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“Transformaciones sociodemográficas y grupos socio-raciales en Cali a lo largo del

siglo XX y comienzos del siglo XXI”

Fernando Urrea Giraldo1

Resumen

Cali a lo largo del siglo XX se construye como ciudad en un sentido moderno, lo cual va
soportado en profundos cambios sociodemográficos, no solamente en términos del
crecimiento continuo poblacional - al igual que otras ciudades colombianas-, jalonado por
una dinámica de sucesivas migraciones y diferentes ritmos de la natalidad y la mortalidad,
sino por la variante de la composición socio-racial de su población y las desiguales formas
de insertarse en las olas del cambio demográfico según clases y grupos étnico-raciales. Este
artículo busca trazar las grandes transformaciones poblacionales de un asentamiento semi-
urbano a comienzos del siglo XX, con una mayoría de gente negra, a una ciudad que con
Bogotá y Medellín se consolida como los centros urbanos de mayor dinamismo desde
mediados del siglo XX, en medio de un complejo proceso de mestizaje interracial, y sin
embargo llegar al siglo XXI con un moderado crecimiento demográfico, aunque con
estructuras modernas de población y una rica diversidad étnica-racial, que paradójicamente
la convierten sin darse cuenta y a pesar de las elites regionales en el contexto nacional al
mismo tiempo en ciudad mestiza y negra.

Introducción: Cali, poblado con un especial dinamismo a partir de mediados del siglo
XIX y una mayoría de población negra y mulata.

Cali hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX logra imponerse definitivamente en el
suroccidente colombiano como un núcleo urbano que se destaca sobre otros. Hacia 1870
Cali ya contaba con la mayor concentración de población en el suroccidente, aunque
seguida muy de cerca por Palmira, y como lo muestran Flórez y Romero (2010: 410), al
igual en Zambrano y Bernard (1993) y Zambrano (1994), al nivel nacional era el tercer
epicentro después de Bogotá y Medellín en poblamiento y para el censo de 1905 ya era el
cuarto municipio en tamaño poblacional en Colombia, con una población censada de
30.740 (ver Cuadro 2). Sin embargo, es preciso señalar que hasta entrado el siglo XX
menos de la mitad de su población residía propiamente en la cabecera municipal (Cuadro
2). En realidad, los datos censales disponibles revelan que Cali tenía buena parte de su
población concentrada en las haciendas, con una actividad económica más rural que urbana,
como ocurría para el conjunto del país. Por ello hay que tomar cuidado al hablar de
asentamientos urbanos al analizar los censos de población anteriores a 1905, pero en
general esto era válido para las diferentes regiones de lo que hoy es Colombia durante ese
período2.
                                                            
1
Sociólogo, Profesor Titular, Departamento de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales y
Económicas, Universidad del Valle, Cali. En la elaboración de este capítulo han colaborado el estudiante de
economía y sociología de la Universidad del Valle, Diego Alejandro Rodríguez Sánchez, y el de sociología,
Diego Fernando Ocasiones Canaval.
2
Esto puede observarse a través del Cuadro 3, sobre la reducida participación porcentual de los cuatro
principales centros urbanos del país en el total de la población nacional para los censos de 1912 y 1918.

  1
De acuerdo con Ocampo (1981), Vásquez (1990) y Camacho (2010), la dinámica de
expansión de Cali como núcleo urbano desde mediados del siglo XIX, disputándose su
papel con otros epicentros como Palmira y Buga, con respecto a Popayán, tuvo que ver con
el efecto de constituirse un espacio estratégico de tránsito comercial de los productos
procedentes de las provincias más al norte - Antioquia y Chocó - y las del sur y occidente
procedentes de Popayán y Buenaventura. Es claro que el desarrollo agrícola relacionado
con el cultivo de la caña de azúcar en condiciones de empresa capitalista a partir de 1864,
va a jugar otro papel fundamental favorable a Cali, aunque en este punto también se
benefició Palmira3. Igual consideración hay que advertir sobre el progresivo crecimiento de
diferentes cultivos en las zonas de economía campesina negra, constituidas después de la
abolición de la esclavitud, en lo que hoy constituye el norte del Cauca y sur del Valle
después de 1860: maíz, plátano, caña, tabaco, café, cacao, frutales, y otros cultivos que si
bien eran de subsistencia en la canasta familiar campesina permitían paulatinamente
excedentes que llegaban a los pequeños centros urbanos de la región como Cali hacia
finales del siglo XIX. Estos excedentes de producción del campesinado negro ayudaron a
dinamizar la economía urbana caleña, sobre todo entre 1900 y 1930 (Aprile-Gniset, 1992:
304). Sin embargo, será la apertura del canal de Panamá en 1914 y la culminación del
ferrocarril del Pacífico a comienzos de 1915, los dos factores determinantes en el
posicionamiento urbano de Cali a comienzos del siglo XX, al lado de la conformación del
departamento del Valle del Cauca con Cali como capital del mismo en abril de 1910
(Camacho, op. Cit.).

Por otro lado, la demografía de Cali está estrechamente ligada a la población negra a lo
largo de su historia en los períodos colonial, republicano y durante el siglo XX y lo que va
corrido del XXI. Durante la Colonia (Colmenares, 1997 [1976]) en Cali al igual que otras
poblaciones del valle geográfico del río Cauca y bajo el control político de Popayán, existió
el sistema esclavista que combinó la minería de oro, sobre todo en la región del Pacífico,
las actividades comerciales y las ganaderas – a lo largo del valle geográfico del río Cauca -
alrededor del modelo de hacienda que tenía bajo su dominio a una población negra esclava.
La principal fuerza de trabajo en la Colonia lo constituían los esclavos que eran distribuidos
entre las minas en el Pacífico y los trabajos como peones y en la servidumbre de las
haciendas y las casas de los reducidos núcleos urbanos, por lo menos hasta antes de la
abolición de la esclavitud. Luego, ya existía una población negra y mulata libre en el siglo
XIX que había adquirido su libertad por manumisión y cimarronaje, y en menor grado por
haber sido otorgada por los dueños, en buena parte dedicada a oficios artesanales en los
epicentros de alguna importancia como Popayán, Cali, Palmira, Buga y Cartago, aunque
también en el caso de las mujeres en la servidumbre. Con las guerras de independencia y
las sucesivas guerras civiles – primera mitad del siglo XIX - la población negra libre se
incrementó en la región del suroccidente en pago a su participación en el conflicto como
soldados. Posteriormente con la abolición en 1851, el sector social de negros libres llegó a
constituir la mayor parte de las clases populares rurales y urbanas en la segunda mitad del
siglo XIX en toda la zona plana del valle geográfico del río Cauca, bajo las modalidades de
campesinos, artesanos, sirvientes domésticos e incluso de sectores de población ambulante
que recorrían la región, prefigurando lo que más tarde sería un asalariado y que en el
                                                            
3
Palmira en el censo de 1870 registra una población de 12.390 habitantes mientras Cali de 12.743. En el
censo anterior, 1851, Palmira contaba con 11.055 y Cali con 11.848.

  2
contexto del orden social de la época eran vistos como vagos peligrosos sin moral, que
amenazaban los intereses de los terratenientes blancos, payaneses y caleños, por lo que eran
continuos los conflictos de clase e interraciales, con asesinatos de terratenientes y el
fusilamiento de negros sublevados y levantamientos populares de la población negra con
invasión de la ciudad y su saqueo que pusieron en aprietos a las clases dominantes caleñas
(Aprile-Gniset, Op. Cit.: 304). Según Pacheco (1992: 62) la plebe caleña hacia 1850 estaba
compuesta de "todos aquellos que, careciendo de propiedad y rentas, no tenían un oficio
estable que desempeñar [...] como labradores, jornaleros, carpinteros, sastres, herreros,
zapateros, cabos, fundidores, canoeros y coheteros. Y cuyas descripciones físicas
corresponden a las castas, específicamente, a mulatos o pardos" (bastardillas del autor)4.
Por el contrario, la población indígena estaba recluida en las áreas de montaña y por lo
mismo su participación demográfica en la parte plana del valle geográfico del Cauca era
exigua.

Los censos de 1912 y 1918 introducen entre las categorías censales el término “razas”, bajo
la siguiente desagregación: “Blancas”, “Negras”, “Indios”, “Mezclados”, “No
especificados”5. Según Palacios y Safford (2002:481), por “mezclados” en el siglo XIX, se
hace referencia a la combinación interracial de “mestizos”, “mulatos” y “zambos”6. En el
caso del valle geográfico del río Cauca, el predominio entre los denominados “mezclados”
eran más de “mulatos” y “zambos”, debido a la reducida población indígena (ver Cuadro 1,
con excepción de Jamundí, en Cali y los municipios de Buenaventura y Candelaria era
inferior al 7,0%). Para el conjunto del Valle llegaba apenas al 4,3% la gente indígena
(Cuadro 1). Este proceso se detalla admirablemente en Aprile-Gniset (1992: 299-313) en su
análisis sobre la colonización a lo largo del valle geográfico del río Cauca en el siglo XIX.

Para el año 1918, al comparar Cali con otros municipios del Valle (Jamundí, Palmira,
Candelaria y Buenaventura) y el propio Valle se observa que los cuatro tenían

                                                            
4
Pacheco en diversas páginas de su texto hace alusiones a lo que en la época para Cali se denominaba la
“plebe”, compuesta por negros, mulatos, zambos, pardos, gente cobriza, raspón o mulato de la época. Antes
de 1851 la alusión es a esclavos, esclavos fugitivos, manumisos, libertos, mulatos, cuarterones, zambos y
mestizos (op. Cit.: 16, 17, 27, 58, 61, 62, 65, 67, 89, 109, 110, 132, 133, 159, 169).
5
“El censo de 1912, incorporó las categorías raciales sobre la base de la clasificación colonial (…) dicha
incorporación se realizó en un momento donde el debate científico-político sobre la raza ya comenzaba a
tomar forma (…) la idea de una estadística moral del país iba a tener en cuenta también la distinción de
acuerdo con las razas” (Prieto, 2005: 58). El censo de 1918 conservó el mismo criterio.
6
Como lo indican los datos sobre razas en estos autores, en el censo de 1851 el Estado del Cauca, en donde
se encontraba la región del valle geográfico del río Cauca, tenía el mayor porcentaje de población negra (el
13,0% negra, el 21,8% mulata y el 0,6% zamba, sumando entre las tres el 35,0%), entre todos los Estados que
conformaban en ese momento el país. Vale la pena señalar que otros Estados como Antioquia y Magdalena
tenían significativamente un mayor porcentaje de mulatos y también de zambos, sobre todo el segundo
(Palacios y Safford, op. Cit.). Sin embargo, ya en 1912, cuando el Valle era departamento, en éste el
porcentaje de gente negra era del 13,7% y en el Cauca el 19,8%, correspondiendo en una buena parte a los
municipios de la zona plana del norte del Cauca.

  3
Cuadro No.1: Distribución de la Población según criterio racial para 1918 por raza y sexo en Cali y otros cuatro municipios del Valle, y el total
del Valle
Blancos Negros Indios Mezclados No especificados Total

Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total
Cali 5.489 7.657 13.146 5.292 5.676 10.968 762 1.033 1.795 7.598 9.850 17.448 957 1.211 2.168 20.098 25.427 45.525
% 27,3 30,1 28,9 26,3 22,3 24,1 3,8 4,1 3,9 37,8 38,7 38,3 4,8 4,8 4,8 100 100 100
Jamundí 837 739 1.576 1.039 977 2.016 629 618 1.247 801 877 1.678 160 161 321 3.466 3.372 6.838
% 24,1 10,8 23,0 30,0 14,3 29,5 18,1 9,0 18,2 23,1 12,8 24,5 4,6 2,4 4,7 100 100 100
Palmira 3159 4029 7.188 5347 4279 9.626 743 900 1.643 3540 3748 7.288 639 648 1.287 13428 13604 27.032
% 23,5 29,6 26,6 39,8 31,5 35,6 5,5 6,6 6,1 26,4 27,6 27,0 4,8 4,8 4,8 100 100 100
Candelaria 955 815 1.770 1.491 1.491 2.982 115 79 194 2.615 2.199 4.814 259 229 488 5.435 4.813 10.248
% 17,6 16,9 17,3 27,4 31,0 29,1 2,1 1,6 1,9 48,1 45,7 47,0 4,8 4,8 4,8 100 100 100

Buenaventura 417 577 994 2.790 2.280 5.070 23 20 43 916 1.384 2.300 207 213 420 4.353 4.474 8.827

% 9,6 12,9 11,3 64,1 51,0 57,4 0,5 0,4 0,5 21,0 30,9 26,1 4,8 4,8 4,8 100,0 100,0 100,0
Valle
del Cauca 38.182 42.536 80.718 30.966 28.062 59.028 5.935 5.855 11.790 51.211 55.783 106.994 6.498 6.612 13.110 132.792 138.848 271.640
% 28,8 30,6 29,7 23,3 20,2 21,7 4,5 4,2 4,3 38,6 40,2 39,4 4,9 4,8 4,8 100 100 100

Fuente: Censo de 1918 para los distritos de Cali, Jamundí, Palmira, Buenaventura y el total del Valle del Cauca. Boletín de Estadística, Vol. 1, Número I, Segunda Época.

  4
concentraciones de gente negra por encima del promedio del departamento (ver Cuadro 1),
y entre los cuatro Buenaventura como era de esperar presentaba el mayor porcentaje con el
57,4%, seguido de Palmira con el 35,6%, y Jamundí y Candelaria con porcentajes muy
similares, 29,5% y 29,1% respectivamente. Cali llega al 24,1% (Cuadro 1). Pero si
agregamos los datos de población clasificada como negra y mezclada en el censo de 1918
(Cuadro 1), para el Valle y el municipio de Cali la población negra y mulata alcanzaría a
ser más del 55% del total. En Jamundí el 55%, en Palmira el 63,0% y en Buenaventura más
del 80%. Esto demuestra que la región del sur del Valle – incluyendo claro está a Cali -
tenía una importante población negra hacia comienzos del siglo XX, advirtiendo que la
población clasificada como “mezclada” en su gran mayoría estaba constituida por mulatos
y zambos (Aprile-Gniset, 2002). Ahora bien, en términos de género, la población negra
caleña tiene un comportamiento similar al conjunto de la población, con un índice de
masculinidad inferior a la unidad (más mujeres que hombres), mientras para el Valle y los
otros tres municipios en cuestión es superior a 1 (más hombres que mujeres), lo cual indica
la importancia de la oferta de peones negros hombres en las actividades agrícolas, mineras
y de carga o transporte portuario en la región, mientras en Cali el patrón demográfico de la
población negra ya era más urbano (ver Cuadro 1). Más adelante veremos cómo Cali va a
seguir conformando un polo urbano de gente negra hacia finales del siglo XX, hasta
convertirse en el mayor núcleo urbano negro del país en el 2005. 

La evolución de la población de Cali en 160 años y su participación en el total de la


población colombiana entre 1912 y 2005.

Desde mediados del siglo XIX y a lo largo del XX y la primera década del XXI se registran
cambios significativos en la dinámica poblacional de Cali y en su composición racial, según
los patrones de nuevas oleadas de inmigrantes y las transformaciones en los componentes
de natalidad y mortalidad, lo cual está relacionado con los cambios sociales y económicos
de la ciudad de acuerdo con su conformación como epicentro de una región mucho más
amplia y las dinámicas de mestizaje interracial que comportan las nuevas inmigraciones de
distintas áreas del suroccidente y de otras regiones del país.

El Cuadro 2 ofrece un poco más de 160 años de la evolución poblacional de Cali y lo que
desde 1910 es el Departamento del Valle, a partir del censo de 1851 hasta llegar al 2015,
usando las proyecciones de población del DANE para Cali y el Valle. El cuadro presenta
los datos censales registrados en las estadísticas consultadas y los ajustados, con base en las
metodologías que se indican en la construcción del mismo. Estos últimos permiten estimar
adecuadamente las tasas de crecimiento intercensales (de tipo exponencial). También el
cuadro ofrece dos indicadores importantes: la participación de la población de Cali en el
total departamental y la distribución entre cabecera y resto de la población caleña.

En primer lugar, se observa que hasta comienzos del siglo XX, incluyendo el censo de
1905, Cali era un poblado más rural que urbano, con menos del 50% de su población
residiendo en la cabecera. El censo de 1912 marca un cambio interesante, con el 53% de su
gente residiendo en el casco urbano. Pero este fenómeno también se corresponde con la
reducida tasa de crecimiento intercensal en el período 1851-1870, de 0,5% anual, lo cual
muestra prácticamente una población estacionaria, que como veremos más adelante se
corresponde con altísimas tasas de mortalidad general (Cuadro 2) para el período en

  5
cuestión. En realidad, es desde la década del setenta en el siglo XIX que arranca un
crecimiento demográfico importante para Cali (véase Cuadro 1), con una tasa de
crecimiento intercensal (1870-1905) moderada de 2,43%, la que se prolonga en el siguiente
período 1905-1912 con el 2,44% promedio anual. Téngase en cuenta que a partir de 1918
dichas tasas son considerablemente altas. Es claro que los ritmos de las tasas de crecimiento
poblacional de Cali, sistemáticamente más altas que las del departamento del Valle,
conllevan precisamente una sensible urbanización del mismo municipio: entre 1912 y 1928
se pasa del 53% en la cabecera a poco menos del 70%, y en 1938 se alcanza el 87%; y a
partir de 1964 la cabecera del municipio sobrepasa el 95%.

Cuadro No. 2: Población de Cali y el Valle del Cauca 1851-2015, participación de Cali en el Valle;
tasas de crecimiento exponencial Cali y Valle; distribución cabecera y resto Cali 1870-2015

Población Población
Población Valle del Valle del
Población Cali Cauca, Cauca, Participa Tasas de Tasas de
Cali, ajustada registrada ajustada ción de crecimiento crecimiento Cabe
registrada 1851- 1912- 1912- Cali en exponencial exponencial Cali Cali cera Resto
Año 1851-1964 1964* 1964** 1964*** el Valle Cali Valle Cabecera Resto % %
1851 11.848 12.325 107.694 119.660 10,3
1870 12.743 13.542 116.074 128.971 10,5 0,50 0,39 4.740 8.802 35,0 65,0
1905 30.740 31.712 214.770 220.142 12,0 2,43 1,53 14.270 17.442 45,0 55,0
1912 27.747 37.610 217.159 279.313 13,5 2,44 3,40 19.906 17.704 52,9 47,1
1918 45.525 57.480 271.633 342.964 16,8 7,07 3,42 32.131 25.349 55,9 44,1
1928 122.847 83.791 506.290 492.886 17,0 3,77 3,63 58.151 25.640 69,4 30,6
1938 101.883 128.638 613.230 733.727 17,5 4,29 3,98 111.529 17.109 86,7 13,3
1951 284.186 328.841 1.106.927 1.280.860 25,7 7,22 4,29 279.186 49.655 84,9 15,1
1964 637.929 713.878 1.733.053 1.939.887 36,8 5,96 3,19 691.748 22.130 96,9 3,1
1973a 991.549 2.392.715 41,4 3,65 2,33 971.718 19.831 98,0 2,0
1985ª 1.429.026 3.027.247 47,2 3,05 1,96 1.402.893 26.133 98,2 1,8
1993ª 1.847.176 3.736.090 49,4 3,21 2,63 1.804.254 42.922 97,7 2,3
2005c 2.075.380 4.052.535 51,2 0,97 0,68 2.040.099 35.281 98,3 1,7
2010p 2.257.214 4.382.939 51,5 1,68 1,57 2.221.098 36.115 98,4 1,6
2015p 2.398.956 4.613.377 52,0 1,22 1,02 2.365.371 33.585 98,6 1,4

Fuente: Aprile-Gniset (1992: 294), censo 1905 para Cali y provincias del Cauca hoy Valle; Flórez y Romero (2010: 410), censos
1851,1870, 1905 para Cali; censos de población 1912, 1918, 1928, 1938, 1951, 1964, 1973, 1985, 1993, 2005; se utilizó metodología de
Bayona (1992: 99-114); y la de Vásquez et al. (1995A).
*Datos ajustados para 1800, 1807, 1809, 1834, 1851, 1870, 1905, y censos entre 1912 y 1964 con base en metodología de Bayona (op.
Cit.) y Vásquez et al. (op. Cit); con ajuste de cobertura DANE 1973-1993, conciliados 2005 y proyecciones DANE 2010-2015
**Datos agregados de las provincias que constituyen el Valle una vez departamento para 1834, 1851, 1870 y 1905; censos Valle sin
ajuste entre 1912 y 1964
***Datos ajustados para 1834, 1851, 1870, 1905, y censos entre 1912 y 1964 con base en metodología de Bayona y Vásquez et al. (op.
Cit.); con ajuste de cobertura DANE 1973-1993, conciliados 2005 y proyecciones DANE 2010-2015.
 
Esto significa que desde 1918 propiamente ya puede hablarse de un centro urbano en rápida
expansión, el cual aprovecha de forma inusitada su lugar estratégico con el ferrocarril del
Pacífico. Al lado de ser un núcleo de ebullición comercial Cali despega como un epicentro
industrial hacia la década del veinte (Ocampo, 2007 [1984]: 264).
  6
Los períodos intercensales de mayores tasas de crecimiento poblacional de Cali
corresponden a los siguientes (ver Cuadro 2): 1912-1918 (7,07%), 1928-1938 (4,29%),
1938-1951 (7,22%, el más alto de la historia de la ciudad) y 1951-1964 (5,95%). Los
períodos con mayores tasas de crecimiento para el Valle son 1905-1912 (3,4%), 1912-1918
(3,42%), 1918-1928 (3,63%), 1928-1938 (3,98%) y 1938-1951 (4,29%). Se tiene así que el
período 1938-1951 es el de mayor tasa de crecimiento para el departamento y Cali. Esto
significa que la participación de Cali en el total de la población del Valle pasa, entre 1918 y
1964, del 17,0% al 37,0%; y aunque su ritmo de crecimiento como era de esperar se
modera considerablemente desde el período intercensal 1964-1973 (3,65%), Cali sigue
creciendo a tasas mayores que las del departamento del Valle (Cuadro 2). Por esta razón, a
partir del censo de 2005 un poco más del 50% de la población del Valle reside en Cali.
Después de 1993 las tasas de crecimiento de Cali y el departamento se desploman, lo cual
como se verá más adelante tiene que ver con los flujos migratorios de salida hacia el
exterior.

En síntesis, el Cuadro 2 indica que los grandes ritmos de la urbanización en Cali


determinan que entre 1851 y 1912 a duras penas se triplicó en números absolutos la
población durante 61 años, mientras entre 1912 y 1938 (26 años) aumentó casi 3,5 veces; y
en los siguientes 26 años (1938-1964) aumentó 5,5 veces. Sin embargo, para el período
1964-2005 (41 años) crece solamente 2,9 veces. Ver Cuadro 2.

Veamos ahora la dinámica de crecimiento de Cali en un contexto comparado con Bogotá,


Medellín y Barranquilla en el contexto nacional. Ver Cuadro 3.
 
 
Cuadro No. 3: Participación porcentual de los cuatro principales centros urbanos en el total del
país, 1912-2005

Nacional Bogotá Medellín B/Quilla Cali


Año Población Tasa Población % Población % Población % Población %
1912 5.472.604 100,0 121.257 2,2 71.004 1,3 48.907 0,9 27.747 0,5
1918 5.585.077 100,0 143.994 2,6 79.146 1,4 64.543 1,2 45.525 0,8
1938 8.701.816 100,0 330.312 3,8 168.266 1,9 152.348 1,8 101.883 1,2
1951 11.548.172 100,0 648.324 5,6 358.189 3,1 279.627 2,4 284.186 2,5
1964 17.484.508 100,0 1.697.311 9,7 772.887 4,4 498.301 2,8 637.929 3,6
1973 22.915.229 100,0 2.861.913 12,5 1.163.868 5,1 703.488 3,1 991.549 4,3
1985 30.062.198 100,0 4.236.490 14,1 1.480.382 4,9 927.233 3,1 1.429.026 4,8
1993 37.422.791 100,0 5.484.244 14,7 1.834.881 4,9 1.090.618 2,9 1.847.176 4,9
2005 41.468.384 100,0 6.778.691 16,3 2.219.861 5,4 1.112.889 2,7 2.075.380 5,0

Fuente: Censos 1912, 1918, 1938, 1951, 1964, 1973, 1985, 1993 y 2005, DANE. Los valores de Cali entre 1912 y 1964 difieren de la
serie del Cuadro 2 porque no están ajustados. Por lo mismo, tampoco son ajustados los de las otras tres ciudades y el total nacional, para
poder hacer el ejercicio comparativo.

Es claro que hacia comienzos del siglo XX Colombia era un país predominantemente rural
con centros urbanos muy pequeños. Bogotá apenas alcanzaba el 2,2% de la población

  7
nacional. Agregando los cuatro centros, se llegaba un poco menos del 5% de la población
total del país. Cali era el municipio con menor tamaño poblacional de los cuatro, además la
sobrepasaban ampliamente Medellín y Barranquilla. Entre 1912 y 1938 los cuatro centros
pasan a representar el 8,7%, con un incremento significativo en el caso de Cali al colocarse
con el 1,2%. Ciertamente es a partir del censo de 1951 que se observan más fuertes
cambios: por ejemplo, Cali desplaza en población a Barranquilla y se coloca en la tercera
ciudad en tamaño poblacional del país. Este puesto lo conserva desde ese año censal hasta
la fecha. Bogotá para 1964 alcanza a tener casi el 10% de la población colombiana, pero
también los tamaños poblacionales de Medellín y Cali ya son considerables con el 4,4% y
el 3,6% de la participación nacional, pero a partir de 1973 y sobre todo de 1985, Bogotá se
distancia de las tres ciudades, hasta alcanzar para el 2005 el 16,3% de la población total del
país. Cali que venía incrementando paulatinamente su participación entre 1964 y 1993 – al
pasar del 3,6% al 4,9% - prácticamente se estanca en el 2005 con el 5,0%. Barranquilla
después de 1973 pierde participación porcentual. Medellín que había perdido participación
entre 1973 y 1985 vuelve a aumentar esa participación en el último censo. En síntesis, el
crecimiento poblacional de Cali desde la segunda mitad del siglo XIX se habría situado
entre los cuatro principales centros de tamaño poblacional, al incluir a Barranquilla, por lo
menos hasta antes de finalizar la década del cuarenta en el siglo XX, cuando se ubica
definitivamente en el tercer lugar después de Bogotá y Medellín.   
 
Comportamiento de las variables demográficas en la larga duración (140 años):
crecimiento vegetativo y migratorio. La distribución regional y composición étnico-
racial de los flujos migratorios hacia Cali en el siglo XX
 
Los ritmos de crecimiento poblacional de Cali comparados con los del Valle (Cuadro 2),
obviamente deben analizarse a partir de los componentes demográficos que han podido
reconstruirse utilizando estimaciones, soportadas en referencias históricas y sobre todo en
otros estudios llevados a cabo, especialmente los de Flórez y Romero (op. Cit.), Bayona
(op. Cit.); Vásquez et al. (op. Cit.) y Escobar (1999), además de las proyecciones del
DANE, apoyadas en sus estudios de los censos de 1985, 1993 y 2005, con base en modelos
demográficos. Ver Cuadro 4.

El crecimiento vegetativo entre el período de 1851 y 1870 es muy bajo, al igual que
acontece en el conjunto del país, debido ante todo a las altísimas tasas de mortalidad (40,58
y 39,35 por 1.000 estimadas para los dos censos), no obstante también las altas tasas de
natalidad (56,25 y 50,01 por 1.000), además por los saldos netos migratorios negativos. El
resultado son tasas de crecimiento vegetativo muy débiles, por ejemplo, en 1870 del orden
de 10,66 por 1.000. Cali no logra concentrar una población estable muy seguramente
afectada por las guerras civiles. Es a partir de 1905 que se registra un crecimiento

  8
vegetativo con recuperación, al descender notablemente las tasas de mortalidad general,
pues se pasa de 39,35 a 28,39 muertes por 1.000 habitantes entre 1870 y 1905.

Pero va a ser después de 1912 en que los cambios se podrán observar mejor. La mortalidad
general tiene una disminución sistemática entre 1912 y 1938, con una natalidad
prácticamente constante, que se mantiene sin mayores cambios hasta 1964. Esto significa
que la tasa vegetativa, después de 1912, tiene una dinámica de ascenso notorio hasta 1964,
impulsada ante todo por la caída en la mortalidad general. Los descensos en la mortalidad
general ya en el siglo XX están marcados en un primera caída moderada entre 1912 y 1938,
asociada a la creación del acueducto municipal y los primeros trabajos de alcantarillado de
la ciudad (ver al respecto Vásquez et al. 1995B y 1995C; y Camacho, op. Cit.: 116-122).
Entre 1938 y 1951 hay una notoria caída de la mortalidad, precisamente relacionado con la
expansión de los servicios de agua y alcantarillado, y de ahí en adelante hasta 1973,
situándose en la década del setenta en 10 decesos por 1.000 habitantes. Ya en la década del
ochenta cae por debajo de 10 muertes hasta alcanzar los niveles más reducidos por debajo
de 5 muertes después del censo de 2005.
 
Cuadro No. 4: Cali - Comportamiento de las variables demográficas 1870-2015

Tasas (*1.000) % Contribución a la tasa total


Años Natalidad Mortalidad Vegetativa Migratoria Total Vegetativa Migratoria
1851 56,25 40,58 15,67
1870 50,01 39,35 10,66 -5,70 4,96
1905 42,50 28,39 14,11 10,23 24,34 58,0 42,0
1912 41,86 27,65 14,21 10,25 24,46 58,1 41,9
1918 40,85 20,88 19,97 50,70 70,67 28,3 71,7
1928 40,32 20,17 20,15 17,59 37,74 53,4 46,6
1938 41,15 20,04 21,11 21,81 42,92 49,2 50,8
1951 42,61 15,56 27,05 45,17 72,22 37,5 62,5
1964 41,58 13,08 28,50 31,14 59,64 47,8 52,2
1973 31,54 10,49 21,05 15,43 36,48 57,7 42,3
1985 23,49 7,48 16,01 14,45 30,46 52,6 47,4
1993 20,05 5,52 14,53 17,55 32,08 45,3 54,7
2005 14,89 5,01 9,88 0,085 9,97 99,1 0,9
2010 15,07 4,95 10,12 6,68 16,80 65,9 34,1
2015 14,78 4,93 9,85 2,35 12,20 80,7 19,3

Fuente: Estimaciones para 1851, 1870, 1905, 1912 y 1928 con base en Flórez y Romero (2010: 389). Estimaciones con base en Escobar
(1999: 6; Cuadro 5); y censos de población 1938, 1951, 1964, 1973, 1985 y 1993; y metodología de Vásquez et al. (1995: 37-40).
Estimaciones del censo 2005 (DANE) y proyecciones 2010 y 2015, siguiendo metodología DANE.

Los cambios poblacionales a partir de 1918 van a tener que ver con la fuerte dinámica de
migración que recibe Cali (ver Cuadro 4). Entre este año y 1951, con excepción de 1928,

  9
los flujos migratorios explican en más del 50% el crecimiento de la ciudad. Pero
previamente entre 1912 y 1918 el crecimiento de Cali ya se explica en más del 50% por
flujos de inmigrantes. Estos flujos provenían de diferentes regiones del país. Por un lado,
entre las más importantes, las que llegan al Valle y a Cali desde diversas zonas de
Antioquia y toda la región del viejo Caldas, bajo diversas oleadas hasta los años setenta en
el siglo XX (Bayona, 1992), en su gran mayoría población blanca, mestiza y mulata; y las
procedentes de la región andina nariñense y caucana, casi todas mestizas, mestizas-
indígenas e indígenas, sobre todo entre 1920 y 1970. Al lado de estas migraciones hay
importantes flujos de los departamentos vecinos como Tolima, Huila y Caquetá,
particularmente desde los años cincuenta, constituida por gente mestiza y mestiza-indígena.
No puede olvidarse que el departamento de Boyacá contribuye también en la colonización
de algunas zonas de montaña del Valle en su gran mayoría población mestiza y que los
migrantes de esta región con mayores capitales alcanzan a ubicarse en Cali en los años
sesenta, pero en este caso se trata de sectores blancos.

Sin embargo, los flujos de inmigrantes negros llegados a Cali también van a ser decisivos a
lo largo del siglo XX. Primero, poblaciones negras llegadas desde la zona plana del norte
del Cauca y sur del Valle, fenómeno presente a lo largo de todo el siglo XX (Barbary y
Hoffmann, 2004: 121-122; Urrea y Hurtado, 1997). Este proceso se acentuará a partir de la
expansión del cultivo de la caña de azúcar en la zona plana de todo el sur del Valle y norte
del Cauca (Urrea y Hurtado, 1997). En segundo lugar, en la mira de procurar que sus hijos
continuasen sus estudios, migrantes del Pacífico nariñense, que habían acumulado capitales
en la explotación minera, llegan durante los años cuarenta y cincuenta, en particular de
Barbacoas; y en Guapi se dará un fenómeno semejante hacia los años sesenta (Barbary y
Hoffmann, op. Cit.). Una tercera ola de migrantes negros viene del Chocó mediante la
cadena de la profesión del magisterio, fenómeno más marcado a partir de la década del
sesenta (Urrea, 2011). A su vez, después de 1960, el municipio de Buenaventura va a
contribuir con una oferta poblacional, relacionada primero con el desarrollo de la Empresa
Puertos de Colombia y, posteriormente, con los fenómenos socioeconómicos de crisis del
puerto en la década del noventa, y la consolidación de la Sociedad Portuaria (Palomeque,
1998 y 2003). Pero el flujo de mayor magnitud es aportado por el Pacífico sur, nariñense y
caucano, desde finales de la década del setenta. Municipios como Tumaco y en general el
conjunto de municipios de la costa Pacífica nariñense y caucana7. En esta última oleada se
conjugan fenómenos de desastres naturales como el maremoto en Tumaco y los municipios
nariñenses y caucanos costeros8, como los vaivenes económicos que vivía la costa Pacífica

                                                            
7
Además de Tumaco y Guapi, López de Micay y Timbiquí en el Cauca, y La Tola, El Charco, Magüí,
Mosquera, Olaya Herrera, Francisco Pizarro, Roberto Payán, Santa Bárbara de Iscuandé y Barbacoas, en
Nariño.
8
“Un terremoto importante de magnitud 7,9 grados Richter el 12 de diciembre de 1979 a lo largo de la costa
pacífica de Colombia y el Ecuador. El terremoto y el maremoto asociado fueron responsables de la
destrucción de por lo menos seis aldeas de pesca y de la muerte de centenares de personas en el departamento

  10
sentidos en los ríos y las cabeceras municipales ante las plagas de algunos cultivos como el
cacao y la caída de precios de la madera, entre los años setenta y ochenta. Pero también la
aparición de una capa aún reducida para esa época de bachilleres negros (mujeres y
hombres) que buscaban iniciar sus estudios post-secundarios en Cali. Por otra parte, hay
que señalar que después de Buenaventura, Tumaco desde los años sesenta se convierte en
una de las regiones del Pacífico con una presencia capitalista agroindustrial – vía el cultivo
de la palma aceitera - cuyos capitales en su mayor parte son procedentes de la burguesía
industrial de Cali y del Valle. Más tarde será la actividad de cultivo de camarón
(camaricultura) la que tendrá un apogeo durante la década del ochenta. Esto quiere decir
que el Pacífico sur va a tener en la segunda mitad del siglo XX una fuerte relación con Cali,
tanto en términos de capitales como en flujos poblacionales desde Tumaco y los diferentes
municipios de esa región (Barbary y Hoffmann, op. Cit.: 113-156; y Hoffmann, 2004: 206-
224). La modernización en el Pacífico sur a partir de 1950 tiene como epicentro de
acumulación capitalista Cali y el Valle (Hoffmann, op. Cit.). Estos últimos flujos
migratorios, en su gran mayoría de población negra, tuvieron como asentamiento el oriente
de Cali a lo largo de las décadas del ochenta y noventa en el siglo XX (Urrea y Murillo,
1999).

Los otros componentes dinámicos de la inmigración a Cali proceden del norte y centro del
Valle del Cauca. Muchos de ellos desde los años cincuenta relacionados con el fenómeno
de la violencia partidista hasta entrados los sesenta. Sin embargo, la migración económica
desde las cabeceras municipales y las áreas rurales del departamento hacia Cali juegan un
papel sobresaliente, ya que permiten entender el porqué Cali continúa después de 1951 a
mantener un ritmo de crecimiento superior al del departamento. Puede decirse que después
de 1964 la migración hacia ciudades como Palmira, Buga y Tuluá procedente de otros
departamentos pierde importancia, mientras en el caso de Cali continúan siendo decisivos.
Por el contrario, Buenaventura tiene otra dinámica más relacionada con los flujos
migratorios desde el Pacífico caucano, nariñense y chocoano que permiten explicar su
expansión poblacional. Finalmente, Cartago después de los años ochenta se articula cada
vez más al área metropolitana de Palmira-Dos Quebradas. Estos flujos departamentales
llegados a Cali, en términos raciales son mucho más mixturados. Se trata de población
blanca-mestiza en su gran mayoría – una buena parte descendientes de migrantes paisas de
las dos cordilleras y ciudades en la zona plana - y también negra-mulata, procedente del
centro (El Cerrito, Guacarí y Buga) y norte del departamento (Zarzal).

                                                                                                                                                                                     
de Nariño en Colombia. El terremoto se sintió en Bogotá, Pereira, Cali, Popayán, Buenaventura y otras
ciudades y aldeas importantes en Colombia, y en Guayaquil, Esmeraldas, Quito y otras partes de Ecuador. El
maremoto de Tumaco causó, al romper contra la costa, gran destrucción en la ciudad de Tumaco y las
poblaciones de El Charco, San Juan, Mosquera y Salahonda en el Pacífico colombiano. Este fenómeno dejó
un saldo de 259 muertos, 798 heridos y 95 desaparecidos”. Registrado por Wikipedia como uno de los
grandes Tsunamis del siglo XX.

  11
El departamento del Valle y, en particular, Cali, durante su rápido crecimiento poblacional
entre 1918 y 1964 había diversificado considerablemente su composición étnico-racial. Por
una parte, el aporte de las oleadas de colonos paisas aumentó la participación de la gente
blanca-mestiza en la ciudad. En cierta manera la ciudad se “blanqueó”, o para decirlo de
forma más precisa, adquirió un carácter de ciudad más mestizada, que combinaba grupos
poblacionales blanco-mestizos, mestizos-indígenas y negros-mulatos. No obstante, a partir
de la década del ochenta los flujos migratorios más dinámicos y constantes van a ser los
procedentes del Pacífico. Esto a la par de una aceleración en la conformación de un área
metropolitana que tiene a Cali como epicentro, constituida por los municipios del sur del
Valle y progresivamente todos los municipios de la zona plana del norte del Cauca, que han
tenido históricamente mayorías poblacionales negras (Urrea, 2010 A), al tiempo que se
intensifica la migración desde el Pacífico a la ciudad (Urrea y Hurtado, op. Cit.; Urrea, op.
Cit.). Por esta razón, puede sostenerse que en Cali a finales del siglo XX y comienzos del
XXI vuelve a tener un peso considerable la población negra-mulata. Se trata ahora de una
ciudad mestiza y negra-mulata, con una región metropolitana de mayoría negra (Urrea, op.
Cit.).

Los cambios observados en el Cuadro 4 que recoge el censo de 2005 en materia de saldos
netos migratorios, revela el desplome de este componente en la dinámica de crecimiento
poblacional después del censo de 1993. A partir de mediados de la década del noventa el
país y en particular el Valle y la ciudad de Cali entran en una dinámica progresiva de flujos
migratorios hacia el exterior (DANE, 2006; Garay y Medina, 2007). El Valle y Cali se
destacan en el censo 2005 como la región y la ciudad con mayor porcentaje de hogares que
tienen un miembro residiendo en el exterior (DANE, op. Cit.). Esto explica porqué el papel
de la migración cae entre 1993 y 2005 en Cali, fenómeno observado en el censo 2005 con
un saldo neto de apenas 0,085 por 1.000 (Cuadro 4). Debido a la crisis en los países
capitalistas centrales las migraciones de retorno no se hicieron esperar luego en los últimos
cinco años. De ahí que para el 2010 se estima en un 34,1% el aporte migratorio al total del
crecimiento de la ciudad, en una buena parte explicado por migrantes de retorno del
exterior, aunque también internos, desde las regiones tradicionales que han aportado
población a la ciudad, descendiendo al 19,3% en el 2015, a medida que se modera ese flujo.
En estos flujos juega un papel la población desplazada de áreas de conflicto armado9. De
cualquier modo, después del año 2005 el crecimiento urbano está más jalonado por la tasa
vegetativa (Cuadro 4). Por ello, la fuerte reducción de las tasas de crecimiento de población
observada en el 2005 y estimadas para el 2010 y 2015.

                                                            
9
Esta población desplazada ya está presente a lo largo de la década del noventa en la ciudad; sin embargo, las
salidas hacia el exterior de miembros con hogares en Cali y al cabo de un tiempo de hogares completos,
termina por pesar más en el balance entre entradas y salidas de población. Por esta razón, quizás el
desplazamiento en términos absolutos, con flujos de gente que llegan a Cali hasta el 2005 sencillamente
aporta en la medida en que evita que descienda más el saldo neto migratorio, de lo contrario sería francamente
negativo.

  12
Las fuertes caídas en las tasas de natalidad general que revela el Cuadro 4 a partir de 1985 y
sobre todo las captadas en el censo de 2005 – por debajo de 20 nacimientos por 1.000
habitantes - revelan los profundos cambios en los patrones de fecundidad en la ciudad.
Como se verá en el apartado siguiente se presenta desde la década del noventa un desplome
en la participación etaria de los grupos menores de 20 años, por debajo del 40%, lo cual
está asociado a tasas de fecundidad global que se acercan en descenso entre 2,2 y 1,9 hijos
por mujeres en edad fértil. Esta transformación es desigual, pudiéndose observar en detalle
por conglomerados urbanos. Por el momento es necesario resaltar esta tendencia que vive la
ciudad en los últimos 15 años, relacionada a la vez con el fuerte descenso en la mortalidad
general, cuando en la década del ochenta pasa a menos de 10 muertes por 1.000 habitantes,
y según estimaciones para el 2010 y 2015 ya es menor a 5 muertes. De ahí, que la tasa
vegetativa a partir de 1985 ya sea inferior a 20 personas por 1.000 habitantes por año
(Cuadro 4).

Las transformaciones en las estructuras etarias de la población caleña según grupos


quinquenales, en 140 años
 
Los 145 años en la historia de Cali, según el Cuadro 5, se pueden ordenar en los siguientes
cinco períodos de acuerdo con la dinámica de la transición demográfica que corresponden a
estructuras etarias diferentes:

a) Un primer período entre 1870 y 1912 con una población muy joven, entre 43,2% en 1870
y 38,3% en 1912 menor de 15 años, y la menor de 5 años entre 17,1% y 15,1%,
respectivamente. Por ello también la población entre 15 y 64 años se mueve en ese mismo
período entre 55% y menos de 60% (Cuadro 5), y la mayor de 64 años a duras penas oscila
entre 2,0 y 2,4%. Este período corresponde a estructuras etarias muy jóvenes con altas
tasas de mortalidad general como antes se analizó, y por lo mismo una esperanza de vida
para ambos sexos por debajo de los 40 años.

b) Un segundo período entre 1918 y 1951 en el cual comienza una reducción muy
moderada de la participación porcentual de los menores de 15 años (Cuadro 5) y un
aumento ligero de la población entre 15 y 64 años. En esta etapa hay un primer descenso de
la natalidad y mortalidad general (Cuadro 4).

c) Un tercer período de tipo shock marcado por el año 1964, cuando inusitadamente vuelve
a aumentar la participación de la población menor de 15 años (se pasa del 35,3% a 41,7%
entre 1951 y 1964) y las menores de 5 años y entre 5 y 9 años vuelven a tener una

  13
Cuadro No. 5: Cali - Estructura poblacional por grupos quinquenales de edad, 1870-2015

Grupos
etarios/ 1870 1900 1912 2010 2015
Años (*) (*) (*) 1918 1938 1951 1964 1973 1985 1993 2005 (**) (**)
0-4 17,1 16,5 15,1 14,8 12,4 14,0 16,6 12,1 10,4 9,3 8,3 7,5 7,1
5-9 14,6 13,1 12,5 12,2 11,4 11,2 14,0 13,2 10,6 9,4 9,2 8,1 7,6
10-14 11,5 10,9 10,7 10,5 10,2 10,1 11,1 13,4 10,1 9,9 9,5 8,5 7,7
15-19 10,6 10,7 10,6 10,4 10,9 11,1 10,3 12,5 11,1 9,7 9,1 8,9 8,3
20-24 10,0 10,4 10,5 10,7 12,5 12,1 9,3 10,2 12,0 10,6 9,2 9,3 8,9
25-29 9,5 9,9 10,1 9,3 10,0 9,8 8,1 7,9 9,9 10,3 8,3 8,5 8,3
30-34 7,1 7,2 7,5 7,3 7,5 7,4 7,1 6,4 7,8 9,5 7,5 7,7 7,8
35-39 7,0 7,2 7,3 6,7 7,1 6,6 5,9 5,6 6,5 7,5 7,4 7,1 7,3
40-44 4,1 4,3 4,7 5,0 4,5 4,8 4,5 4,8 4,8 5,7 7,2 7,2 7,4
45-49 2,7 2,9 3,1 3,6 3,6 3,7 3,6 3,7 4,0 4,3 6,0 6,7 6,9
50-54 1,8 2,0 2,4 2,7 3,2 3,0 3,0 3,0 3,6 3,7 4,8 5,5 5,9
55-59 0,8 1,0 1,2 1,5 1,9 1,9 1,9 2,2 2,8 2,9 3,7 4,3 4,9
60-64 1,2 1,7 1,9 2,3 2,0 1,6 1,8 1,9 2,2 2,6 2,8 3,3 3,7
65 y + 2,0 2,2 2,4 3,0 2,8 2,7 2,8 3,1 4,2 4,6 6,9 7,4 8,2

TOTAL 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Composición por grandes grupos
0-14 43,2 40,5 38,3 37,6 34,0 35,3 41,7 38,7 31,1 28,6 27,0 24,1 22,4
15-64 54,8 57,3 59,3 59,4 63,2 62,0 55,5 58,2 64,7 66,7 66,1 68,5 69,4
65 y + 2,0 2,2 2,4 3,0 2,8 2,7 2,8 3,1 4,2 4,7 6,9 7,4 8,2

TOTAL 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

(*) Datos estimados con base en Flórez y Romero (2010: 400) y Bayona (1992).
(**) Proyecciones de población con base DANE.
Fuente: censos de población 1912, 1918, 1938, 1951, 1964, 1973, 1985, 1993 y 2005; y proyecciones DANE, 2010 y 2015. Datos
estimados por el autor para 1870, 1900 y 1912.

 
participación porcentual muy similar a la alcanzada hacia comienzos del siglo XX para
estos grupos quinquenales de edad (16,6% y 14,0%), con un desplome consecuente de la
población entre 15-64 años (se pasa de 62,0% a 55,5%)10. También se trata de un período
en el que la población mayor de 64 años crece muy lentamente. Este período está
relacionado con las altísimas tasas de crecimiento poblacional de 1951 y 1964 que tiene
Cali (ver Cuadro 2), vinculadas a altas tasas de fecundidad global, por encima de 6,5 hijos
por mujer en edad fértil, con fuertes caídas en la mortalidad general (ver Cuadro 4). Este
                                                            
10
Obsérvese en el censo de 1964 que todos los grupos quinquenales de edad entre los 15 y 39 años alcanzan
las menores participaciones porcentuales de toda la serie (Cuadro 5), lo cual significa que la población caleña
vivió un proceso de intenso “rejuvenecimiento” durante las décadas del cincuenta y sesenta, jalonado por los
flujos migratorios y una recuperación de las tasas de natalidad general (ver Cuadro 4, datos censos de 1951 y
1964).

  14
período intercensal en Cali corresponde a la fase de “transición de la fecundidad” que
abarcó al conjunto de la sociedad colombiana. Para un análisis más detallado véase Flórez
(2000: 33-38).

d) Un cuarto período en el que Cali sigue la tendencia general del país de fuerte descenso
de la tasa de fecundidad global y consecuentemente de las tasas de natalidad general, pero
como era de esperar por tratarse de un centro urbano, con mayor intensidad: corresponde a
los profundos cambios en las estructuras etarias que se revelan en los censos de 1973 y
1985 (Cuadro 5). Los grupos quinquenales menores de 15 años pierden participación
porcentual de manera dramática (se desploman a 38,7% y 31,1% en los dos censos,
respectivamente), sobre todo cayendo las participaciones de los menores de 10 años
(Cuadro 5). Por el contrario, la población entre 15 y 64 años presenta un aumento
considerable en su participación porcentual, especialmente la mayor de 25 años desde 1973
en adelante, y por supuesto, la mayor de 64 años.

e) Un último período en el que se profundizan las transformaciones sociodemográficas


precedentes, a partir del censo de 1993: continúa la fuerte disminución de la población
menor de 15 años y el crecimiento de la población entre 15 y 64 años, y la de más de 64
años. De acuerdo con las proyecciones de población hacia el 2015 casi el 70% de las
personas en Cali se encuentran entre los 15 y 64 años, y ya el 8% presenta más de 64 años
de edad (Cuadro 5). Se trata entonces de una estructura etaria con un perfil de
envejecimiento poblacional muy marcado, con una esperanza de vida en el 2005 que
alcanzaba los 72,5 años para ambos sexos (ver Gráfico 4)11. Esto es correspondiente con la
sensible disminución de las tasas de natalidad y mortalidad general para este último
período, fenómeno antes analizado (Cuadro 4).

Cambios en la estructura del empleo según ramas de actividad y posición socio-


ocupacional en Cali en el siglo XX y comienzos del XXI desde una perspectiva de
género
 
De acuerdo con el Cuadro 6, el censo de 1918 corrobora lo que se analizaba previamente en
el Cuadro 2, sobre la base rural de la sociedad caleña a comienzos del siglo XX: el 31% de
la población económicamente activa ocupada (PEA ocupada) se encontraba en actividades
agropecuarias y extractivas, por supuesto con una preponderancia de población masculina.
En los hombres para esa época casi el 43% del empleo era en actividades primarias.

Las actividades manufactureras para la época eran, en su mayoría de corte artesanal –


pequeños talleres con trabajadores asalariados y artesanos individuales por encargo –
configuraban el segundo sector del empleo a comienzos del siglo XX con el 28,3% de la
                                                            
11
En 105 años se incrementó la esperanza de vida en 37,5 años para ambos sexos en Cali. Se pasa por debajo
de 40 años (alrededor de 35 años) en 1900 a 72,5 años en el 2005.

  15
PEA ocupada (Cuadro 6). Aquí es preciso destacar el efecto de género, ya que constituye
casi el 46,0% del empleo femenino para la época, mientras era sólo el 21,0% del empleo
masculino. Se trataba así de pequeños talleres bajo una organización del trabajo artesanal y
una población asalariada principalmente femenina. La proletarización fabril de las mujeres
en Cali estaba pues ya presente en las primeras décadas del siglo XX.

Debido al tipo de registro de la información censal, la categoría de “otras actividades”


ocupa el tercer porcentaje en importancia con el 16,4%, pero en el caso de las mujeres
llegaba al 31%. Esto explica el porqué tan baja era su participación en la rama de servicios
en 1918 (apenas el 4,5%). En “otras actividades” se escondían una amplia gama de
servicios, entre ellos el doméstico asalariado y otros que caen en diversas esferas como el
trabajo sexual y en general, muchos oficios de “cuidado”, casi siempre a cargo de las
mujeres. Por el contrario, en los hombres este grupo indefinido llega sólo al 10,0% (Cuadro
6).

En un cuarto lugar se encuentran las actividades de comercio y restaurantes con el 13% y


una distribución porcentual cercana entre hombres (12,4%) y mujeres (14,4%). El quinto
lugar corresponde a los servicios con la advertencia precedente del fuerte sub-registro,
sobre todo para las mujeres.

En el censo de 1938 ya se observan importantes cambios. La primera a destacar es la fuerte


masculinización de la PEA ocupada en veinte años en Cali: se pasa del 30,6% de mujeres
en el empleo total para 1918 al 25,3% para 1938.

En segundo lugar, se advierte el descenso del empleo en actividades primarias al 20,7%,


pero obviamente sigue siendo una importante fuente de empleo masculino con casi el 27%
del mismo. La manufactura mantiene su participación porcentual con el 28%, pero
disminuyendo ligeramente la participación de las mujeres y aumentando sensiblemente la
de los hombres. Esto explica en buena medida lo que antes se anotó sobre masculinización
del empleo. Sin embargo, en términos absolutos entre 1918 y 1938 las mujeres duplicaron
sus efectivos en el sector manufacturero, ante todo tratándose ya para finales de la década
del treinta de grandes y medianos talleres fabriles, es decir, ya existía un régimen en Cali de
explotación capitalista de fábrica moderna con mano de obra femenina. Un ejemplo
interesante fue la fábrica textilera La Garantía con más de 1.000 trabajadores para la década
del cuarenta, con la más alta participación de empleo femenino (Ocampo, 2007: 255;
Arroyo, 2006)12.

                                                            
12
Como señala Arroyo (op. Cit.: 37) las mujeres de La Garantía participaron en los movimientos
huelguísticos históricos que tocaron a la sociedad caleña de 1931, 1933 y 1937. En los años treinta ya esta
fábrica contaba con más de 500 operarias. Para Ordoñez (1995: 167) el millar en esta empresa se logra en
1951, alcanzando la cifra máxima en 1976 con 2.680 operarios.

  16
Cuadro No. 6: Cali - distribución de la población ocupada por ramas de actividad económica y sexo 1918 - 2007, con base en censos de población
y encuestas de hogares

Grandes ramas de actividad 1.918 % 1.938 % 1.951 % 1964 % 1.973 % 1.994 % 2000 % 2007-2008 %
Agricultura y ganadería, Hombres 6.151 42,4 8.355 24,6 3.248 4,0 4.693 2,8 7.727 2,9 9.135 2,0 4.673 1,0 6.507 1,3
explotación forestal, caza y
pesca Mujeres 287 4,5 276 2,4 126 0,4 300 0,4 672 0,6 1.835 0,6 1.310 0,4 2.308 0,6

Subtotal 6.438 30,8 8.628 19,0 3.374 3,0 4.992 2,1 8.398 2,2 11.291 1,5 6.358 0,8 8.907 1,0

Hombres 77 0,5 754 2,2 1.084 1,3 1.369 0,8 2.222 0,8 2.550 0,6 935 0,2 451 0,1
Industrias extractivas Mujeres 18 0,2 40 0,1 57 0,1 69 0,1 359 0,1 327 0,1 443 0,1

Subtotal 77 0,4 772 1,7 1.125 1,0 1.426 0,6 2.290 0,6 3.011 0,4 1.590 0,2 890 0,1
Industria Manufacturera
(artesanal y gran
manufactura) Hombres 3.011 20,8 7.647 22,5 22.588 27,8 42.027 25,2 68.409 25,8 104.538 23,0 99.541 21,3 98.695 19,3
Mujeres 2.912 45,6 4.974 43,3 8.790 28,2 17.166 24,2 29.318 25,2 66.953 22,5 61.233 18,7 66.763 17,6

Subtotal 5.923 28,3 12.624 27,8 31.377 27,9 59.193 24,9 97.727 25,6 171.613 22,8 160.545 20,2 165.672 18,6

Hombres 3.630 10,7 11.129 13,7 22.132 13,3 27.772 10,5 47.254 10,4 30.844 6,6 52.160 10,2
Edificaciones y construcciones Mujeres 48 0,4 117 0,4 452 0,6 859 0,7 1.664 0,6 1.965 0,6 2.253 0,6

Subtotal 3.677 8,1 11.246 10,0 22.583 9,5 28.631 7,5 51.183 6,8 32.586 4,1 54.333 6,1

Hombres 388 2,7 2.342 6,9 8.811 10,8 16.203 9,7 19.584 7,4 54.160 11,9 46.733 10,0 59.831 11,7
Transportes y comunicaciones Mujeres 16 0,3 102 0,9 298 1,0 675 1,0 1.031 0,9 6.852 2,3 7.204 2,2 9.483 2,5

Subtotal 404 1,9 2.442 5,4 9.110 8,1 16.878 7,1 20.614 5,4 63.226 8,4 54.045 6,8 69.475 7,8

Hombres 1.797 12,4 5.370 15,8 11.087 13,6 32.192 19,3 60.984 23,0 120.463 26,5 121.973 26,1 149.833 29,3

Comercio y restaurantes Mujeres 923 14,4 1.040 9,1 3.083 9,9 11.311 15,9 24.909 21,4 95.314 32,0 91.358 27,9 133.146 35,1

Subtotal 2.720 13,0 6.409 14,1 14.170 12,6 43.503 18,3 85.893 22,5 214.516 28,5 213.000 26,8 283.245 31,8

Observaciones: la ENH etapa 84 de 1994, la 110 de 2000 y la GEIH de diciembre 2007 enero 2008 están estimadas por el autor sólo para Cali, con base en ajuste censo 2005.
Fuente: Censo de población 1918, 1938, 1951, 1964 y 1973; ENH etapas 84 para 1994 y 110 para Diciembre 2000; y GEIH para Diciembre 2007 – Enero 2008.

  17
Cuadro No. 6 (Continuación): Cali - distribución de la población ocupada por ramas de actividad económica y sexo 1918 - 2007, con base en
censos de población y encuestas de hogares

2007-
Grandes ramas de actividad 1.918 % 1.938 % 1.951 % 1964 % 1.973 % 1.994 % 2000 % 2008 %

Hombres 1.625 11,2 3.898 11,5 13.112 16,1 31.384 18,8 45.752 17,2 94.265 20,7 134.591 28,8 110.968 21,7
Servicios (todo tipo de servicios) Mujeres 290 4,5 1.913 16,7 16.016 51,4 36.842 52,0 51.593 44,3 103.121 34,6 137.201 41,9 132.388 34,9

Subtotal 1.915 9,2 5.812 12,8 29.128 25,9 68.226 28,7 97.345 25,5 194.194 25,8 272.608 34,3 243.163 27,3

Hombres 231 0,7 1.423 1,8 5.705 3,4 6.627 2,5 19.536 4,3 25.236 5,4 30.171 5,9
Sector financiero y actividades
inmobiliarias Mujeres 264 0,8 1.426 2,0 4.062 3,5 21.804 7,3 26.523 8,1 32.243 8,5

Subtotal 231 0,5 1.687 1,5 7.132 3,0 10.689 2,8 40.645 5,4 51.660 6,5 62.350 7,0

Hombres 608 0,7 1.712 1,0 3.398 1,3 2.721 0,6 2.804 0,6 2.627 0,5
Servicios de Gas, Agua y
Electricidad Mujeres 68 0,2 190 0,3 420 0,4 163 0,1 327 0,1 181 0,0

Subtotal 675 0,6 1.902 0,8 3.817 1,0 3.010 0,4 3.179 0,4 2.871 0,3

Hombres 1.461 10,1 1.692 5,0 8.299 10,2 9.390 5,6 22.840 8,6
Otras actividades Mujeres 1.962 30,7 3.118 27,1 2.273 7,3 2.496 3,5 3.501 3,0

Subtotal 3.423 16,4 4.813 10,6 10.572 10,0 11.886 5,0 30.158 7,9

Hombres 14.510 69,4 33.921 74,7 81.315 72,3 166.806 70,2 265.314 69,5 454.623 60,4 467.328 58,8 511.244 57,4
Total Población Ocupada Mujeres 6.390 30,6 11.488 25,3 31.148 27,7 70.915 29,8 116.433 30,5 298.064 39,6 327.448 41,2 379.209 42,6
Total 20.900 100,0 45.409 100,0 112.463 100,0 237.721 100,0 381.746 100,0 752.688 100,0 794.776 100,0 890.907 100,0

Observaciones: la ENH etapa 84 de 1994, la 110 de 2000 y la GEIH de diciembre 2007 enero 2008 están estimadas por el autor sólo para Cali, con base en ajuste marco muestral censo 2005, excluyendo
a Yumbo.
Fuente: Censos de población 1918, 1938, 1951, 1964 y 1973; ENH etapas 84 para 1994 y 110 para Diciembre 2000; y GEIH para Diciembre 2007 – Enero 2008.

  18
No obstante, en el censo de 1938 continúa un alto porcentaje de “otras actividades”, con el
10,6%, pero concentrándose entre las mujeres (27,1%). Sin embargo, ya en 1938 las
actividades de todo tipo de servicios sí registran un importante empleo femenino a
diferencia de 1918, con el 16,7%, muy por encima de los hombres (11,5%), como era de
esperar. Por otra parte, en 1938 ya aparecen claramente otras ramas de actividad como el
sector financiero e inmobiliario (0,5%) y el sector de edificaciones y construcciones
(8,1%), de predominio masculino, aparece por vez primera registrado. Aumenta su
participación el sector de transportes y comunicaciones (5,4%), lo cual refleja una mayor
diversificación económica en la ciudad.

En realidad, la masculinización del empleo entre los dos censos también tuvo que ver con
nuevas actividades en las que entran preferencialmente más los hombres que las mujeres
para la época. Por ejemplo, para esa época el sector financiero era un empleo masculino
como indican los datos. Sólo desde 1951 comienza a aparecer en este sector paulatinamente
una población laboral femenina.

Para el año 1951 los cambios se han profundizado considerablemente. Por ejemplo, las
actividades primarias se desploman como fuente de empleo en Cali, a menos del 4%, y de
ahí en adelante en los siguientes censos y encuestas de hogares se tratan de actividades
marginales en el mercado de trabajo caleño (Cuadro 6).

La manufactura en 1951 continúa con la misma participación porcentual en el empleo del


municipio (28%), pero aquí la participación masculina es significativamente mayor (es 2,6
veces la mano de obra femenina fabril). Entre 1938 y 1951 se ha producido una
redistribución por género de las actividades manufactureras como indican los datos, sin que
esto conlleve en términos absolutos un desplome del empleo fabril femenino, todo lo
contrario, ellas pasaron de 4.974 trabajadoras a 8.790 entre los dos censos.

Las “otras actividades” indefinidas se mantienen en un 10%, pero ahora son más
masculinas que femeninas. Esto es consistente con el patrón general de masculinización
anotado previamente.

En 1951 los servicios se posicionan por vez primera como la segunda rama de actividad
más importante (26%), destacándose aquí las mujeres con el 51,4% del empleo total
femenino; o sea, se destaca un giro del empleo manufacturero al de servicios para las
mujeres, fenómeno visible por vez primera. El comercio y restaurantes ocupan el tercer
puesto en peso porcentual (12,6%), seguidos de edificaciones y construcciones (10,0%) y
transporte y comunicaciones (8,1%), con predominios masculinos.

En 1951 la división social del trabajo en Cali ya se hace visible con la presencia de todo
tipo de ramas de actividad. Por ejemplo, se observan algunas que no aparecían antes como

  19
los servicios de gas, agua y alcantarillado, mientras otras como el sector financiero e
inmobiliario se fortalecen al aumentar su participación en el empleo (del 0,5% en 1938 al
1,5% en 1951).

Para 1964 la manufactura decrece ligeramente en su participación porcentual con un 25% y


una participación cercana entre hombres y mujeres (Cuadro 6). Los servicios pasan al
primer puesto en la participación porcentual en el empleo de Cali con el 29,0%. El rubro de
“otras actividades” pierde sensible importancia al caer al 5%. El sector de comercio y
restaurantes aumenta su participación porcentual (18,3%), con un relativo predominio
masculino. Le siguen edificaciones y construcciones que mantienen su participación
porcentual con respecto a 1951 (9,5%). Para 1964 continúa la ampliación porcentual de
otras ramas como el sector financiero e inmobiliario (3,0%), duplicando su participación
con respecto al censo anterior.

La década del sesenta revela una diversificación en las actividades económicas de Cali,
especialmente hacia los servicios, pero la manufactura mantiene su peso específico con más
del 25,0% del empleo en el municipio.

El año de 1973 presenta una distribución por ramas de actividad muy semejante a 1964. No
obstante, llama la atención que la manufactura amplía ligeramente su peso porcentual
(26,0%) y en particular, que la rama de comercio y restaurantes gana un importante
aumento (22,5%), para ambos sexos, pero más para las mujeres en términos relativos. Este
dato posiblemente tiene que ver con las inversiones en desarrollo de la infraestructura
urbana vinculadas a los VI Juegos Panamericanos que se realizaron en Cali entre el 30 de
julio y 13 de agosto de 1971, al igual que las nuevas inversiones en hotelería para la
época13. También las “otras actividades” no definidas crecen ligeramente su participación
porcentual (8,0%), lo cual está muy asociado a la rama anterior, pero en este caso más
favorable a los hombres. Las demás ramas de actividad se mantienen cercanas a las
distribuciones porcentuales del censo anterior.

Es necesario señalar que la década del setenta el polo industrial de Yumbo estaba
plenamente consolidado al nivel de gran industria, especialmente en bienes intermedios.
Además, que la mayor parte del empleo industrial de operarios, técnicos, ingenieros y
directivos de esas grandes empresas residía y reside en Cali. Es decir, Yumbo en las
décadas del sesenta y setenta se convirtió en la principal fuente del empleo industrial – en
grandes establecimientos – de Cali. El desarrollo industrial en el área metropolitana Cali-
Yumbo logró su mayor apogeo precisamente en la década del setenta. Esto se refleja en los
datos del censo de 1973. Por otro lado, los censos de 1964 y 1973 revelan ya una alta
                                                            
13
En el año de 1971 fue inaugurado el Hotel Intercontinental de Cali, construido en el contexto de los VI
Juegos Panamericanos realizados en Cali. Otros hoteles, a la vez que el sector de restaurantes tuvo un
crecimiento importante a comienzos de la década del setenta en la ciudad.

  20
participación del empleo femenino en la PEA ocupada con un 30,0%. Entre 1938 y 1973
esta participación aumenta del 25,3% al 30,5%, para continuar en una expansión paulatina
en los años posteriores, lo cual es el reflejo del aumento de la tasa de participación laboral
femenina en Cali. Sin embargo, esta expansión se da en las diferentes ramas de actividad
económica bajo un patrón muy distinto al de 1918.

A partir de 1994 ya se detecta una tercera ola de profundos cambios en la estructura del
empleo caleño:

a) Hay una diminución notoria de la participación del empleo manufacturero, ubicándose


en un 23,0%, pero aquí ya se capta una fuerte feminización pues alcanza el mismo
porcentaje del empleo masculino con 67.000 efectivos las mujeres versus 105.000 los
hombres (Cuadro 6). Así, para 1994 las mujeres habían logrado casi el 40,0% del empleo
manufacturero de Cali.

b) Las actividades de comercio y restaurantes y las de todo tipo de servicios concentran ya


la mayor parte de los empleos caleños. Si bien en términos absolutos en el sector de
comercio y restaurantes hay más hombres que mujeres, en términos porcentuales esta rama
pesa más en el empleo femenino (32,0% para las mujeres versus 26,5% para los hombres;
para un total de 28,5%, ver Cuadro 6). En la de servicios más de la mitad de la mano de
obra es femenina, como era de esperar, según ya también lo registran los censos anteriores
(1951, 1964 y 1973), entre un 53% y 55%.

c) El sector financiero e inmobiliario se destaca con una participación porcentual del 5,4%,
pero en este caso ya las mujeres representan la mayor parte de la mano de obra con el
54,0%. Esto refleja las transformaciones en el sector con el ingreso masivo de mujeres en
las corporaciones de ahorro y vivienda durante los años setenta y ochenta y ampliándose en
los noventa con la nueva modalidad de banca multiservicios que se desarrolla con la
apertura de la economía en esta última década.

d) Las ramas de edificaciones y construcciones y de transporte y comunicaciones como era


de esperar al igual que en las principales ciudades tienen porcentajes destacados,
registrándose este efecto en la encuesta de hogares de 1994: 6,8% para la primera y 8,4 para
la segunda. En términos absolutos de población laboral ocupada en la rama de edificaciones
y construcciones creció el empleo entre 1973 y 1994 de modo notorio (51.183 trabajadores
versus 28.631), pero disminuyó la participación porcentual. En la rama de transporte y
comunicaciones se triplican los efectivos.

e) Se presenta una caída en el empleo de la rama servicios de gas, agua y electricidad para
1994 con respecto a 1973: se pasa de 3.817 trabajadores a 3.010, y la participación
desciende de 0,8% a 0,4%. Esto refleja los cambios en la contratación laboral en las

  21
empresas públicas municipales de la ciudad (EMCALI), vía subcontratación y la
privatización de una serie de servicios especializados dentro de la rama, procesos que se
consolidan durante la década del noventa.

f) En el registro de la encuesta de hogares de 1994 desaparecen las “otras actividades” no


definidas, lo que se explica por el carácter más especializado de esta encuesta en la
captación de las características de la población económicamente activa ocupada.

g) La encuesta de hogares de 1994 ya registra cerca del 40,0% del empleo total de la ciudad
como femenino (Cuadro 6).

Tendencias más recientes: la primera década del siglo XXI en Cali y la estructura del
empleo (Cuadro 6)

La primera década del siglo XXI capturada a través de dos encuestas de hogares, diciembre
de 2000 y diciembre 2007/enero 2008 (GEIH14), permite observar que continúa la
tendencia de aumento de la PEA ocupada femenina: entre el 2000 y final del 2007 y
comienzos del 2008 se alcanza el 41,2% y casi el 43,0% del empleo total como mano de
obra femenina (Cuadro 6). Este fenómeno acompaña las grandes transformaciones con las
caídas de la tasa de natalidad general y la tasa global de fecundidad en la ciudad.
Ciertamente la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y el descenso de su
participación como carga laboral en tareas domésticas es un logro. Sin embargo, es preciso
advertir que este descenso no corresponde a una reestructuración en las desigualdades de
género entre mujeres y hombres, sobre todo en lo relacionado con la división sexual del
trabajo reproductivo, más bien ha significado un aumento en la carga laboral de las mujeres
que soportan ambas actividades laborales.

El franco predominio de los servicios y de la rama de comercio y restaurantes en el empleo


caleño marca la primera década del siglo XXI. El 2000 fue un año de modesta recuperación
después de la crisis recesiva de 1999, en cambio el 2007 fue el de mayor tasa de
crecimiento de la economía durante esta década. Para el año 2000 aún en medio de la crisis
el sector servicios sufre una inflación en términos de empleo para hombres y mujeres con
un 34,3% para ambos sexos, pero para las mujeres llegó a un porcentaje excesivamente
elevado con el 41,9%, mientras en el caso de los hombres fue más moderado con el 28,8%
(Cuadro 6). Los servicios constituyen una de las ramas de refugio en el empleo de
rebusque caleño – similar en otras ciudades del país -, aunque es preciso señalar que en las
estadísticas disponibles se tiene toda clase de servicios, desde los más calificados hasta los
de baja calificación y no calificados. Los dos últimos fueron los que crecieron a costa

                                                            
14
Gran Encuesta Integrada de Hogares, DANE.

  22
seguramente de los primeros. En cambio, para el 2007/2008 el sector de servicios
disminuye en términos absolutos y relativos su participación, beneficiándose otros sectores,
entre ellos el de comercio y restaurantes (pasa de 26,8% en el 2000 al 31,8% en el
2007/2008, pero también el empleo en transporte y comunicaciones, tanto para hombres
como para mujeres (pasa del 6,8% al 7,8%), al igual que el de edificios y construcciones
(del 4,1% al 6,1%), en este caso ante todo mano de obra masculina. Al agregar servicios
con comercio y restaurantes se tiene en el 2000 el 61,1% del total del empleo caleño y en el
2007/2008 el 59,1%.

Es de anotar que el empleo manufacturero en Cali entre las dos encuestas de hogares no
registró cambios notables, más bien se puede detectar un estancamiento, especialmente para
los hombres. Se pasó de 160.545 trabajadores a 165.672. Los hombres pasaron de 99.541 a
98.695, mientras las mujeres de 61.233 a 66.763. Debe observarse que entre 1994 y 2000 se
perdieron gran cantidad de puestos de trabajo manufactureros en Cali como lo muestra el
Cuadro 6 (se pasó de 171.613 puestos a 160.543), concordante con la fuerte crisis
económica con la mayor inflexión del ciclo en 1999. Es decir, que la recuperación del
empleo manufacturero en Cali ha sido muy débil en la primera década del siglo XXI, no
obstante, la mayor tasa de crecimiento del PIB obtenida en el año 2007 para toda la década
(Urrea, 2010 C).

La última década muestra una estructura del empleo centrada en los servicios, el comercio
y los restaurantes, con pérdida de la manufactura como fuente de empleo en Cali. La
reestructuración productiva iniciada en la década del noventa (Urrea, 2010 C), ha
conllevado a una deslocalización industrial alrededor de actividades maquiladoras en el
norte del Cauca a través de las empresas manufactureras desarrolladas bajo el paraguas de
la Ley Páez y en otras áreas de la región del Valle y en el mismo municipio de Yumbo,
pero bajo un modelo de contratación laboral diferente al que existía en décadas anteriores.
La lógica de empresas en zonas francas en actividades de maquila bajo un régimen de
subcontratación mediante empresas de empleo temporal ya es ampliamente generalizado en
Cali y la región del Valle y norte del Cauca (Urrea, 2010 A). En este modelo manufacturero
hay una demanda importante para el empleo femenino pero más el relacionado con áreas
geográficas por fuera de Cali como los municipios en el norte del Cauca.

Evolución de la posición socio-ocupacional de la población ocupada caleña por sexo,


1918-2007/2008

El Cuadro 7 nos da un panorama de los cambios en la posición socio-ocupacional en 90


años del empleo en Cali. Los datos del censo de 1918 a pesar de su reducida diferenciación,
revelan el alto peso del trabajo artesanal bajo la modalidad independiente, la existencia de
una población campesina (como pequeños propietarios) y la presencia de pequeños talleres
con trabajadores asalariados, tanto hombres como mujeres. En este contexto social los

  23
hombres están en más de la mitad (53,2%) en oficios como asalariados, mientras las
mujeres en un 69% en oficios como trabajadoras cuenta propia o independientes (Cuadro
7).

Para 1938 ya hay cambios interesantes. Por ejemplo, se pueden diferenciar peones y
obreros de los asalariados empleados. Entre los hombres predomina como en el censo
anterior el trabajo asalariado (62,2%), y en él, el mayor porcentaje corresponde a peones y
obreros en Cali (38,1%). Un poco menos del 30% de los hombres son dueños, patronos,
directores. Entre las mujeres el porcentaje de asalariadas sigue bien menor como antes
(33,3%), constituyendo entre ellas más de la mitad, el 18,7% mujeres peones y obreras, lo
cual corrobora la proletarización de la mujer para ese período; pero la otra posición socio-
ocupacional femenina destacada es la de trabajadoras familiares sin remuneración y
empleadas domésticas con el 29,5% del total del empleo femenino. Impresiona el alto
porcentaje de mujeres dueñas, patronas, directoras con el 30,5% del empleo femenino.

Los altos porcentajes de patronos, directores, dueños de establecimientos (30,5% del


empleo total para ambos sexos) muestra la existencia para esa época de un sinnúmero de
pequeños establecimientos comerciales (tiendas), pequeños y medianos talleres
artesanales, campesinos que contrataban mano de obra en pequeña escala en el área rural.
Era una economía con algunos contados grandes establecimientos manufactureros que
empleaban ya una masa de trabajadores y el resto pequeños establecimientos con
predominio de trabajadores artesanos, unos asalariados y otros individuales. Es posible que
una parte de estos últimos haya sido clasificada como dueños de sus propios negocios.

En 1951 el panorama ya se acerca más a un patrón más diferenciado socialmente: el grupo


de patronos, directivos, dueños conforma un porcentaje pequeño (3,8% para los dos sexos;
4,9% para los hombres y apenas 0,9% para las mujeres), lo que quiere decir que una buena
parte de los pequeños establecimientos habían desaparecido o sus dueños ya fueron para
este censo clasificados más como cuenta propia, en el caso de ser trabajadores individuales.
En este censo el asalariamiento se hace más visible con el 69,0% para ambos sexos, y con
un mayor asalariamiento en el caso de las mujeres con el 78,4%, pero en este caso se
concentran como empleadas (60,3%) y apenas el 18,2% como obreras o peones. Como
cuenta propia pesan más los hombres (21,3%) que las mujeres (17,0%). Ahora bien, ¿dónde
están las mujeres empleadas domésticas? Es muy probable que la mayor participación
asalariada se explique porque en este grupo quedaron clasificadas, en particular bajo la
categoría de empleadas. Por ello el alto porcentaje en el grupo de empleadas. Además, la
categoría no definida en 1951 se incrementa (6,3%) con respecto a 1938, pero sobre todo
entre los hombres (7,7%), ver Cuadro 7.

En 1964 se observan tendencias similares a 1951, aunque aumenta considerablemente la


condición asalariada con el 73,5% para ambos sexos, el 82,7% para las mujeres y el 69,9%

  24
para los hombres. Los peones y obreros disminuyen ligeramente su participación con
respecto al censo de 1951 (27,0% versus 29,6%). De nuevo las mujeres en el empleo
doméstico parece que han sido clasificadas al igual que en el censo de 1951, como
empleadas dentro de las asalariadas, de ahí que llegan a 69,2%. Los hombres aumentan
ligeramente su participación en la modalidad cuenta propia y las mujeres bajan su
participación en esta categoría. Las categorías no definidas pierden participación
porcentual.

En el año 2000 el asalariamiento disminuye sensiblemente con respecto a los años


anteriores. Desafortunadamente no se tienen datos para 1973 ni 1994. Lo que se puede
observar es que se dispara la condición de trabajo cuenta propia (29,5%) y éste entre los
hombres alcanza a llegar al 35,0% del empleo masculino. En las mujeres llega al 21,5% del
femenino, más el 18,9% en la condición de empleadas domésticas (Cuadro 7). La posición
de empleadores, dueños, patrones se mueve alrededor del 5,0%, pero entre los hombres
alcanza un porcentaje mayor (6,8%), mientras entre las mujeres es bien más bajo (2,7%).
En realidad en los tres censos anteriores la participación porcentual de las mujeres como
empleadoras, dueñas de negocios, etc. es siempre bien menor. Otro aspecto que llama
mucho la atención es el desplome de la categoría de peones u obreros ya para el año 2000.
La razón de esta caída tiene que ver por un lado con el sistema de clasificación de la
posición socio-ocupacional que opera en la encuesta de hogares pero que también se ha
venido modificando en los censos desde 1973; por otro lado, el descenso también responde
parcialmente a la realidad de la desaparición de muchos empleos asalariados como obreros
calificados y no calificados durante la década del noventa, con el cierre de plantas
industriales. En cambio, otros obreros u operarios de planta han sido substituidos por
trabajadores bajo la modalidad de outsourcing o subcontratación, cayendo algunos de ellos
en la clasificación de trabajadores independientes.

En la encuesta diciembre 2007/enero 2008, se mantienen similares tendencias que en la


encuesta de 2000, sólo que en el caso de las mujeres aumenta fuertemente la condición
como trabajadora cuenta propia (se pasa de 21,5% a 36,0%), y en general para los dos
sexos se incrementa esta modalidad (34,6%), aunque se modera para los hombres,
disminuyendo ligeramente. También, el asalariamiento para ambos sexos tiene una merma
en su participación porcentual de cuatro puntos (52,6% en el 2007/2008 versus 56,9% en el
2000), relacionada con el aumento del cuenta propismo. Ver Cuadro 7.

En síntesis, en la primera década del siglo XXI la condición socio-ocupacional de


trabajador independiente o por cuenta propia gana terreno ampliamente en el mercado
laboral caleño, tanto para hombres como para mujeres, aunque más para los primeros. En
contraposición el asalariamiento ha perdido peso porcentual, más para las mujeres, pero
también para los hombres. Ahora bien, mirando para un período más largo, es claro que la
condición asalariada mayoritaria detectada hasta el censo de 1964 ya no tiene asidero.  

  25
Cuadro No. 7: Cali - distribución de la población ocupada según posición socio-ocupacional y sexo 1918-2007, con base en censos y encuestas de
hogares
1918 1938 1951 1964 2000 2007-2008
Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total
Dueños, directores, patronos, gerentes
(empleadores) 29,4 33,3 30,5 4,92 0,9 3,8 5,1 1,2 4,0 6,8 2,7 5,1 6,2 3,3 4,9
Asalariados 53,2 31,2 40,0 62,2 33,3 54,3 65,42 78,4 69,0 69,9 82,7 73,5 56,9 56,8 56,9 58,0 45,5 52,6
Empleados 24,2 14,6 31,46 60,3 39,4 37,3 69,2 46,6 52,2 50,7 51,6 0,0 0,0 0,0
Peones y obreros 38,1 18,7 33,96 18,2 29,6 32,6 13,4 27,0 4,8 6,0 5,3 0,1 0,0 0,0
Cuenta propia (trabajadores
independientes) 46,8 68,8 60,0 1,7 0,1 1,3 21,31 17,0 20,1 20,2 12,7 18,0 35,0 21,5 29,5 33,2 36,0 34,6
Otras (trabajador familiar no
remunerado y empleo doméstico) 2,1 29,5 9,6 0,64 0,9 0,7 0,9 0,9 0,9 1,1 18,9 8,4 2,4 15,1 7,7
Categoría no definida 4,5 3,7 4,3 7,70 2,7 6,3 7,6 3,7 6,5 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,00 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Observaciones: la ENH etapa 110 de 2000 y la GEIH de diciembre 2007 enero 2008 están estimadas sólo para Cali, con base en ajuste censal de 2005.
Fuente: Censos de población 1918, 1938, 1951 y 1964; ENH etapa 110 para diciembre 2000; y GEIH para diciembre2007-enero 2008.

  26
Además, entre las mujeres caleñas el empleo doméstico sigue siendo importante, aun
cuando hubo una pequeña disminución entre el 2000 y el 2007/2008.  
 
Grupos étnico-raciales en el Valle y en Cali en el 2005

Abordamos en el Cuadro 1 la sociedad caleña de acuerdo al sistema de clasificación racial


en el censo de 1918, con todas las limitaciones y arbitrariedades ideológicas que haya
podido tener. Al fin y al cabo, es una fotografía de cómo los grupos sociales en Cali estaban
inscritos en un orden socio-racial clasificatorio para esa época. Sin embargo, una mirada
crítica contemporánea de Cali no es posible tenerla sin evaluar qué sucede en la actualidad
con los grupos étnico-raciales en la sociedad caleña después de los cambios generados por
los flujos migratorios con diferentes composiciones raciales y las dinámicas de natalidad y
mortalidad que cada cohorte generacional de un determinado grupo social ha conllevado,
de acuerdo a un patrón de desigualdad social a lo largo de casi 90 años. Esto lo permite de
alguna forma hacer el censo de 2005 al introducir la variable étnica-racial.

El Valle para el censo 2005 era el departamento con mayor población que se
autorreconoció bajo algunas categorías que corresponde al término empleado hoy en día
como afrodescendiente en Colombia15 y en general en los países de América Latina y el
Caribe16. El Valle es mayor numéricamente incluso con respecto a otros departamentos
tradicionalmente con la mayor concentración de gente negra en el país (Bolívar y Chocó),
pero también en relación a departamentos como Antioquia que cuentan con dos regiones de
amplia mayoría negra (los municipios del Urabá antioqueño y los del Bajo Cauca). Por otra
parte, Cali es el primer municipio del país con el mayor número de habitantes que se
autorreconocieron en el censo en alguna de las categorías como gente negra, muy por
encima de municipios como Cartagena, Buenaventura, Quibdó (Urrea, 2010 B).

El Cuadro 8 permite comparar de alguna forma la distribución de la población por grupos


étnico-raciales, según las categorías censales usadas en el 2005, para Cali, los mismos
municipios que analizamos en el censo de 1918 (Jamundí, Palmira, Candelaria y
Buenaventura) y el conjunto del departamento del Valle. Al igual que en el año 1918 se
observa la distribución por sexo. Con respecto a la población total del departamento la
gente negra representó en el censo por autorreconocimiento más de la cuarta parte de la
misma (27,2%) y en Cali alcanzó el 26,2%. Sin embargo, de acuerdo con estimaciones de
                                                            
15
Las categorías usadas en el censo 2005 son: Raízal del Archipiélago de San Andrés y Providencia;
Palenquero de San Basilio; Negro-a, mulato-a, afrocolombiano-a, afrodescendiente.
16
Afrodescendiente hace referencia a los descendientes de múltiples generaciones y procesos de mestizaje de
los antiguos esclavos africanos. El término "afrodescendiente" denota a los descendientes de africanos que
sobrevivieron a la trata esclavista en las Américas. Así mismo busca abarcar a todos los pueblos
descendientes, directa o indirectamente, de la diáspora africana en el mundo. Esta expresión ha sido aceptada
para hacer referencia a la gente negra especialmente en los diferentes países latinoamericanos.

  27
Cuadro No. 8: Distribución de la población según criterio étnico-racial y sexo en Cali y cuatro ciudades del Valle, y el total del Valle, censo 2005

Afrodescendientes, negros-as, Sin autorreconocimiento


mulatos-as, afrocolombianos- Indígenas Rom étnico: “ninguno de los
as, raizales, palenqueros-as anteriores” Total
Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total

Cali 257.340 285.596 542.936 4.352 5.114 9.466 378 329 707 715.150 802.461 1.517.611 977.220 1.093.500 2.070.720

% 26,33 26,12 26,22 0,45 0,47 0,46 0,04 0,03 0,03 73,18 73,38 73,29 47,19 52,81 100,00

Jamundí 27.056 28.564 55.620 376 383 759 3 1 4 16.877 18.414 35.291 44.312 47.362 91.674

% 61,06 60,31 60,67 0,85 0,81 0,83 0,01 0,002 0,00 38,09 38,88 38,50 48,34 51,66 100,00

Palmira 19.750 20.534 40.284 307 247 554 - - - 113.274 123.353 236.627 133.331 144.134 277.465

% 14,81 14,25 14,52 0,23 0,17 0,20 - - - 84,96 85,58 85,28 48,05 51,95 100,00

Candelaria 18.042 18.327 36.369 101 53 48 - - - 15.757 16.382 32.139 33.852 34.757 68.609

% 53,30 52,73 53,01 0,30 0,15 0,07 - - - 46,55 47,13 46,84 49,34 50,66 100,00

Buenaventura 129.494 141.647 271.141 1.307 1.338 2.645 - - - 16.526 15.926 32.452 147.327 158.911 306.238

% 87,90 89,14 88,54 0,89 0,84 0,86 - - - 11,22 10,02 10,60 48,11 51,89 100,00
Valle del
Cauca 525.094 567.075 1.092.169 11.053 11.260 22.313 387 330 717 1.389.778 1.510.074 2.899.852 1.926.312 2.088.739 4.015.051

% 27,26 27,15 27,20 0,57 0,54 0,56 0,02 0,02 0,02 72,15 72,30 72,22 47,98 52,02 100,00

Fuente: Censo 2005.

  28
gente negra representó en el censo por autorreconocimiento más de la cuarta parte de la
misma (27,2%) y en Cali alcanzó el 26,2%. Sin embargo, de acuerdo con estimaciones de
Urrea (2010 B), la población negra puede moverse hacia mediados de la década pasada en
el 35,0% del total municipal, teniendo en cuenta los problemas de sub-registro que tuvo el
censo y sobre todo el factor político del autorreconocimiento. Esto es igualmente válido
para el conjunto de la población negra vallecaucana, posiblemente con participaciones
porcentuales entre un 35,0% y 40,0%.

Los otros grupos que dentro del sistema clasificatorio del censo 2005 se consideran
“minorías étnicas” son los indígenas y los Rom (gitano). En el departamento los primeros
eran el 0,56% y los Rom el 0,002% (Cuadro 8). En Cali el 0,47% y los Rom el 0,03%.
Estos resultados indican que Cali y el Valle continúan manteniendo una población indígena
muy pequeña, a diferencia de otras regiones en el país como el departamento del Cauca. De
otra parte, los mayores porcentajes en Cali y el Valle, y en general en una buena parte de
los municipios del país, corresponde a la población que se clasificó en la categoría
“ninguna de las anteriores”, o sea “sin pertenencia étnica”, la cual agrupa al conjunto de la
gente blanca y mestiza. En el Valle el 72,2% y en Cali el 73,3% (Cuadro 8). Sin embargo,
es de suponer que bajo esta categoría que niega una pertenencia étnica quedaron
englobados personas negras y mulatas, a la vez que indígenas, a las que no se les preguntó
o porque no se autorreconocieron bajo una categoría étnica-racial.

Al comparar a Cali con los otros municipios se tiene la existencia de un espacio social
como epicentro regional de confluencia de poblaciones con trayectorias diferenciadas y
desiguales (historias sociales) que en este capítulo tiene que ver con la dimensión étnica-
racial. Como el epicentro regional más importante, combina la participación porcentual de
los diferentes grupos a través de un acumulado de diversas capas demográficas de
corrientes migratorias de gente blanca-mestiza, mestiza-indígena, negra-mulata, en
múltiples cohortes generacionales y sus descendientes nativos que se han asentado en Cali,
al igual que en otros municipios del Valle, tal como se describió anteriormente, sin
desconocer que ya existían núcleos negros y mulatos previos a este proceso como lo
registra el censo de 1918.

Los otros cuatro municipios del Valle seleccionados en los dos censos (1918 y 2005),
Jamundí, Palmira, Candelaria y Buenaventura, presentan características interesantes para
tener en cuenta al respecto. En tres de ellos más del 50,0% de la población se
autorreconoció negra o afrodescendiente: Jamundí (60,7%); Candelaria (53,01%); y
Buenaventura (88,5%). Por el contrario en Palmira se llegó a un porcentaje por debajo del
15,0%. Si comparamos los datos porcentuales del censo 2005 (Cuadro 8) con los de 1918
(Cuadro 1) para este municipio es claro que ha cambiado substancialmente en su
29

 
composición étnica-racial. De un municipio que tenía una clasificación externa por el
encuestador17 de población negra porcentualmente alta (35,6%), sin tener en cuenta los
“mezclados”, a comienzos del siglo XX, se llega a un municipio con una población negra
minoritaria (14,5%). Este es un ejemplo de los profundos efectos de los flujos migratorios
mestizos-blancos a lo largo del siglo XX que llegaron al Valle. Por el contrario, Jamundí y
Candelaria, con porcentajes menores a los de Palmira para 1918, 29,5% y 29,1%
respectivamente, revelan para el 2005 mayoritariamente una población negra a pesar de los
flujos migratorios mestizos-indígenas y blancos. Buenaventura sería el municipio que
mantiene una mayor consistencia en el tiempo con respecto a una mayoría poblacional
negra.

Los diferenciales por sexo (índice de masculinidad) entre la población negra en Cali y para
el Valle en su conjunto son similares a los del grupo “sin pertenencia étnica” (0,90 y 0,89,
en Cali y 0,92 en el Valle), mostrando un patrón urbano demográfico igual. Sin embargo,
para Jamundí, Palmira y Candelaria son ligeramente superiores, lo cual tiene que ver con la
importancia de la oferta masculina negra en el trabajo agroindustrial. En el caso de
Buenaventura el fenómeno es al contrario: el índice de masculinidad (IM) entre la gente
negra es 0,91 mientras entre la población “sin pertenencia étnica” (blanca-mestiza) es 1,04,
lo cual muestra una población blanca-mestiza más masculina que femenina vinculada a las
actividades del puerto, principalmente en cargos técnicos y de dirección, así como en
diversos negocios en la ciudad.

                                                            
17
No puedo desconocer que esta comparación tiene un riesgo de anacronismo ya que las categorías usadas en
los dos censos poseen marcos ideológicos diferentes. Recordemos que el modelo del censo de 1918 es el de
“razas” que retoma simplificándolo el sistema colonial, a través de la clasificación externa del empadronador
o encuestador, mientras el modelo étnico utilizado en el censo de 2005 es mediante autorreconocimiento del
entrevistado. Con todo y esto, advirtiendo los límites históricos, se tiene una perspectiva de los posibles
cambios en la composición racial de la población en el tiempo.
30

 
Patrones de distribución de la población caleña en el espacio socio-geográfico en los
últimos 20 años y por grupos étnico-raciales para el censo de 2005

A partir de conglomerados geográficos que diferencian la ciudad de Cali podemos entender


mejor la dinámica demográfica en términos espaciales desde la década del ochenta, cuando
se cuenta mediante los censos de información a escala de comunas.

De acuerdo con el Cuadro 9, el conglomerado Oriente de la ciudad (comunas 7, 13, 14, 15


y 2118) durante 20 años en dos período intercensales (1985-1993 y 1993-2005), ha tenido
las mayores tasas de crecimiento poblacional: 1993/1985 con 6,65%, 2005/1993 con 1,93%
y para todo el período 2005/1985 con 3,82%, bien por encima del promedio de todo el
municipio (3,21%; 0,97%; y 1,87%, respectivamente). Las comunas que han aportado las
mayores tasas de crecimiento en el Oriente son la 15, 14 y 13 en ese orden, pero a la vez la
21 que surge después de 1993 (ver Cuadro 9). El segundo conglomerado en tasas de
crecimiento es el de Ladera (comunas 1, 18 y 20) con 3,35; 1,59; y 2,29. Aquí las comunas
más dinámicas son la 1 y la 18. Curiosamente las comunas 20 en Ladera y 7 en Oriente han
tenido crecimientos muy moderados o negativos.

Estos dos conglomerados constituyen las regiones de clases populares en Cali con mayor
crecimiento poblacional en los últimos 20 años, como lo revelan los datos censales. Sin
embargo, la tasa de crecimiento del Oriente supera la de Ladera. Como se verá adelante el
conglomerado Oriente tiene las mayores concentraciones de población afrodescendiente de
la ciudad (Cuadro 10), en la medida en que ha sido el área geográfica de mayor
focalización de los flujos migratorios del Pacífico, norte del Cauca y sur del Valle. Por el
contrario, en Ladera sin dejar de presentarse flujos migratorios de poblaciones negras en
cuantías menores, el peso mayor han sido las corrientes de población mestiza, mestiza-
indígena y blanca, históricamente una parte de ella de la región andina caucana y nariñense,
pero también de Antioquia y viejo Caldas.

El Corredor norte-sur constituido por las comunas 2, 17, 19 y 22, en donde se concentran
las clases medias altas y altas de la ciudad, es el tercer grupo con las tasas de crecimiento
más dinámico, pero ligeramente por debajo del conglomerado de Ladera: 3,35%; 1,31%; y
2,12% (Cuadro 9). En este conglomerado la comuna 17 aporta la mayor tasa, bastante alta
en el primer período intercensal, logrando una tasa moderada alta en los 20 años. Además,
la creación de la comuna 22 le ha ayudado bastante a este conglomerado.

La zona rural de Cali es el cuarto conglomerado con una tasa alta en el primer período y un
crecimiento negativo en el segundo, para situarse con un crecimiento en los 20 años
bastante moderado (1,57%). El comportamiento errático de esta zona residencial se explica
por los cambios poblacionales entre centro poblado y resto disperso durante los 20 años
(ver Cuadro 9).

                                                            
18
Las comunas 13, 14 y 15 en este conglomerado desde los años ochenta han sido denominadas “Distrito de
Aguablanca” porque buena parte de sus barrios están asentados en la antigua laguna de “Aguablanca”. Con el
tiempo este denominación ha incluido la comuna 21.
31

 
Cuadro No. 9: Cali - Distribución de los censos de población 1985, 1993 y 2005, según comunas,
centros poblados y resto disperso; y por grandes conglomerados
Tasas exponenciales de
1985 1993 2005 crecimiento
Comunas Censo % Censo % Censo % 1993/1985 2005/1993 2005/1985
1 31.577 2,25 47.697 2,64 61.999 2,99 5,16 2,19 3,37
2 79.396 5,66 83.606 4,63 102.080 4,92 0,65 1,66 1,26
3 49.236 3,51 42.338 2,35 44.308 2,13 -1,89 0,38 -0,53
4 69.002 4,92 66.484 3,68 55.965 2,70 -0,46 -1,44 -1,05
5 38.896 2,77 68.569 3,80 99.844 4,81 7,09 3,13 4,71
6 77.714 5,54 129.127 7,16 169.392 8,16 6,35 2,26 3,90
7 89.484 6,38 91.170 5,05 77.775 3,75 0,23 -1,32 -0,70
8 107.235 7,64 107.101 5,94 97.335 4,69 -0,02 -0,80 -0,48
9 65.750 4,69 58.034 3,22 48.382 2,33 -1,56 -1,52 -1,53
10 97.866 6,98 108.140 5,99 103.671 5,00 1,25 -0,35 0,29
11 98.727 7,04 100.853 5,59 98.361 4,74 0,27 -0,21 -0,02
12 74.149 5,29 77.444 4,29 67.439 3,25 0,54 -1,15 -0,47
13 99.348 7,08 169.198 9,38 169.829 8,18 6,66 0,03 2,68
14 67.672 4,82 132.506 7,34 151.789 7,31 8,40 1,13 4,04
15 31.849 2,27 97.811 5,42 126.709 6,11 14,03 2,16 6,90
16 86.434 6,16 98.491 5,46 94.445 4,55 1,63 -0,35 0,44
17 33.930 2,42 84.503 4,68 104.544 5,04 11,41 1,77 5,63
18 48.749 3,47 75.388 4,18 100.339 4,83 5,45 2,38 3,61
19 92.290 6,58 100.709 5,58 98.735 4,76 1,09 -0,16 0,34
20 63.591 4,53 65.085 3,61 65.267 3,14 0,29 0,02 0,13
21 - - - - 92.336 4,45 - - -
22 - - - - 9.082 0,44 - - -
Subtotal
Comunas 1.402.893 98,17 1.804.254 97,68 2.039.626 98,28 3,15 1,02 1,87
Centro poblado 13.589 0,95 25.753 1,39 22.514 1,08 7,99 -1,12 2,52
Resto disperso 12.544 0,88 17.169 0,93 13.240 0,64 3,92 -2,17 0,27
Subtotal resto 26.133 1,83 42.922 2,32 35.754 1,72 6,20 -1,52 1,57
TOTAL CALI 1.429.026 100,00 1.847.176 100,00 2.075.380 100,00 3,21 0,97 1,87
Según Conglomerados
Oriente 288.353 20,2 490.685 26,6 618.438 29,8 6,65 1,93 3,82
Centro-Oriente 366.545 25,6 383.889 20,8 357.580 17,2 0,58 -0,59 -0,12
Centro-Norte 398.464 27,9 472.692 25,6 521.562 25,1 2,14 0,82 1,35
Ladera 143.917 10,1 188.170 10,2 227.605 11,0 3,35 1,59 2,29
Corredor Norte-
Sur 205.614 14,4 268.818 14,6 314.441 15,2 3,35 1,31 2,12
Rural 26.133 1,8 42.922 2,3 35.754 1,7 6,20 -1,52 1,57
Cali total 1.429.026 100,0 1.847.176 100,0 2.075.380 100,0 3,21 0,97 1,87
Fuente: censos de población y vivienda, DANE, procesamiento especial PNUD, Bogotá, solicitado por el autor.

32

 
El conglomerado Centro-norte compuesto por las comunas 3, 4, 5, 6, 9 y 10, presenta tasas
intercensales moderadas, por debajo del promedio de Cali, pero siempre positivas (Cuadro
9). El promedio de este conglomerado de tasa de crecimiento en los 20 años es de 1,35%
anual.

Finalmente está el conglomerado Centro-Oriente compuesto por las comunas 8, 11, 12 y


16, con un comportamiento de tasa de crecimiento negativa en promedio para los 20 años y
en el primer período (1993/1985) con una tasa de estancamiento (0,58%). En este
conglomerado las cuatro comunas han arrastrado tasas negativas o muy bajas en los 20 años
(Cuadro 9). Se trata de una región urbana constituida por clases populares que lograron una
estabilidad durante el crecimiento más dinámico de Cali durante las décadas del sesenta y
setenta y por clases medias que logran mantenerse. La mayor parte de los barrios en este
conglomerado surgieron entre los años cincuenta y setenta en el siglo XX.

La distribución de los grupos étnico-raciales por comunas y conglomerados en Cali se


registra en el Cuadro 10, según datos del censo 2005. Las comunas del conglomerado
Oriente (7, 13, 14, 15 y 21) tienen el 30% de la población de Cali con casi un 45,0% de su
población negra y la menor participación de población “sin autorreconocimiento étnico” de
la ciudad (55,0%), es decir, “blanco-mestiza”. Las comunas 14 y 15 se destacan porque en
ellas el 50,0% o más de su población es negra; con porcentajes menores la comuna 21 el
45,0%, y la 13 y la 7 el 38,0%. Este sector de Cali se expande vertiginosamente desde los
años ochenta y continúa su crecimiento en la comuna 21 y áreas de las comunas 13, 14 y
15, precisamente vinculados a las corrientes migratorios del Pacífico sur, con una altísima
participación de gente de Tumaco, como antes se describió, pero también hay una
migración desde Buenaventura y otros municipios del Pacífico, primero en los ochenta más
asociada al generoso sistema pensional de la empresa Puertos de Colombia (Palomeque,
1998), luego en los noventa y lo que lleva del siglo XXI, relacionada con el fenómeno del
desplazamiento por el conflicto armado.

Aunque en el conglomerado Oriente predominó casi siempre la urbanización precaria y


salvaje en condiciones muy penosas para sus gentes (Urrea y Murillo, 1999), también se
desarrollaron proyectos urbanísticos a bajo costo para clases medias medias y medias bajas,
como Ciudad Córdoba y luego El Morichal en la comuna 15, y sobre todo lo que van a
representar las urbanizaciones para clases medias bajas y sectores populares de la comuna
21 desde la década del noventa, algunas de ellas enmarcadas en los planes de vivienda
social durante la administración Uribe Vélez que incorporó como suyas la actual
administración municipal de Jorge Iván Ospina. Un caso emblemático por las difíciles
condiciones de vida de sus residentes lo constituye el barrio Potrero Grande en el que más
del 60,0% de su población es negra, con las peores tasas de hacinamiento urbano y
desempleo de Cali (Urrea et al, 2010). En resumen, el conglomerado Oriente de Cali
también presenta una enorme heterogeneidad social entre sus habitantes afrodescendientes,
al igual que entre sus pobladores blanco-mestizos, como era de esperar: desde sectores de
clases populares en condiciones de alta exclusión social, concentrándose en ellos las
personas negras y mulatas, hasta capas de clases medias medias y medias bajas negras de
profesionales y técnicos, muchas de ellas con padres provenientes de Buenaventura que

33

 
Cuadro No.10: Participación porcentual de las poblaciones étnico-raciales por comuna y
por conglomerado en Cali, censo 2005
% Población % Población % Población % Población
Comunas
Municipio Afrodescendiente Indígena No étnica

1 3.00 12.00 0.63 87.37


2 4.90 10.50 0.37 89.13
3 2.10 14.40 0.80 84.80
4 2.70 22.40 0.50 77.10

5 4.80 21.00 0.44 78.56

6 8.20 20.60 0.42 78.98

7 3.70 37.80 0.40 61.80

8 4.70 19.20 0.42 80.38

9 2.30 16.80 0.47 82.73

10 5.00 15.30 0.28 84.42

11 4.70 33.10 0.38 66.52

12 3.20 37.50 0.50 62.00

13 8.20 37.90 0.33 61.77

14 7.30 51.10 0.43 48.47

15 6.10 49.90 0.27 49.83

16 4.60 27.00 0.47 72.53

17 5.00 9.40 0.39 90.21

18 4.80 13.00 0.81 86.19

19 4.80 9.00 0.45 90.55

20 3.10 12.60 0.96 86.44

21 4.40 44.70 0.44 54.86

22 0.40 10.40 0.65 88.95


Rural 1.70 19.80 0.65 79.55

TOTAL CALI 100.00 26.20 0.50 73.30


Según Conglomerados

% Población % Población % Población % Población


Conglomerados
Municipio Afrodescendiente Indígena No étnica

Oriente 29.8 44.6 0.4 55.0

Centro-Oriente 17.2 28.6 0.4 70.9

Centro-Norte 25.1 19.1 0.4 80.5

Ladera 11.0 12.9 0.8 86.3

Corredor Norte-Sur 15.2 9.6 0.4 89.9

Rural 1.7 19.9 0.6 79.5

Cali total 100.0 26.2 0.5 73.3


Fuente: Censo, 2005.
34

 
abrieron su residencia en Cali vía las altas pensiones obtenidas durante la existencia de la
empresa Puertos de Colombia.

El segundo sector caleño de concentración de la gente negra corresponde al conglomerado


Centro-Oriente, con una tasa de participación por encima del promedio de Cali, de 28,6%, y
una participación dentro de la población total de Cali del 17,2%. Aquí las comunas 11 y 12
tienen tasas de participación de población negra similares a las comunas precedentes, del
33,1% y 37,5%, la comuna 16 con el 27,0%, ligeramente por encima al promedio de la
ciudad y la comuna 8 cercano al 20,0% (Cuadro 10).

Las comunas 11, 12 y 16 presentan barrios característicos de población negra en


concentraciones superiores al 40,0% en ellos19. Podría decirse que se trata de los barrios de
migrantes establecidos con historias de invasiones y formas precarias de urbanización en
los años sesenta y setenta que logran paulatinamente integrarse a la vida urbana a medida
que las nuevas generaciones se insertan en empleos formales que la ciudad les ofrecía en
esa época, cuando el sector manufacturero – en grandes establecimientos - como lo vimos
antes era una fuente importante de empleos para hombres y mujeres, entre ellos-as negros
(Urrea, 2011).

El tercer conglomerado, Centro-Norte, se compone de una población negra en


concentraciones más moderadas (19,1%), por debajo de la participación que tiene el
conglomerado en la ciudad (25,1%). Se compone de comunas muy heterogéneas: 3, 4, 5,
6, 9 y 10, en donde las tasas de participación de gente negra fluctúan entre 14,0% y 22,0%.
En los casos de las comunas 4, 5, 6 y 10 se trata en gran medida de urbanizaciones de
diferentes estratos socioeconómicos, de clases populares, clases medias bajas y clases
medias medias, con patrones más modernos en cuanto al tamaño de sus hogares y
especialmente como veremos patrones reproductivos más moderados que el conjunto de
Cali. Al lado de estas comunas se encuentran dos comunas “atípicas”, 3 y 9, que aglutinan
la mayor parte de barrios populares de la Cali antes de 1940, aunque algunos crecieron en
la década del cuarenta y parte del cincuenta (San Nicolás, El Calvario, San Pascual, Sucre,
Barrio Obrero, San Pedro, El Hoyo, Bretaña, Aranjuez, Guayaquil) y que obviamente en las
últimas décadas han perdido su carácter residencial estándar y han devenido en actividades
múltiples, entre ellas la prostitución, con un amplio sector de residencias de inquilinato. En
algunos de estos barrios se concentra en los últimos veinte años una importante población
de recicladores (Urrea et. al. 2010). Pero la comuna 3 también incluye barrios tradicionales
residenciales de la Cali de antes de 1940, de clases altas (La Merced, El Peñón, San
Antonio) y grupos artesanales estables de origen popular (San Cayetano). Una parte de la
gente negra en esta área de la ciudad, con excepción de los hogares negros que viven del
reciclaje (San Pascual, Sucre, El Calvario), son descendientes de artesanos mulatos y

                                                            
19
En la comuna 11, los barrios San Pedro (50,3%), Los Conquistadores (44,6%), La Independencia (48,7%),
La Fortaleza (49,6%), Prados de Oriente (47,5%), El Jardín (41,2%), La Gran Colombia (41,0%). En la
comuna 12, Eduardo Santos (49,3%), Doce de Octubre (48,3%). En la comuna 16 los barrios presentan
concentraciones más moderadas pero de todos modos importantes: Mariano Ramos (25,6%) y Antonio Nariño
(33,0%). Todos estos barrios son emblemáticos de poblamiento negro en los años sesenta y setenta. Datos con
base en Escobar (2009: 126-127).
35

 
negros de comienzos del siglo XX. Otros son profesionales que han alcanzado alguna
movilidad social.

El conglomerado de Ladera – que abriga principalmente a capas de clases populares bajas


bajas y medias bajas - curiosamente tiene una participación porcentual demográfica
reducida en la ciudad (11,0%), pero su población afrodescendiente logra allí una
participación ligeramente mayor (13,0%, ver Cuadro 10). Como antes se advirtió, su
crecimiento ha sido a lo largo de los últimos 20 años muy dinámico, sobre todo por el
poblamiento en la comuna 1. En este conglomerado los flujos migratorios que lo
desarrollaron en las comunas 1 y 20 proceden de la región andina caucana, en su gran
mayoría mestizos-indígenas, llegados a Cali en la década del cuarenta y cincuenta, pero
también fue el refugio de migrantes paisas, mulatos y blancos pobres, que arriban a la
ciudad en los cincuenta huyendo de la violencia. Como barrios emblemáticos de tradición
popular están Terrón Colorado y Siloé, con mezclas raciales en las que la presencia negra-
mulata ha venido incrementándose desde los años ochenta y noventa, aunque se trata de un
sector minoritario.

El área rural de Cali, con la menor participación porcentual demográfica, apenas el 1,7%,
curiosamente tiene una alta tasa de poblamiento negro (20,0%, Cuadro 10), explicable
sencillamente por el peso de los asentamientos históricos de El Hormiguero y Navarro,
conformados por antiguos pescadores, trabajadores de planchones de carga en el río Cauca
y hoy en día extractores de arena del mismo río e integrados vía sus descendientes a
diversos empleos manuales de baja calificación, entre ellos el reciclaje, la construcción, el
servicio doméstico y oficios varios. En las otros centros poblados del área rural de Cali
predomina una población mestiza, mestiza-indígena y blanca pobre, con múltiples
actividades, entre ellas la minería de carbón.

Finalmente, el Corredor Norte-Sur – comunas 2, 17, 19 y 22 -, de clases medias


acomodadas y clases altas, con una participación demográfica de 15,2%. En él la gente
negra participa con menos del 10,0% de su población. Aquí es donde se encuentra lo que
propiamente podría llamarse un sector de clase media negra de profesionales negros-
mulatos, mujeres y hombres, que ha logrado un relativo ascenso social (Urrea y Botero A.,
2010), aunque constituye una franca minoría en este espacio social. Sin embargo, hay que
advertir que un importante grupo de mujeres negras que residen en este conglomerado son
empleadas domésticas trabajando en hogares de clases medias y clases altas (Urrea y
Botero A., op. Cit.; Urrea et al. 2011, en prensa), lo cual relativiza el peso de la clase media
negra. Como era de esperar en este conglomerado se concentra la mayor tasa de
participación de población “sin pertenencia étnica” (90,0%, Cuadro 10), es decir, blanca y
mestiza clara. En él residen los grupos de las elites blancas caleñas y vallecaucanas.

Los indígenas como lo muestra el Cuadro 10, tienen una mayor presencia minoritaria en los
conglomerados de Ladera (0,8%) y Rural (0,6%), mientras en los demás alcanzan apenas a
un 0,4%. En el caso de las mujeres indígenas su principal inserción urbana es en el servicio
doméstico, entre los hombres el trabajo de construcción y oficios artesanales (Motta, 2010;
Arias B. et al., 2011, en proceso de publicación).

36

 
Desigualdades sociales por grupos étnico-raciales en Cali a comienzos del siglo XXI

La historia social de Cali a través de sus grupos poblacionales ha sido de profundas


desigualdades sociales a lo largo de 170 años, como lo arrojan los resultados de este
capítulo sociodemográfico. En particular el componente étnico-racial que atraviesa la vida
del municipio, incluso desde una etapa anterior a la que se analiza en este estudio – en los
períodos colonial y republicano hasta mediados del siglo XIX - y el moderno y
contemporáneo, que sí es el objeto del análisis (170 años), desde la segunda mitad del siglo
XIX, con una continuación a lo largo del siglo XX hasta llegar a la primera década del
XXI. El aparte con el que se finaliza este capítulo precisamente apunta a desvelar esas
desigualdades hoy en día que se han tejido en la larga duración, en las que las poblaciones
negras e indígenas configuran las clases subalternas con menores condiciones sociales de
vida, es decir, la desigualdad socio-racial ha constituido un ingrediente de la vida colectiva
en la ciudad.

Las desigualdades sociales en Cali por condición étnica-racial se registran al nivel de cada
conglomerado y para el total de Cali a través de tres indicadores bastante sensibles que
permiten medirlas de una manera muy adecuada: la tasa de necesidades básicas
insatisfechas (NBI20), las tasas globales y específicas de fecundidad y la esperanza de vida
al nacer, todos estimados con base en datos del censo de 200521.

El gráfico 1 revela que la población afrodescendiente en Cali enfrentaba para el año 2005 la
mayor tasa de necesidades básicas insatisfechas (15,85%), seguida de la gente indígena
(11,97%), mientras la población “sin pertenencia étnica” (blanca-mestiza) era de 9,24%.
Por conglomerados las tasas más altas de NBI las tiene la gente negra de los conglomerados
de Ladera y Oriente (25,67% versus 17,87% y 22,32% versus 14,77%, respectivamente al
compararlas con las tasas de la gente blanca-mestiza). En el conglomerado Centro-Oriente
la diferencia desfavorable para los afrodescendientes es también notoria: 12,31% versus
7,74%. Por el contrario, en la zona rural, la población mestiza-blanca presenta condiciones
más desfavorables (19,98% versus 14,52%), al igual que en el conglomerado Centro-Norte
(4,93% versus 2,78%). Finalmente, en donde se registran las tasas más bajas de NBI, como
era de esperar, es en el corredor Norte-Sur, pero en este caso la población negra arroja tasas
ligeramente más altas que la blanca-mestiza (3,26% versus 2,13%). Los datos también son

                                                            
20
Definida como el porcentaje de personas que por lo menos presenten una necesidad básica no satisfecha,
como calidad de la vivienda, hacinamiento crítico, disponibilidad de agua potable, conexión a alcantarillado,
asistencia a algún establecimiento educativo de los niños en edad escolar, probabilidad de insuficiencia de los
ingresos del hogar. Para un análisis más detallado ver Viáfara, Urrea y Correa (2009: 156-185).
21
Para la población indígena por tener tamaños reducidos por comuna y conglomerado se procedió a
calcularlos únicamente para el total del municipio. Para la población Rom al constituir un grupo minoritario
muy reducido no era viable hacer estas estimaciones.
37

 
Gráfico No.1: Porcentaje de población con necesidades básicas insatisfechas (NBI) por
conglomerados y grupo étnico-racial en Cali, 2005
 

 
 

Fuente: Censo 2005

fehacientes en indicar cómo los conglomerados de Ladera y Oriente son los más pobres de
la ciudad, para afrodescendientes y blancos-mestizos, seguidos de la zona rural del
municipio.

La tasa global de fecundidad – promedio de hijos nacidos vivos por mujer en edad fértil - es
un indicador muy sensible para determinar el rezago demográfico de una población según
sus condiciones de vida, en particular las condiciones de género. Una mayor tasa de
fecundidad está asociada a patrones más altos de natalidad, mayor dependencia de la mujer
al trabajo reproductivo y doméstico y menores niveles educativos de ellas y también de los
hombres.

Las mujeres en la población afrodescendiente tienen la mayor tasa global de fecundidad en


Cali en el 2005 (2,08 hijos) frente a las mujeres blancas-mestizas (1,56 hijos) e incluso con
respecto a las mujeres indígenas (1,77 hijos). Ver gráfico 2. Por conglomerado las mayores
tasas las presentan la zona rural del municipio y el conglomerado del Oriente, para
afrodescendientes y sin pertenencia étnica, pero siempre con tasas mayores en el caso de la
población negra. La Ladera es el tercer conglomerado con altas tasas, pero aquí
prácticamente son iguales por grupo étnico-racial (gráfico 2). Los conglomerados que
siguen de mayores a menores tasas son el Centro-Oriente, el Centro-Norte y el del corredor
Norte-Sur. En el conglomerado Centro Norte se observan tasas similares, siendo aquí las
más bajas entre la población negra de Cali. Por el contrario, en el conglomerado del
corredor Norte-Sur la tasa global de fecundidad de las mujeres negras es más alta que en el
conglomerado Centro-Norte. Esto se debe al efecto de las mujeres negras vinculadas al
servicio doméstico en los barrios de clases medias acomodadas y clases altas, quienes
38

 
Gráfico No.2: Tasas de fecundidad global por conglomerado y grupo étnico-racial en
Cali, 2005

 
Fuente: Censo 2005

poseen menores niveles educativos que las mujeres negras en comunas de barrios en el
conglomerado Centro-Norte. En cambio, la tasa global de fecundidad de las mujeres
blancas-mestizas en las comunas más ricas de la ciudad (conglomerado corredor Norte-
Sur), como era de esperar presentan las tasas más reducidas de fecundidad, 1,45 hijos.

En síntesis, las mujeres afrodescendientes en Cali enfrentan un relativo rezago demográfico


en términos comparativos con las blancas-mestizas, afectándolas en sus opciones
educativas y laborales. Por supuesto que es relativo porque con respecto a otras regiones
del país y del mismo departamento del Valle las tasas globales de fecundidad de las
mujeres negras en Cali son de las más bajas entre las poblaciones afrocolombianas, con
excepción de las que alcanza la población negra bogotana (Urrea y Botero A., 2010). Pero
frente a otras mujeres de otra condición étnica-racial en Cali mantienen un hándicap. Esto
último se puede observar mejor al analizar las tasas específicas de fecundidad por grupos
quinquenales de edad. En este caso no lo haremos por grupo étnico-racial sino sólo por
conglomerado, pero ya conocemos los patrones de concentración de la gente negra por
conglomerados. Esto nos lo permite ver el gráfico 3.

39

 
Gráfico No.3: Curvas de las tasas específicas de fecundidad por conglomerados
urbanos y rural en Cali, 2005

 
Fuente: Censo 2005.
 
 
Un primer contraste que revela el gráfico 3 es el patrón moderno similar al de los países
capitalistas centrales europeos que presenta la curva del conglomerado Corredor Norte-Sur:
el pico de la tasa específica se da entre los 30-34 años, cuando las mujeres han terminado
sus estudios superiores y seguramente se encuentran en empleos formales que les permite
mayor flexibilidad y condiciones laborales para un embarazo. Por el contrario, en los otros
conglomerados el patrón es muy similar: el pico mayor se da en el segundo grupo
quinquenal de edad: 20-24 años, pero con enormes diferencias: en la zona rural es de
132,53 hijos por 1.000 mujeres y en el Oriente de 125,56 hijos; además ya entran con
fecundidades adolescentes muy altas (15-19 años): 114,63 hijos en la zona rural y 102,55
hijos en el Oriente. Luego siguen las curvas de los conglomerados de Ladera, Centro-
Oriente, todavía por encima de la curva para el total de Cali, mientras los conglomerados
Centro-Norte y corredor Norte-Sur tienen las curvas más moderadas por debajo de la del
promedio del municipio.
40

 
El análisis de estas curvas revela que el hándicap que enfrentan las mujeres con mayores
fecundidades tiene que ver con las altas tasas en los primeros dos grupos quinquenales de
edad fértil o reproductiva: 15-19 y 20-24 años, con un efecto adverso sobre la educación y
una inserción en el mercado de trabajo con mejores opciones de empleo.

Pero el indicador más fuerte para mostrar las fuertes desigualdades étnico-raciales en Cali
tiene que ver con los diferenciales de esperanza de vida para los dos sexos y para el total
(gráfico 4).

Si para ambos sexos el promedio de esperanza de vida en Cali en el 2005 era de 72,5 años,
para la gente blanca-mestiza era de 74,6 años, para los afrodescendientes 67,9 años y para
los indígenas 66,8 años. O sea, al comparar blancos-mestizos, indígenas y
afrodescendientes hay un diferencial de 7,8 años menos de vida para los indígenas y para
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Gráfico No.4: Esperanza de vida por grupo étnico-racial en Cali, 2005

 
 

Fuente: Censo 2005


 

los afrodescendientes de 6,7 años, con respecto a la población blanca-mestiza. Por sexo
aparecen diferenciales bien interesantes: mientras el promedio para el municipio era de 69,5
años, para los hombres blancos-mestizos era de 71,9 años, para los hombres negros 64,9
41

 
años y para los indígenas 65,9 años. Un hombre negro tenía en el 2005 una esperanza de
vida de 7 años menos que un hombre blanco-mestizo y un indígena de 6 años menos. Para
las mujeres el promedio en todo el municipio era de 76,5 años de edad, pero para las
mujeres blancas-mestizas de 78,7 años, las negras de 72,6 años y las indígenas de 70,5
años. Una mujer indígena en Cali vive en promedio 8,2 años menos que una mujer blanca-
mestiza y una mujer negra 6,1 años.

A manera de conclusiones:

Las transformaciones sociodemográficas en la larga duración de la sociedad caleña en el


siglo XX indiscutiblemente generaron importantes avances sociales que se han manifestado
en los descensos sistemáticos de la natalidad y mortalidad generales, especialmente a partir
de 1980. Esto ha representado un aumento de la esperanza de vida que ha beneficiado a
todos los grupos sociales, pero de manera diferencial. Al controlar por grupos étnico-
raciales observamos que las desigualdades son persistentes y que las clases subalternas en
donde se concentra la población negra e indígena enfrentan un mayor hándicap social
durante el siglo XX y la primera década del siglo XXI.

La evolución de la estructura demográfica de la ciudad es, precisamente, la base sobre la


que estas desigualdades contemporáneas se sustentan; es lo que permite observarlas en el
tiempo y explicarlas en términos de una jerarquía racial de larga duración que procede de
los períodos colonial y republicano. Tanto los flujos migratorios que a lo largo del siglo XX
alteraron la composición étnica-racial de la ciudad, como la transformación de la estructura
productiva de la economía local, y los cambios en las tasas de natalidad, mortalidad y
fecundidad y la estructura etaria de la población, producto a su vez de esas
transformaciones económicas, pero también ante todo de cambios sustanciales en los
niveles educativos22, han conllevado a que sean hoy en día las poblaciones negra e indígena
las más desventajadas, frente a una población sin autorreconocimiento étnico que, en
promedio, se encuentra en condiciones más favorables para enfrentar los retos
contemporáneos de la sociedad caleña.

                                                            
22
Un análisis pormenorizado queda faltando sobre los cambios en los niveles educativos de la población
caleña a lo largo del siglo XX, al igual que la evolución del sistema de salud público y del perfil
epidemiológico del municipio.

42

 
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