Está en la página 1de 9

Revista digital de cultura, ciencia y pensamiento.

Interpretando los nuevos estilos de vida y la sociedad que crea la tecnología.

Buscar
Incluido en: Sociedad (http://letraurbana.com/categorias/sociedad/) Edicion: 21
(http://letraurbana.com/ediciones/21/)
Novedades todas las semanas

Psicología y Psicoanálisis, Entrevista a


Email

Selecciona la(s) lista(s):

Alejandro Dagfal LU. Residentes USA

LU. Residentes Global


Una vuelta sobre sus orígenes en París y Buenos Aires, Buenos Aires
Por Mónica Prandi
¡SUSCRÍBETE!

Me gusta Compartir

Francia y Argentina son los lugares donde el psicoanálisis conserva su 1


mayor vigencia. Alejandro Dagfal, psicólogo e historiador formado en
Seguir a @LetraUrbana
ambos países, conversó con Letra Urbana sobre el lazo histórico que
une a París con Buenos Aires, las tensiones con la psicología científica,
la impronta de Lacan en Sudamérica y qué esperamos de las Sitios Amigos
(http://letraurbana.com
psicoterapias en el Siglo XXI.
amigos/)
Alejandro Dagfal estudió psicología en la
Universidad Nacional de La Plata,
Argentina, a finales de los años ’80 y
luego hizo un doctorado en historia en
Paris. Una corta residencia en los Estados (http://www.artsballetthe

Unidos y el trayecto recorrido en su


formación, lo orientaron para articular
algunas cuestiones que hacen de la
psicología y el psicoanálisis que se (http://www.alejandracza
practica en Argentina y Francia, algo
diferenciado de lo que ocurre con estas
disciplinas en el resto del mundo.
Alejandro Dagfal
(http://www.manosdelsur
Las primeras observaciones, investigaciones e hipótesis de Dagfal sobre este tema
conformaron su tesis doctoral, dirigida por Elisabeth Roudinesco, en la Universidad
de Paris VII y posteriormente, con el trabajo agregado a lo largo de varios años más,
(http://www.baquiana.com
se precipitan en dos volumenes publicados.

El primer libro, Entre París y Buenos Aires: la invención del psicólogo (1942-1966),
editado en 2009 por Paidós, en Buenos Aires, da cuenta de cómo surge la figura del
psicólogo en la Argentina y cómo es que el psicoanálisis se vuelve hegemónico en
ese país. A la vez sitúa las condiciones de un proceso, durante la segunda post (http://poetasyescritoresm
guerra, que da lugar a que el pensamiento francés se tenga suprema influencia en el
campo “psi” de Argentina. Este libro fue recientemente reconocido en agosto de
2011, con el Primer Premio Nacional de la Secretaría de Cultura de la Nación.

El pasado mes de
octubre, en Francia,
acaba de publicarse su
H ubo otro tipo de factores, más
allá del campo académico y
último libro, profesional, que incidieron en este
Psychanalyse et proceso de difusión masiva del
psychologie. Paris- psicoanálisis.
Londres-Buenos Aires
(París, Campagne
Première), también prologado por Roudinesco. Este trabajo explica el nacimiento
de la psicología en Francia. Dagfal compara el pensamiento de autores de diversas
disciplinas para mostrar cómo el particular cruce que se produce entre filosofía,
psiquiatría y psicología propicia la entrada del psicoanálisis en la universidad
francesa. El libro también vuelve a enfocar el impacto de la “tradición psi” francesa
en Argentina, cuáles fueron los autores pioneros que contribuyeron a generar ese
fenómeno, que aunque la historia no los recuerde tanto, fueron quienes abrieron la
puerta al pensamiento de Lacan en Sudamérica.

Actualmente Alejandro Dagfal reside en la ciudad de La Plata, es profesor adjunto


de Historia de la Psicología (Universidad de Buenos Aires) y codirector de un
proyecto de investigación. Desde su ciudad se prestó cordial, a esta entrevista para
Letra Urbana.

En el imaginario social argentino la figura del psicólogo está asociada a la del


psicoanalista. En ninguna otra parte del mundo las huellas del psicoanálisis tienen
tanta presencia como en las costumbres y en el lenguaje de esa cultura local.
Cuéntanos algo de esa historia.

En efecto. A partir de los años ’60, los primeros psicólogos argentinos se volcaron
masivamente al ejercicio de una psicología clínica de matriz psicoanalítica y
kleiniana. A partir de los años ’70, la recepción del lacanismo operó una disyunción
entre psicología y psicoanálisis. Es decir, los psicólogos siguieron dedicándose a la
clínica, pero dejaron de considerar que el psicoanálisis formaba parte de la
psicología, sino que lo tomaron como una instancia superadora. En consecuencia,
muchos de ellos comenzaron a referirse a sí mismos como psicoanalistas, en un
momento en que la asociación psicoanalítica oficial, hasta entonces dominada por
los médicos, empezaba a perder el monopolio de los “usos legítimos” del
psicoanálisis. Si se considera que los propios fundadores de las carreras, en su
mayoría, nunca habían pensado en favorecer el ejercicio del psicoanálisis y que todo
esto sucedió en un período en el que el ejercicio de cualquier cura por la palabra
estaba legalmente vedado a los psicólogos, hay que concluir que hubo otro tipo de
factores, más allá del campo académico y profesional, que incidieron en este
proceso de difusión masiva del psicoanálisis. Particularmente, creo que es necesario
seguir investigando sobre las condiciones sociales y culturales que marcaron la
especificidad del “fenómeno psi” en nuestro país.

Tu primer libro, ya desde su título, Entre París y Buenos Aires. La invención del
psicólogo…, sugiere que ese “fenómeno psi” que mencionas dependió de la
relación que hubo entre Francia y Argentina…

Es cierto. De alguna

E n 1947 el psicoanálisis iba a manera, en mis


diferentes trabajos he
hacer allí su aparición oficial en
el marco del proyecto de unidad tratado de mostrar
de la psicología esbozado por hasta qué punto lo que
Daniel Lagache, un heredero de se ha dado en llamar la
Janet. “excepción cultural
francesa” podría ayudar
a entender la
“excepción psicológica argentina”. Según esa hipótesis, el formidable desarrollo que
tuvieron las disciplinas psi en ese período puede comprenderse más fácilmente en
la medida en que se lo sitúe en el marco de procesos de más largo alcance, ligados a
la importancia que ha tenido la recepción del pensamiento francés en nuestro país.
De hecho, en la historia de la cultura argentina la presencia del pensamiento francés
ha sido un dato inaugural. Pero específicamente dentro del “campo psi”, en la
primera mitad del siglo XX, se desarrolló en Francia una tradición psicológica
particular, que se expresaba en términos comportamentales, pero que no debía
nada al conductismo norteamericano. Muy por el contrario, autores tan diversos
como Théodule Ribot, Pierre Janet y Henri Piéron, por un lado, y Georges Politzer,
Jean-Paul Sartre, Maurice Merleau-Ponty y Daniel Lagache, por el otro,
desarrollaron concepciones de lo psíquico que, a pesar de sus diferencias, en una
zona de cruce entre filosofía, psiquiatría y psicología, se ocuparon de problemas
considerados como científicos, sin excluir empero los llamados “métodos
subjetivos” ni el estudio de los fenómenos superiores. Más aún, por esta vía
inesperada se produjo la entrada del psicoanálisis en la universidad francesa. En
efecto, en 1947 el psicoanálisis iba a hacer allí su aparición oficial en el marco del
proyecto de unidad de la psicología esbozado por Daniel Lagache, un heredero de
Janet, este tema lo he desarrollado en un libro que acaba de publicarse en Francia.
Lo cierto es que el impacto de esta “tradición psi” francesa fue fundamental en la
constitución de los discursos psicológicos en la Argentina entre 1942 y 1966. En
este sentido, no puede exagerarse el papel receptor de autores argentinos como
Enrique Pichon-Rivière, José Bleger y Oscar Masotta. Sin duda, la innegable
hegemonía que luego tendrían las enseñanzas de Lacan en el Río de la Plata hicieron
que se minimizara la presencia previa de otras obras y de otros autores del mismo
origen, que no obstante iban a facilitar más tardíamente la implantación de las ideas
lacanianas.

¿Y qué fue lo que hizo entrar al psicoanálisis en la universidad francesa?

Como decía, ese tema lo he abordado en mi segundo libro. Allí trato de mostrar el
rol particular que le cupo a Daniel Lagache a principios de los años ’40, período en el
que retomó un proyecto del filósofo Georges Politzer, según el cual la nueva
psicología, para ser verdaderamente “concreta” y separarse de la abstracción de las
ciencias naturales, debía basarse en las enseñanzas del psicoanálisis, la Gestalt y el
conductismo. Lagache reformuló ese programa, le agregó nociones del pensamiento
social norteamericano y postuló un proyecto de unidad de la psicología que se
apoyaba en los conceptos de conducta, definida al estilo janetiano, y personalidad,
según la singular interpretación realizada por Anna Freud a partir de la segunda
tópica. Con este bagaje conceptual, el proyecto de Lagache, a pesar de sus
concesiones teóricas y epistemológicas, se transformó en una suerte de manifiesto
para toda una generación de psicólogos franceses, en la medida en que su autor, en
1947, fue el primer psicoanalista que accedió a una cátedra de psicología en la
Sorbona, hasta entonces dominada por la tradición científica y experimental. Poco
tiempo después, en 1953, lideraría la escisión de la Sociedad Psicoanalítica de París
(SPP) y fundaría junto a Jacques Lacan y Françoise Dolto la Sociedad Francesa de
Psicoanálisis (SFP). Si bien esta cercanía entre Lagache y Lacan iba a terminar
abruptamente en 1963, esa década marcaría indudablemente el inicio de la
expansión de un psicoanálisis profano, vinculado a las carreras de psicología recién
creadas. Y algo similar iba a ocurrir en Argentina entre fines de los ’50 y mediados
de los ’60.

¿Cómo fue que la psicología toma un fuerte sesgo científico en el resto del mundo
mientras que en Argentina se torna una disciplina de la subjetividad y el
psicoanálisis se vuelve hegemónico?

Creo que eso se debe a una multiplicidad de factores que, que en parte mencioné.
Estimo que la relación con el pensamiento francés, en Argentina, sirvió de “barrera”
al ingreso de concepciones más objetivistas que, por razones filosóficas muy
arraigadas, nunca tuvieron fuerza en el Río de la Plata. Sin embargo, resulta
paradójico que, hoy en día, esas mismas concepciones cientificistas se expanden
cada vez más en el ámbito europeo, incluso en Francia, mientras que en Argentina
los cambios son mucho más lentos, por lo que el psicoanálisis sigue teniendo un
lugar de privilegio, tanto en la cultura como en la Universidad y en el sistema de
salud.
Hay una singularidad que se ha dado en la Argentina que es haber llevado el
psicoanálisis al ámbito educativo y social, a los hospitales públicos y al sistema
universitario ¿qué consecuencias tuvo esta popularización de la práctica?

Una vez más, creo que


esta singularidad fue
compartida con Francia
S ería difícil evaluar qué queda
hoy y qué desapareció de aquél
(e incluso con EEUU, en psicoanálisis que no necesitaba
donde, después de la refugiarse en el consultorio y que
Segunda Guerra tenía una clara vocación
Mundial, el transformadora.
psicoanálisis llegó a
ocupar un lugar
preponderante en el marco de los discursos sobre la salud mental). Lo específico del
caso argentino es que esa “primavera freudiana”, en la que el psicoanálisis, al ocupar
la escena pública, se vinculó al florecimiento de las ciencias humanas y a la
renovación de las costumbres y las instituciones, fue abortada de manera bastante
abrupta por los golpes militares de 1966 y 1976. En ese marco, toda actividad que
pudiera ser considerada progresista fue gradualmente abandonada, por lo que se
produjo un repliegue hacia la actividad clínica privada, mucho más resguardada de
las arbitrariedades de los gobiernos de turno. Baste recordar que, en 1978, Beatriz
Perosio, la presidenta de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, fue
secuestrada, torturada y posteriormente asesinada por grupos de tareas al servicio
de la dictadura. Sería difícil evaluar qué queda hoy y qué desapareció de aquél
psicoanálisis que no necesitaba refugiarse en el consultorio y que tenía una clara
vocación transformadora.

A 30 años de la muerte de Jaques Lacan, cuéntanos cómo entiendes el impacto


que este psicoanalista tuvo en Argentina y en Francia.

Sería muy difícil resumir la importancia que ha tenido Jacques Lacan para el
psicoanálisis, tanto a nivel teórico como clínico. Por un lado, en un momento en el
que el freudismo tendía a biologizarse, a psicologizarse y, en definitiva, comenzaba
a perder el carácter contracultural que había tenido en sus inicios, Lacan logró darle
nuevos bríos. A partir de una obra singular –en la que se aliaban el surrealismo, el
existencialismo, la antropología y la fonología estructural, la topología y quién sabe
cuántos otros discursos, además del freudiano–, el psicoanalista francés elaboró
una producción original que, no obstante, fue aceptada como un verdadero
“retorno a Freud”. Por otra parte, su figura carismática y excéntrica y su pericia
clínica completaban un panorama que contribuía a resituar el psicoanálisis en el
marco de las vanguardias culturales e intelectuales, seduciendo a las nuevas
generaciones y dividiendo irreconciliablemente a las precedentes.

En 1980, poco antes de su muerte, Lacan conoció en Caracas a buena parte de


aquéllos que habían seguido sus enseñanzas a la distancia, en América del Sur,
sobre todo en Argentina. Faltaba Oscar Masotta, otro personaje singular, que, antes
de morir en Barcelona, en 1979, había sido el principal artífice de esa transmisión
del lacanismo allende el Atlántico. En los años ’50, Masotta había sido un joven
estudiante de filosofía, cautivado por la moda existencialista. Pero treinta años más
tarde sería reconocido como el principal introductor de la obra de Jacques Lacan en
la Argentina y en España. En ese camino, sería crítico literario, ensayista,
conferencista, promotor de happenings, admirador del arte pop y la historieta,
semiólogo… No puede pasarse por alto que el psicoanálisis lacaniano desarrollado
tanto en Argentina como en España no se llevaba necesariamente bien con ciertas
rigideces institucionales más propias de París, Londres o Nueva York. Sea como
fuere, lo cierto es que las enseñanzas de Lacan transitaron, y transitan aun, por ese
extraño triángulo entre París, Buenos Aires y Barcelona. Tan es así que no resulta
descabellado pensar que, a treinta años de su muerte, Lacan está más vivo en
Argentina que en Francia. Sobre todo si se considera el lugar que el lacanismo
detenta en la cultura en general, incluyendo el ámbito clínico, y en la universidad en
particular.

¿Por qué crees que hasta hoy el psicólogo y su práctica son objeto de polémicas?
En particular, ¿cuáles son los factores que se perfilan ahora y comienzan a
resquebrajar la hegemonía del psicoanálisis?

El psicólogo y su

H ay un estallido de discursos práctica siempre han


sido objeto de múltiples
psi, que tienden a multiplicarse
de manera cada vez más polémicas, en la medida
fragmentaria. en que la psicología
misma es una disciplina
compleja, fragmentaria,
en la que conviven enfoques mutuamente excluyentes y en la que la idea de una
crisis continua no resulta para nada extraña. Considerando lo anterior, lo raro sería
que no hubieran polémicas. Respecto de la relación entre psicoanálisis y psicología,
es claro que los avances de las neurociencias y del cognitivismo, que son discursos
hegemónicos en casi todo el mundo occidental, no dejan de tener su impacto en
Francia desde hace mucho tiempo, pero también en la Argentina, más
recientemente, sobre todo en el ámbito privado. Pero creo que, como decía Jacques
Derrida hace más de diez años, no sólo hay que ver las resistencias al psicoanálisis,
es decir los factores externos que se le oponen, sino que también resulta pertinente
considerar las resistencias del psicoanálisis. En efecto, muchas veces el
psicoanálisis, o más bien los psicoanalistas, tardan en adaptarse a los
requerimientos de la época. Y ante los grandes desafíos, en vez de primar el interés
común por el avance de la disciplina suele imponerse el narcisismo de las pequeñas
diferencias. Lo cual deja al gran público como mero espectador de rencillas entre
analistas o entre facciones institucionales. Este tipo de situaciones no contribuyen
en nada al desarrollo del psicoanálisis en momentos adversos, en los que, entre
otras cosas, se le exige que se adapte a estándares de tiempo y eficiencia que fueron
pensados para las ciencias naturales y no para las disciplinas del sentido. Por suerte,
al mismo tiempo, es claro que hay psicoanalistas que buscan construir puentes con
otras disciplinas, que cuestionan su propia práctica, que se prestan al debate y que,
en definitiva, están dispuestos a reinventar el psicoanálisis ante cada caso, con todo
lo que eso implica.

¿Podríamos pensar que el discurso psi en general está declinando? ¿Cómo crees
que será la realidad del psicólogo o del psicoanalista, a partir del siglo XXI?

No sé si el discurso psi en general está declinando. Más bien diría que hay un
estallido de discursos psi, que tienden a multiplicarse de manera cada vez más
fragmentaria. Por ejemplo, en el dominio de las psicoterapias, conviven alternativas
de tipo clásico, como el psicoanálisis mismo, las terapias sistémicas, etc., junto con
una gran cantidad de psicoterapias new age, basadas en particularismos epocales y
regionales, que suelen enfocar al ser humano a través de su cuerpo y de la supuesta
necesidad de restablecer una cierta homeostasis guiada por el principio del placer.
En este mercado persa de la salud, dominado por el corto plazo y la eficacia
sintomática directa, las condiciones que el siglo XXI reserva al psicoanálisis y los
psicoanalistas no parecen ser las mejores. A mi entender, por más que los mismos
pacientes tiendan a definir al psicoanalista como a un mero “prestador de servicios”,
frente a estas nuevas formas de la demanda, el desafío reside en no rechazarlas de
antemano, sino en poder depurarlas para extraer de ellas la dosis de sufrimiento
que siempre existe en quien consulta a un psi. Y a partir de allí, siempre habrá
quienes apuesten por desplegar ese sufrimiento en un dispositivo de lenguaje. En
todo caso, la responsabilidad no es sólo de la época, sino que pasa también por lo
que los psicoanalistas sean capaces de hacer con los medios de que disponen, la
palabra, en los tiempos en los que nos toca vivir.

Artículo por:

Mónica Prandi
Fundadora y Directora de la revista digital Letra Urbana.
Psicoanalista. Lic. en Psicología, Argentina. Master of Science in
Psychology, USA. Licensed Mental Health Counselor, en el Estado de
la Florida. Se dedica a la práctica clínica privada en la ciudad de Miami.
Actualmente investiga y divulga las ideas y teorías que contribuyen a
entender las transformaciones que observamos en el hombre
contemporáneo, bajo los efectos de la globalización.

Entradas Relacionadas
Arte Con–Texto. Los Anillos del Tiempo
(http://letraurbana.com/articulos/arte-
con-texto-los-anillos-del-tiempo-
entrevista-a-miler-lagos/)

“Lo femenino va más allá del


principio de no contradicción”
(http://letraurbana.com/articulos/lo-
femenino-va-mas-alla-del-principio-
de-no-contradiccion-entrevista-a-
maria-rosa-lojo/)

20 años de la Fundación Proyecto al


Sur
(http://letraurbana.com/articulos/20-
anos-de-la-fundacion-proyecto-al-
sur/)

El cuaderno como estudio


Reflexiones sobre Art Basel
Conversations con Gabriel Orozco
(http://letraurbana.com/articulos/el-
cuaderno-como-estudio-reflexiones-
sobre-art-basel-conversations-con-
gabriel-orozco/)

El tiempo entre Costuras Entrevista


a María Dueñas
(http://letraurbana.com/articulos/el-
tiempo-entre-costuras-entrevista-a-
maria-duenas/)

La música es el colmo del lenguaje


(http://letraurbana.com/articulos/la-
musica-es-el-colmo-del-lenguaje/)

Tus comentarios nos ayudan a crecer. Gracias!


Introduce tu comentario aquí...
© Copyright 2005 - 2015. Todos los derechos reservados por Letra Urbana - contacto@letraurbana.com . Powered by PAN DG
(http://www.estudiopandg.com)

También podría gustarte