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GEO (TALASO) POLÍTICA BOLIVIANA

¨El Estado boliviano declara su derecho irrenunciable e


imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al océano Pacífico
y su espacio marítimo”

Constitución Política del Estado (Boliviano) Art 267

La mejor manera de formular las prioridades geopolíticas de un Estado es el revisar


que se dice al respecto en su Constitución ya que, en tanto base jurídica fundamental, deja
establecidos cuáles serán esos principios irrenunciables y de cumplimiento obligatorio que
cada administración gubernamental debe sostener tanto en la relación del Estado para con
su ciudadanía, así como su ordenamiento interno y todas las nociones que hacen al mismo.
En lo relativo a este trabajo consideraremos lo que la Constitución boliviana menciona en
lo relativo a la geografía y su relación con la política doméstica.
No sólo la Constitución Nacional es un documento pasible de ser analizado con el
fin de trazar los lineamientos del Código.
Cómo parte de un lineamiento regional, la OEA en la que fuera la primera reunión
de ministros de defensa en el año 1995, promovió la confección y publicación de los “libros
blancos” de defensa de cada uno de los países miembros como una forma de “ayudar a la
consolidación de las democracias”1. Con el correr de los años todos los países han editado y
puesto a la consideración general sus libros blancos de defensa. Para el caso boliviano,
editaron el primero en el año 20042 con un fuerte sesgo militar y con definiciones precisas
acerca de la cuestión geopolítica. La más esclarecedora es la que dice “una es la
Geopolítica general teórica y conceptual, y otra es la que cada Estado opta para sí, de
acuerdo a sus propias realidades, a las variantes que ofrecen su historia, las etnias que lo
conforman, su presente y devenir propios, y las de sus vecinos; y, finalmente, las variables
de los distintos factores geográficos concurrentes en cada uno de esos países. Según todo lo
anterior, cada país debe tener o crear su propia geopolítica. El Estado que no tenga ninguna,

1
http://www.summit-americas.org/Williamsburg-spanish.htm
2
Decimos el primero ya que, desde el año 2013 se ha informado oficialmente la elaboración un Segundo
Libro blanco pero, por motivos desconocidos el mismo no ha sido publicado aún.
está encaminado a su desaparición progresiva, lenta o violenta3”. Muy llamativamente el
libro blanco de 2004 no hace mención específica a la causa marítima en el apartado referido
a la cuestión geopolítica, por el contrario, el escrito parte de la más fría realidad dando por
hecho que el Estado ya ha perdido su acceso al mar a la vez que no posee ríos navegables
que lo conecten con los océanos. Desde aquí el libro blanco de defensa construye el código
geopolítico, anclando la realidad geográfica del estado boliviano con su posición dentro del
contexto continental incluso afirmando que Bolivia vendría a ser el “heartland4”
sudamericano, territorio obligado a considerar si de integración regional se habla ya que
ofrece el contacto territorial entre las tres economías más desarrolladas del continente a la
vez que entre los dos Estados más extensos.
Podemos notar que habría una clara contradicción entre la Constitución del Estado
Boliviano del año 2009 y el libro blanco de defensa del 2004. Hay una clara transformación
del código geopolítico mediante la incorporación de la “causa marítima” en el mismo,
situación no comprendida en el libro blanco de defensa del año 2004. Esto no quiere decir
que “la causa marítima” es un fenómeno surgido desde el año 2004 en adelante, muy por el
contrario, es un causa con un siglo de historia y reivindicación pero no siempre ha sido
expresada y mucho menos sostenida como algo más que un discurso verbal o una
aspiración nacional. La cuestión marítima boliviana se ha vuelto basal de su código
geopolítico pero, debemos notar, que la misma es, en realidad, y siguiendo el Art. 267 de su
Constitución, una causa territorial. No es buscar acceso al mar a través de cualquier forma
sino, a través de la restitución de una franja de terreno sobre la que se tenga plena soberanía
y con ello, derechos sobre una extensión oceánica acorde.

El antecedente histórico. La guerra del Pacífico.


La elección del acontecimiento no es en absoluto arbitraria. La historia boliviana
anterior a este suceso siguió, en líneas generales, los cursos del resto de los Estados
Sudamericanos. Así, tras la formal Declaración de Independencia5 el floreciente Estado
debió insertarse económicamente al sistema internacional a la par que debía por un lado
consolidarse administrativa y formalmente como una entidad estatal hacia sus adentros y

3
Libro Blanco de la defensa boliviana. Pág. 46.
4
Libro Blanco de la Defensa Boliviana. Pág. 48.
5
Dada el 6 de Agosto de 1825.
lograr el control territorial efectivo y reconocido por las unidades limítrofes, de su espacio
geográfico.
Tras las guerras de independencias americanas todas los Estados recién formados se
vieron envueltos en guerras territoriales de conquista ya sea en calidad de conquistador
como de damnificado. Bolivia no quedó exenta de esta lógica ya que tras su propia
independencia y a instancias de una fuerte cercanía cultural se funda la confederación
peruano boliviana que termina tras las acciones de guerra del Estado Chileno y de las
Provincias Unidas del Rio de la Plata donde se sedimentarían las fronteras terrestres por lo
menos que con esta última. Respecto al estado chileno, finalizando la década de 1870
invade el territorio costero boliviano de Antofagasta tras considerar que el Estado Boliviano
incumplía las condiciones del tratado de límites de 1874 al imponer sobre las empresas de
capital chileno asentadas en el territorio un impuesto a la exportación de salitre. El 14 de
febrero de 1879 las fuerzas chilenas ocupan la población de Antofagasta ante la nula
resistencia de fuerzas armadas y el vitoreo de la población, en su gran mayoría chilenos.
La superioridad naval chilena se hizo sentir hondamente frente a un estado boliviano
de nula presencia marítima y que, además no contaba con fuerzas armadas asentadas en la
zona, siendo está de muy difícil acceso para la época y con escasa conexión con la capital.
Frente a esta situación la armada chilena, contando con dos fragatas blindadas, no tuvo
mayores inconvenientes en el mar hasta el ingreso de Perú en la guerra.
Para 1881 Bolivia había dejado en la práctica el conflicto armado sin con ello cesar
su estado de guerra con Chile, continuando la guerra este último con Perú. Tras la firma del
tratado de tregua de 1884, los estados finalmente firman la paz en 1904 a la vez que fijan
los que serían los límites definitivos entre ellos aceptando de esta forma el gobierno
boliviano la completa pérdida del que fuera su territorio costero y pasando éste a la órbita
soberana del estado chileno. En compensación el gobierno de Chile se obligaba a minimizar
mediante concesiones comerciales y obras de infraestructura, como la construcción de vías
férreas entre La Paz y Arica, el impacto que la nueva condición de mediterraneidad le
imponía al Estado Boliviano. Ya desde 1920 el Estado Boliviano comienza la denuncia
internacional del tratado de 1904 (siendo desoída por la Sociedad de Naciones).
El trazado del código geopolítico.

En buena medida, la cuestión marítima ha servido de mojón por sobre el que trazar
la distinción entre estados aliados y adversarios. La idea del presente no es realizar un
minucioso análisis a nivel global sino, a nivel regional. En esa clave, podríamos considerar
como aliados a los Estados que discursivamente o en la práctica han reconocido la
importancia de una salida comercial marítima a Bolivia. Por otro lado, los adversarios
serían aquellos Estados con los que el Estado Plurinacional de Bolivia sostiene situaciones
de tensión.

Utilizando las categorías anteriores podríamos situar a Perú, Argentina y Brasil


como Estados aliados al boliviano. En todos los casos se trata de Estados fronterizos que
han otorgado validez al reclamo boliviano de una salida marítima y han ofrecido otorgar
ciertas concesiones territoriales (no dadoras de soberanía). Así, por el caso de Perú el
proyecto conocido como BOLIVIAMAR otorgaba al Estado boliviano una franja de terreno
de 5 km de largo sobre las costas de Ilo a fin que construyeran un puerto y la infraestructura
conexa. Bajo ninguna forma esto se traduce en la cesión del territorio ni de la soberanía
derivada sino en la constitución de una suerte de “zona franca”. Argentina implementó una
solución similar a través de la implementación de la ley 18.3686 que aprobaba el
establecimiento de una zona franca especial bajo administración boliviana en el puerto de
Rosario (Santa Fe). Por su parte el gobierno brasileño, ha optado por una decisión similar al
otorgar a Bolivia una zona franca bajo su administración en el puerto de Paranaguá. En
todos los casos, jamás se trató de cesiones de soberanía pero si del otorgamiento de
facilidades comerciales, aduaneras, infraestructurales, etc.
Por otro lado, diversas autoridades estatales se han expresado en favor de una
solución soberana para la cuestión marítima boliviana. Rafael Correa (Ecuador) se refirió a
la situación durante un encuentro, como presidente, con su par boliviano en los siguientes
términos: “Bolivia tiene todo, pero le falta esa salida al mar. El compromiso de toda nuestra

6
Puede consultarse en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/205000-
209999/208680/norma.htm
América a luchar porque se haga justicia con nuestra querida Bolivia7”. Por otro lado el
senador uruguayo José “Pepe” Mujica se expresó en sintonía con el presidente ecuatoriano
al decir “no tengo dudas de que Bolivia precisa una salida al mar8”. Si bien son expresiones
personales, no deja de ser llamativo que quienes las hayan dicho sean presidente y ex
presidente, respectivamente, de Ecuador y Uruguay.

Respecto a los adversarios claramente Chile es uno de ellos. Las tensas relaciones
entre Chile y Bolivia se vienen suscitando desde 1978 cuando los reclamos bolivianos
respecto a una renegociación del tratado de paz y límites firmado entre ambos en 1904, tras
la guerra conocida como “del Pacifico”, llevaron a que se rompan relaciones diplomáticas.
A la fecha, sólo se dan relaciones de tipo consular. Las sucesivas administraciones chilenas
se amparan en el citado tratado para dar por tierra cualquier posibilidad de renegociación.
El gobierno boliviano, por el contrario, no sólo ha elevado el reclamo a distintos foros
internacionales, e incluso lo ha presentado frente a la Corte Internacional de Justicia, sino
que lo ha planteado en su propia Constitución:

“Los tratados internacionales anteriores a la Constitución y que no la contradigan se


mantendrán en el ordenamiento jurídico interno, con rango de ley. En el plazo de cuatro
años desde la elección del nuevo Órgano Ejecutivo, éste denunciará y, en su caso,
renegociará los tratados internacionales que sean contrarios a la Constitución.9”

Es necesario dejar en claro que tal opción no fue utilizada. Los 4 años que la disposición
transitoria novena establecía vencieron en el año 2013 y el tratado de 1904 no fue
denunciado.
Un caso peculiar de adversario lo constituye Paraguay. Si bien ambos estados han
firmado el respectivo tratado de paz tras la conocida “Guerra del Chaco” y hace
relativamente poco tiempo atrás el acuerdo definitivo de límites en el Chaco Boreal10, no
debemos ignorar que el Estado boliviano ha dispuesto que en los territorios cercanos a la

7
http://www.latercera.com/noticia/presidente-de-ecuador-aboga-por-una-salida-al-mar-para-bolivia/
8
http://www.expressnews.uk.com/texto-diario/mostrar/455375/mujica-pedacito-mar-bolivia-causa-justa-
noble
9
Constitución Política del Estado (boliviano). Disposición transitoria novena.
10
Firmado de Buenos Aires en 2009
frontera boliviano-paraguaya se asienten dos de los más grandes comandos estratégicos
operacionales11: El comando estratégico operacional (CEO) Del Plata con asiento en la
ciudad de Santa Cruz de la Sierra y el CEO del Chaco con asiento en la ciudad de
Villamontes12. En varios medios de comunicación, tanto bolivianos como paraguayos, se
desliza la hipótesis de una carrera armamentística entre los dos países a pesar de una
retórica políticamente correcta de las cancillerías respectivas. A modo de ejemplo
podríamos citar las siguientes notas:

. Bolivia y Paraguay: ¿entre la paz y la guerra?13


. Bolivia encubre su plan de guerra contra el Paraguay14
. FF.AA. reforzará cuarteles en la frontera con Bolivia15

En el esquema teórico planteado por Flint, además de la determinación de los


aliados y adversarios (ya sea reales o potenciales) es necesario esclarecer los recursos con
los que el país retendrá a los aliados y disuadirá a los enemigos.
Para el caso de Bolivia podemos mencionar que se constituyó en el principal
exportador de gas natural hacia las dos economías más importantes de la región: Brasil y
Argentina. La relación que se instauró es de un tipo muy peculiar ya que obligaría a ambas
partes a sostenerla. Según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) desde
el año 2011 la balanza comercial para con la Argentina se volvió superavitaria gracias a las
exportaciones de gas natural lo mismo con el caso brasileño y a su vez ambos países
volvieron muy dependiente su matriz energética al gas boliviano principalmente por la
producción de energía eléctrica a través de plantas térmicas.
Bolivia se encuentra entre los diez principales productores mundiales de gas natural
según The World Factbook16 y es el país sudamericano mejor posicionado en el listado. Si
consideramos la cercanía territorial, la infraestructura erigida, la necesidad energética y,

11
Comandos militares constituidos por el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada Boliviana.
12
http://www.ejercito.mil.bo/doc_descargas/FFAA/directiva_02.pdf
13
http://www.onemagazine.es/noticia/4091/sin-especificar/bolivia-y-paraguay:-entre-la-paz-y-la-
guerra.html
14
http://hoybolivia.com/Noticia.php?IdNoticia=30549
15
http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/ffaa-reforzara-cuarteles-en-la-frontera-con-bolivia-
218292.html
16
https://www.indexmundi.com/g/r.aspx?v=138&l=es
porque no, la cercanía ideológica, no es de extrañar la simbiosis que se dio entre Bolivia,
Brasil y Argentina. El gas natural se convirtió en un recurso estratégico, permite que
Bolivia disponga de un elemento de presión sobre las dos potencias económicas y
territoriales de la región a la vez que es la fuente principal de divisas.
Por otro lado, desde hace algunos años con el auge de los dispositivos electrónicos y
la necesidad de manufacturar baterías para los mismos, el Salar de Uyuni atrajo la mirada
internacional. Consiste en una extensión de casi once mil kilómetros cuadrados de sal con
la certeza de ser la principal fuente mundial de litio. A propósito de ello el gobierno
boliviano ha erigido dentro de la estructura de la Corporación Minera de Bolivia, la
Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos con el fin de llevar adelante la
“industrialización de los recursos evaporíticos de los salares de Bolivia en toda la cadena
productiva, desde la prospección, explotación, concentración, refinación hasta la obtención
de productos finales con valor agregado y comercialización17”.
Respecto a sus recursos inmateriales, Bolivia pertenece como miembro pleno a la
ONU, la OEA, la CAN y la UNASUR y figura como Estado Asociado al MERCOSUR. Es
importante destacar que el Parlamento Sudamericano (órgano deliberativo de la UNASUR)
tendrá su asiento en la ciudad boliviana de Cochabamba una vez que se finalicen las obras
de construcción del complejo arquitectónico.
Bolivia no es, por demás, una potencia militar. Según GlobalFirePower (GFP)
Bolivia ocuparía el puesto número 6118 en materia de poder militar a nivel mundial, muy
por debajo de las ubicaciones de sus países vecinos excepto Paraguay (N° 105). Las fuerzas
armadas bolivianas estarían compuestas por un personal militar estimado en 81.900
personas, 85 aeronaves de combate, un poco más de dos centenares de maquinaria bélica
terrestre (tanques, artillería, vehículos varios, etc.) y un aproximado de 184 navíos. Al
igual que el resto de países sudamericanos Bolivia no cuenta con material bélico nuclear.
La pertenencia a las instituciones regionales sudamericanas es de las mejores “armas” con
las que cuenta el estado boliviano a efectos de disuadir a sus adversarios locales.

En buena medida ya hemos comentado el discurso geopolítico boliviano en su


variante “hacia afuera” destacando la total centralidad que la cuestión marítima tiene en él.
17
Ver http://www.evaporiticos.gob.bo/Gerencia/index1.html
18
http://www.globalfirepower.com/country-military-strength-detail.asp?country_id=bolivia
Internacionalmente, los sucesivos gobiernos bolivianos se han tomado el trabajo desde la
década del ´80 en denunciar en foros internacionales que su situación geográfica
desventajosa es la responsable de la pobreza y el atraso económico del país. Quizás la más
acabada expresión de lo dicho sea la demanda que el estado boliviano presentó ante la
Corte Internacional de Justicia. Chile objetó la demanda en base al tratado firmado entre
ambos estados a comienzos del siglo XX que habría zanjado cualquier posibilidad ulterior
de negociación. La estrategia legal boliviana recurrió a una elipse a fin de presentar el caso.
La demanda no es para obligar a Chile a que otorgué la salida al Pacífico sino para que
facilite el inicio de negociaciones sobre el tema. Ya la sola cobertura mediática puede
considerarse una victoria boliviana dada la enorme prensa que recibió pero no queda duda
que la aceptación del caso por parte de la Corte (a pesar que la misma no resuelva el
reclamo de fondo) fue el mayor espaldarazo internacional que la causa del mar para
Bolivia puede tener.
En la variante hacia adentro, el discurso geopolítico de “el mar para Bolivia”, como
toda causa que busca movilizar a la sociedad tras una bandera común bien podría utilizarse
como elemento de cohesión entre, por lo menos, dos sectores bien definidos de la geografía
económica boliviana: el altiplano pobre y gregario de fuerte cariz indigenista (La Paz) y la
zona llana, rica, gasífero-exportadora con un fuerte cariz cosmopolita (Santa Cruz de la
Sierra). Si bien se busca enarbolarla en cuanto causa nacional, por cuestiones
infraestructurales no es necesario que la burguesía cruceña la apoye; los gasoductos ya
funcionan sin la necesidad de puerto alguno.
Un elemento final en el universo simbólico del código geopolítico boliviano lo
constituye el carácter “plurinacional” con que se inviste al Estado. Se rompería la relación
un estado, una nación bajo la que se forjaron casi la totalidad de entidades estatales
contemporáneas buscando, a la vez, evitar la balcanización. La plurinacionalidad reconoce
la existencia de naciones anteriores a la constitución estatal con instituciones y costumbres
propias. El Estado se cimentaría sobre estas naciones preexistentes a la par que se genera la
propia nación boliviana moderna. Así, el mote boliviano no podría ser usado genéricamente
ya que “boliviano” es una de las posibilidades nacionales que constituyen Bolivia. Todas
ellas en pie de igualdad en lo que a derechos y obligaciones respecta. Internacionalmente
Bolivia gusta de presentar su cariz plurinacional como una forma de probar que otra
solución a la viabilidad estatal anclada en la matriz “un estado, una nación” es posible sin
que ello decante en inviabilidad del Estado.

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