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Algunas aclaraciones sobre el “modelo” argumentativo de Toulmin

Eduardo Harada O.*

Recibido: 26 de febrero de 2009. de verdad; en cambio, con un argumento se las ins-


Aceptado: 27 de mayo de 2009. taura entre personas.
Introducción Por ejemplo, “Si es un triángulo entonces tiene tres
¿“Argumentar” o “razonar” ? ángulos. Es un triángulo. Por tanto, tiene tres ángu-
En los últimos años se ha ido cobrado consciencia los”, sin duda es un razonamiento pues de las pre-
de la importancia académica pero también social y misas “Si es un triángulo entonces tiene tres ángu-
polı́tica que posee la competencia argumentativa (los los” y “Es un triángulo” se infiere la conclusión “Tie-
conocimientos, habilidades, actitudes y valores nece- ne tres ángulos” (la cual queda indicada por la ex-
sarios para argumentar) pues gracias a ella podemos presión “por tanto”). Sin embargo, el ejemplo an-
solucionar problemas, resolver conflictos y tomar de- terior difı́cilmente podrı́a considerarse un argumen-
cisiones sobre asuntos tanto teóricos como prácti- to pues, a pesar de ser válido desde el punto de vis-
cos, disciplinarios y cotidianos de manera individual ta formal-deductivo (si sus premisas fueran verda-
y colectiva. deras, su conclusión también lo serı́a necesariamen-
te), resulta escasamente persuasivo o convincente;
En efecto, tenemos que argumentar no sólo para re-
además, ¿qué problema o conflicto real se podrı́a tra-
solver las diferencias de opinión que surgen en el tra-
tar de solucionar o resolver por medio de él?
to diario con otras personas sino, igualmente, pa-
ra alcanzar acuerdos con ellas. Por ejemplo, cuan- Ası́, mientras que los elementos que constituyen a
do queremos que emprendan o eviten cierto curso un razonamiento son básicamente premisas y con-
de acción. clusión, los de un argumento son proponente y opo-
nente, aseveración, fundamentos, garantı́as, restric-
Sin embargo, un obstáculo en el desarrollo de es-
ciones y modalizadores, además de carga de la prue-
ta competencia por medio de la educación es que
ba, contraargumento y refutación, por sólo hacer re-
algunos de los profesores que deberı́an ocuparse
ferencia a algunos de ellos.
de mejorarla, es decir, los de Lógica, no siempre
distinguen entre un razonamiento y un argumento Incluso, la falta de una distinción clara entre ra-
ası́ como tampoco entre las actividades de razonar zonamientos y argumentos se advierte entre algu-
y argumentar. nos teóricos de la argumentación contemporánea que
han criticado a la lógica formal deductiva por no di-
No se dan cuenta que un razonamiento es básica-
ferenciar entre, por un lado, los argumentos “analı́ti-
mente una relación de consecuencia entre portadores
cos y teóricos” (que para nosotros constituyen sim-
de verdad (juicios, proposiciones, oraciones o enun-
plemente “razonamientos”) y, por otro lado, los ar-
ciados) tal que unos (premisas) apoyan la verdad
gumentos “sustanciales y prácticos” (en nuestra ter-
de otro (conclusión), mientras que un argumento es
minologı́a los argumentos propiamente dichos).
un conjunto de actos lingüı́sticos y no lingüı́sticos
por medio de los cuales se busca persuadir, conven- Por ejemplo, el primer libro del filósofo británi-
cer o resolver desacuerdos con las personas. co Stephen Toulmin (n. 1922), considerado uno de
los padres de la teorı́a de la argumentación con-
Dicho de manera breve, por medio de un razona-
temporánea, se titula The Uses of Argument (pri-
miento sólo se establecen relaciones entre portadores
mera edición de 1958), es decir, “Los usos del ar-
* Profesor Titular B Definitivo de Tiempo Completo en la gumento” (traducido en español como Los usos de
ENP de la UNAM. Receptor de la Cátedra Especial “Porfi- la argumentación). Sin embargo, el nombre de su
rio Parra” con el Proyecto De los razonamientos a la argu-
mentación (2007-2009) y Responsable Académico del Proyec-
otro libro sobre el mismo tema, escrito junto con
to de Investigación INFOCAB “Enseñar a pensar dentro y fue- Janik y Rieke, es An Introduction to Reasoning
ra de la ENP” (2007-2009). (1978), esto es, “Introducción al razonamiento”. Lo

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cual deja en claro que Toulmin emplea los térmi- Por ejemplo, el siguiente es el más conocido ejemplo
nos argument y reasoning como si fueran sinónimos de un argumento de acuerdo con el modelo de Toul-
intercambiables1 . min: “Presuntamente (M) Harry es súbdito británi-
co (A) porque nació en las Islas Bermudas (D) y da-
De hecho, su libro The Abuses of Casuistry (1988)
do que una persona nacida en ese lugar generalmen-
lleva por subtı́tulo “A History of Moral Reasoning”,
te es súbdito británico (G), teniendo en cuenta lo
lo cual en español podrı́a ser traducido como “Una
que establecen las leyes y provisiones legales corres-
historia del razonamiento moral”.
pondientes (S), a menos que su padre y su madre
Y la misma falta de una distinción clara entre los sean extranjeros o él se haya naturalizado norteame-
argumentos y los razonamientos se puede observar ricano (R)”.
al interior de sus otros escritos y libros, por ejemplo,
en Believing and Acting (1976) y Return to Reason
(2001).
Por lo anterior en este trabajo intentaré respon-
der a las siguientes preguntas: el modelo de Toul-
min, ¿ofrece algo diferente respecto de la lógica for-
mal, ya sea la tradicional (aristotélica o silogı́stica)
o ya sea la moderna (la simbólica o matemática)?;
la clase de argumentos de los que se ocupa, ¿no pue-
den ser formalizados por medio de ese tipo de lógi-
ca?, es decir, ¿no pueden ser identificados, analiza-
dos, evaluados y creados adecuadamente por medio
de ella? y, en su caso, ¿qué ventajas ofrece el mode-
lo de Toulmin en dichas tareas? De manera más con-
Figura 1. (Tomado de Toulmin, 2007: 142)
creta, ¿qué beneficios podrı́a tener la enseñanza del
modelo argumentativo de Toulmin en lugar de la im-
La primera interpretación, que no sólo comparten al-
partición de la lógica formal?
gunos crı́ticos sino también ciertos apologistas y que
Como puede verse, no me propongo simplemente ex- en este escrito denominaremos proposicional, conci-
poner o explicar la propuesta de Toulmin, como sue- be a ese modelo como un patrón para elaborar ra-
le hacerse, sino, más bien, discutirla, sobre todo, en zonamientos, diferentes a los formales deductivos,
lo que se refiere a sus diferencias y semejanzas, ven- por ser más completos y cercanos a los argumen-
tajas y desventajas frente a la lógica formal. tos cotidianos y disciplinarios, pero, finalmente, so-
lamente razonamientos aislados y descontextualiza-
Dos interpretaciones del “modelo”
dos (un conjunto de proposiciones que apoyan la ver-
de Toulmin
dad de otra).
Creo que son posibles dos interpretaciones del “mo-
delo” que se ofrece en The Uses of Argument, a sa- La segunda interpretación, que llamaré dialéctica o
ber, el que contiene aseveración, dato (data), ga- retórica, entiende al modelo de Toulmin como una
rantı́a (warrant), respaldo (backing), reserva (rebut- guı́a para construir esquemas que pueden servir para
tal) y cualificador (qualifier) y con el cual se preten- redactar textos argumentativos o participar en diálo-
de reflejar el uso práctico de la argumentación, a di- gos también argumentativos. En esta segunda inter-
ferencia de la distancia que siempre ha existido en- pretación se pone el acento en los elementos dialécti-
tre esta última y la lógica formal. cos y retóricos que permiten persuadir, convencer o
1 De hecho, en el “Prefacio a la edición de bolsillo” de 1963 alcanzar acuerdos (Walton, 1998).
y en el “Prefacio a la primera edición” de The Uses of Ar-
Es decir, bajo la primera interpretación lo que pro-
gument, ası́ como en algunas partes de ese mismo libro, tam-
bién habla de ’inferencias’ (inferences), por ejemplo, de las ’in- duce el modelo de Toulmin son únicamente razona-
ferencias deductivas’, pero casi no de ’razonamientos’. Por el mientos (como ya se dijo, una serie de proposicio-
contrario, en El puesto de la razón en la ética Toulmin sos- nes que justifican la verdad de otra). En cambio, en
tiene que los ’razonamientos’ son una clase especial de ’argu-
mentos’ o de intercambios de razones en tanto que los prime-
la segunda interpretación a lo que da originen son ar-
ros se caracterizan por ser ”dignos de ser aceptados” (Toul- gumentos propiamente dichos (esto es, un conjunto
min, 1964: 90). de actos lingüı́sticos y no lingüı́sticos que sirven pa-
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ra conseguir la aceptación de alguien, es decir, que de proposiciones (axiomas o premisas mayores y he-
permiten modificar sus creencias, actitudes, valores chos que especifican una instancia particular o pre-
y hasta su conducta), aunque, como ya se indicó an- misas menores) unidas de tal manera que garanticen
tes, se trata de argumentos un tanto esquemáticos. su conclusión y queden liberados de su dependen-
cia respecto de las circunstancias sociales e históri-
Claro está, en este trabajo sostengo que la segun- cas de su uso o presentación, mientras que en el se-
da interpretación es la correcta, pues la primera re- gundo sentido es una red de consideraciones presen-
sulta más bien inútil y superflua: convierte a la pro- tadas para resolver un problema práctico (p. 34) y,
puesta de Toulmin en una simple variante de la lógi- por ello, toma como punto de partida la experien-
ca formal deductiva de la que quiere escapar. cia o los procedimientos usados para resolver asun-
Sin embargo, como ya dije, tanto entre los crı́ti- tos previos (p. 35).
cos como entre los apologistas la interpretación pro-
posicional predomina por encima de la dialéctica El diagrama de un argumento práctico, en el cual
o retórica. Por eso, antes de explicar y defender el resultado de la experiencia sirve de guı́a para la
la última, voy a considerar con cierto detalle a la acción futura, serı́a (Fig. 2):
primera.
Intermedio: dos sentidos del término ‘argu-
ment’
En apoyo de la segunda interpretación se puede decir
que aunque Toulmin no distinguió, como ya vimos,
entre ‘razonamientos’ y ‘argumentos’, sı́ llegó a iden-
tificar dos significados diferentes de la palabra ingle-
sa ‘argument’2 , el primero de los cuales correspon-
de, en términos generales, a lo que antes designé ‘ra-
zonamiento’. Figura 2. (Tomado de Toulmin y Jonsen, 1988, pp. 34)

Por ejemplo, en Believing and Acting dice que los A diferencia de un argumento teórico que tiene un
‘argumentos’ considerados en términos formales son punto de partida universal y apuntala un punto de
simplemente redes de proposiciones unidas por rela- llegada particular (Fig. 3):
ciones lógicas y que sus ‘premisas’ son las proposi-
ciones que proveen apoyo lógico para la ‘conclusión’.
En cambio, un argumento considerado en términos
del sentido común, representan una clase de activi-
dad humana y ‘dar razones’ es la fase de esas activi-
dades en la que una parte propone un argumento pa-
ra convencer a la otra. La segunda acepción se re-
fiere al significado funcional de los argumentos y las
razones como procedimientos desarrollados duran-
te las interacciones de los seres humanos con el mun-
do y sus semejantes. Por eso, mientras que en el pri-
mer caso se habla de ‘validez formal’, en el segun-
do de ‘relevancia práctica’ (p. 221).
De la misma manera, en The Abuses of Casuistry, es- Figura 3. (Tomado de Toulmin y Jonsen, 1988, pp. 35)
crito junto con Jonsen, Toulmin sostiene que mien-
tras que los argumentos teóricos son “pruebas” que La interpretación proposicional a partir de las
no se refieren a lugares y momentos particulares, lógicas tradicional y moderna
sino a todos en general, los argumentos prácticos Una de las crı́ticas tı́picas que se dirigen en con-
son “métodos para resolver problemas” (p. 19). Ası́, tra del modelo de Toulmin es que lo único que ha-
en el primer sentido un argumento es una ’cadena’ ce es poner de manifiesto o desarrollar una de las pre-
2 Desde luego, también diferenció el significado de argu- misas implı́citas u omitidas de los silogismos irregu-
ment como discusión o pelea verbal. lares conocidos como entimemas.
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Por ejemplo, en el razonamiento “Está triste por- elementos de su modelo, sino también a criticar las
que llora” falta la premisa “La gente llora cuando “ambigüedad” del silogismo categórico.
está triste” o “Si alguien llora entonces está tris-
En concreto, cuestiona que el la teorı́a aristotélica del
te”, premisa que en el modelo de Toulmin corres-
silogismo no se distingue entre la garantı́a y el respal-
ponde a la ‘garantı́a’, pero que en la lógica tradicio-
do pues no establece una distinción entre los enun-
nal, aristotélica o silogı́stica se le denomina ‘premi-
ciados que cumplen la función de reglas de paso (p.
sa mayor’ (por ser más general que la otra premi-
e. si la demanda desminuye entonces también ter-
sa que compone a un silogismo regular).
minará por decrecer la oferta) y los que constitu-
Como se sabe, un viejo truco para convertir a un ra- yen generalizaciones empı́ricas (p. e. se está obser-
zonamiento que no es deductivo (esto es, que no es vando en todas las economı́as del mundo que si la
necesario debido a su forma lógica) en uno que sı́ lo demanda desminuye, la oferta decrece), pues a am-
es, es agregarle, como hice con el razonamiento an- bas clases de apoyos les considera “premisas mayo-
terior, una premisa universal o condicional, supues- res” de la forma “Los S son P”. Ası́, Toulmin agrega
tamente implı́cita u omitida. una nueva “falacia de ambigüedad”, no de los térmi-
nos del silogismo, sino de sus premisas mismas.
El problema con esa estratagema es que el razona-
miento al que se le aplica queda reducido a una sim- Otra limitación obvia del silogismo categórico es que
ple obviedad: “Si alguien llora entonces está tris- requiere de un “término medio” en las premisas, lo
te. Llora. Por tanto, está triste” o “Los que llo- cual vuelve un tanto repetitivo a esta clase de ra-
ran están tristes. Alguien llora. Por tanto, está tris- zonamiento. Además las reglas del silogismo exigen
te”. Además con ello se le agrega un carácter de ne- que todos los razonamientos que forman a un silo-
cesidad que suele desvirtuar su carácter controver- gismo irregular, por ejemplo, un sorites, un polisilo-
sial original. gismo o silogismo encadenado deban ser válidos, co-
sa que no ocurre con los argumentos conforme al mo-
Otros autores sostienen que, más bien, el modelo de delo de Toulmin.
Toulmin es ejemplo de un epiquerema, es decir, un
De todas maneras, pasando a la lógica moderna, se
tipo de silogismo también irregular (muy usado por
podrı́a objetar de forma más seria que en su expre-
los autores latinos) que incluye elementos adicionales
sión más simple (aseveración, dato y garantı́a) el mo-
que no son premisas, pero que sirven para probar o
delo de Toulmin es una instancia de la regla infe-
apoyar a éstas (Eemeren, 1996: 48-49).
rencia modus ponendo ponens, es decir, la que in-
La interpretación epiqueremática analizarı́a ası́ un dica que a partir de la afirmación del anteceden-
argumento conforme al modelo de Toulmin: te de un condicional se puede concluir el consecuen-
“Habrá recesión en México (Aseveración = conclu- te de éste.
sión) porque está disminuyendo la demanda (Da- Por ejemplo, el famoso “argumento” de acuerdo con
to = premisas menor) y si la demanda desminu- el modelo de Toulmin “Presumiblemente (M) Ha-
ye entonces también terminará por decrecer la ofer- rry es súbito británico (A) porque nació en Bermu-
ta (Garantı́a = premisa mayor), lo cual es, precisa- das (D) y dado que una persona nacida en esa isla es
mente, lo que se está observando en todas las eco- súbdito británico (G)” puede ser reescrito ası́: “To-
nomı́as del mundo (Respaldo = premisa epique- dos los que nacen en Bermuda son súbitos británi-
remática)”. Es decir, bajo la interpretación epique- cos (G). Harry nació en Bermudas (D). Por tanto,
remática el “respaldo” del que habla Toulmin que- es súbito británico (A)” de tal manera que en la mo-
da reducido a un simple sostén para una de las pre- derna lógica cuantificacional o de predicados que-
misas (en este caso la ’mayor’). Si esta inter- darı́a simbolizada de la siguiente manera:
pretación fuera correcta, la propuesta de Toul-
min no ofrecerı́a nada nuevo frente a la lógica tra- (x)(Bx ⊃ T x)
dicional, sino solamente constituirı́a un epiquere-
ma inconsciente. Bh ∴ T h

Frente a lo anterior hay que decir que en su libro Los Es más, otro de los elementos que integran el mode-
usos de la argumentación Toulmin dedica el capı́tulo lo de Toulmin que no suele estar presente en los ra-
“4. La forma de los argumentos” no sólo a tratar zonamientos deductivos es el modalizador o cualifi-
de aclarar las diferentes funciones que cumplen los cador, esto es, una expresión como ’necesariamen-
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te’ pero, también, ’posiblemente’ que indica la fuer- Y la aparente “‘sustancialidad” de otros argumentos,
za con la que se asevera una conclusión. No obstan- por ejemplo, los que se ofrecen en The Abuse of Ca-
te, un lógico algo despierto podrı́a objetar que di- suistry, se deriva del contenido de los mismos (asun-
cho elemento también puede ser simbolizado hacien- tos cotidianos, prácticos, controversiales) y no tan-
do uso de los operadores que suministran las lógicas to de su estructura, esto es, de los elementos que in-
no clásicas, en concreto, la lógica modal. En concre- cluyen. Sin embargo, ese mismo efecto podrı́a ser al-
to, la aseveración “Es posible que Harry sea súbdito canzado por medio de cualquier razonamiento de-
británico” quedarı́a simbolizada de la siguiente ma- ductivo.
nera: ♦ B h.
Por ejemplo, el razonamiento “Si un ser vivo care-
En efecto, para algunos lógicos, las crı́ticas de Toul- ce de sistema nervioso central entonces no puede ex-
min frente a las limitaciones de la lógica formal de- perimentar sensaciones de placer y dolor. Este ser
ductiva clásica frente al lenguaje ordinario han deja- vivo, un embrión humano, no cuenta con un siste-
do de tener sentido gracias al desarrollo de las lógi- ma nervioso central. Por tanto, no puede sentir pla-
cas no clásicas, en concreto, de las no monotónicas, cer y dolor”, a pesar de tratar sobre el aborto, esto
las cuales permiten dar cuenta del razonamiento co- es, un asunto sobre el cual se pueden dar las más aca-
tidiano, corregible, en el cual los puntos de parti- loradas discusiones, es un simple ejemplo de un mo-
da puede cambiar mientras se razona (Morado, 2004, dus ponendo ponens, es decir, un razonamiento de-
que es lo que, precisamente, se pretenderı́a indicar ductivo que es válido debido a su pura forma lógi-
en el modelo de Toulmin al hablar de una “reser- ca (en este caso, su distribución de conectivas).
va” que conduce a la modalización de la asevera-
De igual forma, se podrı́a formular un “argumen-
ción inicial.
to” conforme al modelo de Toulmin sobre un tópi-
La razón de la sinrazón co escasamente polémico: “Todos los triángulos tie-
Ahora bien, la interpretación proposicional del mo- nen tres ángulos (Garantı́a), como lo indica su nom-
delo de Toulmin se justifica en tanto que muchos bre mismo (Respaldo). Esta figura tiene tres ángu-
apologistas consideran que éste únicamente sirve pa- los (Datos). Ası́ que debe ser un triángulo (Asevera-
ra justificar una aseveración por medio de otras, es ción). A menos que tenga más de tres ángulos (Re-
decir, dado que le reducen, consciente o inconscien- serva)”.
temente, a un método para construir razonamientos, Por lo demás, en su libro The Uses of Argument
dejando de lado los componentes retóricos y dialógi- Toulmin se ocupa casi exclusivamente del produc-
cos propios de los auténticos argumentos. to o el resultado de la argumentación y no tanto de
Pero, también, se justifica en la medida en que los su proceso (retórico) ni tampoco de su procedimien-
ejemplos que se suelen ofrecer para ilustrarlo (co- to (dialéctico).
mo el ya mencionado sobre la nacionalidad de Harry) Lo anterior sin tomar en cuenta que el propio Toul-
únicamente incluyen un dato o, una garantı́a, un res- min no hace mucho uso, no por lo menos de mane-
paldo y una restricción, como si sólo existieran o fue- ra directa, de su propio modelo para argumentar en
ran posibles los argumentos simples, lo cual no co- The Uses of Argument o en alguno de sus otros li-
rresponde, para nada, a la manera que efectivamen- bros (lo cual, obviamente no habla muy bien de es-
te se argumenta en la vida real. te modelo).
Igualmente, la interpretación proposicional encuen- Dicho sea de paso, hay que decir que aunque Toul-
tra apoyo en el hecho de que a pesar de que Toul- min se quejó de que los “lógicos” ignoraron su li-
min habla de “argumentos sustanciales” en oposi- bro cuando apareció publicado, más bien lo que ocu-
ción a los argumentos formales, vacı́os o analı́ticos rrió es que quienes lo reseñaron3 consideraron que su
tı́picos de la lógica formal deductiva, sin embargo,
3 En “Toulmin’s Model of argumentation”, capı́tulo de
los pocos ejemplos que brinda en The Uses of Argu-
Foundamentals of Argumentation Theory (1996), libro edi-
ment, de nuevo, como el argumento sobre “la nacio- tado por Franz van Eemeren, se presenta un recuento muy
nalidad de Harry”, se refieren a asuntos poco sustan- amplio y completo de los trabajos que se han escrito den-
ciales o controversiales y, más bien, artificiales e irre- tro de la tradición anglosajona sobre dicho modelo. Y, de he-
cho, ya desde Informal Logic. The First International Sym-
levantes (¿cuál es el caso en cuestión?, ¿cuál serı́a posium (1990), Johnson y Blair incluyen un apartado sobre
la situación concreta que conducirı́a a su formula- las reseñas del libro de Toulmin desde 1960 hasta 1972 (sie-
ción?). te en total).
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crı́tica a la lógica formal deductiva era parcial ya que Pocos toman en cuenta que tanto al principio co-
se dirigı́a exclusivamente a la aristotélica, tradicio- mo al final de The Uses of Argument Toulmin ubi-
nal o silogı́stica (desde hace mucho tiempo supera- ca su trabajo al interior de la epistemologı́a la cual,
da por la lógica moderna), y que, por las razones an- a su vez, concibe como una lógica práctica o apli-
tes expuestas, en el fondo solamente estaba propo- cada, pues la principal preocupación de ésta es en-
niendo algunas mejoras menores para ella. Además, contrar los medios para justificar las creencias cuan-
juzgaron que esas crı́ticas no tocaban a la lógica mo- do son puestas en duda o rechazadas.
derna, ya sea la clásica o la no la clásica, pues Toul-
¿Qué es tener razones para nuestras creencias y ac-
min, más bien, parecı́a desconocer ambas.
ciones?, ¿qué significa ‘tener razón’ para lo que hace-
Ahora bien, tildar a quienes critican el modelo de mos o creemos? y ¿cómo podrı́an ser defendidas ra-
Toulmin de ignorantes, deductivistas incurables o al- cionalmente nuestras creencias y acciones cuando se
go peor, como serı́a la tendencia natural entre los las desafı́a?, pregunta Toulmin en Believing and Ac-
apologistas, creo que no ayuda mucho: simplemen- ting (pp. vi-vii, 53 y 55).
te provoca que cada quien se mantenga atrinchera- De hecho, en el “Prólogo a la edición actualizada”
do en sus prejuicios, es decir, no fomenta un diálo- de The Uses of Argument, Toulmin insiste en que
go crı́tico que conduzca a un cambio de creencias, no se propuso, de ninguna manera, crear un nue-
actitudes, valores y hasta formas de ser. Además, vo tipo de lógica, por ejemplo, una “lógica infor-
puede terminar por conducirnos a un nuevo sueño mal” o hacer una contribución a la teorı́a de la ar-
dogmático: ya no formalista (todo puede ser for- gumentación, aunque ası́ haya terminado por ser re-
malizado), sino ahora informalista (nada puede ser cibido su trabajo.
formalizado).
Más aún, con el paso de los años Toulmin llegó a
Es necesario desarrollar y justificar una interpreta- darse cuenta que la lógica misma es una parte de
ción alternativa de dicho modelo, lo cual supone re- la teorı́a de la razón, la cual no sólo incluirı́a a la
conocer sus lı́mites y tratar de ir un poco más allá de racionalidad teórica o lógica sino, igualmente, a la
ellos. En la siguiente sección trataré de andar algu- razonabilidad práctica o retórica (p. vii).
nos pasos en esa dirección.
En concreto, en el Prefacio de Human Understan-
Modelo heurı́stico ding (1977) dice que la tesis que sostuvo desde The
Hay que notar que tanto el silogismo categórico co- Uses of Argument es que “tanto en la ciencia como en
mo el modus ponens son dos tipos de razonamien- la filosofı́a, una preocupación exclusiva por la siste-
to que se usan preferentemente para poner de ma- maticidad lógica ha sido destructiva tanto de la com-
nifiesto (inferir o deducir) la conclusión que se sigue presión histórica como de la crı́tica racional” (p. vii).
de ciertas premisas y que no son métodos para jus- Y en Return to Reason afirma que en ese libro pre-
tificar creencias o acciones, como sucede con el mo- tende contribuir a restablecer el balance perdido des-
delo de Toulmin. de el Renacimiento entre la teorı́a y la práctica, la
lógica y la retórica, la racionalidad y la razonabili-
Incluso, me parece que más que un modelo “justi- dad (pp. 13 y 22).
ficatorio”, el de Toulmin es o puede ser interpreta- Quizá por lo mismo en la última década se ha da-
do como un modelo heurı́stico, es decir, que sirve pa- do una revalorización del modelo argumentativo de
ra descubrir o encontrar razones que pueden permi- Toulmin dentro de la filosofı́a de la ciencia, pues
tir persuadir, convencer o llegar a acuerdos con otras ante el fracaso de los proyectos, primero positivis-
personas. tas y luego estructuralistas, de formalizar las teorı́as
cientı́ficas ya sea por medio de la lógica clásica o
A diferencia de la lógica formal que suele aplicar-
la teorı́a de conjuntos, se ha terminado por recu-
se a razonamientos ya dados, para analizarlos y es-
rrir a modelos “informales” y más cercanos a la ma-
tablecer su validez, es decir, para determinar si su
nera en que se argumenta en la práctica efectiva de
conclusión se sigue de modo necesario de sus pre-
los cientı́ficos.
misas, el modelo de Toulmin se aboca a un proble-
ma completamente distinto: dada la siguiente aseve- No hay que olvidar que Toulmin es considerado, jun-
ración o pretensión, ¿cómo conseguir que se la acep- to con Kuhn, Fayerabend y Lakatos, uno de los pa-
te? (Habermas, 1989 y 1993). dres de la filosofı́a de la ciencia pospositivista y, que
Algunas aclaraciones sobre el “modelo” argumentativo de Toulmin. Eduardo Harada O. 51

al lado de Popper, también fue uno de los inicia- de mayor prueba, por ser considerado evidente al
dores de la epistemologı́a evolutiva o evolucionista interior de un foro o campo de argumentación. De
(en 1961 publicó Foresight and Understanding y Hu- hecho, la mayorı́a de las aseveraciones que hacemos
man Understanding, de 1972, lleva como subtı́tulo o pensamos todos los dı́as son de ese tipo.
The Collective Use and Evolution of Concepts).
Pero también puede ocurrir una aseveración sea
La interpretación dialéctica puesta en duda, no se le acepte o, inclusive, se le re-
Ha llegado el momento de dejar de lado “lo que se di- chace, por lo cual se vuelve indispensable fundamen-
ce” sobre el modelo de Toulmin y ofrecer una alter- tarla explı́citamente ofreciendo alguna clase de da-
nativa concreta frente a la “interpretación proposi- tos (data).
cional” que antes critiqué, pero una alternativa que
Justamente, en An Introduction to Reasoning, Toul-
sea coherente con la idea de la “epistemologı́a co-
min, Rieke y Janik señalan que el término claim se
mo lógica práctica o aplicada” y que también permi-
refiere al proceso semi-jurı́dico que se llevaba a cabo
ta dar cuenta de los argumentos reales, tanto los dis-
en el “Viejo Oeste” americano cuando alguien pre-
ciplinarios como los cotidianos.
tendı́a haber descubierto un yacimiento de oro y se
En principio, el modelo de Toulmin puede y en mi veı́a enfrentado al problema de tener que probar di-
opinión debe ser interpretado de manera dialécti- cha reivindicación ante la comisión encargada de ex-
ca o dialógica, pues aunque en The Uses of Argu- pedir los tı́tulos de propiedad (Toulmin, Rieke y Ja-
ment no se habla explı́citamente del diálogo entre nik, 1984: 30).
un oponente y proponente, sin embargo, como ense-
guida trataré de mostrar, sı́ habla de ello de mane- El proceso argumentativo se puede detener en la eta-
ra indirecta. Además, en An Introduction to Reaso- pa anterior, es decir, para conseguir la aceptación de
ning los aspectos dialógicos del modelo sı́ son pre- una aseveración puede bastar con ofrecer algunos da-
sentados abiertamente4 . tos o evidencias, pero también se puede convertir en
objeto de duda el tránsito de los datos a la aseve-
El modelo argumentativo de Toulmin presupone a ración, es decir, se puede llegar a exigir alguna cla-
alguien (puede ser el proponente mismo desdobla- se de garantı́a (warrant) o licencia que asegure di-
do en un diálogo interno) que pone en duda, no acep- cho paso.
ta o rechaza una aseveración o la pretensión de que
una creencia es verdadera, debe ser aceptada o cons- Aquı́ hay que aclarar que no todas las garantı́as cons-
tituye una buena razón para actuar de cierta mane- tituyen leyes universales simbolizables por medio de
ra. Es decir, el modelo no sólo supone la existencia un condicional universal: ( x ) ( P x Q x ), como creen
de proposiciones que permiten apoyar la verdad de los deductivistas, pues muchas de ellas son simples
otras sino, ante todo, de un interlocutor, real o ima- generalizaciones o principios, por ejemplo, prácticos
ginario, que debe ser persuadido, convencido o con o morales, que suelen admitir toda clase de excepcio-
el que se debe llegar a un acuerdo. nes (por ejemplo, “No hay que dañar a seres inocen-
tes”), por cual tienen que ser matizadas al ser apli-
Por ejemplo, alguien asevera algo y puede ser que sea cadas a casos concretos.
aceptado por todos los interlocutores sin necesidad
Pero volviendo a la etapa anterior, incluso algún in-
4 El aspecto dialéctico de la propuesta de Toulmin es más terlocutor puede llegar a desafiar las garantı́as ofre-
evidente en un libro anterior: El puesto de la razón en la éti- cidas, de modo que el proponente se vea obliga-
ca (publicado originalmente en 1948), pues ahı́ señala que lo
común a todos los casos de ’razonamiento’ (véase arriba la no- do a echar mano de un respaldo (backing), es de-
ta 1) es su “forma dialéctica”, pues en cada uno de ellos A em- cir, información general adicional propia del cam-
pieza diciendo algo (a0 ) (p. 90) y el otro que habla, B, vaci- po argumentativo particular al interior del cual está
la, es escéptico o está positivamente en desacuerdo (diciendo
argumentando.
b0 ). A continúa y hace una observación diferente (a1 ). B aún
no convencido, continúa estando en desacuerdo (b1 ). La con-
Ahora bien, los respaldos (en general, información
versación continua, presentando A una serie de consideracio-
nes nuevas (a2 , a3 ,. . . an ) y B vacilando todavı́a o estando en fáctica) dependen de los distintos foros o campos de
desacuerdo (b2 , b3 ,. . . bn ), hasta que al final B está de acuer- argumentación. Por ejemplo, el argumento “Aurea
do con la primera razón (a0 ) y en muchos casos con la in- es mexicana. La proporción de mexicanos católicos es
termedias (a1 , a2 , a3 ,. . . ). Es decir una conversación o argu-
mentación tiene una forma dialéctica en la que A da razo-
mayor al 80 %. Ası́ que muy probablemente Aurea
nes (a1 , a2 , a3 ,. . . ) a B para su declaración inicial (a0 ) (Toul- es un católica” ofrece información estadı́stica para
min, 1964: 86 y ss.). defender la aseveración final. O el respaldo también
52 ContactoS 73, 45–56 (2009)

podrı́a consistir en una convención lingüı́stica: “Por Y hay que recalcar que un contraargumento no de-
definición, los católicos son cristianos”. be ser simbolizado, como es la práctica usual den-
tro de la lógica formal, como una “premisa adicional”
El proceso de justificación podrı́a continuar hasta el unida a otras premisas por medio de una conjun-
infinito pues incluso los respaldos pueden ser pues- ción (conectiva lógica veritativo-funcional que po-
tos en duda o ser rechazados: el eterno problema del see la propiedad conmutativa, es decir, en ella el or-
escepticismo dentro de la epistemologı́a. Claro está, den de los conyuntos-premisas es indiferente), pues
al interior de un campo o foro argumentativo sue- al contraargumentar se puede intentar mostrar que
len existir ciertos acuerdos acerca de los tipos de res- el problema que se trata de resolver por medio de
paldo para los cuales (por el momento) es poco razo- un argumento ha sido malinterpretado, no existe
nable exigir pruebas adicionales. Esto es, se les acep- o, simplemente, se puede intentar cambiar de te-
ta “más allá de toda duda razonable” o como la “pre- ma. Y lo mismo se puede decir, con mayor razón, de
suposición plausible más fuerte disponible por el mo- la refutación.
mento” (Toulmin, 2003: 19).
No obstante, hay que señalar que el modelo de Toul-
Pero lo importante es que el modelo de Toulmin es min no considera la contraargumentación ni la refu-
implı́citamente dialéctico o es conveniente interpre- tación propiamente dichas (aunque a veces se usan
tarlo como si lo fuera: esos dos términos para hablar de él), lo cual, ob-
viamente, constituye una carencia grave ya que to-
Proponente: Creo que Aurea es cristiana (Aseve- dos sabemos que el pensamiento crı́tico (o del pen-
ración). samiento de orden superior) se basa en la considera-
Oponente: ¿En qué te basas para decir eso? ción de opciones, alternativas y puntos de vista di-
Proponente: En que es católica (Dato). ferentes al que se sostiene o defiende.
Oponente: ¿Y qué tiene que ver lo uno con lo otro?
Proponente: Pues que todos los católicos son cristia- La interpretación retórica
nos (Garantı́a). Pasando a una segunda caracterı́stica del modelo de
Oponente: ¿Y quién dice eso? Toulmin, creo que también puede y debe ser inter-
Proponente: Todo el mundo sabe que el catolicis- pretado de manera retórica, en el sentido que no sólo
mo surgió al interior del cristianismo (Respaldo). presupone la existencia de un interlocutor (un opo-
nente) sino que también toma en cuenta las posibles
En ese mismo sentido, la reserva (rebuttal), restric- creencias, actitudes, valores y supuestos de éste: el ti-
ción o excepción (por ejemplo, “Harry es ciudadano po de datos o fundamentos, garantı́as y respaldos
británico, a menos que sus padres sean extranjeros que tienen que proporcionarse en una argumenta-
o se haya naturalizado americano”) también pue- ción dependerán del interlocutor (auditorio o públi-
de ser interpretada como el resultado de la aparición co, en términos de Perelman, 1989) al que se quie-
de un contraargumento o de un argumento en con- ra persuadir o convencer.
tra de la aseveración que busca defender o que se sos-
De hecho, también se encuentran en función de facto-
tiene (por ejemplo, “Puede ser no ser cierto que Ha-
res más “objetivos” y hasta institucionales, como el
rry sea súbdito británico, si sus padres son extran-
campo o el foro argumentativo en los que se desarro-
jeros o se naturalizó americano”), de lo cual resul-
lle la argumentación, lo cuales, obviamente, también
ta la necesidad de modalizar o cualificar la aseve-
tienen un carácter histórico. Un ejemplo de los an-
ración inicial (“Presumiblemente, Harry es británi-
terior son los argumentos que se esgrimen en el Jui-
co”) (Lo Cascio, 1991).
cio de Sócrates, tanto en la versión de Platón co-
La presencia de la reserva es fundamental pues la mo en la de Jenofonte (Toulmin, 2003: 19).
mayorı́a de los especialistas consideran que una vir- En general, el modelo de Toulmin conduce a tomar
tud de un texto argumentativo es que incluya una en cuenta las circunstancias, particulares y cambian-
contraargumentación y, sobre todo, una refutación, tes (el aquı́ y el ahora), en las que se produce o em-
pues ello supone la consideración de puntos de vis- plea un argumento (pp. 14 y 15).
ta diferentes al que se busca probar, para mostrar
que son equivocados o que no son definitivos, lo cual Por cierto, Toulmin prefiere hablar de ‘circunstan-
permite apoyar de manera indirecta la postura que cias’ en lugar de ‘contexto’ porque esto último remi-
se defiende. te a algo puramente escrito o lingüı́stico (como serı́a
Algunas aclaraciones sobre el “modelo” argumentativo de Toulmin. Eduardo Harada O. 53

la relación entre un texto corto y uno más exten- De la misma manera, según se muestra en An In-
so del que el primero formarı́a parte), siendo que al- troduction to Reasoning, un argumento de acuerdo
gunas de las condiciones que hacen posible y deter- con el modelo de Toulmin puede ser analizado y re-
minan a los argumentos no son puramente verba- presentado por medio de las categorı́as y los diagra-
les (p. 217). mas de Beardsley, muy usuales dentro de la lógica in-
formal: convergentes, divergentes, etc. Por ejemplo,
Otro sustento para la interpretación retórica del mo- “Me casaré porque la amo, me ama y, además, nos
delo de Toulmin se encuentra en que los respaldos conviene casarnos a los dos” es una mezcla de un ar-
pueden ser entendidos, aristotélicamente, como tópi- gumento ligado y uno divergente; esto es, los da-
cos o lugares comunes: como se señala en el “Prefa- tos “La amo” y la “amo” prestan apoyo conjun-
cio” a la última edición de The Uses of Argument, to a la aseveración “me casaré”; en cambio, el da-
algunos lectores, por ejemplo, Otto Bird, considera- to “Nos conviene casarnos” la apuntala de mane-
ron que ese libro era una simple revisión de los Tópi- ra independiente.
cos de Aristóteles y el propio Toulmin ha dicho que
“si escribiera este libro hoy, harı́a hincapié en el con- Como vemos, por medio del modelo de Toulmin no
traste de Aristóteles entre los tópicos ‘generales’ y sólo se pueden analizar, evaluar y producir argumen-
‘especiales’, como forma de dilucidar los distintos ti- tos simples (como el ya mencionado sobre “la nacio-
pos de ’fundamentos’ empleados en los diversos cam- nalidad de Harry”) sino también argumentos com-
pos de la práctica y la argumentación” (p. 11). puestos y complejos que no sólo incluyen una aseve-
ración principal sino una o varias aseveraciones se-
Y en un libro más reciente, The Return to Reason re- cundarias que prestan apoyo a la primera, pero que
laciona su trabajo con la retórica y con la razonabi- pueden requerir de apoyo adicional ellas mismas. En
lidad, en oposición a la lógica y la racionalidad (p. concreto, los datos pueden ser entendidos como ase-
16) o, más bien, en contra del racionalismo, obsesio- veraciones secundarias (en la lógica tradicional “con-
nado con la necesidad y la certeza (p. 13), pues to- clusiones intermedias”).
ma como ideal de rigor a las matemáticos, principal-
mente a la geometrı́a (p. 14). Dicho de otro modo, una argumentación puede estar
compuesta por una serie de subargumentos (subargu-
Desde luego, Toulmin reconoce que en algunas si- ments), es decir, argumentos que apoyan a otros ar-
tuaciones los argumentos retóricos pueden ser em- gumentos (chains of arguments).
pleados para distraer la atención sobre las preten-
siones de racionalidad, pero también sostiene que
en otras pueden ser usados para asegurar que esas
pretensiones sean escuchadas (p. 298). Por lo mis-
mo, critica que los lógicos hayan dejado en manos
de los retóricos el estudio de los argumentos sus-
tanciales que producen convicción (Toulmin y Jon-
son, 1988: 169 y 15) y también cuestiona a la filo-
sofı́a analı́tica anglosajona por haber mantenido el
estudio de la argumentación, a veces llamada “lógi- Figura 4. (Tomado de Toulmin, Rieke y Janik, 1984, p.
ca informal”, fuera del reino de la filosofı́a (Toul- 77)
min, 2002: 19).
De hecho, cualquier discurso o texto argumentati-
10. Argumentos compuestos y complejos vo puede incluir muchos más elementos, sobre to-
Ahora bien, hay que insistir en que un argumento do de naturaleza “retórica”, que los que constitu-
según el modelo de Toulmin puede incluir varias y yen el modelo de Toulmin.
variadas aseveraciones, datos, garantı́as, respaldos y
restricciones. Por ejemplo, el siguiente argumento en Sin embargo, hay que señalar crı́ticamente que Toul-
apariencia simple “Me voy a casar (A) porque amo min casi no toma en cuenta los aspectos lingüı́sti-
a mi novia, ella me ama y nos conviene casarnos a cos ni mucho menos los psicológicos, emocionales y
los dos” incluye tres datos o fundamentos: 1) amo a no verbales de la argumentación, los cuales, obvia-
mi novia, 2) ella me ama y 3) nos conviene casarnos mente, son fundamentales para conseguir la acepta-
a los dos. ción de un argumento y que sı́ son apreciados por
54 ContactoS 73, 45–56 (2009)

otros teóricos como Gilbert (1996 y 1997), Reyga-


das (2005) y Reygadas y Shanker (207).

No hay que olvidar que, a pesar de sus méritos inne-


gables, el modelo de Toulmin sigue siendo un mode-
lo y, como tal, un artificio con el que se ponen de ma-
nifiesto algunos aspectos de la argumentación, pero
con el que inevitablemente también se dejan de la-
do otros, ası́ que nunca corresponderá exactamen-
te a la manera en la que efectivamente se argumen-
ta en la vida cotidiana o en los diferentes campos ar-
gumentativos especializados. Figura 5. (Tomado de Toulmin, 1976: 101)

En ese sentido, no me parece del todo incorrecto ha-


blar del “modelo” argumentativo de Toulmin ya que, La estructura en forma de cruz que sostiene a la con-
en la ciencia en general, los modelos son representa- clusión y que descansa en los fundamentos (grounds),
ciones simplificadas de la realidad que permiten en- es decir, los principios de inferencia —en este ca-
tenderla y manejarla. so, la generalización de apoyo (suporting generaliza-
ción) y los teoremas implicados, pero, también, los
Pero hay que evitar a toda costa creer que se trata cálculos auxiliares- corresponde a lo que en la ver-
de un patrón rı́gido y simple que siempre se presenta sión del modelo estudiada en las páginas anteriores
o tiene que presentarse de la misma manera. (el “diagrama de flechas”) se denomina “garantı́as”.

Finalmente, respondiendo a las preguntas iniciales: Por su parte, los fundamentos (grounds) equivalen
tomando en consideración lo que se ha dicho, puede al respaldo (backing) y no tanto a los datos (da-
afirmarse que el modelo de Toulmin sı́ ofrece algo ta). En efecto, en el caso de este argumento de Gali-
diferente a la lógica formal, tanto la moderna como la leo se trata de registros acumulados de observaciones
tradicional, aunque ello depende, como hemos visto, y experimentos (sobre los movimientos de los cuer-
de la manera en que se le interprete. pos) ası́ como de definiciones formales (por ejemplo,
sobre la ’aceleración uniforme’ dentro de la teorı́a
A modo de ejemplo: un argumento cinemática).
de Galileo
En Believing and Acting Toulmin presenta una ver- Y un argumento como el de Galileo podrı́a fallar de-
sión de su modelo argumentativo ligeramente dife- bido a los fundamentos de los que parte o debido a la
rente a la que ofrece en el The Uses of Argument, manera en que dichos fundamentos se encuentran re-
sobre todo, porque considera explı́citamente la posi- lacionados con la conclusión por medio de los princi-
bilidad de una “conclusión final” (final conclusion) pios de inferencia. Y, en efecto, la falsedad de la con-
que es apoyada por medio de una “conclusión inter- clusión del argumento anterior conducirı́a a la revi-
media” (intermediate conclusion), la cual, a su vez, sión de los fundamentos y/o de los principios de infe-
se encuentra justificada a través de un subargumen- rencia (presuntamente universales e invariables, co-
to con sus fundamentos (grounds) propios. mo pretenden ser todas las leyes fı́sicas), pues aun-
que dentro de los primeros se incluye una conclu-
En concreto, emplea el siguiente diagrama sión teórica o una ley del movimiento, pues, sostie-
(llamémosle “diagrama de bloques”) para ex- ne Toulmin, ella descansa en y se obtuvo a partir
plicar el razonamiento (= argumento) de Ga- del registros acumulados de observaciones y experi-
lileo por medio del cual se apoya una con- mentos (sobre la caı́da de los cuerpos), de la mis-
clusión final empı́rica (un cuerpo en caı́da li- ma manera que la verdad de la conclusión “Sócra-
bre viajará, de hecho, cuatro veces más rápi- tes es mortal” a partir de las premisas “Todos los se-
do en el segundo dos a como lo hacı́a en el segun- res humanos son mortales” y “Sócrates es un ser hu-
do uno) a través de una conclusión intermedia teóri- mano” finalmente descansa en la experiencia acu-
ca (cualquier cuerpo con un movimiento uniforme- mulada de que, hasta ahora, todos los seres huma-
mente acelerado debe viajar cuatro veces más rápi- nos han muerto, por decir algo, antes de los 150 años.
do en el segundo dos a como lo hacı́a en el segun- Sin embargo, ¿es absolutamente necesario que esto
do uno): último ocurra?
Algunas aclaraciones sobre el “modelo” argumentativo de Toulmin. Eduardo Harada O. 55

Algunos temas y problemas de la lógica práctica o aplicada, esto es, la epistemo-


lógicos tradicionales logı́a tal y como la concibe Toulmin, pero no ası́ de
Algo interesante en el libro An Introduction to la lógica formal.
Reasoning es la idea de que pueden ocurrir errores de
Conclusiones
“razonamiento” (argumentación) o falacias con rela-
El modelo de Toulmin puede ser interpretado co-
ción a cada uno de los elementos o funciones del mo-
mo un método (monológico y cuasi-algorı́tmico) pa-
delo de Toulmin, es decir, la aseveración, los datos,
ra apoyar aseveraciones por medio de otras, es de-
las garantı́as, los respaldos y las reservas.
cir, para elaborar razonamientos, o como un método
Por ejemplo, la falacia de cı́rculo vicioso o petición (dialógico y retórico, procedimental y procesual) pa-
de principio se comete cuando se ofrece un dato, una ra fabricar argumentos que permitan persuadir, con-
garantı́a o un respaldo que es igual a aquello que vencer o llegar a compromisos con un interlocutor in-
se busca apoyar: en el argumento “Vamos a ganar dividual o colectivo.
porque seremos los vencedores” el dato repite lo que
En ese sentido, hay que mencionar que Ralph John-
se sostiene en la aseveración.
son (1996) ha dirigido una severa crı́tica hacia el “in-
Aunque, como ha señalado Ralph Johnson (1996), en genioso experimento” de Toulmin, sobre todo, por-
este aspecto la propuesta de Toulmin resulta un tan- que aunque critica a la lógica formal deductiva, ofre-
to pobre frente a otras propuestas disponibles so- ce muy poco frente a ella. Más aún, respecto de los
bre las falacias, como las retóricas, pragmáticas o asuntos de identificación y análisis de los argumen-
dialécticas de Hamblin (1970), Walton (1998) y van tos, brinda menos que la lógica informal5 , desarrolla-
Eemeren y Grootendorst (1992), en las cuales pa- da en EUA y Canadá, principalmente en los años se-
ra que un argumento sea considerado falaz deben tenta, y sobre la cual, frente a lo que se suele de-
considerarse el contexto en el que aparece y las cir- cir, el autor de The Uses of Argument tuvo muy es-
cunstancias en las que se le usa, sobre todo, si cons- casa influencia (su mayor repercusión se dio dentro
tituye un obstáculo para el desarrollo de algún ti- de la teorı́a de la comunicación y el derecho, Toul-
po de diálogo. min, 2003: 11).

En cuanto a la evaluación de los razonamientos, Creo que la crı́tica de Johnson es correcta y debe ser
en An Introduction to Reasoning Toulmin, Rieke atendida si se dirige a la interpretación proposicio-
y Janik ofrecen criterios diferentes a los formales- nal, pero no lo es si tiene como blanco la interpre-
deductivos (verdad, validez, corrección o solidez) y tación dialéctica y retórica que he propuesto en es-
semejantes a los que se manejan dentro de la lógi- te artı́culo.
ca informal, por ejemplo, en el libro Logical Self- De todas formas, lo que queda debe quedar cla-
Defense (2006) de Johnson y Blair: para los datos su- ro después de todo lo expuesto en este trabajo es
ficiencia, relevancia y adecuación; para las garantı́as, que partiendo del modelo de Toulmin, pero, tam-
confiabilidad y aplicabilidad y para el respaldo, su- bién, de otras propuestas teóricas (como las de Pe-
ficiencia y relevancia. relman, van Eemeren y Ducrot), deberı́amos tratar
Por ejemplo, para evaluar los datos hay que respon- de elaborar algo que se aproxime aún más a la argu-
der a preguntas como éstas: ¿Es suficiente la infor- mentación real, claro está, sin descuidar los aspec-
mación proporcionada? ¿Es clara? ¿Puede ser veri- tos normativos, pues no sólo nos debe interesar sa-
ficada por cualquier persona? ¿Es consistente res- ber argumentar, son también hacerlo bien.
pecto al conocimiento que ya poseemos? ¿Es inter- Pero hay que tener cuidado de no cometer el siguien-
namente consistente? ¿Se encuentra actualizada? La te error: por un lado criticar a la lógica formal de-
fuente de la que procede, ¿es confiable? ¿Existe al- ductiva por sus limitaciones frente al lenguaje or-
guna razón para sospechar de parcialidad en ella? dinario y por otro lado aceptar de manera acrı́ti-
ca otras propuestas que se presentan como alterna-
Lo anterior muestra que el modelo de Toulmin pue-
de retomar las mismas tareas que cumple la lógi- 5 Quizá la principal crı́tica de Johnson se refiere a la inade-

ca formal y, además, realiza algunas nuevas: la eva- cuada definición y diferenciación de algunos términos clave,
principalmente, claim, data o ground y warrant, tanto en The
luación de las fuentes de información es un tema ca- Uses of Argument como en Introduction to Reasoning (escri-
racterı́stico de los cursos y libros sobre pensamien- to junto con Rieke y Janik) y que en la práctica muchas ve-
to crı́tico, aunque también, como acabamos de ver, ces es difı́cil hacer una distinción entre ellos.
56 ContactoS 73, 45–56 (2009)

tivas frente a ella, pero cuyos principios, métodos y 13. Johnson, R. H y J. A. Blair (2006), Logical Self-
resultados, ventajas y desventajas no han sido ade- Defense, International Debate Education Asso-
cuadamente analizadas, criticadas y evaluadas (Cu- ciation, Nueva York.
riel, 2008). 14. Lo Cascio, V. (1991), Gramática de la argumen-
tación, Alianza, Madrid.
Y este es, precisamente, el caso del modelo de Toul-
15. Morado, R. (2004), “Problemas filosóficos de la
min, el cual puede y suele ser interpretado como una
lógica no monotónica” (en) R. Orayen y A. Mo-
pauta para elaborar “argumentos” artificiales y al-
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