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PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA.

CONTEXTO HISTORICO

La historia del conflicto armado En Colombia, tiene su origen en el año 1948,


cuando en medio de las luchas partidistas entre Liberales y Conservadores, fue
asesinado el caudillo liberal JORGE ELIECER GAITÁN, es así como nacen las
autodefensas campesinas y las guerrillas tanto liberales como comunistas; las
cuales entregan sus armas en la presidencia del General Gustavo Rojas Pinilla.

Con ocasión del nacimiento del Frente Nacional en el año 1958, surgieron nuevos
grupos guerrilleros, a causa del inconformismo y de los nuevos rumbos
ideológicos que se movían en América Latina. En 1964 nacieron las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El 7 de enero de 1965, el Ejército
de Liberación Nacional (ELN). En julio de 1967, el Ejército Popular de Liberación
(EPL). El 17 de enero de 1974, el M-19. Posteriormente, en 1984, nació el
Movimiento Armado Quintín Lame (MAQL).

En el año de 1984, se sella el primer acuerdo de cese al fuego con las FARC, de
igual manera con el M-19 quien se alió con el EPL, loa cordado tuvo su fin en el
año de 1985, debido al incumplimiento de lo pactado.

Finalmente en el año de 1990, se desmoviliza el M-19 y la EPL; y es allí donde


inician los diálogos de paz con las FARC. Actualmente, el Gobierno de Juan
Manuel Santos abre el camino para un proceso de paz con las FARC iniciado el 4
de septiembre del 2012.

LOS DIALOGOS DE PAZ

Dentro de los diálogos de paz se han tenido en cuenta cinco puntos, tales como
son la Política de desarrollo Agrario Integral, Participación Política, Fin del
Conflicto, solución al Problema de las Drogas Ilícitas, Determinar quienes son
víctimas del conflicto armado; además de esto se ha distribuido en tres fases
(exploratoria, fin del conflicto, construcción de la paz) de la cual la segunda deja
mucho que pensar, o más bien nada que pensar porque expresa que las sesiones
de trabajo de la mesa son reservadas y que las conversaciones se realizan bajo el
principio de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”.
Se ha dicho que mediante el actual proceso se acabará la guerra en nuestro país,
y se han enunciado una cantidad de beneficios que al parecer serían maravillosos
y harían de este país, un mundo en el que flotan florecitas y todo estaría perfecto.

Ahora bien, no es desconocido en el país la presencia de una gran


cantidad de grupos armados al margen de la ley, muy independientes de las
FARC, así que primeramente hablarnos de paz es un completo engaño.

Es muy claro que los grupos que se levantaron, lo hicieron haciendo uso de su
derecho a la rebelión con ocasión de las inconformidades que presentaba el
pueblo en contra de los gobiernos que se conformaban, pero también es sabido
que estas rebeliones pretenden defender el derecho a la vida, la libertad y
búsqueda de felicidad (como es expresado en la Declaración de Independencia de
los Estados Unidos), además de ello en la Declaración de los Derechos del
Hombre y el ciudadano de 1793, en sus artículos 33, 34 y 35; hace referencia a
que a que hay opresión contra el cuerpo social cuando uno de sus miembros es
oprimido; entonces cabe realizar la pregunta ¿quién realmente ha oprimido el
pueblo en los últimos años?

Si bien las FARC, lo único que han logrado en su rebelión, es ser los autores de
una cantidad de crímenes, derramamientos de sangre y cientos de acontecimiento
s que han dejado a una gran parte del pueblo colombiano sumido en la miseria, la
desesperanza y el dolor. ¿Cuáles han sido los resultados positivos del uso del
derecho a revelarse contra un Gobierno que en muchas veces les ha dado la
oportunidad de reintegrarse a la población pero aun así han seguido acabando
con la salud mental de los colombianos?

Uno de los puntos a tratar en el supuesto proceso de paz, es darle participación


política a estos sujetos que han robado, matado y acabado con la dignidad de
comunidades enteras, así que se pretende entregarles a aquellos, los mismos
derechos que tienen las personas que han sido víctimas de sus ataques, y que
han mantenido su buen nombre.

En el año de 1998, la Republica de Colombia hizo parte de los países que firman
el Estatuto de Roma, ratificándose de ello en el año 2002, dicho estatuto permite
perseguir jurídicamente los delitos de lesa humanidad, tales como asesinato,
exterminio, esclavitud, privación de la libertad, violación, entre otros…. Muchos de
los colombianos crecieron viendo como los medios de comunicación hablaban de
secuestros, de homicidios, de reclutamiento de menores, incluso permitían ver
campos de concentración de personas inocentes a las que se les violentaban sus
derechos ¿y a eso llaman derecho de rebelión? ¿acabando con el pueblo que
supuestamente defendían? Ahora, es totalmente incoherente que el gobierno
pretenda dar una amnistía a estos señores dejándolos libres de todo castigo penal
y entregándole los derechos (que al parecer nada le valen) a personas que lo
único que han hecho es acabar con nuestra sociedad; siendo parte de un estatuto
que va totalmente en contra de los delitos de lesa humanidad y que promueve la
vida, la libertad y la equidad.

Lo anterior, de manera igual a nuestra Constitución, pues el señor presidente ha


solicitado a la Corte Constitucional declarar exequible sus pretensiones, e incluso
blindar el mencionado proceso, afectando la carta magna.

Es así como no estoy de acuerdo con el actual proceso de paz, pues quien ha
cometido crímenes debe ser castigado por ello, o ¿qué hacemos con los inocentes
que hoy están tras las rejas? y ¿Cómo se nos ocurre entonces dejar libres e
impunes a quienes nos han acabado? no puedo decir que estoy en contra de la
paz, pues es el ideal de cada persona en el mundo, pero si bien, esto se trata de
una utopía. No podemos pretender que los delincuentes que violaron mujeres,
dejaron familias sin sus padres, madres, hijos, robaron las tierras, ganados;
torturaron, secuestraron, atemorizaron y tantas cosas más, anden sueltos por la
calle como si nada hubiera pasado, mientras las personas víctimas de esta
barbarie aún siguen intentado reconstruir sus vidas.

Cada uno de ellos debería pagar y asumir las consecuencias de sus actos, la ley
colombiana debe ser equitativa y regirse a sus preceptos sin preteneder
acomodarse a las exigencias de las personas que han oprimido el país.

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