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Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO


FACULTAD DE ENFERMERÍA

“ENFERMEDADES DE LA
PIEL”
ALUMNA:
Saldaña Bances, Diana
Sánchez Suarez, Tamara
Sánchez Tello, Mireya
Solano Ramírez, María del Carmen
DOCENTE:
Mg. Castillo Vereau, Esmilda
ASIGNATURA:
Enfermería en Salud del Escolar y Adolescente
CICLO Y SECCIÓN:
VI “B”

TRUJILLO – PERÚ
2019
INTRODUCCIÓN

La piel, con un peso aproximado de 5 Kg, representa hasta el 10 % del peso total
corporal de un individuo, ocupa alrededor de, una extensión de 2 m2 con un espesor que
va desde los 0,5 mm, en los párpados, hasta los 4 mm, en el talón, La piel es
considerada una gran glándula con función de barrera, melanogénica, sensorial,
inmunológica, detergente, emuntoria, termorreguladora, metabólica y enzimática. 

El término dermatosis o enfermedades dermatológicas se refieren a cualquier trastorno


de la piel desde heridas físicas hasta daños químicos. En este órgano se pueden
desarrollar tumores benignos y malignos susceptible a la infección por virus, bacterias,
hongos y parásitos. Las enfermedades cutáneas son la mayoría de las veces visibles por
lo que la simple observación y el interrogatorio suelen ser suficientes para establecer el
diagnóstico. 

El campo de la Dermatología pediátrica (DP) ha ganado importancia con el aumento de


la cantidad de pacientes pediátricos y la discrepancia de las dermatosis respecto de las
presentaciones en los adultos. Las enfermedades dermatológicas en el caso de la
población pediátrica, son un importante problema de salud a nivel mundial, pero al
asumirse que en la mayoría de los casos no amenazan la vida del niño, no son objetivo
de medidas importantes en salud pública.

Estudios realizados en países en desarrollo reportan que del 6 al 24 % de la consulta


pediátrica a nivel mundial se debe a enfermedades cutáneas y que hasta el 60 % de los
sujetos atendidos en la consulta dermatológica son personas en edad pediátrica. 

En todo el mundo, es limitada la cantidad de estudios epidemiológicos en este campo.


Los factores geográficos, ambientales y socioeconómicos pueden afectar la frecuencia
de enfermedades en la población infantil. 

La prevalencia de dermatosis pediátricas varía de acuerdo con los antecedentes étnicos,


las diferencias generacionales, el nivel socioeconómico, los factores ambientales y el
diseño del estudio. Otros factores, como el nivel de desarrollo de un país, las
características geográficas de una región, el nivel socioeconómico y cultural de la
población (ingresos familiares, seguro médico, vivienda, cantidad de hermanos, nivel
educativo de los padres), la cantidad de sujetos incluidos en un estudio, el hecho de que
los pacientes acuden a distintos departamentos clínicos por afecciones similares,
podrían tener un efecto sobre la prevalencia y la diversidad de trastornos hallados en la
población de un estudio.

IMPETIGO
El Impétigo es una infección bacteriana superficial de la piel, causada por bacterias
Gram positivas, generalmente estreptococo beta hemolítico del grupo A (GABHS) y el
estafilococo aureus, caracterizada clínicamente por la aparición de pequeñas pústulas,
ampolla o vesícula subcórnea. Predomina en primavera y verano, en climas cálidos y
húmedos favorecido por la humedad, erosiones de la piel y malas condiciones
higiénicas.

Clasificación del impétigo

La clasificación del Impétigo señala dos formas clínicas.

1. El impétigo contagioso, no ampollar, también llamado impétigo vulgar, costroso o


clásico o de Tilbury Fox; presente en el 70% y 80% de los casos. El impétigo no
ampollar comienza como lesiones vesiculares o pustulares de 1 a 4 mm de diámetro
que rápidamente se rompen, dando origen a costras gruesas de aspecto melicérico.
Estas lesiones se ubican generalmente en zonas expuestas como la cara y
extremidades y la presencia de adenopatía regional es frecuente. En ambas
patologías el hallazgo de dolor, fiebre o compromiso del estado general son
excepcionales.

Factores predisponentes

La higiene deficiente, el hacinamiento, bajo nivel socio económico, los


traumatismos, la maceración, los estados de inmunosupresión (diabetes, linfomas,
SIDA, uso de medicamentos inmunosupresores: corticoides, dermatosis previas
pruriginosas (eczemas, escabiosis, pediculosis) son factores predisponentes.

Epidemiologia

La epidemiología del impétigo vulgar no ampollar es bien conocida, suele


corresponder al 10% de la consulta dermatológica pediátrica, predomina en grupos
escolares y preescolares, el promedio de edad es de 5 años (6 meses y 14 años), la
predominancia en varones puede ser de 1.5: 1 respecto a las mujeres, aunque otros
estudios refieren que se presenta igual en ambos sexos.
Diagnostico

El diagnóstico se basa en la epidemiología y el aspecto clínico de las lesiones,


resaltando las características de la lesión elemental vesículo pustulosa, eritema y
costras mielicéricas, dependiendo de la forma clínica. El impétigo costroso
generalmente no presenta problemas diagnósticos. Rara vez es necesario el cultivo
y la biopsia. En casos de diagnóstico cuestionable, existencia de condiciones
epidémicas y pobre respuesta a tratamiento se recomienda una tinción de Gram que
evidencia presencia de neutrófilos con cocos Gram positivos en cadena o en
racimos.

Patogenia

El estreptococo beta hemolítico del grupo A (GABHS) no coloniza la piel normal


sino que debe ser inoculada a través de la superficie de la piel lesiónada. Una vez
establecida el microorganismo elabora enzimas proteolíticas, que son responsables
en parte de la inflamación circundante. La inflamación es más pronunciada en la
infección estreptocócica que en la estafilocócica. Es altamente contagiosa,
generalmente se adquiere por contacto directo de persona a persona, se disemina
rápidamente en lugares cerrados como guarderías, jardines infantiles, la transmisión
también se da a través de fomites en artículos de aseo personal, juguetes. El
estafilococo aureus es ubicuo en nuestro medio. Pueden colonizar la piel sin causar
infección. La humedad y los traumatismos mínimos pueden causar fisuras en el
estrato córneo, a través de las cuales pueden entrar las bacterias y establecer la
infección clínica.

2. El impétigo ampolloso o bulloso que representa el 10 % y 30 % de los casos. El


impétigo ampollar se caracteriza por la presencia de ampollas superficiales de 5 a 30
mm de diámetro que fácilmente se rompen, originando una costra fina con collarete
descamativo. Generalmente afecta tronco y genitales y rara vez se observa
adenopatía regional.
Factores predisponentes

La higiene deficiente, el hacinamiento, bajo nivel socio económico, los


traumatismos y la maceración son factores predisponentes. Se disemina en lugares
cerrados como guarderías, jardines infantiles.

Epidemiologia

El impétigo ampollar representa el 10% y 30% de los casos, se produce más


frecuentemente en niños de edad escolar. En niños mayores es una enfermedad
esporádica que se puede presentar en limitados brotes familiares.

Patogenia

El Staphylococcus áureus es ubicuo en nuestro medio, pueden colonizar la piel sin


causar infección. Más del 10 % de los pacientes con dermatitis atópica tienen
colonizada la piel eczematosa con Staphylococcus áureus. En condiciones
experimentales es relativamente fácil provocar infección por inoculación de
Staphylococcus áureus. La humedad y los traumatismos, a menudo subclínico
pueden causar fisuras en el estrato córneo, a través de las cuales las bacterias
ingresan en la piel.3,6,7 En el impétigo ampollar una toxina epidermolítica
producida por el Staphylococcus áureus ocasiona la segmentación de la capa
subcórnea ocasionando la lesión característica del impétigo ampollar. Esta toxina en
el impétigo ampollar es producida en el mismo sitio de la lesión.

Diagnóstico
Para diagnóstico definitivo, cultivo por aspiración de bulla intacta revela
Staphylococcus áureus en el 90% de los casos. Estaría indicado cultivar: lesiones
recurrentes, lesiones periumbilicales en RN e inmunocomprometidos. La coloración
de Gram del líquido claro o turbio de una ampolla revela cocos Gram positivos. La
biopsia en el impétigo ampollar, que habitualmente no se realiza dado que el
diagnóstico es obvio, revela una ampolla o pústula subcórnea

Tratamiento
Soluciones antisépticas

 Aplicación de compresas tibias para ayudar a retirar las costras dos a tres
veces al día.
 Fomentos antisépticos con sulfato de cobre 1 gr./1,000 ml de solución.
 Limpieza con solución de permanganato de potasio 1/10,000.
 Lavado de las lesiones con agua blanca de codex.
 Lavado con agua de D´alibour.
 Limpieza con solución de Burow.
 Agua boricada al 2%.

Antibióticos tópicos

 El ácido fusídico al 2% crema. Tres veces al día.


 Mupirocina 2% en pomada por su actividad y tolerancia, en aplicación de 2 y
3 veces al día respectivamente por 7 a 10 días, limitan la transmisión y son
útiles en lesiones localizadas.
 Retapamulin 1 % crema 2 veces al día.
 Bacitracina + neomicina en concentraciones de 0,5 % y 250 UI. Tres veces
al día
 Gentamicina 0,1 % en crema tres veces al día.

Complicaciones
Las complicaciones en general casi no se producen, lo más frecuente es la afectación de
otros niños por su gran contagiosidad, localmente la complicación más frecuente es la
celulitis.

Prevención

 Se basan en la higiene y el aspecto nutricional, el aseo con agua y jabón son


indispensables, recorte de uñas, medidas que pueden ser suficientes para la curación.
 Deben mejorarse las condiciones generales ambientales, de vivienda, hacinamiento,
mejorar la nutrición y las condiciones inmunológicas del paciente.
 Dentro de estas medidas generales el aspecto preventivo de contagio cobra importancia
evitando la asistencia del niño infectado a guarderías o centros de estudios durante las
24 horas siguientes al inicio del tratamiento hasta la curación de las lesiones o que no
tengan más secreciones.
 El lavado y desinfección de juguetes debe ser complementario.
 La participación de los educadores en la prevención del contagio es importante.
DERMATITIS ATÓPICA

DEFINICIÓN

La dermatitis atópica (DA) es un proceso inflamatorio cutáneo crónico, intensamente


pruriginoso, de carácter recurrente. Usualmente aparece durante la infancia temprana y
la niñez, pero puede persistir o comenzar en la vida adulta.

EPIDEMIOLOGIA

Es la dermatosis más frecuente en población pediátrica. La prevalencia ha mostrado


incremento en las últimas décadas, siendo del 18-20%. Es más frecuente en áreas
urbanas de países industrializados, especialmente en inmigrantes provenientes de países
con menor prevalencia. No existe clara predilección racial ni diferencia en cuanto al
sexo. Puede presentarse a cualquier edad, con claro predominio en la población
pediátrica, 60-85% de los casos inicia en el primer año de vida y 85-95% antes de los 5
años; 10-25% de los casos persiste con recaídas en la edad adulta.

ETIOPATOGENIA

La etiología es desconocida, pero parece ser resultado de una compleja interacción de


aspectos genéticos, inmunológicos y defectos en la barrera epidérmica, existiendo
múltiples factores desencadenantes, que actúan sobre un terreno constitucionalmente
alterado.

1. Anomalías genéticas. Tiene clara naturaleza familiar, pero no se ha precisado el


mecanismo de herencia, existiendo en 70% de los pacientes antecedentes de atopia. Los
antígenos de histocompatibilidad HL-A9, HL-A3, HL-B12 y HL-Bw40 se han descrito
en estos pacientes.

2. Disturbios inmunológicos. Existen cambios significativos en la inmunidad humoral


y celular. 45-80% muestran aumento en la producción de IgE y se ha descrito además
disminución de la IgA secretoria. Respecto a la inmunidad celular, se ha reportado
reducción en el número de linfocitos T, relación anormal de linfocitos T cooperadores/
T supresores y disminución en las respuestas cutáneas de hipersensibilidad retardada.

3. Defectos en la barrera epidérmica. Existe una disminución cuantitativa de la


producción de grasas en la piel, en específico ácidos grasos poliinsaturados (ácido
linoleico) importantes en la síntesis de la barrera lipídica y el mantenimiento de la
integridad epidérmica. El resultado es sequedad cutánea, mayor susceptibilidad a la
acción de irritantes sobre la piel y alteración en la síntesis de metabolitos de los ácidos
grasos, como prostaglandinas y leucotrienos, así como pérdida del efecto inhibitorio que
ejercen sobre, la producción de citoquinas, desencadenando inflamación cutánea.
Factores desencadenantes: Psicológicos (pacientes inteligentes, aprehensivos,
hiperactivos e introvertidos, siendo el gatillo el estrés), sudoración excesiva, factores
infecciosos (sobrecrecimiento de Staphylococcus aureus en la piel, así como infecciones
virales de vías aéreas superiores), agentes irritantes externos (lana, jabones, detergentes,
desinfectantes, solventes, cambios climáticos, etc.) y factores alérgicos (es muy
controvertida la influencia de aeroalergenos o alergia alimentaria sobre el inicio y
evolución de la enfermedad).

CUADRO CLÍNICO

De acuerdo con la morfología, pueden definirse tres tipos de lesiones, sin ser el tiempo
de evolución determinante para su definición:

1. Aguda. Caracterizada por pápulas y vesículas muy pruriginosas, sobre un área de piel
eritematosa, asociada a escoriaciones, erosiones, exudado seroso y costras melicéricas
(eccema).

2. Subaguda. Caracterizada por eritema, pápulas, descamación y escoriaciones.

3. Crónica. Placas de piel engrosada, con liquenificación y pápulas fibróticas.

Existen además tres fases cronológicas, con características específicas:

1. Lactante
- Período: Se inicia entre el tercer y el quinto mes de vida en el 75% de los casos y
puede durar aproximadamente hasta la edad de 2 años, en la que desaparece o se
perpetúa.

- Forma de manifestación: Generalmente aparece por brotes. La clínica aparece en


forma de eritema, pápulas y placas eritematoedematosas, vesiculosas, exudativas y
simétricas. También es frecuente la presencia de costras melicéricas por sobreinfección.

- Localización de las lesiones: Las lesiones se localizan con mayor frecuencia en el


cuero cabelludo y la cara a nivel de mejillas y mentón, respetando el triángulo
nasolabial y las zonas periorbitarias, lo que la diferencia de la dermatitis seborreica del
lactante. En ocasiones pueden extenderse a las extremidades, pliegues retroauriculares,
manos, nalgas y la cara anterior del tronco.

2. Escolar

- Período: Esta fase puede continuar a la anterior o ser el inicio de la enfermedad. Se


desarrolla entre los 2 y los 14 años de edad, en la que cede de forma espontánea o
continua hacia la última fase.

- Forma de manifestación: Aparece en forma de brotes. Las lesiones se caracterizan


por ser menos exudativas respecto a la fase anterior, predominando la sequedad, la
liquenificación y las excoriaciones de rascamiento. El prurito en esta fase es intenso. Es
frecuente que en esta fase los pacientes desarrollen las manifestaciones atípicas.

- Localización de las lesiones: Los lugares donde se sitúan habitualmente son los
pliegues de flexión de codos, rodillas, tobillos y muñecas, por lo que recibe el nombre
de dermatitis flexural. También se localizan en los pliegues retroauriulares, párpados
nuca, cuello, huecos poplíteos. En este caso, se ven afectadas las zonas periorbitaria y
peribucal.

- Factores relacionados: En esta fase pueden darse adenopatías múltiples tales como
eritrodermia con dificultad para regular la temperatura corporal, insomnio e irritabilidad

3. Adulto
- Período: se inicia en la adolescencia. La mayor parte de los pacientes evolucionan
favorablemente siendo resuelta en la etapa adulta. No obstante, se puede observar
incluso en la senectud.

- Forma de manifestación: en esta fase las lesiones son poco exudativas y predominan
las placas engrosadas y liquenificadas.

- Localización de las lesiones: las áreas de predilección son la cara, concretamente la


frente, párpados y región perioral, el cuello, concretamente en la nuca, los hombros,
pliegues flexurales, dorso de las manos y genitales.

- Factores relacionados: En esta fase pueden aparecer también formas que simulan
eccema de manos, dishidrosis, prurigo o dermatitis seborreica.

DIAGNOSTICO DIFERENCIAL

1.Dermatitis seborreica. Predomina en piel cabelluda, áreas centrofacial, del pañal y


pliegues proximales de los miembros (axilas e ingles) y se caracteriza por placas
eritematoescamosas con aspecto graso; antecedentes familiares de atopia negados.

2.Dermatitis por contacto. Es localizada y limitada a la superficie que estuvo expuesta


a la sustancia irritante; puede observarse desde eritema simple, vesículas o erosiones
hasta liquenificación y costras hemáticas, en caso de curso crónico.

3.Acrodermatitis enteropática. Alteración autonómica recesiva del transporte y


absorción de zinc; se caracteriza por placas eritematoescamosas y erosionadas, de
distribución periorificial, comprometiendo la cara y el área perianal. El cuadro se
presenta con mayor frecuencia después del destete. Es común la candidiasis secundaria
y manifestaciones extracutáneas como irritabilidad, diarrea, fotofobia y conjuntivitis.

4.Histiocitosis de cèlulas de Langerhans. Pueden presentarse placas eritematosas


infiltradas o erosivas en pliegues inguinales, axilares, retroauriculares, cuello, región
perianal o lubosacra; sin embargo, generalmente se asocian a eritema y escamas
adherentes en piel cabelluda, pápulas eritematosas o parduscas en tronco y lesiones
purpúricas en palmas y plantas, así como manifestaciones extracutáneas.

TRATAMIENTO.
Es fundamental la explicación a los padres las características de la enfermedad y la
evolución crónica y recurrente, así como las medidas generales encaminadas a eliminar
factores irritantes sobre la piel (evitar ropa de lana o fibras sintéticas, prefiriendo las
prendas de algodón, que deben lavarse con jabón de pasta evitando detergentes,
suavizantes o cloro; baño rápido, con agua tibia, evitando el contacto de jabón en las
áreas afectadas y la fricción de la piel, mantenerse en climas templados evitando la
sudoración excesiva).

Utilización de emolientes y lubricantes en la dermatitis crónica y subaguda y pastas y


medidas secantes (antisépticos y astringentes) en las lesione agudas. Antibióticos
tópicos o sistémicos en casos de impétigo secundario o cuando se considere que la
sobrecolonización bacteriana es un factor importante.

El tacrolimus y pimecrolimus tópico son inmunosupresores tópicos que han mostrado


resultados en lesiones subagudas y crónicas. El uso de corticoesteroides tópicos es útil
en casos de inflamación importante de la piel que no ha respondido a otras medidas, sin
embargo, su uso debe ser racional, prefiriendo preparaciones de baja potencia y ciclos
cortos de administración.

El empleo de corticoesteroides sistémicos, inmunomoduladores (talidomida,


ciclosporina, interferón, factor de transferencia) y citotóxicos deberá reservarse a casos
graves, supervisado por un especialista experto en su uso.

MEDIDAS GENERALES Y RECOMENDACIONES PARA PACIENTES CON


DA

Además del tratamiento farmacológico, los pacientes deben llevar a cabo una serie de
medidas generales en su vida diaria. Para ello, es necesario instruir a los pacientes
mediante una serie de recomendaciones.

Aseo e higiene

En la actualidad se recomienda el baño breve, de unos cinco minutos, y con agua


templada (30-33ºC) ya que debe evitarse el calor excesivo y el contacto prolongado con
el agua.
El lavado de manos es fundamental, especialmente en los niños es necesario instruirlos
para que lleven a cabo el lavado después de jugar.

Vestimenta

Se recomienda el uso de ropa suelta y de algodón, evitando la lana, plástico o fibras


sintéticas tanto para vestir como para la ropa de cama. Los calcetines se recomiendan
que sean de hilo o de algodón para la correcta transpiración del pie. Es importante lavar
la ropa antes de su uso, evitando las lejías, suavizantes y jabones perfumados. El
calzado debe ser de piel, tela o loneta y en el caso del calzado deportivo, su uso debe
restringirse solo a la práctica de deporte ya que la suela de estos zapatos es sintética, lo
que impide la ventilación.

Hidratación de la piel

Los preparados tópicos mejoran la función de la barrera cutánea y disminuyen el uso de


corticoides, por lo que son la base del tratamiento de mantenimiento. Hay que insistir en
su aplicación continuada porque reducen significativamente las recaídas. La pauta
recomendada de aplicación es de dos veces al día, salvo en casos en los que no se
observe recurrencia, que puede reducirse a una vez al día o aplicarlos de manera
intermitente.

Alimentación Actualmente

Las dietas restrictivas son un tema de controversia. Algunos autores consideran que el
consumo de alimentos como el huevo, cacahuetes, trigo y soja en niños menores de 2
años favorece la aparición de DA hasta en un 20% de los casos. Un estudio realizado en
2010, aconseja evitar dietas ricas en ácidos grasos poliinsaturados, ya que favorecen la
producción de IgE y, por el contrario, fomenta las dietas ricas en antioxidantes, como la
dieta mediterránea.

Ejercicio físico

La sudoración es uno de los factores que puede desencadenar el prurito, por ello está
desaconsejada la realización de actividades que provocan exceso de sudor. No obstante,
está demostrado que el ejercicio físico tiene influencia positiva a nivel psicológico en
estos pacientes, produciendo además una mejora en su respuesta al calor tras tres
semanas de ejercicio.

Factores medioambientales

El clima templado y húmedo (20ºC) favorece la humidificación de la piel, siendo más


beneficioso que el frío y seco ya que incrementa la xerosis y el prurito. Además, se debe
tener precaución con las calefacciones de aire caliente ya que resecan mucho el
ambiente y pueden ser un factor agravante

Vacunas y enfermedades asociadas

Los niños con dermatitis atópica deben recibir el calendario vacunal completo, sin
embargo, durante los brotes agudos debe retrasarse la vacunación hasta que estén
controlados. Durante el tratamiento con corticoides sistémicos, no deben realizarse
vacunas con virus vivos, procediendo a la vacunación al menos un mes después de
terminar el tratamiento ya que la respuesta inmunológica está alterada.

Probióticos y simbióticos

El papel de los probióticos en la DA también ha generado controversia. Se ha


demostrado su papel preventivo en algunos casos, sin embargo, no se han observado
efectos beneficiosos en pacientes con la enfermedad ya establecida.
BIBLIOGRAFIA

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2003. Esmon Publicidad p: 41-3. www.aeped.es/protocolos/ dermatologia/index.htm.

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