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Gabriela Pesclevi

-Asociación civil La Grieta y Biblioteca Popular La Chicharra-


DNI 21.751.072

Libros que muerden:


Literatura infantil y juvenil censurada durante la última dictadura.

Categoría 2
Libros que muerden:
Literatura infantil y juvenil censurada durante la última dictadura.

“Creo en un lector que va a continuar leyendo, un lector que existe hace siglos, que es atraído
hacia los libros por una curiosidad irresistible, por la pasión del misterio y la comunicación”.

Ana María Machado.

La experiencia Libros que Muerden de la asociación civil La Grieta y Biblioteca


Popular la Chicharra1, surgió en el año 2006, en conmemoración de los 30
años del golpe militar argentino. El objetivo fue reunir una galería de libros
infantiles y juveniles (LIJ) censurados o descatalogados entre los primeros
años de la década setenta y la recuperación de la democracia, en 1983. La
selección sobre el campo de la LIJ tiene que ver -por un lado- con la trayectoria
del equipo de trabajo, que ha puesto su práctica y estudios en la literatura
infantil. Asimismo, nos interesó analizar cómo el poder cívico militar centró su
atención en el campo de la infancia desde la perspectiva del control. El modo
de dar a conocer el trabajo y el material reunido se expresó en muestras
itinerantes y en la realización de talleres para chicos y grandes con la idea de
resignificar -entre otros-el concepto de memoria en conjunto con los visitantes.
El debate sobre “la memoria” nos parecía demasiado solemne y en parte
distante de una gran parte de la población, por eso, se nos volvía clave invitar-
conocer-sumar la voz de cada participante. Poner a rodar esas voces y
cruzarlas con las nuestras. Escuchar los silencios. Recoger una historia no
escrita. Lo que nos cautiva de esta experiencia es poner en tensión la forma de
reflexionar sobre la historia, lo acontecido en ese tiempo y en este tiempo.
Entendiendo a la historia como problema. 2 En este sentido el deseo fue
compartir las lecturas más que recordar fechas; intervenir en los textos y
comentarlos; dedicarnos a la difusión de la ficción, aunque también indagar la
relación existente con el contexto histórico y así construir más que respuestas,
preguntas, en relación a la literatura infantil y juvenil: cuánto de rupturista
tenían estos textos, qué invitación estaban haciendo a los lectores, qué
transformaciones vivieron las editoriales, qué planteos acercaban sus autores.

1
La Asoc. Civil La Grieta y Biblioteca Popular La Chicharra se conformó en 1993 en la ciudad de La Plata y desde el
2004 tiene su sede en el "Galpón Encomiendas y Equipajes" (calle 18 y 71) donde se realizan distintas actividades,
entre ellas, los talleres anuales (para chicos, adolescentes y adultos) de plástica, literatura, objetos e invenciones,
vestuario, serigrafía y grabado. Las actividades de promoción de la lectura están a cargo del grupo Libros animados
conformado por artistas plásticos, educadores, trabajadores sociales, bibliotecarios, quiénes se encuentran
equipando la Biblioteca La Chicharra, especializada en LIJ.En la actualidad la muestra Libros que muerden está a
cuidado del grupo conformado por: Manuel Negrin; Graciela Vanzan; Florencia Bossie; Kristel Best urday; Martina
Dominella; María Pagola; Débora Elescano; Verónica Barbera, Carolina Salvador; Gabriela Pesclevi, Gisela Aguiar;
2 Esta proposición la enuncia el escritor mexicano Juan Villoro y agrega: ante la historia como problema, la felicidad

es un desafío y una afrenta, la rebeldía de la imaginación literaria, un atrevimiento contra la norma. (Juan Villoro. La
historia como problema. Conferencia para la Universidad Diego Portales, cátedra libre Roberto Bolaño,
www.catedrabolano.cl, 2010)
La literatura fue y es el punto de partida, teniendo en cuenta que “…Toda
ficción deriva del mundo de los hechos y vuelve a él, completándolo, a través
de la representación. En ocasiones, esa construcción de sentido es la mejor
forma de entender los caóticos datos de la realidad que fueron su origen
primero”3. La alegría de haber encontrado los libros perdidos es un motor para
descubrir cuentos, poemas, obras dramáticas, canciones junto a otros. La
motivación central del proyecto es la promoción de la lectura, y la difusión de
textos que forman parte de una tradición cultural tanto con jóvenes como
adultos.

El trabajo de recopilación se realizó con un esfuerzo especial, dado que


tuvimos que ir a la búsqueda de un material disperso, en donde la construcción
y recolección de los datos aún está en proceso y aparece de manera
fragmentaria en diversas fuentes. La restauración de muchos de los libros, fue
una de las apuestas iniciales para luego ponerlos en circulación. Actualmente,
la muestra cuenta con alrededor de 350 piezas entre las que se encuentran
novelas, antologías de cuentos, manuales de texto, enciclopedias, diccionarios
y fascículos coleccionables. Para rastrear los títulos que estuvieron censurados
se consultaron documentos de la época: decretos provinciales y nacionales,
resoluciones, listas negras, periódicos, revistas, fotografías, y se realizaron
entrevistas a autores, lectores, libreros, editores y otras personas vinculadas al
universo del libro.

La motivación central fue poner los libros a la mano de los visitantes, indagar
tanto en escritores como en ilustradores, editoriales, colecciones.

La circulación de la muestra entre espacios y públicos heterogéneos (escuelas,


jardines, plazas, centros culturales, teatros, bibliotecas) habilitó un diálogo
permanente con los otros e instaló un modo de pensar la historia y la literatura
diferentes; y ver cómo el mismo acto de lectura no se presenta del mismo
modo para todos.

El proyecto ha trazado objetivos tanto para la muestra y lo que ella supuso


(recuperación de libros, contactos con autores, otros) y las diversas actividades
que ha generado la muestra (visitas guiadas, talleres, otros): desde estos
ámbitos se ha generado en la totalidad de las ocasiones un espacio de libertad;
se han compartido lecturas e intercambiado preguntas entre grandes y chicos;
se ha intentado acercar la historia reciente, a jóvenes y adultos desde la
literatura sin mecanicismos. La literatura como fuente de recursos, sin sentido
aleccionador.

La muestra se piensa desde la invitación y desde el cuestionamiento inicial


acerca de por qué habrán estado censurados estos libros. Una muestra que

3Juan Villoro. La historia como problema. Conferencia para la Universidad Diego Portales, cátedra libre Roberto
Bolaño.
construye junto a los lectores un relato dialógico. Se trata de un proyecto
educativo que incorpora una reflexión sobre la acción pedagógica. En este
sentido, la obra de Gianni Rodari ha hecho un gran aporte para pensar nuevos
modelos de pedagogía.4La constante formación de los referentes de la muestra
califica la experiencia y la vuelve una fuente de aprendizaje donde se valora el
intercambio entre pares, lo anecdótico que surge de los diversos ámbitos del
pasaje de la muestra,5 el campo teórico implícito en la búsqueda y en el
recorrido de los temas.

El proyecto, además, se apropia de las narrativas que quedan circulando entre


los libros, registradas en el cuaderno de visitas, en intercambios de
sensaciones, en invitaciones para viajar a nuevos lugares, en propuestas.En
muchas oportunidades los talleres fueron coordinados por los mismos chicos o
en conjunto con el equipo encargado de la muestra.6

El proyecto se trazó diversos objetivos a lo largo del tiempo. En una primera


instancia el acento estuvo puesto en la recopilación de los ejemplares perdidos.
Esta tarea sigue en pie porque continuamos buscando títulos prohibidos.
Paralelamente, la realización de los talleres nos permitió encontrarnos con un
público que se transformó en multiplicador de la propuesta. El énfasis de los
encuentros estuvo puesto en desarrollar espacios dedicados a la lectura.

La idea que se escogió es exhibir los libros en mesas, sobre atriles, porque nos
parecía esencial trabajar en base al contacto directo de los lectores/as con los
libros. Eso supone riesgos ya que varios de los ejemplares reunidos son piezas
únicas. Sin embargo, persistimos en la idea de acompañar la muestra y dotarla
de confianza y conversaciones. Descartamos otros tipos de montajes (ya sea
en vitrinas o retratados sus tapas en paneles). Apostamos a la proximidad. La
curiosidad despertó intereses disímiles. Tanto niños como adultos nos pidieron
los libros para fotocopiar, se realizaron videos, tesis universitarias, fotografías,
notas en periódicos y en medios radiofónicos.

Los talleres se organizan siguiendo distintos momentos. Un primer momento de


recorrido de la muestra, se presenta sin intermediarios ni consignas, con la
presencia de algunas referencias, leyendas o citas.7

4 Rodari, Gianni (1987) “La imaginación en la literatura infantil”. Revista Piedra Libre, año 1, nº 2. Córdoba.
Disponible en: http://www.imaginaria.com.ar/12/5/rodari2.htm

5 El equipo ha trabajado en diversas formas de registro.


6 Los participantes del equipo de trabajo tienen entre 18 y 50 años. En varias oportunidades además nos han
acompañado pequeños de 5, 8 y 12 años y han compartido lecturas ante un público de otras edades.
7 La muestra se organiza en la exposición en cinco ámbitos diferenciados: los autores, las editoriales, las
enciclopedias (aquí se hace una fuerte mención a los ilustradores), los libros escolares, y una zona abierta a libros
singulares que incluso han acercado los mismos visitantes de la muestra. Los criterios estéticos centrales incorporan
dos imágenes fuerza: la parodia y la poesía. La muestra no está pensada en términos “gravosos” sino en términos
poéticos: se enfatiza la zona fantástica, la creación literaria, la criticidad que implica revisar tanto el presente como el
pasado.
Después de que ya se tuvo un primer contacto con la propuesta, los referentes
de Libros que Muerden plantean preguntas abiertas orientadas a construir una
reflexión ampliada de la época en el campo de la cultura. El objetivo de esta
instancia es ubicarnos en un tiempo y un contexto con circunstancias
singulares y a partir de eso construir más preguntas o disparadores que nos
aproximen a la problemática de la censura. Inmediatamente después, se
comienza la reflexión del lugar que ocuparon los libros y la lectura.

En cualquiera de los ámbitos de trabajo de taller, la lectura ocupa un lugar


central. En algunos casos atendiendo a la ficción, o revisando los manuales
escolares, en otros, haciendo una lectura visual de los mismos, revisamos la
propuesta estética de cada uno y, en todos los casos, se piensa el libro como
una totalidad en la que intervienen muchos actores.

Se trata de talleres de educación no formal en donde hemos reivindicado el


perfil lúdico y fantástico de los libros, repasando lo innovador de las historias,
atendiendo a sus remates, a los juegos del lenguaje. Partimos del libro y vamos
hacia un análisis minucioso en dónde la palabra y la imagen cobran un lugar
significativo.

En la muestra hablamos de distintas formas de censura; fuimos enunciando de


manera coloquial los mecanismos de la misma. La muestra con los años fue
adquiriendo un lenguaje particular y un glosario propio que acompaña al
sentido de los talleres; no con intención de simplificar un contenido sino con el
deseo de que se vuelva una herramienta pedagógica de comunicación.

En el recorrido de la muestra vamos compartiendo -por ejemplo- esos


mecanismos de censura: por decreto, por nota, por encontrarse en lista de
publicaciones diversas (como las que llegaban a las bibliotecas populares, a las
escuelas), es decir, censura escrita; también hablamos de censura por
tijeretazo: la censura que implicó el corte del texto; trocar párrafos completos o
algunas palabras en particular que no eran convenientes, y allí aparecía
entonces la reedición del texto con los cambios “recomendados”, acordes “al
uso de la lengua castellana” y de la tradición cultural de la “nación argentina” ; y
por último, hacemos eje en la censura por rumor y lo que ésta ha implicado;
autocensura y terror.

Tomamos ejemplares en los que la censura pasó por partes, es decir, en donde
se “sacaron” pasajes de la obra y la pieza se volvió a reeditar. Es el caso de
Dulce de leche. (Duran, Carlos Joaquín y Tornadu, Noemí Beatriz. Editorial
Estrada, Bs. As. 1974.) O tomamos ejemplares que tuvieron observaciones y la
obra quedó guardada en las estanterías sin distribución. Pongamos por caso
Un libro juntos. (Beatriz Ferro. Editorial Estrada, Bs. As. 1976). O tomamos
antologías de cuentos y nos ponemos a leer esas historias, completas, sin
interrupciones ni explicaciones. Muchas veces son invitados para ese momento
los chicos de los talleres de la asociación civil, o invitados ocasionales que
vamos conociendo entre muestra y muestra.

En relación a los destinatarios la muestra ha tenido distintos públicos. Se ha


trabajado específicamente con los 6tos grados de la EGB (2011); se ha
trabajado durante un cuatrimestre entero con los estudiantes del último año de
la Escuela secundaria (2009/2011/2012); Se ha trabajado con estudiantes de
carreras terciarias (2011). Se ha trabajado con niños y adultos al mismo tiempo
(2006-2008-2012). Se han realizado jornadas dedicadas a niños de distintos
años de la escuela primaria (2006-2007; 2011-2012). Otras dedicadas a
públicos específicos en el marco de un encuentro de teatro de adultos: es decir,
actores, directores, asistentes, escenógrafos, otros (2011). Hemos puesto
especial énfasis en la población juvenil con la que seguiremos trabajando, por
considerarla una etapa dónde se despiertan intereses de carácter colectivo,
dónde hay búsquedas artísticas, intelectuales, del territorio de la expresividad;
dónde se abren interrogantes en relación al campo ideológico y las preguntas
por el pasado son vitales para compartir el presente.

Los libros de la muestra se encuentran al cuidado de Asociación Civil. La


misma habita hoy un antiguo galpón del ferrocarril provincial restaurado en el
que se ofrecen talleres de arte y literatura. En dicho espacio transitan diversos
grupos de niños y jóvenes, tanto de sectores medios como de sectores
populares; hemos notado que la presencia de la muestra en el lugar los ha
involucrado de diferentes modos: con lecturas, con preguntas, con el deseo de
acompañarnos cada vez que la muestra se lleva a otros sitios, con
conversaciones entre ellos sobre el tema, y con conversaciones junto a
nosotros. La proyección de la muestra es seguir fortaleciendo espacios de
encuentro a partir de la lectura. La muestra se vuelve un artefacto de
comunicación, cómo habilita la participación (En muchas oportunidades los
chicos nos han acercado dibujos, papelitos con palabras, pinturas sobre lo que
les genera la muestra) “He terminado de leer este breve libro (se refiere a
Nuestros muchachos de Álvaro Yunque) y cuando uno da vuelta la última
página ya se extraña a este tipo que jamás conocimos. La desazón de saber
que nunca podré conversar con él para expresarle todo lo que sus cuentos han
transmitido me llena el cuerpo de melancolía”. Pablo León Becerra (17 años,
2009) “La censura es una forma de impedir, silenciar ideales, formas de
expresión que van en contra de algo ya establecido. Para censurar hay que
tener un cierto poder de dominación sobre alguien”. Carla Del Piano (17 años,
2009) “Yo quiero estar en más de una línea, quiero seguir varios caminos y no
quedarme solo en uno” Juliana Armendano (17 años, 2011) –este último
comentario nace a partir de la lectura de uno de los libros de la muestra “La
Línea” de Beatríz Dumerc y Ayax Barnes.
Una manera de evaluar la muestra en su conjunto es la cantidad de personas
que pasaron por la misma: 12.500 aproximadas. Se desarrollaron aprox. 140
talleres y otras 160 visitas guiadas. Cualitativamente la muestra provocó la
curiosidad y la voluntad de seguir conociendo más textos de autores. La
demanda por una “lista” de libros es un pedido constante cada vez que
estamos frente a un público heterogéneo. La reflexión y la necesidad de hablar
se vuelven materia fundamental desde el momento inicial hasta el momento
final de las jornadas: “Me alegra saber que estamos en libertad de pensar” Nuri
Busquets, La Plata 2006. “Hay que reimprimir estos libros y entregarlos gratis a
las escuelas” Juan Ugarte, 2006. “Gracias por ayudar a mantener la memoria”
Juan y Rosa Gallardo, Chaco 2010. “Gracias por recordarnos todos estos
títulos y lo que pasó con ellos” Patricia , Mercedes 2011. “Me voy maravillada,
hemos aprendido todos de todos, los esperamos en Olavarría” Elba Brun,
Balcarce 2011.

Digámoslo una vez más: en la muestra las personas leen, preguntan, charlan,
miran, recuerdan, escuchan, dibujan, escriben, graban, fotografían, dudan,
encuentran. Nos han hecho entrevistas. Han emulado el trabajo en otros sitios.
Hemos puesto en discusión ideas de la infancia. Nos han invitado a conocer
sus escuelas. Nos han preguntado cosas que no podemos responder. Nos han
dejado con palabras pendientes. Nos han abierto “los poros”. Nos han dejado
boquiabiertos. Nos han hecho conmover. La apuesta es en función del libro y
las relaciones que los libros despiertan entre chicos y grandes. Cómo los libros
pueden ser vehículo de intercambio, refugio, motivación. Como la lectura
deviene deseo y necesidad.

Bibliografía.*

Báez, Fernando (2005) Historia universal de la destrucción de libros. Buenos Aires, Editorial
Sudamericana.

Barnes, Ayax, Doumerc, Beatriz (1975) La línea. Buenos Aires, Reedición Álbum del eclipse,
2003.

Invernizzi, Hernán y Gociol, Judith (2002) Un golpe a los libros: represión a la cultura durante la
última dictadura militar. Buenos Aires, EUDEBA.

Machado, Ana María. (1998) Buenas palabras malas palabras. Buenos Aires, Editorial
Sudamericana.

Machado, Ana María y Montes, Graciela (2003) Literatura infantil: creación, censura y
resistencia. Buenos Aires, Editorial Sudamericana.

*También están contenidos todos los libros de la muestra “Libros que muerden”.

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