,
asegurando que si se contraviene a las instrucciones, eso no circule con terceros, ante los cuales
tendré que pagar el monto señalado ahí.
D) COBRO JUDICIAL
Si el acreedor quiere cobrar judicialmente el pagaré, y quiere que éste tenga mérito ejecutivo, según
el art. 434 Nº 4 inc. 2º del CPC, es necesario que la firma del suscriptor esté autorizada por un
notario. Si además quiere tener acción ejecutiva en contra de los endosantes, es necesario que la
firma de ellos también esté autorizada por notarios, pero es más raro.
La suscripción del pagaré está sujeta a un impuesto denominado de “timbre y estampillas”, regulado
en el DL 3475, en su art. 1º Nº 2, que corresponde al 0,8% del monto del capital del pagaré. Esto no
es solo una obligación tributaria más, ya que si no está pagado al momento de un juicio, no se puede
invocar, no tendrá valor judicial ni mérito ejecutivo. Esto está en el art 26 del DL. Quien
normalmente paga este impuesto es el suscriptor.
Otra posibilidad es que la fecha de vencimiento corresponda a un plazo contado desde su fecha (art.
105). Esto se refiere a la fecha de emisión del pagaré. Suele utilizarse fórmulas como: “el pagaré
será pagado a los 60 días de su emisión”.
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Una tercera alternativa es que el pagaré tenga por fecha de vencimiento un día fijo y determinado.
Aquí hay que tener presente las normas de cómputo de plazos del Código Civil (art. 48). Si el día de
vencimiento es un día domingo, sábado, festivo o 31 de diciembre, el vencimiento se prorroga al día
hábil siguiente (art. 51). Si no estuviera esta norma, se llegaría al mismo resultado por aplicación
del art. 111 del Código de Comercio.
Es posible fijar pagos sucesivos, es decir, establecer cuotas, cada una con su propia fecha de
vencimiento (art. 105). Si no se dice nada respecto de los plazos de las cuotas, cada una de ellas se
cobra por separado y respecto de cada una comienza a correr el plazo de prescripción. Lo normal es
que en caso que se pacten cuotas, se agregue la llamada cláusula de aceleración (el no pago de una
cuota hace exigible el total de la deuda caducidad convencional del plazo). Pero esto siempre
debe estar expresado en términos explícitos. La cláusula de aceleración puede estar redactada bajo
dos alternativas:
Hay situaciones en que la caducidad del plazo o aceleración se produce por disposición legal. Éstas
se encuentran fundamentalmente en el art. 1496 del Código Civil:
1. Nº 1:
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Esto, sin perjuicio de que el deudor podría alegar que la decisión de acelerar se manifestó por otra vía con anterioridad.
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automáticamente se le puede cobrar todo a los demás endosatarios de la cadena (art.
138 de la Ley Nº 20.720).
2. Nº 2: deudor cuyas cauciones, por hecho o culpa suya, se han extinguido o disminuido
considerablemente de valor.
Prórroga del Plazo: es posible que se acuerde firmar una hoja de prolongación del pagaré en la que
se establezcan nuevas fechas de pago. Esto seguirá siendo unilateral, por lo tanto, solo firmará el
suscriptor y el documento quedará en poder del beneficiario.
Se puede también acordar prorrogar el plazo para pagar las cuotas más cercanas, pero al mismo
tiempo adelantar la época del pago de la última cuota. Sin embargo, si en este caso existen avalistas,
estos deberán concurrir o, de lo contrario, no les será oponible la modificación.
En el mismo sentido, la solidaridad cambiaria tampoco se verá afectada por adelantos a la fecha de
vencimiento. Esto quiere decir que a los garantes por quienes pasó el pagaré antes de la
modificación del plazo tampoco les será oponible el adelanto de la época del pago (no así en el caso
del retraso de esta época). Los garantes quedan obligados en los términos originales existentes al
momento en que endosaron el pagaré.
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F) EL ENDOSO
El endoso está regulado en los arts. 17 – 32 de la Ley Nº 18.092. Estas normas son de aplicación
general a cualesquiera título a la orden (bonos, letras hipotecarias, certificado de depósito bancario,
etc.) o emitido “a disposición de” o con otra expresión equivalente. La Ley Nº 18.552, en su art. 1º 8,
establece el carácter general de esta regulación. Asimismo, el art. 164 del CCom 9 también hace una
mención a aquellos créditos que sean a la orden y circulan por medio del endoso.
El endoso es la forma natural de transferencia del pagaré y las letras de cambio. El documento no
tiene que decir “endosable”, ni siquiera tiene que decir expresamente que es a la orden. Salvo que
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Artículo 1°.- El endoso previsto en el párrafo 2° del Título I de la ley N° 18.092, sobre letras de cambio y pagarés, será
aplicable a cualesquiera otros títulos de crédito de dinero emitidos con la cláusula a la orden, en favor de, a disposición
de u otras equivalentes, cualesquiera fuere la denominación con que se designare a dichos instrumentos.
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Art. 164. La cesión de los documentos a la orden se hará por medio del endoso, y la de los documentos al portador por
la mera tradición manual.
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haya una expresión que diga que el documento no es endosable (ej. “no endosable”, “nomitativo”),
el documento será endosable (art. 1810). En este sentido, podemos distinguir las siguientes formas de
evitar que el documento circule por endoso según la regla general:
1. Si el documento dice que no es endosable, su transferencia se regirá por las normas de los
créditos nominativos, es decir, conforme a la norma de la cesión de créditos nominativos
(arts. 1901 y ss. CC, arts. 162 y 163 CCom).
La ley define al endoso como el escrito por el cual el tenedor legítimo transfiere el dominio de la
letra, la entrega en cobro o la constituye en prenda (art. 17 inc. 1º). Esta definición da cuenta de los
tres tipos de endoso que existen: aquel que transfiere el dominio, el endoso en comisión de cobranza
y el endoso pignoraticio.
1. Firma del endosante: cuando la ley habla del ‘escrito’ a lo que se refiere es a la firma del
endosante. Ésta es la solemnidad del endoso. Si no hay firma del endosante no hay acto
jurídico; en otras palabras, el endoso se perfecciona y existe por la firma del endosante.
La ley exige que la firma esté al dorso del documento y si no hay espacio, entonces debe ir en
una hoja de prolongación.
2. Sin que sean requisitos formales propiamente tales, pueden haber otras menciones 11:
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Artículo 18.- La letra, aún la no librada expresamente a la orden, es transferible por endoso. No obstante, si el librador
ha insertado en la letra las palabras "no endosable" o una expresión equivalente, sólo podrá transferirse o constituirse
en prenda conforme a las reglas aplicables a los créditos nominativos. En todo caso, puede endosarse en comisión de
cobranza.
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Artículo 22.- El endoso puede contener, además de la firma del endosante o de la persona que lo extiende a su ruego o
en su representación, las siguientes menciones: el lugar y fecha de su otorgamiento, el nombre del endosatario y la
calidad del endoso, en su caso.
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a. Nombre del endosatario: si se quiere dejar una constancia que el documento se endosó
a B, puede incluirse el nombre de B. Si no se incluye el nombre, queda como un endoso
en blanco.
c. Fecha del endoso: la ley entiende que si no se indica, el endoso tuvo lugar antes de la
fecha de vencimiento del documento.
d. Lugar: si no se dice nada, se presume que el endoso tuvo lugar en el domicilio del
endosante.
El hecho que aparezca la identidad de los endosantes anteriores facilita bastante el ejercicio de
las acciones de responsabilidad con los endosantes.
1. El endoso debe ser puro y simple 12, no pudiendo estar sujeto a condición. Si el endoso pudiera
ser condicional, entonces la certeza propia de los títulos de crédito se vería afectada (ppio de
literalidad).
2. El endoso debe ser total: el portador de un documento por un monto X no puede endosarlo por
un monto inferior. Esto es de toda lógica, dado que el endoso se materializa por la firma y la
entrega y el título no es divisible.
Otra cosa es que A endose a B un título en que consta una prestación pecuniaria superior a lo
que A debe a B, en cuyo caso no habría problema en que se acuerde entre las partes que una vez
que B cobre el título le restituya la diferencia a A.
3. El endoso debe ser efectuado por el tenedor legítimo del documento 13: para saber si un
tenedor es legítimo habrá que verificar que el endosante aparezca como el beneficiario del
El endoso en que se omite el lugar de su otorgamiento, se presume hecho en el domicilio del endosante; y el endoso sin
fecha, se presume extendido antes del vencimiento de la letra.
Artículo 23.- El endoso firmado por el endosante que no contenga el nombre del endosatario, es endoso en blanco.
Para este efecto, los endosos tachados o borrados se tienen por no escritos. Cuando a un endoso en blanco sigue otro
endoso, se reputa que el firmante de éste ha adquirido la letra por el endoso en blanco.
20
documento. Pero si el documento ya ha circulado, solo habrá que verificar que haya una cadena
ininterrumpida de endosos en que se hayan cumplido los requisitos. Basta la apariencia formal
de que ha habido una serie de endosos ininterrumpidos (basta que estén las firmas).
Tampoco habrá tenedor legítimo cuando la cadena de endosos está interrumpida. Esto significa
que algún endosante agregó la frase “no endosable”. Esta frase será añadida por un endosante
para evitar que su responsabilidad vaya más allá. Sin embargo, esto no es muy común.
Por el endoso traslaticio de dominio, se transfiere el dominio del documento y, por lo tanto, del
derecho a cobrar la prestación pecuniaria que consta en el documento. Ésta es la regla general:
mientras no se acompañe una frase que diga que el endoso se ha hecho en comisión de cobranza o
se ha dado en prenda, se entiende que el endoso es traslaticio de dominio 14.
El art. 25 establece que el endosante que ha transferido el dominio del documento es responsable
solidario de los efectos de la falta de pago del pagaré. Esto es lo que se conoce como la
responsabilidad solidaria del endosante por la falta de pago.
El endosante puede prohibir un nuevo endoso y, en tal caso, no responde ante los
endosatarios posteriores de la letra.
Artículo 79.- Todos los que firman una letra de cambio, sea como libradores, aceptantes o
endosantes, quedan solidariamente obligados a pagar al portador el valor de la letra, más
los reajustes e intereses, en su caso.
(…)
Sin embargo, la responsabilidad solidaria del endosante por la falta de pago no es esencial. Si el
endosante quiere excluir su responsabilidad, puede entonces endosar sin responsabilidad colocando
alguna frase o término que indique que no asume la responsabilidad del art. 25. Ésta podría ser, por
ejemplo, “sin responsabilidad”, “sin garantía” u otra equivalente. En la práctica, es muy raro que se
haga esta limitación de responsabilidad, ya que difícilmente alguien aceptaría un documento en
tales condiciones por la pérdida de valor que implicaría para el endosatario.
14
Artículo 21.- El endoso que no exprese otra calidad es traslaticio de dominio y transfiere al endosatario todos los
derechos que emanan de la letra. Importa mandato para el cobro, cuando contiene la cláusula "valor en cobro", "en
cobranza" u otra equivalente. Importa constitución en prenda cuando incluye la cláusula "valor en prenda", "valor en
garantía" u otra equivalente.
21
Si por alguna razón llegase a ocurrir – cosa que es muy difícil que pase – que el documento siga
circulando a pesar de que diga “no endosable”, el endosante que incluyó esta frase no responderá
ante endosatarios posteriores.
El otro caso en que no habrá responsabilidad del endosante será cuando el documento esté vencido.
Los títulos de crédito vencidos no pueden seguir endosándose con los mismos efectos que el
endoso, sino que solo con los efectos de una cesión ordinaria de créditos. Si se endosa un
documento vencido, el endosante no será responsable. El cedente de un crédito solo responde de la
existencia del crédito, pero no de la falta de pago. Por lo anterior, nunca es recomendable endosar
un documento vencido.
Artículo 32.- El endoso de una letra vencida o protestada por falta de pago no tiene más
valor ni produce otro efecto que el de una cesión ordinaria; y en este caso el cedente y el
cesionario podrán ajustar los pactos que les convengan.
Con todo, al endoso en comisión de cobranza le es siempre aplicable la norma del artículo
29.
El endoso en que se omite el nombre del endosatario es un endoso en blanco. En estos casos, el
documento se está transfiriendo, en rigor, al portador. El portador del documento cuyo nombre no
está tiene tres alternativas:
1. Puede completar el endoso con su nombre
Artículo 24.- El endoso en blanco autoriza al tenedor para llenarlo, anteponiendo a la firma
del endosante su propio nombre o de un tercero, y para transferir la letra, sin llenar el endoso,
por la sola entrega del documento. Autoriza, asimismo, al tenedor, para endosarla en comisión
de cobranza o en prenda.
22
pago del precio en la misma escritura y dejando un certificado de depósito bancario emitido a la
orden del comprador, endosado en blanco, en la notaría junto con unas instrucciones notariales que
señalen que se ha dejado en custodia del mismo notario el certificado endosado en blanco y que, si
se le acredita al notario que la propiedad a la cual se refiere la compraventa celebrada ante él se ha
inscrito al nombre del comprador, entregue el certificado de depósito bancario al vendedor. A su
vez, si el bien raíz no se pudo inscribir, las instrucciones también tendrán una solución para esta
hipótesis: si transcurrido un cierto plazo se le acredita al notario que la solicitud de inscripción fue
rechazada, deberá devolver el documento al comprador contra la firma de una escritura de
resciliación. Dado que el depósito está endosado en blanco existe flexibilidad para ambas opciones.
La misma situación que se ha descrito ocurre en el caso de compraventa y cesión de derechos de
una SRL. En este caso, el riesgo que el cesionario querrá precaver será el de la no realización de la
inscripción y publicación correspondientes.
(Art. 18 inc. 1º parte final) En todo caso, puede endosarse en comisión de cobranza.
(Art. 32 inc. 2º) Con todo, al endoso en comisión de cobranza le es siempre aplicable la
norma del artículo 29.
El endoso en cobro es un asunto muy práctico para los extranjeros. Existen ciertas normas en el
derecho tributario por las cuales hay que pagar impuestos “en forma anticipada” como un resguardo
que toma el Fisco ante ciertas operaciones (ej. distribuciones de dividendos). Al momento de la
devolución, lo que hace la TGR es emitir un cheque nominativo contra la cuenta del Fisco en el
Banco Estado a nombre de la entidad extranjera. Para efectos de cobrar este título nominativo, la
entidad extranjera tiene un problema porque no tiene cuenta en Chile por lo que su posibilidad de
cobrar el cheque se ve enormemente dificultada. Una alternativa que tiene la empresa es mandar a
un representante a cobrar el cheque en la ventanilla del banco. Pero lo que hace la entidad extranjera
es endosar el cheque nominativo a un banco en Chile, quien lo cobra como endosatario en cobranza,
lo liquida en dólares y lo manda al extranjero.
18-04
El endoso en cobro se realiza por la firma al dorso con alguna frase que dé a entender que se trata
de un endoso en cobro (en la práctica se usa la expresión “endosado en cobro”), sin que sea
necesario celebrar un mandato por escritura pública. Además, normalmente se colocará el nombre
del endosatario. El art. 21 se refiere a distintas expresiones que se pueden utilizar: Importa mandato
para el cobro, cuando contiene la cláusula "valor en cobro", "en cobranza" u otra equivalente.
23
En caso de problemas de fondo que podrían presentarse, habrá que estar precisamente a la
regulación sustantiva aplicable. Por ejemplo, desde el punto de vista del derecho de fondo, el
mandato civil se extingue por la muerte del mandante, pero no así en el mandato mercantil (art. 240
CCom) y hay que recordar que todo lo relativo a los pagarés y letras de cambio es mercantil (art. 3º
Nº 10 CCom).
Artículo 29.- El endoso que contenga la cláusula "valor en cobro", "en cobranza" o
cualquiera otra mención que indique un simple mandato faculta al portador para ejercitar
todos los derechos derivados de la letra de cambio, salvo los de endosar en dominio o
garantía. El endoso practicado por el endosatario en cobro sólo produce los efectos
propios del endoso en cobranza.
2. Judicial y extrajudicialmente: el mandatario puede iniciar una acción judicial en nombre del
mandante.
Al momento que el endosatario en cobranza vaya a cobrar el pagaré al suscriptor, tendrá plena
aplicación el principio de inoponibilidad de las excepciones del art. 28. Asimismo, cualquier otra
deuda pendiente entre el suscriptor y el endosatario en cobranza no tendrá relevancia alguna para el
cobro del pagaré.
24
interrupción de la prescripción). Si es necesario hacer el protesto, deberá gestionarlo para no perder
las acciones contra los demás endosatarios de la cadena.
Artículo 30.- El endoso en garantía faculta al portador para ejercer todos los derechos
emanados de la letra, cobrarla judicial y extrajudicialmente y aplicar sin más trámite su
valor al pago de su crédito, con obligación de rendir cuenta al endosante. Sin embargo, a
menos que se establezca lo contrario, el endosante no responde de la aceptación o pago de
la letra. Mientras el endosatario mantenga la letra en su poder, debe practicar todas las
diligencias necesarias para conservar los derechos emanados de ella.
El endoso hecho por el endosatario en garantía, sólo vale como endoso en cobro.
El portador del documento puede constituirlo en garantía de una obligación propia o ajena, de
manera que el acreedor de la obligación pasará a ser el endosatario en prenda. No es parte del
endoso dejar constancia de la obligación que se está garantizando.
El endoso en prenda se efectúa por la firma al dorso acompañada de alguna expresión que indique
que se trata de un endoso en prenda, como las señaladas en el art. 21: Importa constitución en
prenda cuando incluye la cláusula "valor en prenda", "valor en garantía" u otra equivalente.
Si el pagaré no es endosable no será posible constituir el pagaré en garantía por la vía del endoso en
prenda, pero sí se podrá prendar el crédito según las reglas generales del derecho común sobre la
constitución de una prenda sobre derechos personales.
Por reglas generales, el acreedor prendario tiene la obligación de conservar la cosa dada en prenda.
En el caso del endosatario en prenda, esta obligación se traduce no solo en una conservación
material del documento, sino que también en cobrar, gestionar el protesto, demandar efectivamente
e interrumpir la prescripción (conservar el valor de lo dado en prenda).
Una vez más, en el caso del endoso en prenda es aplicable la inoponibilidad de las excepciones del
art. 28. El suscriptor no podrá oponer al acreedor prendario que ejecuta la prenda (cobra el pagaré)
las excepciones que tendría en contra del endosante ni contra cualquier otro portador de la cadena
de endoso. Esto reafirma el valor de esta prenda.
25
Para cobrar judicialmente, el endosatario en prenda deberá actuar a través de un abogado y, para
facilitar la constitución del mandato judicial, se le permite endosar en cobranza el documento.
Si bien el endoso es la regla general, puede ser que el pagaré no sea endosable o sea nominativo.
Cuando el pagaré es nominativo circula según las reglas generales de cesión de créditos, lo que
significa una traba adicional (notificación, aceptación del deudor, ministro de fe, etc). 15 El
cesionario va a pasar a ser el portador legítimo del documento, no porque se lo endosaron y
entregaron, aunque igual se requiere que el título en que consta el crédito cedido sea entregado
físicamente al cesionario. Así, el cesionario podrá ejercer todas las acciones cambiarias, ceder el
documento y cobrarlo. Si lo cobra no lo hará según las reglas generales de derecho común, que se
aplican para la circulación del documento, sino que se cobrará como título de crédito, y por lo tanto
el cobro estará sujeto a las normas y principios cambiarios (art. 79 y ss 16). Estas normas no
distinguen si quien ejerce el derecho a cobro lo adquirió por vía de endoso o por cesión de créditos.
Hay cierta doctrina que plantea que si el documento circula por cesión de créditos, para efectos de
ejercer acciones de cobro, se tendrán que ejercer acciones ordinarias de cobro del derecho común.
Sin embargo, el profesor no está de acuerdo con este planteamiento, que no tiene asidero en la
jurisprudencia.
La ley busca evitar restricciones a la circulación. El art. 57 establece como principio general que no
puede prohibirse ni entrabarse por resolución judicial el pago o circulación de los títulos de créditos.
Si se admite que se pueda decretar medidas precautorias o embargos respecto del crédito, en el
contexto de un juicio específico contra el tenedor del crédito.
G) EL AVAL
15
Art. 61 y ss CCom.
16
Además se aplican los principios generales como la inoponibilidad de las excepciones, la independencia de la firma,
etc. (art. 7 y 18 Ley Nº18.092).
26
Artículo 46.- El aval es un acto escrito y firmado en la letra de cambio, en una hoja de
prolongación adherida a ésta, o en un documento separado, por el cual el girador, un
endosante o un tercero garantiza, en todo o en parte, el pago de ella. La sola firma en el
anverso de la letra o de su hoja de prolongación constituye aval, a menos que esa firma sea
del girador o del librado. Otorgado en el dorso debe contener, además de la firma del
avalista la expresión "por aval" u otra equivalente.
Otorgado en documento separado debe, además de la firma del avalista, expresar que el
acto es un aval e identificar claramente la letra a la cual concierne. Los derechos que
emanan de un aval otorgado en instrumento separado, no se transfieren por endoso.
El acto que no reúna los requisitos señalados en este artículo, no constituye aval.
Artículo 47.- El aval puede ser limitado a tiempo, caso, cantidad o persona determinada; y
en tal evento, sólo producirá la responsabilidad que el avalista se hubiere impuesto.
Concebido el aval sin limitaciones, el avalista de la letra de cambio responde del pago de
ella en los mismos términos que la ley impone al aceptante.
El aval es una garantía personal, que está definida en el art. 46 inc. 1º. Este concepto no se debe
confundir con el nombre de quien otorga la garantía, que es el avalista. El aval puede ser entregado
por cualquier persona, por ejemplo, puede ser alguno de los de la cadena, aunque generalmente lo
otorga un tercero.
Al igual que en el endoso se menciona que es un escrito. Sin embargo, no es necesario que sea un
acto escrito, sino que lo mínimo es que haya una firma. El aval es solemne, y la solemnidad consiste
en la firma del avalista. Basta la sola firma del avalista en el anverso del documento o en el anverso
de la hoja de prolongación. A pesar de que en el anverso basta la sola firma, en general se establece
que se trata de un aval, a pesar de no requerirse como solemnidad. Cuando el avalista firma en el
dorso del documento la ley exige que se dé alguna indicación que se trata de una aval, para que no
se confunda con el endoso. A pesar de que solo basta la firma, en general se individualiza al avalista
para poder cobrarle. Hay casos en que se agrega la fecha, el lugar, etc.
Además de las menciones necesarias para constituir el aval, la ley permite otras menciones (art. 47):
1. Especificar a quien se está avalando, ya que si nada se dice se estará avalando al suscriptor.
Puede ser que la intención del avalista sea constituirse en avalista de alguno de los de la
cadena.
2. Limitar el aval a un acreedor a cuyo favor se constituye el aval, por lo que si se cede el
pagaré no respondería el avalista.
27
3. Establecer un límite del aval respecto al tiempo.
4. El avalista puede estar limitado hasta una determinada suma (aval parcial). Esto produce un
problema práctico, ya que el avalista que pagó quiere conservar el documento, pero el
acreedor quiere conservarlo para poder cobrar el resto.
5. El aval puede ser limitado a caso, que significa que se establece una condición, ej. se
constituye en avalista en caso que el suscripto fallezca. Al sujetar al aval a una condición se
incluye un elemento extra cambiario, lo que atenta contra el principio de la literalidad.
Las obligaciones que emanan de un pagare garantizadas por un avalista pueden también estar
aseguradas con otras garantías extra-cambiarias que consten en un documento aparte conforme a
sus propias normas (ej. prenda, hipoteca, fiador, co-deudor, etc.). El aval es una garantía propia de
los títulos de crédito y del mundo cambiario, no del derecho común.
El aval es una garantía distinta de la fianza, a pesar de haber algunas semejanzas entre ambas.
1. Como todas las obligaciones cambiarias, el aval se constituye por un acto unilateral, que
consiste en la firma del avalista, y según donde se ubique junto con la mención de que es un
avalista. En cambio la fianza es un contrato, consensual en el derecho civil y solemne en el
derecho comercial.
2. En la fianza hay una sola obligación, que el fiador la debe de forma subsidiaria (art. 2355
CC). En cambio en el aval, el avalista contrae una obligación propia, autónoma de la del
suscriptor, por lo que hay dos obligaciones cambiarias con dos deudores distintos. Cuando
el cesionario le cobra al avalista, este no puede presentar las excepciones y defensas propias
del suscriptor (ej. incapacidad, persona falsa, compensación), ya que rige el principio de la
inoponibilidad de las excepciones (art. 28). En el caso de la fianza, al ser una sola
obligación, cualquier defensa que opere respecto del deudor principal puede ser opuesta por
el fiador.
3. El fiador goza del beneficio de excusión (art. 2357 CC). El avalista que se constituye sin
ningún tipo de limitación no goza del beneficio de excusión, pasa a ser un deudor en la
misma posición jurídica que el aceptante o suscriptor (art. 47 inc. 2).
4. Cuando el fiador paga, se subroga en los derechos del acreedor (art. 1610 y 1612). El fiador
jurídicamente ejerce las mismas acciones que tenía el acreedor, pudiendo así el deudor
principal oponer las excepciones que tenía contra el acreedor. Cuando el avalista paga tiene
una acción propia, que es la acción cambiaria de reembolso del art. 82 inc. 3, con la cual
puede demandar al suscriptor para que le reembolse lo que pago, y el deudor no puede
oponer las excepciones que tenía contra el acreedor (art. 28).
28
Como cualquier acto cambiario, el aval debe constar en el título respectivo (anverso, dorso, u hoja
de prolongación). Pero también se contempla, excepcionalmente, que el aval pueda constar en un
documento separado (art. 46). Esto repugna con la necesariedad del documento, el ppio de
literalidad, etc. La jurisprudencia ha señalado que en este caso, no habrá un acto cambiario ni un
aval propiamente tal, sino que lo que hay es una fianza solidaria, la cual se rige por las normas
respectivas del derecho común.
Por último, la responsabilidad que asume el avalista que simplemente firmó es sin limitaciones, de
manera que responde en los mismos términos que el suscriptor del pagaré (art. 47). El pagaré pasará
a tener dos deudores directos, contra quienes se podrá ejercer la acción cambiaria directa. En
definitiva, el avalista en general es mirado como un nuevo suscriptor.
En general, las acciones cambiarias corresponden a aquellas acciones que puede ejercer el tenedor,
portador legítimo o acreedor cambiario – dependiendo de la ley de circulación aplicable – de un
pagaré, para exigir judicialmente el pago de su importe respecto de las personas obligadas a su
pago, en virtud de su firma.
Antes de revisar las acciones en particular, hay que referirse a la llamada solidaridad cambiaria.
Artículo 79.- Todos los que firman una letra de cambio, sea como libradores, aceptantes 17
o endosantes18, quedan solidariamente obligados a pagar al portador el valor de la letra,
más los reajustes e intereses, en su caso.
Si no se realiza en tiempo y forma el protesto por falta de pago, caducarán las acciones
cambiarias que el portador pueda tener en contra del librador, endosante y los avalistas de
ambos. No obstante, no caducarán estas acciones en caso de quiebra del librado o
aceptante ocurrida antes del vencimiento, o de haberse estampado en la letra la cláusula
"devuelta sin gastos" o "sin protesto".
Para que el tenedor del pagaré pueda ejercer las acciones contra cualquiera que no sea el suscriptor
o su avalista, al menos se debe acreditar – sin ninguna formalidad – que se hizo algún intento de
cobro en contra del suscriptor. Esto no es una cobranza judicial o que deba seguir alguna formalidad
especial, sino que sigue tratándose de una hipótesis de solidaridad (el art. 52 establece simplemente
que el portador debe presentar la letra para el pago). De hecho, hay cierta jurisprudencia que
incluso ha sostenido que no sería necesario hacer dicho intento.
17
O, podemos decir, como suscriptores.
18
O como avalista sin limitaciones.
29
Sin embargo, si el pagaré no está exento de la obligación de efectuar protesto (no incluye la
mención “sin necesidad de protesto” u otra similar), el requerimiento de cobro será más formal y
deberá efectuarse mediante el protesto. Esto tampoco es una gestión judicial, pero si el portador del
pagaré no cumple con su carga de realizar la gestión formal del protesto 19 en tiempo y forma,
perderá sus acciones contra los “deudores intermedios”.
Ésta la ejerce el portador o tenedor legítimo (legitimado activo), según la ley de circulación. El
legitimado pasivo es el suscriptor o deudor directo y su avalista sin limitaciones. Cuando existen
avalistas del suscriptor, podemos decir que estamos frente a una solidaridad absoluta, ya que no
existe ninguna carga de hacer el protesto u otra gestión de cobro.
La acción cambiaria de regreso es aquella que se ejerce contra cualquiera de los “deudores
intermedios” u “obligados de regreso”, cuando uno va de regreso en la cadena cambiaria (de ahí su
nombre doctrinal).
Hay que recodar que un endosante puede excluir su responsabilidad al realizar el endoso con esta
mención o prohibiendo endosos posteriores (art. 25), de manera que quedará excluido de la acción
de regreso.
Cuando un obligado intermedio o de regreso ha pagado el monto del pagaré al portador legítimo
que lo cobró, podrá luego dirigirse con una acción de reembolso en contra de cualquiera de los
portadores anteriores en la cadena, el cual a su vez podrá dirigirse por el reembolso contra otro
portador anterior, y así sucesivamente hasta llegar al suscriptor. Si el último en pagar fue el avalista
sin limitaciones del suscriptor, podrá también dirigirse contra el suscriptor. Por lo tanto, podemos
decir que los legitimados activos de esta acción son todos los obligados de regreso y el avalista sin
limitaciones del suscriptor.
Artículo 82.- El librador o el aceptante que pagare la letra no tendrán acción cambiaria de
reembolso entre sí, ni en contra de los demás firmantes de la letra.
19
El protesto es la manifestación solemne del cobro al suscriptor que se efectúa por medio de un notario.
30
Se aplicará a los avalistas conjuntos la norma establecida en el artículo 2378 del Código
Civil.
Artículo 83.- El titular de la acción cambiaria de reembolso puede reclamar a las personas
obligadas a éste:
1.- La suma íntegra que hubiere desembolsado con arreglo a la ley. Esta suma se
reajustará desde la fecha del desembolso hasta la del reintegro, con arreglo a las normas
del artículo 14; y
2.- Los intereses corrientes sobre la cantidad que resulte de la aplicación del número
anterior, calculados desde la fecha del desembolso hasta la de su reintegro.
Quien paga, para ejercer la acción de reembolso, deberá acreditar que pagó. Esto lo podrá acreditar
porque tendrá el título en sus manos, en el cual constará la estampa del recibo (arts. 86 y 54 20).
En caso de pago parcial, el obligado de regreso que pagó podrá de todos modos ejercer la acción de
reembolso por el monto pagado. En este caso, al que pagó parcialmente se le entregará una copia
autorizada por notario del pagaré con constancia del recibo.
Artículo 85.- En los casos de pago parcial, cuando fuere procedente, el pagador sólo
tendrá derecho a exigir que aquél se haga constar en la letra y que se le entregue copia
íntegra del documento, certificada por notario. Esta copia de la letra tendrá el mismo valor
que el documento original para los efectos de las acciones cambiarias.
H.5. Prescripción
La acción directa y la acción de regreso (algunos hablan de una gran acción de cobro) vencen
dentro de un año contado desde la fecha de vencimiento del pagaré (desde que la obligación de
pago se hizo exigible).
Artículo 98.- El plazo de prescripción de las acciones cambiarias del portador contra los
obligados al pago es de un año, contado desde el día del vencimiento del documento.
20
Artículo 54.- El librado que paga la letra de cambio puede exigir que ésta se le entregue con la constancia del pago.
El portador no puede rehusar un pago parcial. Después de vencida la letra podrá rechazarlo si fuere inferior a la mitad
del valor del documento. El librado puede exigir que se haga mención de este pago en la letra, y, además, que se le
otorgue recibo. El portador puede protestar la letra por el saldo no pagado.
31
Si el pagaré vence un 31 de diciembre, un sábado, un domingo u otro día feriado, por aplicación del
art. 111 del CCom y del art. 51 de la Ley Nº 18.092, se prorroga su vencimiento al día hábil
siguiente, a partir del cual correrá el plazo de prescripción de un año. Por lo tanto, si el 31 de
diciembre cae un día jueves, se entenderá que el pagaré vence el día lunes siguiente.
¿Qué ocurre con los pagarés a la vista que no tienen fecha de vencimiento? Sin perjuicio de lo que
se podría pensar al leer el art. 49 21, el criterio conservador es que la prescripción es de un año desde
la fecha de la suscripción o giro. Éste es el criterio que ha sido refrendado por la jurisprudencia.
La acción cambiaria, sea ordinaria o ejecutiva, el plazo será el mismo. Ha habido varios fallos que
han rechazado el ejercicio de acciones cambiarias en un juicio ejecutivo después del plazo de 1 año.
En cuanto a la acción de reembolso, ésta prescribe en un plazo de 6 meses contados desde la fecha
del pago. Cada una de las acciones de reembolso prescriben independientemente.
Artículo 99.- Las acciones de reembolso de que trata el artículo 82 prescriben en el plazo
de seis meses contados desde el día del pago cuyo reembolso se reclama.
El art. 101, en relación a la suspensión, está apuntando al art. 822 del CCom. Y conforme a dicho
artículo, no se suspende la prescripción, ya que la lógica del derecho mercantil prefiere optar por la
consolidación de las situaciones jurídicas que por la protección a ciertos acreedores.
Igualmente se interrumpe respecto del obligado a quien se notifique para los efectos
establecidos en los artículos 88 y 89.
21
Si bien la ley dice que el título es pagadero a su presentación o desde que se presenta a cobro, de manera que uno podría
señalar que desde esta presentación es exigible la obligación, el plazo de prescripción no se cuenta desde que el título se
presenta a cobro.
32
Esta norma repite la misma lógica del art. 2518 del Código Civil.
Asimismo, si el portador pacta una prórroga del plazo con el suscriptor, esta prórroga será
inoponible a los demás deudores intermedios (autonomía e independencia de las obligaciones y
firmas; art. 1622).
En general, hasta ahora nos hemos referido a la posición del portador o tenedor legítimo del
documento. Pero, desde el punto de vista del demandado que es requerido de pago, éste puede
oponer las siguientes defensas:
33
2. Excepciones reales:
3. Art. 7º: por algún motivo, la obligación particular del demandado no es válida, sin perjuicio
de que el tenedor podrá demandar a los demás.
4. Falta de personería: RG del mandatario que se excede de sus facultades o actúa sin poder
alguno. Nuevamente, esta excepción es sin perjuicio de que el tenedor podrá demandar a los
demás deudores intermedios.
Artículo 8°.- La persona que firma una letra de cambio como representante o a
ruego de otra, de la que no tiene facultad para actuar, se obliga por sí misma en
virtud de la letra; y si hubiere pagado tendrá los mismos derechos que tendría el
supuesto representado.
5. Quien tiene el pagaré conoce o debía conocer que el pagaré se adquirió de forma
irregular ej. banco debía conocer que su ejecutivo adquirió el pagaré de forma irregular.
Artículo 27.- El portador legítimo de una letra no puede ser privado de ella, salvo
que se pruebe que la adquirió de mala fe o que no pudo menos de conocer su
origen irregular.
Sabemos que el pagaré puede ser novatorio o simplemente suscribirse para facilitar el pago de una
obligación subyacente (RG del art. 12). Lo que ocurre normalmente es que en esta dualidad, el
acreedor ejercerá la acción cambiaria. La doctrina ha entendido – y normalmente opera así – que el
acreedor debe ejercer primero la acción cambiaria y solo si ella se ha visto frustrada podrá ejercer la
acción propia de la obligación causal. Por lo tanto, el acreedor cambiario tendrá 1 año para ejercer
34
la acción cambiaria y el plazo que corresponda para ejercer la acción que emana de la obligación
subyacente.
Además, la doctrina ha señalado que si el beneficiario de un pagaré suscrito solo para facilitar el
pago de una obligación subyacente lo pone en circulación, no puede después exigir además el
cumplimiento de la obligación causal al mismo suscriptor-deudor. Sin embargo, no hay norma al
respecto. Por lo tanto, si el deudor paga la obligación subyacente y luego un tercero le cobra el
pagaré porque el beneficiario lo puso en circulación, entonces el deudor que pague el pagaré podrá
dirigirse en contra de su acreedor por enriquecimiento sin causa.
35