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Estimados estudiantes de primer ingreso, 

quiero darles la bienvenida a aquellos que inician una nueva etapa;


a quienes dan inicio a su vida universitaria. Recuerdo mi primer día
de universidad. En mi cabeza flotaban muchas expectativas, y
porqué negarlo, algunos miedos también que quizá compartamos.
Me preguntaba ¿Escogí la carrera correcta? ¿Haré nuevos amigos?
¿Y si no me gusta un profesor? ¿Será que soy capaz? Solo me
atrevo a darles una respuesta: Sí, ustedes sí son capaces. ¿De
qué? De lograr lo que se propongan.
 
Es importante que tengan en cuenta que el éxito académico no
implica recorrer un camino perfecto, no es sinónimo de un camino
sin fallas.  Observen las lámparas; un elemento que parece tan
común pero que en su origen requirió más de 1000 intentos antes
de conseguir que funcionara. Entonces, tengan presente que “el
verdadero fracaso es dejar de intentar”. 
 
Me gustaría contarles mi caso: inicié mis estudios de pregrado en
ingeniería industrial gracias al programa de becas de la Universidad
del Norte, sin embargo, me di cuenta de que la ingeniería no era lo
mío y tomé la decisión de solicitar cambio de programa. Ahora
puedo, sin lugar a duda, decir que estoy enamorada no de una
carrera sino de dos: Comunicación Social y Periodismo y
Administración de Empresas.
 
Les extiendo pues la invitación a enamorarse del estudio, a
enamorarse del conocimiento, a enamorarse del saber, a
enamorarse de la práctica de entender el mundo y a ustedes
mismos. Y no solo desde la perspectiva de su programa académico,
sino desde la interdisciplinariedad que propone el contexto de la
Universidad y desde el contacto con el otro, pues siempre hay algo
que tomar de quien nos rodea, aún desde su misma experiencia de
vida.
 
Estimados, debo decir además que este proceso amoroso no
implica que todo nos tenga que gustar. Podrán encontrar en su
camino una materia con la que no sientan tanta afinidad o un
momento en el que no quieran realizar un trabajo por querer invertir
su tiempo en otra actividad,  pero a final de cuentas notarán que es
necesario y que todo ello constituye parte de  su proyecto de vida.
 
No se limiten. No se limiten a ocupar un puesto en clase, no se
limiten a trabajar por una calificación. Rétense, rétense a ser cada
día una mejor versión de ustedes mismos, y no por ego,  sino
porque el conocimiento más valioso es aquel tiene un sentido social
¿Qué pueden brindarle a la sociedad? ¿Cómo pueden hacer de su
entorno un mejor lugar? Entendiendo que el cambio yace en lo
micro, en lo cotidiano, aquí y ahora.  
 
No queda más que felicitarlos por la excelente decisión de ser parte
de la Universidad del Norte, una institución que no solo se destaca
por su calidad y excelencia académica sino por ser un espacio de
inclusión, de tolerancia, de respeto, de responsabilidad. 
 

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