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Una gran problemática que se presenta en prácticamente todos los casos de obras
realizadas o administradas por funcionarios públicos, debido al hurto del dinero destinado
para estos proyectos, por esta razón prefieren realizarlos con un presupuesto menor al que
se necesita para realizar los procesos de manera adecuada, como los estudios previos, la
selección de los mejores implementos, análisis financieros, maquinarias necesarias, un
estudio a las entidades a las cuales se les van a realizar las compras, los proveedores,
distribuidores; para poder evitar estos últimos casos mencionados, es imprescindible
utilizar sistemas como el SARLAFT (Sistema de Administración del Riesgo de Lavado de
Activos y de la Financiación del Terrorismo), el cual ayuda a prevenir que se introduzcan al
sistema financiero recursos provenientes de actividades relacionadas con el lavado de
activos y/o de la financiación del terrorismo.
Al realizar este tipo de proyectos a gran escala de influencia financiera, social, cultural y
económica, se debe implementar el SARO (Sistema de Administración del Riesgo
Operativo), esto con el fin de evitar y disminuir la posibilidad de incurrir en pérdidas por
deficiencias, fallas o inadecuaciones, en el recurso humano, los procesos, la tecnología, la
infraestructura o, por la ocurrencia de situaciones externas.
Todos estos factores mencionados anteriormente debieron ser tenidos en cuenta en el
momento de llevar a cabo la materialización del proyecto de algo tan importante como es el
transporte masivo de la capital de Colombia. Además, el control y el seguimiento que se
debió llevar no fueron realizados; debido a que al comenzar el proyecto, se debía analizar y
estudiar el comportamiento de las personas, el buen funcionamiento y el buen uso de los
recursos, encargar personal para el control y educación en las estaciones; todas estas fallas
debían ser corregidas y estudiadas cuando el proyecto comenzó su desarrollo; algunas
grandes fallas fueron permitir que las personas ingresaran sin cancelar el dinero del
servicio, esto ha sucedido por una insuficiente implementación de la justicia y las leyes
colombianas, las personas al observar que las autoridades tomaran medidas extremas se
abstendrían de tener conductas indebidas en el sistema; también se han presentado casos de
irrespeto a las mujeres en los autobuses articulados, los robos a diario que sufren las
personas.
Según informa el periódico Desde Abajo, cada día Transmilenio recibe 7,000 millones
de pesos por concepto de tiquetes, de los cuales el 95% queda distribuido entre 20 familias
dueñas del sistema, los cuales realizan una mínima inversión; en cambio, la ciudad recibe el
5%, de ahí debe financiar infraestructura, aportes anuales, pago de buses, reparación de vías
y estaciones, lo cual ha costado más de 15 billones de pesos. Estas cifras mensuales
implican que Transmilenio tiene mayor ingreso bruto que todas las universidades públicas
del país, por esto se esperaría que se recibieran grandes ingresos para inversiones en la
ciudad, para financiar nuevos proyectos, mejorar el mismo sistema. Esto involucra porque
la implementación del Transmilenio no funciona en la ciudad, todas estas características,
que han sido fuertemente criticadas, llevan a la mala administración del proyecto, en
cambio en otros países como China ha sido un éxito.
Las personas que utilizan este medio lo hacen por necesidad, debido al monopolio del
transporte público (pero privatizado) que tiene la capital, al no existir otras alternativas para
transportarse, los habitantes se ven obligados a usarlo, la mayoría de ellos se encuentran
inconformes con este medio, debido a la mala administración que ha tenido, el descuido de
ciertas estaciones en la ciudad, y todo lo mencionado anteriormente.
Los obstáculos que afronta son complicados de superar debido a que no fueron tratados
a tiempo, es necesaria realizar una nueva organización relacionada con el plan estratégico y
el modelo de negocio más óptimo, reestablecer las funciones y la jerarquía, en lo cual es
imprescindible la labor que realizan los operario, en especial para el buen funcionamiento
de las estaciones, exigir acatar las normas establecidas, el buen uso del servicio, realizar un
seguimiento cada una de estas acciones y de los cambios, objetivos y metas que se esperan
alcanzar.
CONCLUSIÓN