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Lee cuidadosamente el texto compilado número IV

titulado: ¨El valor de la lectura¨, y a partir del mismo


realiza lo siguiente: 
Copia y pega en un documento el texto antes
mencionado.

TEXTO IV
Ensayo: El valor de la lectura.

En el presente ensayo nos vamos a enfocar a


desglosar los principales ejes de nuestro diagnóstico
que son: el maestro, los padres, el gobierno y el
niño, para así poder mostrar la importancia de cada
uno de estos actores y su influencia dentro de la
cultura de la lectura.
El entorno de la lectura es una construcción cultural
y para transmitir esta cultura nos disponemos a
utilizar nuestro principal instrumento, el lenguaje.
Aunque las imágenes, en un mundo como el
nuestro, han cobrado una importancia relevante
como fuente de socialización y, con ello, el desarrollo
de nuevas habilidades para el reconocimiento de un
renovado lenguaje icónico, la palabra impresa sigue
formando parte esencial de los procesos de
comunicación y un elemento básico para la
información. Sea acompañando a una imagen como
eslogan impactante o en textos informativos o
narrativos, la palabra es la fuente que nutre el
proceso de socialización con el que interiorizamos
las normas, creencias y pautas de conducta
aceptadas por nuestra sociedad. Sin duda, tal vez
sea este el factor más relevante de la importancia de
la lectura.

La lectura como fuente de socialización, puede


suponer el mantenimiento del orden establecido sin
trabas críticas, pero también puede formar un
individuo más crítico y libre, que no acepte sin más
lo que se le impone. No es casual que los gobiernos
autocráticos teman a los lectores y hagan hogueras
de libros para destruir un instrumento de revolución;
los nazis quemaron libros, las dictaduras persiguen a
los intelectuales y prohíben la edición y la lectura de
determinados libros; en la memoria de muchos
españoles se encuentran las vivencias sobre la
prohibición de leer a muchos autores y la exigencia
de leer textos moralistas y de formación nacional. Y
es que, efectivamente, leer puede ser un instrumento
de sometimiento o una afirmación individual que nos
puede hacer libres, solidarios, críticos e
independientes. No se puede controlar al que lee
libremente, tal es el caso de los indígenas
mexicanos que se encargan de labrar la tierra, por lo
tanto el gobierno no tiene el interés de preparar
académicamente a estas personas por la
conveniencia de que sigan realizando esa labor.

El lector descubre a través del texto otras


realidades y puede llegar a interpretar de forma
crítica la suya propia. De esta manera, no puede
controlarse el orden establecido, lo que pone en
peligro el sometimiento del individuo a las instancias
de poder: instituciones, ideologías políticas o
religiones. Por ello, aún hoy, no es extraño observar
lugares donde se quiere controlar la lectura y
actitudes contradictorias en algunas instancias de
poder que, mientras recomiendan la lectura, no
ponen los medios necesarios para facilitar y
generalizar los comportamientos lectores; pues la
lectura generalizada y libre, supondría personas más
formadas, más críticas y, sin duda, más
independientes.

Pero la lectura y la escritura son fenómenos


construidos socialmente, a los que se les añade una
serie de capacidades que han de tener un valor
social, con un significado cultural dentro de su
contexto. Por ello, el proceso lector no se reduce a
saber leer y escribir, sino que también son sus
objetivos la adquisición del razonamiento abstracto y
del pensamiento independiente y crítico.

En nuestra sociedad, por mucho que se trate de


fomentar la lectura placentera, a la actividad lectora
se le suele dar importancia por su dimensión
instrumental. La lectura suele asociarse con la
actividad intelectual, con el aprendizaje, con el
estudio y, básicamente, con la transmisión de
información y la adquisición de conocimientos.
Pero también existe, aunque no de forma tan
mayoritaria como deseáramos, la idea que asocia la
lectura con el entretenimiento, refiriendo a su
carácter relajante y de ocio agradable. Así pues,
podemos diferenciar la lectura instrumental, que se
hace para obtener información (aprender, estudiar,
saber el funcionamiento de algo,…), de la lectura
ociosa, por el hecho de que la última se elige de
forma libre y voluntaria, con el objetivo de leer por
leer, por entretenimiento y autosatisfacción, aunque
también pueda aportar conocimiento sin que, en
ningún caso, éste sea su objetivo primordial.

Podemos preguntarnos si la lectura es una actividad


imprescindible cuando un número considerable de
personas, en torno a la mitad de la población, no
leen y no parece que ocurra nada. El éxito social no
depende del nivel cultural. El éxito social pasa por el
consumo y la lectura queda relegada en un segundo
plano, como conducta individual, que sólo realizan
las minorías. Nuestra cultura tiene su base en la
economía y los medios de comunicación nos venden
modelos de conducta basados en el consumo y en
actitudes superficiales.

Los lectores no son modelos sociales. Sin embargo,


un hogar con libros sigue siendo más distinguido.
Para que una persona se motive en el desarrollo de
sus hábitos lectores es necesario que interprete la
lectura como un hecho cultural relevante y como una
destreza individual importante; pero el significado
social se define en términos culturales, no
individuales. Por ello, el que el lenguaje escrito y la
lectura sean relevantes para el niño, dependerá de
la comunidad de referencia. El niño formulará
interpretaciones sobre el lenguaje escrito, su
naturaleza y propósitos, basándose en la
interpretación ofrecida por los otros, indicando con
su actividad la importancia de estas acciones, para
el funcionamiento adecuado en la sociedad a la que
pertenece.
Por ello, para desarrollar el valor de la lectura es
necesario generar un modelo social donde ésta tome
sentido. Si la construcción del lector es una acción
social, todos somos responsables. Debemos
entender que la lectura incurre a su vez sobre los
sujetos de forma individual y sobre la sociedad en su
totalidad; construyendo individuos más formados,
mejora la sociedad.

Para nosotras lo ideal sería que el adulto despertara


su propio interés por la lectura y así que sea capaz
de transmitir a los niños el encanto de leer y de
hacer del encuentro una situación placentera.

Recordemos que lo primero es el deseo de leer y el


disfrutar de la lectura, los aprendizajes son
complementarios al propio acto lector.

Como sabemos, los niños tienen que adquirir la


cultura de su entorno, tienen que asimilar los valores
que marcarán sus pautas de comportamiento para
construir un estilo de vida. Ese proceso de
aprendizaje se realiza a través del modelaje, los
niños harán lo que vean hacer a sus mayores, serán
sus modelos a seguir e imitar. En un principio serán
sus padres, pero pronto entran en juego otros
agentes de socialización, actuando también como
modelos en este proceso. La lectura por sí misma
tiene valor es algo innegable e indiscutible.

“LOS LIBROS SON LOS ARQUITECTOS DE LOS


GRANDES HOMBRES DE LA HUMANIDAD”
Subraya las ideas principales del texto.
La lectura como fuente de socialización.

El lector descubre a través del texto otras realidades


y puede llegar a interpretar de forma crítica la suya
propia.

La lectura suele asociarse con la actividad


intelectual, con el aprendizaje, con el estudio y,
básicamente, con la transmisión de información y la
adquisición de conocimientos.

3. Selecciona cinco palabras destacadas en el


mismo y escribe su sinónimo y su antónimo de
acuerdo al contexto.
Palabras Sinónimo Antónimo
prohibición Impedimento Autorización
actividad Ocupación Apatía
críticos Juzgar Elogiar
Dictadura Absolutismo Democracia
adquisición Compra Perdida

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