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El Riesgo de Deforestación y su Impacto en

Ecosistemas Proveedores de Agua


Departamentos de Santa Cruz y Tarija.
Autores: Carlos Muñoz Piña y Ricardo Morales Trosino
Institución: Fundación Natura Bolivia

Mapa 1. Riesgo a la Deforestación en Santa Cruz,


Chuquisaca y Tarija.

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INTRODUCCIÓN
Nuestros bosques cumplen muchas funciones ecosistémicas fundamentales para nuestro
bienestar: almacenan carbono, proveen hábitat para la biodiversidad y regulan los ríos que
nos dan agua para consumo y todos los usos productivos. Un bosque saludable retiene el
agua y permite su infiltración para recargar los acuíferos a la vez que al minimizar el impacto
de las precipitaciones en el suelo evita que estos se erosionen, manteniendo las aguas más
claras y puras. Con sus raíces profundas los arboles reducen el riesgo de derrumbes. Los
bosques funcionan como esponjas durante eventos de precipitaciones intensas. Absorben
el exceso de agua reduciendo el riesgo de inundaciones a la vez que en tiempo de estiaje
liberan sus reservas de aguas moderando los impactos de las sequias.
Los bosques nublados (de serranía) son ecosistemas proveedores de agua. Ubicados en
las partes altas de las cuencas hidrográficas, las áreas boscosas aseguran el caudal de los
ríos capturando las gotas de agua suspendidas en el aire y regulando el drenaje hacia
cursos de agua que alimentan nuestros ríos y acuíferos. Por este motivo, entre otros, es
importante mantener la cubierta forestal, pues de ella depende nuestro suministro de agua
dulce para consumo y regadío. La agricultura florece en las cercanías de los ríos aguas
abajo, transformamos el paisaje natural cambiando el uso del suelo para asegurar la
seguridad y soberanía alimentaria. La cantidad y calidad de nuestros recursos hídricos
depende de la salud de los bosques aguas arriba.
En los departamentos de Santa Cruz y Tarija se han realizado grandes inversiones públicas
para represar los ríos que aseguran agua para cientos de miles de hogares, el riego, las
actividades productivas y la energía eléctrica que necesitamos para mejorar la calidad de
vida. Toda obra de infraestructura hidráulica tiene una vida útil limitada principalmente por
la cantidad de sedimentos que terminan colmatando los embalses. El arrastre de
sedimentos no se puede evitar y tarde o temprano toda presa requiere de costosos
mantenimientos o simplemente deja de ser útil. Para que la infraestructura hidráulica que
asegura nuestras necesidades de agua funcione correctamente y dure el mayor tiempo
posible es preciso que cuidemos los bosques, sobre todo aquellos bosques que se
encuentran en las partes altas de las cuencas hidrográficas.
La agricultura de roza, tumba y quema y la ganadería extensiva están provocando la
deforestación y degradación de los bosques que podemos observar en nuestras serranías.
Existe un lento pero inexorable proceso de perdida de cobertura boscosa justamente en las
áreas que más precisamos para mantener nuestro suministro de agua con la calidad y
cantidad oportuna. Este estudio analiza los factores económicos y sociales que ponen bajo
presión nuestros bosques, aumentando el riesgo de perderlos.
El mapa 1 nos advierte sobre el impacto de la accesibilidad caminera y demás factores de
presión económica. Aunque la agricultura de subsistencia no genere retornos elevados ni
estables, para muchas familias es la única alternativa conocida a mudarse a las ciudades.
Es urgente desarrollar políticas públicas que permitan diversificar y mejorar las fuentes de
ingresos de las familias rurales sin afectar a los bosques ni al ciclo hidrológico. El estudio

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recomienda implementar un modelo de conservación que está dando resultados positivos
en 50 experiencias consolidadas en Bolivia, llamadas “Acuerdos Recíprocos por Agua”,
elementos cada vez más fundamentales de las políticas públicas de largo plazo de los
Gobiernos Municipales y Departamentales.

ÍNDICE DE PRESIÓN ECONÓMICA A LA


DEFORESTACIÓN 2017
SANTA CRUZ-CHUQUISACA-TARIJA
Utilizando la literatura económica sobre cambios de uso del suelo, se eligió estimar un
modelo econométrico que relaciona la deforestación, como variable endógena, con sus
principales variables exógenas o explicativas. El modelo econométrico seleccionado es
parte de la familia de modelos de variables dependientes cualitativas (Aldritch y Nelson,
1984), es decir variables dicotómicas (deforestado - no deforestado), o categóricas
(deforestado /degradado /conservado). El modelo de más fácil interpretación en nuestro
caso es el modelo Probit, donde la variable endógena toma valores de 0 si no fue
deforestado, y 1 si sí lo fue. Es particularmente útil pues con sus resultados se pueden
hacer predicciones sobre el futuro en la forma de un índice. Cualquier predicción para un
píxel de bosque se expresaría como un número continuo entre 0 y 1; lo que se puede
interpretar como una probabilidad de deforestación, e inclusive, como la predicción de la
tasa de deforestación futura en lugares con ese conjunto de características. Las variables
más importantes resultaron ser:

1. La distancia a mercados.
2. El acceso al agua superficial.
3. Los ingresos en la zona.
4. El tipo y productividad potencial del suelo.
5. El tipo de ecosistema y los recursos que podría generar.
6. La tenencia de la tierra.
7. La regulación de uso del suelo, incluyendo las declaratorias de áreas naturales
protegidas.

El índice de riesgo a la deforestación que se muestra en el mapa 1 refleja las presiones


económicas a deforestar, expresadas como el interés por la rentabilidad económica de
cambiar el uso de suelo. La presión se modela como una variable continua, la cual se divide
en quintiles con exactamente el 20% de todas las observaciones, cada uno de ellos
recibiendo una etiqueta correspondiente a una categoría. De esta manera están los
bosques que se consideran de Muy Alta, Alta, Media, Baja y Muy Baja presión a la
deforestación.

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RESULTADOS DEL ESTUDIO PARA SANTA
CRUZ
El Departamento de Santa Cruz cuenta con 8 unidades hidrológicas y 9 presas en
funcionamiento, las cuales abastecen en su conjunto a más de 95 mil pobladores,
proveyendo agua para el consumo humano y las actividades agrícolas y ganaderas que
forman la base de la economía regional.

Mapa 2: Análisis del riesgo a la deforestación por cuenca


en el departamento de Santa Cruz.
Fuente: Elaboración Propia con información del Inventario Nacional de Presas
(Ministerio de Medio Ambiente y Agua, 2010).

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Respecto a la proporción de la cuenca que se encuentra en riesgo alto o muy alto de
deforestación, son la Unidad Hidrográfica (UH) del Río Mizque en el Municipio de
Comarapa, así como la Cabecera Quebrada Porvenir en el Municipio de Miguel de Velasco.
En el Mapa 2, se presentan las áreas boscosas de recarga hídrica que se encuentran en
riesgo de deforestación, resaltando aquellas poblaciones que se encuentran a 5 km del río
principal, zona de influencia clave para las presas de Santa Cruz.

Las problemáticas que presentan las presas de la región van desde las relacionadas con el
cambio de uso de suelo como ser la sedimentación, la contaminación antropogénica de tipo
agrícola o ganadera, hasta las de la infraestructura como filtraciones de agua y falta de
mantenimiento. La delimitación de cuencas hidrográficas fue obtenida de fuentes oficiales
(disponibles en el sitio de GEOBOLIVIA), y se utilizó para ubicar espacialmente aquellos
bosques que están dentro de sus límites y que por lo tanto son importantes para la provisión
de funciones ecosistémicas en cada cuenca. Con el fin de analizar la situación en cada
Unidad Hidrológica (UH) se enumeran las problemáticas que cada presa tiene, además de
la vegetación que se encuentra en riesgo por su alta presión económica a ser deforestada,
las fuerzas económicas subyacentes al cambio de uso de suelo en un horizonte de menos
de una década. Al unir las capas de información destacan las Unidades Hidrológicas de la
parte baja del río Guapay y Río Negro del Baures, al ser las que tienen una mayor superficie
absoluta en riesgo alto y muy alto de ser deforestadas en el futuro próximo.

El cuadro 1 muestra el estatus de la problemática reportada en el último inventario nacional


de presas (Ministerio de Medio Ambiente y Agua, 2010). La región ha sido dividida por las
autoridades en Unidades Hidrológicas, que abastecen de agua y están conectadas con las
presas de la región.

Las presas en el departamento de Santa Cruz, tienen diversos problemas a raíz del cambio
de uso de suelo para fines agropecuarios. La presa Cabecera Quebrada Porvenir usada
para consumo humano tiene 65% de su superficie boscosa categorizada como en alto y
muy alto riesgo de deforestación. Así mismo, La Cañada ubicada en el municipio de
Comarapa, una presa usada para riego tiene 71% de su superficie en la misma categoría
(alto o muy alto riesgo) y su problema principal es la sedimentación.

El resto de las presas en Santa Cruz tienen entre 33-53% de su superficie en alto y muy
alto riesgo de deforestación, con algunos problemas adicionales como contaminación en el
caso de San Miguel y San Rafael, la presa Guapomo con problemas de socavación y la
presa Quirusillas con problemas de degradación, estos dos últimos proveen agua a una
gran población beneficiaria.

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La presa la Cañada costó al estado 26 millones de dólares y se preveía una vida útil de 50
años, pero dado los cambios de uso de suelo y evento extremos, esta presa vio su vida útil
sustancialmente reducida, pese a ser una presa nueva.

Cuadro 1: Riesgo Alto/Muy alto a la deforestación en UH.

Población Problemática
Riesgo Alto/
Unidad beneficiaria principal (2010)
Uso Presa Muy alto
Hidrográfica (2010)
Naciente del Rio
Guapomo 51% 25.997 Socavación
Paraguá
Rio Negro del
Concepción 33% 11.471 Filtración
Baures
Falta de
Agua potable San Carlos Rio Zapacoz Sud 45% 7.691
mantenimiento
San Miguel Rio Zapacoz Sud 45% 7.691 Contaminación
San Rafael Rio San Nicolas 49% 3.171 Contaminación
Cabecera Qda.
Santa Ana 65% 681 No presenta
Porvenir
La Cañada Rio Mizque 71% 4.556 Sedimentación
Parte baja del Rio
Riego Guadalupe 53% 7.408 No presenta
Guapay
Quirusillas Rio Yapacanicito 39% 34.807 Degradación

Fuente: Elaboración Propia con información del Inventario Nacional de Presas


(Ministerio de Medio Ambiente y Agua, 2010).

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RESULTADOS DEL ESTUDIO PARA TARIJA
El Departamento de Tarija cuenta con 5 Unidades Hidrológicas y 9 presas; la mayor parte
de las presas se encuentra en la UH del Río Santa Ana. El Mapa 3, presenta las unidades
hidrológicas de la región así como las presas que contiene cada UH.

Mapa 3: Análisis del riesgo a la deforestación por cuenca, Tarija

Fuente: Elaboración Propia con información del Inventario Nacional de Presas


(Ministerio de Medio Ambiente y Agua, 2010).

Las 9 presas de la región de Tarija tienen diferentes usos, entre ellos riego y generación de
energía. Las problemáticas de estas presas van desde la falta de mantenimiento,
filtraciones hasta la contaminación de origen antropogénico. Tarija cuenta con menor
cobertura forestal en algunas de sus unidades hidrológicas. La Unidad Hidrológica del Río
Ihuiraru que abastece a la presa Caigua tiene 17.620 ha de superficie boscosa de las cuales
el 67% se encuentran en alto y muy alto riesgo de perderse. Las unidades hidrológicas del
Rio Guadalquivir y Rio Santa Ana tienen en conjunto 12.530 hectáreas de bosque de las
cuales el 48% está en alto y muy alto riesgo de deforestación.

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Entre los problemas de las presas podemos destacar la contaminación en San Jacinto que
abastece de agua para energía y riego a una población beneficiaria de 155.410 personas.

Cuadro 2: Unidades Hidrológicas de presas prioritarias y riesgo a la deforestación, Tarija.

Riesgo Población
Unidad Problemática
Uso Presa Alto/ beneficiaria
Hidrográfica principal (2010)
Muy alto (2010)
Energía/
San Jacinto Río Guadalquivir 48% 155.410 Contaminación
Riego
Caigua Río Ihuiraru 67% 2.117 No presenta
Calderas Río Santa Ana 48% 155.410 En construcción
Huacata Río Huacata 36% 822 Social
La Hondura Río Guadalquivir 48% 155.410 Filtración
Falta de
Casa Vieja Río Santa Ana 48% 155.410
mantenimiento
Falta de
Conservación La Tipa Río Santa Ana 48% -
mantenimiento
Peña
Río Santa Ana 48% - Filtración
Colorada
Trinchera
Río Orosas 22% 3.253 Filtración
Cabildo

Fuente: Elaboración Propia con información del Inventario Nacional de Presas


(Ministerio de Medio Ambiente y Agua, 2010).

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MEDIDAS DE REDUCCIÓN DE LA
DEFORESTACIÓN Y CONSERVACIÓN DE
FUENTES DE AGUA
Los Acuerdos Recíprocos por Agua

El esquema de conservación de bosques y fuentes de agua denominado “Acuerdos


Recíprocos por Agua” ha sido desarrollado por Fundación Natura a principios de los años
2000 incentivando a que los dueños de tierras en zonas de recarga hídrica cuenca arriba
conservan sus bosques en lugar de deforestar, extraer madera o pastorear su ganado. De
esta manera se logra evitar la degradación del bosque y la deforestación y así se aseguran
las funciones hidrológicas del ecosistema. La deforestación, en cambio, altera el ciclo
hidrológico ocasionando mayor escorrentía, arrastre de sedimentos y menor infiltración. La
presencia de ganado mayor dentro de un bosque, reduce el número de plántulas forestales
que llegan a la etapa adulta, degrada la estructura del bosque y a la vez influye
negativamente en el balance hídrico aumentando la escorrentía y reduciendo la infiltración
por la compactación del suelo ocasionada por el pisoteo. Adicionalmente las aguas resultan
contaminadas por las heces de ganado.

Los Acuerdos Recíprocos por el Agua (ARA) son acuerdos con propietarios de tierras
quienes se comprometen a excluir el ganado y evitar el cambio de uso de suelo en áreas
boscosas con riesgo de deforestación priorizadas por sus funciones hidrológicas.
Impulsados por Fundación Natura, los ARA son acuerdos de reciprocidad entre los que
proveen agua y los que se benefician del agua cuenca abajo. De hecho, los fondos
necesarios para que los proveedores de agua reciban asistencia técnica e insumos
productivos para mejorar su calidad de vida sin dañar los bosques, provienen de los
Gobiernos Municipales, las entidades prestadoras del servicio de agua y en algunos casos,
de asociaciones de productores cuenca abajo.

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Hasta la fecha Natura ha liderado la constitución de 50 fondos de agua en cinco
departamentos en Bolivia, beneficiando directamente con incentivos productivos a 6.031
familias y colocando en conservación 336.539 hectáreas, de las cuales una mitad con
riesgo alto y muy alto de deforestación. La Fundación Natura contribuye financiando la
creación de los fondos de agua y aportando un 20%-30% de los fondos necesarios para
implementar proyectos productivos y de mejora de los sistemas de agua de las
comunidades rurales. El restante 70%-80% de los recursos procede de aportes locales de
los gobiernos municipales y las entidades prestadoras del servicio de agua.

Los ARA son elementos cada vez más fundamentales de las políticas públicas de largo
plazo de los Gobiernos Municipales, constituyéndose en la materialización de aquellos
valores implícitos en la cultura y en la Constitución Política del Estado de la reciprocidad y
de la responsabilidad con el medio ambiente, herramienta de gestión y de manejo de los
bienes comunes.

De acuerdo con el índice de riesgo a la deforestación elaborado para el presente estudio,


el modelo prevé un riesgo subyacente a la deforestación “alto” y “muy alto” para 151 mil
hectáreas de bosque actualmente conservadas bajo ARA. En particular, el 55% de las 273
mil hectáreas de bosque actualmente bajo el esquema de conservación está en riesgo alto
a muy alto de ser deforestado.

Este riesgo subyacente, la presión económica al cambio de uso de suelo, se reduce con la
existencia del arreglo recíproco ARA, pues hay ingresos asociados a la conservación del
ecosistema y aprovechamientos alternativos. Los ARA tienen una gran relevancia para
impulsar las decisiones de las comunidades a favor del cuidado de las funciones
ecosistémicas. Las parcelas de bosque bajo esquema ARA se encuentran en su gran
mayoría en serranía, priorizando los bosques nublados por sus comprobadas funciones de
captación de la humedad atmosférica.

El siguiente grafico muestra, como de las 215.861 hectáreas dentro del esquema ARA para
las cuales se ha calculado el riesgo a deforestación la tercera parte, (71.277 hectáreas),
tienen un riesgo Muy alto y Alto de ser deforestadas sin el acuerdo.

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Grafico 1: Porcentaje de hectáreas de bosque conservados con ARA en zonas de
Alto riesgo de deforestación

AMAZONIA VALLES CRUCEÑOS


17.985 hectareas en ARA 54.247 hectareas en ARA

14%
26% 27% 25%
9%

20% 13%
21%
31% 14%

CHACO CHIQUITANIA
142.724 hectareas en ARA 905 hectareas en ARA

16% 19% 18%

41%
17%
24% 28%

23% 7% 7%

Fuente: Fundación Natura.

Muy bajo

Leyenda Bajo
Medio
Categorías de riesgo a la deforestación:
Alto
Muy alto

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.
Mapa 4: Los Acuerdos Recíprocos por Agua en ecoregiones de Bolivia
Fuente: Fundación Natura.

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CONCLUSIONES
De acuerdo al diagnóstico nacional de infraestructura hidráulica, los problemas de erosión,
sedimentación, degradación y contaminación de aguas son graves actualmente ya en al
menos una de las 9 presas en Tarija, y en cuatro de las 9 presas en Santa Cruz. Para el
resto de ellas, los problemas se avizoran ya en un futuro próximo.

A nivel público y privado existen varias medidas que se pueden tomar, como ser: fomento
a las empresas forestales sustentables, la regulación del cambio de uso de suelo, el
establecimiento de areas naturales protegidas y programas de mantenimiento de funciones
ecosistémicas por medio de incentivos (los ARA). Estas medidas pueden ser muy exitosas
en inclinar la balanza hacia la conservación productiva de bosques en zonas donde su valor
hidrológico sea mayor. La construcción de prioridades, combinando el índice del riesgo o
presión económica a la deforestación presentado, con el mapeo de necesidades, riesgos y
prioridades hidrológicas puede ser muy eficiente para canalizar de la manera más útil los
esfuerzos y recursos públicos hacia la conservación de la naturaleza.

El uso de índices de presión económica a la deforestación ha probado ser exitoso en


aumentar la efectividad, eficiencia y transparencia de programas públicos en otros países,
como es el caso del programa de CONAFOR en México. El uso de un índice similar para
Bolivia traería beneficios para la focalización y evaluación de programas tanto públicos y
privados, como comunitarios. Se puede con este índice proveer de información clave a los
tomadores de decisiones de cualquier escala; local, regional, y nacional. Adicionalmente,
diseñar mejores programas para el beneficio de comunidades forestales y poblaciones
usuarias del agua.

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