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Facultad: Derecho.

Nombre del alumno: Manuel Venegas Sierra.

ES172016347

Módulo 6: Proceso, procedimiento y Juicio.

Segundo Semestre Grupo: M6-008.

Unidad 1: Elementos y figuras del Derecho Procesal en general.

Sesión 2: “Sujetos que intervienen en el Proceso”.

Actividad 2.- “Terceros auxiliares en la administración de justicia”.

Actividad 3.- “EL juzgador”.

Nombre de la Docente: Mayra Angélica Ortiz Trejo.

Fecha de entrega: 11 de Octubre de 2018.

1.- Casos a cerca de materia civil:


Caso 1.- Sentencia de divorcio incausado tramitado bajo el expediente
judicial 421/2016 en el juzgado de Torreón, Coahuila de Zaragoza, el día 24
de Mayo de 2016:

“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes” Torreón, Coahuila de Zaragoza, a (24)


Veinticuatro de Mayo de (2016) Dos mil dieciséis. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
- - - - - - - - - - - - - - - - - Sentencia Def. No. 297/2016 V I S T O S para resolver en
definitiva, están los autos relativos al Juicio de DIVORCIO INCAUSADO,
promovido en éste Juzgado por los CC. ************ Y ************ tramitado bajo el
expediente judicial número 421/2016, por lo que: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

RESULTANDO

I. Que, mediante escrito de fecha diez de Marzo dos mil dieciséis,


comparecieron a éste Juzgado los CC. ************ Y ************ a
solicitar la disolución del vínculo que los une, el cual contrajeron el día
trece de Diciembre de mil novecientos setenta y tres ante el C. Oficial
del Registro Civil de Cañitas de Felipe Pescador, en la ciudad de
Zacatecas, bajo el Régimen de Sociedad Conyugal. - - - - - - - - - - - - -
II. Que, por auto de fecha quince de Marzo del año dos mil Dieciséis, se
radicó la solicitud de referencia, ordenándose la ratificación personal de
los compareciente, así como se diera vista a la C. Agente del Ministerio
Público de la Adscripción. - --
III. Que, habiendo comparecido los promoventes a ratificar su petición y
satisfechos los requisitos a los que se refieren en el artículo 363 del
Código Civil, en relación con los artículos 577 y 582 del Código Procesal
Civil, por lo que: - - - - - - - - - - - - - - - -

CONSIDERANDO
PRIMERO: Que, tratándose de una solicitud de divorcio incausado, de
conformidad con lo previsto por el artículo 40 fracción X del Código
Procesal Civil, en relación con el artículo 35 fracción I de la Ley
Orgánica del Poder Judicial del Estado de Coahuila, éste Juzgado
resulta Competente para conocer y resolver el presente juicio, lo anterior
tomando en cuenta que el domicilio conyugal de los promoventes se
estableció en ************, es decir dentro de la Jurisdicción de éste
Tribunal.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - --
SEGUNDO: Que, el artículo 362 del Código Civil vigente en el Estado
establece: " ARTÍCULO 362. El divorcio disuelve el vínculo matrimonial y
deja a los cónyuges en aptitud de contraer otro. Cualquiera de los
cónyuges o ambos, podrán solicitar el divorcio ante la autoridad judicial
y manifestar su voluntad de no querer continuar con el matrimonio, sin
que sea necesario señalar la causa por la cual se solicita.”- - - - - - - - - --
TERCERO: Que, mediante escrito de fecha diez de marzo del año dos
mil dieciséis, comparecieron a éste Juzgado los CC. ************ Y
************ a solicitar la disolución del vínculo matrimonial que los une, el
cual contrajeron el trece de Diciembre de mil novecientos setenta y tres,
ante el C. Oficial del Registro Civil de Cañitas de Felipe Pescador de la
Ciudad de Zacatecas, bajo el Régimen de Sociedad Conyugal.- -
Asimismo, los cónyuges señalaron en el escrito de referencia, que
establecieron su domicilio conyugal en ************ y que durante su
matrimonio procrearon tres hijos de nombres ************, ************ Y
************ de apellidos ************ que en la actualidad son mayores de
edad y que solo sobreviven los dos primeros - - - - A su solicitud de
divorcio en comento, los comparecientes acompañaron copias
certificadas de las actas del Registro Civil relativas al matrimonio cuya
disolución se pidió, así como de las de los nacimientos de los
promoventes y de sus hijos antes mencionados. También se adjuntó, el
convenio a que se refiere el artículo 363 del Código Civil ya invocado. - -
- - - - - - - - - - - --
CUARTO: Que, en virtud de que los promoventes comparecieron a
ratificar la solicitud que dio origen al juicio en estudio, es de concluirse
que resulta procedente la disolución del vínculo matrimonial que une a
los C.C. ************ Y ************, el cual contrajeron el trece de
Diciembre de mil novecientos setenta y tres, ante el C. Oficial del
Registro Civil de Cañitas de Felipe Pescador de la Ciudad de Zacatecas,
bajo el Régimen de Sociedad Conyugal. - - - - - - - - - - - - - Así las cosas,
al advertirse de autos que fueron satisfechos los extremos del artículo
363 del Código Sustantivo, en relación con lo dispuesto por los artículos
577 y 582 del Código Procesal Civil, resulta conducente decretar, como
se decreta, de conformidad con lo previsto por los artículos 365 del
Código Civil y 577 fracción IV del Código Adjetivo, ambos vigentes a
partir del cinco de junio del año dos mil trece, la disolución del vínculo
matrimonial que une a los comparecientes.- - - - - - - - - - En virtud de lo
anterior, de conformidad con lo previsto por el artículo 213 del Código
Civil, en relación con lo dispuesto por el artículo 586 del Código
Procesal Civil, gírense atentos oficios, al Oficial ante quien se contrajo el
matrimonio que quedó disuelto, a las Oficialías en donde se encuentren
inscritos los nacimientos de los hoy comparecientes ante el C. Oficial del
Registro Civil de Cañitas de Felipe Pescador de la Ciudad de Zacatecas
y a la Dirección Estatal del Registro Civil de Zacatecas, enviándose
copia certificada de ésta resolución, así como los datos de identificación
de las actas de nacimiento y matrimonio de los divorciados, para que se
proceda a levantar el acta de divorcio por el primero de los citados y a
realizar las anotaciones marginales correspondientes por todos ellos. - -
- -- Por lo anteriormente expuesto y fundado y además con apoyo en lo
dispuesto por los artículos 517, 518, 519, 520, 522, 524, 577 y 582 del
Código Procesal Civil, en relación con los artículos 158, 362, 363 y 365
del Código Civil ambos ordenamientos en vigor, es de resolverse y se
resuelve: - - - - --
RESOLUTIVOS
PRIMERO: Este Juzgado resultó competente para conocer y fallar en
ésta causa. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - --
SEGUNDO: Se declara procedente la Vía propuesta y tramitada para
obtener la disolución del vínculo matrimonial que unía a los promoventes
C.C. ************ Y ************. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
TERCERO: En virtud de que el convenio exhibido por los promoventes
no es contrario al derecho, a la moral o a las buenas costumbres, se
aprueba en definitiva dicho instrumento.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
CUARTO: Se declara disuelto el vínculo Matrimonial que une a los CC.
************ Y ************ celebrado ante la fe del Oficial del Registro Civil
de Cañitas de Felipe, Pescador en la Ciudad, de Zacatecas, el cual se
encuentra inscrito en el libro 01, Tomo ---, foja 104, Acta 103, de fecha
13 de Diciembre de 1973. - - - - - - - - - - - - --
QUINTO: Los ahora divorciados quedan en aptitud de contraer nuevo
matrimonio. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - --
SEXTO: Gírense atento oficio al C. Oficial del Registro Civil de Cañitas
de Felipe Pescador de la Ciudad de Zacatecas ante quien se celebró el
matrimonio que ahora se disuelve, al C. Oficial del Registro Civil de la
Ciudad de Cañitas de Felipe Pescador de la Ciudad de Zacatecas, ante
quien se encuentra inscrito el nacimiento de la C. ************, así como
al C. Oficial del Registro Civil de Cañitas de Felipe Pescador de
Zacatecas, lugar donde se encuentra el registro del nacimiento del C.
************ a fin de que se sirvan expedir el acta del divorcio que nos
ocupa y realizar las anotaciones marginales correspondientes. - - - - - -
En atención a que los funcionarios arriba mencionados se encuentra
fuera de la jurisdicción de éste Tribunal, gírense atentos exhortos a los
CC. JUEZ COMPETENTE EN MATERIA FAMILIAR DE LA CIUDAD
CAÑITAS DE FELIPE PESCADOR, para que por su conducto sean
girados los oficios correspondientes, facultándole de manera expresa
para que acuerde cualquier promoción que se encamine a la
diligenciación de lo solicitado. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- Así
mismo se ordena girar atento oficio al Director del Registro Estatal con
domicilio en Zacatecas, Zacatecas para que asiente el acta de divorcio
que nos ocupa y haga las anotaciones marginales correspondientes,
anexándose copias certificadas de la sentencia, lo anterior de
conformidad con lo establecido por el Artículo 586 del Código Procesal
Civil en relación con los Artículos 213, 214 y 215 del Código Civil ambos
Códigos vigentes en el Estado. - - - - - - - - - - - - - -
NOTIFIQUESE PERSONALMENTE.- Artículo 211 fracción V del Código
Procesal Civil en vigor.- Háganse las anotaciones en los Libros
respectivos.- Así lo resolvió y firma el C. LICENCIADO HERIBERTO
MUÑOZ NUÑEZ Juez Segundo de Primera Instancia de lo Familiar y
LICENCIADA MARTHA ALICIA GRIJALVA CARRERA Secretaria de
Acuerdo y Trámite que autoriza y da fe. DOY FE.- - - - - - - - - - - - - - - -

En la misma fecha se fijó en la lista de acuerdo. Conste. - - - - -


http://pjec.gob.mx/sentencias/5622SP2972016.pdf

Tipo de Posición de la Posición de la Tercerista que


Litisconsorcio parte activa parte pasiva intervienen.
Activo, Pasivo o (Demandante). (Demandado).
Necesario.
En este caso se Al tratarse de un En este sentido no El C. Licenciado
considera como litisconsorcio existe la parte Heriberto Muñoz
un Litisconsorcio activo pues se demandada pues Núñez como Juez
activo pues existe trata de dos ambos cónyuges Segundo de
la pluralidad de partes actoras en está de acuerdo Primera Instancia
partes siendo dos el mismo caso nos con el divorcio sin de lo Familiar y
actores, es decir, topamos con una expresión de Licenciada Martha
ambos cónyuges pluralidad de causa Alicia Grijalva
ocupan el papel partes por lo que (incausado). Carrera en su
de demandantes o se considera que calidad de
actores pues ambos están Secretaria de
ambos están de siendo Acuerdos del
acuerdo en representados y Juzgado de
solicitar la litigados por una Torreón Coahuila
disolución de su misma vía de de Zaragoza.
matrimonio representación
mediante un legal.
divorcio
encausado.

Caso 2.-

AMPARO DIRECTO NÚMERO 710/2004 LABORAL.

QUEJOSO: * * * * * * * * * *
PONENTE: MAGISTRADO GUILLERMO ALBERTO

HERNANDEZ SEGURA.

SECRETARIO: LICENCIADO FRANCISCO URIBE ORTEGA.

Zacatecas, Zacatecas. Acuerdo del Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer
Circuito, correspondiente al día dos de diciembre del año dos mil cuatro.

V I S T O, los autos del juicio de amparo directo laboral número


710/2004; y,

R E S U L T A N D O:

I. Mediante escrito presentado el diez de septiembre del dos mil


cuatro, ante la oficialía de partes común de los Juzgados Primero y Segundo de
Distrito en el Estado, * * * * * * * * * *, por conducto de su apoderado legal
licenciado * * * * * * * * * *, ocurrió en demanda del amparo y protección de la
Justicia Federal, por violación a los artículos 14 y 16 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, señaló como autoridad responsable a la Junta
Especial Número Cincuenta y Tres de la Federal de Conciliación y Arbitraje en el
Estado, tercero perjudicado * * * * * * * * * *, y acto reclamado la resolución dictada
el treinta de junio de dos mil cuatro, dictado en la tercería excluyente de dominio
68/2001, misma que concluyó con los siguientes puntos resolutivos:
"PRIMERO. La parte actora incidentista no demostró los extremos de
su acción y la demandada incidentista sí justificó su oposición a la demanda.

SEGUNDO. En consecuencia se declara para todos los efectos


legales a que haya lugar que subsiste el embargo trabado en bienes del
codemandado * * * * * * * * * *

TERCERO. Notifíquese personalmente a las partes."

II. El Juez Segundo de Distrito en el Estado, a quien por razón de


turno correspondió el conocimiento del asunto, dictó proveído el trece de
septiembre de dos mil cuatro en el sentido de requerir a la parte quejosa para que
proporcionara el domicilio actual y correcto de las personas morales * * * * * * * * *
*, sociedad anónima de capital variable, y “* * * * * * * * * *”, sociedad anónima de
capital variable; satisfecho lo anterior, por acuerdo de fecha veintitrés de
septiembre de dos mil cuatro, se admitió a trámite la demanda, sustanciado el
procedimiento, en la audiencia constitucional celebrada el diez de noviembre del
año en curso, dictó resolución dentro del juicio de amparo 722/2004-I, en el
sentido de declararse legalmente incompetente para conocer de la demanda de
garantías promovida por * * * * * * * * * *, por conducto de su apoderado legal,
licenciado * * * * * * * * * *, consistente en el laudo de treinta de junio del año en
curso, dictado en la tercería excluyente de dominio 0068/2001; por estimar que tal
acto reclamado constituye una determinación que resolvió en definitiva la tercería
excluyente de dominio en cita.

III. El presidente de este Tribunal Colegiado, en acuerdo de doce de


noviembre de dos mil cuatro, estimó que en el presente asunto es el Pleno quien
debe determinar si este tribunal es competente para conocer de la demanda de
amparo precisada en el párrafo que antecede promovida por * * * * * * * * * *
sociedad anónima de capital variable, ello al estimar que en la especie no se
reúnen los supuestos a que se refiere el artículo 49 de la Ley de Amparo,
radicándose este juicio de amparo directo bajo el número 710/2004, y mediante
proveído del diecisiete de noviembre del año en cita, se ordenó turnar el asunto al
magistrado ponente para formular el proyecto de resolución.
CONSIDERANDO:

ÚNICO. No se transcriben las consideraciones que sustentan el acto


reclamado ni los conceptos de violación expresados por la quejosa en virtud de
que no serán materia de estudio en la presente ejecutoria, en atención a que, la
materia de análisis estriba únicamente en determinar si este tribunal es o no
competente para conocer del presente asunto en vía directa.

Para definir lo anterior, se estima pertinente destacar que el acto


reclamado lo constituye la resolución dictada, el treinta de junio del dos mil cuatro,
con la cual feneció la tercería excluyente de dominio planteada ante la autoridad
responsable el veintinueve de abril de dos mil cuatro, por la empresa denominada
“* * * * * * * * * *”, sociedad anónima de capital variable, por conducto de su
apoderado legal licenciado * * * * * * * * * *.

Ahora bien, en términos de los artículos 976, 977 y 978 de la Ley


Federal del Trabajo, la demanda de tercería excluyente de dominio debe
tramitarse en vía incidental y resolverse por la autoridad que conozca del juicio
principal, acompañando el título en que se funde y las pruebas pertinentes, con
cuya instauración se suspende el acto de remate respecto del bien materia de esa
controversia, y tiene como finalidad obtener el levantamiento del embargo que se
hubiese practicado en bienes propiedad de terceros.

En esta tesitura, aun cuando el trámite de la tercería excluyente de


dominio debe efectuarse conforme a las reglas de los incidentes, tiene la
naturaleza de un juicio, toda vez que la acción ahí ventilada es diversa a la que
constituye o constituyó la materia de la controversia del juicio principal, y por ende,
la resolución o laudo con que fenece es susceptible de ser impugnada a través del
juicio de amparo directo en los términos previstos por los artículos 44, 46 y 158 de
la Ley de Amparo.

Lo anterior encuentra sustento en la jurisprudencia 59/2004,


aprobada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al
resolver la contradicción de tesis 91/2003-PS, publicada en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XX, septiembre de 2004,
página 83, bajo el epígrafe y texto siguiente:

"TERCERÍAS EXCLUYENTES TIENEN NATURALEZA DE "JUICIO


Y NO DE INCIDENTE. De los artículos 1362 y 1368 del Código de "Comercio se
desprende que las tercerías excluyentes, tanto material como "formalmente,
tienen la naturaleza de juicio y no de incidente. En efecto, en la "tercería
excluyente se ventila una acción distinta a la que se debate en el juicio "principal,
es decir, la materia de la controversia en la tercería es distinta a la del "juicio
preexistente, lo cual materialmente le da la calidad de un juicio con "sustantividad
propia. El tercero es ajeno a la controversia principal y, al ejercer "la nueva acción
debe acreditar tener un interés propio y distinto al de quienes son "parte en el
juicio principal, esta nueva acción se ventila por cuerda separada a "través de un
procedimiento propio en el que el tercerista tiene los derechos, "cargas y
obligaciones que en todo juicio tienen las partes y no suspende el curso "del juicio
preexistente, todo esto evidencia que las tercerías excluyentes son "formalmente
juicios. En esas condiciones, la resolución que se emite en una "tercería
excluyente, una vez que causa ejecutoria, no puede ser modificada o "anulada por
la que se dicte en el juicio que le da origen. Además el artículo 1369, "del
mencionado ordenamiento, les da la calidad de juicios, sin que pueda "estimarse
que por la vinculación de la tercería con el juicio que la motiva se trate "de un
incidente, pues tal vinculación constituye una característica propia de las
"tercerías excluyentes, las cuales tienen su origen en la afectación judicial sobre
"bienes de la parte demandada, respecto de los cuales el tercerista alega tener
"mejores derechos”.

Se estima que el anterior criterio jurisprudencial es aplicable al caso


que nos ocupa, en atención a que, no obstante que en su contenido se hace
referencia a diversas disposiciones del Código de Comercio, la institución jurídica
que en el mismo se regula, a saber, la naturaleza de las tercerías excluyentes,
tiene la misma connotación en materia laboral, de la que emana el laudo que
constituye el acto reclamado en el presente juicio de garantías.

No es óbice a lo anterior la tesis aislada que en materia común


sustentó el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Primer Circuito, la cual se
encuentra publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo VI, agosto de 1997, página 823, bajo el rubro y contenido
siguiente:

"TERCERÍA EXCLUYENTE DE DOMINIO RESUELTA EN


"CUMPLIMIENTO DE UN LAUDO. PROCEDENCIA DEL AMPARO
"INDIRECTO. De acuerdo con lo establecido en el artículo 158 de la Ley de
"Amparo, el juicio de garantías directo procede contra sentencias definitivas o
"laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por tribunales judiciales,
"administrativos o del trabajo; por su parte, el diverso numeral 46 de la propia ley
"dispone que se entenderán por resoluciones que ponen fin al juicio, aquellas que
"sin decidir el juicio en lo principal lo dan por concluido, y respecto de las cuales
"las leyes comunes no concedan ningún recurso ordinario por virtud del cual
"puedan ser modificadas o revocadas. Ahora bien, es cierto que ha sido criterio
"reiterado de los tribunales federales, que contra las resoluciones que resuelvan
en "definitiva incidentes de tercerías, procede el amparo directo, por constituir un
"verdadero juicio; sin embargo, en el caso concreto, toda vez que la resolución
que "resolvió la tercería que dio origen al juicio de amparo fue emitida en
"cumplimiento de un laudo, es evidente que constituye un acto emitido después de
"concluido el juicio, conforme lo dispuesto por el artículo 114, fracción III, de la
"Ley de Amparo y, por ende, de dicho acto corresponde conocer a un Juez de
"Distrito”.

Se afirma que no constituye obstáculo al sentido de la presente


ejecutoria, en atención a que, por una parte, no es de aplicación obligatoria para el
presente tribunal, tanto por haber sido emitida por un tribunal colegiado, como
porque tal criterio no constituye jurisprudencia en términos del artículo 193 de la
Ley de Amparo; además, atendiendo a la fecha en que se pronunció (ocho de
mayo de mil novecientos noventa y siete), es evidente que quedó superada por la
jurisprudencia 59/2004, transcrita con antelación en la presente resolución, en la
cual, como ya se estableció, se determina la naturaleza de las tercerías,
puntualizándose que tanto la acción como la pretensión de quien la promueve
difiere de la controversia del juicio principal con el que se vincula, y por ende, la
etapa en que se promueva y resuelva (durante el juicio o después de dictado el
laudo), no tiene injerencia alguna para determinar la procedencia de la vía directa
o indirecta del juicio constitucional para impugnarla.

Tampoco constituye obstáculo al criterio vertido por este tribunal en


la presente ejecutoria, la jurisprudencia número 118/2000, aprobada por la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la
contradicción de tesis 54/2000-SS, consultable en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIII, enero de 2001, página 205,
con la voz y
contenido siguiente:

"TERCERÍA EN MATERIA LABORAL. PARA RESOLVERLA, LA


"JUNTA SE ENCUENTRA LEGALMENTE FACULTADA PARA TENER A "LA
VISTA Y TOMAR EN CUENTA, DE OFICIO, LAS ACTUACIONES QUE "OBRAN
EN EL JUICIO PRINCIPAL. De la interpretación sistemática de lo "dispuesto en
los artículos 976 a 981 de la Ley Federal del Trabajo, se desprende "que la
tercería contemplada en dicha ley no es un juicio autónomo, con "sustantividad
propia e independiente del juicio principal, aun cuando se tramite "por cuerda
separada, pues al originarse con motivo de la orden de embargo "dictada en el
procedimiento principal y practicada en bienes del tercerista, tal "embargo
constituye el nexo común o materia controvertida que vincula de manera
"indisoluble el juicio principal con el de tercería, en donde éste tiene su causa
"eficiente o base en aquél. Es por esta razón que la Junta laboral está facultada
"legalmente para tener a la vista y tomar en cuenta las actuaciones que obran en
el "expediente principal, de manera oficiosa, a fin de resolver la tercería, y
además, "por el carácter público de lo actuado en el procedimiento laboral y por
los "principios rectores de ese procedimiento como son el de economía procesal,
de "celeridad, de ausencia de formalismos y el de equilibrio procesal, que deben
"aplicarse para brindar seguridad jurídica a las partes contendientes en el
"conflicto incidental derivado de la tercería. Ello es así, si se toma en cuenta que
"deben definirse de manera pronta los derechos del ejecutante sobre los bienes
"embargados, en tanto que el tercerista que se ve afectado en sus bienes por una
"determinación asumida en el juicio principal (orden de embargo) del cual es
"ajeno, las únicas pruebas que está obligado a acompañar a su demanda de
"tercería son aquellas relacionadas con la propiedad del bien embargado o
"titularidad del crédito preferencial”.

Se considera que el criterio jurisprudencial transcrito no se opone al


sentido de la presente resolución, en atención a que, aun cuando en
su texto se señala que la tercería contemplada en la Ley Federal del Trabajo no es
un juicio autónomo, con sustantividad propia e independiente del juicio principal,
aun cuando se tramite por cuerda separada, sin embargo, de la lectura integral de
esa jurisprudencia, así como de la ejecutoria que le dio origen, se desprende que
el punto toral a dilucidar estribó en determinar si la Junta responsable
correspondiente estaba o no facultada para que al resolver la tercería pudiera
tomar en cuenta de manera oficiosa las actuaciones que obran en el juicio
principal, y por ende, para concluir positivamente ese aspecto, fue que se
estableció que entre ambos juicios (el principal y la tercería), existe vinculación,
pues el primero de ellos necesariamente es el que motiva la instauración del
segundo.

En este contexto, este tribunal estima que la vinculación entre la


tercería y el juicio principal a que se hace referencia en la jurisprudencia que se
analiza, no tiene el alcance de desvirtuar y privar de efectos los diversos
razonamientos contenidos en la diversa jurisprudencia 59/2004, en que se
sustenta el sentido de la presente ejecutoria, pues ni una ni otra abordan la vía en
que son impugnables las tercerías excluyentes, sino sólo la naturaleza de éstas,
según la ley que rija el acto reclamado (mercantil o laboral), pero con
independencia de la denominación que el legislador ha empleado para referirse a
ellas, juicio o incidente, sigue firme lo atinente a que en ambos juicios el juicio
principal y tercería no hay identidad de partes, de acciones ejercidas ni de
pretensiones demandadas, pues la relación que entre ambos existe estriba
únicamente en que los autos dictados en el principal, generalmente de embargo,
son los que dan origen a la instauración de una tercería por parte de un extraño a
los contendientes del primero de ellos.
Además, la resolución terminal en materia mercantil o laboral que
decide la tercería resuelven de manera definitiva si la cosa embargada o disputada
en el juicio principal, es de la propiedad del tercerista, cuya reclamación sí puede
ventilarse en amparo directo, en razón de que los elementos para definir la
propiedad ya debieran ser aportadas ante la autoridad responsable, por lo que no
se justifica la promoción del amparo biinstancial.

En este orden de ideas, debe convenirse en que este órgano


colegiado sí es competente para conocer del presente asunto en la vía directa, y
por ende, debe asumirse la competencia declinada por el Juez Segundo de
Distrito en la resolución dictada en la audiencia constitucional celebrada el diez de
noviembre de dos mil cuatro, por consiguiente, se ordena la devolución del
expediente a la presidencia de este tribunal a fin de que tramite el asunto
conforme a las reglas que la Ley reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prevé para el juicio de
amparo directo.

Por lo antes expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. Este tribunal asume la competencia para conocer en vía


directa de la demanda de garantías interpuesta por el licenciado * * * * * * * * * *, en
su carácter de apoderado legal de la empresa “* * * * * * * * * *”, sociedad anónima
de capital variable, en contra del acto reclamado consistente en el laudo dictado
por la Junta Especial Número Cincuenta y Tres de la Federal de Conciliación y
Arbitraje, el treinta de junio de dos mil cuatro, con el cual feneció la tercería
excluyente de dominio planteada por la parte aquí quejosa.

SEGUNDO. Devuélvase el expediente de amparo y sus anexos a la


presidencia de este órgano colegiado para que tramite el asunto conforme a las
reglas del juicio de amparo directo.

Notifíquese; anótese en el libro de gobierno, con testimonio de la


resolución, vuelvan los autos a su lugar de origen y en su oportunidad archívese el
expediente como asunto concluido.

Así lo resolvió el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer


Circuito, por unanimidad de votos de los magistrados Gilberto Pérez Herrera,
Guillermo Alberto Hernández Segura y José Benito Banda Martínez, siendo
ponente el segundo de los nombrados, quien firma conjuntamente con el
magistrado presidente ante la secretaria de acuerdos que autoriza y da fe.

Cotejó: Lic. Francisco Uribe Ortega.

Supervisó: Lic. José Gonzalo Márquez Cristerna.


http://w3.cjf.gob.mx/sevie_page/Consulta_Siserep/Muestra_Archivo.asp?
pArchivo=14-23-TC01-MX-42306-3178-3074060-200501181321%20(A.
%20710)%20NV.doc&pZip=14-23-TC01-MX-42306-3178-3074060-
200501181321%20(A.%20710)%20NV.ZIP

Tipo de Posición de la Posición de la Tercerista que


Litisconsorcio parte activa parte pasiva intervienen.
Activo, Pasivo o (Demandante). (Demandado).
Necesario.
Se trata de un En este caso se Se encuentra en El Licenciado
Litisconsorcio trata de la calidad de su Guillermo Alberto
necesario activo, empresa en su legítima defensa Hernández
pues aun cuando calidad de pues mediante Segura en su
el primer juzgado persona moral y esta es que se calidad de
de primera representada por podrá desahogar Magistrado
instancia dijo no un apoderado todas las pruebas Ponente, el
tener facultad legal, tal cual lo que considere Licenciado
para conocer de establece la ley, necesarias para Francisco Uribe
este cas y la parte pretende hacer el hacer valer sus Ortega en su
actora es una reclamo del argumentos. calidad de
persona moral, cumplimiento de En el caso que se Secretario y
misma que se algunas normas hace referencia se Cotejo, así como
encuentra que la parte hace mención que el Licenciado
representada por demandada no esta la parte José Gonzalo
un apoderado cumplió. pasiva Hernández
legal no solvento (demandada) si Cristerna en su
lo que reclama, justifica su calidad de
este pretende el oposición a la supervisor, del
seguir con la demanda. Primer Tribunal
demanda para Colegiado del
agotar la segunda Vigésimo Tercer
instancia. Circuito, por
unanimidad de
votos de los
magistrados
Gilberto Pérez
Herrera, Guillermo
Alberto
Hernández
Segura y José
Benito Banda
Martínez.

Caso 3.- AMPARO DIRECTO CIVIL NÚMERO 384/2005.

QUEJOSA: **********

MAGISTRADO PONENTE:

LIC. GILBERTO PÉREZ HERRERA.

SECRETARIO:

LIC. JOSÉ GUADALUPE MÉNDEZ DE LIRA.

Zacatecas, Zacatecas, acuerdo del Primer Tribunal


Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito, correspondiente a
doce de enero de dos mil seis.

VISTOS, para resolver los autos del juicio de amparo


directo civil número 384/2005; y……

C O N S I D E R A N D O:

SÉPTIMO.- Los conceptos de violación que se examinarán son sustancialmente


fundados supliendo en lo necesario la deficiencia de la queja
por tratarse de materia familiar, de conformidad con el artículo
107, fracción II, párrafo segundo constitucional, y 76 bis,
fracción VI de la Ley de Amparo.

Previo a su estudio, conviene precisar los siguientes antecedentes del caso:

Por escrito presentado el nueve de septiembre de dos mil tres, ante la Oficialía de
Partes del Poder Judicial del Estado de Zacatecas, **********
demandó de **********, la disolución del vínculo matrimonial y
en consecuencia “c) LAS GANANCIALES MATRIMONIALES,
consistentes en el 50% de los bienes muebles e inmuebles
que son los frutos del trabajo y esfuerzo de ambos, los cuales
logramos adquirir dentro del matrimonio, y que se detallarán
más adelante.”.

Cabe precisar que no demandó el pago de alimentos para sí o para terceras


personas.

Como hechos de su demanda, en lo que interesa, relató


que el ocho de enero de mil novecientos setenta y siete,
contrajo matrimonio civil con su demandado bajo el régimen
de separación de bienes en la ciudad de Jerez de García
Salinas Zacatecas, aspecto que se acreditó con el acta de
matrimonio que obra a fojas 13 del expediente del juicio de
divorcio.
Que en ese matrimonio procrearon tres hijos de
nombres ********** todos ellos mayores de edad, aspecto que
se acreditó con las actas de nacimiento que obran de fojas 14
a16, de las que se advierte que respectivamente nacieron
********** el ocho de junio de mil novecientos setenta y siete,
veintiocho de julio de mil novecientos ochenta, y ocho de
marzo de mil novecientos ochenta y dos, teniendo este último
a la fecha de presentación de la demanda de divorcio, veintiún
años cumplidos.

Que durante el matrimonio, la actora y su demandado,


con el esfuerzo y trabajo de ambos adquirieron los siguientes
bienes:

Un terreno, ubicado ********** de Guadalupe Zacatecas,


cuyo acto jurídico se celebró sólo entre su demandado como
comprador y **********, con fecha ocho de octubre de mil
novecientos ochenta y dos. Este acto de compraventa se
acreditó con el testimonio de la escritura pública que obra a
fojas (f. 35-37).

Un vehículo marca … que se adquirió en mayo de dos


mil dos, y otro vehículo ********** que se adquirió en marzo de
mil novecientos noventa y dos; ambos a nombre de su esposo.

Con relación a ello, la actora manifestó que mientras su


esposo liquidaba con su sueldo lo relativo al inmueble
mencionado y a su construcción, ella cubría con su sueldo las
necesidades básicas del hogar, pues empezó a trabajar en
septiembre de mil novecientos ochenta y uno en **********;
luego en ********** y que a la fecha percibía **********
quincenales.
Finalmente señaló como causas de divorcio ********** e
********** en los términos que al efecto precisó. (F.1-9).

Una vez que el Juez Primero de lo Familiar de la Capital


del Estado de Zacatecas admitió la demanda y emplazó a
juicio al demandado, éste contestó la misma en la que aceptó
los hechos relacionados con la celebración del matrimonio y la
procreación de los hijos, habiendo negado los relacionados
con las causas de divorcio, e hizo énfasis en que era
improcedente la prestación consistente en la declaración de
gananciales matrimoniales, dado que el matrimonio se celebró
bajo el régimen de separación de bienes en el que cada
cónyuge conserva la propiedad y administración de los bienes
que respectivamente les pertenecen con sus frutos y
accesiones, y que el inmueble mencionado es de su propiedad
porque él lo adquirió; tan es así, que se encuentra a su
nombre, así como los bienes muebles mencionados. (F.38-
41).

Seguido el juicio por sus trámites legales, el veintiuno


de febrero de dos mil cinco se dictó sentencia en la que se
declaró disuelto el vínculo matrimonial por haberse
considerado acreditadas las causales de divorcio previstas en
las fracciones ********** y ********** del artículo 231 del Código
Familiar del Estado de Zacatecas, que se refieren al **********
y a la **********; se declaró la existencia y condena de
gananciales matrimoniales respecto del inmueble aludido, a
razón del cincuenta por ciento del valor del mismo para cada
una de las partes; y examinando de oficio lo relativo a los
alimentos, absolvió al demandado del pago de los mismos por
contar la actora con trabajo remunerado, amén de que incluso
no fueron reclamados por ella. (f.165-188).
Inconforme con esa determinación, sólo la parte
demandada interpuso recurso de apelación, haciendo énfasis
en que apelaba la sentencia de primer grado únicamente en la
parte que decretó procedente la condena a los gananciales
matrimoniales (f.10), alegando como agravios, en lo
conducente, que dicha condena carece de falta de
fundamentación y motivación porque la figura jurídica de los
gananciales matrimoniales no existía en el régimen jurídico
cuando se celebró el matrimonio, sino que se instituyó con el
Código Familiar del Estado de Zacatecas, amén de que estaba
demostrado que el matrimonio se celebró bajo el régimen de
separación de bienes.

Finalmente, la Primera Sala Civil y de lo Familiar del


Tribunal Superior de Justicia del Estado de Zacatecas, resolvió
el recurso de apelación en los términos trascritos en el
considerando cuarto de esta ejecutoria.

Precisado lo anterior, como se dijo, los conceptos de


violación que se examinarán resultan sustancialmente
fundados supliendo en lo conducente la deficiencia de la
queja.

Se aduce que la resolución combatida es violatoria de


los artículos 14 y 16 de la Constitución General de la
República, en atención a que la autoridad responsable dejó de
observar y aplicar los principios generales del derecho y
exacta aplicación de la ley al caso concreto; ello, en relación
con el tema de los gananciales matrimoniales como prestación
reclamada en el juicio civil, pues incorrectamente se consideró
que el a quo aplicó retroactivamente la ley en perjuicio de
********** al estimar procedente condenarlo a la distribución de
los gananciales, figura jurídica vinculada accesoriamente al
contrato principal, que fue el del matrimonio celebrado el ocho
de enero de mil novecientos setenta y siete, pues si bien es
verdad que la quejosa y el ahora tercero perjudicado
celebraron su matrimonio cuando las situaciones familiares se
encontraban reguladas en el Código Civil, y dicho acto lo
celebraron bajo el régimen de separación de bienes sin
capitulaciones matrimoniales, no menos verdad es que en
ningún momento se estableció qué suerte correrían los bienes
que se adquirieran con el esfuerzo de ambos, amén de que el
artículo segundo transitorio del Código Familiar vigente,
señalaba que: “Las disposiciones de este Código serán
aplicables en todas las cuestiones familiares anteriores a su
vigente en los términos del primer párrafo del artículo 14
constitucional”.

Lo anterior es sustancialmente fundado.

La Sala responsable determinó que no podía


sostenerse la condena que hizo el a-quo, de la prestación
reclamada a título de “c) LAS GANANCIALES
MATRIMONIALES, consistentes en el 50% de los bienes
muebles e inmuebles que son los frutos del trabajo y esfuerzo
de ambos, los cuales logramos adquirir dentro del matrimonio,
y que se detallarán más adelante.”, porque ello implicaba
hacer una aplicación retroactiva del artículo 136 del Código
Familiar vigente en el Estado, en relación al régimen
patrimonial de separación de bienes establecido en el artículo
303 del Código Civil vigente en la época de celebración del
matrimonio, pues la figura jurídica “gananciales matrimoniales”
no existía en la ley vigente al momento de la celebración del
matrimonio en cuestión.

Lo anterior a juicio de este Tribunal es incorrecto.


El matrimonio civil de ********** y ********** se celebró el
ocho de enero de mil novecientos setenta y siete, bajo el
régimen de separación de bienes en la ciudad de Jerez de
García Salinas Zacatecas, aspecto que se acreditó con el acta
de matrimonio que obra a fojas trece del expediente del juicio
de divorcio; esto es, se celebró estando vigente el Código Civil
del Estado de Zacatecas publicado en el periódico oficial del
Estado de fecha dos de marzo de mil novecientos sesenta y
seis, el cual, en sus artículos 298, 303, 304 y 306 disponía:

“Artículo 298. Puede haber separación de bienes en


virtud de capitulaciones anteriores al matrimonio, o durante
éste por convenio de los consortes, o bien por sentencia
judicial. La separación puede comprender no sólo los bienes
de que sean dueños los consortes al celebrar el matrimonio,
sino también los que adquieran después.”

“Artículo 303. En el régimen de separación de bienes,


los cónyuges conservan la propiedad y administración de los
bienes que respectivamente les pertenecen y, por
consiguiente, todos los frutos y accesiones de dichos bienes
no serán comunes, sino del dominio exclusivo del dueño de
ellos”.

“Artículo 304.- Serán también propios de cada uno de


los consortes los salarios, sueldos, emolumentos y ganancias
que obtuvieren por servicios personales, por el desempeño de
un empleo o el ejercicio de una profesión, comercio o
industria.”

“Artículo 306.- Ni el marido podrá cobrar a la mujer ni


ésta a aquél retribución u honorario alguno por los servicios
personales que le prestare, o por los consejos y asistencia
que le diere; pero si uno de los consortes por causa de
ausencia o impedimento del otro, no originado por enfermedad
se encargare temporalmente de la administración de sus
bienes tendrá derecho a que se le retribuya por este servicio,
en proporción a su importancia y al resultado que produjere.”

Dichas disposiciones quedaron derogadas por la


entrada en vigencia del Código Familiar del Estado de
Zacatecas; esto es, a partir del nueve de julio de mil
novecientos ochenta y seis, ordenamiento que en sus artículos
164, 165, 167, 170, y 172 contiene de manera similar las
mismas disposiciones de los artículos transcritos, de tal suerte
que su aplicación no representa mayor cuestión.

El problema se plantea con el tema de los gananciales


matrimoniales previstos en el Código Familiar de Zacatecas en
su apartado de disposiciones generales para el contrato de
matrimonio en relación con sus bienes, al margen de que se
trate del régimen de sociedad conyugal, de separación de
bienes o mixto; tema que no estaba regulado en el apartado
de disposiciones generales correspondiente del código civil en
comentario.

El capítulo V, del libro segundo del Código Familiar


dispone:

“LIBRO SEGUNDO

“TÍTULO PRIMERO. Generalidades del matrimonio.

“CAPÍTULO QUINTO. Del contrato de matrimonio con


relación a los bienes. De los regímenes patrimoniales,
matrimoniales y concubinarios. Disposiciones generales.

“Artículo 135. El matrimonio puede celebrarse bajo el


régimen de sociedad conyugal, bajo el de separación de
bienes, o bien régimen mixto.

“Artículo 136. El hombre y la mujer, al celebrar el


matrimonio, conservarán la propiedad y administración de los
bienes que respectivamente les pertenezcan; por consiguiente
todos los frutos y accesiones de dichos bienes, no serán
comunes sino del dominio exclusivo de la persona a quien
aquéllos correspondan, salvo lo establecido por esta Ley
respecto a los gananciales matrimoniales.

“Artículo 137. Se llaman capitulaciones matrimoniales a


los pactos o acuerdos que los esposos celebren respecto de
los bienes que aporten al matrimonio, los que adquieran con
motivo de éste o durante su vigencia.

“Artículo 138. El Oficial del Registro Civil ante quien se


celebre el matrimonio, debe asentar en el tenor del acta con
toda claridad, el régimen patrimonial por el que opten los
esposos; su omisión, determinará que se considere que el
matrimonio se celebra bajo el régimen de separación de
bienes; sin embargo, salvo pacto en contrario, los cónyuges y
concubinos tienen derecho en igual proporción a los
gananciales del matrimonio según se establece en este
Capítulo.

“Artículo 139. Se llaman gananciales matrimoniales o


concubinarios, a los frutos y provechos que se obtienen con el
esfuerzo común de los esposos, en la administración de los
bienes comunes o personales, que sirven para el
sostenimiento del hogar, y cuidado y educación de los hijos,
sin perjuicio de que la propiedad y posesión de tales bienes la
conserve quien tiene derecho a ello.
“Artículo 140. La comunidad de gananciales empieza el
día en que se celebre el matrimonio o se inicie el concubinato,
salvo convenio en contrario.

“Artículo 141. Se presume que forman parte de la


comunidad legal de gananciales:

“I. Los frutos de cualquier especie de los bienes


comunes, o de los bienes personales, en los que haya habido
administración y trabajo comunes;

“II. Las mejoras que los bienes de la comunidad hayan


experimentado durante la vida en común. Las donaciones
hechas a ambos o a cada uno de ellos en consideración al
matrimonio o al concubinato;

“III. Los bienes adquiridos con fondos o bienes


comunes, o que sean el resultado del trabajo y esfuerzo de
ambos.

“La esposa o concubina que se dedicare al cuidado o


administración de los bienes de cuyos frutos se obtiene lo
necesario para el sostenimiento de la familia, pero se dedique
a la atención del hogar, hubiere o no hijos, tendrá derecho a
los gananciales o utilidades de dichos bienes en un cincuenta
por ciento, descontando lo que hubiere sido necesario invertir
para el sostenimiento de la familia, educación y atención de
ella.

“Las disposiciones generales contenidas en este


Capítulo son aplicables en lo conducente a los concubinos.

“Artículo 142. El marido puede conceder a la mujer, de


los productos que obtuviere por su trabajo o con sus bienes,
una proporción mayor que la que le conceda la mujer respecto
de los suyos.
“Artículo 143. El marido también puede conceder a la
mujer, una parte de los productos de su trabajo como
profesión, comercio, industria, o de sus bienes, aunque la
mujer no desempeñe trabajo alguno ni ejerza determinada
profesión, comercio o industria, o carezca de bienes propios.

“Artículo 144. Los pactos a que se refieren los artículos


anteriores, sólo surtirán efectos con relación a tercero si
constan en escritura pública, debidamente registrada, si se
tratare de bienes raíces y no comprendan más de la mitad de
los frutos o productos.

“Artículo 145. El cónyuge que faltare a lo convenido,


dará derecho al otro para pedir el cumplimiento del contrato o
su rescisión para lo sucesivo, y el cumplimiento del mismo
hasta la fecha de la demanda.

“Artículo 146. La mujer tendrá siempre derecho


preferente sobre los productos de los bienes del marido y
sobre sus sueldos, salarios u honorarios, para pagarse de las
cantidades que correspondan los alimentos de ella y de sus
hijos. También tendrá derecho preferente para igual objeto
sobre los bienes propios del marido después de que se
paguen con el valor de éstos los créditos hipotecarios o
prendarios legalmente establecidos.

“Artículo 147. El marido tendrá el derecho que a la


mujer confiere el artículo anterior, cuando ésta tenga que
contribuir en todo o en parte para los gastos de la familia y del
hogar.

“Artículo 148. Si los cónyuges celebraron su matrimonio


fuera del Estado de Zacatecas, pero dentro de la República, y
adquieren bienes ubicados en el Estado de Zacatecas, la
propiedad y administración de estos bienes, estén los
consortes domiciliados o no en territorio del Estado, se regirán
por lo que dispongan las capitulaciones expresas; o, en su
defecto, por las disposiciones de este Código.”

Ahora bien, la Sala responsable, como se dijo,


consideró que no era procedente aplicar esas disposiciones al
caso concreto porque ello implicaría hacer una aplicación
retroactiva de la ley en perjuicio del cónyuge, aquí tercero
perjudicado; empero, como se hace valer en los conceptos de
violación, tal consideración constituye una interpretación
incorrecta y por ende una aplicación inexacta de la ley.

Ciertamente, como bien se hace notar en la resolución


reclamada, el tema de la aplicación retroactiva de la ley en
perjuicio o no de persona alguna, ha presentado diferentes
posturas doctrinarias para determinar su alcance e
interpretación; sin embargo, este Tribunal, para resolver el
problema, considera que se debe atender a la postura del
máximo Tribunal Judicial del país que adoptó las teorías de los
derechos adquiridos y no de mera expectativa, y del supuesto
complejo y de su consecuencia, establecida en la tesis número
LI/89, Octava Época, del Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicada en la página 111, del tomo IV,
Primera Parte, Julio a Diciembre de 1989, al Semanario
Judicial de la Federación, que dice:

“RETROACTIVIDAD. EL ARTÍCULO 426, FRACCIÓN I,


DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL
DISTRITO FEDERAL NO ES RETROACTIVO. Para
determinar si una ley procesal cumple con la garantía de
irretroactividad prevista en el artículo 14 constitucional, debe
precisarse que toda norma jurídica contiene un supuesto y
una consecuencia, de suerte que si aquél se realiza, ésta
debe producirse, generándose, así, los derechos y
obligaciones correspondientes. El supuesto y la consecuencia,
sin embargo, no siempre se generan de modo inmediato;
puede ocurrir que su realización se suceda fraccionada en el
tiempo. Esto acontece, por lo general, cuando el supuesto y la
consecuencia son actos complejos, es decir compuestos por
diversos actos parciales. De esta forma, para resolver sobre la
retroactividad o irretroactividad de una disposición jurídica es
fundamental determinar las hipótesis que pueden presentarse
en relación con el tiempo en que realicen los componentes de
la norma jurídica. Al respecto cabe señalar que, de manera
general y en principio, pueden darse las hipótesis siguientes:
1. Durante la vigencia de una norma jurídica se actualizan, de
modo inmediato, el supuesto y la consecuencia establecidos
por ella. En este caso, ninguna disposición legal posterior
podrá variar, suprimir o modificar aquel supuesto o esa
consecuencia sin violar la garantía de irretroactividad, atento a
que fue antes de la vigencia de la nueva norma cuando se
realizaron los componentes de la norma sustituida. 2. La
norma jurídica establece un supuesto y varias consecuencias
sucesivas. Si dentro de la vigencia de esta norma se actualiza
el supuesto y alguna o algunas de las consecuencias, pero no
todas, ninguna norma posterior podrá variar los actos ya
ejecutados sin ser retroactiva. 3. La norma jurídica contempla
un supuesto complejo, integrado por diversos actos parciales
sucesivos y una consecuencia. En este caso, la norma
posterior no podrá modificar los actos del supuesto que se
hayan realizado bajo la vigencia de la norma anterior que los
previó, sin violar la garantía de irretroactividad. Pero en cuanto
al resto de los actos componentes del supuesto que no se
ejecutaron durante la vigencia de la norma que los previó, si
son modificados por una norma posterior, ésta no puede
considerarse retroactiva. En esta circunstancia los actos o
supuestos habrán de generarse bajo el imperio de la norma
posterior y, consecuentemente, son las disposiciones de ésta
las que deben regir su realización, así como la de las
consecuencias que a tales supuestos se vinculan. En este
sentido, el artículo 426, fracción I, del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, reformado por
decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de
catorce de enero de mil novecientos ochenta y siete, no es
retroactivo y, por tanto, no viola el artículo 14 constitucional,
puesto que tal disposición, antes de ser reformada, disponía
que causaban ejecutoria por ministro de ley las sentencias
pronunciadas en juicios cuyo interés no rebasará la cantidad
de cinco mil pesos, y si bien se alega que la sentencia
pronunciada en el juicio de terminación de contrato de
arrendamiento era apelable porque la demanda respectiva fue
notificada y contestada antes del decreto de reformas, lo cierto
es que, aunque la sentencia indicada no fue pronunciada
durante la vigencia de la norma anterior sino bajo el imperio
de la disposición cuestionada, es claro que tampoco pudo
haberse generado la consecuencia específica, prevista por la
norma anterior, consistente en la facultad de impugnar la
sentencia mediante la interposición del recurso de apelación.
Por consiguiente, si la norma reformada y controvertida en el
juicio constitucional modificó uno de los actos integrantes del
supuesto jurídico previsto por la norma anterior, pero que no
fue realizado bajo su vigencia, no viola la garantía de
irretroactividad, toda vez que son las disposiciones de la
norma posterior las que rigen la realización de dicho supuesto
y de las consecuencias jurídicas que a estos supuestos se
vinculan.”

Así como en la tesis número 2a. LXXXVIII/2001, de la


Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
Novena Época, publicada en la página 306, del tomo XIII,
Junio de 2001, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, que dice:

“IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES. NO SE VIOLA


ESA GARANTÍA CONSTITUCIONAL CUANDO LAS LEYES O
ACTOS CONCRETOS DE APLICACIÓN SÓLO AFECTAN
SIMPLES EXPECTATIVAS DE DERECHO, Y NO
DERECHOS ADQUIRIDOS. Conforme a la interpretación que
la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha hecho del
artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos en cuanto al tema de la irretroactividad
desfavorable que se prohíbe, se desprende que ésta se
entiende referida tanto al legislador, por cuanto a la expedición
de las leyes, como a la autoridad que las aplica a un caso
determinado, ya que la primera puede imprimir retroactividad,
al modificar o afectar derechos adquiridos con anterioridad y la
segunda, al aplicarlo, produciéndose en ambos casos el
efecto prohibido por el Constituyente. Ahora bien, el derecho
adquirido es aquel que ha entrado al patrimonio del individuo,
a su dominio o a su haber jurídico, o bien, es aquel que
implica la introducción de un bien, una facultad o un provecho
al patrimonio de una persona o haber jurídico; en cambio, la
expectativa de derecho es una pretensión o esperanza de que
se realice una situación determinada que va a generar con
posterioridad un derecho; es decir, mientras que el derecho
adquirido constituye una realidad, la expectativa de derecho
corresponde al futuro. En estas condiciones, se concluye que
si una ley o un acto concreto de aplicación no afectan
derechos adquiridos sino simples expectativas de derecho no
violan la garantía de irretroactividad de las leyes prevista en el
precepto constitucional citado.

Así, en relación a los primeros de los criterios


invocados, se debe distinguir el supuesto y la consecuencia, y
considerar que el supuesto y la consecuencia pueden ser
actos complejos; es decir, compuestos por diversos actos
parciales, y que en este caso, para resolver sobre la
retroactividad o irretroactividad de una disposición jurídica es
fundamental determinar las hipótesis que pueden presentarse
en relación con el tiempo en que se realicen los componentes
de la norma jurídica, de tal manera que cuando ésta establece
un supuesto complejo integrado por diversos actos sucesivos
y una consecuencia; en este caso, la norma posterior si bien
no podrá modificar los actos del supuesto que se hayan
realizado bajo la vigencia de la norma anterior que los previó,
sin violar la garantía de irretroactividad, el resto de los actos
componentes del supuesto que no se ejecutaron durante la
vigencia de la norma que los previó, si son modificados por
una norma posterior, ésta no puede considerarse retroactiva,
ya que en esta circunstancia los actos o supuestos habrán de
generarse bajo el imperio de la norma posterior y,
consecuentemente, son las disposiciones de ésta las que
deben regir su realización así como la de las consecuencias
que a tales supuestos se vinculan, y por consiguiente, si la
norma reformada y controvertida en el juicio constitucional
modificó uno de los actos integrantes del supuesto jurídico
previsto por la norma anterior, pero que no fue realizado bajo
su vigencia, no viola la garantía de irretroactividad, toda vez
que son las disposiciones de la norma posterior las que rigen
la realización de dicho supuesto y de las consecuencias
jurídicas que a estos supuestos se vinculan.

Así las cosas, de acuerdo al examen doctrinario de


Manuel F. Chávez Asensio, (La Familia en el Derecho.
Relaciones Jurídicas Conyugales. Editorial Porrúa), se puede
concluir que es incuestionable que el matrimonio como estado
civil y no como estado de sacramento religioso de las
personas, está regulado en un supuesto de la norma en sí
mismo complejo por su naturaleza antropológica, teleológica,
ontológica y en consecuencia jurídica, que se integra no sólo
por el matrimonio como acto jurídico e institución jurídica o
antropológica, sino como contrato que involucra cuestiones
afectivas y patrimoniales cuyos supuestos jurídicos se
presentan necesariamente en distinto tiempo y por ende los
componentes de la norma jurídica se actualizan en distinta
época; a saber, el acto matrimonio considerado como la boda
en sí, que crea un vínculo conyugal originado por la decisión
de la unión de cuerpos y almas de la que brota una comunión
física, moral y económica, o el matrimonio estado, cuya
naturaleza está en la comunidad de vida que necesariamente
surge del vínculo jurídico conyugal; es decir la comunidad
íntima, permanente de vida de un hombre; una mujer en orden
al amor conyugal, a la promoción humana de ambos y a la
procreación responsable. El matrimonio contrato, como acto
que regula los intereses pecuniarios de los esposos entre sí y
en sus relaciones con terceros, o el matrimonio como
institución antropológica, considerando el texto de la obra
citada que dice: “Se habla de antropología de persona y no de
individuo, porque la persona camina hacia lo comunitario… y
se habla de persona en su dimensión social y comunitaria” (p.
18) “La naturaleza del hombre está abierta al matrimonio y
tiende a él; al propio tiempo, el matrimonio se proyecta como
posibilidad que debe ser respetada por los demás (derecho a
contraer matrimonio). Esta apertura y esta tendencia son la
vocación a la que responden cada uno de los hombres, como
elección posible de una opción de vida. Es decir, el
matrimonio deriva de la estructura íntima u ontológica del ser
humano, y ahí lo demos estudiar para derivar las
consecuencias jurídicas de esa unión.” (p. 59).

Por lo tanto, dice el autor nombrado en la obra referida,


la estructura jurídica del matrimonio está determinada por la
exigencia inherente a esa estructura natural y si esto es así,
evidente es que la estructura jurídica que le regula es
compleja y comprende una serie de supuestos que se realizan
en distinta época y por ende el derecho a los gananciales
matrimoniales establecido en los artículos trascritos del Código
Familiar, sí le es aplicable a los matrimonios civiles celebrados
en el estado de Zacatecas con anterioridad a su vigencia,
dado que este derecho se actualiza a partir de que el
Código Familiar entró en vigor, regulando el contrato de
matrimonio con relación a los bienes en un supuesto distinto al
régimen legal de separación de bienes o de sociedad
conyugal, que no estaba particularmente previsto y que aún
considerando que estuviera regulado en una capitulación
matrimonial de manera contraria a la norma, sería ineficaz por
ser opuesta a disposiciones de orden público.
En efecto, como ya se dijo, el Código Civil del Estado
de Zacatecas, publicado en el Periódico Oficial del Estado de
fecha dos de marzo de mil novecientos sesenta y seis, y el
Código Familiar en cita, contienen disposiciones afines en
tratándose del régimen de sociedad conyugal y de separación
de bienes, lo que nos habla de que los gananciales
matrimoniales previstos en el artículo 139 del segundo
ordenamiento legal, se refieren a hipótesis distintas a esos
regímenes.

En la sociedad conyugal, el régimen de gananciales se


constituye por un fondo común social integrado por:

A.- Los bienes y derechos propiedad de los cónyuges


que éstos tenían antes de la celebración del matrimonio, del
que conservan su propiedad, aportando a la sociedad sólo los
frutos y beneficios que ésos aporten, salvo pacto en contrario.

B.- Los bienes adquiridos durante el matrimonio por


medios distintos a los productos de su trabajo y de las
utilidades o productos de los bienes aportados originalmente,
de los que conservan la propiedad aportando sólo los frutos y
beneficios salvo pacto en contrario.

C.- El producto del trabajo de los consortes, así como


rentas y frutos producidos por los bienes antes citados y los
que se adquieran con esos productos.

Lo anterior así fue considerado por el autor en cita en la


obra referida y en la parte conducente de la ejecutoria que dio
origen a la jurisprudencia número 1a./J. 48/2001, Novena
Época, de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, visible a la página 433, del tomo XIV, Septiembre de
2001, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
con el rubro: “SOCIEDAD CONYUGAL. LOS BIENES
ADQUIRIDOS INDIVIDUALMENTE A TÍTULO ONEROSO
POR CUALQUIERA DE LOS CÓNYUGES O A TÍTULO
GRATUITO POR AMBOS, DURANTE EL MATRIMONIO
CONTRAÍDO BAJO ESE RÉGIMEN, AUN CUANDO NO SE
HAYAN FORMULADO CAPITULACIONES
MATRIMONIALES, FORMAN PARTE DEL CAUDAL COMÚN
(CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL EN
MATERIA COMÚN Y PARA TODA LA REPÚBLICA EN
MATERIA FEDERAL VIGENTE PARA EL DISTRITO
FEDERAL HASTA EL 31 DE MAYO DE 2000).”, en la que
atendiendo a la naturaleza jurídica y doctrinaria de ese
régimen consideró:

“Considerando esos rasgos, Manuel Mateos Alarcón,


en su obra intitulada: Estudios sobre el Código Civil del Distrito
Federal (promulgado en 1870, con anotaciones relativas a las
reformas introducidas por el código de 1884), la define de la
siguiente manera:

““El régimen de sociedad conyugal es aquel en cuya


virtud los bienes adquiridos por uno o ambos cónyuges
durante el matrimonio, por el ejercicio de una profesión,
arte o industria, por legado o herencia dejado a los dos
sin designación de partes, por frutos, rentas, accesorios y
utilidades producidas por los bienes propios de cada uno,
forma un fondo común, que lleva el nombre de
gananciales que se divide entre los cónyuges o sus
herederos después de la disolución del matrimonio””.

“Los elementos de dicha definición corresponden a los


de una sociedad de gananciales que se caracteriza por estar
formada con los bienes adquiridos individualmente a título
oneroso por cualquiera de los cónyuges durante el matrimonio
mediante sus esfuerzos, por los frutos y productos recibidos
por los bienes que sean de propiedad común; y los adquiridos
por fondos del caudal común o adquiridos a título gratuito por
ambos cónyuges.”

“Aun cuando el Código Civil vigente hasta el mes de


mayo de dos mil, no detallaba, como lo hicieran los de 1870 y
1884 (en sus artículos 2141 y 2008, respectivamente), los
bienes que conformaban el patrimonio social, la Suprema
Corte, atendiendo a la tradición jurídica y social existente,
consideró que en los matrimonios celebrados donde los
consortes se limitaban a manifestar que deseaban celebrar el
matrimonio bajo el régimen de sociedad conyugal, sin detallar
minuciosamente su contenido, ese señalamiento bastaba para
constituir una sociedad de gananciales, integrada,
básicamente, por los bienes adquiridos durante el matrimonio
a título oneroso, inclusive el producto del trabajo, así como
rentas y frutos.

“A este respecto, en la sentencia mencionada se


consideró, en lo que nos interesa, lo siguiente:

““... Esto, claro es, siempre que no existan


capitulaciones matrimoniales, pues de haberse celebrado, a
ellas debe estarse y en sus omisiones, a lo que ante tal
circunstancia, dispone el artículo 183 del Código Civil.
Finalmente, en lo que concierne a la sociedad conyugal, lo
que usualmente se pacta, es que comprenderá los bienes
muebles e inmuebles, y sus productos, que los consortes
adquieran durante su vida matrimonial, incluyendo el producto
de su trabajo y los frutos de los bienes privativos o peculiares
de cada uno, ya adquiridos al celebrarse el matrimonio y ante
la falta de capitulaciones, así debe interpretarse que lo
desearon, por ser esto además, lo más lógico y conforme a su
voluntad manifestada en el pacto obligatorio de su matrimonio,
con (sic) sociedad conyugal. ..."

Por su parte, en el régimen de separación de bienes no


existe un fondo social cuando no hay capitulaciones
matrimoniales y que cada consorte conserva los frutos y
accesiones de las propiedades que les pertenecen así como
sus salarios, sueldos, emolumentos y ganancias que
obtuvieren por servicios personales, por el desempeño de un
empleo o el ejercicio de una profesión, comercio o industria.

Por otro lado, el régimen de gananciales previsto por los


artículos 139 y 141 del Código Familiar en consulta, regula
una hipótesis o supuesto distinto al del régimen de sociedad
conyugal y de separación de bienes, consistente en el derecho
de uno de los consortes al pago del cincuenta por ciento sólo
de los frutos y provechos que los bienes de los consortes o de
la sociedad hayan generado por virtud del esfuerzo común de
los esposos, incluyendo las mejoras que los bienes hayan
recibido a consecuencia del esfuerzo común de los consortes
y los bienes adquiridos con tal esfuerzo común, es decir, aquí
no se incluyen los frutos, aprovechamientos o mejoras que los
bienes propiedad de los consortes producen por sí mismos, o
con la sola intervención del cónyuge titular o de terceros
ajenos, ni tampoco los bienes adquiridos con el producto de
esos frutos o aprovechamientos, como sí acontece en la
sociedad conyugal.

En consecuencia, lo anterior pone de manifiesto que se


trata de supuestos normativos distintos del matrimonio que se
rigen por la ley que los regula al momento de actualizarse la
hipótesis normativa y a partir de su entrada en vigor.

Luego, debe concluirse en que si bien es verdad que en


el régimen de separación de bienes no existe un fondo social
cuando no hay capitulaciones matrimoniales y que cada
consorte conserva los frutos y accesiones de las propiedades
que les pertenecen así como sus salarios, sueldos,
emolumentos y ganancias que obtuvieren por servicios
personales, por el desempeño de un empleo o el ejercicio de
una profesión, comercio o industria, no menos cierto es que el
Código Civil mencionado, no contiene una disposición que
permitiera a cualquiera de los cónyuges enriquecerse sin
causa en detrimento del otro estableciendo un caso de
excepción a la norma contenida en el mismo en su artículo
1856, que decía: “El que sin causa se enriquece en detrimento
de otro, está obligado a indemnizarlo de su empobrecimiento
en la medida que él se ha enriquecido”, y si esto es así,
evidente resulta por una parte, que en los matrimonios
celebrados bajo el régimen de separación de bienes bajo la
vigencia del ordenamiento legal en comento, jamás constituyó
un derecho adquirido para los cónyuges el relativo a
enriquecerse sin causa a costa del otro, y por otra parte, que
el régimen de gananciales previsto por los artículos 139 y 141
del Código Familiar en consulta, regula una hipótesis o
supuesto distinta a la del régimen de sociedad conyugal y de
separación de bienes, consistente en el derecho de uno de los
consortes al pago del cincuenta por ciento no de los bienes
comunes de la sociedad conyugal, ni de los frutos y provechos
que éstos por sí mismos generaron con la sola intervención
del cónyuge titular o de terceros ajenos, ni de los bienes de los
esposos en el caso del régimen de separación de bienes ni a
los frutos y provechos que éstos por sí mismos generaron,
sino al cincuenta por ciento de los frutos y provechos que
los mencionados bienes hayan generado por virtud del
esfuerzo común de los esposos, incluyendo las mejoras
que los bienes hayan recibido a consecuencia de ese
esfuerzo común de los consortes y de los que se hayan
adquirido con tal comunidad, figura que como se dijo, resulta
aplicable a los matrimonios celebrados bajo el régimen de
separación de bienes durante la vigencia del código civil en
mención, por tratarse de un supuesto distinto al del matrimonio
como boda, sino al matrimonio como contrato y matrimonio –
estado, que no estaba regulado de manera particular en el
código civil en comentario, pero tampoco prohibido o vedado a
ninguno de los cónyuges y por lo tanto opera con respecto
a dichos matrimonios, siempre y cuando los gananciales
correspondan a la época en que entró en vigor el Código
Familiar del Estado de Zacatecas, sin que ello signifique una
aplicación retroactiva, dado que de acuerdo a lo considerado,
cuando el resto de los actos componentes del supuesto que
no se actualizaron durante la vigencia de la norma que los
previó, si son modificados por una norma posterior, ésta no
puede considerarse retroactiva, ya que en esta circunstancia
los actos o supuestos habrán de generarse bajo el imperio de
la norma posterior y, consecuentemente, son las disposiciones
de ésta las que deben regir su realización, así de las
consecuencias que a tales supuestos se vinculan, y por
consiguiente, si la norma reformada y controvertida en el juicio
constitucional modificó uno de los actos integrantes del
supuesto jurídico previsto por la norma anterior, pero que no
fue materializado o actualizado bajo su vigencia, no viola la
garantía de irretroactividad, toda vez que son las disposiciones
de la norma posterior las que rigen la realización de dicho
supuesto y de las consecuencias jurídicas que a estos
supuestos se vinculan.

Asimismo, si lo considerado pone de manifiesto que


para los matrimonios celebrados bajo el régimen de
separación de bienes durante la vigencia del Código Civil en
cita, no constituyó un derecho adquirido el que no se les
reclamara una prestación de la naturaleza de los gananciales
matrimoniales previstos en los artículos 139 y 141 del Código
Familiar del Estado de Zacatecas, por lo que es indiscutible
que su aplicación a partir de la entrada en vigor de la norma,
de conformidad con el segundo de los criterios
jurisprudenciales citados, de la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, no viola la garantía de
irretroactividad de ley prevista por el artículo 14 constitucional
en perjuicio de **********, aquí tercero perjudicado.

En otro orden de ideas, debe decirse que en tratándose


del matrimonio, dada su diversa naturaleza como estado civil y
no como estado de sacramento religioso de las personas, por
su naturaleza antropológica, teleológica, ontológica y en
consecuencia jurídica, constituye un complejo jurídico mixto
que puede contener cláusulas de orden contractual sujeta a la
voluntad de los contrayentes, pero necesariamente siempre
estará sujeto a disposiciones legales de naturaleza regulatoria
que corresponden al Estado y por ende no pueden quedar
estáticas en el tiempo y menos constituir derechos adquiridos
a favor de los consortes, pues son inalienables de la sociedad
misma, que el Estado, en términos del artículo cuarto
constitucional, tiene la obligación de salvaguardar a través de
un marco legal del que tiene facultad de modificar atendiendo
a decisiones que importen intereses de la colectividad, de
manera que cuando se reforma la legislación relativa, se
modifican igualmente los términos de las condiciones
reglamentarias de los matrimonios vigentes y del estado civil
de las personas sin que para ello sea necesario el
consentimiento del gobernado, porque sería tanto como
pretender convenir con éste reformas a la Constitución, a las
leyes o a los reglamentos respectivos, lo cual es jurídicamente
inadmisible y en tal tesitura, cuando el Estado modifica
condiciones generales regulatorias en materia familiar a través
de reformas legislativas o reglamentarias, derivadas de
decisiones que importen el interés público, no se afectan
derechos adquiridos de los gobernados, ya que la salvaguarda
y estabilidad de la familia se encuentran vinculadas a la
legislación relativa, que debe estar sujeta a reformas y
modificaciones, según lo exija el interés público; amén de que,
como lo sostiene Manuel F. Chávez Asensio en la obra citada
“Por referirse al matrimonio y a la familia, lo relativo al régimen
de bienes tiene también un interés especial. Puede estimarse
que conservándose la libertad de los contrayentes y cónyuges
en esta materia, su íntima relación con el matrimonio y la
familia, que son instituciones de orden público, hace que esta
relación patrimonial también lo sea. (p. 190)”.

Lo anterior también encuentra puntual justificación bajo


el argumento de reducción al absurdo, pues de considerar lo
contrario, se llegaría a concluir que las mujeres que celebraron
matrimonios bajo el régimen jurídico del Código Civil de 1870,
no hubieran podido dejar de estar sometidas a la potestad y
sumisión marital y la incapacidad legal para celebrar actos
jurídicos por sí, que preveían los artículos 201 al 207 de dicho
ordenamiento, aún y cuando dicho código ya no estaba
vigente, o que los matrimonios de esa época no podían
obtener el divorcio vincular cuando ello se introdujo en el año
de mil novecientos catorce, con el decreto del veintinueve de
diciembre de ese año que modificó la Ley Orgánica de las
Reformas y Adiciones Constitucionales de mil ochocientos
setenta y cuatro, y peor aún, que sería tanto como considerar
que la incapacidad jurídica de la esposa, el deber de
obediencia al marido en todo y el papel del marido como
representante jurídico de la mujer y administrador de todos los
bienes del matrimonio, que quedaron superados por la Ley de
Relaciones Familiares, continuaran aplicándose para los
matrimonios celebrados con anterioridad a la entrada en vigor
de dicho ordenamiento; o que los privilegios de prelación de
créditos que tienen los créditos alimenticios no pudieran
aplicarse a los matrimonios celebrados antes de la vigencia
del Código Civil de mil novecientos veintiocho, así como la
distinción de hijos espurios, naturales y legítimos que este
ordenamiento legal eliminó, todo lo cual sería inconcebible
porque implicaría un retroceso del Estado y de la sociedad
misma en la evolución jurídica de la protección de la familia
como base de aquélla y de su dignidad misma, que han
reclamado incluso un espació en la Constitución hasta llegar al
actual redacción del artículo cuarto de la misma, y
precisamente estos datos constituyen ejemplo que ponen de
manifiesto la necesidad histórica que ha existido y existe
respecto de una constante dinámica legislativa que tutele la
dignidad de la familia, del matrimonio y de los menores de
edad, que justifica que las disposiciones legales en esta
materia son de naturaleza regulatoria que corresponden al
Estado y por ende, no pueden quedar estáticas en el tiempo y
menos constituir derechos adquiridos a favor de los consortes,
pues son inalienables de la sociedad misma, dado que el
estado civil de las personas y por ende de la familia a la que
pertenecen trasciende el plano de lo individual por más íntimas
que pudieran ser las relaciones familiares, porque genera
cuestiones patrimoniales, de filiación, de capacidad, de
paternidad, de representación, de dignidad moral, de herencia
etcétera, pero principalmente de unidad familiar o
desintegración social que inciden o impactan en la sociedad.

En consecuencia, la celebración de un matrimonio


siempre estará sujeto a estipulaciones contractuales pero
también a cláusulas regulatorias que el Estado puede
modificar en aras de la protección de la dignidad de la familia
mexicana, siempre que no soslaye derechos adquiridos bajo
un anterior régimen legal, lo cual no acontece en la especie
por las razones apuntadas, y si esto es así, todas las
disposiciones legales que tiendan a crear un ambiente social y
familiar más justo en el estado civil de las personas, serán
aplicables a partir de su entrada en vigor a los matrimonios,
concubinatos y cualquier situación de índole familiar, sin que
importe que el primer acto o supuesto se haya iniciado bajo la
vigencia de una ley anterior, pues ello no implicará una
violación a la garantía individual de irretroactividad de la ley,
mientras que se trate de una facultad regulatoria del Estado y
no de un derecho adquirido por los gobernados, y la nueva
norma no considere lo fáctico anterior a su vigencia.

En tal tesitura, también debe decirse que el régimen de


gananciales matrimoniales a que se refieren los artículos 139 y
141 del Código Familiar del Estado de Zacatecas, al regular
una hipótesis distinta a la contemplada en los regímenes de
sociedad conyugal y de separación de bienes, forma parte de
una facultad legislativa de regulación de diversos supuestos
que se presentan en la vida de los consortes y que por ende
aplican en beneficio del interés público más que el individual a
los matrimonios celebrados antes de la entrada en vigor de la
norma sin que se pueda concebir legalmente una aplicación
retroactiva de la ley dado lo considerado, siempre y cuando
la aplicación de la norma no comprenda gananciales
generados antes de la entrada en vigencia del Código
Familiar en cita.

Así las cosas, ante lo fundado del concepto de violación


que se ha hecho valer, lo procedente es conceder el amparo y
protección de la justicia federal solicitados, para que la Sala
responsable deje sin efectos la sentencia reclamada y en su
lugar dicte una nueva en la que atendiendo a los lineamientos
de esta ejecutoria, prescinda de la consideración consistente
en que no aplica el régimen de gananciales a que se refieren
los artículos 139 y 141 del Código Familiar del Estado de
Zacatecas, en el caso del matrimonio a que alude el juicio
natural, y hecho que sea, con libertad de jurisdicción resuelva
nuevamente la litis sometida a su consideración, en el recurso
de apelación.

Dado lo fundado del concepto de violación examinado


resulta innecesario el estudio de las demás causa de pedir, de
conformidad con la jurisprudencia número II.3o. J/5, Octava
Época, del Tercer Tribunal Colegiado del Segundo Circuito,
publicada en la página 89, del tomo IX, Marzo de 1992, al
Semanario Judicial de la Federación, que dice: “CONCEPTOS
DE VIOLACIÓN. ESTUDIO INNECESARIO DE LOS.
Habiendo resultado fundado y suficiente para otorgar el
amparo solicitado, uno de los conceptos de violación, resulta
innecesario el estudio de los demás conceptos de violación
vertidos en la demanda de amparo.”

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

ÚNICO.- La Justicia de la Unión ampara y protege a


**********, en contra de la autoridad y por el acto referidos en el
resultando primero de la presente ejecutoria, para los efectos
precisados en el considerando séptimo de la misma.

Cotejó: Lic. José Guadalupe Méndez De Lira.

Supervisó.- Lic. José Gonzalo Márquez Cristerna.

http://w3.cjf.gob.mx/sevie_page/Consulta_Siserep/Muestra_Archivo.asp?
pArchivo=329-23-TC01-MX-42306-4057-3638919-
200602081515-NV.doc&pZip=329-23-TC01-MX-42306-4057-
3638919-200602081515-NV.ZIP
Tipo de Posición de la Posición de la Tercerista que
Litisconsorcio parte activa parte pasiva intervienen.
Activo, Pasivo o (Demandante). (Demandado).
Necesario.
En este sentido Considero que la Por su parte el El Licenciado
considero que se señora en su demandado está Gilberto Pérez
trata de un calidad de parte en su derecho de Herrera en su
litisconsorcio actora de la interponer el cálida de
necesario pues demanda está en recurso de Magistrado
aun y cuando ya su derecho de apelación al Ponente y Cotejo,
existe una reclamar la considerar que el Licenciado José
sentencia con disolución del sus derechos Guadalupe
respecto a la vínculo están siendo Méndez de Lira en
disolución matrimonial por violados con la su calidad de
matrimonial y el cualquiera de las resolución del Secretario,
dividir los frutos razones que Juez. Licenciado José
muebles e involucren como Haciendo valer su Gonzalo Márquez
inmuebles consecuencia la derecho al realizar Cristerna, en su
adquiridos durante pretensión de esta actos procesales calidad de
el matrimonio al disolución, más siendo parte del supervisor del
50%, es decir, aun y cuando el proceso en Tribunal Superior
entre esposa Código Familiar mención. de Justicia del
(demandante) y establece la figura Estado de
esposo de Separación de Zacatecas.
(demandado), el bienes al
Tribunal Superior momento de
de Justicia del celebrar el
Estado de matrimonio,
Zacatecas ha considero que al
otorgado el haber planteado la
amparo solicitado forma en la que se
a la parte adquirieron los
demandada de bienes durante el
esta, por lo que en matrimonio y estar
este caso la de esa forma
misma ley define involucrada la
el tipo de demandante se
litisconsorcio que debería de
deberá de existir. considerar la
posibilidad de
dividir los mismos
bienes al 50%
respectivamente,
razón por la que
estoy seguro el
primer juzgada
mixto de la ciudad
de Jerez de
García Salinas
Zacatecas
considero fallar y
resolver de esta
manera.

2.- Responde las siguientes preguntas con base en el ejercicio planteado.

1. ¿Qué es el litisconsorcio?
Dicho desde mi percepción es el elemento que en un proceso jurídico
permite tanto a la parte demandada como a la demandante el poder ser
representados por un apoderado legal en su calidad de abogado patrono
litigante, para de esta manera hacer cumplir la definición de litisconsorcio al
decir que se trata de la participación de más de dos elementos en
cualquiera de las figuras de las partes demandante o demandado, así como
las pretensiones que se quieran alcanzar mediante el reclamo planteado.
2. Señala lo tipos de litisconsorcio.
Este se pude dividir según el texto de apoyo y los materiales investigados
en los siguientes:
 Activo.- El cual existe cuando hay una pluralidad de actores frente a
un solo demandado.
 Pasivo.- Contrario al anterior este sucede cuando hay pluralidad de
demandados.
 Mixto.- Ocurre cuando varios actores reclaman mediante la
demanda a varios demandados.
 Originario.- Ocurre cuando desde el inicio de la demanda existe
pluralidad de litigantes en dicho proceso.
 Sucesorio.- En este sentido se dice que es cuando la pluralidad de
litigantes se da durante el desarrollo del proceso es decir al fallecer
el actor principal lo sustituye algún familia<r consanguíneo.
 Facultativo o voluntario.- Ocurre cuando cada una de las partes es
goza de independencia y sus actos no perjudica ni beneficia a
terceros, por lo que ocurre una acumulación de pretensiones,
mediante dos figuras que son el litisconsorcio facultativo propio y el
litisconsorcio facultativo impropio, siendo de forma propia cuando los
sujetos están vinculados por causa o por el efecto de sus
pretensiones e impropio cuando las pretensiones no están
propiamente conexas.
 Necesario u obligatorio.- Este ocurre cuando es impuesto por la
misma ley a forma de sentencia frente a todos los partícipes del
caso.
 Causinecesario.- Este hace mención de que no todos los
involucrados en el caso deban intervenir en proceso.
3. ¿Qué significa la legitimación ad preocessum?
Se trata de la legitimación activa del proceso, misma que se entiende como
la capacidad que tiene la persona para acudir al órgano jurisdiccional o
instancia administrativa para solicitar mediante la demanda la tramitación o
promoción de un juicio.
4. ¿Qué significa la legitimación ad causam?
La definición de este término menciona que es la condición de que la
demanda deberá ser presentada única y exclusiva mente por el titular del
derecho que se pretenda reclamar.
5. ¿Quiénes son los terceristas?
Se considera como terceristas a los que no figuraban como parte del
proceso pero comparecen espontáneamente en este, o son llamado al
proceso a defender sus propios intereses o a coadyuvar con los intereses
de algunas de  las partes originales, en un  principio  eran terceros pero al
ser llamados se convierten ya en partes procesales.

Referencias:

 Texto de apoyo sesión 2.-


https://unadmexico.blackboard.com/bbcswebdav/institution/DCSA/MO
DULOS/DE/M6_DEPPJ/U1/S2/Descargables/DE_M6_U1_S2_TA.pdf
 Demanda de contrato de arrendamiento con solicitud de embargo:
http://derechomexicano.com.mx/demanda-de-contrato-de-
arrendamiento-con-solicitud-de-embargo/
 Caso 1.- Sentencia de divorcio encausado tramitado bajo el expediente
judicial 421/2016 en el juzgado de Torreón, Coahuila de Zaragoza, el
día 24 de Mayo de 2016:
http://pjec.gob.mx/sentencias/5622SP2972016.pdf
 Caso 2.- Amparo directo en materia laboral:
http://w3.cjf.gob.mx/sevie_page/Consulta_Siserep/Muestra_Archivo.as
p?pArchivo=14-23-TC01-MX-42306-3178-3074060-200501181321%20(A.
%20710)%20NV.doc&pZip=14-23-TC01-MX-42306-3178-3074060-
200501181321%20(A.%20710)%20NV.ZIP
 Caso 3.- Amparo directo Civil en materia de Disolución de vinilo
matrimonial:
http://w3.cjf.gob.mx/sevie_page/Consulta_Siserep/Muestra_Archivo.as
p?pArchivo=329-23-TC01-MX-42306-4057-3638919-200602081515-
NV.doc&pZip=329-23-TC01-MX-42306-4057-3638919-200602081515-
NV.ZIP
 Litisconsorcio pasivo necesario en materia laboral :
http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/165/165222.pdf
 Litisconsorcio activo en materia laboral:
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6436543
 Legitimación ad causam:
http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/241/241609.pdf
 Legitimación ad processum:
https://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/212/212276.pdf

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