Está en la página 1de 5

Material Visita a la Biblioteca 2018- Etcheverry Boneo

Disparador: el orden de tu biblioteca

Toda biblioteca responde a una doble necesidad, que a menudo es una doble manía: la de conservar
ciertas cosas (libros) y la de ordenarlos según ciertos modos. 
Georges Perec, “Notas breves sobre el arte y el modo de ordenar libros”

Empiece a pensar cómo ordena los libros en su biblioteca…¿por orden alfabético? ¿por autor? ¿por el
título? ¿por el tema? ¿por la encuadernación? ¿por colecciones? ¿por fecha de adquisición (legal o
ilegal)? ¿por formato? ¿por período literario? ¿por idioma? ¿por combinaciones diversas de estos
criterios y otros? ¿ordena como libros a las fotocopias? ¿están en su biblioteca? ¿y los cd de texto?
¿tiene libros ordenados en su computadora? ¿en el drive? ¿tiene una sola biblioteca? ¿su biblioteca
empezó en otro lugar y allí quedaron varios ejemplares? ¿la tiene toda reunida en el lugar donde vive?
¿ha heredado libros? ¿ha perdido y/o ganado libros en las batallas del amor?

¿Ha leído todos los libros que ordena en su biblioteca? ¿lee por períodos, por temporadas? ¿separa los
libros que todavía no ha leído? ¿separa los libros que no volverá a leer? 

Después de mirar atentamente los muebles, anaqueles, estantes, cajas, roperos, placares, computadora
de escritorio, netbook, tableta, etc. en donde ordena sus libros en la actualidad, contéstese qué libros (si
los hay/hubo) modificaron el orden de su biblioteca, qué libros se corrieron a la segunda (o tercera) fila,
cuáles pasaron a la primera, cuáles se cayeron del estante por atrás y nunca preguntó por ellos, cuáles
fueron subiendo o descendiendo a los estantes inalcanzables por la altura o la lumbalgia…

¿Comparte su biblioteca con alguien? ¿Alguien más que usted ordena los libros en su “parte” de
biblioteca? ¿Descubre en ella algún “entrevero”? ¿Qué “entrevero” no admitiría jamás de los jamases?

Si recorre atentamente su biblioteca ¿descubre alguna “anomalía”, algún texto que quizás no
correspondería estrictamente a ese lugar, pero allí está? (Por “anomalía” no cuente todas esas cosas
que ,desafiando a la etimología, están en la biblioteca de manera más o menos fija sin ser libros: fotos
con o sin portarretratos, dibujos hechos por un ser querido, reproducciones de latas antiguas, autitos de
colección, piedras, portalápices, remarcadores, llaves, resortes, floreros, vasijas, botellitas con agua o
tierra de colores, clips, ganchitos, caracoles, y todas las cosas que Georges Perec clasifica en “Cosas que
no son libros y que se encuentran a menudo en las bibliotecas” en la obra citada en el epígrafe)

¿Es usted un frecuentador de bibliotecas públicas o privadas (de otro que no sea usted)? ¿Qué libros
leyó en ellas que consideraría parte de su biblioteca aunque no esté en sus estantes? ¿Qué libros prestó
y nunca volvieron –podemos pensar con benevolencia que están circulando- y los considera parte de su
biblioteca? ¿O pertenece usted a la otra clase de personas que roban libros? En ese caso, ¿qué libros no
piensa devolver porque ya están afincados en sus repisas?
Cuentos sobre lectores- narrar/ regalos
Dos

Ha buscado toda la tarde del sábado un libro en su biblioteca y no lo ha encontrado ni en los estantes ni en las
columnas que trepan desde el suelo. Claro, descubre después: se lo prestó a un amigo. Piensa entonces en sus
libros favoritos, y se da cuenta que no le queda ninguno: aquel de Salinger, Madre noche, de Vonnegut, los de
Auster, todos prestados, todos perdidos. Ahora se da cuenta que tiene dos bibliotecas, una de libros reales, que le
son un poco ajenos, y otra hecha solo de extravíos y pérdidas. Y con el tiempo le parece que esa biblioteca
ausente es mucho más verdadera que la otra, y que sigue acumulando libros en sus estantes. Al menos los libros
invisibles no juntan polvo.

Pablo de Santis
Historias de lectores
 
Tres

Los vagones del subte A del subterráneo han sido siempre su lugar favorito  de lectura. Le gustaban los asientos
de madera, la luz amable, el bamboleo. Recorrer los túneles de la ciudad era como atravesar una novela. Pero
ahora, que ha pasado hace rato la línea de los cuarenta,  la luz le resulta insuficiente, y cuando los pasajeros de
pie se interponen entre la lamparita y el libro, peor aún. Ya hace tiempo que no puede leer nada. Igual siempre
lleva un libro, y lo abre. Espera que el subte tenga el gesto amable de viajar al pasado, aunque sea por un rato.
Pero las letras no aparecen; en su lugar, sube al vagón un dúo, charango y quena,  que se dicen del Altiplano.
Tocan un carnavalito y La Lambada. Los sigue de cerca un vendedor ambulante, simpático y de voz grave. ¿Qué
trae hoy? ¿El yoyó musical, el auténtico Zippo, el llaverito de Pókemon?  No, la linterna sumergible. En vez de ir al
oculista o de viajar al pasado, el lector compra una linterna. Y el libro, hasta entonces vacío, se llena de letras,
todas ordenadas en fila india, y cada una con su traje de tinta.

 Pablo de Santis
Historias de lectores

Felipe

Cuando Felipe se iba a dormir, le pedía a su papá que le contara un cuento. El 
papá le contaba el cuento de que, cuando Felipe se iba dormir, le pedía a su papá que le contara un cuento, el
papá se lo contaba y entonces Felipe se dormía.

Y entonces Felipe se dormía.

Blaisten, Isidoro
Cuentos cortos, medianos y flacos
Cuatro

Vive en un departamento en planta baja. Tiene un patio, y sufre a sus vecinos de arriba que tiran papeles,
corchos, lamparitas quemadas. Pero con los del séptimo F es distinto. Cada dos o tres días se pelean (él llega
tarde, da una excusa ridícula, ella no le cree) y por la ventana del dormitorio vuela algún libro. El habitante de la
planta baja nunca fue muy lector, pero cuando cayó el primer libro, lo leyó. Después vinieron otros. Un poco de
todo: novelas de espionaje, best sellers, libros de autoayuda. Los lee a todos por igual, ya que son un regalo del
cielo.

  Un día, sin embargo,  los libros dejan de caer. ¿Los del séptimo F se habrán ido de vacaciones? No, es algo
mucho peor: el vecino de la planta baja los encuentra caminando por la calle y asiste con desagrado a los
arrumacos y a las palabras cariñosas. Todo está perdido: triunfa el amor. Pasan los meses, sin peleas ni lecturas.  
Un viernes, al llegar a su casa a las tres de la mañana, el vecino de la planta baja se cruza con el vecino del
séptimo F, que vuelve de una noche agitada. Tiene el traje arrugado, una mancha de vino en la camisa, y mira con
insistencia el reloj, como si sus ojos tuvieran el poder de hacer retroceder las agujas.  Lo oye cerrar el ascensor
con extraordinaria suavidad: que nadie en el mundo se despierte. Pero el de la planta baja sabe que las esposas
siempre se despiertan. El silencio perfecto aún no ha sido inventado. Saca entonces una silla al patio y mira hacia
los cielos. Se oyen los primeros gritos. Pronto tendrá lectura para el fin de semana.

Pablo de Santis
Historias de lectores

Cinco

Tiene diez años y está en la cama. Por la ventana se escucha el ruido de la lluvia. Le gustaría leer un poco en la
cama pero ya es tarde y mañana tiene que ir al colegio. De pronto se acuerda que dejó el libro que estaba leyendo
en el piso de la terraza. Era La isla misteriosa, de Julio Verne. Es tarde para rescatarlo. Los personajes se quejaban
de que no llovía. ¿Querían lluvia? Ahí tienen. Pasan los minutos y no se duerme. La curiosidad puede más que el
sueño. Sin hacer ruido sube la escalera y a través de la ventana mira la terraza inundada por la lluvia. Y en medio
de la terraza La isla misteriosa, ya convertida en una isla de verdad.

Pablo de Santis
Historias de lectores

Frases-¿caramelo de despedida?
Leer es equivalente a pensar con la cabeza de otra persona en lugar de con la
propia". Arthur Schopenhauer.
 
"Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado que hay dentro de
nosotros". Franz Kafka.
 
"Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado. Casi 70 años después
recuerdo con nitidez esa magia de traducir las palabras en imágenes" Mario
Vargas Llosa.
 
"Sin bibliotecas, ¿qué tenemos? Ni pasado ni futuro". Ray Bradbury, escritor
autor del libro Farenheit 451.

"Un lector vive mil vidas antes de morir. El que nunca lee solo vive una".
George R.R. Martin.
 
"Leemos para saber que no estamos solos". William Nicholson.

“Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y


digeridos”. Sir Francis Bacon.

“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es


el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una
extensión de la imaginación y la memoria”. Jorge Luis Borges. 

“El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo
imperativo'.  Daniel Pennac

La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro habla y el


alma contesta”. André Maurois.

Leemos en la cama ya que la lectura está a medio camino entre la vida y el


sueño. Anna Quindlen

Si realmente amas un libro, debes dormir con él, escribir en él, leerlo en voz
alta, y llenar sus páginas con migas de muffins. Anne Fadiman

Mi lista de lectura crece exponencialmente. Cada vez que leo un libro,


menciona otros tres que siento que tengo que leer. Es como una particular e
incesante serie de anuncios pop-up. Al Jacobs.

También podría gustarte