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El fracaso de la nac1on
Región, clase y raza
en el Caribe colombiano (1717-1821)
2 J ~ M
. esus . Henao y Gerardo Arrubla H· .
3. De los primeros cuarentas 1·b ' lstorza de Colombia (Bogotá 1912)
N · 1 ros publ · d . ' ·
~cw~al, al menos 30 se refieren al eríodica os en la sene Biblioteca de Historia
H1stona de Colombia comenzó esta s p . o de la Independencia. La Academia de
ene en 1902.
Introducción 15
1O. «The leaders of the movement had invariably been drawn from the upper
classes of Colombia. Fortunately for them, social tensions had not surfaced. The elites,
however, managed to undo their revolution all by themselves, and the Spanish forces
had an easy time of it.» Richard Graham, Independenc e in Latin America. A
Comparative Approach (New York: McGraw-Hill, lnc., 2a edición, 1994).
11. «If no outburst of social and racial conflict ocurred to threaten the revolution in
New Granada it was in large part because underlying tensions had not been brought to
a head by a process of a rapid socio-econom ic change as in late colonial Venezuela,
and because the fitful nature of the independence struggle gave less room for popular
participation.» David Bushnell, «The Independenc e of Spanish South America,» in
Leslie Bethell (ed.), The Cambridge History of Latin America, vol. III (Cambridge:
Cambridge University Press, 1985), p. 114.
El fra caso de la nación
18
17. Peter Guardino y Charles Walker, «The State, Soc1ety, and o 1t1cs m .
· p ¡· · · Peru and
Mexico in the Late Colonial and Early Republican Periods ,» Latin Amerzca. n¡
Perspectives, vol. 19:2 (1992), p. 38.
18. Florencia E. Mallon, Peasan t and Nation. The Making of Pos/col onia
Mexico and Peru (Berkeley: University of California Press, 1995), p. 330. .
19. Aline Helg, Our Rightful Share. The Afro-Cu ban Struggl e for Equa /l ty,
1886-1912 (Chapel Hill: The University of North Carolina Press, 1995).
Introducción 21
22. Para examinar en detalle dos excelentes ejemplos de lectura del registro frag-
mentario sobre el colonialismo, ver Spivak, «The Rani of Sirmur: An Essay in Reading
the Archives,» History and Theory, 24:3 ( 1985), pp. 247-272; y Ann Stoler, «In Cold
Blood: Hierarchies of Credibility and the Politics of Colonial Narratives,»
Representations, 37 (1992), pp. 151-189. Para un brillante y muy influyente ejercicio
metodológico, ver Guha, «The Prose of Counter-Insurgency,» en Selected Subaltern
Studies, pp. 45-86.
El fracas o de la nación
24
. .
vmci as can.b enas.
~ En parti cular me inter esa docu ment ar la e
' X-
trema debil idad del contr ol de las élites sobre la pobla ción y la
vida de front era que reinó en la mayo r parte de su territorio en
contr aste con la exist encia de un centr o urban o de gran impor-
tanci a como Carta gena de India s. Uno de mis objet ivos es ilus-
trar hasta qué grado el mund o socia l del Carib e colom biano se
apart a de la más estru ctura da jerar quía de los Ande s orientales.
En el terce r capít ulo anali zo las profu ndas transformaciones
econ ómic as, socia les y polít icas sufri das por la ciuda d de
Carta gena de India s en la segun da mitad del siglo XVIII y los
inicio s del XIX. Mues tro el surgi mien to de nuev as fuerz as socia-
les, la amer icaniz ación de la élite de la ciuda d y, en particular, el
fortal ecimi ento de una nueva clase de negro s libre s y de mulatos
artesanos. Igual ment e, me ha parec ido impo rtant e ilustr ar el sen-
timiento de crisis qu_e predi spuso a los carta gene ros a desafiar el
poder virreinal y a busca r soluc iones radic ales.
En el capítulo cuarto examino los factores que hicie ron inevitable
el conflicto económico y social entre Carta gena y Santa Fe de Bogotá
a finales del siglo XVIII y la primera mitad del XIX, y en el capítulo
quinto señalo cómo la lucha de la élite de Carta gena por la autonomía
política en la primera década del siglo XIX, fue la conse cuenc ia de la
profundización de su conflicto con la élite santa fereñ a. Además, dis-
cuto la tesis de que esta última fue incap az de crear duran te la prime-
ra independencia un Estado-nación debido a que no tenía ni la hege-
monía ni la fuerza para imponerse sobre las poder osas élites regiona-
les, tales como la de Cartagena.
En el sexto Y últim o capít ulo me refier o en detal le a la vida
políti ca de la repúb lica indep endie nte de Carta gena entre 181 OY
1815 .Miin terés aquíe s
. mos trar que para evalu ar qué paso,, en 1ª
cmda d durante estos añ
os, es a b solut amen te neces ario tener en
cue~t~ qué fuerzas socia les difer entes de los criol los españoles
partic iparo n en la forma ción de su desti no. Al meno s en el pre-
sente estado de la docum e t . ,,
. . n acwn , pued o afirm ar que los mulatos
Y negros hbres Jugar on un . /
pape 1 cruci al duran te la prim era repu-
Introducción 25
.
cé le br es es cr ito d Fr an ci.sc o Jo sé de C al da s ac er ca de la in~
s e f" so br e lo s se re s or ga
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flu en ci a del cl im a Y la ge og ra ia ni za do s y en
. d Po m bo a la s es pe cu la ci on es
la re sp ue st a de Jos é Ig na ci o e del
ci en tíf ic o pa ya né s en re . ,, on la su pe ri or id ad de l ho m br
la ci on c 26 e de
los Andes sobre el de
la s costas.