Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las crisis hipertensivas se definen como elevaciones agudas de la presión arterial capaces de producir alteraciones funcionales o
estructurales en los órganos diana de la hipertensión (corazón, cerebro, riñón, re<na y arterias). Conviene recordar que la gravedad de
las CH no viene condicionada intrínsecamente por las cifras de PA, por altas que estas sean, sino por la afectación orgánica que
originan, la cual suele estar más correlacionada con la rapidez de instauración y con la existencia o no de historia an<gua de HTA. Las
crisis las podemos clasificar en:
SEUDOCRISIS HIPERTENSIVAS
Son elevaciones de la PA reac<vas y transitorias a es<mulación del sistema nervioso simpá<co o por defectos en la técnica de medición
(incluyendo HTA de bata blanca), y que clínicamente son asintomá<cas y no ocasionan lesiones en órganos dianas.
¿Cómo tratarlas? Se indica reposo, idealmente en decubito supino, con mediciones tensionales repe<das cada 10-30min. No requiere
fármacos an<hipertensivos ya que desaparece cuando se corrige el factor desencadenante (ansiedad, odontalgia, cefalea, etc). En
algunos casos puede precisarse ansiolí<cos y/o analgésicos-an<inflamatorios. En pacientes sin HTA previa, una vez pasada la fase
aguda debe confirmarse o descartarse el diagnós<co de HTA.
URGENCIAS HIPERTENSIVAS
Elevaciones agudas de la PA (160-100 mmHg) que no provocan afectación de los órganos diana de la HTA o, si esta se produce, es de
carácter leve, permi<endo un descenso tensional lento y progresivo (horas-días) con fármacos por vía oral, habitualmente en el
ámbito extrahospitalario. La mayoría ocurre en pacientes asintomá<cos o con síntomas inespecíficos (cefalea, mareo, inestabilidad,
epistaxis), y con situaciones clínicas asociadas muy diversas. El descenso de la PA debe realizarse de forma gradual en 12-48 horas,
siendo el obje<vo reducir el 20-25% del valor inicial de la PA, idealmente por debajo de los 160mmHg de PAD o de los 100 de PAD.
Un descenso brusco de la PA puede provocar descensos de los flujos cerebrales y/o coronarios al rebasarse el límite inferior de la
autoregulación, por lo que se genera hipoperfusión de los órganos vitales secundarios a esta hipotensión súbita y pronunciada,
pudiendo tener repercusión isquémica en estos territorios.
¿Cómo tratarlas? El reposo y control de los factores desencadenantes permiten que la PA vuelva a sus valores habituales. Además:
- Pacientes que no reciben habitualmente tratamiento anAhipertensivo: Iniciar
tratamiento para HTA por vía oral según las úl<mas recomendaciones
internaciones del manejo de HTA. Se dan diuréAcos, bloqueadores beta,
antagonistas de calcio y bloqueadores del sistema renina angiotensina.
- Pacientes que reciben tratamiento crónico anAhipertensivo: Luego de
comprobar el grado de cumplimiento del mismo y que el tratamiento sea el
adecuado, se aumentan las dosis diarias o se asocian a otros fármacos.
De los IECA se u<liza más el captopril, en dosis inicial de 25 mg VO, cuyo efecto se
inicia a los 15-30 min y se prolonga durante 4-6 h.
No se recomienda el uso del nifedipino por vía sublingual, debido a que la reducción
rápida de la PA puede generar hipotensión y sintomatología isquémica. Se prefiere el
amlodipono o lacidipino.
Los síndromes hiperadrenérgicos se tratan de forma especial: Se usan antagonistas
de calcio en combinación con benzodiacepinas, ya que los beta bloqueadores están
contraindicados por su efecto paradójico.
EMERGENCIAS HIPERTENSIVAS
Las emergencias hipertensivas provocan lesiones agudas y graves de los órganos diana, con riesgo de compromiso vital, precisando
un descenso rápido (minutos-horas) de la PA pero muy controlado con fármacos por vía intravenosa en el ámbito hospitalario.
Los fármacos deben ser idealmente vía intravenosa, de acción rápida, semivida corta y fácil dosificación. Debido a la farmacociné<ca
impredecible cuando se emplean las vías sublingual e intramuscular, la administración de fármacos an<hipertensivos por estas vías
debe evitarse, debido a que pueden inducir hipotensiones agudas de diecil manejo. Antes de iniciar el tratamiento endovenoso suele
necesitarse reposición de volumen intravascular para restaurar la perfusión de los órganos diana afectados y evitar brusca caída de la
PA cuando se inicie el tratamiento. Una vez conseguido un adecuado control de la PA y controlada la lesión de órgano diana, puede
iniciarse el tratamiento oral, reduciendo progresivamente el tratamiento parenteral
Presentaciones neurológicas: Se diagnos<can con fondo de ojo (presencia de cruces arteriovenosos, hemorragias, edema de papila,
etc) y se manejan principalmente con nimodipino, nitroprusiato, labetalol y urapidil. La meta es alcanzar una reducción del 25% de la
PAM nasal en dos a tres horas, y no bajar de 150/90.
- EncefalopaMa hipertensiva: Cuadro clínico caracterizado por un incremento brusco (inferior a 24 h) y sostenido de la PA, capaz de
provocar sintomatología neurológica: cefalea intensa y progresiva, náuseas, vómitos y alteraciones visuales (con o sin alteración de
la re<na, aunque habitualmente hay edema de papila, cruces arteriovenosos, hemorragias, etc.). Si no se trata puede generar
cuadro confusional, convulsiones y alteraciones de conciencia. El obje<vo inicial del tratamiento es reducir la PAD con un descenso
máximo no superior al 25% de la PA inicial, con nitroprusiato sódico y labetalol
- Infarto isquémico cerebral en fase aguda: La perfusión cerebral en las zonas de penumbra adyacentes a la lesión isquémica
depende de la PA, por lo que su aumento probablemente sea una respuesta fisiológica refleja para mantener el flujo cerebral. Se
recomienda iniciar tratamiento hipertensivo sólo si la PAS es>220mmHg y/o la PAD>120mmHg. El obje<vo es reducir la PA no más
del 10-15% en las primeras 24 hm principalmente mediante labetalol o nitropruisato sódico.
- Hemorragia intracraneal fase aguda: Se presentan con cefalea, signos meningeos y alteraciones neurologicas, vómitos y
bradicardia. La perfusión cerebral depende de la PIC y de la PAM de manera que en las situaciones en las que se incrementa la PIC
(sangrado), el aumento de la PAM es la única forma de mantener una presión de perfusión cerebral adecuada (> 60mmHg). En la
hemorragia intracraneal, tanto hematoma intracerebral como hemorragia subaracnoidea se recomienda un descenso tensional
controlado y progresivo cuando la PAS es>180mmHg y la PAD>105mmHg (o la PAM>130-150mmHg). El tratamiento de elección es
el labetalol y nicardipino, siendo el nitroprusiato de segunda elección (uso con precaución ya que puede incrementar la PIC).
Presentaciones cardiovasculares:
- Síndrome coronario agudo: La isquemia coronaria aguda se asocia a EH menudo por el estrés que supone el propio dolor
precordial. El manejo es agudo, principalmente mediante vasodilatadores IV como la nitroglicerina, en combinación con
bloqueadores beta (labetalol o esmolol) que permiten reducir la frecuencia cardíaca y consumo de oxígeno.
- EPA: A menudo secundario a las emergencias hipertensivas por episodios de insuficiencia ventricular izquierda. El tratamiento de
primera elección es nitratos y los diuréAcos de asa IV (furosemida). Si estos no son efec<vos se usa nicardipino, urapidilo o incluso
nitroprusiato.
- Disección aórAca: Debe sospecharse en pacientes con elevación de la PA y dolor torácico transfixiante. El obje<vo es alcanzar una
PAS < 120 mmHg rápidamente, en 5-10 min y una PAM <80mmHg. Además de la PA, se debe reducir la frecuencia cardíaca (en
torno a 60 lpm) y la contrac<lidad miocardíaca con la finalidad de disminuir el estrés sobre la pared aór<ca. El tratamiento se basa
en la combinación de un vasodilatador arterial (nicardipino, fenoldopam) y un bloqueador beta (esmolol, labetalol).
Otras
- Insuficiencia renal aguda: Puede ser una causa o consecuencia de la HTA grave. El tratamiento va dirigido a reducir las resistencias
vasculares sistémicas, evitando el descenso de la perfusión renal y la caída del FG, aunque en las primeras horas posteriores al
descenso de la PA la función renal puede empeorar transitoriamente. Los fármacos indicados son diuréAcos, labetalol, nicardipino
o nitroprusiato sódico. La reducción tensional <ene que situarse en torno al 10-20% de la inicial en las primeras 24 h
- Exceso de catecolaminas: El exceso de liberación de catecolaminas al torrente sanguíneo produce una hiperes<mulación del
sistema nervioso simpá<co, con el consecuente aumento proporcional de la PA. Dicha situación puede aparecer en pacientes
afectados de feocromocitoma, en consumidores de sustancias simpa<comimé<cas (cocaína, anfetamina, etc.), por interacciones
farmacológicas graves (<ramina con IMAO) o pacientes que suspenden bruscamente su tratamiento an<hipertensivo. Se trata con
antagonistas alfa adrenérgicos no selec<vos como la fentolamina y betabloqueadores. El feocromocitoma se debe dar fentolamina
(abloqueador) como preparación quirúrgica. No se u<liza clonidina en Chile debido a que puede generar Sd. De privación.
- Preeclampsia grave-eclampsia: Síndrome caracterizado por elevación de la PA y aparición de proteinuria a par<r de la 20.a semana
de gestación en mujeres previamente normotensas. Eclampsia hace referencia al Sd hipertensivo de la preeclampsia más
convulsiones. Los fármacos de primera elección son labetalol, hidralazina y meAldopa. Se deben evitar descensos bruscos de la PA
con el fin de no provocar hipoperfusión uteroplacentaria y, en defini<va, daño fetal. Se usa sulfato de magnesio para disminuír
irritabilidad neurológica y evitar convulsiones.
- Sangrado postoperatorio de cirugía con suturas vasculares: Parece producirse por una hiperes<mulación del sistema nervioso
simpá<co y suele darse en pacientes con mal control tensional preoperatorio. Se aconsejan agentes IV de acción corta, como
urapidilo, esmolol, labetalol o nicardipino. Es importante el control del dolor y de la ansiedad postoperatorios
- Hipertensión maligna: Elevación aguda y rápidamente progresiva de la PA con cifras en rango de grado 3 (especialmente PAD ≥ 130
mmHg) asociada a la afectación del fondo de ojo en forma de re<nopaia hipertensiva grado III (hemorragias y exudados
algodonosos) o grado IV de Keith-Wagener (edema de papila) junto a lesión arteriolar difusa aguda. El riñón es uno de los órganos
más afectados en la HTA maligna. El obje<vo inicial es reducir la PA diastólica a 100-105 mmHg en las primeras 2-6 h, con un
descenso máximo del 25% de la PA inicial, mediante labetalol o nitroprusiato.
En general primero debemos descartar causas secundarias de HTA, tratar los factores de riesgo y realizar los siguientes exámenes:
- Fondo de ojo (compromiso de órgano blanco)
- Conciencia (si hay compromiso de conciencia es una emergencia)
- Examen cardiovascular-pulmonar y neurológico (conges<ón, soplos, estrías como en cushing o preclampsia, retardo radiofemoral)
- Exámenes de laboratorio (principalmente para descartar causas de HTA secundarias, ver compromiso de órgano blanco y ver
factores de riesgo asociado a la hipertensión)
- Hemograma: (anemia, hemolisis y trombocitopenia se ve - Gases venosos (alcalosis mas hipocalemia en
microangiopaia trombó<ca, que incluye HTA maligna; hiperaldosteronismo, hipercapnia en Sd. de apnea del
policitemia y HTA puede indicar EPOC, glomerulopaia sueño)
membranosa asociada a proteinuria o hipernefroma con - Examen de orina (alteración nefrogénica, compromiso de
triada de HTA, hematuria y varicocele) órgano blanco)
- Urea y crea (Sd de Cushing eleva la uremia pero no la - ECG (Hipertrofia ventricular, arritmias)
crea) - EcocardiograNa (NO es un examen de urgencia)
- Glicemia (indica diabetes) - Ecoabdominal (asimetrías renales, feocromocitomas, etc.
- E l e c t r o l i t o s p l a s m á 3 c o s : H i p o c a l e m i a ( e n Pero NO es u<l para ver arterias renales)
hiperaldosteronismo primario, hiper<roidismo, - R x d e t ó r a x ( e n s a n c h a m i e n t o m e d i a s < n i c o,
enfermedad renovascular) cardiomegalia, HTP, EPA)
Caso Clínico 2
Hombre de 60 años, hipertenso y dislipidemico de larga data (en tratamiento con losartán, doxazocina agregada después de la ul<ma
hospitalización, atorvasta<na). Tabaquismo ac<vo, consulta por disnea súbita. Tiene dos hospitalizaciones previas en el úl<mo mes por
edema pulmonar agudo. Al ECG muestra HVI y al ecocardiograma muestra HVI, disfunción diastólica leve y estenosis aor<ca leve.
Al exámen <ene FC 110’min regular, PA 195/125, leptosómico, saturación periférica del 80%. Se encuentra disneico, consciente e
intranquilo. Tiene crepitaciones pulmonares difusas, RR taquicárdico y no se auscultan soplos.
Pedimos Ecoabdominal para ver tamaños renales, y eventualmente pedimos aldosterona. Además de cin<graea renal con captopril
y ozil.
Caso clinico 3
Hombre de 40 años. HTA en tratamiento con lisinopril (IECA) y amlodipino (bloqueador de calcio). Cirugía elec<va de coleli<asis
sintomá<ca. Preoperatorio de ECG normal, hemograma, crea<nina, uremia y ELP normal. Al examen antes del ingreso a pabellón:
Pulso 86’x min regular, PA175/115, saturación del 99% sin oxígeno. Consciente y tranquilo, exámen pulmonar normal y RR. No se
auscultan soplos.
BibliograNa
- Revisión Crisis hipertensivas: seudocrisis, urgencias y emergencias; C. Albaladejo Blancoa,∗, J. Sobrino Martínezb y
S. Vázquez Gonzálezc
- Urgencias y emergencias hipertensivas: tratamiento - Rafael Santamaría Olmo, María Dolores Redondo Pachón,
Casimiro Valle Domínguez, Pedro Aljama García - Servicio de Nefrología. Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba