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FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES Código:

GESTIÓN DE EVALUACIÓN Y MEJORA Versión:

Fecha de emisión:
FORMATO DE EVALUACIÓN

TIPO DE EVALUACIÓN [ Parcial [ Final Supletorio Validación Otro/


ASIGNATURA FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA I GRUPO
VALOR (%) 9 FECHA 28-29 de febrero de 2020
NOMBRE DOCENTE /JURADO DANIEL GRACIA ARMISÉN
NOMBRE DEL ESTUDIANTE CÓDIGO

Es un derecho del estudiante “Participar en las actividades culturales y de recreación que se programen en la institución, bajo
la modalidad presencial o virtual.” -Art. 5 lit e. Reglamento Estudiantil -, pero también es su deber “Procurar la excelencia
académica siendo agente principal de su formación integral y respondiendo con honestidad y responsabilidad, a las exigencias
académicas propuestas por la Institución” -Art.5 Lit b. Reglamento Estudiantil-.

Análisis del Mito de la Caverna


INTRODUCCIÓN:

El filósofo griego PLATÓN (427 – 347 a.C.) es considerado uno de los más grandes pensadores de la
humanidad. Fue alumno de Sócrates durante 8 años y maestro de Aristóteles durante 20 años. Su
nombre original es Aristocles, lo de Platón viene por su espalda ancha. Funda la Academia. Escribe en
forma de diálogo porque pensaba que mediante la discusión racional podemos alcanzar el
conocimiento. Era Idealista y Racionalista. Sus aportes se dieron en diferentes ámbitos como en la
política, la teoría del conocimiento, la ética, la concepción del hombre y de la realidad. Su diálogo más
conocido y estudiado es La república en la que diseña una sociedad ideal capaz de corregir todos los
defectos de la sociedad de su época, aquella que llevó injustamente a la muerte a Sócrates. En La
República encontramos el conocido Mito o Alegoría de la Caverna que ha servido de inspiración a
cineastas y a otros autores. Lo vemos, por ejemplo, retratado en películas como The Matrix y The
Truman Show. En esta guía hallarán una breve descripción del mito, seguidamente encontrarán las
pautas para el desarrollo del taller.
ESTRATEGIA EVALUATIVA: Análisis del Mito de la Caverna (13
puntos)
1. ¿Cómo podemos interpretar epistemológicamente este mito? ¿Cómo conocemos
según Platón? ¿Qué representa la ignorancia? ¿Por qué la teoría de las Ideas de Platón
es objetivista? (4 puntos)
2. ¿Por qué los compañeros del hombre liberado lo rechazan si este intentaba ayudarlos
para que contemplen la luz (verdad, realidad)? (1 punto)
3. Si trasladamos el mito a la actualidad, ¿cuáles serían las principales cadenas que no
nos permiten contemplar la luz (verdad, realidad)? Indiquen 3 y los riesgos que
podríamos correr al liberarnos de ellas. Ilustren (dibujo) una de esas cavernas actuales
(3 puntos).
4. ¿No consideran que como sociedad necesitamos un poco de caverna? Justifiquen
la respuesta (1 punto).
5. Lean el siguiente caso que se dio en el año 2010 y respondan a las siguientes
cuestiones:
a. ¿Qué similitud podemos establecer entre dicho caso y el mito de la
caverna?
b. Las razones que da Köhler para dimitir son pues que es falso que haya
recomendado misiones militares no amparadas por la Constitución y que
las críticas recibidas no son respetuosas con la dignidad de su cargo.
Partiendo de lo anterior ¿qué paralelismo podemos establecer entre el
presidente alemán y Sócrates?
c. Fíjense en la siguiente imagen y señalen, en el caso que nos ocupa, qué
sería lo equivalente a las sombras proyectadas de los objetos artificiales, a
los objetos artificiales, a las cosas naturales y al sol.
EL MITO DE LA CAVERNA Y EL PRESIDENTE ALEMÁN

El día 31 de mayo del año 2010 el presidente federal alemán Horst Köhler, cuyo cargo
equivale a la jefatura del Estado, hacía pública su dimisión irrevocable. Tal como él mismo
indica en una breve nota en su página electrónica, la dimisión es una respuesta a las
reacciones surgidas tras unas declaraciones suyas en la emisora de radio Deutschlandfunk
en las que manifestaba que la presencia del Ejército federal alemán (Bundeswehr) es
necesaria no sólo para salvaguardar la seguridad del Estado, sino también los intereses
nacionales como puedan ser las rutas comerciales, la estabilidad regional, los puestos de
trabajo o el nivel de ingresos. La entrevista que contiene esas declaraciones fue realizada
el 21 de mayo después de una visita relámpago a los efectivos del Busdeswehr
desplegados en Afganistán y publicada en la citada emisora al día siguiente. La razón para
participar en la guerra de Afganistán contra los talibanes no sería por tanto sólo la de
frenar el islamismo y el amparo a grupos terroristas, sino también el mantenimiento de
rutas comerciales o la conquista de recursos. La oposición parlamentaria, en especial el
Partido Socialdemócrata y La Izquierda, atacaron tales declaraciones desde dos frentes:
por suponer un descrédito para la misión internacional desplegada por la OTAN, y por
justificar la intervención al margen de la Constitución alemana, que no permitiría una
intervención de tal naturaleza. Sin entrar a detallar ahora la profunda diferencia entre
ambos tipos de críticas, lo que sí interesa señalar es que estos ataques contrastan con las
opiniones vertidas por los lectores tal como fueron apareciendo en la edición digital de los
principales periódicos españoles. Si se echa un vistazo a esas opiniones se puede
comprobar un común denominador: que el expresidente alemán Köhler «dimitió por decir
la verdad». Es decir, que es verdad que las guerras se hacen por razones económicas, y
que quien eso afirma desde un cargo público como la jefatura del Estado debe dimitir. Las
consecuencias de tal juicio, que resulta sorprendentemente común, son de enorme interés
para analizar las problemáticas relaciones entre la ética, la política y la epistemología. Si
un político debe dimitir por decir una verdad incómoda, ¿es que se espera del político que
mienta (que sepa la verdad, pero la oculte)? ¿O es que se espera del político que ignore
(que desconozca según qué verdades)? Porque la naturalidad con la que se presenta la
acción de Köhler como loable contrasta con la naturaleza de su contenido: no es decir la
verdad lo que se alaba en tal acción, sino el hecho de dimitir por hacerlo. Incluso algunos
internautas llegaron a afirmar que «en nuestro país –España– nunca pasaría» que un
político dimitiese por propia iniciativa, que un político reconociese que se equivocó. Esta
actitud honraría al presidente dimisionario. Pero cuando esta equivocación consiste
precisamente en decir la verdad abiertamente ante la prensa, ¿qué es entonces lo que se
espera del político? Si decir la verdad en relación con los intereses del Estado fuese una
virtud, entonces su acierto serían sus declaraciones y su equivocación sería dimitir. ¿Por
qué habría de ser loable el dimitir en este caso? El internauta que opina que al «dimitir por
decir la verdad» Köhler hace lo que debe hacer cae en una contradicción, y creemos que el
mito de la caverna de Platón nos puede ayudar a desvelarla.

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