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Raza de Caballo Criollo colombiano.

Origen Caballo Criollo colombiano

La historia de la raza comienza en España, cuando colonizaron a


Colombia, fueron cruzados con los ejemplares de la tierra colonizada.
Esta es solo una de las hipótesis del origen de esta magnífica raza,
pero lo que si está asegurado, es que esta se desarrolló en Colombia,
y esta cada ves mejorado y evolucionando aun más.
Segun Guillermo de Narváez En la raza del caballo criollo colombiano
se presentan cuatro modalidades: Paso fino colombiano, trocha pura,
trocha y galope y trote y galope. En el paso fino, el animal se desplaza
por bípedos laterales sucesiva y alternadamente, produciendo dos
tiempos con cada bípedo, para realizar el ciclo completo en cuatro
tiempos, dados por sus cuatro triples apoyos (dos laterales, uno
izquierdo y uno derecho; y dos diagonales, uno uno izquierdo y uno
derecho). Por ser el paso de cuatro tiempos, tiene como mínimo dos
apoyos simultáneos al suelo y cada determinado numero de tiempos,
tres.
En esta modalidad o paso fino, contrario a lo que sucede en la trocha,
la pata del bípedo lateral se adelanta unas fracciones de segundo más
que la mano en hacer contacto con el piso.
El desplazamiento por laterales se debe a que dentro de su esquema
genético existe un “gen”, que en este caso se presenta como recesivo,
denominado (p), el cual determina que ciertos ejemplares dentro de la
raza que lo hayan heredado puedan desplazarse por bípedos
laterales.
Los ejemplares de esta misma raza que no lo porten en su esquema
genético se desplazan por bípedos diagonales, trochando o trotando,
dependiendo, entre otros, de la velocidad de la cadencia que a su vez
hayan heredado por otra serie o combinación genética diferente.
El gen (p) es heredado independientemente de los demás genes que
trasmiten las distintas características en la raza del caballo criollo
colombiano, como son, entre otros, el fenotipo, la velocidad de
cadencia, el brío o el temperamento. Los ejemplares trochadores y
trotones, pueden ser con relación al gen, tanto homocigóticos (TT),
como heterocigoticos (Tp). (Sin embargo se dan raramente casos en
los cuales un caballo trochador tenga como padres a dos finos, debido
a factores complejos de orden genético en que el gen (p) que
determina el desplazamiento por laterales sea “enmascarado” por el
gen dominante que determina el desplazamiento por diagonales).
Los principios de la genética moderna fueron descubiertos por el
monje austriaco Gregorio Mendel hace más de cien años y siguen
explicando hoy día los misterios de la herencia).

Características
Caballo Criollo colombiano

Esta raza, se caracteriza por su elegancia, y se divide en cuatro


formas o modalidades de andar.
1. Paso fino: movimiento de miembros rápido, desplazamiento lento,  y
alzada baja.
2. Trote y galope: movimiento de miembros medio, desplazamiento
medio, alzada alta y cuello erguido.
3. Trocha pura Colombiana: Movimiento de miembros rápido,
desplazamiento medio, alzada media, y cuello erguido.
4. Trocha y galope: movimiento de miembros rápido, alzada media y
cerrada, desplazamiento lento, y cuello erguido.

Cabe anotar, que según los estandartes de la raza, la “cadencia”, que


es como se denomina la velocidad del ritmo cuando el animal está en
movimiento (número de batidas por unidad de tiempo) y que se hereda
independientemente del gen (p) que determina la modalidad del
desplazamiento, debe ser rápida, sin ser “excesiva” para el paso fino,
menor para la trocha pura colombiana; mediana para el trochador
galopero y “lenta” para el trotón galopero.
Así mismo, también es importante retomar el concepto implícito en los
cánones de la raza, según los cuales la mínima traslación y el exceso
de lo que algunos denominan “pulimento”, son contrarios a la esencia
del autentico caballo “de silla”, denominación a la cual pertenece por
antonomasia la ancestral raza del caballo criollo colombiano.
A medida que el caballo aumenta la velocidad de cadencia y
disminuye la traslación, va perdiendo su esencia que está en la “silla” y
se adentra en el ámbito del show, del espectáculo y del circo,
quedando relegado a conformar el grupo de caballos que no tienen
ningún fundamento practico.
La característica de desplazarse por laterales no es exclusiva de la
modalidad de paso fino colombiano, esta condición se presenta
también en otras razas que tienen su origen en el caballo amblador
Bereber, como en la raza de paso peruana, de tranco más largo y
proverbial resistencia; en la raza del caballo de paso fino
puertorriqueño, en algunas otras norteamericanas; en la raza del
caballo higüeyano de la Republica Dominicana, e inclusive en algunas
europeas, como en el pony islandés y en el caballo Asturcón de
Asturias (España), cuyos orígenes datan de más de 2.000 años.
(Todos los derechos reservados).

El Mercado del Caballo Criollo colombiano

Todo el mundo sueña con poner a su propio potro y muchos padres


compran a su hijo un caballo joven “para que crezcan juntos”. La
lógica que siguen es que un caballo contrastado de cierta edad se
sabe como es y tiene un precio específico y definido en el mercado,
pero un caballo joven es como la lotería, si sale bien, puede superar
su precio inicial de compra y convertirse en un sinfín de alegrías. Algo
así como encontrar un Picaso en el desván de su casa.
El caballo joven, sin embargo, muchas veces es más complicado de lo
que espera su dueño y en muchas ocasiones, no llega nunca a su
potencial por un manejo o entrenamiento incorrecto. Una sola mala
experiencia puede provocar serios problemas para el resto de la vida
del caballo y convertirle en un peligro para su mozo y jinete.
El objetivo a alcanzar para cualquier caballo joven es que sea bien
educado, entusiasta en su disciplina y fácil de manejar, transportar y
montar. La educación del potro empieza con su madre al nacer y cada
contacto con el ser humano le marca de alguna manera. Se puede
empezar desde muy joven acostumbrando al potro a lo que le espera
a la larga en su relación con el ser humano, para bien o para mal.
Quizá la equivocación más usual es comprar un potro y comportarse
con el como si de otro ser humano se tratase. Juegos en el prado,
golosinas escondidas en los bolsillos, abrazos y besos son algunos de
los tratos comunes del propietario que quiere un caballo tipo
“mascota”.
 Hay una diferencia enorme entre un potro pequeño y un caballo
maduro. Cuando se empiezan los juegos, el caballo no tiene tamaño
suficiente ni sabe su poder para hacer daño al ser humano, sin
embargo, un caballo que quiere “jugar” con 600 Kg. contra los 60 kilos
de un adulto, resulta incómodo en las mejores circunstancias y puede
llegar a ser muy peligroso.
Esta regla también se puede aplicar al juego de esconder golosinas. Al
principio el caballo hace cosquillas pero no hace daño, al mes es
capaz de dejar a su jinete colgando de su chaqueta como una
muñeca.
Con el tiempo, el caballo que percibe que el ser humano tiene miedo o
aquel que aprende que insistiendo o empujando, consigue lo que
quiere, se convierte en un bruto muy difícil de tratar.El caballo tiene
que respetar a su mozo y jinete, pero al mismo tiempo no tenerles
miedo. Hay que marcar unos límites y pautas de comportamiento. La
tranquilidad y la paciencia son fundamentales, hay que mantenerse
firmes en muchos aspectos pero siempre desde la lógica. No debe
intentar ser ni el mejor amigo ni la madre del potro.

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